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L O S S AL M O S
Editado por el
EJECUTIVO SUDAMERICANO del
CONGRESO JUDIO MUNDIAL
Corrientes 1979
Buenos Aires
BIBLIOTECA POPULAR JUDIA del
Congreso Judío Mundial
Profundo lirismo ( sentimiento ) que abarca todas las facetas y todas las
tonalidades de lo humano en el amor, en el dolor, en la esperanza, en la
angustia, en la gloria, en el delirio, en el éxtasis, en el abandono, en el anhelo.
Detrás de los Salmos, lo dijimos ya, está David 1 . David es el hombre David es
el ser que ansía la dicha. Ama, sufre, goza, espera, anhela, gime, reza. Sabe que
su situación existencial se enmarca entre dos perspectivas: frente a los hombres,
frente a Dios.
11
1
Ver: David, rey de Israel, en la colección "Grandes Figuras del Judaísmo".
ABRIMOS EL LIBRO de los Salmos y leemos. Veamos el primer cántico o
capítulo. Comienza así:
"Feliz del hombre que no anduvo en consejo de perversos, ni se detuvo en camino
de pecadores, ni se sentó con hombres burlones. . a"
La exégesis clásica ha hecho notar que aquí se trata de tres situaciones o tres
posibilidades de la humana existencia:
1) El hombre en el camino ("anduvo").
2) El hombre que se detiene por un instante ("se detuvo").
3) El hombre que se sienta, que se establece en una determinada circunstancia
('tse sentd').
111
FELIZ DEL HOMBRE . . o" dicen las primeras palabras de los
Salmos. Un famosísimo poema de Horacio comienza casi con idénticas
palabras: "Feliz aquél. . . " Horacio dice: "Feliz aquél que lejos de las
preocupaciones. . . " ("Beatus ille qui procuZ negotii. . . ", Epodos, 11)
Horacio, y detrás de él toda una tradición de pensamiento greco-latino,
hace consistir la felicidad en el alejamiento, en el distanciamiento de los
problemas y de las preocupaciones implicados en la realidad cotidiana, en
el encuentro del hombre con el hombre, en las pasiones, en los cambios
emotivos.
Muy distinta es la concepción del salmista. El poeta salmístico no
propone una felicidad lograda a base de fugas y evasiones.
Afirma que la felicidad debe ser lograda en esta vida, dentro de esta
realidad, y, si es menester, luchando contra esta realidad, pero jamás
huyendo de ella.
Por eso mismo sufre, Este sufrimiento, esta alma desgarrada, constituyen el
leit-motiv de los Salmos. El poeta, pues, vuelca su alma frente a la alteridad
suprema, frente a Dios. Busca consuelo en Dios. Entre los hombres ha buscado
el amor y ha hallado el odio, la inquina. ( anatipatia )
Sólo Dios puede ser su consuelo. He aquí, a título de ejemplo, el cap. VI:
Reclama del cielo el bálsamo del consuelo, el remedio contra tanto dolor.
Percibe que no es ésa la vida; percibe que en tal condición está más cerca
de la muerte que de la vida.
Y no quiere morir. Quiere vivir. Quiere ser feliz. Quiere alabar el nombre
de Dios.
Cuando falta el amor, cuando el odio se entroniza en las almas, pareciera
que el propio Dios se hubiera alejado, se hubiera eclipsado. Por eso
comienza el poema invocando a Dios, reclamando Su presencia.
Se queda aquí, en esta dolorosa realidad y exige del cielo que esta realidad
sea transformada y que el dolor sea extirpado. Porque el fin del hombre es
alabar, esto es, tomarse portavoz de la belleza y del esplendor y de la
gratitud. No quiere sucumbir al odio; tampoco quiere la evasión de la
muerte. Quiere alabar; quiere vida, amor, felicidad.
2
En el original hebreo es el versículo 6; en la traducción al castellano hecha
por los protestantes figura como versículo 5.
8
"Porque salvaste mi alma de la muerte y preservaste
mis pies de la caída, para que continúe caminando
frente a Dios, en la luz de la vida." (LVI, 14)
¿Qué nos enseñan estos versículos espigados al azar del libro de los Salmos?
Nos enseñan la afirmación de la vida.
Grande puede ser la pena, la desdicha, la angustia, pero la vida sigue siendo
siempre el valor supremo: El poeta afirma rotunda y constantemente la vida.
Vivir para narrar las obras del Señor. Vivir para cantar la maravilla de la
existencia. Todo el sentido está aquí, en esta vida. Esta vida que es camino, y
este camino que es camino "frente a Dios".
Moisés lo había dicho: elegirás la vida." El poeta hace suya esta elección y la
entorna con lo más precioso de su lirismo. Sabe el poeta que la existencia de
Dios de ninguna manera depende de la existencia del hombre.
Empero, por otra parte, insiste el poeta en afirmar una y otra vez que la
existencia divina debe ser "narrada", atestiguada, cantada por la existencia
del hombre.
Por eso mismo, dice Anselmo, el hombre que dice "no hay Dios" es un
in— sensato, porque está contradiciendo su propia afirmación al incluir en ella
el término "Dios".
Por eso sufre el poeta de los Salmos. Sufre pero sabe que sí hay Dios, Sabe
pues que también cabe la esperanza de que la flor marchita de naval se pierda' y
broten en su lugar flores nuevas y fragantes. Si hay Dios, hay esperanza.
VI
EL BIEN es ante todo la negación del mal, así como la vida es ante todo la'
negación y el rechazo de la muerte. Vimos el mal, vimos al hombre corrupto, no
por sus ideas o por sus elucubraciones ( creaciones ) metafísicas, sino por sus
actos.
12
Este hombre, el hombre bueno y puro, afirma en su propia pureza la
existencia y la presencia de Dios. ¿Quién está cerca de Dios? Quien se acerca a
Dios por la fáctica (efectiva ) vía de la verdad y de la integridad. Está cerca de
Dios, y siente a Dios cerca de sí. "Dios está cerca de aquellos que Lo invocan, de
todos aquellos que Lo llaman con verdad." (CXLV, 18)
Decía el gran pensador Martín Buber a propósito de estos temas salmísticos
3
que el corazón es el factor decisivo y determinante. Buber se detiene
particularmente en el Cap. LXXIII que comienza con las palabras:
"Empero, bueno es Dios con Israel, con los
puros de corazón."
No con todos es Dios bueno, sino tan sólo con aquellos que son puros de
corazón. Y Buber dice: "La situación del corazón es la decisiva. Si el corazón se
encuentra en los límites de la verdad, en la cual el hombre aprende a conocer la
bondad divina; o bien se encuentra en los límites de la falsedad, en la cual
confunde el hecho de la penuria humana con la suposición de que Dios no es
bueno con el hombre."
El corazón, pues, es quien debe decidir. El corazón y no las precarias
manifestaciones exteriores de éxitos y fracasos. En la interioridad del corazón
debe consolidarse la verdad, y no en la apariencia brillante de unos, oscura y
atormentada de otros.
Puede y suele ocurrir muy a menudo que detrás de oscuras y angustiadas
apariencias se oculte un corazón puro y noble. Detrás de la apariencia está la
verdad. El corazón —insiste y repite Buber— es el que decide. Engaña la
apariencia, así como engañan las bellas y acicaladas palabras; verdades aparentes,
verdades de los labios y no del corazón.
3
Martín Buber: La justicia y la iniquidad según los Salmos. Univ. Hebrea de
Jerusalem; Jerusalem, 1961.
13
El corazón puro es el corazón íntegro, total, indivisible. Frente a él se opone
el corazón escindido (dividido ), la doblez del alma, la' hipocresía espiritual,
descritas en el Cap. XII:
'Falsamente habla un hombre con su prójimo, con
pulido idioma, çon corazón y corazón hablan."
Corazón y corazón. Como si el hombre pudiera tener varios cora-
zones, usando ora uno, ora otro. Este es el hombre que vive en traición perpetua:
contra su prójimo, contra sí mismo. De ellos se aparta el poeta para admirar a
los puros, a los íntegros, a los auténticos.
VII
4
En el original hebreo de la Biblia es el versículo 4; en la traducción antes.
mencionada figura como versículo 3.
5
El versículo 12 del original hebreo figura comp versículo 10 en la referida
traducción.
cantadle con salterio y decacordio.
Cantadle un canto nuevo. .. (XXXIII, 1-3)
Alegrarse en Dios, dice el poeta. La alegría está en Dios; y viceversa, Dios
está en la alegría. La maravilla de la Creación se renueva a cada instante y exige,
por lo tanto, un canto nuevo. En el salmo CIV encontramos la
apoteosis(ensalzamiento ) de esta' admiración, del alma hecha canto y loa ante la
belleza de la naturaleza:
"Bendice, alma mía, a Dios. ¡Dios
mío, cuán grande eres!
iTe has vestido de gloria y de belleza! Se
envuelve de luz, como un vestido; extiende los
cielos como una cortina. Establece sus
aposentos entre las aguas; cabalga sobre las
nubes; se desliza sobre las alas del viento. Los
vientos son sus mensajeros; llamas ardientes
son sus sirvientes.
VIII
LAS PASCAL escribía: "Estando Dios oculto, toda religión que no dice que
Dios está oculto no es verdadera; y toda religión que no da la razón de esto no es
instructiva. Vere tu es Deus absconditus (Verdaderamente tú eres un Dios
oculto)."
Cuando se corta un cedro o una palmera, pasará mucho tiempo hasta que otro
ejemplar de su estirpe los reemplace. Asimismo, ocurre —explicaban los
exegetas— con los justos.
Cuando muere un justo ello representa una gran pérdida', porque pasará
mucho tiempo hasta que surja otro justo y llene el vacío.
Los días tristes, los días de angustia y de dolor, son descritos así:
"Mis días se consumieron como humo, y mis
huesos cual hoguera están quemados; mi corazón está herido
y seco como la hierba.
x
EL CLÁSICO TEMA de la brevedad y de la poquedad de la existencia humana
encuentra ecos muy específicos en los poemas salmisticos.
Los Salmos se inician, sin rodeos, con esta distinción fundamental: Dos tipos
de hombres, dos formas de vida, dos estilos de existencia, dos caminos y dos
destinos. En el uno está Dios; en el otro, falta Dios. En -el uno cabe la posibilidad
de la dicha; en el otro esta posibilidad está descartada y los días transcurren
como cascarilla vegetal azotada y gobernada por caprichosos vientos.
La maldad, al contrario, está signada bajo signo negativo como ideal: "No hay
Dios. . . No hay quien haga el bien." El odio desgarra al hombre de sí mismo, de
sus prójimos, del mundo, de Dios. En la negación el hombre no tiene raíces y es
como frágil tamo en manos de la tempestad.
El salmista vive la lucha con los hombres negativos. No puede recluirse ni
quiere recluirse. Vivir es compartir. Vivir es confrontarse. Ser feliz es ser feliz con
alguien, respecto de alguien, para alguien, por alguien.
Los Salmos constituyen, pues, desde* este punto de vista, un grito de rebeldía
contra un mundo en descomposición, en corrupción. Nadie como el salmista ha
expresado este fervoroso anhelo de felicidad-fraternidad:
"Cuán bueno y cuán delicioso es que
los hermanos vivan juntos.
XII
Por otra parte este mismo hombre vive en continua referencia a Dios. Tiene
apariencia de "siervo", de mísero y desdichado. Pero la verdad —esa verdad
profunda que la sociedad de los impuros no puede ver— es que se trata de un
siervo, sí, pero de Dios. Detrás de su humildad se oculta su grandeza: su
referencia a Dios. Pero, ¿quiénes son, concretamente, los "siervos de Dios"?
"Alabad, siervos de Dios,
27.-
Esperé yo, esperó mi alma en Dios y confié en Su respuesta. Mi
alma esperó a Dios más que los centinelas a la mañana." (CXXX, 1-
2, 5-6)
Cualquier hombre de cualquier pueblo y de cualquier tiempo puede
pronunciar estas palabras. Pero originalmente fueron pronunciadas por todo el
pueblo hebreo. Ahí se traducen por una parte la angustia del pueblo que se
encuentra sumido en la oscuridad provocada por otros pueblos; por otra parte la
esperanza, la ininterrumpida esperanza en Dios, que aguarda el amanecer, le
redención.
Retornemos ahora al famoso capítulo que habla del hombre negador de Dios,
el hombre corrupto. Ahí habíamos leído que la negación de Dios consistía
prácticamente en la negación del bien, en la realización del mal: "No hay quien
haga el bien."
Pero ¿en qué consiste ese hacer el mal? Consiste en perseguir al bien, en
destruir a los portadores de la ley divina, en devorar a los "siervos de Dios":
En esta cruenta batalla ¿qué podía hacer el "siervo de Dios"? Esperar, confiar
terminantemente en el valor absoluto de lo Absoluto. Era su destino. Él mismo lo
había elegido. Destino que enseñaba la fidelidad y la no-traición.
29
colgamos nuestras arpas. Porque nuestros
enemigos nos pedían que entonásemos
cantos, y nuestros burladores nos
reclamaban alegría diciendo: Cantad para
nosotros cantos de Sion
¿Cómo podremos entonar cantos de Dios en tierra
extraña?
Y Si yo te olvidare, oh Jerusalem, piérdase mi mano diestra;
enmudezca yo si. de ti no me acordare, si no enalteciere a
Jerusalem por encima de todas mis alegrías!" (CXXXVII, 1-6)
Estas palabras resultaron ser el primer oran. himno de la nacionalidad hebrea.
Ahí encontramos el notable juramento de fidelidad y de amor eternos a Jerusalem,
a la tierra patria.
31
Colección: HECHOS DE LA HISTORIA JUDIA
EN PREPARACIóN:
Mati Mégued: HISTORIA DEL ESTADO Junío.
Arsene D. Dármestéter: EL TALMtTD.
León Dujovne: LA CONCEPCIÓN DEL HOMBRE EN LA
BIBLIA. Josef Fraenkel: Los CONGRESOS SIONISTAS.
Cole#ión: GRANDES FIGURAS ,bEL- JÜDAISMO
Sámu-el. Rollañsky: SCHÇLEM ALÉI-JEM. (Agdtago)•
2. Natán Gesang: YEHUDÁ HALEVíe (Agotado)
3.¯Simja Sneh: SCHMUEL IOSEF AGNÓN.
QAgotado) 4. León DUjovne: MAIMÓNIDES.
(Agotado) .
5. LYahum Goldmann: TEODORO HERZL.
(Agotado)
6. Shalom" RZsenberg: EL*óN DE ALEJANDRÍA.
(Agotado)
7. EuÀen Rélgis: STEFAN ZW,ExG. QAgotàdQ)
8. David Elnecavé:, JEñEMíAs..•
León DRjovne: Musás HEss. QAàotado) IO.
Jaime Ba'rylko: ISAíAS.
Josef- Fraenlcl: NA.Htmr GQI„DMANN. (Agotado),-
12. Heszel, Kleñfisg-: BAAL SCHEM Tov.
13. Marc Túrkow: JÁNus;z KÓRCZAR.
14; Jaime Barylko: DAVID, REY DE ISRAEL.
15. Hardi Swarsensky: WÁLf.HER RÁTHENAÜ.
EN. PREPARACIÓN:
León. Pérei: FREUD<
Nellá Thon-Hóllander: IEHOSCHÚA,
r
r,H0N. Luis Kgrdúner: • I')ZJAC LÉngsc1-i
Israel Cohen: A: D. GOR'DOÑ.
Alexánder Manpr: IAACOV LESTSCHINSKV.
Jonas, Túrkow: EMANtTE14
RíNGELBLT.1M.
Itzhak Pougatch: ROBERT GAM7,0N.
Mauricio Rósenthal:- FRITz HÁBER.