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FICHA ANALISIS DE SENTENCIA

INTEGRANTES Leidy Alejandra Martínez Rojas, Valentina Rodríguez


Farfán, Nathalia Baracaldo Moreno
SENTENCIA PRESCRIPCION-CSJ 6 de abril 1999
TIPO DE RECURSO Casación
FECHA 6 de abril de 1999
MAGISTRADO PONENTE Dr. José Fernando Ramírez Gómez
ACTOR María Ligia Gómez De Carvajal
SENTENCIA DEMANDA Sentencia de 29 de septiembre de 1993
HECHOS RELEVANTES
La ciudadana María Ligia Gómez de Carvajal por medio de recurso de casación demandó la
sentencia del 29 de septiembre de 1993 con fundamento en la causal 1ª. del artículo 368 del
C. de P. Civil por la violación directa y falta de aplicación de los artículos 669, 946, 947,
948, 950 y 952 del C. Civil, por aplicación indebida de los artículos 778, 2512, 2513, 2521,
2535 y 2536 del C. Civil, por ser violadas indirectamente, como consecuencia de errores de
hecho en la apreciación probatoria, por aplicación indebida y por vulneración de los arts.
177, 183, 185, 187, 195, 197, 228, 241, 244, 251, 256, 258 y 264 del C. de P. Civil.
PROBLEMA JURÍDICO
¿La sentencia del 29 de septiembre de 1993 debe ser casada con fundamento en la causal 1ª.
del artículo 368 del Código de Procedimiento Civil por la violación directa y falta de
aplicación de los artículos 669, 946, 947, 948, 950 y 952 del C. Civil, por aplicación indebida
de los artículos 778, 2512, 2513, 2521, 2535 y 2536 del C. Civil, por ser violadas
indirectamente, como consecuencia de errores de hecho en la apreciación probatoria, por
aplicación indebida y por vulneración de los arts. 177, 183, 185, 187, 195, 197, 228, 241,
244, 251, 256, 258 y 264 del C. de P. Civil?
CONSIDERACIONES DE LA CORTE
que quien ostente por el tiempo legal una posesión material idónea para la prescripción adquisitiva
de dominio, se hace dueño del bien, per se y con independencia del pronunciamiento judicial, porque
la sentencia que en estos casos se profiere es meramente declarativa, pues ella se limita a verificar y
declarar la existencia de la determinada situación jurídica atributiva del derecho de dominio, como
hecho consumado, radicando ahí la justificación de la procedencia de la prescripción extintiva como
excepción, porque si el demandante no es dueño, entonces carece de la acción reivindicatoria que
hubo de proponer. Por consiguiente, y esta es la conclusión que se impone, si el demandado en acción
reivindicatoria ha poseído el bien por el tiempo que la ley exige para dar cabida a la prescripción
adquisitiva de dominio, con el fin de hacer valer ésta deberá proponer demanda de reconvención
pretendiendo la declaración de pertenencia;
por el art. 778 del C. Civil en armonía con el art. 2521 ibídem, por medio de la cual se autoriza la
llamada suma o unión de posesiones, a título universal o singular, tiene como finalidad “entre otros
fundamentos”, “lograr” “la propiedad mediante la prescripción adquisitiva” (sent. de 26 de junio
de 1986), es decir, permitir acumular, excepcionándose así el principio de que la posesión comienza
en quien la ostente, al tiempo posesorio propio el de uno o varios poseedores anteriores, bajo el
supuesto de la concurrencia de las condiciones que para tal efecto tiene establecidas la doctrina de
la Corte, cuales son: a) que halla un título idóneo que sirva de puente o vínculo sustancial
entre antecesor y sucesor, b) que antecesor y sucesor hayan ejercido la posesión de manera
ininterrumpida y c) que haya habido entrega del bien, lo cual descarta entonces la situación de
hecho derivada de la usurpación o el despojo.
tampoco incurrió en error el Tribunal “al hablar de “Sumatoria de Posesiones a título universal” a
favor de la demandada”, porque como se explicó, dicho análisis fue realizado para verificar la
procedencia de la excepción propuesta, fundada en una posesión material superior a los veinte años,
para cuya totalización adicionó la posesión del señor Jesús Enrique Bonilla Angarita a la de la
demandada, teniendo como vínculo el por el ad quem llamado “título universal”, en consideración
a la vocación hereditaria de la segunda frente al primero (su padre).
Consideró probada la suma o accesión de posesiones
Consideró que las actas de registro civil aportadas con la contestación a la demanda “... son idóneas
para acreditar que la demandada ejerce la posesión material del fundo materia de la reivindicación
desde el mes de octubre de 1968”
Expresa enseguida que el Tribunal estimó que “...JESUS ENRIQUE BONILLA adquirió la posesión
del inmueble el 1º de octubre de 1968 y que la mantuvo hasta 1982 cuando le sucedió su hija
completando entre los dos un período superior a los veinte años”,

la demandada sólo alegó la prescripción extintiva o liberatoria, no la adquisitiva, que debe ser
expresamente invocada

el Tribunal dedujo la prescripción extintiva del derecho de dominio invocado por la demandante
sobre el fundo objeto de la pretensión reivindicatoria, con la consecuente pérdida de la facultad de
perseguirlo, en cabeza de quien se encuentre, por ser ella emanación de tal derecho, como secuela
de constatar que dicho fundo fue poseído por la demandada desde el deceso de su padre, a quien
sucedió en la posesión del mismo, por un período de tiempo, que sumado al de su antecesor, totalizan
veintiún años hasta la fecha de presentación de la demanda, condiciones en las cuales estimó
pertinente dar aplicación a los arts. 2535 y 2536 del C. Civil, erigidos en pilares de tal resolución.

De conformidad con lo establecido en el art. 2521 del C. Civil, cuando un bien ha sido poseído
sucesiva e ininterrumpidamente por dos o más personas, el tiempo de posesión del antecesor puede
agregarse al del sucesor, en los términos previstos por el art. 778 ejúsdem, con el fin de completar el
tiempo requerido por la ley para adquirir el derecho de dominio sobre él por el modo de la
prescripción, hipótesis en la cual es menester, entre otras circunstancias, que quien pretenda
aprovecharse de tal prerrogativa suceda a la persona que designa como antecesora en la posesión,
bien a título universal, ora a título singular, es decir, que su posesión y la de aquel estén ligadas por
un “...título idóneo que sirva de puente o vínculo sustancial entre antecesor y sucesor”

las actas de registro civil de nacimiento de Elvira Bonilla Guzmán y de defunción de Jesús Enrique
Bonilla Angarita el fallador dedujo que la demandada es hija legítima de Bonilla Angarita y que por
razón de su deceso es sucesora de éste, a título universal, dada su vocación hereditaria frente a él.
si las actas de estado civil mencionadas acreditan que por la muerte de Jesús Enrique Bonilla
Angarita, padre de la demandada, ésta sucede aquel a quien designó como antecesor en la posesión
del predio mencionado, es evidente que el ad quem no incurrió en el desacierto que se le endilga,
pues ellas demuestran el vínculo por el cual el causante transmitió a la demandada, al título indicado,
los derechos derivados de la posesión ejercida sobre el bien perseguido, habilitándola para agregar
al tiempo de su posesión personal, el período durante el cual lo poseyó aquel.
el Tribunal tuvo por acreditado el “...hecho de la posesión en cabeza de la demandada desde la misma
época del deceso de su padre y la del mismo Bonilla desde octubre 1º de 1968”, períodos que
sumados totalizan veintiún años hasta la fecha de presentación de la demanda, es evidente, como se
anticipó, que el ataque del recurrente se desentiende de dicha conclusión, pues ella precisamente
toma en consideración el momento a partir del cual se inició la posesión de la demandada, fijado en
el acto procesal mencionado, en el año de 1982, así como el tiempo de posesión transcurrido hasta
la fecha de incoarse la presente acción, aunado al tiempo de posesión de su antecesor, pues aquella
no adujo su posesión aislada sino que de manera expresa la incorporó a la de su causante para invocar
la posesión material del mismo, por un período de tiempo superior a los veinte años, como sustento
basilar de la excepción opuesta a la pretensión deducida en su contra.

Del contexto de tal exposición no emerge, como pregona el recurrente, la violencia que se atribuye
a la demandada en la adquisición de la posesión del fundo premencionado, pues no la señala como
autora de los actos intimidatorios narrados, bien de manera directa, o por conducto de agentes, ni
menos aún pone de manifiesto que tales actos tuviesen por destinatario al declarante, o que su
propósito fuese despojarlo de la tenencia del inmueble.
atinado el recurrente cuando sindica al sentenciador de incurrir en yerro de facto por no valorar en
conjunto algunas de las pruebas cuya pretermisión denuncia, y apreciar la providencia calendada el
5 de febrero de 1975, sin reparar en que “...las providencias judiciales no son medios de prueba”,
pues tales desaciertos, en el evento de existir, tipificarían yerros de derecho, no de hecho, porque se
relacionan con la contemplación jurídica de los elementos integrantes del haz probatorio, a la luz de
las normas regulativas de su admisibilidad y valoración, no con su presencia objetiva en los autos.

DECISIÓN
Mediante la sentencia proferida el 30 de agosto de 2010, la Corte Constitucional declara la
Exequibilidad del Artículo 7° de la Ley 84 de 1989, al no contravenir los artículos 1, 4, 8, 12, 58, 79,
95 numeral 8º y 313 de la Constitución Política de Colombia; sin embargo, se declaran algunas
excepciones que regulan lo referente a sus competencias y procedimiento.
En primer lugar, la excepción planteada en el nombrado artículo permite hasta determinación
legislativa la práctica de actividades de entretenimiento y expresión culturales con animales citados
en la norma, en la medida que, se brinde la protección especial contra el sufrimiento y el dolor
durante el transcurso de actividades. En segundo lugar, estas actividades únicamente podrán
desarrollarse en municipios o distritos en los que las mismas sean manifestaciones de tradición
periódica, regular e ininterrumpidas. En tercer lugar, estas actividades solo podrán desarrollarse en
aquellas ocasiones en las que usualmente se han realizado en los respectivos municipios o distritos
autorizados. En cuarto lugar, que serán estas las únicas actividades que pueden ser exentas del
cumplimiento del deber constitucional de protección a los animales. Y finalmente, las autoridades
municipales no podrán destinar dinero público a la construcción de instalaciones para la realización
exclusiva de estas actividades.
REGLA JURÍDICA
La Corte Constitucional deja en evidencia que las excepciones expuestas en el artículo 7° de la Ley
84 de 1989 no contravendra la Constitución Política de Colombia si y sólo si se desarrollan bajo las
actividades de corridas de toros, actos de rejoneo, corralejas, becerradas, novilladas, tientas y riñas
de gallos y se tienen en cuenta las condiciones que regulan sus competencias y procedimiento.

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