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LA VANIDAD DE LA Salmo 49
RIQUEZA HUMANA
PARA MEMORIZAR
¿Por qué he de temer en los días de adversidad, cuando la iniquidad
de mis insidiadores me cercare? (Salmo 49:5, SRV).
OBJETIVO
Que el creyente comprenda que nada puede com-
prar la vida y que la confianza en las riquezas, para
jactancia, no hace diferencia, puesto que todos
hemos de enfrentar la finalización de la vida. Sólo
Dios puede rescatarnos en tiempos de desgracia
y otorgarnos esperanza más allá de esta vida.
NARRACIÓN
Un pensador expresó: La riqueza es como el agua salada; cuan-
to más se bebe, más sed da. Desde tiempos inmemoriales, las
riquezas han sido motivo de reflexión y escrutinio por parte de los
sabios. No resulta la excepción entre los sabios bíblicos. Pronto
se comprendió, desde la experiencia de Israel, que el ser humano
extraviaba su camino en la medida en que incrementaba su riqueza,
alejándose de Dios. De ahí las recomendaciones prudentes y me-
suradas de la relación de los creyentes con las mismas (Hebreos
13:5; Proverbios 23:4; 1 Timoteo 6:9; Eclesiastés 5:10; Proverbios
15:16). Las riquezas, cuando no se comparten para hacer el bien y
se usan con generosidad para ayudar, poco a poco desarrollan, en
quien las posee, un sentido de autosuficiencia, de independencia,
de arrogancia y jactancia que propicia un orgullo desmedido por
poseerlas y en creer que poseerlas es ilimitado.
ANÁLISIS
1. El Salmo 49 presenta claramente las alternativas: hay una muerte
sin esperanza (vv. 13-14) y hay una muerte llena de esperanza (v.
15). El ser humano puede morir como las bestias (v. 12) o puede
morir con entendimiento (v. 20). La vida no se puede comprar,
le pertenece sólo a Dios. Esta es la solución del rompecabezas
universal (vv. 1-4) que el salmista se propone solucionar.
APLICACIÓN
A. A través del Salmo se enfoca el caso del rico, pero la verdad
se aplica a todos: no es la riqueza lo que descalifica de una
eternidad bendita sino la falta de un verdadero discernimiento
(v. 3). ¿En qué consiste el correcto discernimiento de lo que
Dios desea de nosotros?
B. Hemos de partir del hecho de que los ricos, con su vida opulenta,
muchas veces irradian tentación y duda en la justicia de Dios
(Salmo 73:3,12). ¿Cómo puede evitar el creyente experimentar
estas tentaciones y dudas en la justicia de Dios cuando se vive
en la carencia o en la dificultad económica?, comente. Medite
Salmo 73:20.
CONCLUSIÓN
Empero grande granjería es la piedad con contentamiento. Porque
nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar.
Así que, teniendo sustento y con qué cubrirnos, seamos contentos
con esto. Porque los que quieren enriquecerse, caen en tentación
y lazo, y en muchas codicias locas y dañosas, que hunden a los
hombres en perdición y muerte (1 Timoteo 6:6-9, SRV).