Вы находитесь на странице: 1из 1

El azar como detonante del control estadístico

La consideración empírica del azar, que como dice Ian Hacking (1991), subvirtió en su
momento la visión determinista del mundo (p.20), permitió que la estadística –como conjunto;
aún no como ciencia- cobrase importancia y, a partir de esto, se volviera progresivamente
una disciplina científica, que desde entonces fue empleada por los poderes –hablando en
términos genéricos- con el fin de llevar un registro y controlar a sus poblaciones.

Antes de comenzar, se hace necesario recalcar primero que el azar cobró resonancia en
el campo del saber sobre el siglo XIX cuando, de acuerdo al autor canadiense (1991), se
llegó a la visión de que el mundo “no estaba sujeto a las leyes universales de la naturaleza”
(p.17) y, por ende, era necesario otro marco conceptual que pudiese ayudar a explicarlo.

Ahora bien, como dice Hacking (1991), para que las leyes del azar tuvieran cabida eran
necesarias “regularidades estadísticas semejantes a leyes en vastas poblaciones” (p.20). Y si
bien existían desde antes -en nociones lejanas-, así fue como las estadísticas comenzaron a
cobrar valor práctico con el “inventario de los seres humanos y sus hábitos” (p.17).

Ante esto se hacía también imperioso un campo de estudio que las englobase. Es así
como, según indica Hacking (1991), “nació un nuevo tipo de ley que incumbía a las
personas” (p.17) y que se expresaba “atendiendo a las probabilidades” (p.17). Ese campo fue
la Estadística, por la necesidad que surgía de tratar metodológicamente esos datos.

Se comienzan entonces a recolectar masivamente estadísticas sobre la población para


estudiar sus fenómenos, y ello fue en parte promovido desde los poderes instituidos, que
encontraron en esta ciencia un instrumento para controlar a las personas. Hacking lo aclara
muy bien: “Detrás de este fenómeno estaban las nuevas técnicas de clasificar”. (p.19).

Y sobre una de estas técnicas habla Michel Foucault (1998) refiriéndose al “dispositivo de
la sexualidad” (p.84), que analiza desde la óptica del “bio-poder”, constituido por “dos polos
alrededor de los cuales se desarrolló la organización del poder sobre la vida” (p.84). Tales
polos se centran en el cuerpo como máquina y el cuerpo-especie, respectivamente (p.83).

La sexualidad, señala Foucault (1998), fue uno de los “arreglos” que contribuyó con la
articulación de ambos polos, pues se encuentra “en el cruce de los dos ejes” (p. 87). Como
dice, “por un lado depende de las disciplinas del cuerpo, y por el otro participa en la
regulación de las poblaciones” (p.87). La sexualidad “da lugar a vigilancias, a un micropoder
sobre el cuerpo; pero también da lugar a estimaciones estadísticas” (p.87), dice. Como se ve,
es un instrumento de importancia en el manejo del ‘poder’ sobre la vida, y esto lo hace
fundamentalmente a través de los datos estadísticos que pueda generar sobre la población.

Tras todo lo dicho, entonces, queda expuesto que, gracias a la consideración del azar y
su incorporación a una visión del mundo, las estadísticas pudieron poco a poco ser vistas
como herramientas para medir los hábitos y fenómenos poblacionales, y gracias a su utilidad
se fueron instrumentalizando hasta generar una nueva disciplina científica, que sirvió a los
poderes instituidos como recolectora de datos para, a partir de estos, instaurar formas de
control sobre la población, una de las cuales derivó de la sexualidad.

Anderson Ayala Giusti. C.I.: 26.254.203


Referencias:
-Hacking, I (1991). La domesticación del azar. Barcelona: Gedisa. Capítulo 1. El tema. pp. 17-30.
-Foucault, M. (1998). Historia de la sexualidad. Tomo 1. La voluntad de saber. México D.F.: Siglo XXI Editores.
Capítulo 5. Derecho de muerte y poder sobre la vida, pp. 127-152.

Вам также может понравиться