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ASIGNATURA DE FISIOLOGÍA HUMANA

FISIOLOGÍA HEPÁTICA

Semestre Académico 2019 - II

INTEGRANTES:
Cueva Ortega Lisbeth
Mundaca Zuñiga Luis
Ojeda Torres Guido
Rojas Avellaneda Erich
Verona Mendoza, Jesús
DOCENTE:
Dr. Robinson León Zuloeta.

HORARIO:
4:15 PM – 5:45 PM

FECHA:
Sábado 10 de Agosto

Chiclayo – Perú

2019
Índice

Índice .................................................................................................................. 2
Introducción ........................................................................................................ 3
Marco teórico...................................................................................................... 4
Cuestionario.................................................................................................... 4
1. Haga un esquema del hepatocito, y explique la fisiología hepática. . 4
2. Efecto del alcohol en los cambios en la estructura hepática. ........... 13
3. Rol del hígado en el metabolismo lipídico. ....................................... 17
4. Identifique las funciones hepáticas que están alteradas en este
paciente..................................................................................................... 18
5. ¿A qué se le denomina estigmas hepáticos?................................... 20
6. Explique el caso clínico. ................................................................... 22
Discusión .......................................................................................................... 26
Conclusiones .................................................................................................... 29
Referencias bibliográficas ................................................................................ 30

[Fecha] 2
Introducción

El hígado mantiene el equilibrio fisiológico y metabólico del organismo. Actúa


como una gran fábrica química, sintetizando moléculas complejas y grandes a
partir de sustancias de bajo peso molecular que llegan por la sangre,
especialmente sustancias recién absorbidas por el intestino y transportadas por
la sangre del sistema porta.
A causa de sus numerosas funciones de importancia vital, con frecuencia se le
considera “laboratorio central del organismo”. Su anatomía varía según la
especie en estudio.
Entre sus innumerables funciones se destacan: almacenamiento de glucógeno;
síntesis de ácidos grasos y conversión a cetonas, formación de lipoproteínas,
colesterol y fosfolípidos; síntesis de proteínas plasmáticas, conversión y
desaminación de aminoácidos y formación de urea; metabolismo y almacén de
vitaminas; síntesis, liberación y degradación factores de coagulación;
catabolismo y excreción de hormonas; detoxificación de sustancias endógenas
(Bilirrubina), bacterias, subproductos y sustancias exógenas (fármacos);
formación de bilis: secretora y excretora; mantenimiento del balance
hidroelectolítico y barrera defensiva por medio de células del SER.
Por lo que en el siguiente informe se explicará la fisiología hepática,
centrándonos en el rol del hígado en el metabolismo lipídico, además los efectos
del alcohol en los cambios de la estructura hepática, y se explicará un caso
clínico.

[Fecha] 3
Marco teórico

Cuestionario
1. Haga un esquema del hepatocito, y explique la fisiología hepática.

Fisiología Celular del hepatocito

Figura 1. El hepatocito, anatomía microscópica del hígado, componentes celulares y


conductos hepáticos. M. H. Ross, Sistema digestivo: Glandulas. Ed. Panamericana 7ta
edición, 2015 (consultado 7 agosto 2019). Disponible en:
https://www.casadellibro.com/libro-ross-histologia-texto-y-atlas-7aa-
ed/9788416004966/2586468

Cada placa hepática se compone de dos células y entre ellas se encuentran


canalículos biliares; la sangre fluye desde las vénulas portales hasta los
sinusoides y después a la vena central. El canalículo biliar no posee membrana
propia, sino que son prolongaciones de la membrana del hepatocito.
Espacio de Diesse: Es el espacio situado entre un hepatocito y células
endoteliales.
Células estrelladas de ito: Se encuentran situadas en el espacio de Diesse;
almacenan vitamina A y tiene receptores de IL-6 que en caso de inflamación
deposita colágeno en el espacio de Diesse.
Células de Kupffer: Son macrófagos que median reacciones de inflamación;
liberan IL-6 y gracias a ellos menos del 1% de bacterias llegan a circulación
general. El 35% de Fe se almacena en estas células bajo forma de ferritina y
hemosiderina (1).

[Fecha] 4
Heterogeneidad de la función hepatocitaria preferencial.

Figura 2. Clasificación de lobulillos hepáticos. Dr. G. Urlate. Fisiología Hepática. Stu Docu.
2015. (consultado 7 de agosto de 2019). Pag 4. Disponible en:
https://www.studocu.com/es/document/universidad-de-costa-rica/fisiologia00/resumenes/fgi06-
fisiologia-del-higado-dr-guido-ulate/2579424/view

Los hepatocitos periportales se


especializan en el metabolismo
oxidativo, mientras que los
hepatocitos pericentrales detoxifican
fármacos.
La zona I es especialmente
importante el metabolismo
energético oxidativo con la β-
oxidación, el metabolismo de
aminoácidos, la ureagénesis, la
gluconeogénesis, la síntesis de
colesterol y la formación de bilis.
En la zona II hay un solapamiento de
las funciones entre la zona I y la zona Tabla 1. Comparación entre las zonas I y III de los
III. hepatocitos.

En la zona III se localizan la síntesis de glucógeno a partir de glucosa, la


glucolisis, la liponeogénesis, la citogénesis, el metabolismo de xenobióticos y la
formación de glutamina.
En la zona III de las vías enzimáticas implicadas en la biotransformación de
sustratos por oxidación, reducción o hidrólisis (2).

[Fecha] 5
Transportadores del hepatocito.

Figura 3. Esquema de transporte hepático.

Transportadores basolatores
NTCP Transporta sal biliar conjugada, pero también no conjugada desde la
sangre
OATP Transporta ácidos biliares, aniones orgánicos y bilirrubina desde la
sangre
OAT Transportador de ácidos orgánicos
OCT Transporta cationes hacia el hepatocito
OSTα/β también participa en la extrusión de ácidos biliares y otros aniones
orgánicos hacia la sangre portal en condiciones de colestasis
ABC5/8 Excreta colesterol intacto hacia la bilis, defectos genéticos causa
sitosterolemia

Transportadores de la membrana canalicular


BSEP Secreción de ácidos biliares conjugados hacia la bilis
MDR3 Flipasa que añade fosfatidilcolina a la bilis
MRP2 Secreta ácito litocólico sulfatado hacia la bilis
También secreta bilirrubina al canalículo biliar
MDR1 Excreta xenobióticos
BRCP Excreta compuestos endógenos sulfatados
FIC1 ATPasa tipo P y funciona como un flipasa para fosfatidilserina dentro
de la membrana canalicular y mantiene la simetría de los fosfolípidos
de membrana

Aniones orgánicos (OA), glutatión reducido (GSH) y esteroides] que contribuyen


a generar una fuerza osmótica que atrae agua a través de las uniones estrechas
generando así el flujo de bilis. La bomba Na+ /K+ ATPasa de la célula hepática
genera una gradiente de sodio que permite el cotransporte de ácidos biliares
(AB) y sodio hacia el interior del hepatocito.

[Fecha] 6
Proteínas transportadoras de cationes
MATE1 Excreta electrolitos endógenos y exógenos tóxicos a través de la
bilis
AQP8 Facilita secreción canalicular de agua
MRP3 Pueden facilitar la extrusión de los constituyentes biliares en la
MRP4 medida en que se acumulan en el citoplasma en condiciones de
colestasis.

Metabolismo de fármacos y xenobioóticos:


Fase I: principalmente emplean enzimas citocromo p450
Fase II: la conjugación de los productos de fase I los vuelve más hidrosolubles
para su secreción al torrente sanguíneo o a la bilis.
Fase III: Hepatocitos excretan productos de las fases I y II a la bilis o a la sangre
sinusoidal.
Metabolismo de hormonas:
Metabolismo de hormonas tiroideas.
 Lleva a cabo desyodación de la T4 y T3 convirtiéndolas en metabolitos
inactivos.

Metabolismo de hormonas esteroideas.


 Se eliminan mediante biotransformaciones similares a los que sufren los
xenobióticos.

Almacén de vitaminas.
 Almacena vitamina A.
 El hígado constituye el máximo responsable del metabolismo y excreción
de vitamina E a través de la proteína TTP.
 Almacena vitamina K.

Síntesis y transporte de sales biliares:


 Se sintetizan alrededor de 200-400mg diarios
 Sales biliares pueden entrar en las siguientes formas:
Sal biliar no conjugada (AB-).
Ácido biliar protonado o neutro (H.AB).
Sal biliar conjugada con taurina o glicina (AB-Z).

[Fecha] 7
Figura 4. Secreción de sales y ácidos biliares.

Las proteínas de unión (BP) pueden transportar ácidos biliares conjugados a


través del citoplasma, que luego son excretados hacia el canalículo biliar por los
transportadores MRP2 y BESP.
Mecanismos de excreción de sales biliares hacia el canalículo biliar
MRP2 Expulsa sales biliares conjugadas con glucuronato o sulfato
BSEP Excreta ácidos biliares que se conjugan con glicina o taurina (Z)

Aniones organicos (AO), como los acidos biliares y la bilirrubina, pueden acceder
a través de la membrana basolateral por medio de un OATP.
Acidos biliares primarios (cólico y quenodexosicólico): Son sintetizados a partir
de colesterol y conjugados con taurina o glicina (ácido glico o tauroconjugados)
en el hepatocito. El paso inicial y limitante es la 7ª hidroxilasa, la actividad de
esta enzima está regulada por el receptor X farnesilo (FXR); cuando aumenta el
tamaño del fondo común de ácidos biliares en circulación enterohepática, el FXR
se activa y supreme la transcripción del gen que codifica para la colesterol 7ª-
hidroxilasa; la actividad de colesterol 7ª hidr.
Ácidos biliares secundarios (desoxicólico y litocólico):
Son formados por bacterias en el intestino que desconjugan a los ácidos biliares
primarios, es decir eliminan la taurina y glicina; es decir los vuelven a convertir
en ácido cólico y quenodesoxicólico y luego son dehidroxilan el carbono 7; esta
dehidroxilación transforma el ácido cólico en desoxicólico y el ácido
quenodesoxicólico en ácido litocólico y ursodesoxicólico; el ácido litocólico es
citotóxico y debido a su insolubilidad no se resorbe en grado importante.
Eliminación:
Entre 98-99% de ácidos biliares primarios y secundarios son reabsorbidos en el
íleon por el transportador ASBT e ingresan a circulación portal mediante el

[Fecha] 8
transportador OST; solo una pequeña absorción se elimina en las heces (0,5g),
pero esta eliminación es igual a la síntesis (3).
Metabolismo de hierro

Figura 5. Representación del proceso del hierro en el hepatocito.

El hepatocito realiza 3 funciones importantes en la homeostasis del hierro:


 Almacen: en forma de ferritina y hepatoferritina.
 Regula tráfico en el cuerpo mediante síntesis de hepcidina.
 Sintetiza principales proteínas del metabolismo del hierro: Transferrina y
ceruloplasmina.
El hierro (Fe+3) accede al hepatocito unido a la transferrina y se internaliza por
endocitosis mediada por receptor TFRI U TFRII, al ser acidificado el endosoma,
se libera hierro al citosol mientras que la ApoTf y el TFR pasan de nuevo a la
membrana. El hierro se acumula como ferritina o hemosiderina cuando está en
exceso.
Salida: A través de ferroportina, sale y es oxidado por ceruloplasmina para su
transporte por la transportina.
El hierro también puede llegar en forma de Hb(Fe+2), ligada a la haptoglobina y
ser degradado por la hemoxigenasa-1 (HO-1) a CO, biliverdina y Fe+3.
La hepcidina induce degradación de ferroportina cuando hay sobrecarga de
hierro, regulando así las cantidades de hierro circulante (4).

[Fecha] 9
Metabolismo de la bilirrubina

Figura 6. Biosíntesis de ácidos biliares

Los macrófagos fagocitan eritrocitos senescentes y descomponen el grupo hemo


en bilirrubina, que es transportada en la sangre unida a la albumina hasta
alcanzar el hígado.´
La conversión a urobilinógeno incoloro tiene lugar en el íleon terminal y el colon,
mientras que la oxidación a la urobilina amarillenta tiene lugar en la orina.
El hepatocito capta bilirrubina a través de su membrana basolateral, a través de
un OATP 1-3 y otros mecanismos no identificados.
El hepatocito posteriormente conjuga la bilirrubina con uno o dos residuos de
ácido glucuronico y exporta esta forma de bilirrubina conjugada a la bilis.
Las bacterias del íleon terminal y el colon convierten parte del glucuronido de
bilirrubina de vuelta a bilirrubina.
Esta bilirrubina se convierte posteriormente en más urobilinógeno incoloro. Si
permanece en el colon, el compuesto es degradado a estercobilina, que esel
principal pigmento de las heces. Si el urobilinógeno accede al torrente sanguíneo
y es filtrado por el riñón, se convierte a urobilina y proporciona a la orina su color
amarillo característico. NADP+, forma oxidada de nicotinamida-adenina-
dinucleotido-fosfato; NADPH, forma reducida de nicotinamidaadenina-
dinucleotido-fosfato.

[Fecha] 10
Metabolismo de proteínas y aminoácidos
Los mecanismos hepáticos fundamentales en la oxidación de los AA son los
procesos de transaminación y desaminación oxidativa, en este proceso son
especialmente importantes 2 transaminasas: GOT y GPT.

Figura 7. Esquema del metabolismo de proteínas y aminoácidos.

Metabolismo de la urea.
Esto convierte el amoniaco de la circulación sanguínea en urea, la cual luego
puede excretarse en la orina.
El amoniaco presente en la circulación se deriva principalmente de colon y
riñones y, en menores cantidades, de la desintegración de los eritrocitos y el
metabolismo muscular.
Sus sustratos son CO2 y amoniaco, sus productos finales son urea y ornitina, la
ornitina se recicla para el ciclo y la urea es eliminada por los riñones (5).

Figura 8. Esquema del metabolismo de la urea.

[Fecha] 11
Síntesis de proteínas plasmáticas
La albúmina es cuantitativamente la más importante y contribuye a la mayor
parte de la presión oncótica del plasma.
Después de una hemorragia, el hígado restituye las proteínas plasmáticas en
cuestión de días a semanas. La única clase principal de proteínas plasmáticas
que no sintetiza el hígado son las inmunoglobulinas.
Sintetiza factores de coagulación dependientes de vitamina K: II, VII, IX, y X.

Tabla 2. Resumen de síntesis de proteínas plasmáticas.

Regulación del metabolismo energético.


Fase absortiva:
En hígado en esta fase orienta el metabolismo hacia el anabolismo, de modo
que nutrientes absorbidos se acumulan de manera básica en forma de
gluocógeno y lípidos.
Fase postabsortiva:
Una vez que finalizó absorción de nutrientes, el organismo utiliza la glucosa y
ácidos grasos circulantes y las reservas intracelulares de glucógeno y lípidos
como fuente de energía.
Control del metabolismo energético hepático.
En presencia de insulina e hiperglucemia la glucocinasa se transloca del núcleo
al citosol, y dirige la glucosa a la glucólisis y gluconeogénesis al disociarse de
una proteína reguladora de la glucocinasa sensible a glucosa.
En fase absortiva, disponibilidad de Ac-CoA permite síntesis de ácidos grasos
por aumento de actividad de acetil-coa carboxilasa y estimularía eliminación de
maloníl-CoA de modo que interrumpe síntesis de ácidos grasos (6).

[Fecha] 12
Figura 9. Cuadro esquema de la regulación energética.

2. Efecto del alcohol en los cambios en la estructura hepática.


El alcohol puede ser absorbido a lo largo de todo el tracto gastrointestinal, desde
la boca hasta el recto; sin embargo, en el intestino delgado, duodeno y yeyuno
hay mayor absorción. Se absorbe también a través de la mucosa bucal, pasando
al torrente circulatorio, y a través de los pulmones, por ser volátil. La absorción
en la mucosa gástrica depende del nivel de retención en el estómago; llega al
hígado a través de la vena porta y allí tiene lugar, en su mayoría, el metabolismo
del alcohol.
Por ello, se dice que el principal órgano implicado en el metabolismo del alcohol
es el hígado, pues en él se lleva a cabo el 95% de su oxidación, y se produce un
efecto químico bastante nocivo. Algunos investigadores han demostrado que
una dieta rica en alcohol representa una sobrecarga masiva para el hígado. En
esta situación, el alcohol se convierte en el combustible principal, dejando el
hígado de metabolizar su combustible habitual (que son las grasas); esto da
lugar a múltiples trastornos, como la acumulación de grasas que no se oxidan, y
la oxidación del etanol que produce grandes cantidades de hidrógeno.
Este exceso de hidrógeno se utiliza para sintetizar más grasa y para la formación
de lactato, cuya elevada concentración en la sangre da lugar a la acidosis. La
hiperlactasidemia reduce la excreción renal de ácido úrico, de modo que aparece
una hiperuremia secundaria. Para eliminar el exceso de grasas, el hígado
sintetiza y libera cuerpos cetónicos en tal cantidad que algunos individuos
desarrollan una cetoacidosis grave. Además, el hígado elimina parte de las
grasas en forma de hipoproteínas; por ello el alcoholismo crónico suele asociarse
a hiperlipidemia.

[Fecha] 13
Como se sabe, el hígado lleva a cabo las funciones de almacenamiento y
metabolismo de determinados nutrientes, por lo que la interferencia del alcohol
en sus funciones puede producir deficiencias nutricionales secundarias; por
ejemplo, disminuye la concentración disponible de la zona activa de vitamina B6.
En la hepatopatía alcohólica también se inhibe la fosforilación de la tiamina a su
forma activa: el pirofosfato. La disminución de la fosforilación se puede ocasionar
por el deficit de ATP en el hígado, hecho también conocido en el desarrollo del
alcoholismo.
Por tal motivo, la mayoría de los alcohólicos llegan al estado de hígado graso
alcohólico, que consiste en aumento de tamaño hepático y en alteraciones leves
del hígado. Algunos alcohólicos desarrollan un hígado graso agudo, aparecen la
ictericia, dolores abdominales y anorexia. Si esto no se asocia con inflamación
grave o necrosis, se cura con la abstinencia del alcohol que permite recuperarse
de los síntomas, esto puede tardar de 1 a 2 meses.
En algunos pacientes se produce una necrosis de los hepatocitos, cuando el
grado de necrosis y la inflamación es grave (hepatitis alcohólica), lo que con
frecuencia representa un riesgo vital; si la persona continúa bebiendo,
desarrollará la cirrosis. (7)
El alcohol es capaz de producir un espectro de lesiones hepáticas y una serie de
manifestaciones clínicas secundarias que tradicionalmente se han agrupado en
tres síndromes anatomoclínicos: EHA, HA y CHA. En las tres entidades
mencionadas, las alteraciones histológicas predominan en la zona 3 del lobulillo
(área centrolobulillar o perivenular) donde existe una mayor concentración de las
enzimas que intervienen en el metabolismo hepático del alcohol y también más
hipoxia (figura 10).

Figura 10. Lesiones histopatológicas en la hepatopatía


por alcohol. Ref. Montoro Huguet M, García Pagán J.
Gastroenterologia
́ y hepatología. 2nd ed. Madrid: Jarpyo
Editores; 2012.

[Fecha] 14
a) Imagen que muestra esteatosis y focos de infiltración por PMN alrededor de
la vena centrolobulillar.
b) Esteatosis macrovacular.
c) Imagen que muestra fenómenos de fibrosis perisinusoidal.
d) Lesiones anatomopatológicas compatibles con una cirrosis hepática.
Obsérvense los nódulos de regeneración, separados por septos fibrosos.

Esteatosis hepática alcohólica (EHA)

Es la forma más frecuente y benigna de HPA y se caracteriza por el depósito de


triglicéridos en forma de vacuolas en el citoplasma de los hepatocitos.
Características histológicas.
La forma más frecuente es la esteatosis macrovacuolar. Consiste en pequeñas
vacuolas llenas de grasa que confluyen en grandes vacuolas, las cuales pueden
desplazar el núcleo y resto de organelas celulares. En su patogenia pueden
intervenir el aumento en la síntesis hepática de ácidos grasos, el descenso en
su metabolismo y un bloqueo en su trasporte desde el hígado a la sangre en
forma de lipoproteínas, así como un aumento en la movilización de triglicéridos
desde el tejido adiposo al hígado. En ocasiones la esteatosis adopta un patrón
microvesicular, en el que las microvacuolas no se unen para formar las grandes
vacuolas. Esta degeneración grasa es similar a la del síndrome de Reye o a la
del embarazo y está relacionada con un fallo en la β-oxidación de los ácidos
grasos. Por último, raras veces la esteatosis es mixta, macro- o microvesicular,
y masiva comprometiendo al 100% de los hepatocitos. Cuando el depósito de
grasa ocupa toda la célula, ésta puede romper la membrana celular y producir
una reacción inflamatoria granulomatosa, dando lugar a los típicos
“lipogranulomas”. Ocasionalmente es posible hallar, junto a la esteatosis,
depósito de colágeno alrededor de las venas centrolobulillares (fibrosis
perivenular o pericentral), en ausencia de inflamación o de otros signos de HA.

Hepatitis alcohólica (HA)

En ella las lesiones morfológicas y las manifestaciones clínicas son mucho más
graves que en la EHA. Aunque es difícil conocer su prevalencia real sin efectuar
una biopsia hepática, se calcula que aparece en alrededor del 20% de los
alcohólicos (10-35%), generalmente tras periodos de consumo excesivo.

Características histológicas

El diagnóstico histológico de la HA exige la coexistencia de degeneración y


necrosis celular, infiltrado inflamatorio de leucocitos (predominio
polimorfonuclear) alrededor de las zonas de necrosis y fibrosis pericelular. Como
ya se ha mencionado, estos hallazgos son más frecuentes alrededor de la zona
centrolobulillar. En la denominada “degeneración hidrópica” los hepatocitos
aparecen hinchados o balonizados y con el citoplasma claro. Se acepta que es
debido a una alteración de la bomba Na-K de la membrana celular que impide

[Fecha] 15
que se elimine el agua, o a una disfunción del sistema de microtúbulos que no
permite que se secreten las proteínas. La consecuencia es la necrosis y muerte
celular. En estadios iniciales, la fibrosis hepática de la HA se localiza en el
espacio de Disse (“colagenización o capilarización sinusoidal”) y envuelve de
forma característica a los hepatocitos (fibrosis pericelular). Además, es
frecuente, aunque no necesario, encontrar esteatosis, proliferación de conductos
biliares, megamitocondrias, cuerpos acidófilos, y cuerpos (o hialina) de Mallory
(agregados perinucleares de material proteináceo y eosinófilo, consecuencia de
una alteración de la vía ubiquitina-proteasomas) (figura 11). Además de en la
HPA, es posible observar también hialina de Mallory en la enfermedad de Wilson,
colestasis crónicas, diabetes, hepatopatía grasa no alcohólica, enfermedad de
WeberChristian y tras la toma de maleato de perhexelina.

Figura 11. Cuerpos de Mallory o hialina alcohólica.


Aparecen en forma de agregados irregulares,
intracitoplásmicos, perinucleares y de color rojo violáceo.
Está compuesta por citoqueratina y otras proteínas. Ref.
Montoro Huguet M, Garcia ́ Pagán J. Gastroenterología y
hepatología. 2nd ed. Madrid: Jarpyo Editores; 2012.

Cirrosis hepática alcohólica (CHA)

Constituye el estadio evolutivo final de la HPA. Generalmente la HA es la lesión


precursora, pero se han documentado casos en los que la CHA apareció tras
una EHA con fibrosis perivenular central, una fibrosis hepática o una hepatitis
crónica activa alcohólica. La cirrosis es un proceso avanzado de fibrosis,
asociado a destrucción de la arquitectura lobular normal y a la formación de
nódulos. Éstos se forman como consecuencia de la necrosis de los hepatocitos
y la aparición de cicatrices. El paciente cirrótico desarrolla hipertensión,
acompañada de astitis, edema, aparición de varices esofágicas y encefalopatía.
Lo que no es claro es por qué unos pacientes desarrollan cirrosis a edad
temprana, mientras que otros nunca pasan de un hígado graso (Fenster, 1989).

[Fecha] 16
Características histológicas
La arquitectura normal del lobulillo es sustituida por puentes de fibrosis que
rodean a nódulos de regeneración hepatocitaria, de forma similar a lo que sucede
en las CH de otras etiologías. La CHA suele reconocerse porque estos nódulos
son menores de 3 mm (cirrosis micronodular o de Laennec), aunque cuando
coexisten otras agresiones, como la infección por el VHC, o se suprime el alcohol
durante varios años, puede transformarse en macronodular o en mixta. La CHA
puede asociarse a lesiones de HA, que suelen ser más intensas en la periferia
de los nódulos de regeneración. En estos casos, es posible ver infiltración grasa,
hialina de Mallory, necrosis hialina esclerosante u otras lesiones típicas de la
HPA, rasgos que permiten diferenciarla de otras CH no alcohólicas (8).
3. Rol del hígado en el metabolismo lipídico.
Las funciones principales del hígado en el metabolismo lipídico son:
 Descomponer los ácidos grasos en compuestos más pequeños para su
aprovechamiento energético
 Sintetizar triglicéridos, principalmente a partir de los hidratos de carbono,
pero también, en menor grado, de las proteínas
 Sintetizar otros lípidos a partir de los ácidos grasos, en especial el
colesterol y los fosfolípidos.
El hígado almacena grandes cantidades de triglicéridos: durante las primeras
fases del ayuno; en la diabetes mellitus, y en cualquier otro estado donde se use
rápidamente la grasa en lugar de los hidratos de carbono para obtener energía.
En estas condiciones se movilizan grandes cantidades de triglicéridos desde el
tejido adiposo, se transportan en forma de ácidos grasos libres por la sangre y
se depositan de nuevo como triglicéridos en el hígado, donde comienza gran
parte de la descomposición inicial de la grasa. De este modo, en condiciones
fisiológicas normales, la cantidad total de triglicéridos del hígado está
determinada en gran medida por la tasa global de su utilización energética (9).
El hígado puede almacenar también grandes cantidades de lípidos en caso de
lipodistrofia, un trastorno caracterizado por atrofia o deficiencia genética de
adipocitos (9).
La célula hepática, además de triglicéridos, contiene grandes cantidades de
fosfolípidos y de colesterol, que el hígado sintetiza continuamente. Además, los
hepatocitos son mucho más capaces de desaturar los ácidos grasos que las
células de otros tejidos, de manera que los triglicéridos hepáticos se encuentran
normalmente mucho más insaturados que los del tejido adiposo. Esta capacidad
del hígado para desaturar los ácidos grasos reviste una importancia funcional
para todos los tejidos del cuerpo, ya que muchos componentes estructurales de
todas las células contienen cantidades razonables de grasas insaturadas, y su
fuente principal es el hígado. Esta desaturación la realiza una deshidrogenasa
de las células hepáticas (9).

[Fecha] 17
Figura 12. Metabolismo de los lípidos. Ref 1. Hall J, Guyton A. Tratado de
fisiología médica. 13th ed. Barcelona: Elsevier; 2016.

4. Identifique las funciones hepáticas que están alteradas en este paciente.


 Elevación de las transaminasas (TGO: 74 UI/l , TGP: 38 UI):
Pinheiro (10) dice que estas enzimas están presentes en varias células de
nuestro cuerpo y se presentan en gran cantidad en los hepatocitos (células del
hígado). Toda vez que una célula que contiene GOT o GPT sufre una lesión,
estas enzimas se «derraman» en la sangre, aumentando su concentración
sanguínea. Por lo tanto, es fácil entender por qué enfermedades del hígado, que
causan lesión de los hepatocitos, cursan con niveles sanguíneos elevados de
GOT y GPT. La GOT está presente también en las células de los músculos y del
corazón, mientras que la GPT es encontrada casi que solamente dentro de las
células del hígado. La GPT es, por lo tanto, mucho más específica para
enfermedades del hígado que la GOT. Las principales enfermedades que
causan elevación de las transaminasas son: hepatitis virales, cirrosis, esteatosis
hepática, abuso de alcohol. Lesión del hígado por drogas y medicamentos
(hepatitis medicamentosa), insuficiencia cardíaca, isquemia del hígado (hepatitis
isquémica), cáncer del hígado.
 Elevación de GGT (100 UI/l):
Pinheiro (10) dice que el abuso de bebidas alcohólicas suele causar una
elevación mayor de GGT que la fosfatasa alcalina. Uno enfermo con elevación
de GPT más pequeña que GOT y una GGT mayor que la fosfatasa alcalina,
probablemente tiene una enfermedad hepática causada por alcohol.
 La fosfatasa alcalina (FA 104 UI/l): se encuentra en los valores normales.

[Fecha] 18
 Hipoalbuminemia (3,1 g/dl):
La medición de la albúmina en sangre es un buen indicador de la función sintética
del hígado, es decir, de la capacidad del hígado de formar las proteínas que
normalmente produce. Su nivel plasmático normal es 3,5 a 5 g/dL. La albúmina
es la proteína más abundante del plasma y es producida exclusivamente por el
hígado. La hipoalbuminemia (disminución de los niveles plasmáticos de
albúmina) pueden ser signo de un daño hepático crónico. Sin embargo, la
disminución de la albúmina no es específica de las enfermedades hepáticas. Las
principales causas de hipoalbuminemia son: cirrosis hepatica, síndrome
nefrósico (nefrótico), enfermedades crónicas (por ejemplo neoplasias,
insuficiencia cardiaca y enfermedades intestinales entre otras), malabsorción
(11).
 Bilirrubina (2,4 mg/dl):
La bilirrubina es un pigmento de tono amarillento que está presente en la bilis,
un líquido expulsado por el hígado que ayuda a digerir las grasas y que el
organismo elimina a través de las heces; se trata de una sustancia de desecho
que tiene que ser eliminada por el organismo, y que se forma a partir de
la hemoglobina; cuando lo glóbulos rojos mueren, el hígado los trata, la
hemoglobina se descompone y se crea la bilirrubina. Luego, se almacena en
forma de bilis en la vesícula biliar y se expulsa a través de la defecación (12).
Los resultados normales de un análisis de bilirrubina son 1, 2 miligramos por
decilitro (mg/dl) de bilirrubina total para adultos y, generalmente, 1 mg/dl para
menores de 18 (13). Las principales causas del exceso de bilirrubina en el
organismo: incremento anormal de la mortalidad de los glóbulos rojos,
padecer patologías hepaticas, tener hepatitis, una enfermedad venérea o de
transmisión sexual (12).
 Bilirrubina directa (1.0):
Los resultados normales de bilirrubina directa son generalmente de 0,3 mg/dl
(13). Figueroa (14) dice que las causas más frecuentes del aumento de los
niveles de la bilirrubina conjugada (directa) se relacionan con: hepatitis, cirrosis
hepática, cálculos biliares y tumores en el páncreas pueden obstruir la vesícula
biliar, dificultando la eliminación de bilirrubina o síndromes de Dubin Johnson y
de Rotor (enfermedades hereditarias benignas que tienen la ictericia como
síntoma principal).
 Tiempo de protrombina elevado (18 seg):
López (15) sostiene que el tiempo de trombina evalúa la conversión del
fibrinógeno en fibrina; el valor normal va de 9 a 35 segundos y se prolonga
cuando hay fibrinógeno anormal, disminuido o cuando hay elevación de los
productos de fragmentación de la fibrina; por lo tanto, resulta un buen parámetro
para evaluar coagulación intravascular diseminada y hepatopatías.

[Fecha] 19
 INR elevado (1.4):

López (15) dice que la importancia de este parámetro radica en su utilidad para
evaluar la efectividad de la anticoagulación con antagonistas de la vitamina K,
pero tiene poca utilidad en otros estados de coagulopatía como en la
insuficiencia hepática.
5. ¿A qué se le denomina estigmas hepáticos?
Los estigmas hepáticos son un grupo de características que se presentan al
momento de realizar la anamnesis y la exploración física al paciente que padece
una enfermedad hepática.
Enfermedad hepática crónica
Una insuficiencia hepatica crónica es producida generalmente por una
hepatopatía alcohólica, la principal complicación de esta patología es la cirrosis
mencionando al hígado graso y la hepatitis alcohólica como otras (16), estos
pacientes se evidencian lo siguiente:
Cirrosis
Es la culminación de un largo proceso que causa la formación de septos fibrosos
y nódulos de regeneración. La fibrosis hepática juega un papel determinante en
la evolución a cirrosis a partir de diversas enfermedades hepáticas, y consiste
en un aumento difuso de la matriz extracelular en respuesta a un daño
persistente en el hígado. El alcohol y el virus de la hepatitis C son las causas
más comunes, seguidos de la enfermedad por depósito de grasa no alcohólica.
La cirrosis se caracteriza por una fase asintomática, denominada cirrosis
hepática compensada, seguida de una fase sintomática o cirrosis hepática
descompensada y rápidamente progresiva, con complicaciones derivadas de la
hipertensión portal y de la insuficiencia hepática (17).
Manifestaciones inespecíficas:
 Anorexia
 Pérdida de peso
 Astenia
Manifestaciones especificas
 Ictericia, la cual puede producir prurito, algunos paciente llegan incluso a
desgarrarse la piel al rascarse y pueden sufrir brotes repetidos de
infecciones con riesgo vital.
 Encefalopatía
 Ascitis
Se produce una hipertensión portal, por lo que el organismo en un intento de
liberar presión, genera nuevos vasos sanguíneos, los cuales son visibles bajo la
piel, a esto se le conoce como circulación colateral.

[Fecha] 20
En las mujeres pueden aparecer irregularidades en los ciclos menstruales y
signos de virilización.
La alteración del metabolismo de los estrógenos con la consiguiente
hiperestrogenemia en los hombres puede ser origen de eritema palmar y de
angiomas en araña cutáneos. Esta hiperestrogenemia puede causar también
hipogonadismo y ginecomastia (18).
Hepatitis alcohólica
La hepatitis alcohólica es la inflamación del hígado a causa de la ingesta de
alcohol. Es más común en pacientes que beben en abundancia durante muchos
años aunque no todos desarrollan hepatitis alcohólica, y la enfermedad puede
presentarse en personas que beben moderadamente.
Signos y Síntomas

 Pérdida de apetito
 Náuseas y vómitos
 Sensibilidad abdominal.
 Fiebre, a menudo febrícula
 Fatiga y debilidad.
 Ictericia.
 La desnutrición es común en personas con hepatitis alcohólica. Ingerir
grandes cantidades de alcohol suprime el apetito, y los bebedores
empedernidos obtienen la mayoría de las calorías en forma de alcohol.
Signos y Síntomas Adicionales

 Acumulación de líquido en el abdomen (ascitis).


 Confusión y cambios en el comportamiento debido a la acumulación de
toxinas que el hígado suele eliminar.
 Insuficiencia renal y hepática (19).

Hígado graso

Puede ser de origen no alcohólico o alcohol, también llamada esteatosis


hepática.
Esteatosis hepática no alcohólica
Existen dos tipos:

 Hígado graso simple: Hay grasa en el hígado, pero poca o ninguna


inflamación o daño en las células del hígado. En general, el hígado graso
simple no es demasiado serio como para causar daño o complicaciones
al hígado.

[Fecha] 21
 Esteatosis hepática no alcohólica: Existe inflamación y daños en las
células del hígado, y grasa. La inflamación y el daño de las células del
hígado pueden causar fibrosis o cicatrización del hígado. La esteatosis
puede causar cirrosis o cáncer de hígado.

Esteatosis hepática alcohólica

Sustancias residuales de la digestión del alcohol daña las células del hígado,
provocando inflamación y debilitando las defensas naturales del cuerpo. Es la
etapa más temprana de la hepatopatía alcohólica, las siguientes etapas son la
hepatitis alcohólica y la cirrosis.
Signos y Síntomas

 La enfermedad pasa inadvertida con ligeras molestias en el área


abdominal y cansancio o fatiga (20).

6. Explique el caso clínico.


Acude a consultorio un paciente varón de 50 años, natural y residente en
Pomalca, ocupación carpintería metálica, casado, tiene 3 hijos. Es traído por
esposa quien refiere que desde hace aproximadamente 1 mes nota coloración
amarillenta en escleras, además astenia marcada y aumento del perímetro
abdominal. Antecedentes ha radicado en la ciudad de Lima por 10 años (1990-
2000), fuma ocasionalmente bebe regularmente cerveza o aguardiente desde
los 18 años, los últimos 5 años 2 a 3 veces por semana, hasta la embriaguez.
Refiere consumo de AINES ocasional por lumbalgia, Se le diagnóstico TBC
pleural hace aproximadamente 8 años, refiere tratamiento completo. Al examen
físico PA. 95/60 FC 80 FR 18 Sat O2: 96% FiO: 0.21 Edema +/+++, Ictericia de
piel y escleras +/+++, queilitis angular, nevus tipo arañas vasculares en piel de
tronco. Hipertrofia parotídea, Presencia de ginecomastia. A nivel Respiratorio y
cardiovascular no se encuentra hallazgos significativos En abdomen destaca
distensión abdominal, matidez desplazable, así como circulación colateral,
Genitales externos: testículos disminuidos de tamaño. Vello púbico en poca
cantidad y con distribución ginecoide. Neurológico: bradipsíquico, orientado en
persona, espacio y tiempo, no déficit motor.
Pruebas de Laboratorio al Ingreso (TGO: 74 UI/l, TGP: 38 UI, GGT 100 UI/l, FA
104 UI/l, albúmina 3,1 g/dl, bilirrubina 2,4 mg/dl, Bilirrubina directa 1.0
Hemoglobina 12,6 g/dl, plaquetas 87.000, leucocitos 4100 (S 54%, L 36%,
M10%) Tiempo de protrombina 18 seg INR 1.4 creatinina 0,9 mg/dl, Glucosa 89
mg/dl.
Diagnóstico: Cirrosis hepática.
Sospechamos de una cirrosis hepática debido a que le paciente comenta que
consume bebidas alcohólicas de 2 a 3 veces por semana, siendo ésta una de las
principales causas para el desarrollo de esta enfermedad.

[Fecha] 22
Guyton (21) menciona que
“cuando se destruyen las células
parenquimatosas del hígado y se
reemplazan por tejido fibroso,
que acaba contrayéndose en
torno a los vasos sanguíneos, la
sangre portal encuentra grandes
obstáculos para su paso por el
hígado” como se muestra en la
imagen A; a este proceso se le
conoce como cirrosis hepática,
Figura 13. Histología de la cirrosis hepática: la imagen
una enfermedad crónica, muestra los nódulos de regeneración y septos fibrosos. Ref.
progresiva e irreversible. Esta Libro de Gastroenterología y Hepatología. Problemas
comunes en la práctica clínica (2014).
enfermedad tiene como etiología
principal al consumo excesivo de
alcohol; también infección con el virus de la hepatitis C, hepatitis autoinmune o
a la acumulación de grasa en los hepatocitos, proceso conocido como
“esteatohepatitis no alcohólica”.
En la exploración física al paciente se notó ictericia de piel y esclera, varices
esofágicas, ascitis, ginecomastia, testículos disminuidos de tamaño, que son
signos claros para una sospecha de cirrosis hepática. Dentro de las principales
complicaciones de la cirrosis hepática encontramos:
a) Hipertensión portal (HTP):

La presión portal normal oscila de 2-6 mmHg. El aumento de la presión en la


cirrosis hepática se debe a la resistencia del flujo sanguíneo producido por la
fibrosis, produciendo ésta varices esofágicas cuando la presión es mayor a las
10 mmHg y con probabilidad de sangrado si aumenta por encima de los 12
mmHg.
b) Hemorragia digestiva por ruptura de las varices esofágicas:

El 50% de los pacientes con cirrosis hepática presentan estas varices


esofágicas. Su probable ruptura se debe a cualquier circunstancia que conduzca
a un deterioro significativo de la función hepática o un agravamiento de la
hipertensión portal puede ser el detonante de un episodio de sangrado. Es el
caso de una transgresión enólica, una cirugía mayor reciente, una infección
bacteriana (especialmente la peritonitis bacteriana espontánea) o una
transfusión de hemoderivados (22).

[Fecha] 23
Figura 14. Signos endoscópicos de riesgo para la hemorragia por varices esofágicas. Ref. Libro de
Gastroenterología y Hepatología. Problemas comunes en la práctica clínica (2014).

a) Ascitis:

Cuando la presión en las venas hepáticas se eleva de 3 a 7 mmHg por encima


de la normal, se empiezan a trasudar cantidades exageradas de líquidos hacia
la linfa y a escapar por la cara externa de la cápsula hepática en dirección a la
cavidad abdominal. Este líquido es casi plasma puro y contiene de un 80 a un
90% de las proteínas del plasma normal. Para una presión en la vena cava de
10-15 mmHg, el flujo linfático del hígado se multiplica hasta por 20 y la
«trasudación» por la superficie hepática aumenta, a veces, tanto que se
acumulan enormes cantidades de líquido libre en la cavidad abdominal,
fenómeno conocido como ascitis (21).

Figura 15. Descompensación ascítica en un paciente con


cirrosis hepática de etiología enólica. Ref. Libro de
Gastroenterología y Hepatología. Problemas comunes en la
práctica clínica (2014).

[Fecha] 24
Para la confirmación de este diagnóstico se realizaron pruebas de laboratorios
tales como:
TGO: 74 UI/l, TGP: 38 UI, GGT 100 UI/l, FA 104 UI/l, albúmina 3,1 g/dl, bilirrubina
2,4 mg/dl, Bilirrubina directa 1.0 Hemoglobina 12,6 g/dl, plaquetas 87.000,
leucocitos 4100 (S 54%, L 36%, M10%) Tiempo de protrombina 18 seg INR 1.4
creatinina 0,9 mg/dl, Glucosa 89 mg/dl.
En el perfil hepático realizado observamos el valor de la transaminasa TGO por
encima del valor normal (10 a 34 UI/l) pero la transaminasa TGP se encuentra
dentro del rango normal (5-60 UI/l), en ambos casos si se presenta un valor por
encima de lo normal nos indicaría una lesión hepática como el caso de la cirrosis.
En cuanto a la albúmina se encuentra ligeramente por debajo del rango
normal (3,4 a 5,4 g/dl). Cuando ocurre una enfermedad crónica del hígado, las
proteínas del plasma, del tipo de la albúmina, descienden hasta valores muy
bajos y determinan edema generalizado y ascitis.
La bilirrubina directa ocasionada por una ictericia obstructiva, se debe a una
obstrucción de la vía biliar o por la lesión de los hepatocitos. La velocidad de
síntesis de la bilirrubina es normal, pero la bilirrubina formada no puede pasar de
la sangre al intestino. Sus valores normales son de 0-0,3 mg/dl, donde el estudio
nos muestra una clara elevación de la bilirrubina directa, por encima del valor
normal. La piel empieza a denotar la ictericia cuando la concentración aumenta
hasta tres veces el valor normal, es decir, por encima de 1,5 mg/dl (A).
El tiempo de protrombina rango normal: 0.8 - 1.1 seg. El hígado interviene en la
síntesis de la mayoría de las proteínas implicadas en los mecanismos de la
coagulación. Por lo tanto, el tiempo de protrombina refleja con gran precisión el
estado de la función hepática y aumenta gradualmente en la medida que ésta se
deteriora.

[Fecha] 25
Discusión

a. Rojas Avellaneda Erich:


Teóricamente, el hígado de los infantes debiese estar más protegido ante
lesiones en este órgano: presenta mayor cantidad de glutatión (una de las
principales moléculas para conjugar tóxicos e inactivarlos) así como una
«hipertrofia» de ciertas vías metabólicas (como la sulfatación) que intentan
compensar el déficit fisiológico de ciertas vías aún inmaduras (como la
glucuronoconjugación).
Sin embargo, esta circunstancia, en principio favorable, puede actuar como arma
de doble filo: la ausencia de ciertas vías metabólicas detoxificadoras (que se
expresan con el desarrollo), así como la existencia de ciertas vías aberrantes (de
carácter compensatorio frente a las inmaduras) hacen que, o bien no se
detoxifiquen todos los fármacos o bien que se generen metabolitos extraños y
únicos en la infancia.
En los recién nacidos, la ausencia o deficiencia de ciertas enzimas puede
prolongar la semivida de algunos antibióticos (p. ej., cloranfenicol) y aumentar el
riesgo de toxicidad. Los cambios en la TFG (tasa de filtración glomerular) y la
secreción tubular renal durante el primer mes de vida exigen modificaciones de
las dosis de los fármacos que se excretan por vía renal (p. ej., penicilinas,
aminoglucósidos, vancomicina).
b. Cueva Ortega Lisbeth:
En la hepatopatía alcohólica también se inhibe la fosforilación de la tiamina a su
forma activa: el pirofosfato. La disminución de la fosforilación se puede ocasionar
por el déficit de ATP en el hígado, hecho también conocido en el desarrollo del
alcoholismo (7).
Por tal motivo, la mayoría de los alcohólicos llegan al estado de hígado graso
alcohólico, que consiste en aumento de tamaño hepático y en alteraciones leves
del hígado. Algunos alcohólicos desarrollan un hígado graso agudo, aparecen la
ictericia, dolores abdominales y anorexia; por otro lado, en otros pacientes se
produce una necrosis de los hepatocitos, cuando el grado de necrosis y la
inflamación es grave (hepatitis alcohólica), lo que con frecuencia representa un
riesgo vital, si la persona continua bebiendo, desarrollará la cirrosis; la cual es
un proceso avanzado de fibrosis, asociado a destrucción de la arquitectura
lobular normal y a la formación de nódulos, los cuales se forman como
consecuencia de la necrosis de los hepatocitos y la aparición de cicatrices. El
paciente cirrótico desarrolla hipertensión, acompañada de astitis, edema,
aparición de varices esofágicas y encefalopatía (7).
c. Ojeda Torres Guido:
La cirrosis es un padecimiento frecuente, con una elevada mortalidad en la
actualidad. La etiología es variada, siendo las primeras causas: abuso de
alcohol, virus de la hepatitis C y otras hepatopatías.

[Fecha] 26
Sin embargo, el proceso de detoxificación de los fármacos (conversión en
hidrosolubles) se produce en el hígado, lo que determina que sea el principal
órgano diana de posibles reacciones adversas de los fármacos. Aunque es
considerable el número de fármacos que se han relacionado con
hepatotoxicidad, esta complicación no constituye un problema clínico habitual
por la baja incidencia de reacciones idiosincrásicas, no obstante, el 10-15% de
las hepatitis fulminantes, así como un 2-5% de los síndromes ictéricos que
ingresan en el hospital, son debidas a fármacos.
Cano, Cifuentes y Amariles (23) en su trabajo de investigación nos dice que “los
AINE se identificaron como un grupo importante que puede causar alteraciones
hepáticas principalmente de tipo idiosincrásico, en casos de abuso o
sobredosis“.
d. Mundaca Zuñiga Luis:

Los estigmas hepáticos son un grupo de manifestaciones clínicas que sugieren


que el padecimiento de alguna enfermedad hepática. Estas características se
relacionan con enfermedad hepática crónica pues no son reconocibles hasta sus
etapas avanzadas y son causadas, en su mayoría, por una hepatopatía
alcohólica como la hepatitis alcohólica que deriva luego en cirrosis (17). Aunque
el alcoholismo es un factor determinante para que se produzca la hepatopatía no
todos los pacientes con esta característica la desarrollan, a lo que se le suele dar
una causa genética sin mayores aclaraciones. Beaudoin J et al en “An
exploratory genome-wide analysis of genetic risk for alcoholic hepatitis” (24)
investigan al factor genético que diferencia a los bebedores que padecen
hepatitis alcohólica de los que no. Tras realizar el barrido en los pacientes no se
encontró algún factor de alta significancia en específico pero se encontró relación
en variaciones de PNPLA3 y otras vías génicas con el riesgo elevado de padecer
de hepatitis alcohólica.
e. Verona Mendoza Jesús:
Existe una estrecha relación de la diabetes mellitus tipo 2 con la cirrosis hepática.
Ésta radica en la resistencia a la insulina de la diabetes tipo 2, lo que ocasiona
que dicha hormona no pueda penetrar los hepatocitos para regular en nivel de
glucosa en sangre y se almacene como glucógeno, por ende la glucosa se
convierte en triglicérido y entra en el hepatocito, se acumula ahí de manera
excesiva que posteriormente produciría la lisis de la célula hepática liberándose
transaminasas, un indicador en los exámenes laboratoriales. Esto se conoce una
esteatohepatitis no alcohólica.

Esta relación estuvo desestimada por médicos durante mucho años, aumento la
mortalidad por cirrosis. Un estudio realizado en Alemania en donde se envió una
encuesta a 576 gastroenterólogos con preguntas específicas basándose en
publicaciones recientes. De 253 cuestionarios contestados, el 90 y 40% de los
médicos subestimaron la prevalencia de intolerancia a la glucosa (IG) y diabetes
mellitus (DM) en los pacientes cirróticos, respectivamente (25).

[Fecha] 27
El tratamiento de la diabetes del cirrótico es complejo debido al daño hepático y
a la hepatotoxicidad de algunos hipoglucemiantes orales. Actualmente no
existen estudios que evalúen cuáles son los mejores esquemas terapéuticos de
la diabetes en los cirróticos y se desconoce además si el control de la DM
modifica la historia natural de la enfermedad hepática (25).

El tratamiento inicial de los pacientes con hiperglucemia leve a moderada y


enfermedad hepática compensada podría ser el cambio del estilo de vida, en
estadíos avanzados de la enfermedad el uso de fármacos siempre está
contraindicado como la metformina, que disminuye la resistencia a la insulina,
sin embargo, este medicamento está relativamente contraindicado en pacientes
con insuficiencia hepática avanzada y en los que continúan la ingesta de alcohol
por el riesgo de acidosis láctica. Finalmente la única solución parece ser el
trasplante hepático que normaliza la tolerancia a la glucosa y la sensibilidad a la
insulina de forma rápida. Se piensa que este efecto se debe a una mejora de la
depuración hepática y de la disposición periférica de la glucosa. No obstante, el
trasplante hepático cura la DH solo en el 67% de los casos. En el 33% la diabetes
no fue corregida debido a la persistencia de una reducción del funcionamiento
de las células beta del páncreas (25).

[Fecha] 28
Conclusiones

 El hígado es un órgano cuya función principal es el metabolismo de


sustancias, sirve como almacén de múltiples sustancias y las funciones que
desempeña cada hepatocito dependerá de la zona en la que se encuentre con
respecto a su cercanía a la sangre oxigenada.
 El principal órgano implicado en el metabolismo del alcohol es el hígado,
pues en él se lleva a cabo el 95% de su oxidación, y se produce un efecto químico
bastante nocivo, se ha demostrado que una dieta rica en alcohol representa una
sobrecarga masiva para el hígado ya que el alcohol se convierte en el
combustible principal, dejando el hígado de metabolizar su combustible habitual
(que son las grasas); esto da lugar a múltiples trastornos, como la acumulación
de grasas que no se oxidan, y la oxidación del etanol que produce grandes
cantidades de hidrógeno.
 El hígado es uno de los órganos de mayor importancia biológica ya que
gracias a él podemos metabolizar las grasas, sintetizar colesterol, oxidar ácidos
grasos, etc y al presentarse un trastorno como la cirrosis, se alteran todas las
funciones antes mencionadas, lo cual es incompatible con la vida.
 La cirrosis hepática representa una de las principales causas de
morbimortalidad en el mundo. El abuso de alcohol y la infección por el VHC
constituyen las causas más frecuentes. La mayoría de las manifestaciones
clínicas y biológicas de esta enfermedad tienen su origen en el deterioro
progresivo de la función hepática y en las consecuencias del shunt (cortocircuito)
portosistémico asociado a la hipertensión portal.
 A pesar del cúmulo de información reciente en relación con el impacto
negativo de la DM en la supervivencia de los pacientes cirróticos, hasta el
momento actual se han publicado muy escasos estudios terapéuticos con el
objetivo de conocer cuáles son los regímenes de tratamiento más adecuados de
la diabetes y, sobre todo, para saber cuál es el impacto del tratamiento en la
supervivencia de los pacientes.

[Fecha] 29
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