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Si observamos el gráfico, existen un 40% de factores que nos hacen felices que dependen
exclusivamente de nosotros y las circunstancias en las que nos encontramos tan solo
determinan un 10% de nuestra felicidad.
Uno de los mayores estudiosos de la felicidad desde un punto de vista científico es el Profesor
Martin Seligman de la Universidad de Pensilvania y antiguo Director de la Asociación Americana
de Psicología. Seligman ha dado un impulso definitivo a la creación de lo que llaman “psicología
positiva” que estudia las bases del bienestar psicológico y de la felicidad así como de las
fortalezas y virtudes humanas.
Basándose en estos estudios, Sonja Lyubomirsky y cols. elaboraron lo que sería una fórmula de
la felicidad que explica que nuestra felicidad se rige por tres factores importantes y pone de
manifiesto la responsabilidad que tenemos sobre nuestra propia felicidad mas allá de las
circunstancias de vida. En su obra la “La ciencia de la felicidad” Sonja expone que la felicidad
responde a la siguiente fórmula.
FELICIDAD = S + C + V
Los estudios llevados a cabo sobre los factores de la felicidad han determinado los porcentajes
correspondientes a cada uno de los factores de esta fórmula.
La S se refiere al “Set” que son los factores genéticos o hereditarios con los que partimos y que
son difícilmente modificables, nuestro rango base. Esta parte explica como existen personas
que parten con una lente de tristeza para ver el mundo y otras tienden a verlo en positivo
cuando se encuentran con circunstancias similares. Este rango base ha sido calculado con
estudios realizados a gemelos idénticos separados al nacer que han demostrado la importancia
de la genética en la percepción de felicidad.
Como vemos, los factores genéticos suponen un 50% y podríamos pensar que es demasiado,
pero la buena noticia es que hay todo un 50% que no está establecido y hay una gran parte que
depende SOLO de ti mismo.
La V hace referencia a los factores que dependen de nuestra voluntad. Por lo tanto, nosotros
somos responsables de ser felices, como plantea el propio Seligman en “La Vida con Sentido”.
Se trata de encontrar aquello en lo que realmente creemos y de poner todas nuestras fuerzas a
su servicio. Aquí entran en juego nuestras convicciones profundas y nuestros ideales, el
agradecimiento, el tratar de ser mejores, el criticar menos y comprender más, sonreír al vecino,
todo vale y nos gratifica con valores estables de felicidad.
Si observamos el gráfico, existen un 40% de factores que nos hacen felices que dependen
exclusivamente de nosotros y las circunstancias en las que nos encontramos tan solo
determinan un 10% de nuestra felicidad. Si aún no estas convencido de que más dinero o una
mayor belleza no te hará mas feliz excepto por un periodo muy corto de tiempo, puedes seguir
leyendo otros post a este respecto. También te contaremos algunas maneras de hacer que ese
40% voluntario sea 100% aprovechado para que seas muy feliz.
Fuentes bibiográficas:
Según datos de la Organización Mundial de la Salud se espera que en el año 2020 la depresión
sea la causa de enfermedad número uno en el mundo desarrollado. Con estos datos, parece
prudente que nos fijemos en cómo desarrollar lo opuesto a la depresión, nuestra felicidad.
· (Sólo) un 10% de nuestra felicidad depende de las circunstancias de nuestra vida: tener un
determinado estado civil, salud, nivel socioeconómico, un buen trabajo… Aunque resulte
paradójico, todos los datos señalan que las circunstancias vitales sólo determinan un 10 por
ciento de nuestra felicidad. Como comentamos en el anterior artículo esto se debe al proceso
de habituación. Tanto lo bueno como lo malo que nos ocurra deja de ser causante de nuestra
felicidad a largo plazo porque nos acostumbramos a ello. Sin embargo, es ahí donde todos
ponemos mayores esfuerzos en conseguir cambios porque creemos que es donde reside
nuestra felicidad.
· El 50% de nuestra felicidad viene definido por los genes. La profesora Lyubomirsky dice que
algunas personas están programadas genéticamente para ser más felices que otras. Puede que
el sol brille más para unas personas que para otras. Cada uno de nosotros nace con un ‘punto
fijo de felicidad’.
¿Qué es “el punto fijo” de felicidad? Pongamos un ejemplo: imaginemos dos amigos, Marta y
Óscar. Marta tiene un nivel de felicidad habitual, en una escala de 1 a 10, de 6. Le toca la lotería
y su nivel de felicidad se eleva, por ejemplo, al 9. Sin embargo, transcurrido un tiempo,
regresará de nuevo al 6. Óscar, tiene un nivel de felicidad de 3. Si le toca la lotería su nivel
puede subir, pongamos al 6. Y transcurrido un tiempo, regresará de nuevo a un valor entorno al
3 inicial.
Es decir, el punto fijo de felicidad es el punto estable en torno al cual varía el estado de ánimo
de una persona. Sin embargo, sólo porque tu punto fijo de felicidad no se pueda cambiar eso no
significa que tu nivel de felicidad no se pueda cambiar. Veámoslo.
· Si el 10% depende del entorno y el 50% de nuestros genes, ¿de qué depende el 40% restante?
Y aquí llega la buena noticia: de nosotros mismos. Sobre este 40% sí podemos actuar. Y por
tanto, la ciencia nos dice que sí tenemos en nuestras manos la capacidad de ser más felices.
Depende de nuestro compromiso y determinación. De nuestras acciones deliberadas.
Requiere entrenamiento y práctica, pero ciertamente, nuestra felicidad es algo por lo que
merece la pena luchar.
A continuación te presentamos las 12 estrategias avaladas por la ciencia para alcanzar una
mayor felicidad:
1. Expresar gratitud.
2. Cultivar el optimismo.
4. Practicar la amabilidad.
5. Cuidar las relaciones sociales.
7. Perdonar.
8. “Fluir” más.
¿Cuáles de las estrategias planteadas en el artículo quieres llevar a cabo a partir de hoy para
incrementar tu felicidad?
Referencias: