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ESCUELA SUPERIOR POLITÉCNICA DE CHIMBORAZO

FACULTAD DE SALUD PÚBLICA


ESCUELA DE MEDICINA

NOMBRE: Katherine Jazmín Delgado San Martín CURSO: Décimo “B” FECHA: 17/Octubre/2019

Eter etilico
Crawford Williamson Long, “he inhalado éter en muchas oportunidades debido a sus efectos embriagantes,
y observé en mi cuerpo contusiones y equimosis, causadas por caídas involuntarias sin percibir dolor alguno”.

Es un anestésico impresiona por la facilidad con la que se vaporiza empleando equipos sencillos y baratos. Es
una sustancia depresora del Sistema Nervioso Central y actúa de forma rápida debido a su entrada en la
circulación sanguínea a través de los pulmones.

Sus vías de administración son pulmonares o bucales. Para conseguir efectos lúdicos, generalmente se moja
una tela y se aspira. Dependiendo de su concentración pueden ocasionar: analgesia, excitación, anestesia
quirúrgica o depresión total del sistema respiratorio.

Al llegar al cerebro disminuye la actividad normal de las neuronas generando un estado de ebriedad
semiconsciente. Los primeros efectos que producirá serán desinhibición, excitación, entusiasmo, habla
confusa, risas, mareo o aturdimiento, incapacidad de coordinar el movimiento, juicio deteriorado,
alucinaciones y delirios, seguido posteriormente, de somnolencia - pérdida del conocimiento y falta de tensión
muscular.

Cuando el producto es inhalado se produce quemazón en las fosas nasales, erupciones alrededor de la nariz y
la boca, ojos llorosos - esmaltados, tos y estornudos, gran cantidad de secreciones salivares y/o bronquiales,
junto con laringoespasmos ocasionales y visión borrosa, además puede producir enrojecimiento de la piel y
de las mucosas, severos dolores de cabeza, náuseas, vómitos y en ocasiones diarreas.

Cuando es administrado oralmente, la duración de los efectos subjetivos se alcanza entre dos y tres horas.
Dosis bajas producen una desinhibición controlable así como una sensación de que se aguzan los sentidos y el
intelecto. Dosis medias y altas suscitan alucinaciones visuales y sobre todo auditivas, así como una marcada
desinhibición que puede manifestarse en el terreno sexual, se registran casos de "delirio ninfomaníaco". En
cuanto a sus efectos fisiológicos, el gusto a éter permanece durante días en la boca y la garganta.

Su empleo crónico ocasiona dolores estomacales y vómitos, insomnio, depresión, irritabilidad, debilidad
muscular y pérdida del impulso sexual, falta de coordinación, daños irreversibles en corazón (vasodilatación y
taquicardia), hígado, riñones, pulmones y cerebro (desorientación, deterioro de la memoria, disminución de
la inteligencia), daños en la médula ósea, tolerancia y síndrome de abstinencia, que puede ocasionar desde
postraciones nerviosas, hasta violentos delirium tremens con desenlaces fatales. Puede provocar la muerte
por insuficiencia cardíaca o por asfixia (al sustituir el oxígeno por el producto químico primero en los pulmones
y luego en el sistema nervioso central, de forma que cese la respiración.)

La intoxicación aguda provoca un marasmo generalizado, falta de oxigenación cerebral y depresión en diversos
órganos; por lo que cualquiera de estas circunstancias requiere asistencia médica.

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