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Relaciones de Equivalencia

Las últimas aportaciones del Análisis de Conducta a la Psicología.

Manuel García Silvente

Email: manuel@conducta.org

¿Cómo adquieren los estímulos sus propiedades psicológicas en ausencia de entrenamiento directo?
El fenómeno de las relaciones de equivalencia se plantea en los últimos tiempos como la alternativa
explicativa para el entendimiento desde un punto de vista conductual de constructos congnitivos
tales como creencias, expectativas, categorías y esquemas (Dougher, 1998). También se plantea
como explicación del mecanismo por el cual se adquieren ciertos trastornos del comportamiento
(Friman, Hayes, & Wilson (1998) y como sustrato de la conducta simbólica (Hayes & Hayes, 1992).

Fue el profesor Murray Sidman, autor del clásico Tácticas de Investigación Científica (1960), quien
acuñó el término. Fue el primero en describir el fenómeno en 1971. En su artículo, Sidman
informaba del hallazgo del surgimiento de nuevas relaciones entre estímulos previamente no
entrenados en el caso de un individuo con retraso en el desarrollo. Sidman le enseñó a identificar
dibujos, a señalar el dibujo que se le indicaba, y a señalar la palabra dictada. A partir de aquí
surgen la identificación de palabras tanto por su igualación con el dibujo correspondiente como
mediante su lectura. También aparecen las relaciones inversas a las dos descritas.

Sin embargo, las bases metodológicas y teóricas de las relaciones de equivalencia las sientan el
propio Sidman y Tailby en su artículo de 1982. En él describen el paradigma básico basado en el
procedimiento de igualación a la muestra. Es a partir de aquí cuando se comienza a hablar de
relaciones de equivalencia. El equipo de Sidman toma prestado este término de las equivalencias
matemáticas. La reflexividad, simetría y la transitividad de las matemáticas se convierten en
relaciones entre conductas en la adaptación de Sidman. Dicha adaptación no tiene vinculación
alguna con las matemáticas sino que se fundamenta directamente en la investigación desarrollada
a partir de los años 70 sobre control estimular y generalización de estímulos (ver Valero, 1990).

Básicamente, el paradigma es el siguiente: supongamos la estimulación A (compuesta por los


estímulos A1, A2 y A3), la estimulación B (compuesta por B1, B2, B3) y la estimulación C
(compuesta a su vez de C1, C2 y C3). Mediante un procedimiento de igualación a la muestra se
entrenan diferentes relaciones entre ellos. Se entrenan explícitamente A1-B1 (y el resto hasta An-
Bn), B1-C1 (y el resto hasta Bn-Cn). Como resultado de dicho entrenamiento emerge la relación
An-Cn (es decir, A1-C1; A2-C2, A3-C3) y Cn-An.

Con un ejemplo resultará más fácil de comprender. Tenemos tres grupos de estímulus: grupo A
serían los número impresos 1, 2 y 3; el grupo B, grupos de objetos (*, **, ***) y el grupo C, la
pronunciación de las palabras "uno", "dos" y "tres". Comenzamos por enseñar al sujeto a igualar
consigo mismo a cada uno de los estímulos (identidad). Después se pasa a la fase de transitividad
en la que enseñamos a igualar "1" con "*", "2" con "**" y "3" con "***" pero también "*" con "1",
"**" con "2" y "***" con "3". Hacemos igual con los grupos B y C ("*" con "uno", "**" con "dos",
"tres" con "***"; y también, "uno" con "*", "dos" con "**" y "tres"con "***"). La equivalencia
emerge cuando nos encontramos con que el sujeto es capaz de igualar sin que se le enseñe a
hacerlo: "1" con "uno", "2" con "dos" y "3" con "tres"; pero también, "uno" con "1", "dos" con "2" y
"tres" con "3".

Sidman y Tailby (1982) establecen que para alcanzar la equivalencia deben cumplirse las
condiciones:

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1. Reflexividad o identidad: habilidad para igualar estímuos idénticos sin entrenamiento
directo. Se podría formular como 'Si A1, entonces A1' (Si An, entonces An).
2. Simetría: igualación de dos estímulos después de que sus papeles de muestra y
comparación han sido revertidos de forma que se podría decir que "Si A1, controla la
respuesta sobre B1 entonces B1 controla la respuesta sobre A1" ("Si An, controla la
respuesta sobre Bn entonces Bn controla la respuesta sobre An").
3. Finalmente, debe demostrarse que se da la transitividad. Esta sería la habilidad para
responder a dos estímulos que nunca han sido directamente relacionados el uno con el otro
después de que cada uno haya sido relacionado con un tercero; o también, "Si A1 controla
la respuesta sobre B1 y si B1 controla la respuesta sobre C1 entonces A1 controla la
respuesta sobre C1") .

Otra condición que hasta ahora parece indispensable (aunque se sigue investigando) es que el
fenómeno se obtiene experimentalmente mediante el paradigma de igualación a la muestra.
Aunque existen excepciones en las que, por ejemplo se utiliza lápiz y papel, suelen emplearse
programas de ordenador para la aplicación de sílabas sin sentido o dibujos del tipo pictogramas
chinos. Existen ciertas condiciones de entrenamiento que hacen su aparición más efectiva (Valero y
Luciano, 1992):

a. La necesidad de la reversión de los estímulos de muestra y comparación para que aparezca


la relación simétrica;
b. La necesidad de que existan las relaciones simétricas y reflexiva para que se de la
equivalencia (relación transitiva).

A lo anterior habría que añadir que si se utilizan procedimientos de discriminación sin error y
consecuencias diferenciales reforzamiento/Tiempo Fuera, la relación se establece de forma más
adecuada.

La formación de relaciones de equivalencia entre estímulos parece tener también ciertas


limitaciones. Se han encontrado dificultades para reproducir el fenómeno en niños pequeños y en
personas con discapacidad sin cierta competencia verbal. Igual parece ocurrir al tratar de
reproducirlo en animales. Todo ello apunta a la necesidad de poseer un cierto nivel verbal para que
se establezcan la equivalencia funcional entre estímulos.

Líneas de investigación.-

Tras su descripción, durante los años ochenta se desarrollaron multitud de investigaciones. Si


analizamos la publicación de artículos sobre este tópico en las revistas técnicas de Análisis de
Conducta (Journal of the Experimental Analysis of Behavior, JEAB y Journal of Applied Behavior
Analysis, JABA) de los años 80 y 90 comprobamos que el volumen más significativo de
publicaciones aparece durante los años 90 (46 artículos). La aplicación práctica de los hallazgos
encontrados no aparece hasta los años 90 (según publicaciones en JABA). El 90% de lo publicado
en los veinte últimos años aparece en JEAB lo que podría significar que, al ser una revista dedicada
a cuestiones conceptuales y experimentales, aún estamos en una fase de estudio y análisis del
fenómeno.

El interés inicial de dichas investigaciones se centraba, además de la replicación del fenómeno, en


estudiar sus límites y posibilidades. Se investigó la extensión del fenómeno en todos sus niveles
(humanos y no humanos, sujetos humanos de diferentes edades, etc.). Interesaba conocer en qué
consistía este nuevo fenómeno por lo que se realizan ensayos manipulando todo tipo de variables:

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tipo de estimulación (tactil, olorosa, visual,...), secuencia de entrenamiento necesaria para
conseguir el fenómeno, pasos fundamentales y/o imprescindibles para que se dé dicho fenómeno.

Siguiendo a Valero y Luciano (1992) vamos a resumir toda la investigación en las siguientes líneas
de estudio: a) Expansión del número de relaciones, b) la delimitación de variables del
procedimiento de igualación a la muestra, c) Análisis de posibles respuestas intermedias, d) Análisis
de componentes verbales, e) Aplicaciones educativas, y añadiremos nosotros, f) Aplicaciones
clínicas. Nos vamos a detener especialmente en las dos últimas.

Aplicaciones educativas.-

Se plantea su uso en el aprendizaje de segundos idiomas (Valero y Luciano, 1996), de conceptos


académicos (Luciano y Ferro, 1991), enseñanza de la lectura (de Rose, de Souza, Rosito y de Rose,
1992), desarrollo de habilidades pre-matemáticas (Gast, VanBiervliet & Spradlin, 1979), enseñanza
de lenguaje de signos (VanBiervliet, 1977), adquisición de conceptos (Dixon y Spradlin, 1976).
Otros ámbitos de aplicación según Luciano (1992) serían con sujetos afásicos o con daños
neurológicos, la educación de niños con retraso mental en la formación de múltiples conductas y el
uso en la educación normal. Según esta misma autora, la utilización de este tipo de metodología de
forma generalizada en la educación supondría que el rendimiento de los profesionales de la
educación se vería multiplicado al tiempo que la motivación, tanto de los niños como de los
responsables de su enseñanza se vería afectada de forma importante al maximizar el beneficio con
un mínimo coste. Sin embargo, habría que considerar el hecho de que su aplicación debe ser
cautelosa y ajustada a los nuevos hallazgos experimentales puesto que igual que se adquieren
comportamientos adecuados también pueden adquirirse los desadaptativos (Luciano, 1995).

Aplicaciones clínicas.-

Explicaciones clínicas.- Se está planteando su poder explicativo para dar cuenta de fenómenos
psicológicos como la adquisición de respuestas emocionales a estímulos inicialmente neutros y con
los que no se ha tenido una experiencia previa. Augustson y Dougher (1997) plantean que 'cuando
un estímulo entra a formar parte de una clase de equivalencias con otros que inducen miedo, estos
también adquieren la propiedad de inducir miedo por lo que podrán evocar la conducta de
evitación' (p. 188). Igual podría ocurrir con conductas verbales de tipo depresivo y obsesivo.

Aplicación terapéutica.- Finalmente, una aplicación práctica de enorme interés dentro de la


Psicología, por su función de aliviar el sufrimiento humano, ha sido la de fundamentar nuevos
tratamientos psicoterapéuticos. Son lo que podríamos denominar en palabras del profesor Marino
Pérez, psicoterapias conductistas (Pérez, 1991). En concreto y, fundamentalmente dentro de la
Terapia de la Aceptación y el Compromiso desarrollada por el grupo de trabajo de Steven Hayes de
la Universidad de Nevada quienes se basan para ello en la formulación de la Teoría del Marco
Relacional (Hayes y Hayes, 1992). Esta teoría es la formulación estructurada de los hallazgos de las
investigaciones sobre relaciones de equivalencia. En esta terapia verbal se utilizan metáforas y/o
ejercicios experienciales que implican la manipulación de relaciones de equivalencia. De hecho con
dicha terapia se pretende, entre otras cuestiones, derivar nuevas relaciones verbales que lleven al
sujeto a comprometerse con el cambio necesario en su vida.

Las explicaciones del fenómeno.-

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Clayton y Hayes (1999) hablan de la existencia de tres planteamientos teóricos diferentes
explicativos del fenómeno de las relaciones de equivalencia. La equivalencia como algo dado
evolutivamente (Sidman, 1992), Este autor plantea que la equivalencia de estímulos es un nuevo
principio de conducta del mismo modo que lo son el reforzamiento, la generalización, la
discriminación, por ejemplo. Ello significa que no es derivable de otros procesos conductuales.

La equivalencia como una forma de responder relacional arbitrariamente aplicable (S. Hayes, 1991).
El grupo de Hayes explica el fenómeno como el resultado de una exposición prolongada a las
contingencias de reforzamiento que operan dentro de la comunidad verbal (Clayton & Hayes,
1999).

Dugdale y Lowe (1990), plantean que la equivalencia de estímulos está mediada por la relación de
nombrar. Esta se produciría en cualquiera de las dos siguientes formas: dos o más estímulos se
hacen equivalentes al darles el mismo nombre o bien, mediante la inclusión de estos nombres en
una regla verbal que los una.

El análisis de la equivalencia como condicionamiento respondiente (L. Hayes, 1992). Esta


perspectiva basada en un planteamiento interconductista, propone que la equivalencia estimular se
produce por la sustitución funcional de los estímulos. Las funciones inherentes al estímulo
procedentes de un objeto, pueden llegar a ser inherentes a otros objetos mediante la proximidad
espacio-temporal de los objetos.

La equivalencia de estímulos como un caso especial de la equivalencia funcional (Markham y


Dougher, 1993). Estos autores plantean que la equivalencia de estímulos podría ser un caso
especial de la equivalencia funcional. Para ellos la clave está en la sustituibilidad o
intercambiabilidad de los elementos que conforman un compuesto.

La situación de España en este contexto.-

En este camino, la psicología española no se queda atrás; en diferentes universidades españolas


existen grupos de investigación que tienen las relaciones de equivalencia como uno de sus tópicos
de investigación centrales. Las universidades de Almería (con el equipo de la profesora M. Carmen
Luciano), Oviedo y Sevilla son un ejemplo de lo que decimos. El trabajo que se está haciendo en
dichas universidades es un trabajo pionero. Sin ir más lejos, es el profesor Luis Valero de la
Universidad de Málaga quien publica la primera tesis en castellano sobre relaciones de equivalencia.
Gracias al esfuerzo de estos grupos de investigación España está al nivel del resto de países de su
entorno europeo en cuanto al estudio y aplicación de las relaciones de equivalencia.

Las relaciones de equivalencia parecen tener un potencial que aún queda por descubrir y explotar
al máximo, sobre todo en cuanto a su poder explicativo de fenómenos que hasta ahora tienen una
explicación puramente mentalista. Sin duda será uno de los tópicos de investigación y aplicados
clave para el siglo XXI.

Referencias

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527.

http://www.conducta.org
Clayton, M.C. & Hayes, L.J. (1999). Conceptual differences in the Analysis of
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Luciano, M.C y Ferro, R. (1991). Formación de Reglas y formación de equivalencia


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Valero, L. y Luciano, M.C. (1992). Relaciones de equivalencia: Una síntesis teórica y


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VanBiervliet, A. (1977). Establishing words and objects as functionally equivalent


through manual sign training. American Journal of Mental Deficiency, 82, 178-186.

Articulo inicialmente publicado en octubre del año 2000 en recol.es

Reproducido con autorizacion de Recol Networks, S.L.

http://www.conducta.org

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