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TOMEMOS CONCIENCIA

“Yo no soy un aculturado, yo soy un peruano que orgullosamente , como un demonio feliz, habla
en cristiano y en indio, en español y quechua” esta frase fue dicha por José María Arguedas uno
de los más grandes escritores indigenistas de nuestro país, pretendiendo que cada uno de
nosotros cambiemos nuestra perspectiva hacia el mundo andino, queriendo poner un alto a
aquella marginación y humillación que había para la raza indígena y que hoy en día aunque en
menor porcentaje estas ideas tan absurdas siguen prevaleciendo, lo único que hacen es
denigrarnos los unos a los otros, por ello debemos dejar de lado todos estos pensamiento para
poder así al final acabar con la discriminación.
Antes de continuar me gustaría dejar en claro lo que significa discriminación. La discriminación
es el acto de separar o formar grupos de personas a partir de un criterio determinado, este tema
puede dividirse en varios puntos, pero el que más resalta es la discriminación social, que se ve
claramente evidenciado en las obras de Arguedas tales como “agua, “los Escoleros”, “Warma
Kuyay”, “El sueño del Pongo”; en donde existen dos bandos enfrentados, los oprimidos
conformados por la raza indígena; mientras que la raza blanca en el grupo que oprime, este
último se aprovecha de las condiciones económicas con las que contaban por ello tenían el
poder y lo usaban como instrumento para aprovecharse de la falta de educación de los
indígenas; es impactante como podemos ver que situaciones como estas se siguen repitiendo,
un claro ejemplo sería que las comunidades de Candarave están en desacuerdo con las mineras;
debido a que estas últimas se llevan miles de litros de agua, como consecuencia, sus principales
actividades la ganadería y agricultura se han visto sumamente afectadas, sin embargo las
mineras hacen caso omiso a este reclamo y siguen trabajando.
Arguedas busca también resaltar en sus obras la identificación que sentían las personas del
mundo andino con sus lenguas el quechua y aymara, pero en nuestra sociedad este sentimiento
se va perdiendo día a día y los únicos que aún lo mantienen son los centros poblados en donde
existen elevada población indígena, nativa o campesina, sin embargo ellos por decisión propia
dejan de lado su lengua porque son víctimas de constantes discriminaciones en diferentes
ámbitos como son: laboral, educativo y salud. Por otro lado
mucho de nosotros hemos visto la serie de la “Paisana Jacinta” que claramente es una burla
hacia la imagen de la mujer andina pues distorsiona totalmente lo que realmente representa;
mostrándola como alguien vulgar, inculta y también astuta. Arguedas nos muestra en su obra
los “Ríos profundos” todo lo contrario, a un indio sumamente humano blanco de constantes
discriminaciones pero a pesar de eso es aguerrido ante las injusticias, el cual valora y se
enorgullece de su cultura y tradición.
Por último me gustaría resaltar el maravilloso sueño de Arguedas de unificar la cultura de la
Costa y Sierra de nuestro país y lo demuestra en su fragmento de su discurso “no soy un
aculturado” ; en donde nos dice que una cultura no perfecciona a otra, sino más bien la
enriquece, ayudándola a desarrollarse mejor, pero sin dejar de conservar las costumbres y
tradiciones de ambas para que de esta manera nos demos cuenta de lo que hacemos, de las
muchas discriminaciones que se evidencian y que aún no acaban ¿Acaso de esta forma
mejoramos nuestro país? Las razas, los mundos indígenas o blancos no existen, tú, yo, todos
nosotros podemos acabar de una vez con estos pensamiento, es hora que actuemos y
fomentemos la equidad e integridad de nuestro país.

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