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͞ſŵŽƵŶĚŝĂŵĂŶƚĞďƌŝůůĂůĂůƵnjĞŶůĂdŽƌƌĞĚĞ^ŚĂŵďŚĂůĂ͘
El está allí. Infatigable
Siempre vigilante en la causa de la humanidad
Sus ojos nunca se cierran en su espejo mágico
ůŵŝƌĂƚŽĚŽƐůŽƐĞǀĞŶƚŽƐĚĞůĂdŝĞƌƌĂ͟
Nicolás Roerich
Shambhala, ciudad matriz del reino subterráneo de Agartha está más cerca de la realidad que de la
ficción.
Principios Universales y Leyes Cósmicas.
El universo está construido en perfecta armonía y proyección consciente. Un Universo inteligente
que posee múltiples dimensiones y realidades, no sólo las que percibimos con nuestros cinco
sentidos.
Tanto el Cosmos como el ser humano, poseemos tres importantes aspectos
x Un plano físico
x Un plano mental
x Un plano espiritual
Todos están integrados por lo que llamamos habituaůŵĞŶƚĞ͞ĞŶĞƌŐşĂ͟
El ser humano se desarrolla en un plano material que contiene 7 dimensiones. Para fluir
correctamente en él, el hombre dispone de 7 vehículos es decir, no solo poseemos un cuerpo
material y denso, sino otros cuerpos sutiles o vehículos de luz para interactuar (aunque muchas
personas no están conscientes de ellos).
Muchas escuelas de sabiduría en la antigüedad lo sabían y así lo enseñaban. Por eso también
educaban en la comprensión de 7 centros de energía que permiten regular esos 7 cuerpos y su
relación con las 7 dimensiones fundamentales. Esos centros de energía se conocen como chakras
(o ruedas en sánscrito)
Y cómo no podía ser de otra forma, existen 7 leyes universales para fluir en esta existencia física.
Lo cierto es que hoy en día muchos las ignoran y quienes creen conocerlas muchas veces no las
comprenden o no las aplican en sus vidas.
Los Siete Principios Universales
͞>ŽƐůĂďŝŽƐĚĞůĂ^ĂďŝĚƵƌşĂƉĞƌŵĂŶĞĐĞŶĐĞƌƌĂĚŽƐ͕
Excepto para el oído capaz de comprender.
Cuando el oído es capaz de oír, entonces vienen los labios
YƵĞŚĂŶĚĞůůĞŶĂƌůŽƐĐŽŶƐĂďŝĚƵƌşĂ͟
͞>ŽƐƉƌŝŶĐŝƉŝŽƐĚĞůĂǀĞƌĚĂĚƐŽŶƐŝĞƚĞ
El que comprende esto perfectamente
Posee la clave mágica ante la cual todas las puertas del Templo
^ĞĂďƌŝƌĄŶĚĞƉĂƌĞŶƉĂƌ͟
El Kybalion
1.-‐ El principio del Mentalismo
͞ů dKK ĞƐ ŵĞŶƚĞ͕ Ğů ƵŶŝǀĞƌƐŽ ĞƐ ŵĞŶƚĂů͟ ĞƚĞƌŵŝŶĂ ƋƵĞ ůĂ ŵĞŶƚĞ ƚŝĞŶĞ ƵŶĂ ĐĂƉĂĐŝĚĂĚ
asombrosa para transformar nuestro entorno material a voluntad. El ser humano puede crear lo
que cree, y al igual que el Universo puede ser co-‐creador de nuevas realidades y circunstancias a
través de una adecuada concentración, voluntad y sabiduría
2.-‐ El Principio de Correspondencia
͞ſŵŽ ĞƐ ĂƌƌŝďĂ ĞƐ ĂďĂũŽ͖ ĐŽŵŽ ĞƐ ĂďĂũŽ͕ ĞƐ ĂƌƌŝďĂ͟ >ĂƐ ůĞLJĞƐ ĚĞ ůĂ ŶĂƚƵƌĂůĞnjĂ ĂĨĞĐƚĂŶ ƐŝŶ
distinción desde una molécula a un individuo, desde una estrella a una galaxia. Este principio
enseña que los más grandes secretos de Universo se encuentran codificados en nosotros mismos e
incluso en la más pequeña partícula. Todo es un reflejo de todo.
3.-‐ El Principio de Vibración
͞EĂĚĂĞƐƚĄŝŶŵſǀŝů͕ƚŽĚŽƐĞŵƵĞǀĞ͖ƚŽĚŽǀŝďƌĂ͘͟>ĂǀŝďƌĂĐŝſŶŝŶĚŝĐĂ el estado de las cosas. Nunca
está detenida y puede ser afectada por nuestra influencia mental. Por eso la importancia de cuidar
nuestros pensamientos y el poder creador de la palabra, que es vibración en si misma y por
consecuencia transformadora.
4.-‐ El Principio de Polaridad
͞dŽĚŽĞƐĚŽďůĞ͕ƚŽĚŽƚŝĞŶĞĚŽƐƉŽůŽƐ͖ƚŽĚŽĞƐƵŶƉĂƌĚĞŽƉƵĞƐƚŽƐ͕ůŽƐĞŵĞũĂŶƚĞLJůŽĂŶƚĂŐſŶŝĐŽĞƐ
lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza pero diferentes en grado; los extremos se
ƚŽĐĂŶ͖ƚŽĚĂƐůĂƐǀĞƌĚĂĚĞƐƐŽŶŵĞĚŝĂƐǀĞƌĚĂĚĞƐƚŽĚĂƐůĂƐƉĂƌĂĚŽũĂƐƉƵĞĚĞŶƌĞĐŽŶĐŝůŝĂƌƐĞ͟dŽĚŽĞŶ
el Universo es dual y forma parte de un equilibrio.
5.-‐ El Principio del Ritmo
͞dŽĚŽĨůƵLJĞLJƌĞĨůƵLJĞ͕ƚŽĚŽƚŝĞŶĞƐƵƐƉĞƌŝŽĚŽƐĚe avance y retroceso, todo asciende y desciende,
todo se mueve como un péndulo: la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la
de su ŵŽǀŝŵŝĞŶƚŽŚĂĐŝĂůĂŝnjƋƵŝĞƌĚĂ͕ĞůƌŝƚŵŽĞƐůĂĐŽŵƉĞŶƐĂĐŝſŶ͟. Este principio explica que en
nuestro proceso de crecimiento pasaremos por diferentes etapas, algunas duras y otras luminosas
y que pueden ser sobrellevadas con equilibrio en la medida que vayamos adquiriendo mayor
conciencia, fe y calma. Esto afecta a las personas y a los planetas, es una ley natural.
6.-‐ El Principio de Causa y Efecto
͞dŽĚĂ ĐĂƵƐĂ ƚŝĞŶĞ ƵŶ ĞĨĞĐƚŽ͕ ƚŽĚŽ ĞĨĞĐƚŽ ƚŝĞŶĞ ƵŶĂ ĐĂƵƐĂ͕ ƚŽĚŽ ƐƵĐĞĚĞ ĚĞ ĂĐƵĞƌĚŽ Ă ůĂ ůĞLJ͘ >Ă
suerte no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida hay muchos planos de
causalidad, pero nada escapa a la lĞLJ͟ EƵĞƐƚƌŽƐ ƉĞŶƐĂŵŝĞŶƚŽƐ LJ ĂĐĐŝŽŶĞƐ ƐŽŶ ůŽƐ ƌĞƐƉŽŶƐĂďůĞƐ
directos de las cosas que vivimos. Si sembramos nuevas causas (pensamientos luminosos y un
accionar positivo) podemos modificar el futuro. Esta ley es conocida por muchos como la Ley del
Karma (acción en sánscrito)
7.-‐ El Principio de Generación
͞>Ă ŐĞŶĞƌĂĐŝſŶ ĞdžŝƐƚĞ ƉŽƌ ĚŽƋƵŝĞƌ͕ ƚŽĚŽ ƚŝĞŶĞ ƵŶ ƉƌŝŶĐŝƉŝŽ ŵĂƐĐƵůŝŶŽ LJ ĨĞŵĞŶŝŶŽ͖ ů ŐĠŶĞƌŽ ƐĞ
ŵĂŶŝĨŝĞƐƚĂ ĞŶ ƚŽĚŽƐ ůŽƐ ƉůĂŶŽƐ͟ ƐƚĂ ůĞLJ ŶŽƐ ĞŶƐĞŹĂ ƋƵĞ ƚŽĚŽ Ğů hŶŝǀĞƌƐŽ ďƵƐĐĂ ƐƵ
complementación. Y de hecho cada ser posee en si mismo los dos elementos de este principio
creador.
He aquí los 10 principios que rigen a la humanidad intra-‐terrena. Los primeros 7 están más
orientados al individuo y los tres restantes a la mística del grupo.
Primera Ley:
͞ůǀĞƌĚĂdero estudiante de la Vida, empieza estudiándose a sí ŵŝƐŵŽ͟
Descubrir y reconocer nuestras potencialidades supone una gran revelación que podría modificar
significativamente nuestra vida, y por consecuencia, la Vida en sí misma. El verdadero estudiante
de la vida, de la tierra o del infinito, al comprender la existencia y naturaleza de una gota de agua,
puede fundirse en el océano. Cada existencia se encuentra interconectada y se rige bajo las
mismas leyes. El autoconocimiento en la comprensión de nosotros mismos como parte del
cosmos.
͞>ĂƐĨŽƌŵĂƐŶŽƐŽŶůŽŝŵƉŽƌƚĂŶƚĞ͕
^ŝŶŽůĂŝŶƚĞŶĐŝſŶĚĞĂƋƵĠůƋƵĞďƵƐĐĂ͟
Algunas formas para trabajar con esta ley.
x El silencio y la meditación son buenos consejeros para adquirir paz y claridad.
x La mente debe observar sin juzgar lo que se ve
x Abrir el sexto sentido o intuición para que nos advierta los pasos correctos para nuestra
evolución y aprendizaje
x Atenta observación de nosotros mismos. Generar un estado de conciencia en todo lo que
hacemos
x En la medida en que se vibra en este conocimiento, todo empieza a hablar y a brindar
información, será más fácil tomar el rumbo de nuestra vida y comprender porque
hacemos lo que hacemos (repetir patrones de conducta o percepción del entorno)
x Comprender el milagro maravilloso de nuestra existencia
x Los maestros pueden indicar el camino, pero cada uno puede transitarlo solo.
x Inyectar pensamientos de luz en nuestras células para reprogramarlas y transmitir un
nuevo código de información para la humanidad
x Reconocer que estamos inundados de energía o fuerza y somos parte de esa energía. (Dios
está en todas partes y en todas las cosas
x Vivir despierto (no mecánicamente) sabiendo quien soy y cuál es mi misión en este
planeta y esta vida
x Encontrar las respuestas en nosotros mismos, ya que al hacerlo se constituyen en la luz, el
camino y la fuerza para vivir en armonía con el entorno y al servicio de los demás.
Segunda Ley:
͞>Ă>ƵnjǀĞƌĚĂĚĞƌĂĂůƵŵďƌĂŽĐŝĞŐĂƐĞŐƷŶůĂĂĐƚŝƚƵĚĚĞůĞƐƚƵĚŝĂŶƚĞ͟
La definición más aceptada de la luz sostiene que es una onda electromagnética, capaz de ser
percibida por el ojo humano. Su frecuencia determina su color.
La luz es información pero también es un medio o canal. Existen varios estados en la naturaleza de
la luz. La luz puede ser alterada, modificada y empleada a conciencia para distintos fines.
Sin embargo para esta ley, la luz es sinónimo de conocimiento.
Su real naturaleza es perfecta y depende enteramente del receptor el uso equilibrado de la
revelación. Esta ley enseña dos cosas concretas:
1.-‐ El conocimiento verdadero es por naturaleza inocuo. No va a izquierda o derecha, no pierde su
ďĂůĂŶĐĞ͘^ĞŶĐŝůůĂŵĞŶƚĞ͞Ɛ͘͟
2.-‐ Es responsabilidad del Estudiante hacer buen uso del conocimiento. Este puede iluminar
(conciencia y crecimiento) o cegar (confundir, desorientar) si se lleva a cabo un empleo indebido
de lo recibido. (Ejemplo: Perder la línea original de las enseñanzas recibidas. La Atlántida que
perdió el equilibrio entre la ciencia y la espiritualidad. Los líderes manejaron incorrectamente lo
aprendido y por consecuencia desaparecieron) Sea un mito o una realidad la historia dice que el
mal uso del conocimiento puede acarrear la desaparición de una cultura.
Observando nuestro mundo en la actualidad desde luego el panorama parece inquietante, Sin
embargo los maestros afirman que hay esperanza, por eso ahora la luz, el conocimiento, se está
difundiendo a través de diversos medios. Es nuestra responsabilidad interpretarlo y aplicarlo
correctamente.
͞ƵĂŶĚŽĞůĚŝƐĐşƉƵůŽĞƐƚĄƉƌĞƉĂƌĂĚŽ͕ĞůŵĂĞƐƚƌŽůůĞŐĂ͟
x El mejor momento para recibir el conocimiento es cuando nosotros mismos estamos listos. Lo
demás es tarea del Universo y sus leyes, pues lo semejante, atrae lo semejante.
x Alcanzar el conocimiento no es el fin del proceso del estudiante. Más bien a partir de ahí
comienza el camino. Es donde el peregrino debe ser más consciente de sus actos y
pensamientos.
x El conocimiento abre un mundo nuevo, un poder extraordinario, pero al mismo tiempo
incremente nuestra obligación de ser consecuentes.
x A mayor conciencia, mayor responsabilidad. La responsabilidad sin duda, no señala
únicamente poseer y aplicar correctamente el conocimiento, sino vibrar en la naturaleza de la
luz.
x Vibrar en la naturaleza de la luz, nos acerca a nuestro propósito espiritual (Hermandad blanca
= hermandad.-‐ conjunto de seres bajo el mismo objetivo. Blanca.-‐ Vibra en la luz en la pureza,
en la paz. Shambhala.-‐ Lugar de paz, lugar de tranquilidad)
x Características de la luz.-‐ ͞Ɛ͟ĞŶƐŝŵŝƐŵĂ. Puede ser modelada por el aprendiz. Forjada con
nuestra mente y accionar.
x La luz puede alumbrar nuestro camino, y nos ayuda a alumbrar el camino de los demás. Puede
lastimar nuestra vista en ciertas circunstancias.
x La luz, el conocimiento, es una revelación maravillosa en sí misma, depende enteramente de
nosotros su proyección en nuestras vidas y por consecuencia en el mundo.
Tercera Ley:
͞ůǀĞƌĚĂĚĞƌŽƐŽůĚĂĚŽĚĞůĂ>ƵnjďĂƚĂůůĂĂŵĂŶĚŽĂůĞŶĞŵŝŐŽ͟
El eterno enfrentamiento entre el bien y el mal es un concepto tan antiguo como la propia
existencia humana.
El sabio chino Lao Tse impartía una forma adecuada para hacer frente al conflicto: la quietud. (El
árbol moldeable es más resistente que el duro y rígido). Una actitud calma y pacífica es muestra de
poder y control interno. La paz interior es la espada que protege al guerrero de la luz. Un guerrero
que comprende la naturaleza de su adversario, por ello lo ama, no lo odia.
Cada acción posee una energía. Un pensamiento positivo tiene mayor energía que un conjunto de
pensamientos negativos. El verdadero guerrero de la luz enfrenta las cosas con amor.
Los maestros dicen que el hombre debe decir lo correcto en bienestar de su futuro y
supervivencia. El verdadero guerrero se conoce a sí mismo y por consecuencia al Universo.
Una de las acciones más importantes de cara al enfrentamiento es la comprensión y el perdón
consciente.
͞ĂƚĂůůĂƌ ĂŵĂŶĚŽ Ăů ĞŶĞŵŝŐŽ͟ ƐŝŐŶŝĨŝĐĂ ĞŶĨƌĞŶƚĂƌ ůŽƐ ĚĞƐĂĨşŽƐ ĐŽŶ ĂŵŽƌ LJ ƐĂďŝĚƵƌşĂ. Incluso las
propias embestidas de la oscuridad.
Hablar de la oscuridad es un tema difícil de comprender, pero inevitable de mencionar. La
existencia de fuerzas que no vibran con la misión humana y que hacen lo posible por desanimar
nuestro empeño en evolucionar a una dimensión superior de conciencia, No obstante sea cual sea
la interpretación, no hay duda de que existen y que nada pueden hacer contra nosotros si antes no
lo permitimos.
La enseñanza sostiene que en la medida que nos acerquemos a la luz, seremos tentados y
probados. Todo camino hacia una gran misión, no está exento de pruebas (ejemplo de ello es la
vida de Jesús, Buda y otros grande maestros de la humanidad)
La mejor forma de enfrentarla es a través del amor y comprendiendo que disponemos de una
fuerza poderosa y perfecta. Un guerrero de la luz debe comprender que hay momentos y pruebas
difíciles. Que en algunas circunstancias no sabrá qué decisión tomar. Dudará Y su ánimo podrá
estar quebrantado en algún tramo de su camino. No obstante seguirá adelante. La perseverancia
es su mejor compañera. Una fuerza le empuja. Y he ahí la clave de este principio. No hay influencia
adversa que pueda acabar con su misión. El guerrero está integrado con el todo y por
consecuencia el propio Universo conspira a su favor.
El verdadero guerrero, batalla amando al enemigo, porque su lucha no es un acto de resistencia,
sino de no-‐resistencia, una actitud llena de paz, de quietud, de comprensión de perdón y por
consecuencia de control de la situación.
Cuarta Ley:
͞>ĂǀĞƌĚĂĚĞƌĂƉƌŽƚĞĐĐŝſŶƌĂĚŝĐĂĞŶĞůĐŽŶƚƌŽůĚĞůŵŝĞĚŽŝŶƚĞƌŝŽƌ͟
Una de las principales tareas de los maestros es equilibrar las pugnas entre las fuerzas que hay en
el mundo.
Todo iniciado en la luz sabe que su camino es asistido por fuerzas superiores. Fuerzas que en la
ŵĞĚŝĚĂĚĞƐƵƐƉŽƐŝďŝůŝĚĂĚĞƐLJďĂũŽĞůĂŵƉĂƌŽĚĞƐƵƐƉƌŽƉŝŽƐƉƌŝŶĐŝƉŝŽƐ͞ĂLJƵĚĂŶ͟LJ͞ƉƌŽƚĞŐĞŶ͟Ăů
peregrino. Estas fuerzas existen y están aquí para equilibrar la balanza pus el hombre se encuentra
en medio de dos fuertes tendencias una que lo empujará hacia abajo y otra que procurará
levantarle hacia lo alto.
El conocimiento de esas fuerzas, sus leyes y mecanismos de acción dotan de una gran seguridad al
peregrino. Sin embargo parte de esta dinámica de asistencia requiere de una actitud práctica que
permite el accionar de la luz.
En los momentos difíciles el guerrero es asistido pero no debe depender de la ayuda externa como
única salida ante las pruebas.
Protección significa que nada puede lastimarnos. Sugiere asistencia y ayuda pero no solo de
fuerzas superiores de luz, sino de las propias leyes o principios universales que conspiran a favor
nuestro cuando las sabemos emplear con amor y sabiduría. Por ejemplo un alto estado de
vibración en la luz y una sólida actitud mental positiva pueden neutralizar los embates de la
oscuridad que siempre estará tanteando el peregrino.
Sin embargo ¿Qué pasa con el miedo?
,ĂďŝƚƵĂůŵĞŶƚĞ ĚĞĨŝŶŝŵŽƐ ĐŽŵŽ ͞ŵŝĞĚŽ͟ Ă ƵŶĂ ŝŶƚĞŶƐĂ ĞŵŽĐŝſŶ ĚĞƐĂŐƌĂĚĂďůĞ ĂĐƚŝǀĂĚĂ ƉŽƌ ůĂ
percepción de un peligro (sea real o supuesto) ante una situación no deseada o de cara a una
experiencia desconocida desarrollándose en tiempo presente o con inquietud a que ocurra en el
futuro. Opera como un mecanismo natural de supervivencia y adaptación.
Los maestros afirman que el cuerpo de luz que rodea a los seres vivos (El Aura) funciona como un
campo de protección o sistema inmunológico psíquico y que es el primero en reaccionar ante la
percepción de un peligro. Pero de la misma forma está conectado a nuestra mente, es en ella
donde todo adquiere forma.
En síntesis podríamos concluir en dos puntos:
1.-‐ El miedo es una respuesta natural de supervivencia, un mecanismo de adaptación. Opera no
sólo físicamente. Su campo de acción se concentra en la mente.
2.-‐ El temor puede ser fundado en peligros reales, como una advertencia para estar alertas. Pero
también puede ser una reacción descontrolada ante una amenaza inexistente.
Los grandes maestros de la historia humana siempre hicieron énfasis en no temer pues la verdad
estaba en ellos y ŶĂĚĂŶŝ͞ŶĂĚŝĞ͟ƉŽĚşĂŚĂĐĞƌůĞƐĚĂŹŽ͘ůůŽƐ͞ƐĂďşĂŶ͟ƌĞĂůŵĞŶƚĞ͘
Cuando el caminante conoce como operan las leyes universales el miedo irracional comienza a
desaparecer.
En aquellos que conocen el accionar de la naturaleza el miedo no es al peligro, sino a no cumplir la
tarea encomendada. En el camino espiritual se suele confundir la humildad con esa sensación de
no sentirse listo o apto para una determinada labor.
La verdadera protección radica en el control del miedo interior de nada sirve conocer las leyes y
ser asistido por fuerzas superiores si en la misma medida tenemos miedo y aprensión. (Muchas
veces un signo de que creíamos conocer las leyes pero que no las estamos aplicando. Que
sabíamos de la asistencia de las fuerzas superiores de luz, pero no terminamos de confiar
completamente en ellas. Que pretendemos culminar una tarea pero no nos sentimos capaces) En
todos estos casos lo que traiciona al caminante es el miedo infundado.
El miedo es información para tomar decisiones correctas, pero nunca para perder el control.
La protección depende en gran medida de la entereza y equilibrio, requisitos fundamentales para
estar en armonía con las leyes universales.
El guerrero de la luz, no teme, porque sabe que está protegido. Se ve a sí mismo y por lo tanto
reconoce sus bondades y limitaciones. Y confía plenamente en las fuerzas de la luz y en la
perfección de las leyes que rigen el Universo. La verdadera protección está dentro de uno mismo.
Recordemos que se trata de un estado de paz y seguridad interna, responsable de generar un
ĂĐĐŝŽŶĂƌƉŽƐŝƚŝǀŽĚĞůhŶŝǀĞƌƐŽĞŶƚŽƌŶŽŶƵĞƐƚƌŽ͘͞EŽŚĂLJƋƵĞƚĞŶĞƌŵŝĞĚŽ͘͟͞EŽŚĂLJƌĂnjſŶƉĂƌĂ
teneƌůŽ͘͟
Quinta Ley:
͞ůǀĞƌĚĂĚĞƌŽŵĂĞƐƚƌŽĞŶƐĞŹĂĐŽŶĞůĞũĞŵƉůŽ͟
͞>ĂĂĐĐŝſŶĚĞƚĞƌŵŝŶĂĐŽŵŽƉĞŶƐĂŵŽƐ͘͟ůǀĞƌĚĂĚĞƌŽŵĂĞƐƚƌŽĞŶƐĞŹĂĐŽŶĞůĞũĞŵƉůŽ͖ĞƐĚĞĐŝƌ͕Ğů
poder de su sabiduría se encuentra en la acción, en la obra, como reflejo de sus pensamientos. Un
maestro es vehículo de conocimiento. Y lo debe inspirara primordialmente con su propia vida.
Nuestro planeta ha conocido diversos Maestros que despertaron conciencias a miles de almas con
su ejemplo de vida. Desde Buda y Jesús hasta la Madre Teresa de Calcuta. Pero es importante
decir que todos en cierta medida somos portadores de ese mensaje y enseñanza. Todos somos
maestros.
El sentido de recibir un conocimiento no es guardarlo, sino compartirlo. Y la forma de hacerlo es a
través de una aplicación práctica de lo recibido, pues he ahí la fuerza de su mensaje y motivación
hacia los demás.
Características de los maestros:
x Hablan del amor
x Sus mensajes son sugerencias o mostrar caminos.
x No obligan a aceptar los mensajes, al contrario sugieren meditar y discernir
x Sus enseñanzas alientan la unidad, la esperanza y la profundización responsable del
conocimiento.
x Son prácticos
x Viven plenamente en sus enseñanzas, con su sistema y forma de vida que los conecta con el
todo.
x Saben guardar silencio cuando es necesario
x Saben hacer llegar información cuando es el momento
x Nunca nos prueban más allá de nuestras posibilidades
x Cuando las circunstancias lo permiten pueden aplicar su maravilloso conocimiento para
ŐĞŶĞƌĂƌůŽƋƵĞŶŽƐŽƚƌŽƐůůĂŵĂŵŽƐ͞ŵŝůĂŐƌŽƐ͟
x Son verdaderos magos del conocimiento pues lo viven y lo desarrollan permanentemente.
x Vibran conscientemente en la luz
Cuatro verdades sobre la maestría espiritual:
1.-‐ Un verdadero Maestro no procura generar dependencia. Procura formar nuevos maestros y no
más discípulos permanentes. Su misión no está en formar seguidores, sino conciencias libres.
2.-‐ Un verdadero Maestro es humilde por naturaleza. No es perfecto a pesar de su conocimiento.
Puede equivocarse en su sana intención, pero también reconoce el error y lo enmienda con amor
y tranquilidad.
3.-‐ Un verdadero Maestro no obliga a aceptar sus enseñanzas. Ni impone su punto de vista. Sólo lo
expone con amor y sabiduría. Otorga sin juicio alguno el conocimiento y deja que los oídos que
están listos para escuchar, escuchen.
4.-‐ Un verdadero Maestro es coherente en sus actos con lo que dice y enseña. Si no es así, algo no
está marchando bien.
La perseverancia, fortaleza, humildad, honestidad y sabiduría, son cualidades fundamentales en
cada peregrino que aspire a convertirse en un vehículo de enseñanza para los demás. En un
verdadero Maestro. El verdadero maestro es el principal alumno de la vida.
Sexta Ley:
͞ůǀĞƌĚĂĚĞƌŽŵĞŶƐĂũĞƌŽĞƐĂƋƵĞůƋƵĞsólo traŶƐŵŝƚĞĞůŵĞŶƐĂũĞ͟
A pesar de la simpleza del mensaje, este ha sido desestimado ya sea por falta de
autoconocimiento y disciplina espiritual o por agregar o silenciar elementos del mensaje con el
propósito explícito de manipular su dirección y objetivo. Penosamente ello ha sucedido a lo largo
de la historia.
Un mensajero es puente de una información. Un instrumento del Universo para hacer llegar
determinado conocimiento o enseñanza. Su participación en esta importante tarea, no debe
interferir con la naturaleza del mensaje que debe entregar. De lo contrario podría afectar la
esencia de lo recibido. En pocas palabras un mensajero debe evitar cualquier tipo de
contaminación del mensaje que debe hacer llegar.
Muchas veces los mensajes recibidos son alterados inconscientemente por nuestra particular
forma de entenderlos y procesarlos, por nuestro carácter y opinión previa sobre ciertos asuntos e
inclusive bajo la influencia de intereses personales.
El trabajo con uno mismo sostenido en la meditación y en la auto observación permite ir
separando cualquier influencia de nuestros pensamientos en los mensajes que recibimos.
Los Maestros hacen hincapié en que todo aquello que se vive en el contacto, debe ser transmitido
tal cual ocurrió, sin juzgarlo, sin resistencia, sin intentar interpretar la real esencia de las cosas que
se nos dieron. En una primera instancia el mensaje tiene que llegar así puro.
El mensaje es más importante que el mensajero. La liberación del Ego y el protagonismo ante la
responsabilidad de ser depositario de un conocimiento es un trabajo fundamental en el
caminante. Muchos grupos que trabajan por la luz, han enfrentado graves problemas al considerar
que el mensajero es tan importante como el mensaje. Esto solo genera dependencia del
mensajero y comportamientos sectarios que nada tienen que ver con la luz.
Todos por naturaleza somos mensajeros. Por eso cuando uno es iniciado en el conocimiento debe
actuar con mayor rectitud y verdad, pues cada vez más personas serán afectadas por nuestro
marco de influencia.
Alterar los mensajes para fines de cualquier tipo se ha visto en gobiernos, líderes, religiones, etc.
Teniendo como resultado la confusión de las masas. El conocimiento conlleva a un gran poder.
Sobre todo para los que lo poseen frente a la ignorancia de sus hermanos.
Sin embargo en estos tiempos, todo lo secreto debe ser compartido, los más grandes tesoros
tienen que salir a la luz y esta tiene que difundirse por el mundo.
Esta es la labor del mensajero. Llevar la luz al mundo en su más pura sustancia. Libre. Un
mensajero auténtico lleva la buena nueva sin emitir juicio alguno. Consciente de que él es un
medio no un fin. El mensaje es eterno y él circunstancial.
Características que reúne un mensaje verdadero:
x Es coherente y lógico
x Posee una sabiduría sencilla y profunda
x Es positivo y de alternativa; jamás cae en el juego de catastrofismo
x Siempre aporta algo nuevo, no es solo la repetición de mensajes anteriores; ni los
contradice, sino que los amplía y profundiza
x Es atemporal; es decir su conocimiento trasciende el tiempo
x Trae un aporte sutil que la intuición percibe y la mente muchas veces no logra
comprender. Un aroma de luz y espiritualidad que se siente cada vez que se penetra en él.
x Es Universal y no personal ni exclusivo. No hace distinciones
x Puede proponer trabajos determinado, o un cambio para bien, pero no imponerlos
x No confunde, ni entra en contradicciones
x Mantiene una línea de amor y respeto para todo y para con todos
x Se recibe con alegría, por cuanto no es rutina de costumbre
x Trae consigo amor
Por consecuencia un mensajero debe ser una persona humilde para aceptar las críticas y los
errores. Sensata y equilibrada para enfrentarlos. Honesta y decidida para vivir en la verdad. Y
constante para seguir adelante. Con este ejemplo, inspirará confianza en los demás.
Séptima Ley:
͞>Ă&ĞǀĞƌĚĂĚĞƌĂƐĞƐƵƐƚĞŶƚĂĞŶĞůĐŽŶŽĐŝŵŝĞŶƚŽ͟
EĂĚŝĞƐĂďĞĞdžĂĐƚĂŵĞŶƚĞƋƵĞĞƐůĂ&Ğ͘,ĂďŝƚƵĂůŵĞŶƚĞƐĞĚĞĨŝŶĞĐŽŵŽ͞ůĂĐŽŶǀŝĐĐŝſŶĚĞůŽƋƵĞƵŶŽ
ŶŽƉƵĞĚĞǀĞƌ͘͟WŽĚƌşĂƚƌĂĚƵĐŝƌƐĞƚĂŵďŝĠŶĞŶĐƌĞĞƌ.
La fe, en realidad no es un acto ciego o irracional. La razón de ser de la fe puede hallarse en un
conocimiento que la sustente, que explique por qué y cómo actúa.
WĂƌĂůŽŐƌĂƌůĂƐĐŽƐĂƐ͞ŝŶĐƌĞşďůĞƐ͟ĚĞďĞŵŽƐŐĞŶĞƌĂƌƵŶĂĐĂŶƚŝĚĂĚŝŵƉŽƌƚĂŶƚĞĚĞĞŶĞƌŐşĂ͘
La fe y la razón deben de ir unidos para comprender la realidad en todos sus misterios.
La fe nace cuando sentimos que estamos haciendo lo correcto. Hacer lo correcto significa estar en
la frecuencia perfecta, en el flujo natural de las fuerzas que hacen que las cosas ocurran.
Lo cierto es que nosotros mismos desencadenamos ciertos mecanismos al poner en marcha
nuestras potencialidades mentales. La mente crea. Y el ser humano puede crear lo que cree.
Cuando conocemos y fluimos en los principios universales, nuestra fe deja de ser sólo un acto de
convencimiento espiritual, adquiere lógica y coherencia, pues comprendemos que no estamos
solos y el Universo entero es nuestro principal aliado cuando el propósito es positivo.
La fe es algo complejo dentro de la visión humana. Para muchos no necesita pruebas. Su base es la
confianza.
Para el Budismo la fe no implica un acto ciego. Es como el motor que impulsa al practicante hacia
el objetivo del despertar (tomar conciencia de la realidad y de la mente)
Buda exhortó a sus discípulos a investigar la naturaleza de sus creencias.
La clave para mantener la fe es tener un objetivo o propósito claro, por el cual creer, por el cual
luchar y darlo todo.
La llave para el peregrino: Conocer su fe
Octava Ley:
͞>ĂƐĂŐƌĂĚĂĚŽĐƚƌŝŶĂƐĞƚŽƌŶĂĂƷŶŵĄƐƐĂŐƌĂĚĂƐŝƐĞĞƐĐŽŶƐĞĐƵĞŶƚĞĐŽŶĞůůĂ͟
En las siguientes 3 leyes, hallaremos un conocimiento más orientado a la mística de grupo
Como ya vimos un discípulo necesita trabajar con 7 pasos:
1. Conocerse uno mismo para conocer el universo
2. Comprender la naturaleza de la luz y el conocimiento verdaderos
3. Saber enfrentar las adversidades a través del amor y la no resistencia
4. Trabajar con las emociones para hacer efectiva nuestra propia protección
5. Se ejemplo de lo que hemos aprendido
6. Comprender que el mensaje es más importante que el mensajero
7. Fortalecer nuestra fe en el conocimiento
Una vez que cruzamos estas siete puertas, nos hallamos antes la octava ley. Un enunciado que
vibra más en la labor de grupo.
Habla de la doctrina, pero no en la acepción de la religión. Sino en el conjunto de enseñanzas o
principios.
La Luz: Amor, Energía, Origen, Dios es el precepto que engloba y rige todo.
Ser consecuentes significa no traicionar nuestro compromiso con nosotros mismos y con la Luz.
Servir amorosamente a los principios que nos inspiran e iluminan. Al propósito superior de nuestra
misión. Así en cada acción y esfuerzo los designios superiores serán santificados, envueltos de una
energía de amor, voluntad, y servicio. Se harán fuertes y adquirirán vida propia. Se transformarán
en el alma colectiva de un grupo que trabaja en la luz. Y esta energía protegerá y asistirá al
caminante y le ayudará en la consecución de la obra.
WŽƌ ĞƐŽ ƐĞ ĂĨŝƌŵĂ ƋƵĞ ůĂ ĚŽĐƚƌŝŶĂ ͞ƐĞ ƚŽƌŶĂ ĂƷŶ ŵĄƐ ƐĂŐƌĂĚĂ͟ ƉƵĞƐ ĞƐ ŶƵƚƌŝĚĂ ĚĞ ůĂ ĞŶĞƌպà ĚĞ
quienes vibran en ella y la realizan. No es solo un símbolo. Hay un poderoso fluir de fuerzas.
͞>Ă>ĞLJĚĞůEƷĐůĞŽ͟ƐƵŶƐĞĐƌĞƚŽƋƵĞŚĂƐŝĚŽƉƌĂĐƚŝĐĂĚŽĚĞƐĚĞĠƉŽĐĂƐŵƵLJĂŶƚŝŐƵĂƐ͘ƵĂŶĚŽƵŶ
grupo de personas se une bajo el amparo de un principio en el cual vibran y creen, dan forma a lo
que se denomina ley del núcleo. Todo grupo humano, espiritual, bélico, político o religioso trabaja
con esta ley, independientemente de que lo sepan o no. La energía que generan al reunirse bajo
ciertos ideales y objetivos y trabajar decididamente por ellos, va dando forma a este elemento que
se tƌĂŶƐĨŽƌŵĂĞŶĞů͞ĂůŵĂ͟ĚĞĂƋƵĞůŐƌƵƉŽ͘
^ŝĞů͞ŶƷĐůĞŽ͟ĞƐĐŽŶƐƚŝƚƵŝĚŽƐŽďƌĞůĂďĂƐĞĚĞŝĚĞĂůĞƐĞůĞǀĂĚŽƐ͕ĂŵŽƌŽƐŽƐ͕ĞŶƉƌŽLJĞĐĐŝſŶĂůƐĞƌǀŝĐŝŽ
y a la ayuda a los demás se puede convertir en un foco de irradiación positiva en su momento de
maduración. Un núcleo maduro se transforma en un pequeño sol o estrella. Un farol que puede
sanar al planeta y polarizar los conflictos. (En sentido inverso sucede con propósitos que crecen
sobre la base de ideales que buscan la dominación, el poder o satisfacer egos personales)
Para la creación de un núcleo son necesarios dos pasos fundamentales:
1.-‐ La doctrina.-‐ El conjunto de ideas o principios espirituales que pueden mantener en armonía el
trabajo de un grupo humano.
2.-‐ La santificación.-‐ Ser consecuente en vida y obra con aquel conjunto de principios.
Hay dos tipos de doctrinas: Humanas y Cósmicas
a) Humanas.-‐ Obedecen a intereses personales
b) Cósmicas.-‐ Inspiran a los hombres y casi siempre llegan a través de una revelación
Ya por naturaleza la doctrina es sagrada pues constituye una revelación positiva y armónica en si
misma, y que podemos santificar con nuestra obra y servicio.
Novena Ley:
͞ůǀĞƌĚĂĚĞƌŽdĞŵƉůŽĞƐĂƋƵĞůƋƵĞƐĞĐŽŶƐƚƌƵLJĞƐŽďƌĞůĂďĂƐĞĚĞƐĞŶƚŝŵŝĞŶƚŽƐ͕ƉĞŶƐĂŵŝĞŶƚŽƐLJ
ĂĐƚŝƚƵĚĞƐ͟
La Ley del núcleo es el cimiento del verdadero templo.
Templo.-‐ habitualmente definimos templo como un lugar de oración. Sin embargo templo no solo
designa una construcción humana. El propio cuerpo humano es un templo. El verdadero templo
͞^ŽŵŽƐŶŽƐŽƚƌŽƐŵŝƐŵŽƐ͘͟>ĂƐƵŵĂĚĞůĂĞƐƉŝritualidad humana construye un templo mayor. (El
ǀĞƌĚĂĚĞƌŽƐŝŐŶŝĨŝĐĂĚŽĚĞŝŐůĞƐŝĂĞƐ͞ƌĞƵŶŝſŶĚĞůƉƵĞďůŽ͟
Cada sentimiento humano, forma mental u obra nutren de energía el conjunto de principios que
nos rige y en los cuales creemos. Este proceso, amparado por la Ley del Núcleo, crea un foco de
ŝƌƌĂĚŝĂĐŝſŶ ĐŽŶƐĐŝĞŶƚĞ͘ hŶĂ ĞƐƉĞĐŝĞ ĚĞ ͞ĨƵĞƌnjĂ ŐƵşĂ͟ Ž ͞ĐƵĞƌƉŽ ŵşƐƚŝĐŽ͟ ƐĞ ĞƐ Ğů ǀĞƌĚĂĚĞƌŽ
templo. (Esto se conoce como Egrégor.-‐ Estar despierto. O sería aquél cuerpo místico que
logramos crear gracias a la ley del núcleo que agrupa el aporte psíquico)
En nuestro planeta hay grupos que trabajan con este secreto forman un Egrégor de acuerdo a sus
intenciones. No obstante cualquier forma de energía creada sobre la base del poder, la mentira o
la ambición, se vuelve inestable y tarde o temprano destructiva. Incluso para quienes la crearon.
Esto se basa en el principio universal de la causa y el efecto.
Un Egrégor construido con intenciones puras y llenas de amor, se convierte en algo maravilloso.
Como es de esperarse, éste reaccionará ante nuestros pensamientos y acciones, interactuando e
incluso asistiendo, como si se tratase de un manto protector, de una influencia invisible. Nuestra
misión es convertir el Egrégor de toda la humanidad en un templo verdadero. En un lugar de paz
colmado de luz y espiritualidad.
Por esta razón es más que importante cambiar nuestra forma de pensar y actuar; pues
constantemente estamos enviando esa energía al planeta.
Décima Ley:
͞ůǀĞƌĚĂĚĞƌŽDşƐƚŝĐŽĞƐĂƋƵĞůƋƵĞƉŽŶĞĞŶƉƌĄĐƚŝĐĂůŽs principios del Cielo y que muere
ĐŽŶƐƚĂŶƚĞŵĞŶƚĞƉŽƌĂŵŽƌĂůƉƌſũŝŵŽ͟
Este principio sintetiza el espíritu de todo verdadero caminante de la Luz. Consiste en poner en
práctica los principios que rigen el Universo y aplicarlos al servicio de los demás. Y casi siempre en
silencio.
EŽ ŚĂLJ ŵĂLJŽƌ ŵŝƐƚĞƌŝŽ ƉƵĞƐ ͞ůŽƐ ƉƌŝŶĐŝƉŝŽƐ ĚĞů ŝĞůŽ͟ ŶŽ ƐŽŶ ŽƚƌĂ ĐŽƐĂ ŵĄƐ ƋƵĞ ůĂƐ ůĞLJĞƐ
universales. Un verdadero místico vive y acciona en total conocimiento de estas leyes
Morir constantemente por amor al prójimo es una alegoría que señala el sacro-‐oficio o nuestro
trabajo santo por el prójimo. Esto quiere decir que nuestra vida debe ser una labor de servicio sin
esperar nada a cambio.
Morir constantemente edžƉƌĞƐĂĐŽŶƐƚĂŶĐŝĂĞŶĞƐĂŵŝƐŝſŶ͘͞ůĂŵŽƌ͘͟
El amor aquella fuerza maravillosa que une a todos los seres es la clave. Es lo que se determina
ĐŽŵŽ͞>Ă>ĞLJĚĞůƐƉĞũŽ͟
Todos somos nosotros. Cada ser viviente es un reflejo. Por eso cada vez que ayudamos a alguien,
nos estaremos asistiendo nosotros mismos.
Es importante iniciar esta tarea en el lugar en que nos encontramos, con las personas que nos
rodean ya que por alguna razón El Universo nos ha colocado ahí.
El merito de quien fue elegido es ser un farol en un mundo gris.
Servir, es también dar amistad a quien vive solitariamente, amor a quien se siente deprimido,
conocimiento a quien se encuentra perdido, esperanza y valor a quien tiene miedo.
En la mayoría de las ocasiones, el sufrimiento humano encuentra su origen en la propia mente y
accionar del individuo. Enseñarle a manejar sus potencialidades en armonía es una forma de
ayudar.
Las herramientas son muchas. La labor es abundante, pero pocos los obreros.
Sin embargo, aquellos pocos obreros, dentro de su número, serán muchos. Los suficientes para
generar el gran cambio planetario.
Vivamos en armonía con el Universo y demos todo para que los seres de este planeta
encontremos, la paz y la alegría.
Nos necesitamos el uno al otro.
Y ciertamente hemos venido a este mundo para aprender, servir y ser felices. No lo olvidemos.
͞ůhombre teme lo que no conoce.
Y destruye lo que teme
La verdadera sabiduría es aquella que
es y será en cualquier mundo,
dimensión o en una lejana galaxia.
La verdadera sabiduría rompe el
espacio-‐tiempo; ¡Esto combatirá a las tinieblas!
Por ello no nos cansaremos de recordarles
ƋƵĞĚĞďĞŶďƵƐĐĂƌĞŶĞůůƵŐĂƌĐŽƌƌĞĐƚŽ͟
Alcir
Hermandad Blanca
Información: Ricardo González
Designios Superiores. El Decadrón. Principios de vida de una Humanidad Subterránea
ECIS Publicaciones
www.legadocosmico.com
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