Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
© No se permite la reproducción o copia de este material sin la autorización expresa del autor. Es propiedad de Iglesia
Evangélica Pueblo Nuevo
CÁBALA
Cábala es la palabra que designa las doctrinas esotéricas del judaísmo. Aunque se afirma que es un producto
del período tannaíta (70-220 d. C.) y obra de sabios como Ismael ben Eliseo, Simeón ben Yohai y Nehunya
ben ha-Kanah, las investigaciones han demostrado que es un producto de la Edad Media. Ni siquiera el
nombre kabbalah (de kibbel, "recibir") sucede con esta especial connotación antes del siglo XIII, denotando
el término kabbalah en el Talmud los Hagiógrafos y los Profetas, en contraposición a la Torah, o Pentateuco.
Doctrina de Dios.
Según la Cábala, Dios es el eterno e ilimitado principio de todo, siendo por tanto llamado En Sof ("El
Infinito"). Los atributos que se le dan son generales, más que específicos. Es absolutamente perfecto y está
libre de toda mancha; él es unidad e inmutabilidad; es inabarcable y nada existe aparte de él; ya que no
puede ser conocido ni por sabiduría ni por entendimiento no se puede definir, ni ser formado concepto sobre
él ni plantearse cuestión tocante a él. Para todos los seres él es el oculto de todo lo oculto, el escondido de
todo lo escondido, el antiguo de todo lo antiguo, el primero de todo lo primero y el principio primordial.
Image not found
http://www.iglesiapueblonuevo.es/img/historia/sefirot.jpg
El árbol cabalístico
Tetragrammaton
Tetragrammaton
Poderes mágicos del Tetragrammaton.
Un segundo sistema exegético fue el notarikon, el uso acróstico de las letras en tal forma que cada letra de
una palabra formaba la letra inicial de una nueva. El tercer método fue ziruf, la combinación de las letras y el
cuarto temurah, la creación de nuevas palabras por la permutación o intercambio de letras. Los nombres de
Dios fueron asunto especial de los malabarismos cabalísticos, ya que no eran solo los medios por los que
Dios había emergido de su ocultamiento y se había hecho manifiesto al entendimiento, sino que eran medios
para trabajar sobre los poderes inteligibles y realizar milagros de todas clases. Los poderes más maravillosos
se atribuían al divino tetragrammaton, YHWH. Quienquiera que poseyera la verdadera pronunciación de este
nombre podía entrar en relación con el mundo superior y recibir revelaciones del alma universal. Cada letra
del nombre era portentosa. La yodh representaba al Padre como creador y la doble he a la Madre superior e
inferior, mientras que la waw tipificaba la creación. Por la permutación de las letras del tetragrammaton se
obtenía una riqueza de nombres divinos, a los que, de manera semejante, se atribuían poderes milagrosos. En
la Cábala "práctica" esos nuevos nombres desempeñaron una parte importante, usándose en fórmulas,
amuletos y conjuros, siendo su correcta enunciación y las gesticulaciones con las que eran pronunciados
factores determinantes en todas esas operaciones. De manera semejante, los nombres de 12, 22, 24 y 72
letras contenían grandes misterios, influenciaban al Ser Supremo y evitaban sentencias amenazantes,
mientras que los nombres de los ángeles quedaban sujetos a manipulación similar. El resultado neto fue la
total pérdida de cualquier comprensión del verdadero significado del texto de la Biblia.
El Séfer Yezirah.
Con la aparición del Séfer Yezirah ("Libro de la creación") en el siglo octavo, el misterio del trono de
Ezequiel dio paso al misterio de la creación, introduciéndose un elemento cosmogónico cada vez más
importante en el periodo posterior. Aquí la doctrina de la emanación aparece en la forma en la que se había
originado en Alejandría. Las 22 letras se relacionan con las 10 emanaciones divinas, formando los 32
senderos de sabiduría esotérica y constituyendo la base de todas las cosas. Dios no sólo es el creador, sino
también el sustentador y gobernante del mundo. Las letras del alfabeto son "poderes reales" que sostienen
todos los fenómenos, mientras que su permutación y evaluación, así como su connotación, son de
importancia. El Séfer Yezirah es la obra más antigua que unifica la especulación cabalística en un conjunto
sistemático. Según la misma hay cuatro principios fundamentales, emanados uno del otro: espíritu, espíritus,
agua primordial y fuego primordial, unidos todos por las tres dimensiones y sus antítesis en una década.
Todas las cosas están en flujo continuo, disolviéndose las combinaciones antiguas y formando nuevas,
mientras que a través de los fenómenos gobierna la ley de las antítesis, que están unidas por el medio entre
ellas. Una obra destacable del mismo periodo es el Séfer Raziel, que enseña la influencia de los planetas y las
figuras del zodíaco sobre la tierra. En esta obra el ángel Raziel toma el lugar de Metatron, el ángel de la
presencia, ya que posee y comunica misterios astrológicos y astronómicos.
El Zóhar.
Los elementos posteriores del Zóhar son los siguientes: el "Pequeña asamblea sagrada" que proporciona una
exposición más clara de los asuntos tratados en el "Gran asamblea sagrada"; el "Libro del misterio de los
misterios", dedicado a la fisiognomía y la quiromancia; el "Libro de las moradas", que describe las moradas
de las almas en el jardín de Edén y en el infierno; el "Midrash oculto", que relata el regreso de las almas a su
nueva y perfecta forma humana tras la resurrección y describe el banquete preparado para los justos; el
"Anciano", que describe la transmigración de las almas y los castigos del infierno; el "Joven", una
exposición de varias enseñanzas cabalísticas y "Mishnas y Tosefta", que está dedicado principalmente a los
significados místicos de los nombres divinos. A pesar de la oposición de los talmudistas y filósofos el Zóhar
tuvo un enorme seguimiento, siendo considerado una revelación del cielo. Por su medio España se convirtió
en el auténtico hogar de la Cábala y hasta el día actual goza de autoridad en algunos medios judíos.
Jacob Frank
Jacob Frank
Período final de la Cábala.
Con el exilio de los judíos de España la Cábala fue llevada a todos los países y Safed en Tierra Santa se
convirtió en su nuevo centro. Allí, en el siglo XVI, Moisés ben Jacob Cordovero e Isaac Luria sistematizaron
la Cábala y llenaron un vacío que había existido en el Zóhar, subrayando el primero el lado metafísico y
especulativo y el segundo el ascético y ético. Mediante ellos el Zóhar fue casi deificado y en un espíritu
semejante muchos cabalistas del siglo XVII, tales como Sabbatai Zewi y Jacob Frank, se proclamaron
profetas o afirmaron que la Shekinnah o el alma del Mesías se había encarnado en ellos. Sin embargo, desde
ese tiempo en delante la Cábala comenzó a declinar y los nombres de sus representantes ya no fueron de la
misma importancia como los antiguos.
Johannes Reuchlin
Johannes Reuchlin
Relación de la Cábala con el cristianismo.
Durante el período de la Reforma la Cábala atrajo amplia atención a causa del supuesto parentesco y acuerdo
de sus doctrinas con los dogmas de la Iglesia. La opinión prevaleciente es que formaba el medio por el que
judaísmo y cristianismo podían fácilmente unirse, especialmente en lo tocante a la doctrina de la Trinidad, el
Mesías como Hijo de Dios y su obra expiatoria. En su celo misionero hacia los musulmanes en el siglo XIII,
Raimundo Lulio consideró la Cábala una revelación divina y una vez que el convertido judío Pablo de
Heredia (hacia 1480) hubo mostrado en su "Carta de los secretos" que todas las principales verdades del
cristianismo estaba contenidas en la Cábala, los eruditos cristianos rivalizaron en su disposición a estudiar el
judaísmo esotérico. En 1486 Pico della Mirandola publicó en Roma su Septuaginta-duæ conclusiones
cabballisticæ, e invitó a todos los eruditos a Roma para asistir a una disputa para convencerse del parentesco
entre la Cábala y el cristianismo. El primer alemán en investigar este asunto fue Reuchlin, que dedicó a ello
su De verbo mirifico (Basilea, 1494) y De arte cabbalistica (Hagenau, 1517). Las traducciones latinas de
diversas porciones de obras cabalísticas las hicieron Baruch de Benevento a petición del cardenal Egidio de
Viterbo y el convertido Pablo Riccio, médico del emperador Maximiliano I; pero la obra más importante que
buscó las verdades del cristianismo en la Cábala fue Kabbala denudata de Christian Knorr von Rosenroth (4
volúmenes, Sulzbach y Francfort, 1677–84), que sería la fuente para todos los eruditos posteriores.
Ahora se reconoce que los conceptos de Dios y la creación son totalmente divergentes en la Cábala y el
cristianismo; la primera tríada en las sefiroth no se corresponde con la Trinidad, ni la doctrina cristiana de
Cristo como Hijo de Dios tiene analogía con el Adam kadmon de la Cábala. Según el cristianismo, la
redención es posible sólo a través de Cristo, mientras que la Cábala postula que el hombre se puede salvar a
sí mismo por su influencia mística sobre Dios y el mundo de la luz a través de la rígida observancia de la
ley, el ascetismo y medios similares.
Portada del Zóhar, 1556, Mantua
'Cierto día se presentó ante su maestro y le dijo: «¿Rabí, dónde está la riqueza?» «Se ve -pensó el
maestro- que su afán por la Torá no se debe a altos ideales»; y se metió en su habitación. Allí
oyó una voz que le decía: «No le castigues, porque llegará a ser grande». Regresó a donde el
alumno y le dijo: «Siéntate, hijo mío, siéntate, que te voy a dar riquezas». Poco después llegó un
hombre muy rico y le dio al joven estudiante parte de su riqueza; y el amor por la Torá comenzó
a arder en el corazón del joven. Un día le encontró su maestro llorando. Le preguntó: «¿Por qué
lloras?» Contestó: «¿Es que voy a perder la vida del mundo venidero por esto (la riqueza)?; sólo
deseo hacer méritos para la vida futura». «Ahora se ve -pensó el maestro- que estudia por altos
ideales». Llamó a aquel hombre que le había dado parte de su dinero y le dijo: «Toma tu riqueza
y repártela entre los huérfanos y los pobres»'
Sitré Torá, en Zóhar I, 88a-b.