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Empresas Innovadoras

La competividad del país en el futuro dependerá de la capacidad de nuestras


empresas para innovar. Dinero encontró 12 empresas que muestran el camino
de la innovación a la colombiana.

Una empresa colombiana, Superbrix, desarrolló unos molinos de arroz que se venden
en 32 países, gracias a su eficiencia y capacidad. Otra, Famoc Depanel, diseña
muebles que son vanguardia en Europa. Otra más, Dilenses,
creó unos lentes de contacto a la medida de cada córnea y
recibe pacientes de Rusia y Austria. Este es el nuevo mundo de
la innovación en las empresas colombianas, pues la consigna es
ir más allá de los estándares del mercado y diferenciarse por el
conocimiento incorporado a los productos. Cierto, son unas
cuantas empresas, muy pocas en comparación con las miles que
se requerirán para generar el nuevo modelo de desarrollo que
necesita el país. Pero señalan el único camino que dará
viabilidad a la economía.

Para crecer en una economía globalizada, Colombia debe dar el


salto hacia un modelo basado en innovación. El país ya no
puede aspirar a vivir de sus recursos naturales y tampoco podrá convertirse en un
productor de maquila, como lo hizo México. La posibilidad de sobrevivir como
productor de bajo costo dejó de existir con la entrada de China en los mercados
mundiales. Solo hay una ruta, la de generar conocimiento y convertirlo en valor
agregado.

El reto es gigantesco, pero el país ya tiene empresas con éxito internacional. A partir
de su experiencia, es posible vislumbrar las bases de un modelo de innovación.
Colombia no es un semillero de investigación en ciencias y su fortaleza no será la
ruptura de paradigmas con innovaciones revolucionarias. Es poco probable que
desarrolle la cura del cáncer o descubra las nuevas fronteras de la tecnología
aeroespacial.

Pero Colombia tiene talento para posicionarse como un país imaginativo, capaz de
mezclar tecnologías, llevarlas a un nuevo nivel de elaboración y enfocarlas a usos
prácticos en nuevos productos y mercados. La imaginación, la inteligencia y la
capacidad de trabajo de los colombianos son los recursos para sacar adelante ese
proyecto. En la curva de desarrollo de tecnologías en el mundo, Colombia podría tener
un posicionamiento nítido, de modo que las palabras "creado y hecho en Colombia"
adquieran un significado preciso ante el mundo (ver gráfico).

Nuestros desarrollos tecnológicos pueden ser limitados frente a la vanguardia mundial,


pero para las empresas implican las mismas exigencias de cualquier gran innovación.
Nuestras organizaciones deben moverse en ambientes de alta incertidumbre y
complejidad, donde el cambio es constante y es indispensable desarrollar nuevas
competencias y capacidades. ¿Cómo lograrlo? Una mirada a las empresas innovadoras
colombianas permite identificar lecciones de éxito en esta difícil tarea.

Visión: innovar
Una empresa que quiera participar en esta nueva economía debe definirse a sí misma
como innovadora y trazarse el objetivo de crear nuevos productos siempre. Esto
incluye tomar compromisos de largo plazo, experimentar y aceptar que las tasas de
fracaso pueden ser altas.

Se necesita desarrollar lo que Peter Drucker llama la disciplina de la innovación.


Mariano Ghisays, gerente de Superbrix, lo define así: "Innovamos en nuestros
productos hace algunos años y nos fue bien. Pero la competencia empezó a acercarse
cada vez más a nuestro producto. Ahí entendimos que la innovación es un proceso
continuo. Sabemos que tenemos que seguir siempre a la vanguardia y pensando en el
siguiente paso".

La voluntad para dar siempre el siguiente paso es el sello de la empresa innovadora.


Famoc Depanel, que elabora muebles para oficina, así lo entendió y decidió hacer
muebles para las oficinas del futuro, no en Colombia sino en el mundo. Tuvo investigar
más de un año y medio. "Nuestras propuestas fueron tan vanguardistas, que al
principio hasta el mercado europeo tuvo dificultades en entenderlas", afirma Javier
Ramírez, gerente de la empresa. No obstante, hoy Famoc Depanel está en mercados
de muebles tan exigentes como Estados Unidos y Europa. En Colombia tiene un
crecimiento constante en un mercado que se ha achicado un 70% en los últimos 5
años.

Las empresas deben pensar en el largo plazo. Un cultivo de flores que hoy, gracias a la
utilización de cultivos hidropónicos, ha mejorado su productividad en 40%, había
desistido del proyecto tres veces, porque no obtenía resultados positivos en sus
experimentos. Y otros emprendimientos se dan en plazos más largos. El Instituto de
Biotecnología lleva 20 años desarrollando innovaciones, pero solo hoy sus productos
saldrán al mercado. "En investigación y desarrollo científico es difícil hablar de tiempos
y resultados tangibles", afirma Dolly Montoya, directora del instituto.

Hay que hacer negocio


La innovación solo crea competitividad si genera valor. La empresa no puede quedarse
en desarrollar nuevos productos: debe ganar nuevos mercados. La caja registradora
debe sonar. Si el producto no tiene potencial de mercado, o el proceso no mejora la
eficiencia de la empresa, no es innovación.

Moraleja: la innovación es demasiado importante para dejarla en manos de los


técnicos. Es una prioridad que necesita tener a la gente de mercadeo involucrada en el
tema. Tesamérica, que desarrolla soluciones para la gestión del espectro
radioeléctrico, mantiene esta disciplina de innovación. "Tesmonitor, nuestro producto,
resultó de vigilar el mercado y sus necesidades. Entendimos que un departamento de
investigación y desarrollo requiere una alineación estratégica clara con metas y
tiempos de entrega. Siempre hay riesgos al innovar, pero conocer las necesidades del
mercado los minimiza", afirma Daniel Rosas, gerente de Tesamérica.

Empresas como Nacional de Chocolates y Alpina han entrado en la innovación basada


en la cercanía con el consumidor. Antes de lanzar un producto al mercado prueban una
y otra vez las posibles respuestas. Pero la probabilidad de fracaso es alta. Alpina
estima que de cada 25 a 30 productos que lanza al mercado al año, solo la mitad tiene
éxito.

Innovación a todas horas


Las empresas exitosas desarrollan una cultura de innovación y todo el tiempo
experimentan nuevas formas de hacer las cosas. "La primera condición para fomentar
la innovación es que las empresas innoven en la gestión. La meta es la satisfacción del
cliente", dice Darío Montoya, director del Sena. La innovación es una cultura.

Varios ejemplos ilustran esta manera de hacer las cosas. En Famoc Depanel, la
importancia de la preservación del ambiente en el mundo es un factor crítico en su
negocio, y esa conciencia es estimulada en los empleados con el cuidado de huertas
que ellos mismos atienden todas las mañanas.

En Alpina, la innovación no se limita a desarrollar productos. "También hemos


innovado en la estrategia de comunicación. Fuimos los primeros en utilizar en los
comerciales la animación por computador de los estudios Pixar", afirma Rafael Vargas,
gerente de mercadeo de la empresa.

PSL, además de llegar en ingeniería de software a un nivel que solo ostentan siete
países en el mundo, ha innovado en la responsabilidad social desde la perspectiva
empresarial. La selección del equipo de trabajo incluye criterios adicionales a la
experiencia y el estudio. "Nuestro recurso humano debe estar convencido de su
responsabilidad con la construcción de un mejor país. Sin ese incentivo es muy difícil
que entienda la trascendencia de llegar a un nivel de competitividad mundial", afirma
Jorge Aramburo, gerente de la empresa. PSL ha extendido ese compromiso con la
innovación participando en iniciativas para el desarrollo de la industria informática en
asocio con universidades, gremios y entidades gubernamentales como Proexport y
Colciencias.

Ideas de todas partes


Gary Hamel, experto en temas de innovación, habla de una ley para la generación de
ideas: "De cada mil ideas, solo cien tienen suficiente potencial comercial para
convertirse en experimento. Y de esas cien, solo diez ameritan un compromiso
financiero de la empresa. Al final, de esas diez, solo dos terminarán convirtiéndose en
éxitos innovadores". Para encontrar nuevas ideas con potencial hay que generar
cientos y miles de ideas más. Pero, ¿de dónde?

En entrevista exclusiva con Dinero el gurú en temas de innovación Richard Foster,


socio senior de McKinsey, habla de tres grandes fuentes de generación de ideas:
empleados, clientes y proveedores. De las tres, según Foster, la fuente que mayor
impacto logra para la organización son los empleados.

Las empresas innovadoras están de acuerdo. Todas hablan de estructuras abiertas en


las que se fomenta la participación del recurso humano en todo nivel. Nacional de
Chocolates y Alpina tienen mecanismos formales de generación de ideas. El personal
de Nacional de Chocolates debe generar 500 ideas innovadoras al año. Y Alpina
establece que todas sus categorías deben lanzar al mercado mínimo dos productos
nuevos al año.
Al generar ideas, no importa el tamaño de la empresa, lo primordial es desarrollar en
los empleados una motivación. Integral ha generado una capacidad innovadora sin
precedentes, gracias al empoderamiento y a los incentivos que ha dado al recurso
humano. Bajo convenios con universidades, la empresa financia parte de maestrías y
doctorados para sus empleados y les permite desarrollar sus innovaciones como parte
de los requisitos académicos. "Hemos diseñado una política para que nuestros
ingenieros puedan además asistir a congresos y seminarios internacionales a presentar
sus proyectos innovadores", dice Federico Restrepo, presidente de la empresa.

Otras empresas también hacen partícipes a sus empleados de los beneficios de la


innovación. Abaco Trade inició un proyecto de capacitación que les permitió a sus
empleados especializarse en ciertas labores, escalar en sus conocimientos y
estructurar un esquema de trabajo por medio de cooperativas en las que su
remuneración es proporcional a la tarea que desarrollan. Gracias al sistema, la
empresa ha generado una cultura de productividad y, además, les ha permitido a los
empleados gozar de los beneficios de la misma. En promedio, los ingresos de los
empleados han aumentado mas del 20%.

Los proveedores también pueden convertirse en una fuente de innovación para las
empresas. En economías cada vez más conectadas y donde cada país se concentra en
desarrollar ventajas competitivas, el trabajo en cadenas productivas se vuelve esencial
a la hora de innovar pues las ganancias en productividad y competitividad son
extraordinarias.

Sofasa trabaja con Colciencias en el escalamiento de sus proveedores hacia nuevas


tecnologías, que les permitan desarrollar productos que la empresa tiene que comprar
en el exterior. Proveedores de la ensambladora, como el Grupo Tech, han logrado
innovaciones tecnológicas que les permiten producir guardabarros con tecnología de
inyección y que esta producción sea eficiente en las escalas usuales en el mercado
colombiano, a diferencia del termoformado que es usual en el mundo y requiere
enormes escalas de producción para ser viable.

Otra forma en que las empresas innovadoras generan ideas es verificando lo que se
hace en otros países, para mejorarlo y adaptarlo a su realidad. Favidrios ha crecido
con esta estrategia. La empresa adapta tecnología china, pero no se limita a copiar
sino que ha adaptado el proceso a la escala colombiana, para manejar tamaños de
producción adecuados al mercado regional.

Muchas empresas también buscan ideas en fuentes diferentes a su propio negocio


como en universidades. "En un principio empezamos a mirar qué proyectos querían
desarrollar los estudiantes para su tesis de grado y a partir de ahí les dimos apoyo
para su elaboración", afirma Carlos Eduardo García, presidente de Latcom. ATM Watch,
el producto innovador original de la empresa, se originó en una tesis de grado de la
Universidad Javeriana. Con suerte, un proyecto de grado puede tener éxito comercial.
Recurrir a las universidades puede ser una forma efectiva de unir la ocasional y
desenfrenada creatividad del estudiante con el criterio y experiencia del empresario
innovador.
Aliarse
Las empresas innovadoras están conscientes de que ser competitivas no es suficiente.
Hay que aprovechar ese potencial para crecer y conquistar nuevos mercados. Esto
significa en muchas ocasiones aliarse para competir. La industria plástica ha sido un
buen ejemplo de esta mentalidad de crecer hacia fuera. Las empresas del sector se
han unido en el Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y Caucho, para
compartir innovaciones y mejorar en conjunto su productividad. "Con nuestros
desarrollos hemos incrementado la productividad de las empresas del sector en un
12% en promedio, mejorando la calidad y disminuyendo los desperdicios", afirma
Alberto Naranjo, director del ICIPC.

Las alianzas también han generado grandes beneficios para aquellas empresas que no
tienen la infraestructura necesaria para sus proyectos de innovación. Los centros de
desarrollo tecnológico y las universidades del país han sido claves en este proceso. "La
academia ha empezado a entender el papel que juega en el desarrollo de la innovación
en el país. Nosotros, por ejemplo, estamos reforzando nuestras áreas de empresariado
y hemos adelantado importantes proyectos de acercamiento entre universidad y
empresa para aunar fuerzas", afirma Carlos Angulo Galvis, rector de la Universidad de
los Andes. Otras universidades, como la de Antioquia, están adelantando programas de
gran envergadura para acercar a los investigadores con los técnicos de sus empresas.

Aliarse con instituciones internacionales también ha sido vital en todo este proceso.
Hoy, algunas empresas floricultoras nacionales trabajan de la mano de otras en
Holanda en la investigación y el desarrollo de variedades. Lo mismo han hecho
empresas como Alpina, que se unió con la empresa suiza EMMI para el desarrollo de la
fórmula del Bonflan.

Invertir y financiar
Innovar paga, pero también cuesta. Explotar una idea con potencial comercial es una
tarea que exige recursos sustanciales, sujetos a un alto riesgo. En las grandes
empresas innovadoras colombianas ya se ve una inversión en innovación (medida
como la inversión en investigación y desarrollo) que puede estar en niveles cercanos al
5% de las ventas. En una empresa como Tesamérica, que es una pyme, la inversión
en investigación y desarrollo llega al 30% de las ventas.

Hay que dedicar a la innovación recursos que se obtienen de otros productos y


servicios cuyo mercado es más estable. "Tenemos un área con flujos fijos y así
financiamos nuestra inversión en investigación y desarrollo", afirma Carlos Eduardo
García, de Latcom. Es riesgoso, pero hay que hacerlo. Como lo afirma uno de los
directivos de Tecnacol, "es más arriesgado no innovar".

Si bien la disponibilidad de recursos financieros no es abundante, es superior al


pasado. Entidades como Colciencias, el Sena, Proexport, el Ministerio de Comercio
Exterior y fondos estatales como Fomipyme tienen hoy recursos para la innovación.
"Mientras antes recibíamos pocas propuestas de proyectos para financiación, tan solo
este año ya hemos recibido 400. El mayor interés de las pyme por recursos para
innovar es evidente", dice Julio Mario Rodríguez, subdirector de innovación y desarrollo
empresarial de Colciencias.
Por otro lado, el Estado ofrece incentivos tributarios para estimular la innovación:
exenciones al IVA para la importación de activos para instituciones y centros
educativos. Para el empresario ofrece una deducción de la renta líquida por inversiones
y donaciones a proyectos innovadores. El Plan de Desarrollo aprobó exenciones para
importaciones de proyectos de software y medicamentos. Pero estos se consideran
insuficientes y como lo consagra el Departamento Nacional de Planeación, la Política de
Ciencia y Tecnología debe proveer más mecanismos de apoyo fiscal a la inversión
privada.

La gran barrera que debemos superar en este campo es la falta de disponibilidad de


capital de riesgo. En Colombia, los dueños de los capitales podrían estar interesados en
las ideas innovadoras, el problema es que no entienden el tema y no saben cómo
manejarlo. Necesitamos institucionalizar modelos y mecanismos que permitan a los
inversionistas acercarse a los proyectos y entenderlos. Esto está comenzando a ocurrir.
Como afirma Gregorio Restrepo, asesor de empresas en esta materia, el efecto
demostración motivará a otros inversionistas y empresas con el paso del tiempo. Es
necesario acelerar el proceso. Además, los inversionistas quieren más claridad en
cuanto a los derechos de propiedad intelectual, dado que muchas de estas iniciativas
son basadas en conocimiento. Es particularmente difícil negociar conceptos como el
valor de una patente o los derechos de propiedad. La legislación colombiana es débil y
eso es un obstáculo, comenta Camilo Martínez, inversionista de riesgo.

Hablar de innovación en Colombia ya no es, como pudo serlo hace unos años, un tema
exótico y lejano. Hoy tenemos numerosas empresas que están innovando cada día. El
problema que tenemos ahora es escalar esos esfuerzos para que alcancen grandes
mercados, y vincular a muchas otras empresas en esa iniciativa. El reto para el país es
hacerlo rápido, pues la liberación de los mercados no nos va a dar mucho tiempo.
Necesitamos una terapia intensiva para valorar más y creer más en lo que tenemos en
materia de innovación, al punto de atrevernos a apostarle nuestro futuro a esta carta.

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