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TATIANA CARRIZO
Unidad 1: El Concepto de Derechos Humanos
El Dº internacional clásico no se ha ocupado de las relaciones del Estado con sus nacionales ni de los Dºs de
éstos (ciudadanos).
El Estado se comprometía a respetar un estándar mínimo de Dºs a favor de los extranjeros en su territorio, en
cambio, respecto de sus nacionales tenía el Dº pero no el deber de protegerlos cuando fueran lesionados por
actos de otro Estado contrarios al Dº internacional, respecto de los cuales no se hubieran podido obtener
satisfacción por canales ordinarios.
Esta concepción, dejaba sin protección a los apátridas que carecían de un Estado que reclamara por ellos,
pero también a los propios nacionales, respecto de los cuales el trato era discrecional y que inclusive podían
ser vulnerados en sus Dºs por el propio Estado.
Luego de la 1º Guerra Mundial, la caída de los imperios austro-húngaro y germánico transformó sus
poblaciones en minorías. Entonces, los fallos de la Corte Permanente de Justicia Internacional hacen espacio
al reconocimiento del Dº a profesar su culto, a educar y educarse en su lengua y a mantener su cultura.
También hay una preocupación social por las consecuencias de la Rev. Industrial, creándose la OIT.
Todos ellos constituyen antecedentes del fenómeno de los DH, que se dispara a nivel internacional a raíz de
las inéditas características de la 2º Guerra Mundial.
Como consecuencia de ello, en la construcción del orden jurídico-político de la posguerra, se considera que el
trato que un Estado dé a sus nacionales y en general a todas las personas bajo su jurisdicción, es una
cuestión internacional.
Aparece la noción de ciudadanos con Dºs que ejercen frente al soberano, la conquista de las libertades
públicas se reflejó en catálogos de Dºs, tales como la Declaración de Dºs de Virginia (EEUU) y la Declaración
de los Dºs del Hombre y del Ciudadano en Francia, luego en las constituciones liberales.
Esa base requiere de elementos adicionales tales como la universalidad (para todas las personas, todos los
derechos), la igualdad y su corolario de ni discriminación y el compromiso internacional del estado antela
violación no reparada.
Históricamente, los DH son individualizados y enunciados en declaraciones, esto es, pronunciamientos de
órganos plenarios, inicialmente carentes de valor jurídico, aunque luego lo adquieren porque su contenido se
transforma en una costumbre internacional. Es el caso de:
• La Declaración Universal de DH de 1948,
• La Declaración Americana de Dºs y Deberes del hombre de 1948, q desde 1970 es vinculante para
todos los estados de la OEA.
• La Declaración sobre la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas de 1992,
etc.
En un segundo momento, esos derechos han sido plasmados en tratados, es decir, instrumentos jurídicos
obligatorios por naturaleza para quienes manifiesten su consentimiento en obligarse por ellos.
Estos tratados han traído la novedad de establecer un “sistema ad hoc de control”, es decir, mecanismos
internacionales propios para el control y reclamo de las obligaciones asumidas por los Estados; se trata del
denominado Sistema Internacional de Protección, el cual está formado por comités de expertos y, en algunos
ámbitos regionales, por tribunales de derechos humanos como es el caso en Europa, África y América.
Se establece así una estructura jurídica compuesta por normas internacionales que establecen los Dºs
protegidos, su alcance mínimo, sus condiciones de vigencia, pero deja espacio p/q c/Estado pueda
reglamentarlas conforme a su Dº Nacional, y a su idiosincrasia.
No se trata de imponer igualdades a nivel mundial, sino todo lo contrario, de consagrar el Dº a ser diferente
como una decisión autónoma que respete la libertad y la dignidad de c/individuo.
1. Los Dºs de 1º generación: serían los denominados civiles y políticos. Su consagración se habría dado en el
período del constitucionalismo clásico. Son Dºs cuya exigibilidad por la persona humana es inmediata y
p/cuya satisfacción se requiere un no hacer o conducta de abstención de parte del Estado.
2. Dºs de 2º generación: serían los denominados Dºs económicos, sociales y culturales. Su consagración
se habría dado en el período del constitucionalismo social. Exigen un hacer o conducta de acción del Estado.
3. y finalmente los Dºs de 3º generación: no serian aun de D° Positivo y comprendería los Dºs de Solidaridad.
Basta recordar que la división en 2 conjuntos normativos intento ser superada por una constante doctrina de la
universalidad, interdependencia e indivisibilidad de los derechos humanos impulsada por la Declaración de
Viena adoptada por la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de 1993.
Respetar y Garantizar
Los estados tienen la obligación de respetar y garantizar los derechos humanos, así como de adoptar las
medidas necesarias a tales fines. Se trata de un sistema diseñado en función del reconocimiento del Estado
como sujeto de la relación jurídica básica, como único responsable por las violaciones de derechos humanos
no reparadas.
Al asumir la obligación de respetar los derechos humanos, el Estado admite la existencia de ciertos atributos
inviolables de la persona humana q no pueden ser menoscabados por el ejercicio del poder público; por ello,
en la noción de derechos humanos está necesariamente comprendida la noción de restricción al ejercicio del
poder estatal.
Todos los tratados comportan p/el Estado 3 obligaciones básicas:
1. Respetar los derechos protegidos: importa el reconocimiento de la existencia de ciertos atributos
inviolables de la persona humana que no pueden ser legítimamente menoscabados por el ejercicio del poder
público.
2. Garantizar el goce y pleno ejercicio de los Dºs protegidos a las personas que se encuentren bajo su
jurisdicción: importa el deber p/los Estados parte de prevenir, investigar y sancionar toda violación a los Dºs
reconocidos, y en su caso, la reparación de los daños producidos.
El deber de prevención comprende las medidas jurídicas, políticas, administrativas, etc., que promuevan la
salvaguarda de los DH y aseguren que las eventuales violaciones a los mismos serán tratadas como ilícitos y
como tales acarrearán sanciones p/quien los cometa, y además la obligación de indemnizar a la víctima. El
deber de investigar debe ser asumido por los Estados parte como un deber propio y no como una simple
gestión de intereses particulares. El deber de los estados partes de organizar todo el aparato gubernamental
y, en general, todas las estructuras a través de las cuales se manifiesta el ejercicio del poder público, de
manera que sean capaces de asegurar jurídicamente el libre y pleno ejercicio de los DH.
3. Adoptar las medidas necesarias p/hacer efectivos los Dºs protegidos: importa que los Estados realicen
actividades concretas p/q las personas puedan disfrutar de sus Dºs. Por ej. Adecuar la legislación a los
compromisos asumidos (adoptar disposiciones internas, derogar las que sean incompatibles con los tratados,
etc.), y adoptar medidas necesarias p/efectivizar los Dºs no reconocidos.
El autor plantea entre 4 tesis, que Los derechos escritos en las cartas internacionales no serían derechos,
porque están desprovistos de garantías. Por la misma razón, como se ha visto, según muchos filósofos y
politólogos, tampoco serían derechos los derechos sociales, igualmente carentes de las adecuadas garantías
jurisdiccionales29. Esta tesis, cuya formulación clásica de debe a Hans Kelsen, es la última de las cuatro. Se
concreta en la afirmación de que, más allá de su proclamación, aun cuando sea de rango constitucional, un
derecho no garantizado no sería un verdadero derecho.
Sin embargo para Ferrajoli hay que distinguir derechos de garantías, ya que no se puede negar la existencia
de los primeros cuando por omisión, antinomias o lagunas, los legisladores no hayan previsto las debidas
garantías para su plena realización.
Pero no es ésta la razón principal –necesaria además de suficiente– para distinguir conceptualmente entre
derechos subjetivos, que son las expectativas positivas (o de prestaciones) o negativas (de no lesiones)
atribuidas a un sujeto por una norma jurídica, y los deberes correspondientes que constituyen las garantías
asimismo dictadas por normas jurídicas, ya sean éstas las obligaciones o prohibiciones correlativas a
aquéllos, que forman las garantías primarias, o bien las obligaciones de segundo grado, de aplicar la sanción
o de declarar la nulidad de las violaciones de las primeras, que forman las que he llamado garantías
secundarias.
En los sistemas de Derecho positivo son posibles y de hecho existen las lagunas y las antinomias, lo cual
viene a obstaculizar la posibilidad de que los Derechos se cumplan en su plenitud.
De forma análoga, es muy posible que de hecho no exista la obligación o la prohibición correlativa a un
derecho subjetivo y, más todavía, que no exista la obligación de aplicar la sanción en caso de violación de los
unos y del otro. Pero tampoco en tales casos es posible negar la existencia del derecho subjetivo estipulado
por una norma jurídica; se podrá sólo lamentar la laguna que hace de él un «derecho de papel» y afirmar la
obligación del legislador de colmarla. También el principio de plenitud, es decir, la prohibición de lagunas, es,
como el principio de no contradicción (prohibición de antinomias), un principio teórico normativo.
El fundamento del DIDH radica en la dignidad intrínseca e inalienable del ser humano.
Las características del DIDH son:
1. Universalidad: el fundamento del DIDH recae sobre la dignidad del ser humano; una consecuencia
obligada de ello es el carácter universal e indivisible de los DH.
2. Indivisibilidad: No es posible la realización de los derechos civiles y políticos sin el goce de los
derechos económicos, sociales y culturales. Por tanto, la realización de los derechos humanos
dependerá de las políticas de desarrollo económico y social, tanto en el plano nacional como en el
internacional.
3. Interdependencia: los DH son interdependientes tanto ad intra como ad extra.
La interdependencia ad intra pone de relieve la indivisibilidad de los DH respecto de la persona.
La interdependencia ad extra importa la estrecha relación existente entre los DH, la democracia y la
consecución de la paz.
4. No discriminación: importa la igualdad ante la ley, lo cual no obsta a la diferencia de trato, siempre y
cuando la diferencia sea razonable, objetiva y persiga un fin legítimo.
Hechos: Los hechos del presente caso se relacionan con la aprobación del Decreto Ejecutivo No. 24029-S
de 3 de febrero de 1995, emitido por el Ministerio de Salud, el cual autorizaba la práctica de la fecundación in
vitro (FIV) para parejas conyugales y regulaba su ejecución. La FIV fue practicada en Costa Rica entre 1995
y 2000.
- El 7 de abril de 1995 se presentó una acción de inconstitucionalidad contra dicho Decreto Ejecutivo por
diputados cristianos, utilizando diversos alegatos sobre violación del derecho a la vida, entre ellos que
mientras más se retrase la FIV se está salvando mas embriones humanos, además que tal práctica no puede
ser dispuesta por un decreto sino que requiere una ley.
El 15 de marzo de 2000, la Sala Constitucional de la Corte Suprema anuló por inconstitucional el Decreto
Ejecutivo.
- Nueve parejas presentaron una petición a la CIDH debido a esta situación. En todas las personas se
evidenció: i) las causas de infertilidad de cada pareja; ii) los tratamientos a los cuales recurrieron para
combatir dicha condición; iii) las razones por las cuales acudieron a la FIV; iv) los casos en que se
interrumpió el tratamiento para realizar la FIV debido a la sentencia de la Sala Cuarta, y v) los casos en que
las parejas debieron viajar al exterior para realizarse dicho procedimiento.
Conclusión final sobre el fondo del caso: La CIDH luego de emitir informes de admisibilidad y de fondo,
presentó la demanda en este caso con el objeto de que la Corte IDH decidiera si el Estado violó los derechos
consagrados en los artículos 11.2, 17.2 y 24 de la Convención Americana, en relación con los artículos 1.1 y 2
de dicho instrumento, en perjuicio de las 9 parejas.
- La Corte declara la violación de los artículos 5.1, 7, 11.2 y 17.2 en relación con el artículo 1.1 de la
Convención Americana, en perjuicio de los actores.