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ADMINISTRACION DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL Y LA

ETICA
¿QUÉ ES LA RESPONSABILIDAD SOCIAL?
El concepto de responsabilidad social ha sido descrito de muchas maneras. Por
ejemplo, hay quien dice que “sólo se trata de un pretexto para obtener
beneficios”; otros opinan que es algo que “va más allá de la generación de
utilidades”. Hay quien la vincula con “cualquier actividad discrecional corporativa
que busque aumentar el bienestar social” o la define en términos de “la mejoría
de la sociedad o de las condiciones del entorno”. En todo caso, podemos
entender mejor el significado de este concepto si lo comparamos con otros dos
de naturaleza similar: la obligación social y la sensibilidad social.
La obligación social es la actitud que asume una empresa cuando se involucra
en acciones sociales, debido a que tiene la obligación de cumplir determinadas
responsabilidades de índole económica y legal. En ese caso, la organización se
limita a hacer aquello que es su obligación, pero nada más. Esta idea refleja la
perspectiva clásica de la responsabilidad social, según la cual el único
compromiso de la administración es
maximizar las utilidades.

¿QUÉ ES LA ADMINISTRACIÓN VERDE?


La administración verde es aquella que toma en cuenta el impacto que tiene la
organización en el entorno natural. Las organizaciones pueden asumir un
compromiso a favor del medio ambiente (esto es, implementar una
administración verde) de varias maneras. Cuando adopta un enfoque verde
claro, la organización se limita a hacer aquello que se le exige por ley, es decir,
a cumplir su obligación social. Al utilizar el enfoque de mercado, las empresas
responden a las preferencias ecológicas de sus clientes. Cuando asumen un
enfoque de las partes con intereses en la organización, las empresas se
esfuerzan por satisfacer las demandas ambientales de múltiples grupos que
tienen intereses en ellas. Tanto el enfoque de mercado como el de las partes con
intereses en la organización pueden interpretarse como una expresión de
sensibilidad social. Al adoptar el enfoque verde oscuro, o activista, la
organización busca formas de proteger los recursos naturales del planeta, lo cual
nos refiere a la responsabilidad socia

EVALUACIÓN DE LAS ACCIONES ADMINISTRATIVAS VERDES


Cuando una empresa se vuelve “más verde”, es común que informe al público
los resultados de su desempeño en términos ecológicos. Más de 1 300
compañías de todo el mundo dan a conocer voluntariamente sus esfuerzos para
la promoción de la sustentabilidad ambiental, utilizando las directrices
desarrolladas por la Iniciativa de reporte global.
Otra forma en que las organizaciones evidencian su compromiso ecológico es
mediante su adhesión a las normas desarrolladas por la Organización
Internacional para la Estandarización (ISO, Organization for Standarization), un
organismo no gubernamental que ha dado origen a más de 18 000 normas
internacionales, aunque quizá las más conocidas son la ISO 9000.
FACTORES QUE DETERMINAN EL COMPORTAMIENTO ÉTICO Y
EL NO ÉTICO.
Para determinar si alguien asume un comportamiento ético o antiético al
enfrentar un dilema moral, es preciso tomar en cuenta varios factores: la etapa
de desarrollo moral en que se encuentra y otras variables moderadoras,
incluyendo sus características individuales, el diseño estructural de la empresa,
su cultura organizacional y la intensidad del problema ético.
Las personas que carecen de un sólido sentido moral son menos propensas a
actuar de forma incorrecta si están limitadas por reglas, políticas, descripciones
de puesto o normas culturales que desaprueben fuertemente ese tipo de
comportamientos. Por el contrario, quienes poseen una profunda conciencia
moral pueden corromperse, si están sujetos a una estructura y una cultura
organizacionales que permiten o alientan las prácticas no éticas.

ETAPA DE DESARROLLO MORAL


Las investigaciones dividen el desarrollo moral en tres niveles, cada uno de los
cuales consta de dos etapas. En cada etapa sucesiva, el juicio moral del
individuo se vuelve menos dependiente de influencias externas y se interioriza
más.
En el primer nivel, llamado preconvencional, la elección que hace el individuo
entre lo correcto y lo incorrecto se basa en las consecuencias que enfrentará
(castigos físicos, recompensas o intercambio de favores) a manos de entes
externos. En el segundo nivel, o nivel convencional, las decisiones éticas
dependen de mantener ciertos estándares deseables y ponerse a la altura de las
expectativas que tienen los demás. En el nivel de principios, los individuos
definen sus valores morales distanciándose de la autoridad de los grupos a los
que pertenecen o de la sociedad en general. Estos tres niveles y las seis etapas
correspondientes.

De acuerdo con los especialistas, dos variables de la personalidad influyen en


las acciones de los individuos en función de las creencias que éstos tengan
respecto de lo que es correcto o incorrecto: la fuerza del ego y el locus de control.
La fuerza del ego se refiere a la solidez que tienen las convicciones personales.
La gente con un ego fuerte es propensa a resistirse a los impulsos para actuar
de forma no ética y suele apegarse a sus convicciones.
El locus de control es el grado en que un individuo considera que tiene el control
de su propio destino. Las personas con un locus de control interno consideran
que tienen un dominio absoluto sobre su propio destino; por consiguiente, son
más propensas a asumir la responsabilidad de sus actos y a guiar su
comportamiento en función de lo que sus normas internas les indican que es
correcto o incorrecto

VARIABLES ESTRUCTURALES
El diseño estructural de la organización puede influir en el comportamiento ético
o no ético de sus empleados. Las estructuras que dan poca cabida a la
ambigüedad y a la incertidumbre mediante la imposición de reglas y reglamentos
formales, así como las que recuerdan continuamente a sus empleados cuál es
la conducta que se considera correcta, son más propensas a alentar el
comportamiento ético. Otras variables estructurales que influyen en las
elecciones éticas son los objetivos, los sistemas de evaluación de desempeño y
los procedimientos de asignación de recompensas.
Aunque muchas organizaciones utilizan objetivos para guiar y motivar a los
empleados, este sistema podría dar lugar a algunos problemas inesperados.
Cierto estudio encontró que las personas que no logran alcanzar los objetivos
establecidos son más proclives a incurrir en comportamientos no éticos, incluso
si no existen incentivos económicos para hacerlo.

CAPACITACIÓN EN ÉTICA
Son cada vez más las organizaciones que patrocinan seminarios, talleres y otros
programas de capacitación en ética para fomentar los comportamientos
apropiados entre sus empleados. Aunque tales programas no están exentos de
polémica, la principal interrogante en torno de los mismos es el hecho de si la
ética puede enseñarse. Los detractores afirman que cualquier esfuerzo en ese
sentido es infructuoso, porque cada persona establece su sistema de valores
individual en los primeros años de vida. Quienes están a favor de la capacitación
señalan, sin embargo, que varios estudios han demostrado que los valores
pueden aprenderse después de la infancia. Por otro lado, citan evidencias de
que enseñar a los empleados métodos para la resolución de problemas éticos
puede hacer la diferencia en cuanto a su comportamiento de que la capacitación
ha aumentado el nivel de desarrollo moral de los individuos y de que, en el peor
de los casos, este tipo de entrenamiento aumenta la conciencia de los problemas
éticos que se presentan en el mundo de los negocios.

AUDITORÍAS SOCIALES INDEPENDIENTES


El temor a ser descubiertos cometiendo algún acto inapropiado puede ser un
importante disuasivo contra el comportamiento no ético. Las auditorías sociales
independientes, cuyo propósito es evaluar las decisiones y las prácticas
administrativas en términos del código de ética de la organización, aumentan la
probabilidad de que eso ocurra. Estas auditorías pueden consistir en
evaluaciones efectuadas con regularidad o de manera aleatoria y sorpresiva.
Ahora bien, si se quiere tener un programa de ética efectivo, lo mejor sería contar
con ambos tipos. Para mantener su integridad, los auditores deben ser
responsables ante el consejo directivo de la empresa y presentar directamente
a éste los resultados de su investigación. Hacerlo de esta manera permite que
los auditores mantengan la reserva y reduce la posibilidad de que los auditados
tomen represalias.

MECANISMOS DE PROTECCIÓN
Los empleados que enfrentan dilemas éticos necesitan contar con mecanismos
de protección que les permitan actuar correctamente sin temor a sufrir
represalias. Con ese fin, las organizaciones podrían designar consejeros éticos
para los empleados que se vean en medio de una disyuntiva moral. De hecho,
tales consejeros podrían proponer también las alternativas éticamente
“apropiadas” para resolver los problemas. Otras organizaciones han optado por
nombrar funcionarios especiales, encargados de diseñar, dirigir y modificar los
programas de ética de la organización según sea necesario.
EMPRENDIMIENTO SOCIAL
Los problemas sociales del mundo son numerosos pero las soluciones viables
son muy pocas.
A pesar de ello, una buena cantidad de personas y organizaciones están tratando
de hacer algo al respecto.
UNIVERSIDAD NACIONAL DE
CAJAMARCA
SEDE-JAÉN

ESCUELA ACDEMICO PROFESIONAL DE

INGENIERIA FORESTAL

CURSO: GESTION DE EMPRESAS FORESTALE


TEMA: ADMINISTRACION DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL Y
LA ETICA
ALUMNOS:
 Chavarry Silva Rolando Junior
 Llatas Florian Kevin John
 López Fernández Karim Roció
 Mendoza Llanos Jorge Luis
CICLO: X

PROFESOR: Rigoberto Marín Cubas

JAÉN- PERÚ
2019

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