Вы находитесь на странице: 1из 17

Imputación objetiva

Concepto y Posición Sistemática


La imputación objetiva del resultado, es un elemento típico, que aparece en los delitos de
resultado. Se atribuye jurídicamente el resultado a la acción y haya por tanto
consumación, mientras que en los delitos de pura actividad o incluso de pura omisión
también puede plantearse la ausencia de imputación objetiva.
Su concepto surge de Larenz, Honig y Engisch, la causación del resultado sea adecuada,
y por ello le pueda ser imputada objetivamente a la acción atribuirse a una acción como
obra suya y de su peligrosidad, y no como obra o producto del azar. Es preciso, que la
conducta cree un riesgo penalmente relevante y que la producción del resultado encaje en
el fin de protección o de evitación de la norma.
Adecuación o previsibilidad
La acción causante del resultado debe ser adecuada para que se vuelva objetivamente
previsible. Si la producción del resultado concreto era objetivamente imprevisible, y pese
a todo la acción acaba causando ese resultado, éste no se imputa a la acción porque no es
precisamente obra suya, sino fruto del azar.
La previsibilidad objetiva del resultado se juzga ex ante, en el momento de actuar,
conforme a lo que era previsible para el hombre medio ideal, o sea diligente e inteligente.
Esto implica un cierto grado de posibilidad o probabilidad de que se produzca el resultado,
lo decisivo es si el hombre medio ideal inteligente y cuidadoso, colocado en la posición
del autor y con los conocimientos de éste, hubiera podido prever que la acción causaría
un resultado así, debido que, los especiales conocimientos que pueda tener el sujeto
concreto se le añaden a los conocimientos empíricos y nomológicos; ahí deriva lo que
objetivamente era posible prever al actuar la menor capacidad o menores conocimientos
no le restan los suyos a ese “hombre medio ideal”.
Serán inadecuadas las conductas que, por considerarse anómalo en la experiencia
cotidiana que puedan producir el resultado no se considere que crean un riesgo
normalmente relevante. Que una posibilidad del 0,5 o 1% sería suficiente para considerar
la acción como adecuada a efectos jurídicos extrapenales; pero atípica la acción adecuada
requeriría un grado de posibilidad de al menos un 3-5%.
Adecuación de la acción
La acción deberá ser adecuada para producir ese tipo de resultados. Si de una acción,
dolosa o imprudente, es objetiva y que se pueda derivar un resultado típico, que supone
una creación de riesgo penalmente relevante, la acción conlleva el mínimo de peligrosidad
para ser significativa a efectos del tipo. Pero si ya de la acción misma no es normalmente
previsible que se sigan resultados como ese, la acción no crea el mínimo de riesgo para
el bien jurídico.
Adecuación del curso causal productor del resultado
También puede ser adecuada, la acción sin ser adecuado el curso causal que produce el
concreto resultado. Pese a que la propia acción es peligrosa o adecuada para producir
resultados lesivos no resultaba objetivamente previsible la concreta consecuencia de la
acción. Por eso el resultado tampoco es obra precisamente de la peligrosidad de la acción,
puede coincidir sustancialmente con el criterio de la realización del peligro inherente a la
acción inicial.
 Una acción adecuada dolosa: si el disparo dirigido al corazón de otro se desvía y
da en la pared, pero en un rebote múltiple acaba alcanzando mortalmente a la
víctima, no se imputa el resultado, pero habrá una tentativa.
 Acción imprudente adecuada: si se escapa imprudentemente el disparo, pero, pese
a no acertar a la persona, acaba alcanzándola de rebote, o si el peatón gravemente
herido en un atropello imprudente acaba muriendo al despeñarse por un barranco
la ambulancia que lo traslada al hospital, no se responderá por el correspondiente
delito imprudente de resultado.
Riesgo Jurídicamente
La imputación objetiva no requiere que se genere un riesgo jurídicamente desaprobado.
Si la acción implica ya una dosis considerable de peligro, pero se trata de un riesgo
permitido y por tanto jurídicamente aprobado, ya no hay imputación objetiva del
resultado. Sin embargo, la imputación objetiva sólo significa que se da uno de los
requisitos de la parte objetiva del tipo positivo y, por ello, un indicio inicial de
antijuridicidad.
Fin de protección de la norma y realización del peligro inherente a la acción.
Para la imputación objetiva es preciso que el resultado coincida con el tipo de causación
de resultados, que precisamente pretende evitar la norma prohibitiva directa o la norma
de cuidado infringida.
Realización del peligro inherente a la acción y fin de la norma.
Es necesario, que el resultado concreto, suponga justamente la realización del peligro
coincida con el fin de la norma por realizar. Si el resultado no es la realización o
concreción del peligro no es uno de los concretos resultados que la norma pretendía evitar
y por eso tal resultado no se le puede imputar jurídicamente a la acción como obra de su
peligrosidad, se excluye la imputación objetiva por faltar la realización del peligro en el
resultado concreto
 Segundos daños: Cuando tras un choque en cadena, luego se producen más daños
por un nuevo choque de otro vehículo contra los primeros accidentados.
Resultados sobrevenidos muy posteriormente o diferidos
Niega la cobertura del fin de protección de la norma resultados sobrevenidos, muy
posteriormente o diferidos: muerte producida tras muchos años agravamiento de una
enfermedad.
Consecuencias de la asunción de riesgos legalmente impuesta
La conducta dolosa o imprudente, genera una situación indeseable que a su vez provoca
en un profesional o funcionario un deber legal de actuación para contrarrestarlo: Unos
delincuentes, a quienes la policía sorprende in fraganti y les da el alto, no se detienen sino
que emprenden una alocada fuga en automóvil a velocidad totalmente excesiva y
vulnerando otras muchas prohibiciones y los policías se ven obligados a perseguirlos en
un coche patrulla a la misma velocidad excesiva y realizando otras maniobras peligrosas
hasta que los policías sufren un accidente en la persecución con consecuencias mortales
o gravemente lesivas.
Si el inicial infractor imprudente o incluso doloso está creando una obligación legal
indeclinable a los funcionarios o profesionales de actuar peligrosamente, y que ello
llevaría a la imputación objetiva del resultado final al infractor inicial, la ley o los deberes
profesionales obliguen a una actuación arriesgada para evitar males iguales o mayores no
significa necesariamente que la ley o la competencia del profesional asuman toda la
responsabilidad.

Imputabilidad Objetiva

Imputar Jurídicamente, normativa y


valorativamente, determinando el resultado de
una acción como obra suya

Fin de la Protección de la
Incremento de Riesgo
Norma

La acción genera un riesgo El resultado, producto de la


innecesario, previsible e acción se enmarque en la
inevitable protección de tipo
La distinción entre favorecimiento de una auto puesta en peligro y heteropuesta
en peligro consentida.
Según Roxin, el Derecho alemán, es impune la participación en el suicidio, tampoco
puede ser punible favorecimiento o cooperación en una autopuesta en peligro dolosa, la
puesta en peligro ajena (heteropuesta en peligro) en principio es punible. Pero hay casos
que son equiparables a la simple participación en la autopuesta en peligro y entonces, no
habrá imputación objetiva.

Distinción entre autoría de la puesta en peligro y participación en la misma


Sólo existirá atipicidad cuando un tercero sea mero partícipe y la víctima es el autor de
su autopuesta en peligro o autolesión, pero si el tercero es autor de la puesta en peligro,
ello será típico por mucho que la víctima consienta en el riesgo.

Principio de autorresponsabilidad
Hace referencia a la conducta del agente e imputársela a la de la víctima, cada uno
responde de sus propios actos y sus consecuencias, incluyendo los riesgos que el sujeto
decide correr.

Principio de alteridad o de no identidad como fundamento de la no imputación


Roxin, asegura que, no hay imputación objetiva en el mero favorecimiento de la
autopuesta en peligro, pero sí la heteropuesta en peligro aceptada o consentida.
 Principio de no identidad: si un sujeto se daña a sí mismo, eso como regla no
afecta a la convivencia externa y por tanto al Derecho, para ser delito una conducta
tiene que suponer un daño ajeno concreto, para otro o para la comunidad,
En el siglo XX, la ofensividad o nocividad como base de la antijuridicidad material no se
limita a la lesión, se amplía también a la peligrosidad para bienes jurídicos ajenos, no
existe prohibición de “identidad”, de lesionarse o ponerse en peligro a sí mismo.

Imputación objetiva
En la heteropuesta en peligro consentida, el sujeto pasivo por mucho que consienta en el
riesgo tiene un papel puramente pasivo y deja que sea el tercero, quien de modo doloso o
imprudente controle y determine objetivamente el peligro, no se puede decir que es la
víctima quien somete el bien jurídico al peligro.
En caso de autopuesta en peligro, favorecida por un tercero, por mucho que el tercero
colabore o lo facilite no controla en absoluto la situación, el único que tiene en sus manos
el control o determinación objetiva, es el único que es autor de la puesta en peligro de su
bien jurídico es el propio sujeto pasivo.
Excepción
Depende de si la víctima tenía, aunque sea compartido con el otro agente, el control del
riesgo, del hecho peligroso; si lo tiene la víctima ya se está poniendo lo que cuenta es el
control objetivo del riesgo por la víctima.
Siendo suyos los bienes jurídicos afectados e interviene, activamente controlando su
propia puesta en peligro; por tanto, asume el papel primario y decisivo en su puesta en
peligro resulta justificado que por ser prioritaria la imputación del riesgo a la víctima, se
excluya la imputación objetiva a la conducta del tercero agente como autoría de la puesta
en peligro y se la considere como mera participación secundaria.
El control o dominio compartido del riesgo, entre la víctima y un tercero, da lugar a que
en estos casos lo que en principio sería coautoría del tercero, valorativamente se convierta
en simple participación secundaria en la autopuesta en peligro de la víctima.

No imputación objetiva pero posible responsabilidad extrapenal


Pero tal puesta en peligro ajena consentida y controlada, también por la víctima no es una
conducta totalmente no peligrosa y no se puede decir que no afecte en absoluto a intereses
públicos, por lo que podría constituir un ilícito extrapenal.

Incremento del riesgo


Roxin, pretende resolver los casos de cursos causales hipotéticos, en que la hipotética
conducta alternativa lícita o correcta del propio sujeto con seguridad o gran probabilidad
también habría causado el resultado.
Delitos Dolosos y
Adecuación
Culposos
Social
Causalismo

Finalismo

Aplicación

Antecedentes

Imputación
Objetiva

Utilidad

Determinar Utilidad
responsables
Sistematizar
El Delito Omisivo
Concepto Clásico Causalista
Se consideraba la omisión, como una forma de conducta o acción en sentido amplio, la
conducta pasiva, como la no acción. La omisión no es un problema de la acción o
conducta humana en general, sino una categoría normativa, que supone el incumplimiento
o no realización de una determinada actuación debida, la conducta omisiva típica,
consistente en incumplir o infringir un deber de actuación penalmente sancionado.
Concepto ontológico
Se considera a la Omisión como una forma de conducta contraria a la actividad. La
omisión de socorro debido y solamente hay una acción positiva que interesa, que no se
realiza, omisión como no realizar una determinada actuación posible conceptos de
omisión pueden ser considerados ontológicos.
Se trata de conceptos claramente normativos: la no realización de una concreta actividad
posible y esperada, exigiendo por tanto que haya una expectativa o esperanza de que se
realice esa acción positiva y se vea incumplida o defraudada la actividad omitida, sea
una actuación que era esperada tiene que haber un deber jurídico o extrajurídico.

La omisión como categoría normativa


Sólo estamos ante una omisión, si no se realiza una determinada actividad posible y
esperada, es decir si existe una expectativa de que el sujeto realizaría esa acción y sin
embargo tal expectativa se ve defraudada.
Se toma en consideración ciertos conceptos como expectativa, que, derivada de un
estricto deber u obligación, es decir que jurídicamente sólo cabe hablar de omisión de una
concreta conducta cuando a lo anterior se le añade el requisito normativo del deber de
actuar.
Omisión es inobservancia o incumplimiento de un deber, normativamente ordenado o
exigido, de realizar una determinada acción positiva; y conceptualmente el
incumplimiento del deber presupone la posibilidad material de realizar la acción debida.
La acción o conducta producida como base de la omisión
Implica que el sujeto realice una conducta distinta de la debida, puede ser pasiva o activa,
quiere decir, dejar de actuar, no hacer algo: no ayudar o no socorrer como acción realizada
en la omisión del deber de socorro.
En los supuestos de ausencia de acción o conducta humana, por estado de inconsciencia
o por falta de control de los movimientos o inmovilidad por la voluntad del sujeto, no hay
delito omisivo, ya que requiere como base una acción o conducta humana
La omisión típica
En el campo del Derecho penal, la omisión punible es una forma específica de conducta
penalmente típica, delitos comisivos, esos tipos describen legalmente y penalmente la
realización de una determinada actividad. Los tipos omisivos, consisten en que describen
penalmente la no realización de una determinada actuación obligatoria.

Clases de omisión
Distinción Omisión Propia y Omisión Impropia
Armin Kaufmann, hace una distinción entre omisión propia e impropia, señala que, si
existe una figura legal que expresamente describe un incumplimiento de un deber, será
una omisión propia, si es un delito de pura conducta omisiva como si se describe una
omisión o incumplimiento de deber que produce un resultado lesivo, será una omisión
impropia; cuando no hay un tipo omisivo específicamente tipificado en la Parte especial.
Omisión Pura o Propia y Comisión por Omisión
Aquella en la que se tipifica exclusivamente el incumplimiento de un deber de realizar
una determinada acción, impuesto por una norma penal imperativa, sin tener que suponer
lesión o peligro para un bien jurídico, no le presta el necesario apoyo o auxilio omisión
impropia o comisión por omisión, en la que mediante el incumplimiento de un deber de
actuación positiva realmente se realiza un delito comisivo infringiendo una norma penal
prohibitiva.

Delitos omisivos propios o de omisión propia


Fundamento de la antijuridicidad
No se puede decir que la omisión lesiona, ni siquiera pone en peligro, dichos bienes
jurídicos personales, que en todo caso son puestos en riesgo por otros acontecimientos u
otras conductas, sino que no los auxilia o apoya. En cambio, si en los tipos de omisión
propia se interpreta como bien jurídico directamente tutelado un bien jurídico colectivo o
supraindividual, parece más plausible sostener que el correspondiente delito de omisión
propia pone o en peligro o incluso lesiona ese bien jurídico supraindividual.
En los delitos de omisión propia o pura no rige el concepto material de antijuridicidad de
los delitos normales, los comisivos: el del fundamento material de la antijuridicidad como
lesión o peligro (reprobable y grave) de algún bien jurídico (con la posible salvedad de la
desobediencia), sino que excepcionalmente se considera suficiente como fundamento
material de la antijuridicidad la falta de apoyo o fomento de bienes jurídicos muy
importantes necesitados de tal apoyo para su plena vigencia.

Requisitos típicos y peculiaridades en general de los requisitos del delito omisivo


Los requisitos del Tipo Objetivo de los delitos omisivos propios:

 Situación típica
Requiere la concurrencia de la situación típica descrita expresamente por la ley y que es
la que obliga a actuar, consistirá en una situación de peligro, para bienes jurídicos, no
siempre la situación típica ha de ser de peligro para un bien jurídico basado, también
puede consistir en situaciones de expectativas o de bienes jurídicos colectivos o
individuales insuficientemente desarrollados o garantizados.

 Posibilidad de realizar la concreta acción debida


No basta la capacidad general de acción. Sólo es precisa la capacidad común o general de
poder llevar a cabo materialmente la concreta acción requerida, argumentando que este
carácter general de la capacidad es el requisito correcto para la tipicidad es precisa
capacidad individual o posibilidad real, material del sujeto concreto de llevar a cabo la
acción ordenada, el mandato de socorrer no se dirige a quien no lo puede cumplir

 Condiciones de autoría en su caso


La autoría no tiene requisitos especiales en delitos comunes, ya que, autor puede ser
cualquiera siempre que incumpla un deber general. Pero en otros tipos de omisión propia
la autoría requiere condiciones o relaciones especiales, y se trata de delitos especiales

 Omisión de la acción debida


Supone la no realización de esa acción requerida. Como se marca en el art. 195: la
prestación de un socorro o ayuda a un accidentado, pero sabiendo que es insuficiente para
salvarlo.
Si el sujeto inicialmente no realiza la conducta debida, pero finalmente sí lo hace, no
habrá delito omisivo consumado, si la realización de la conducta requerida aún se ha
hecho en tiempo suficiente para que surta efecto impune si el autor ha desistido
voluntariamente y rectifica, o punible sólo si su desistimiento es involuntario.

 No se requiere la producción de un resultado


Para los tipos de omisión propia y su consumación, es indiferente si después de la omisión
se produce o no un resultado, lo que se tipifica es la omisión en sí misma, porque como
entiende con razón la doctrina mayoritaria, no existe relación de causalidad real entre la
pura omisión, es decir la no realización de una actividad debida, y la eventual producción
de un resultado.
Roxin, consideraba que la omisión sí es causa de un resultado, causalidad negativa
conforme a leyes naturales porque sostienen que no realizar la acción que habría evitado
el resultado. Se deberá plantear también aquí la aplicación de un delito consumado de
resultado si se produce ese resultado y al menos una tentativa si no se produce el resultado.

Parte subjetiva del tipo


Dolo en los delitos omisivos, los Códigos penales, que castigan los delitos omisivos
precisamente en su modalidad dolosa como forma normal, caben las tres formas de dolo
directo de primer grado, de segundo grado y dolo eventual. Es decir, el conocimiento y la
voluntad han de referirse a la situación típica de cada delito, a la capacidad individual de
realizar la acción requerida, a las especiales condiciones de autoría en las omisiones que
son delitos especiales el desconocimiento o error sobre cualquiera de esos elementos
excluirá el dolo, en el dolo eventual, aceptación de la eventual concurrencia.
 Se consideran omisivos por imprudencia, las imprudencias inconscientes: el
sujeto no advierte siquiera que concurren o por error cree que no concurren
elementos del tipo omisivo.
 Imprudencia consciente, cuando el sujeto se da cuenta de que pueden concurrir
elementos típicos de un delito omisivo, pero no lo acepta porque confía con un
mínimo de fundamento en que no concurra el elemento.

Exigibilidad e inexigibilidad
En omisiones ante situaciones de peligro, para personas, la no prestación del auxilio sólo
se castiga cuando pudiere hacerlo sin riesgo propio ni de terceros, si hay inexigibilidad
general de llevar a cabo una conducta se excluye la antijuridicidad si es inexigibilidad
jurídica general o al menos se excluye la antijuridicidad penal plasmada en la tipicidad
penal si lo que concurre es inexigibilidad penal general.
Si el riesgo es de poca gravedad, por los bienes jurídicos afectados, es un caso de mera
inexigibilidad penal general, pero si la impunidad de las omisiones de dichos preceptos
es por un riesgo propio o ajeno de cierta gravedad, estamos ante una manifestación de
inexigibilidad jurídica general.
Si el riesgo es de poca gravedad por los bienes jurídicos afectados, es un caso de mera
inexigibilidad penal general, pero si la impunidad, de las omisiones, de dichos preceptos,
es por un riesgo propio o ajeno de cierta gravedad estamos ante una manifestación de
inexigibilidad jurídica general.
Las diferentes causas de justificación genéricas que podemos encontrar son: estado de
necesidad, omisión propia realizada (ante la amenaza de un mal mayor o igual), supuesto
de colisión de deberes entre dos deberes de actuación, deber de abstención de superior
peso.
Aunque no haya atipicidad ni justificación, puede excluirse la culpabilidad por
inexigibilidad penal subjetiva en la realización de una omisión. Cabe mencionar los casos
de disculpa por inexigibilidad penal subjetiva, en los parientes próximos que no
denuncian delitos graves que esté cometiendo o vaya a cometer su pariente supuesto
paralelo al de la exención para el encubrimiento de parientes cercanos la exculpación o
no por conflicto de conciencia requiere un conflicto individualmente insoportable.

Tentativa y consumación
En la omisión propia no cabe tentativa acabada, puesto que, al ser un delito de mera
conducta, en cuanto se realiza toda la conducta que omite cumplir el deber de actuación,
ya ha habido consumación.
A diferencia de la omisión impropia o comisión por omisión, en la cual, puede realizarse
toda la conducta, el incumplimiento por parte de un garante de su deber de actuación para
evitar el resultado y que sin embargo el resultado de un tipo comisivo, no se llegue a
producir o no pueda haber imputación objetiva del mismo, lo que constituye una tentativa
acabada.
En la omisión propia, igual que en la impropia, puede parecer dudosa la existencia de
tentativa inacabada. considera que la misma no es posible:
Si hay un aparente comienzo de ejecución o bien realmente se ha incumplido ya el deber
legal, entonces hay una omisión consumada o bien aún no ha habido incumplimiento del
deber y ni siquiera comienzo de incumplimiento, sino sólo la exteriorización del
pensamiento de llevar a cabo en el futuro una omisión, que no se pone en práctica.
Si el sujeto no sólo manifiesta que piensa omitir, sino que de modo perceptible se dispone
inmediatamente a incumplir el deber, y sin embargo, de pronto el sujeto no acaba de
realizar el incumplimiento del deber, o bien porque terceros le obligan bajo fuerza o
amenazas a cumplirlo (desistimiento involuntario de la tentativa) o porque sufre de pronto
un desmayo, accidente etc. que le incapacita para cumplir el deber aunque quisiera
(tentativa inacabada fracasada), o porque el autor cambia espontáneamente de idea y
decide cumplir su deber (desistimiento voluntario).
Autoría y participación
Autor es quien realiza la conducta típica omisiva, es decir quien no realiza la actividad
debida que le incumbe. Puede haber autoría única, coautoría omitiendo de acuerdo con
otros sujetos obligados o autoría yuxtapuesta o paralela.
No parece aquí adecuada la figura de la autoría mediata, porque no se trata de incumplir
el deber propio lográndolo a través de un instrumento que no obra con plena
responsabilidad, sino que basta con incumplir el deber personal de actuación mediante
cualquier conducta activa o pasiva.
Otra posición sostiene, que en el delito omisivo no son válidos los criterios generales de
autoría, Roxin asegura, que no puede operar el criterio general del dominio del hecho en
los delitos omisivos, puesto que el dominio del hecho presupone necesariamente un
control activo y dominante del curso causal y no puede alcanzarse por la mera inactividad.
Añade que los delitos de omisión son delitos de infracción de deber y que, como la autoría
es la realización del tipo, su criterio de autoría no es el dominio del hecho sino la
infracción del deber de evitar el resultado.
El criterio básico de la autoría es el criterio de la teoría objetivo formal, de la realización
del tipo o realización del hecho típico es insuficiente en los delitos puros de causación o
de resultado. En los delitos de mera conducta, con modalidades de ejecución legalmente
previstas, el propio tipo ya describe cuáles son las formas de realizar el tipo, activas en
los delitos de actividad o de actividad descrita y resultado, u omisivas en los delitos puros
de omisión.
En los delitos impropios de omisión o de comisión por omisión, aunque materialmente
no se cause un resultado típico, sí se puede imputar el resultado a una omisión de garante
que normativamente suponga crear o aumentar el peligro.
Partícipe es quien, es inductor o cooperador de un autor de una omisión pura o propia. En
el caso de la cooperación la conducta será normalmente activa, pero podría consistir
también en una omisión, pero no típica

Delitos Omisivos Impropios O De Comisión Por Omisión


Compatibilidad de la comisión por omisión con el principio de legalidad
A partir de los años 60-70, preceptos generales reguladores de la omisión impropia, no
era correcta la afirmación con carácter general de que admitir la comisión por omisión
vulneraría el principio de legalidad criminal. Era correcta frente a la posición de la
dogmática alemana mayoritaria, que sostenía y sostiene que hay comisión por omisión en
cuanto un garante omite evitar un resultado típico. Hay múltiples omisiones de garante
en esas condiciones que, sin embargo, no son subsumibles en el tipo legal del delito
comisivo.
En aquellos Códigos, admitir un supuesto de ésta no infringirá el principio de legalidad
criminal, ya que, si el hecho cumple los requisitos de dicha regulación legal y sí lo
infringiría en caso contrario.
Aplicabilidad o no de los requisitos y peculiaridades de la omisión propia
La omisión impropia comienza siendo una omisión, es decir, el incumplimiento de un
deber de actuación, ha de reunir los requisitos básicos de toda omisión, la existencia de
un deber jurídico de actuación y la no realización de la misma, así como la capacidad
individual de realizar la acción requerida y también en su caso las condiciones especiales
de autoría requeridas por el tipo.
Otros requisitos típicos vienen marcados precisamente por las exigencias típicas del delito
comisivo de resultado. Los tipos omisivos impropios o de comisión por omisión, han de
tener requisitos adicionales peculiares de los mismos:
 Consisten en la producción mediante la conducta omisiva de un resultado.
 Se requiere no un deber genérico de actuación favorecedora como en las
omisiones propias, sino un deber jurídico especial de evitar el resultado típico, un
deber de garantía.
 La concurrencia de las circunstancias que permiten fundamentar el criterio de
equivalencia material con la comisión activa, constituido, por la creación o
aumento del riesgo o peligro por la omisión misma desde el punto de vista
normativo social y jurídico.
Causalidad o causalidad negativa en la comisión por omisión
Posición negativa
Afirma que el no hacer algo un resultado no puede existir relación de causalidad real,
porque la causa de un efecto como categoría ontológica, del ser, presupone la existencia
o entrada en juego de una fuerza o fuente de energía real, de origen humano o natural,
que produzca una modificación del mundo que es en lo que consiste causar un resultado.
Posiciones afirmativas:
En el siglo XIX, hubo diversos intentos de explicar que en la omisión hay una fuerza
operativa real simultánea, antecedente o incluso psíquica que puede causar un resultado,
siendo destacable la teoría de la interferencia, según la cual la omisión es causa real del
resultado porque implica que el sujeto reprime un impulso de actuación, su voluntad de
acción y con ello elimina un factor que impediría el resultado6. Todos esos intentos
fracasaron por no ser capaces de superar las críticas formuladas, el de la teoría de la
interferencia porque demuestran su falsedad los supuestos de omisión por imprudencia
inconsciente y los de omisión dolosa en que no exista inicialmente un impulso de
actuación.
Frente a la posición niega que la causalidad deba entenderse como una conexión real o
material entre dos fenómenos, y sostiene que la relación causal es simplemente una
conexión o nexo condicional lógico y en el plano lógico la omisión, el incumplimiento
de un deber de evitación, puede ser una condición de un resultado exactamente igual que
una comisión activa. Consiste en afirmar que la omisión, el no realizar ese deber es una
“condición negativa” o “causa negativa” de la producción del resultado.
Otros sostienen que hay relación de causalidad con la fundamentación en la conexión
conforme a leyes entre omisión y resultado, sostienen que la omisión puede considerarse
como una condición conforme a leyes y que por tanto entre la omisión y el resultado
existe una conexión o nexo conforme a las leyes naturales de la causalidad.
Luego todas estas posiciones discuten sobre la seguridad o grado de probabilidad
necesario para afirmarque la conducta debida y omitida habría evitado el resultado. Como
esa circunstancia es totalmente hipotética y no se ha producido, se suele mantener que no
puede haber seguridad, sino probabilidad mayor o menor y la posición más frecuente es
la de que, para no vulnerar el in dubio pro reo, ha de haber una probabilidad rayana en la
seguridad o certeza de que la conducta debida habría evitado el resultado.

Crítica de las posiciones afirmativas


En un estado pacífico, sólo puede causar un resultado, es decir una modificación o cambio
de ese estado de cosas, la irrupción o entrada en el mismo de una energía proveniente de
un proceso natural o de un acto humano. La no realización de una conducta debida, no
tiene entidad real que suponga una fuerza o energía que irrumpa en el estado de cosas
modificándolo y por ello, no puede ser causa del resultado, y la conducta realizada en vez
de la debida tampoco ha causado para nada el resultado.
Si de verdad se puede afirmar que una omisión es causa de un resultado porque la
realización de la conducta salvadora debida y omitida habría evitado el resultado,
entonces eso mismo se podría predicar de cualquier omisión pura o propia como la
omisión de socorro o la omisión de impedir delitos y por tanto ésta sería igualmente causa
del resultado, pues si se hubiera prestado la conducta de auxilio o de avisar a la autoridad,
el resultado lesivo no se habría producido. No se entiende por qué las conductas de
omisión propia no se consideran asi mismo de comisión por omisión del delito de
resultado.
En la omisión impropia no hay relación causal con el resultado típico, que siempre ha
sido causado por la intervención positiva de otro factor natural o humano. Pero sí puede
y debe haber para el delito consumado imputación jurídica, es decir imputación objetiva
de ese resultado a la omisión impropia equivalente a la comisión activa: tiene que haber,
creación o aumento de un riesgo o peligro relevante; y además tiene que haber imputación
objetiva de la producción del resultado como realización del peligro de esa omisión.
Imputación objetiva
Tiene que haber imputación objetiva, de la conducta omisiva creación de un riesgo o
peligro relevante, pueda afirmarse que la propia omisión crea un peligro prácticamente
inexistente o conjurado, hasta el momento o que al descontrolarlo o no afrontarlo aumenta
un peligro existente pero que se daba por seguro que estaba controlado o suficientemente
enfrentado.
Un sector minoritario, aplica, a la omisión impropia, el criterio del incremento del riesgo
propuesto por Roxin, como criterio de imputación objetiva en los cursos causales
hipotéticos para los delitos de comisión activa y sostiene, que efectivamente basta que
haya, no seguridad o casi seguridad, sino una posibilidad importante o relevante de que
la conducta debida hubiera evitado el resultado, o sea una simple disminución del riesgo,
si se hubiera realizado la conducta requerida y omitida, para imputar el resultado.
El propio Roxin, defiende para la omisión impropia una posición intermedia: habrá
imputación del resultado, si ex post es realmente verificable una disminución del riesgo
con la acción requerida, que habría evitado el resultado, con una probabilidad, aunque
pese a todo hubiera posibilidades de que el resultado se hubiera producido por otras
circunstancias; pero si la disminución del riesgo con la acción omitida sólo parecía posible
ex ante, no habrá imputación.

Posición de garante o garantía y deber jurídico especial de garante


La posición de garante ha sido una exigencia doctrinal, prácticamente, para restringir el
círculo de autores, cuya omisión de evitar un resultado típico, es condición necesaria pero
no suficiente de la equivalencia de una omisión con la comisión activa.
Se puede afirmar que las reglas sociales dan por seguro, por descontado, que estando
presente esa persona no hay peligro o el peligro está totalmente controlado, o el bien
jurídico está seguro y esa expectativa requiere como mínimo que estemos ante un garante
Autoría y participación en comisión por omisión
Posibilidad de distinción entre autoría y participación en la comisión por omisión.
Su negación por los conceptos unitarios de autoría
La autoría de un delito en comisión por omisión presupone, que la conducta del sujeto
realice el tipo del delito de resultado, lo que requiere dominio del hecho. La participación
por omisión no realiza, sino que sólo favorece la realización del tipo por otro autor.
Es una doctrina que niega la posición que cree inaplicable el dominio del hecho a los
delitos omisivos, por creer que el dominio del hecho requiere dominar mediante actividad
un curso causal material, lo que no se da en la omisión.
La infracción de deber como criterio unitario de autoría
Roxin, mantiene que los delitos omisivos son delitos de infracción de deber, porque no
rige en ellos el dominio del hecho, es decir, que es autor todo aquel que omite cumplir su
deber de actuación, con independencia de si interviene él sólo o sólo permite la
intervención activa de otro en la comisión por omisión se será siempre autor y no
partícipe, salvo en casos excepcionales, es incorrecto considerar a los delitos impropios
de omisión como delitos de infracción de deber.
Porque, ya en la concepción de los mismos ideada por Roxin, para los delitos comisivos
en general, en el delito de infracción de deber lo único que cuenta es la vulneración del
deber especial y aplicando esto a la omisión impropia significaría que lo único que cuenta
es que un garante incumpla su deber especial. En segundo lugar, porque, no es cierto que
en la comisión por omisión no pueda operar como criterio de autoría el dominio o
determinación objetiva del hecho, y por ello el garante omitente que no lo hace, sino que
sólo favorece o facilita la conducta de un tercero autor que domina el hecho, únicamente
puede ser partícipe,
Delito de infracción de deber en algún caso especial de comisión por omisión dolosa
En algunos supuestos de delitos imprudentes, la interpretación de las normas de cuidado
infringidas puede llevar a la conclusión de que habrá autoría imprudente en comisión por
omisión como delito de infracción de deber, es decir, sólo por incumplir un garante en
determinadas circunstancias su deber especial de supervisión y control de fuentes de
peligro, aunque tal omisión no cree el peligro ni determine objetivamente el hecho, sino
que sólo permita que se produzca la lesión del bien jurídico por la conducta imprudente
de otros y por tanto en principio y conforme a las reglas generales no sería autoría de un
delito en comisión por omisión.
Delitos Omisivos

Elementos Ausencia de una conducta Tipos


exigible por la ley que
desemboca en un efecto punible

Inactividad Omisión

Omisión y Otras Figuras Legales


Resultado Omisión por
Antijurídico Comisión
Omisión y Causalidad Caso Fortuito

Relación de Tentativa Agotada Tentativa


Causalidad

Omisión y Causalidad Imputabilidad

Delito Formal De actividad sin resultado

Comentario:
La Omisión, en nuestra Código Integral Penal, es una recopilación fiel de lo tratado ya
en el texto, especifica de gran manera cada aspecto, para que cualquier delito de Omisión
no quede en la impunidad. El fin de la Tipificación de esta no acción, genera que
autoridades competentes, que estén obligadas de realizar un trabajo específico, tengan
una norma que les exija hacerlo, de esta manera coacciona a cada autoridad a realizar su
trabajo.

Вам также может понравиться