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En la regulación de la presión arterial participan todos los niveles del sistema nervioso. El
efecto final se expresa por los dos neurotransmisores más importantes que regulan el
aparato cardiovascular: las catecolaminas (noradrenalina y adrenalina), y la acetilcolina,
aunque también son fundamentales otros neurotransmisores: serotonina, histamina,
péptidos diversos y, según se ha revelado recientemente, el óxido nítrico (NO), el cual,
además de su producción endotelial de efecto paracrino vasodilatador, ha sido descrito
como posible neurotransmisor especialmente en neuronas del SNC.
BARRORRECEPTORES
Es el principal mecanismo de ajuste de la PA. El reflejo se inicia por la estimulación de
los barorreceptores, que son terminaciones nerviosas sensibles a la distensión de la pared
arterial. Estos receptores se encuentran en todos los vasos grandes, pero los más
importantes están situados en el seno aórtico, en la bifurcación carotídea y en el cayado
aórtico. Desde este último las señales se dirigen hacia el centro cardiovascular del bulbo
a través del nervio vago, y las señales procedentes del seno carotídeo a través del nervio
de Hering. Los barorreceptores del seno carotídeo comienzan a estimularse a partir de
presiones de 50- 60 mm Hg, y los del cayado aórtico por encima de 70 mm Hg, lo que
indica una mayor sensibilidad de los primeros, probablemente con el objeto de asegurar
el mantenimiento del flujo cerebral. La respuesta de mayor eficacia operativa se sitúa
entre 80 y 150 mm Hg, que es el rango de variación de presiones más corriente.
En cuanto al modo de actuación, si el estímulo es un incremento de la PA, se producirá
una inhibición del área presora y una estimulación del área depresora. Las consecuencias
son: la disminución de la frecuencia y la fuerza de contracción del corazón, que reduce
el gasto cardíaco; la dilatación venosa, que produce un aumento de la capacitancia y, por
ello, una cierta disminución del volumen circulatorio efectivo: y una dilatación de las
arteriolas, que produce una disminución de las resistencias periféricas. Todo ello conduce
a una disminución de la PA que corrigen la situación inicial de estimulación de los
barorreceptores. Si se produce una disminución de la PA se producirán los efectos
opuestos que conducirán al aumento de la PA. Como este sistema se opone tanto a los
aumentos como a las disminuciones de la PA, se considera que es un sistema de
amortiguación de los cambios de la PA, que tiende a disminuir la variabilidad de ésta.
Por ello, a medida que se deteriora la eficacia del reflejo barorreceptor, dicha variabilidad
aumenta de manera importante. (2)
Ante una modificación sostenida de la PA determina la adaptación de los barrorreceptores
a los nuevos niveles. Este hecho implica que el barrorreceptor va a cumplir su función
“moderando” las variaciones de PA en un nuevo rango de valores de presión sistólica y
diastólica propios del estado hipertensivo al cual se han adaptado (1)
Por último, los barorreceptores desempeñan un papel importante en el mantenimiento de
la PA en la parte superior del cuerpo durante los cambios posturales. Cuando una persona
está tumbada y se incorpora bruscamente, la PA en la cabeza tiende a disminuir, de forma
que de manera instantánea se produce una cierta disminución del aporte de sangre a la
cabeza. Este descenso momentáneo de la PA es registrado por los barorreceptores
carotídeos, que inmediatamente envían señales al centro de regulación cardiovascular, el
cual produce una descarga simpática que tiende a elevar la PA y a compensar la caída en
el momento de incorporarse.(2)
QUIMIORRECEPTORES
Son pequeños corpúsculos globulares con entidad anatómica e irrigación propias, se
localizan contiguos a la bifurcación carotídea y al cayado aórtico, pero son
independientes a las pareces vasculares. S hallan particularmente diseñados para la
regulación de la función respiratoria como sensores de la PO2, la Pco2, y el Ph
sanguíneos, pero secundariamente también están involucrados en la regulación de la
PA. Esta última intervención se da claramente en la hipoxia sistémica de cualquier
origen, la cual determina un aumento de la PA sistémica y también de la PA pulmonar.
Además, si existe una caída muy severa de la PA (a 60 mmHg o menos), los
quimiorreceptores se suman a la respuesta de los barrorreceptores para potenciar la
respuesta presora.
La estructura de los glomos es de tipo endocrino, las células glómicas contienen
numerosos gránulos de tipo neurosecretor que corresponden en proporción
decreciente a dopamina, noradrenalina y serotonina; también se encuentran en
cantidades muy pequeñas acetilcolina, adrenalina y polipéptidos de tipo encefalinas.
Debe destacarse que los quimiorreceptores no censan los cambios químicos de la
sangre que circula por la luz de los grandes vasos (carótida y aorta), sino de la
microcirculación propia, ya que son estructuras contiguas a los grandes vasos, pero
están fuera de ellos.
Control Humoral de la Presión Arterial
Sustancias humorales son aquellas que están presentes en el torrente circulatorio y cuya
liberación se realiza a distancia del órgano blanco.
Catecolaminas Suprarrenales:
Se liberan ante cualquier tipo de estrés, en una respuesta simpática. El 80% de las
catecolaminas corresponde a la adrenalina, y el 20% a la noradrenalina, las cuales, entre sus
múltiples efectos humorales, incluyen la regulación de la PA.
La acción vasoconstrictora de las catecolaminas es mediada por los receptores a1 y a2. La
adrenalina ejerce además una acción vasodilatadora mediada por los receptores b2, capaz
de determinar hipotensión y aumento del flujo en el músculo esquelético.
Serotonina:
Tiene efecto vasoconstrictor, pero también dilata los vasos en determinadas áreas o en
ciertas condiciones. La mayor parte de la serotonina circulante se origina en las células
enterocromafines del tracto gastrointestinal, otra fuente de serotonina está compuesta por
las neuronas monoaminérgicas del SCN.
El 90% de la amina en sangre esta presente de manera inactiva dentro de las plaquetas en
pequeños gránulos densos a la microscopia electrónica. Desempeña un papel
preponderante en los episodios vasoesplacnicos, tromboembólicos, en los cuales las
plaquetas liberan serotonina durante el proceso de coagulación o por adherencia a las
paredes vasculares.
Vasopresina u Hormona Antidiurética (ADH):
Es sintetizada en las neuronas magnocelulares de los núcleos paraventricular y supraóptico
del hipotálamo mayor. Tiene una conocida acción vasopresora solo se manifiesta a
condiciones suprafisiológicas. Ejerce su efecto uniéndose a un receptor de la membrana
celular basolateral que activa a la adenilato-ciclasa y eleva la concentración de c.AMP como
segundo mensajero. Su participación hídrica en forma sinérgica con el sistema renina-
angiotensina-aldosterona, justifica su inclusión entre los factores que regulan la PA en
condiciones basales; además, cuando existe depleción de volumen por una hemorragia, el
aumento de ADH en sangre en importante y seguramente participa además en el
mantenimiento de la PA en la emergencia.
Sistema renina-angiotensina
Participa en el control de la presión arterial por vía humoral, pero también está presente en
el SNC y en la pared de los vasos, donde ejerce su control local.
La renina es una enzima proteolítica elaborada d partir de un precursor, la prorrenina, en
las células yustaglomerular localizadas en la pared de la arteriola aferente del glomérulo
renal. La prorrenina puede almacenarse en los gránulos de las células del aparato
yuxtaglomerulas, donde será convertida en renina, o pasar a circulación donde también
puede generar renina. El angiotensinogeno es una glicoproteína sintetizada en el hígado.
El angiotensinogeno es hidrolizad por la renina, que rompe una unión leucina-leucina y
libera el decapeptido angiotensina I, que es hidrolizado en la circulación por la encima
convertidora de angiotensina,, que le hace perder los dos aminoácidos terminales (histidina
y leucina) para formar el ostapéptido angiotensina II.
Los efectos vinvulados son la regulación de la presión arterial son:
Efecto vasopresor: la Angiotensina II tiene un efecto directo sobre los vasos.
Efecto ionotrópico positivo sobre el musculo cardiaco
Efecto dipsógeno central.
Favorece la liberación de catecolaminas por su acción en el SNC, los ganglios simpáticos
y los terminales nerviosos.
Estimula la síntesis y liberación de aldosterona
Estimula la secreción de la hormona antidiurética o potencia su acción.
Favorece la síntesis de prostaglandinas
Activa la proliferación celular.
Sistema calicreína-cininas
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1) TRESGUERRES, J. (2005). Fisiología Humana. 3° ed. McGraw Interamericana. Mexico. p: 554-
562.
2) HOUSSAY, A. Y CINGOLANI, H. (2005). Fisiología Humana de Houssay. 7° ed. Editorial El
Ateneo. España. p: 334-352