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EL CONTRATO

Un contrato, en términos generales, es definido como un acuerdo privado, oral


o escrito, entre partes que se obligan sobre materia o cosa determinada, y a cuyo
cumplimiento pueden ser exigidas. Es un acuerdo de voluntades que genera derechos
y obligaciones para las partes.[1] Por ello se señala que habrá contrato cuando varias
partes se ponen de acuerdo sobre una manifestación de voluntad destinada a reglar
sus derechos.

Doctrinariamente, ha sido definido como un negocio jurídico bilateral o


multilateral, porque intervienen dos o más personas (a diferencia de los actos
jurídicos unilaterales en que interviene una sola persona), y que tiene por finalidad
crear derechos y obligaciones (a diferencia de otros actos jurídicos que están
destinados a modificar o extinguir derechos y obligaciones, como las convenciones).
También se denomina contrato el documento que recoge las condiciones de dicho
acto jurídico.

En el Derecho romano clásico, a su vez, el contrato se refiere a la concreta


situación de estar ligadas las partes por un vínculo jurídico que crea derechos y
obligaciones. No se refiere al acto jurídico mediante el cual las partes contraen dichos
derechos, sino a lo contratado (contractus, lo contraído), la relación jurídica que ha
quedado indisolublemente constituida mediante la convención generadora.

Las partes en un contrato son personas físicas o jurídicas. En un contrato hay


dos polos o extremos de la relación jurídica obligacional, cada polo puede estar
constituido por más de una persona revistiendo la calidad de parte.
El contrato, en general, tiene una connotación patrimonial, y forma parte de la
categoría más amplia de los negocios jurídicos. La función del contrato es originar
efectos jurídicos.
El contrato es definido en el Código Civil venezolano C.C. (Art. 1133) como
“Una convención entre dos o más personas para constituir, reglar, transmitir,
modificar o extinguir entre ellas un vínculo jurídico”.

CARACTERES DEL CONTRATO

De la definición transcrita se pueden señalar los caracteres más importantes, a saber:

El contrato es una convención

El contrato constituye una especie de convención, puesto que involucra el


concurso de las voluntades de dos o más personas conjugadas para la realización de
un determinado efecto jurídico, que puede consistir en la creación, regulación,
transmisión, modificación o extinción de un vínculo jurídico.

No es necesario que las manifestaciones de voluntad integrantes del contrato


sean idénticas, sino basta con que se conjuguen o complementen y coincidan en la
realización del efecto jurídico deseado. Así se explica cómo las partes de un contrato,
no obstante representar a menudo intereses contrapuestos puedan aunar sus
voluntades en la obtención de un efecto deseado por ambas.

Siendo una convención, no hay duda de que el contrato pertenece a los


negocios jurídicos bilaterales, caracterizados por la concurrencia de dos o más
manifestaciones de voluntad que al conjugarse producen determinados efectos para
todas las partes.

Dado que el Código Civil venezolano acoge, por decirlo así, un concepto
bastante amplio del contrato, es difícil llegar a establecer diferencias tajantes con la
convención. No obstante, las diferencias señaladas en relación con el contenido
eminentemente patrimonial de las relaciones jurídicas objeto del contrato, pueden
servir de criterio de distinción.

El contrato regula relaciones o vínculos jurídicos de carácter patrimonial,


susceptibles de ser valorados desde un punto de vista económico.

Dentro del negocio jurídico, el contrato es el instrumento más apto y frecuente


utilizado por las personas para reglamentar sus relaciones económicas y pecuniarias.

El carácter eminentemente patrimonial de los vínculos jurídicos objeto del


contrato es quizás el signo peculiar del mismo y lo que permite distinguirlo de la
convención propiamente dicha, reservada para las relaciones jurídicas de carácter
extrapatrimonial.

El contrato produce efectos obligatorios para todas las partes.

Siendo el contrato el resultado de la libre manifestación de voluntad de las


partes contratantes e imperando en el Derecho Moderno el principio consensualista,
es obvio que sea de obligatorio cumplimiento para las partes, quienes así lo han
querido y consentido en limitar sus respectivas voluntades.

El contrato es fuente de obligaciones.

El contrato constituye una de las principales fuentes de obligaciones quizás la


que engendra mayor número de relaciones obligatorias. No hay duda de que es una
figura desencadenante de derechos y deberes, de comportamientos y conductas.
EFECTOS DEL CONTRATO DERECHO CIVIL VENEZOLANO

Los efectos del contrato es aquella necesidad dada voluntariamente o


mediante los medios proporcionados por la ley para que se dé el cumplimiento de la
obligación estipulada; específicamente es lo que acarreara la relación entre deudor y
acreedor después de haber contratado. El efecto del contrato es directamente crear,
modificar, transferir o extinguir obligaciones. Estos se dan en relación a las partes, a
sus sucesores y a sus terceros.

En relación a las partes:

Los contratos, solo producirán efectos en los contratantes, es decir, entre


acreedor y deudor (art.1166 ccv), por las obligaciones que ellos mismos han
establecido. Se presume por ende que al momento de contratar, no solo se ha hecho
para si mismo la ejecución de este, sino también para sus sucesores o causahabientes,
en caso de que no se estipule lo contrario (art.1163 ccv).

Las partes deben garantizar el cumplimiento de lo pactado .La obligatoriedad


se extiende a las consecuencias que, según su naturaleza sean conformes a la buena
fe, a la ley y a la costumbre.

Son 3 los principios que de alguna manera rigen estos efectos:

•Obligatoriedad: las partes tienen el deber de cumplirlo, al igual que todas las
consecuencias que de él deriven. De la misma manera esta deberá ser de buena fe
(art.1160 ccv).

•Relatividad: la obligatoriedad sólo afectara las partes contratantes más no a los


terceros o ajenos a la relación contractual. (art. 1166 ccv)
• Irrevocabilidad: ninguna de las partes puede por sí sola desistir del contrato a menos
que así lo autorice la ley. Este se podrá revocar con el consentimiento de ambas
partes (art.1159)

MODOS DE EXTINCION DE LOS CONTRATOS

La disolución de los contratos es también denominada en doctrina revocación,


en el sentido de que se considera que quien otorga su voluntad para contratar revoca
esa misma voluntad al deshacer el acto o contrato celebrado. Sin embargo, el término
revocación no ha sido acogido en forma unánime, tanto más si se tiene en cuenta que
en la doctrina por revocación de un contrato se entiende la terminación del mismo por
volun-tad unilateral de una de las partes.

No obstante lo expuesto, el legislador patrio considera el mutuo disenso como


revocación; ello se desprende de lo dispuesto en el artículo 1159 del Código Civil:
“Los contratos tienen fuerza de ley entre las partes. No pueden revocarse sino por
mutuo consentimiento o por las causas autori­zadas por la ley”.

La disolución de los contratos es la forma normal de terminación voluntaria de


los mismos y requiere necesariamente el consentimiento de las partes contratantes
(mutuo disensu).

En principio, para la disolución de un contrato sólo basta el mutuo


consentimiento libremente manifestado; sin embargo, es de doctrina y de
jurisprudencia que si el contrato celebrado requiere de determinada formalidad o
solemnidad, en la disolución que se realice deben también cumplirse las formalidades
que presidieron la realización del contrato celebrado.

1°. La disolución de los contratos, denominada también revocación, aun cuando esta
última denominación es motivo de serias discusiones.
2°. La nulidad de los contratos, que supone la extinción de los mis-mos, por cuanto
el contrato adolece de vicios o anormalidades que impiden considerar configurados
elementos esenciales a su existencia o a su validez.

3°. La resolución de los contratos, modo de extinción inherente a los contratos


bilaterales. La resolución es un modo de terminación exclusivo de los contratos
bilaterales y configura en la doctrina uno de los capítulos de la teoría general de los
contratos bilaterales. Sólo los contratos bilaterales pueden terminarse mediante
resolución.

4°. La rescisión de los contratos, modo de extinción que la doctrina considera de


carácter subsidiario y que sólo opera en aquellos casos expresamente establecidos en
la ley. En doctrina se sostiene que la rescisión presenta dos caracteres fundamentales:
a) Tiene carácter subsidiario, es decir, sólo opera a falta de otro recurso capaz de
colocar a las partes en situación de equilibrio; b) Debe ser expresa, en el sentido de
que sólo puede o debe ser autorizada por el legislador.

En principio, la rescisión no tiene efecto retroactivo, salvo en los casos en que el


legislador así lo ordene expresamente.

5°. La revocación de los contratos, medio de extinción por el cual el contrato


desaparece por la voluntad unilateral de una de las partes. La revocación en principio
opera sólo hacia el futuro y no tiene efecto retroactivo.

Entre los contratos susceptibles de revocación se pueden señalar el mandato, la


sociedad, las sociedades de hecho, la donación. (Maduro, 1987).

6°. La excepción non adimpleti contractus, cuando se opone en con-tratos de tracto


sucesivo y en los cuales la prestación disfrutada por una o alguna de las partes no es
susceptible de borrarse en el terreno de la realidad. En estos casos, la excepción non
adimpleti contractus, por vía excepcional, extingue el contrato durante el lapso en el
cual una de las partes dejó de cumplir su obligación.

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