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AC2923-2017

Radicación n.° 11001-02-03-000-2017-00405-00

Bogotá D. C., once (11) de mayo de dos mil diecisiete


(2017).

Decídese el recurso de queja interpuesto por la parte


demandada frente al auto de 12 de diciembre de 2016,
proferido por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Cali, Sala Civil, mediante el cual se denegó el recurso
extraordinario de casación formulado contra la sentencia
proferida de 17 de noviembre anterior, en el proceso
ordinario de Vanessa Sánchez Duque contra Fundación Valle
de Lili y Fernando Manuel Mejía López.

ANTECEDENTES

1. La demandante pidió que, previa declaración de


responsabilidad civil por el servicio médico que se le prestó a
raíz de la fractura en el brazo izquierdo, se condenara a los
demandados a pagarle los perjuicios así: $20'000.000 por
concepto de daños materiales, el equivalente a mil (1000)
Radicación n° 11001-02-03-000-2017-00405-00

salarios mínimos legales mensuales por los perjuicios


morales, más la corrección monetaria y las costas.

Los hechos de la demanda se resumen en que a raíz de


un accidente, la demandante, entonces menor de edad,
sufrió una fractura en la citada extremidad superior, por lo
cual se le dispensaron varios tratamientos médicos por los
demandados, que se detallaron en dicho escrito. En
posteriores controles y atención de la menor, por parte de
otros profesionales, se detectó que hubo desaciertos en la
asistencia inicial por los demandados, y que a causa de eso
le quedó sin movilidad el miembro superior citado, con una
deformidad física permanente, que le genera limitaciones y
frustraciones en su vida personal, familiar y social.

2. Cumplida la primera instancia, el Juzgado Segundo


Civil del Circuito de Cali denegó las pretensiones de la
demanda, en fallo que, por recurso de apelación del actor,
fue revocado por la Sala Civil del Tribunal Superior de la
misma ciudad.

Este último, tras declarar la responsabilidad de los


demandados, los condenó a pagar: $16'831.403 por lucro
cesante pasado y futuro, $10'000.000 por perjuicios morales
y $15'000.000 por concepto de daño a la vida de relación;
aunque la llamada en garantía -Agrícola de Seguros S.A., hoy
Compañía de Seguros Generales Suramericana S.A.-, sólo
hasta el monto cubierto por la respectiva póliza. Denegó las
demás pretensiones e impuso condena parcial de costas.

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Radicación n° 11001-02-03-000-2017-00405-00

3. Formulado el recurso de casación por la actora, fue


denegado por el Tribunal en el auto aquí controvertido, por
carencia del interés económico para recurrir.

A tal efecto expuso que de acuerdo con la


jurisprudencia, para averiguar el monto del interés necesario
para recurrir, conlleva a revisar el menoscabo del recurrente
en sus aspiraciones, con independencia de que estas tengan
asidero jurídico, «claro está, siempre y cuando su
determinación no esté deferida al arbitrium judicis», pues en
estos casos deben atenderse las circunstancias concretas y
los topes que ha fijado la jurisprudencia en la valoración de
perjuicios extra patrimoniales.

Seguidamente, luego de referirse a lo reclamado por


daños materiales y lo acogido, anotó el juez de segundo grado
que, como en perjuicios morales debe acudirse a los citados
límites jurisprudenciales, «se concluye que el valor de la
resolución desfavorable a la recurrente no excede los 1.000
salarios mínimos...».

4. Impugnó la demandante con reposición y en


subsidio copias para que se surta la queja (folios 60 y ss. de
esta actuación), con escrito en que expuso, en resumen, que
como el monto para recurrir se determina por el valor de las
concretas pretensiones denegadas en la sentencia, según la
jurisprudencia, aquí debe tenerse en cuenta toda la
indemnización pedida, que comprende los perjuicios
materiales por veinte millones de pesos, los morales por mil

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Radicación n° 11001-02-03-000-2017-00405-00

salarios mínimos legales mensuales, más la corrección


monetaria.

Resaltó que como actora pidió daños morales por suma


equivalente a mil salarios mínimos legales mensuales, los
que deben tenerse en cuenta para satisfacer el requisito de
cuantía del recurso, según auto de 20 de septiembre de 1999
(Exp. 7800). Así, la pretensión actualizada llega a
$738'418.463, que al restársele «la minúscula» condena
impuesta, queda en $696'587.060.

La parte demandada solicitó al magistrado de segunda


instancia mantener la negativa del recurso, con apoyo en
varias razones atinentes a la falta del monto mínimo para
acceder a ese medio de impugnación (folios 66 y ss.).

5. Para mantener la denegación del recurso y ordenar


la expedición de copias para el recurso de queja, el Tribunal
reiteró que, conforme a la jurisprudencia de la Corte, en la
fijación de los perjuicios extra patrimoniales, no pueden
atenderse sin más las peticiones de las partes, sino que
deben señalarse por el juez conforme a su prudente arbitrio,
de donde resulta improcedente establecer el monto del
interés para casación por la solicitud de mil salarios mínimos
legales mensuales, como daños morales.

6. En escrito posterior, en que la parte demandante dijo


apoyar el recurso de queja, que ya se había sustentado (art.
353 del CGP), reitera que debe concederse el remedio
extraordinario, por necesidad de unificar la jurisprudencia

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Radicación n° 11001-02-03-000-2017-00405-00

sobre el punto, porque la decisión en que la Corte consideró


que debían tenerse presentes los topes de la jurisprudencia
sobre el monto de perjuicios morales, para fines de
cuantificar el interés económico, era para ciertas hipótesis,
pero la jurisprudencia fue mal entendida. Además de que el
juez puede apartarse de los precedentes, con la carga de
argumentar, por cambios normativos, por precedentes
encontrados o para adaptar las decisiones judiciales a las
nuevas valoraciones sociales. Debe mantenerse la tesis de
proceder este remedio fundado en la petición de perjuicios
morales, porque estos forman parte de las pretensiones
(folios 83 y ss.).

CONSIDERACIONES

1. Punto sin discusión es que, como el recurso de


casación fue instado en vigencia del Código General del
Proceso, visto que se formuló en noviembre de 2016, su
procedibilidad por vía del recurso de queja, debe resolverse
con en ese nuevo estatuto procesal, según la regla de efecto
general inmediato de la entrada en vigor de la leyes, acogidas
en las pautas de transición traídas en los artículos 624 -que
modificó el 40 de la ley 153 de 1887, y 625, numeral 5º, de
aquel estatuto.

Ese nuevo ordenamiento entró en vigor el 1º de enero de


2016 (artículo 1º del acuerdo PSAA15-10392 de 2015), y los
recursos se gobiernan por las reglas en uso cuando se
presentan, acorde con las antedichas normas.

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2. Sentada esa premisa y conocido que el recurso de


queja es viable para reclamar contra la negativa de los de
apelación o de casación (art. 352 del CGP), en este asunto
carece de sostén el primero, examinado que el sentenciador
ad quem denegó el recurso extraordinario por ausencia del
interés económico para esos efectos, conforme al mandato
339 del Código General del Proceso, fundado en los
elementos de convicción presentes en la actuación, desde
luego que no pueden aceptarse las alegaciones del quejoso en
cuanto a que, contrario a lo sostenido por aquel, deben
incluirse los perjuicios morales solicitados en la demanda,
como pasa a explicarse.

3. Recuérdase que el nuevo estatuto procesal previó en


el artículo 338 que si las pretensiones debatidas son
«esencialmente económicas», el recurso de casación es viable
«cuando el valor actual de la resolución desfavorable al
recurrente sea superior a un mil salarios mínimos legales
mensuales vigentes...».

A su turno, el precepto 339 cambió el método para


determinar el justiprecio del interés para acudir a ese medio
de impugnación1, comoquiera que desechó las reglas sobre
decreto de un dictamen cuando no estuviese determinado,
que consagraba el artículo 370 del anterior Código de
Procedimiento Civil, y en su lugar fijó unas pautas más
expeditas y simples tendientes a una determinación pronta,
al establecer que cuando para la procedencia del recurso
«sea necesario fijar el interés económico afectado con la

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AC623-2017, de 7 de feb. Rad. n.° 11001-02-03-000-2016-02788-00.
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sentencia, su cuantía deberá establecerse con los elementos


de juicio que obren en el expediente. Con todo, el recurrente
podrá aportar un dictamen pericial si lo considera necesario, y
el magistrado decidirá de plano sobre la concesión».

4. En el asunto que ahora ocupa la atención de la


Corte, el funcionario de segunda instancia denegó el recurso
de casación con argumentos que no pueden derruirse,
puesto que del examen de los elementos de juicio del
expediente, junto con las reglas legales y de la
jurisprudencia, halló la carencia de la exigencia de
procedibilidad contemplada en el citado artículo 338 del
estatuto procesal, por cuanto el valor actual de la resolución
desfavorable a la parte quejosa no supera el límite de mil
salarios mínimos legales mensuales.

Sobre el particular, en la demanda se pidió, previa


declaración de responsabilidad civil de los demandados, que
se indemnizaran los perjuicios materiales por $20'000.000 y
los morales por el equivalente a mil (1.000) salarios mínimos
legales mensuales, así como la corrección monetaria, de
donde emana que el eje de la controversia en el recurso de
queja, radica en la admisibilidad de esa petición de perjuicios
morales para determinar el interés económico que exige el
recurso de casación.

4.1. Para comenzar, tiene dicho la jurisprudencia de


esta Corte, en reiteradas decisiones, que en tratándose de
daños extrapatrimoniales, la determinación del interés para
el extraordinario recurso está sujeta a los topes o límites que

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Radicación n° 11001-02-03-000-2017-00405-00

por ese concepto se fijan periódicamente, y no está atada de


modo inexorable a las pretensiones formuladas en el líbelo
genitor. A diferencia de las reclamaciones de linaje
patrimonial, que sí cuentan para esa cuantificación, con
independencia de sus soportes jurídicos o fácticos.

Es que, cabe reiterar, para los primeros el juzgador


debe hacer un estudio ponderado de su valor, acorde con las
circunstancias de cada caso y la jurisprudencia sobre la
materia, en aras de determinar en forma razonable, a su
prudente arbitrio (arbitrium iudicis), una suma o prestación
económica que compense la afectación que pudo haber
sufrido la persona que reclama el resarcimiento, por el
detrimento correspondiente.

Criterio de la Corte que descansa en la concepción


jurídica del daño moral, que no tiene una valoración
pecuniaria, en sentido estricto, pues al pertenecer a la siquis
de cada persona es inviable de valorar al igual que una
mercancía o bien de capital, justamente porque los
sentimientos carecen de apreciación monetaria, frente a lo
cual lo único que puede hacerse es otorgar al afectado una
prestación de valor económico, tan sólo para compensarle el
dolor -pasado, presente o futuro-, es decir, que pueda
mitigarle en cierta medida el sufrimiento.

De ahí que sea razonable estimar, por un lado, que en


cada caso el juez realice una valoración concreta de la
congoja del afectado, con la debida objetividad, y le otorgue
una prestación económica equitativa, y por otro lado, que no

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parece apropiado que las partes puedan estimar el valor


económico de su propio sufrimiento, ya que eso iría en
contravía de la naturaleza especial del perjuicio inmaterial o
espiritual, que escapa al ámbito de lo pecuniario. Por esas
razones, esta Corporación ha considerado que labor
semejante compete al juez, aunque dentro de unos topes o
límites, cuando cabe la condena por ese aspecto.

4.2. Pautas que sirven para la imposición de las


condenas por perjuicios morales en los procesos, de ser
procedentes, pero que también permiten guiar la concreción
del desmedro económico que es requerido para acudir al
recurso de casación, cuando la suma fijada por el juez para
esos deterioros, o que eventualmente debió fijar, son motivo
de discusión, pues debe atenderse que el «valor actual de la
resolución desfavorable» (art. 338 del CGP), es equivalente al
monto por el cual se condenó, o debió condenarse, y que en
uno u otro evento genera desmejora al recurrente, según su
respectiva postura sustancial.

Aceptar que el monto señalado por el actor como daño


moral, sea el rasero para cuantificar el interés del recurrente
en casación, no sólo atentaría contra la antes explicada
naturaleza peculiar de dicho perjuicio, sino que conllevaría a
que con cualquier pretensión esbozada en ese sentido, por
fuera de las pautas ya mencionadas, por su sola voluntad
pueda esa parte acceder al remedio extraordinario, que
precisamente el legislador ha instituido con algunas
restricciones, entre ellas, la relativa a un monto mínimo del

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Radicación n° 11001-02-03-000-2017-00405-00

desmedro económico eventualmente emanado de la sentencia


que puede ser recurrida.

4.3. Por demás, si bien en ocasiones anteriores se


aceptó un criterio diferente, cual expuso la parte recurrente
en uno de sus escritos, lo cierto que luego la Corte ha
decantado una reiterada línea con el entendimiento antes
anotado, que como precedentes2 deben seguirse, pues expuso
en uno de ellos:

...resulta pertinente recordar que en lo que hace a la


ponderación de los daños morales y a la vida de relación
pedidos, está se encuentra deferida “al arbitrium judicis, es
decir, al recto criterio del fallador, sistema que por consecuencia
viene a ser el adecuado para su tasación” 3, en cuanto “se trata
de agravios que recaen sobre intereses, bienes o derechos que
por su naturaleza extrapatrimonial o inmaterial resultan
inasibles e inconmensurables”4. Por lo tanto, a efectos de
determinar la cuantía para la procedencia del recurso de
casación, no es viable atender, sin más miramientos el monto
de los perjuicios extrapatrimoniales señalados en el libelo
genitor para cada demandante, toda vez que “no puede ser
estimado por el demandante o considerado por el sentenciador
de segundo grado, de manera incondicional, para efectos del
interés aludido”5 (AC, 18 dic. 2013, rad. n° 2010-00216-01).

De ahí que conforme a la posición reiterada de la Corte,


«si el censor pidió una cifra por tales conceptos, solamente en
la medida que no supere el rango en que se mueven las
decisiones de esta Corporación[,] aquella es admisible para

2
Entre muchos, AC1293, 18 mar. 2014, rad. n° 2000-00160-01; AC1982, 22
ab. 2014, rad. n° 2004-00383-01; AC3067, 6 jun. 2014, rad. n° 2008-00635-
01; AC5895, 26 sep. 2014, rad. n° 2010-00056-01.
3
Auto 240 de 14 de septiembre de 2000, exp. 9033-97; reiterado en proveído
de 17 de octubre de 2013, exp. 2009-00056-01.
4
Sentencia de casación civil de 13 de mayo de 2008, exp. 1997-09327-01.
5
Auto 213 de 7 de octubre de 2004, exp. 00353; reiterado en los de 11 de
diciembre de 2009, exp. 00455 y 17 de octubre de 2013, exp. 2009-00056-01.
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justipreciar el interés, pues, de lo contrario, corresponde


atenerse a dichos topes» (AC617, 8 feb. 2017, rad. n° 2007-
00251-01).

Similar criterio fue expuesto en auto de 17 de marzo de


este año (AC1699-2017, Rad. 11001-02-03-000-2017-00520-
00), donde se reiteró:

«(…) [S]i se busca la indemnización de los perjuicios morales y a


la vida de relación, cuya cuantificación se encuentra asignada
al criterio del juzgador conforme a las reglas de la experiencia,
no puede tomarse indistintamente el tope que se señale en el
libelo, toda vez que para tal efecto el ad quem debe discurrir
sobre las circunstancias particulares que rodean la litis,
pudiéndose apoyar en los precedentes judiciales sobre la
materia.

«Así lo recordó la Sala en AC443-2015, aludiendo al AC de 7 de


diciembre de 2011, rad. 2007-00373, en un asunto similar
donde el juzgador (..) no se percató que el perjuicio moral se
encuentra librado exclusivamente al arbitrium judicis, es decir,
en sentir de la Corte, “al recto criterio del fallador, sistema que
por consecuencia viene a ser el adecuado para su tasación”
(Auto 240 del 14 de septiembre del 2001, Exp. 9033-97), porque
como allí mismo se reiteró, “ningún otro método podría cumplir
de una mejor manera una tarea que, por desempeñarse en el
absoluto campo de la subjetividad, no deja de presentar ciertos
visos de evanescencia”” (G.J. T. CLXXXVIII, pág. 19) (…) Por lo
mismo, para establecer la procedencia de dicho recurso, desde
el punto de vista de la cuantía, no puede acogerse de manera
incondicional el perjuicio moral solicitado en la demanda. Así lo
tiene explicado la Sala, al decir que “no puede ser estimado por
el demandante o considerado por el sentenciador de segundo
grado, de manera incondicional, para efectos del interés
aludido” (Auto 213 del 7 de octubre del 2004, Exp. 00353,
reiterado en auto del 11 de diciembre del 2009, Exp. 00445)» 6.

6
CSJ SC. Autos AC-382 de 29 de enero de 2016, Radicación #05001-31-03-
008-2010-00279-01, y AC-043 de 17 de enero de 2017, Radicación #11001-
31-03-044-2016-02863-00.
11
Radicación n° 11001-02-03-000-2017-00405-00

5. Por cierto que las pautas de la jurisprudencia en


torno a la tasación de perjuicios extra-patrimoniales, con
fundamento el prudente arbitrio del juez, fueron acogidas
expresamente por el artículo 25 del Código General del
Proceso, en cuyo inciso final se previó que cuando se reclame
indemnización por esos conceptos, «se tendrán en cuenta,
solo para efectos de determinar la competencia por razón de la
cuantía, los parámetros jurisprudenciales máximos al
momento de la presentación de la demanda».

Y aunque tal regla está prevista para la cuantía de los


procesos, en general, permite ver que el sistema procesal es
reacio a aceptar pretensiones de indemnización inmaterial
por montos exagerados, a voluntad de las partes, ya que así
se generan distorsiones en las instancias y recursos que
razonablemente deben tener los trámites judiciales.

6. En compendio, es inviable la prosperidad del


remedio procesal de queja, si el sentenciador de segundo
grado denegó el recurso de casación, por estimar que la
determinación del interés para recurrir es inferior al exigido
por la ley, y que para esos efectos es muy alta la pretensión
de perjuicios morales, solicitados por una suma equivalente
a mil salarios mínimos legales mensuales, acorde con los
criterios y límites señalados por la jurisprudencia, reiterada
al respecto. En consecuencia, hay lugar a declarar bien
denegado el último de esos medios de impugnación.

Se condenará en costas al recurrente, a términos del


artículo 365, numeral 1, del Código General del Proceso.

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Radicación n° 11001-02-03-000-2017-00405-00

DECISIÓN

Con base en lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,


Sala de Casación Civil, resuelve:

Primero: Declarar bien denegado el recurso de


casación interpuesto dentro de este proceso.

Segundo: Condenar en costas del recurso de queja a la


parte recurrente. Se fijan como agencias en derecho
ochocientos mil pesos ($800.000,oo). La liquidación se hará
conforme al art. 366 del CGP.

Tercero: En oportunidad devuélvase la actuación al


despacho de origen.

Notifíquese.

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO


Magistrado

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