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Comparación concepción de sujeto en el “Discurso del método” de Descartes y el

“Leviatán” de Thomas Hobbes


Sebastián Cely Muñoz
Comenzaremos por destrincar lo expuesto por Descartes en el Discurso del Método, en las
primeras tres partes. En la primera parte, nos encontramos con un desarrollo altamente
autobiográfico, en donde nos expone su pensamiento durante su etapa escolar. Descartes
comienza por presentarnos una idea central para la concepción de su método: él considera
que el buen sentido, que es la habilidad de discernir lo verdadero de lo falso, es igual en todos
los hombres por la naturaleza de la especie, por lo que, las diferencias en las opiniones residen
“accidentalmente” en los distintos enfoques que la gente tomaba tanto de los caminos como
de las cosas. De acá se sigue que, hay que aplicar de buena manera el ingenio, que ha sido
desviado de sus fines por el mal uso o la carencia de un método adecuado. En seguida, se nos
hace un recorrido por su concepción de distintas disciplinas: La matemática, la teología, la
filosofía, y las ciencias. Podemos ver como el francés, siempre se ha sentido atraído a la
matemática por su certeza y validez, que le brindan a esta una solidez sobre la cual se pueden
construir grandes cosas. Vemos como desde temprana edad, tuvo ese apego a la teología, que
sería un fundamento importante en su filosofía. Por otro lado, una crítica al principio de
autoridad, defendido por la escolástica en los escritos sagrados y en las obras filosóficas que
perduraron, anteponiendo a esa actitud natural, la actitud filosófica de carácter indagatorio.
En la segunda parte, nos encontramos con la descripción epistemológica del método, en
donde se pretende exponer un método con una exactitud similar a la geometría analítica, que
nos ayude a conducir de manera segura nuestra razón, para poder hallar así, verdades. El
proceder deductivo debe basarse en la evidencia, sobre la cual se lleva a cabo el proceso de
intuición. Así, la razón accede a nuevos conocimientos sin la necesidad de la experiencia.
En la tercera parte, se discuten cuestiones éticas y morales, en donde Descartes, presente un
conjunto de reglas provisionales acerca de la moral. Acá, se nos muestra a Descartes como
un modelo de buen ciudadano de su país, respetuoso de la ley, y creyente ferviente de Dios.
Es por esto, por lo que, vemos como sus reglas morales son conservadoras, manteniendo un
control similar al de la escuela estoica.
Por otro lado, tenemos a lo expuesto por Hobbes, en su Leviatán del capítulo 10 al 14. Hobbes
comienza su escrito, por introducirnos al concepto del poder y su importancia. Se entiende
por poder a la eminencia de las facultades del cuerpo o de la inteligencia, siendo el mayor
poder alcanzable, el que se compone de varios hombres unidos. Posteriormente, vemos una
reflexión acerca de la valoración del poder, que él llama honor, siendo este solamente la
opinión del poder. Vemos más adelante en el capítulo 12, una reflexión acerca de las maneras,
las cuales son aquellas cualidades del ser humano que permiten vivir en común de manera
pacífica y armoniosa, muy similar a las reflexiones morales de Descartes en la tercera parte
de su discurso.
Después, vemos en el capítulo 13, como Hobbes alude a la misma idea cartesiana que todos
los hombres son iguales tanto físicamente como mentalmente. De acá se sigue que, como
todos son iguales, todos pueden alcanzar las mismas cosas, lo que nos lleva a un sentimiento
esencial en el ser humano: la competencia. De esta nace la confrontación y a su vez, el
concepto de enemigo.
Ya habiendo comprendido ambos escritos, la comparación de estos en la concepción del
hombre parece difusa, sutilmente evidenciable. Podemos decir en primer lugar, que ambos
filósofos estaban de acuerdo en un mismo punto: Todos los hombres son iguales debido a su
naturaleza compartida, que también se cimienta en el “creer ser”, pues las personas creen
estar satisfechas con el ingenio otorgado. Por otro lado, vemos que, para la filosofía
cartesiana, se ve al sujeto como aquel que busca la verdad, siendo así completamente
independiente, todo un moderno. Mientras que, vemos que para la filosofía hobbesiana, un
individuo que esta inmerso en un contrato de dependencia hacía las demás personas, las
cuales lo motivan a competir contra ellas por un mismo bien, partiendo así, de la comunidad
como motor, a diferencia del sujeto cartesiano, que parte de sí mismo.

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