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Los factores biofísicos en el proceso de diseño 27

CAPÍTULO 2

LOS FACTORES BIOFÍSICOS EN EL PROCESO DE DISEÑO

Una vez definido lo que se considera medio ambiente desde la arquitectura, interesa centrar
la atención en su faceta más tangible, es decir, la consideración de las preexistencias
naturales en el lugar y su relación con la materialización del espacio construido.

De esta manera este segundo módulo abordará en concreto los aspectos biofísicos del
entorno y su papel en el proceso de diseño, a saber: condiciones climáticas, orografía,
topografía, vegetación, fauna etc., y su incorporación como materiales, energías o técnicas
para conformar la arquitectura.

El tema se abordará desde el punto de vista proyectual, es decir, no explicaremos aspectos


cuantitativos o de cálculo preciso de diversos indicadores ambientales, desarrollo de
tecnologías de ahorro energético, etc., ya que este aspecto lo trabajan con todo detalle y
con mayor profundidad otras áreas del diseño, especializadas en construcción e
instalaciones por ejemplo, sino que se discutirán los criterios y consideraciones que la
prefiguración que representa el proyecto en arquitectura debe adoptar, desde sus fases
iniciales, para responder adecuadamente a su entorno específico, y se presentará el análisis
histórico y hermenéutico como herramienta útil para conocer el ambiente donde se va a
diseñar.

La sociedad en su conjunto y en particular los arquitectos somos cada vez más conscientes
de que las decisiones e intenciones de la actividad humana tienen una consecuencia,
muchas veces negativa, en el entorno, y de nuestra responsabilidad directa en cambiar esta
situación; sin embargo, las acciones concretas en esta dirección siguen siendo insuficientes
y es aquí donde la formación de los futuros profesionales se vuelve clave.

Los objetivos concretos que se persiguen en este capítulo son los siguientes:

- Proporcionar una visión actualizada a partir del paradigma ambiental sobre la


importancia de integrar al proceso de diseño arquitectónico los factores biofísicos
y climáticos como respuesta al medio ambiente, tanto local como global.

- Enfatizar la perspectiva holista del medio ambiente, según la cual los factores
climáticos, biológicos, topográficos o energéticos son una parte fundamental en la
conformación del todo arquitectónico.

- Resaltar la importancia de las tipologías tradicionales como referentes


proyectuales que sintetizan un conocimiento preciso de su medio ambiente.

- Documentar ejemplos arquitectónicos de reciente creación que incorporan


apropiadamente los criterios de consideración de las preexistencias ambientales
del lugar.

© El autor, 2004. © Edicions UPC, 2004


28 Pautas de diseño para una arquitectura sostenible

2.1. Arquitectura medioambiental

Hasta antes de la revolución industrial se puede considerar que la construcción se


caracterizaba por un cierto equilibrio entre la adaptación-oposición al sitio, condicionado en
buena medida por la técnica disponible, que obligaba a los constructores al
aprovechamiento máximo de los recursos a mano. Con el desarrollo tecnológico que la era
industrial hizo posible, en especial en la cultura occidental durante el siglo XX, la
arquitectura se fue haciendo cada vez más “independiente” del entorno específico, e inclinó
la balanza hacia una clara actitud de oposición al lugar. La capacidad de controlar a placer
las condiciones de clima, traer agua desde distancias enormes, o comercializar materiales a
nivel mundial permite hacer casi cualquier tipo de edificio, en cualquier parte del mundo,
pero a un costo de construcción y de mantenimiento que hoy en día comienza a ser más
que considerables, al extremo que nos estamos cuestionando como sociedad si realmente
los podemos asumir1. No se trata sólo de una valoración en términos monetarios; los costos
implican una ponderación ética muy importante, ya que las decisiones no sólo nos atañen a
nosotros, sino a las generaciones venideras, que deben ser incorporadas sistemáticamente
como sujetos con los mismos derechos sobre los recursos naturales y culturales. Además
de beneficiarios y usuarios, también somos custodios temporales de un patrimonio natural y
cultural común y es nuestra responsabilidad intentar transmitirlo a las generaciones futuras
como mínimo en las mismas condiciones en que lo recibimos.

La consideración e incorporación de los factores biofísicos en el proceso de diseño es hoy


en día una necesidad urgente y puede contribuir de manera inmediata a la disminución del
impacto ambiental negativo que la arquitectura tiene sobre el entorno en general, a tender a
una relación de equilibrio entre la naturaleza y el desarrollo humano, a unas actitudes y
formas de vida más sostenibles, a incrementar nuestra capacidad de adaptación y a reducir
la oposición cada vez más a lo estrictamente necesario. Existe una gran experiencia
pasada, particularmente en el campo arquitectónico no es una práctica nueva, ni siquiera en
la arquitectura contemporánea, pero hoy día, por diversos factores sociales, económicos y
técnicos, no está tan extendida como debería.

En los últimos años han surgido diversas denominaciones para la arquitectura que se diseña
y construye respetando el entorno natural: arquitectura bioclimática, arquitectura verde,
arquitectura ecológica, arquitectura natural, arquitectura medioambiental, bioarquitectura,
arquitectura evolucionista, que se unen a una serie de clasificaciones más concretas y
definidas como arquitectura solar, arquitectura eólica, arquitectura hidráulica, arquitectura
geomórfica, arquitectura de ahorro de energía, y más recientemente el de arquitectura
sostenible, que está intentando consolidarse como el término más general y que agruparía a
todas las anteriores. Lo cierto es que esto ha traído cierta confusión en el ámbito
arquitectónico y resulta difícil en ocasiones discernir entre una y otras.

Por otro lado, la idea de atender los factores biológicos y físicos (geológicos, geográficos y
atmosféricos) del entorno inmediato es hoy en día insuficiente: es necesario ampliar la
escala conceptual y la adecuación ambiental ha de entenderse como un sistema modificador
de los ecosistemas naturales e interactuante con ellos, en todos los sentidos, e intentar
“…relacionar las actividades humanas con los ecosistemas de la manera menos destructiva

1 Es importante mencionar cómo los recursos naturales comúnmente se consideran ilimitados y en el valor de
comercialización no se evalúa correctamente su costo real, que incluye: el costo del agotamiento del material
disponible en la naturaleza; el costo para limpiar la contaminación producida por su transformación, transporte,
colocación y uso; el costo de regeneración cuando son recursos renovables; el costo de su disposición al concluir
su ciclo vital etc. Es decir, el costo real de ciertos materiales es altísimo, lo que pasa es que parte de la factura se
está pasando a las generaciones venideras.

© El autor, 2004. © Edicions UPC, 2004


Los factores biofísicos en el proceso de diseño 29

posible, del modo más ventajoso y compatible con las limitaciones inherentes al
ecosistema”2, sin olvidar todos los aspectos culturales.

En función de esto es posible retomar una concepción de la arquitectura


medioambientalmente sensible que responda, más que a características específicas, a una
serie de actitudes de interacción y diálogo con el medio físico, donde se inserte:

- Visión holista y global del diseño abarcando todas sus escalas (el todo, sus
partes y sus interrelaciones).
- Diseño para necesidades humanas biofísicas y socioculturales.
- Respeto por el entorno y sus ecosistemas (local y global).
- Diseñar con el clima.
- Incorporar materiales ecológicos (no contaminantes, reciclables, no tóxicos).
- Minimizar el uso de nuevos recursos.
- Conservar y ahorrar energía.
- Considerar todo el ciclo de vida de la construcción (diseño, construcción.
mantenimiento y desmantelamiento, tratamiento y disposición de residuos).
- Flexibilidad del espacio (ampliación, disminución o cambio de uso).
- Construcción ligera (no intrusiva en el territorio).

2.2. La tradición bioclimática en la arquitectura

Los edificios privados estarán correctamente ubicados si se tienen en cuenta, en


primer lugar, la latitud y la orientación donde van a levantarse. Muy distinta es la
forma de construir en Egipto, en España, en el Ponto, en Roma e igualmente en
regiones o tierras que ofrecen características diferentes (…). Como la disposición
de la bóveda celeste respecto a la Tierra se posiciona según la inclinación del
zodiaco y el curso del sol, adquiriendo características muy distintas, exactamente
de la misma manera se debe orientar la disposición de los edificios, atendiendo a
las peculiaridades de cada región y a las diferencias del clima (…). Así, por medio
del arte se deben paliar las incomodidades que provoca la misma naturaleza.
(Vitrubio. Libro Sexto. Capítulo primero)3

Tradicionalmente en la práctica y en la misma enseñanza de la arquitectura, la


consideración y análisis de los factores biológicos, fisiográficos y climáticos del sitio donde
se proyecta han sido una práctica habitual. Ya Vitrubio señalaba con toda claridad la
importancia, por ejemplo, de las condiciones climáticas en el diseño de una arquitectura
adecuada a su entorno particular, para proporcionar la comodidad necesaria a sus
habitantes, que no puede ser igual en todas partes.

Si bien se reconoce que la arquitectura del pasado era mucho más sensible a las
condiciones naturales, es necesario no caer en mitificaciones. Jesús Alonso Millán explica
que no siempre las culturas pasadas vivieron un equilibrio sostenible como idealmente se
argumenta: “El paisaje cambia al compás del paso sobre la tierra de generaciones con
distintos sistemas de creencias y de valores, pero al mismo tiempo estas creencias y valores
son modelados en parte por la misma calidad de la tierra. De esta manera, cada sistema de
relaciones entre cultura y ecosistemas tiene su propio cortejo de problemas ambientales: la

2Yeang, Ken. Proyectar con la naturaleza. Gustavo Gili, Barcelona, 1999, pág. 34.
3Vitrubio Polión, Marco Lucio. Los diez libros de arquitectura. Versión española de José Luis Oliver
Domingo, Alianza Editorial, Madrid, 1995, pag. 229.

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30 Pautas de diseño para una arquitectura sostenible

caza-recolección puede tener que enfrentarse al agotamiento de las poblaciones de


animales de caza, la agricultura a la pérdida de suelo fértil, la ganadería al sobrepastoreo y
la desertificación, de la misma manera en que la cultura industrializada tiene graves
problemas para evitar la contaminación del aire y de las aguas (…). Resulta tentador asignar
a nuestros antepasados un modelo cultural en equilibrio con su entorno, ‘sostenible’ según
la terminología actual. Hoy sabemos que exactamente igual que en la actualidad, algunas
culturas antiguas despilfarraron sus recursos naturales, y pusieron en peligro su
supervivencia por sobrepasar los límites ecológicos de su mundo. Pero también es cierto
que la herencia que nos han dejado tiene muchos elementos positivos…”4

En la historia de la arquitectura podemos encontrar ejemplos de ambas tendencias: los


baños romanos eran lugares que incorporaban las más avanzadas tecnologías de la época
para crear un ambiente artificial que implicaba un alto gasto energético en su momento:
construcción de bóvedas que requerían una gran cantidad de madera para el andamiaje,
acueductos para transportar el agua de distancias considerables, corte masivo de árboles
para calentar el agua y los espacios interiores etc. A pesar de ello la tecnología seguía
siendo más dependiente de la naturaleza y su capacidad de dañar el equilibrio ecológico
normalmente se limitaba a las escalas local y regional, situación que nada tiene que ver con
el potencial de destrucción de hoy día.

Buena parte de la arquitectura tradicional, sin embargo, aprovechaba las condiciones


naturales del sitio, tanto por la tecnología disponible como por cuestiones de economía. Esta
capacidad de conocer, diseñar y construir tomando la máxima ventaja de las condiciones del
lugar se dio a través de un largo proceso de ensayo y error, se transmitía de generación en
generación el conocimiento acumulado, y se lograban, en la mayoría de los casos, tipologías
arquitectónicas bien integradas y adaptadas a la región, sin olvidar nunca la expresión del
entorno cultural donde aspectos estéticos, simbólicos o de uso, estaban incorporados en el
espacio construido.

El análisis tipológico por regiones hace evidente, por ejemplo, cómo el clima influye en la
forma arquitectónica de acuerdo con una lógica que equilibra el aprovechamiento de
energías con la oposición a condiciones incómodas del ambiente:

Foto 6 El iglú – ejemplo de adaptación a climas fríos extremos. Foto 7 Construcción situada
en una zona fría: hay pocas aberturas, pues se busca guardar el calor interno y evitar la
entrada del viento, utilizando el material natural disponible en el lugar.

4 Alonso Millán, Jesús. Una tierra abierta: Material para una historia ecológica de España. Compañía
Literaria, Madrid, 1995, p. 5-6.

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Los factores biofísicos en el proceso de diseño 31

En los edificios situados en zonas frías (capas polares, tundra, montañas) se utiliza una
construcción compacta que permita atrapar el calor interior y aislar del exterior; se orientan
los espacios para captar al máximo la energía solar; se agrupan las construcciones; se
aprovecha el calor interior de cocina; se utiliza la parte alta como aislante; se minimiza la
resistencia al viento; los techos suelen tener pendientes considerables.

En las zonas templadas (clima marino, mediterráneo, subtropical) se utiliza la construcción


semiabierta, con elementos de transición como pórticos, patios, verandas para provocar
sombras, elementos de control climático como persianas y celosías, vanos orientados para
captar el sol en invierno y la brisa en verano.

Foto 8 Construcción situada en una zona templada: la utilización de elementos de transición


es fundamental para mejorar las condiciones de confortabilidad interna, aunada a la
utilización de jardines y agua en el exterior para crear un microclima más confortable.

En las zonas tropicales (bosque tropical, savana) la construcción tiene que ser abierta para
contrarrestar la humedad; se aprovecha la ventilación natural captando la brisa; se utilizan
techumbres ligeras y pisos elevados; los techos tienen pendientes considerables por la alta
precipitación; se usan materiales naturales disponibles en el lugar.

Fotos 9 y 10 En las zonas tropicales se utilizan estructuras muy ligeras, que sin embargo
son muy resistentes al viento y la lluvia. La circulación del aire es fundamental para
contrarrestar los efectos de la humedad.

Para las construcciones de zonas desérticas (estepas, desierto), la prioridad es mantener el


calor fuera; se utilizan materiales con mucha inercia térmica, construcciones agrupadas,
calles estrechas para provocar sombras; espacios como el patio y el pórtico sirven para
regular la temperatura exterior-interior; se utilizan captadores de viento.

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32 Pautas de diseño para una arquitectura sostenible

Fotos 11 y 12 Crear espacios con mucha sombra, con


gran inercia térmica, y captar el viento son algunas de
las técnicas tradicionales utilizadas en zonas desérticas.

La tipología tradicional expresa una gran riqueza y capacidad creativa para generar
propuestas adaptadas a las condiciones específicas de su microclima. Es necesario señalar
que un mismo clima condiciona, pero no predetermina, la forma arquitectónica. Coch ha
señalado claramente cómo se han desarrollado diferentes soluciones para unas mismas
condiciones de clima.5 Esto refuerza además la idea holista que comentábamos al principio,
según la cual los factores biofísicos son sólo una de muchas circunstancias que dan forma a
la arquitectura.

El estudio de la arquitectura pasada se convierte en un magnífico banco de datos sobre


actitudes de adaptación y aprovechamiento de las condiciones naturales. Sin embargo es
necesario hacer una valoración adecuada, no intentar copiar e imitar formas y técnicas sin
un análisis de las circunstancias y el contexto que las originaron. López de Asaín propone el
análisis hermenéutico como una herramienta adecuada para llevar a cabo esta
interpretación, aplicada en concreto a la arquitectura bioclimática contemporánea:

…si la Hermenéutica es comprender otros sistemas que los propios y operar dentro de
ellos (una capacidad de adaptación y de construcción dentro de un sistema dado),
puede considerarse como una actitud afín a la actitud bioclimática que pretende
insertar la arquitectura en microsistemas naturales y culturales dados(…)¿Que otra
cosa es el enfoque bioclimático sino el esfuerzo por comprender un lugar, con sus
condicionantes físicos y climáticos pero apropiándonos también de los aspectos
históricos, culturales y estéticos para desarrollar en él la acción arquitectónica?6

El conocimiento histórico es fundamental para el desarrollo apropiado de cualquier cultura,


la arquitectura no es por lo tanto una excepción. La observación e interpretación adecuada

5Coch, Helena y Serra, Rafael, Arquitectura y energía natural, Edicions UPC, Barcelona, 1995.
6 López de Asaín, Jaime, Arquitectura, ciudad y medioambiente, Colección Kora no.11, Universidad
de Sevilla y Junta de Andalucía, Sevilla, 200, pág.18.

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Los factores biofísicos en el proceso de diseño 33

de la historia puede ayudarnos a aplicar y transmitir la memoria colectiva a través de la


arquitectura. La consideración de los factores naturales es tan antigua como la misma
arquitectura, pero al mismo tiempo nuestro “olvido cíclico” de su integración en el proceso de
diseño, normalmente asociado al descubrimiento de nuevas y “baratas” fuentes de energía,
es un despropósito.

2.3. Factores biofísicos del entorno natural

Cuando se inicia el proceso de diseño es indispensable conocer con todo detalle el entorno
en el que se colocará la construcción futura. El entorno natural no es un simple listado de
problemas o checklist que es necesario atender. Se trata más bien de una serie de factores,
elementos y procesos relacionados, interrelacionados, interdependientes en un solo sistema
complejo.

Cada vez más se apunta que es necesario considerar al planeta en su conjunto como un
sistema finito de materiales y energía, cerrado en sí mismo, cuyo único factor externo es el
sol. En los años 70, el científico Lovelock propuso la hipótesis de GAIA, que consiste en
considerar a la Tierra como un organismo vivo, autoregulable, un todo compuesto de una
infinidad de procesos físicos y químicos a diferentes escalas, interdependientes, y que a
través de millones de años de evolución ha alcanzado unas condiciones de equilibrio entre
los diferentes procesos que hacen la vida posible. La famosa anécdota del “efecto mariposa”
que ejemplifica la teoría del caos propone un concepto similar de interdependencia, al
describir cómo ciertos fenómenos están estrechamente interrelacionados y organizados,
aunque parezcan independientes.

Se trata de que el proyectista considere el entorno natural, en primer lugar, a todas sus
escalas (diagrama 1) y, en segundo término, en todas sus interrelaciones (diagrama 2).
Acciones constructivas “aparentemente” aisladas, al sumar sus impactos, (como la
ocupación del suelo, contaminación del aire, disposición de aguas residuales, etc.) hacen
que sus consecuencias negativas para los ecosistemas naturales y para el propio bienestar
físico y psicológico del hombre se haga cada vez más evidente. Los factores naturales se
pueden dividir en tres grandes grupos básicos:

Geológicos, geográficos (F.G.)


- Suelo (composición, forma, altura, posición)
- Subsuelo (rocas, minerales, fósiles, gases)
Atmosféricos (F.A.)
- Sol (radiación: luz, calor)
- Aire (gases: oxigeno; CO2, helio)
- Fenómenos (viento, lluvia, humedad)
Orgánicos (F.O.)
- Especies vegetales
- Especies animales
- Microorganismos

De las interrelaciones entre dichos factores desde el nivel global hasta un nivel micro, se
producen los fenómenos y características específicas del entorno, por ejemplo: de la
combinación de la posición geográfica (longitud y latitud), del suelo, con la altura y
conformación del mismo, juntamente con la radiación solar y los gases atmosféricos se
produce un clima determinado, con temperatura y humedad que pueden variar en función de
la vegetación existente.

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34 Pautas de diseño para una arquitectura sostenible

ESCALA GLOBAL

Factores naturales basicos


ESCALA MACRO-REGIONAL
que componen la tierra ECALA REGIONAL
1.- Geológicos/Geográficos ESCALA LOCAL
2.- Orgánicos
3.- Atmosféricos
Zonas mundiales
diferenciadas

Zonas Frias
Zonas Templadas
Zonas desérticas
Zonas Tropicales
Entorno y ecosistema
general
- Montaña
- Costas
- Planicies
- Savanna
- Estepas
- Desiertos
Paisaje y habitat
específicos
- Ladera
- Playa
- Llanura
- Valle
- Ribera de un río

Diagrama 1 Factores naturales del entorno

En otras palabras, para estar en condiciones de evaluar las condiciones naturales de un sitio
no basta un conocimiento cuantitativo (temperatura, grado de humedad, precipitación anual,
altitud, etc.); se requiere relacionarlas entre sí funcionalmente, como verdaderos sistemas y
subsistemas, para entender las posibilidades de integración al ecosistema específico.
FACTORES GEOLOGICOS/GEOGR.
(Topografía (montañas, valles),
Suelo, Subsuelo, Fosiles)
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Diagrama 2 Interrelaciones de los factores naturales del entorno

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Los factores biofísicos en el proceso de diseño 35

2.4. Criterios de diseño biofísicos

A continuación se resumen algunos criterios generales que el proceso de diseño puede


incorporar, desde las primeras etapas del proyecto, con el fin de que la relación entre los
factores del entorno natural, a las diferentes escalas mencionadas, y el futuro espacio
construido sea lo más estrecha y respetuosa posible desde el punto de vista biofísico. No se
trata de un listado exhaustivo, sino de un esquema que propone unos parámetros mínimos
de cara a un diseño más sostenible y congruente con las actitudes que se mencionan en la
introducción de este texto. Desde luego que el peso que cada uno de los aspectos tendrá en
el proceso dependerá del concepto general de diseño adoptado (se discute en el módulo 3
las distintas posibilidades) por él o los arquitectos responsables, los usuarios, las normas y
otros participantes en el diseño y prefiguración del entorno construido.

2.4.1. Factores geológicos y geográficos

Topografía, orografía, tipo de suelo

- Están estrechamente relacionados con aspectos de planeación regional y


urbana que deben consultarse (usos y destinos del suelo, zonas de
conservación, servicios disponibles etc.).

- Aprovechar al máximo las formas y líneas que conforman el sitio como


parte del proyecto arquitectónico. Evitar nivelaciones y excavaciones
excesivas.

- Ocupar suelos apropiados, de preferencia no agrícolas, y evitar zonas de


posible riesgo como inundación, deslave o fallas geológicas.

Suelo y subsuelo

Materiales
- La elección de los materiales proveniente del suelo y subsuelo debe
atender a criterios de disponibilidad en la región y de los efectos que su
extracción implica en el entorno; evitar traslados excesivos y en lo posible
preferir materiales cuya transformación industrial implique el menor
impacto ambiental.
- Evaluar sus características térmicas, de forma, color, textura etc., así
como la tecnología (y sus efectos) durante la etapa de construcción.
- Evaluar sus posibilidades de reciclaje o reintegro a la tierra después de
concluida su vida útil.

Energía
- Respecto a las energías que inciden en la construcción y mantenimiento
del edificio durante su vida útil, a escala global (combustibles fósiles -gas,
petróleo, carbón mineral- utilizados para construir y mantener el edificio)
se trata de minimizar su uso, substituyéndolos, en lo posible, por fuentes
renovables y de ámbito local (fuentes de energía para el edificio como
aprovechamiento de la masa térmica del suelo).

Emisiones
- Emisiones: Considerar los diferentes desechos que el proceso de
construcción y uso del edificio tiene sobre el suelo y subsuelo. Evitar

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36 Pautas de diseño para una arquitectura sostenible

contaminar suelo y cuerpos de agua tanto superficiales como


subterráneos con desechos sólidos y/o químicos.

2.4.2. Factores atmosféricos

Sol

- La radiación solar en la tierra se manifiesta de muchas maneras y es sin


duda uno de los factores más importantes para el diseño arquitectónico
natural. En todo caso es la fuente inicial de energía que provoca las
diversas transformaciones posteriores, desde la fotosíntesis o la
evaporación del agua, hasta su influencia en los vientos, las olas, sin
olvidar su importancia en la generación de los combustibles fósiles.

- Como fuente de luz natural se debe aprovechar al máximo en la


iluminación de los espacios interiores, no sólo como una forma de ahorrar
energía, sino para contribuir de manera indispensable al bienestar físico y
psicológico del hombre. El diseño de la luz natural debe considerar la
variabilidad en el transcurso del día y también en el cambio de estaciones.

- Como fuente de energía su calor puede aprovecharse de diversas


maneras: para calentar los espacios habitables en invierno mediante
tecnologías pasivas (muro Trombe, masas térmicas, efecto invernadero) o
también mediante tecnologías activas (como los paneles solares y las
celdas fotovoltaicas).

Aire

- La ventilación natural de la arquitectura está muy estudiada y se relaciona


estrechamente con los elementos del clima local, es decir temperatura,
humedad, viento etc. La utilización de sistemas artificiales de ventilación y
control del clima interior está muy extendida en la arquitectura moderna, y
el gasto energético que esto implica, sobre todo para contrarrestar
condiciones extremas (desierto, zonas frías), es verdaderamente
espectacular. Sin renunciar a la necesidad en ocasiones ineludible de
asistir artificialmente el clima interior de los edificios, cada vez más se
acepta la utilización combinada de diseños naturales, aprovechando al
máximo las condiciones del sitio mediante tecnologías pasivas, e
incorporando sistemas activos sólo para contrarrestar el excedente
térmico por cubrir.

- Potenciar el uso de ventilación natural, incorporar tecnologías pasivas al


máximo (orientación adecuada, materiales aislantes, inercia térmica,
cuerpos de agua para refrescar el ambiente, pantallas vegetales, etc.) y
minimizar el uso de tecnología activa.

Fenómenos

- La temperatura, la humedad, el movimiento del aire, la incidencia solar, la


nubosidad, las precipitaciones... son factores que deben conocerse en
detalle para estar en condiciones de responder tanto con las técnicas
tradicionales, como con otras de reciente creación que resulten más
efectivas.

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Los factores biofísicos en el proceso de diseño 37

- El ciclo hidrológico depende de una combinación entre los factores


atmosféricos y geológicos que en conjunto producen las distintas fuentes
de abastecimiento de agua, es decir mantos subterráneos de agua,
grandes cuerpos de agua, vías fluviales, etc. El agua debe aprovecharse
al máximo, vía dispositivos de ahorro y reciclaje, en su utilización en el
edificio. Captar las aguas de lluvia e incorporar medios de
almacenamiento y el tratamiento y reciclaje de aguas grises y negras está
normativizado para muchos espacios públicos, pero su aplicación debe
ampliarse a casi todos los tipos arquitectónicos.

- El viento como fuente de energía: la tecnología eólica está siendo


explotada y utilizada cada vez más, en dispositivos colectivos más que
individuales.

- Como fuente de energía la tecnología hidráulica está más enfocada a la


producción a gran escala para el consumo colectivo. El ahorro de agua en
las edificaciones, sin embargo, contribuye de manera fundamental en la
conservación de vías fluviales utilizados para la generación de energía.

2.4.3. Factores orgánicos

Especies vegetales

- La dependencia física de la arquitectura respecto al mundo vegetal se


traduce en primera instancia en materiales de construcción de carácter
renovable. La madera es sin duda el material más utilizado, aunque
también existen diversas tecnologías que aprovechan las fibras vegetales
para conformar su espacio. Desde luego que el calificativo de renovable
dependerá de la utilización cuidadosa y regulada de los bosques
naturales o criaderos específicos, cuya depredación es práctica
generalizada aún hoy día en países menos desarrollados.

- Como barreras climáticas y/o acústicas, sea para reducir la incidencia de


la radiación solar, como pantallas contra vientos, para refrescar la
temperatura y microclima del aire interior o reducir el ruido del tráfico
rodado a escala urbana, su incorporación como elemento arquitectónico
de diseño medioambiental es fundamental.

- Constituyen un entorno que debe preservarse en el caso de sitios


boscosos, de llanuras o playas, al ser parte de un ecosistema que no
debe alterarse, pues está estrechamente relacionado con la fauna que
utiliza dicho hábitat.

- Como fuente de energía se busca reducir la tecnología de combustión y


sustituirla por una tecnología que aproveche su potencial como biomasa.

Especies animales

- Las diversas especies animales con las que compartimos la biosfera son
una de las tareas pendientes de la arquitectura, ya que su relación está
menos estudiada que la del clima o la topografía. En esta idea holista que
se promueve se debe incorporar la afectación al hábitat y las especies

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38 Pautas de diseño para una arquitectura sostenible

animales que en él viven. Normalmente vistos los animales como plagas


por eliminar (desde los mosquitos, hasta las palomas) requerimos
incrementar la sensibilidad como arquitectos para afectarlos lo menos
posible, sobre todo en donde la naturaleza aún domina el escenario, con
la intervención constructiva.

- Los microorganismos juegan papeles fundamentales en cualquier


ecosistema, entre otros el de descomponer la materia orgánica. Su
relación con elementos arquitectónicos es menos evidente, pero su
conocimiento ha permitido desarrollar tecnologías pasivas muy útiles,
como las fosas sépticas o digestores que proporcionan gas, que pueden
aportar soluciones específicas.

2.5. Diseño climático en arquitectura

El diseño climático en arquitectura se basa en el conocimiento detallado de los factores y


elementos del clima, para incorporarlos como parámetros preexistentes del contexto
específico que ayuden a configurar una ubicación, orientación, forma y estructura
apropiados de un edificio, a fin de que éste proporcione la mayor confortabilidad interior
desde el punto de vista térmico, con el menor gasto energético posibles. En la actualidad el
diseño climático tiene como objetivo fundamental reducir el impacto ambiental que produce
el alto consumo de energía propio de la edificación convencional al utilizar medios
mecánicos para controlar el ambiente interior.

El clima se genera a partir de una compleja serie de relaciones e interrelaciones entre los
factores atmosféricos, geológicos, geográficos y biológicos, que reciben en conjunto la
radiación solar de acuerdo con los ciclos de rotación y traslación de la Tierra; ello crea
grandes zonas climáticas a escala mundial, que contienen a su vez climas regionales y
microclimas locales, variabilidad de escalas que el diseño urbano y arquitectónico debe
considerar al realizar cualquier proyecto.

De cada sitio se deben analizar los siguientes factores y elementos del clima: radiación
solar; latitud, altitud (con respecto al mar), cuerpos de agua (océanos, mares, lagos, ríos),
vegetación, fauna y viento.

En función de los anteriores se dan los siguientes elementos del clima: temperatura del aire,
humedad relativa, precipitaciones, presión atmosférica, velocidad y dirección del viento.

Cuando se busca unas condiciones de confortabilidad adecuadas, el diseño climático


necesariamente debe filtrar estos datos con los factores socioculturales de los futuros
usuarios, ya que el parámetro de “lo ideal” varía entre distintos grupos humanos. Si bien la
confortabilidad ideal también puede variar a nivel individual, se acepta que la zona de
confortabilidad está definida por los rangos dentro de los cuales la mayoría de las personas
se sienten cómodas.

Para finalmente traducir o sintetizar en la arquitectónica las variables climáticas, con las
necesidades térmicas del hombre, para generar el espacio deseado se deben incorporar las
posibilidades materiales y tecnológicas que mayor provecho pueden ofrecer. Lo ideal es que
la tecnología sea en lo posible pasiva, es decir que no requiera una fuente externa de
energía para funcionar. Esto es primordial en el diseño climático, utilizar elementos
arquitectónicos pasivos: muros como barreras aislantes o como acumuladores de energía

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Los factores biofísicos en el proceso de diseño 39

calórica, ventanas que iluminen naturalmente el espacio interior, cristales que dejen pasar la
luz pero atrapen el calor, techos con aleros que protejan del sol en verano, y permitan su
acceso en invierno, persianas que protejan del sol y del viento, cuerpos de agua que
refresquen el ambiente. Sin duda, en ciertas zonas extremas, el diseño climático y las más
nuevas tecnologías pasivas son insuficientes para mantener unos rangos de confort y salud
mínimos y la incorporación de equipos mecánicos para ventilar, calentar o enfriar, son
indispensables; sin embargo, estos equipos solo tendrían que proporcionar la diferencia y
no el total de la energía necesaria.

El diseño climático de los edificios también


implica actuar sobre el microclima interior y
exterior del mismo para mejorar el
rendimiento térmico, mediante vegetación,
cuerpos de agua, pavimentos etc. Un
ejemplo muy interesante de diseño climático
lo constituye el Liceo Leonardo da Vinci,
(Calais, Francia), donde el sol, el viento y la
humedad del ambiente han sido
cuidadosamente considerados para
posicionar, orientar y conformar el edificio y
así aprovechar al máximo las energías
naturales. Se trata de un edificio destinado a
la enseñanza polivalente (cursos ordinarios,
técnicos y superiores), con una superficie
construida de 20.450 m2, que fue diseñado
para acoger hasta 1.700 alumnos. Está
Foto 13 Liceo Leonardo Da Vinci, Calais, ubicado en la región francesa de Nord-Pas-
Francia. Proyectado y construido en el periodo
de Calais, una región de clima templado que
1995-1998.
se caracteriza por inviernos suaves y
lluviosos y veranos cálidos y lluviosos. Se
halla en el barrio de Beau-Marais, donde el
tejido urbano es escaso y los edificios
cercanos son de baja altura (dos niveles). El
instituto se levanta en un terreno amplio de 4
hectáreas, llano, sin accidentes topográficos
mayores, lo que le permite aprovechar sin
interrupciones de otras construcciones los
elementos naturales. La presencia del agua
ha influido poderosamente en el diseño: La
misma parcela está rodeada por canales de
agua, que generan un gran estanque propio
que bordea la fachada oeste y hacia donde
se canalizan mediante una red de zanjas las
aguas de lluvia.

Criterios de diseño climático: en términos


generales el edificio ordena su volumetría
para dar protección contra los vientos
costeros, orientando además sus fachadas
para aprovechar la radiación solar y la
iluminación natural a lo largo de todo el año,
Foto 14 Vista aérea del conjunto sin olvidar la captación de aguas pluviales y
la generación de un microclima propio. Con

© El autor, 2004. © Edicions UPC, 2004


40 Pautas de diseño para una arquitectura sostenible

el objetivo de reducir el gasto de energía y


agua al máximo, se aprovecha: a) La
energía solar: para la iluminación mediante
ventanas bien orientadas, pozos de luz,
reflexión sobre las paredes, color de los
muros y la forma de los falsos plafones para
la difusión óptima; como energía térmica,
permitiendo su acceso en invierno lo que
provoca el efecto invernadero. b) La
ventilación del edificio es combinada, natural
cuando las condiciones del tiempo lo
permiten y con equipos programados de
Foto 15 Corte que muestra el aprovechamiento calefacción y climatización para auxiliar en
de la luz natural épocas de clima más extremo. Incorpora
tecnología pasiva y activa para aprovechar
la energía solar y eólica. c) La humedad y
temperatura del ambiente son consideradas
en el exterior, donde se ha utilizado en el
diseño del paisaje, vegetación y un estanque
de agua que refresca y humedece el
ambiente en verano; en el interior hay una
calle, naturalmente iluminada, con jardinería,
para confortabilidad visual y de temperatura.
d) La lluvia es captada y almacenada para
posteriormente utilizarla en el riego de
jardines y retretes.

Foto 16 Vista de la calle interior donde se


utiliza la iluminación natural

Soluciones técnicas: los materiales y sistemas constructivos fueron seleccionados para


cumplir los objetivos de ahorro energético propuestos: a) Muros de alto rendimiento aislante,
tanto térmico como acústico, por la función de enseñanza que allí se lleva a cabo. b) Vidrios
aislantes de baja emisividad en ventanas y lucernarios para mejorar el rendimiento térmico
interior y evitar pérdidas o ganancias de calor según la temporada. c) Generación de
electricidad mediante un sistema combinado de celdas fotovoltaicas, molino eólico y
electricidad de la red, lo que permite disminuir el gasto de esta última fuente. El agua de
cocina es calentada por colectores solares. d) A través de un sistema de control informático
se optimiza el uso y funcionamiento de los distintos dispositivos, en relación con la
frecuencia de uso de los locales, para evitar gasto de energía en espacios sin utilizar.

Impacto ambiental: el edificio logra un ahorro global del 30% en su gasto de funcionamiento,
tanto en energía como en agua. El diseño, que considera las condiciones climáticas del sitio
(entre otras cosas, ya que también reduce el impacto al incorporar materiales
biodegradables (ficha 6), contribuye de manera importante a reducir su impacto, ya que este
ahorro se dará durante toda la vida útil del edificio, que puede abarcar varias décadas.

© El autor, 2004. © Edicions UPC, 2004


Los factores biofísicos en el proceso de diseño 41

2.6. Diseño solar

El sol es considerado como el factor básico del diseño medioambiental en arquitectura por
ser la única fuente de energía exterior que se incorpora al ecosistema cerrado que es la
Tierra y del cual derivan todas las fuentes naturales de energía disponibles en el planeta:
sea de manera directa vía la transmisión de calor a un cuerpo físico determinado, o sea de
formas indirectas, como la fotosíntesis en las plantas, la descomposición que dio origen a
los combustibles fósiles, o la evaporación del agua para dar continuidad al ciclo hidrológico.

La energía del sol incide, en primera instancia, en el bienestar físico y psicológico del
hombre; sin su calor y sin la luz del día sobre y dentro del edificio, el ambiente normalmente
resulta nocivo en el mediano y largo plazo. Al mismo tiempo esta energía, bien aprovechada
mediante el diseño solar en arquitectura, puede reducir el impacto ambiental al dejarse de
consumir cantidades importantes de energía para ventilar y refrescar el interior en verano o
por el contrario calentarlo en invierno, con técnicas preferentemente pasivas, pero también
vía tecnología activa.

La herramienta básica para conocer la trayectoria del sol y poder prever su incidencia sobre
un punto determinado de la Tierra son las denominadas gráficas solares o cartas solares
estereográficas, es decir la representación geométrica de todos los rayos solares durante el
año en un lugar determinado, desde el amanecer hasta el atardecer. Este instrumento de
uso sencillo facilita el conocer concretamente la inclinación y, por lo tanto, la intensidad de
los rayos solarse un edificio, lo que permite prefigurar la forma y el tiempo que el edificio
recibirá el sol, el tamaño y movimiento de las sombras que proyecta el edificio, o la forma y
trayectoria, en el interior, de la luz que penetra por las aperturas del edificio.

Desde luego que la radiación solar que se calcula debe considerar los factores reales y
específicos del contexto, es decir su cantidad se verá condicionada por la nubosidad, por la
contaminación, por la refracción del suelo, la presencia de edificios, de vegetación, etc. Son
básicamente dos las formas en que se utiliza el sol como fuente de energía natural:

Como luz (luz de día): se puede incorporar al edificio de manera directa mediante
aperturas en muros y techos; de manera indirecta, sea buscando la orientación
adecuada, con barreras o elementos difusores, cristales traslúcidos etc.; y de
manera reflejada, en muros, pisos u otros elementos. La utilización de luz artificial,
aun de día, en el interior de edificios es en la época contemporánea una práctica
común, por ilógica que parezca, en especial en aquellos de grandes superficies,
como oficinas, escuelas y comercios. Es indispensable modificar esta práctica y
favorecer la iluminación natural. Las celdas fotovoltaicas son una opción para
producir y utilizar energía limpia en los edificios, cuya tecnología está cada vez más
desarrollada y es más accesible.

Como calor: se trata básicamente de evitar su entrada en zonas cálidas o en


épocas de verano, según sea el caso, y permitir su acceso en zonas frías o en
invierno. Las técnicas pasivas se utilizan para disponer, orientar y colocar los
elementos de la forma más eficiente para aprovechar o detener el calor. Entre otras
están los voladizos, las áreas con cristal para el efecto invernadero, persianas,
muros o pisos como acumuladores de calor, techos con agua, o cubiertos de tierra,
fachadas de doble piel, calentadores de agua, etc.

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42 Pautas de diseño para una arquitectura sostenible

Foto 17 Gráfico que sintetiza varios de los criterios que el diseño solar ha de considerar en el proyecto

El despacho LOG ID, de Dieter Schempp, utiliza los conceptos básicos de diseño solar para
conformar un pequeño complejo de 8 viviendas particulares7, desarrollado en tres niveles,
con una superficie construida de 1.305 m2. La región tiene un clima continental, el cual se
caracteriza por inviernos largos, fríos, nevadas intensas y veranos calurosos, lo que implica
condiciones extremas.

7 Edificio de apartamentos en Biel, Suiza. Autores: LOG ID, Dieter Schempp. Reseña: David Lloyd Jones

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Los factores biofísicos en el proceso de diseño 43

Está ubicado en una zona residencial,


donde el tejido urbano se caracteriza por
construcciones relativamente bajas y con
presencia importante de vegetación. El
edificio se levanta en un terreno con
topografía ascendente y queda en una
posición más alta con respecto al
pueblo, lo que le permite disfrutar de
vistas agradables del mismo.

Criterios de diseño solar: en términos


generales el edificio ordena su
volumetría para aprovechar la energía
solar al máximo, ya que se trata casi del
único elemento de diseño climático que
aprovecha. Orienta su fachada principal
hacia el sudeste, donde además quedan
las vistas más interesantes. Con el
objetivo básico de reducir el gasto de
Foto 18 Fachada principal orientada para captar el
energía para calentar y ventilar la
sol y aprovechar el invernadero como amortiguador
térmico vivienda se aprovecha:

- La energía solar para la iluminación natural mediante grandes superficies de


ventanas bien orientadas, pozos de luz, reflexión sobre las paredes, color claro
en los muros interiores.
- El efecto invernadero, para capturar el calor del sol y la masa del suelo de los
edificios, para almacenarlo durante el día. El invernadero es de doble altura en
las viviendas duplex en la parte baja y sobresale del tejado en las apartamentos
individuales en la sección alta. Proporciona el calor necesario durante la
temporada invernal.
- La ventilación del edificio es muy importante en verano para compensar las
condiciones adversas que tienen las zonas acristaladas en esta época. Por ello
se separa la sección del invernadero del interior de la casa mediante un muro de
cristal y las ventanas del invernadero se abren provocando un efecto de
chimenea, para que el calor escape al exterior y no penetre al interior de la
vivienda.
- El invernadero se convierte en una zona de amortiguación térmica, como terraza
separada en verano y como invernadero y estancia en invierno. La humedad y
temperatura del ambiente se mejoran además con vegetación, la cual se riega
mediante un sistema automático.

Foto 19 Esquemas – los criterios de diseño solar durante el verano (izquierda) y en invierno (derecha)

© El autor, 2004. © Edicions UPC, 2004


44 Pautas de diseño para una arquitectura sostenible

Soluciones técnicas: los materiales y


sistemas constructivos fueron
seleccionados para cumplir básicamente
con la captación solar propuesta: a)
Muros de alto rendimiento aislante
térmico para evitar pérdidas de calor. b)
Doble vidrios aislantes de baja
emisividad en ventanas e invernadero
para mejorar el rendimiento térmico
interior y evitar pérdidas de calor. c)
Aprovechamiento de los pisos de
hormigón de gran masa expuestos al
calor del sol para almacenar el calor.

Impacto ambiental: el edificio logra un


ahorro de casi el 30% en su gasto de
energía para calefacción durante el
invierno. Durante el verano no requiere
el uso de sistemas mecánicos para
Foto 20 Interior del invernadero en época invernal
refrigerar el ambiente. Este diseño solar
muy básico contribuye de manera
importante a reducir su impacto ya que
el ahorro se dará durante toda la vida útil
del edificio.

2.7. Materiales y sistemas constructivos ecológicos

El diseño medioambiental en arquitectura tiene una de sus facetas de mayor incidencia en la


especificación de materiales y sistemas constructivos, si pretende disminuir en el corto y
mediano plazo su impacto sobre el medio natural.
Con el análisis del ciclo vital de cada material se puede conocer su verdadero efecto sobre
el medio ambiente. Se trata de considerar la energía que requiere y la degradación
ambiental que produce cada una de las etapas de vida de un material de construcción
determinado, desde que es extraído de la naturaleza hasta que es demolido y desechado.
Los materiales y sistemas de construcción, según su fuente de procedencia, se clasifican en
tres grupos básicos:

- Material natural renovable (consideramos la obtención, regeneración del


área de cosecha, transporte, industrialización, colocación, mantenimiento,
desmontaje, demolición y desecho). Los principales materiales renovables
son en primer lugar la madera y sus derivados como triplay, aglomerados,
vigas compuestas, etc. Por otro lado están las fibras vegetales, como el
yute, paja, fibra de coco, cáñamo y algodón, entre otros. La certificación
de los productos es importante para asegurar que proceden de fuentes
realmente renovables y no de corte clandestino.

- Material natural no renovable (consideramos la extracción, regeneración


de los bancos, transporte, industrialización, colocación, mantenimiento,
desmontaje, demolición y desecho). Se trata básicamente de materiales
de la tierra, como piedra, cantera, mármol, pirita, arena, agregados.
También incluye la tierra como material para fabricar adobe, adobe

© El autor, 2004. © Edicions UPC, 2004


Los factores biofísicos en el proceso de diseño 45

mejorado y tapial. Se debe incluir en su costo la regeneración de los


bancos de extracción.

- Materia prima por transformar (consideramos la obtención, transporte,


transformación, industrialización, colocación, mantenimiento, desmontaje,
demolición y desecho). Estos materiales tienen un mayor grado de
impacto sobre el ambiente, no sólo por la contaminación que produce la
industria para su transformación sino por no ser biodegradables, por lo
que su desecho y reintegro a la tierra se complica enormemente. Los
principales son:
- Tierra o piedra cocida: cemento, ladrillo, cerámica.
- Metales: acero, acero inoxidable, cobre y aluminio (el aluminio es
el material que mayor contaminación produce de todos).
- Derivados del petróleo: plásticos, P.V.C., fibras sintéticas.

Lo ideal es que se utilicen materiales naturales en tanto que son biodegradables y que al
término de su vida útil pueden ser reintegrados a la tierra. Así mismo, los materiales
naturales renovables, si hay una planeación adecuada, pueden regenerarse las veces que
sea necesario, produciendo en todo caso alteraciones temporales. Es preferible que
procedan de la región, para evitar traslados excesivos que contribuyen a la contaminación
atmosférica. Los materiales más industrializados, como el acero, cemento y aluminio, se
seguirán utilizando; sin embargo, puede disminuir su consumo actual, así como recurrir a su
reciclaje y reutilización para incrementar su vida útil y evitar, en lo posible, utilizar recursos
nuevos.

Materiales biodegradables como la madera o


el adobe están siendo incorporados cada vez
más al lenguaje arquitectónico contemporáneo
como una manera de contribuir a disminuir el
impacto ambiental de los edificios, en especial
al término de su vida útil.

La vivienda particular que les presentamos a


continuación8, ubicada en la región noroeste
de los Estados Unidos, en un estado
colindante con Canadá, constituye un ejemplo
adecuado del uso e incorporación de
materiales ecológicos a la construcción. Está
ubicada en una zona boscosa donde el clima
puede ser extremo, es decir inviernos intensos
y veranos calurosos. El edificio se levanta en
un terreno con topografía irregular, en medio
de un bosque de coníferas, lo cual determinó
entre otras cosas la no utilización de energía
solar ya que habría implicado el corte
excesivo de árboles para garantizar una
Foto 21 La madera se está incorporando radiación adecuada.
cada vez más a las construcciones
contemporáneas, sustituyendo al hormigón o
al acero para cubrir claros importantes.

8 Información y fotografías obtenidas en: Zieher, Laura, The Ecology of Architecture. A complete guide to
creating the environmentally conscious building, Whitney Library of Design, Nueva York, 1996. Edificio:
Residencia Paulk; Ubicación: Seabeck, Washington; Autores: James Cutler Arqchitects

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46 Pautas de diseño para una arquitectura sostenible

Criterios de especificación: los


materiales se determinaron atendiendo a
tres criterios muy precisos: a) Utilizar
materiales de la localidad, para evitar
transporte excesivo, además de apoyar
la economía del lugar. b) Los materiales
debían ser renovables y biodegradables
para minimizar su impacto sobre el
medio en el corto y largo plazo. c) Su
durabilidad. d) Su valor estético, es decir
su apariencia, color, textura, ya que se
pretendía utilizar el material expuesto.

Soluciones técnicas: los materiales y


Foto 22 El puente de acceso a la casa
sistemas constructivos fueron selec-
cionados para cumplir estrictamente con
el objetivo de utilizar materiales
ecológicos y biodegradables: a) La casa
está hecha casi en su totalidad de
madera de pino y abeto de segundo y
tercer crecimiento, es decir madera de
árboles relativamente nuevos, ya que la
madera de la regió, de crecimiento
“antiguo”, no se debe considerar
renovable por tener siglos de
crecimiento. b) Productos no tóxicos
para el tratamiento de la madera y
solventes con base agua. c) Piedra para
cubiertas de cocina. d) Alfombras de
lana natural. e) La construcción se ancla
de manera superficial en el terreno, lo
cual es posible gracias a la estructura de
Foto 23 Planta de conjunto gran ligereza.

Impacto ambiental: el impacto del edificio en términos ambientales puede considerarse muy
adecuado, ya que tanto la obtención de los materiales, de fuentes renovables, como su
carácter biodegradable no implican un problema de contaminación. Por otro lado el estar
colocado por encima del terreno no sólo por sus condiciones accidentadas, permite el
mantenimiento de plantas superficiales y la circulación de fauna por debajo suyo y minimiza
el impacto sobre el ecosistema del sitio.

El conjunto arquitectónico: el edificio se incorpora a un bosque intentando integrarse o por lo


menos perderse visualmente entre los árboles. Siendo una construcción relativamente
sencilla, se asemeja literalmente a una “casa en el árbol”, efecto que se enfatiza con el largo
puente de acceso, que da la sensación de penetrar en el bosque. La expresión sincera de
los materiales de origen natural intenta presentar el edificio con un carácter ecológico, lo
cual se refuerza con la colocación superficial sobre el terreno, como para no interrumpir los
ecosistemas del sitio, ni a nivel del terreno, ni a nivel de las copas de los árboles, sino justo
en medio, sin estorbar.

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Los factores biofísicos en el proceso de diseño 47

Fotos 24 y 25 Vista exterior e interior respectivamente, donde se aprecia el uso casi exclusivo de la madera
como material de construcción, limitando el concreto armado a una cimentación superficial y poco intrusita.

2.8. El ahorro energético

El gasto energético para construir y eventualmente desechar un edificio (y en general el


entorno construido) implica una aportación importante para reducir la contaminación y
degradación del medio ambiente. Sin embargo es el uso y mantenimiento cotidiano a lo
largo de su vida útil lo que más energía gasta, es decir, agua, electricidad, gas y otras
fuentes casi siempre no renovables.

Cada vez más se hace evidente la necesidad de introducir en el diseño arquitectónico


criterios para bajar el consumo energético en los edificios. Las principales áreas donde esto
se puede implementar, durante la vida útil, son las siguientes:

- Agua: si bien no se considera el agua como una fuente de generación de


energía en la escala arquitectónica, su ahorro contribuye a disminuir la
energía necesaria para su distribución. Incorporar dispositivos de ahorro
de agua; dispositivos para reducir pérdida de calor en tuberías de agua
caliente.

- Envolvente del edificio: la pérdida de calor o viceversa a través de muros,


ventanas, puertas, techos y suelo debe reducirse al máximo mediante el
aislamiento adecuado, vía aislantes en muros, ventanas de doble o triple
vidrio, además de utilizarse elementos como persianas, cortinas, cristales
con filtros, fachadas de doble piel, que permitan evitar pérdidas. La forma
y orientación del edificio con respectos al sol o a los vientos dominantes
es fundamental para evitar o incorporar su energía cuando sea necesario.

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48 Pautas de diseño para una arquitectura sostenible

- Control de ventilación: permitir y preferir la ventilación natural, disminuir la


ventilación mecánica exclusivamente a la parte no cubierta por la
ventilación natural.

- Iluminación: utilizar al máximo la luz diurna, directa, indirecta o reflejada


mediante un diseño apropiado de ventanas, difusores, lucernarios, etc.
Incorporar dispositivos de alta eficiencia en las luminarias.

- Calefacción: Calentar el edificio en invierno o por el contrario refrigerarlo


en verano supone un alto gasto energético. Incorporar criterios de diseño
climático para utilizar la energía natural al máximo. Incorporar dispositivos
mecánicos de alta eficiencia que abaraten el consumo de energía.

- Fuentes alternativas de energía: incorporar dispositivos como celdas


fotovoltaicas, calentadores de agua o calentadores a base de combustible
de biomasa, para reducir la dependencia y el gasto de fuentes
convencionales. La energía eólica es una alternativa, por ahora limitada a
la escala arquitectónica, pero viable a nivel de generación en parques
específicos.

El ahorro energético está estrechamente


relacionado con las decisiones del proyecto
arquitectónico, en especial en lo relativo a
incorporar técnicas pasivas, que en su
mayoría deben ser parte integral de la forma,
estructura y expresión del mismo edificio. El
trabajo interdisciplinario es básico para una
adecuada implementación de dispositivos o
maquinaria dependientes de programas
informáticos que pueden aportar, vía la
automatización, un uso más eficiente de la
energía del edificio.

Ubicado en el corazón del barrio ecológico de


Vauban, el edificio que presentamos a
continuación9 ha sido promovido por sus
propios usuarios (biólogos, físicos, el director
de un instituto de ecología) como un
experimento ambicioso en cuanto a metas
medioambientales. El barrio es parte de un
proyecto ecológico más amplio que rescata
esta antigua zona militar francesa y que
pretende, entre otras cosas: mezclar hábitat y
Foto 26 El ahorro energético en los edificios trabajo, dar prioridad a peatones, ciclistas y
puede incrementarse aprovechando la luz
transportes colectivos; conservar los árboles
natural filtrándola para tener luz indirecta, sin
ganancia térmica al interior existentes, así como la zona natural
adyacente; acoger diversidad de grupos
sociales; la utilización de red de calefacción

9 La información y fotografías de este ejemplo se tomaron del libro: Gauzin-Muller, Dominique. Arquitectura
ecológica. 29 ejemplos europeos, Gustavo Gili, Barcelona, 2002, p 196-201. Edificio: Edificio viviendas y trabajo.
Ubicación: Friburgo de Brisgovia, Alemania. Autores: Common & Gies.

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Los factores biofísicos en el proceso de diseño 49

urbana y la construcción de bajo consumo


energético. Dado que se trata de una
región con un clima continental
relativamente extremo, el diseño
bioclimático se hace fundamental para
cumplir el objetivo de bajo consumo.

Criterios de ahorro de energía: adoptando


la forma de un largo paralelepípedo, el
edificio se orienta sobre su eje longitudinal
de este a oeste con la idea de aprovechar
al máximo la energía natural de la
siguiente manera: a) Captación de energía
solar mediante dispositivos activos y
diseño pasivo. b) Aislamiento reforzado del
Foto 27 Vista general del edificio de viviendas
envolvente exterior para mejorar el
rendimiento térmico, construcción
compacta con apertura de vanos grandes
al sur y reducción de los vanos en la
fachada norte. c) Recuperación de aguas
pluviales y tratamiento de aguas
residuales. d) Generación y utilización de
biometano aprovechando los residuos
orgánicos provenientes del mismo edificio.

Soluciones técnicas: los materiales y


sistemas constructivos fueron
seleccionados para cumplir con estos
criterios de ahorro de energía: a) Muros de
fachada con doble aislante de lana mineral
y acabado de madera. La cubierta tiene un
sistema de terrado y vegetación extensiva
que sirve como aislante. Ventanas de triple
acristalamiento, todo pensado para evitar
pérdidas de calor. b) Sistema de celdas
fotovoltaica para generar electricidad;
calentadores solares de agua. c) Equipos
de cogeneración de gas, ventilación de
doble flujo por intercambiador con
recuperador de calor.

Foto 28 y 29 La fachada norte (arriba) es más


compacta, evitando aberturas por donde el
calor tiende a escapar, en contraste con la
fachada sur, con vanos más amplios.

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50 Pautas de diseño para una arquitectura sostenible

Impacto ambiental: el edificio logra reducir el


80% de gases de efecto invernadero en
comparación con un edificio convencional, lo
que es posible gracias al aporte de sus
sistemas activos y pasivos combinados. Esta
implementación en el diseño hace al edificio
prácticamente autónomo de fuentes de
energía convencionales.

El conjunto arquitectónico: el edificio muestra


con todo convencimiento su carácter
ambiental, utilizando los elementos como las
celdas solares como parte de la composición
de la fachada, además de convertirse en la
cubierta del último pasillo. Goza de un diseño
básico, casi industrial, ya que muestra una
estructura de hormigón expuesta en los
pasillos, una escalera de estructura metálica
también expuesta, absolutamente
convencional, y cuenta con el único detalle de
las puertas y ventanas de madera. Es una
composición simplista, minimalista, en tanto
que evita cualquier agregado no
Foto 30 La utilización de tecnología pasiva y indispensable para su rendimiento ecológico.
activa baja el consumo energético en un 80 %
con respecto a un edificio convencional similar

© El autor, 2004. © Edicions UPC, 2004

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