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Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.

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Canto I
Comienzo de la Telemaquia

PROEMIO (1-10)1

Háblame Musa2 de aquel varón polifacético3, quien durante muchísimo tiempo 1


estuvo errante, una vez destruida la ciudad sagrada de Troya,
y vio ciudades con muchos hombres y conoció su modo de pensar.
Numerosos dolores padeció en el mar quien con todo su ánimo
luchaba por la vida y el regreso de sus compañeros. 5
Pero ni aún así salvó a los compañeros, si bien lo deseaba,
pues por sus mismas audacias perecieron.
Necios, ellos se comieron las vacas de Helios Hiperión4

1
El proemio de Odisea es muy similar al de Ilíada. Construido en composición anular, nos señala el
sujeto de la acción –Odiseo– como en Ilíada, el Pélida Aquileo. Hay una invocación a la «Musa» o «diosa»,
seguido de un verbo en modo imperativo –«habla/ canta»–, cuyo objeto se completa con un adjetivo de cuatro
sílabas –«hombre polifacético/ cólera devastadora» que se expande en una cláusula de relativo. Estos
primeros versos, en ambos poemas, presuponen un lector familiarizado con la gesta de Troya y pone en
paralelo las «almas valerosas de los héroes» de esa guerra con los compañeros de Odiseo, todos han perecido
sin lograr el retorno a la patria. La similitud puede hacer suponer que existía un patrón impuesto por la
tradición oral para el comienzo de un canto épico o simplemente que, cuando empezó a componer la Odisea,
el poeta no pudo sustraerse al modelo que ofrecía la Ilíada. Cfr. «The Proems of the Iliad and the Odyssey» de
Samuel BASSETT (1923: 339-348); «The Proem of the Odyssey» (1982: 39-61) de Pietro PUCCI; «The First
Word of the Odyssey» de Ahuvia KAHANE (1992); «The Muse Corrects:The Opening of the Odyssey» de
Victoria PEDRICK (1992). «Odyssey 1. 6-9: a Little More than Kine» de Thomas R. WALSH (1995: 392-403);
A Narratological Commentary on the Odyssey de Irene de JONG (2001: 5).
2
Las Musas, en los albores de la literatura, eran las diosas que inspiraban al poeta y protegían las
diferentes clases de poesía y, más tarde, todas las artes y las ciencias. Habitaban en sus orígenes en los pozos
y las fuentes, como las ninfas; tenían nombres diferentes en diferentes lugares, hasta la época en que la
veneración tracio-beocia a las nueve Musas se propagó desde Beocia a toda Grecia. La genealogía de las
Musas no es la misma en todos los escritores. En general se las considera hijas de Zeus (véase v. 10) y
Mnemosyne, y nacidas en Pieria, a los pies del monte Olimpo (Ilíada 2, 491; Hesíodo, Teogonía 52-53 y 915;
Apolodoro 1, 3, § 1); pero otros las llaman «hijas de Urano y Gea» (Pausanias 9, 29, § 2; Diodoro 4, 7);
Cicerón dice que la madre se llama Antíope (De natura deorum 3, 21). En los poemas homéricos, son las
diosas de la canción y la poesía, viven en el Olimpo (Ilíada 2, 484) y cantan en los festines de los inmortales
(Ilíada 1, 604). En Odisea se menciona que cantaron en los funerales de Patroclo (24, 60). Traen a la mente
del poeta los acontecimientos que debe rememorar y le confieren el don del canto (véase 8, 63-64, 481 y 488
e Ilíada 2, 484, 491 y 761). Es así que los poetas y bardos son llamados sus discípulos o hijos (véase 8, 481;
Hesíodo, Teogonía 22; Píndaro, Nemea 3). Es por ello que Linus es llamado hijo de Urania (Pausanias 9, 29,
§ 3) o de Calíope; Jacinto, de Clío (Apolodoro 1, 3, § 3); Orfeo es considerado hijo de Calíope o Clío y
Tamyris, hijo de Erato. Estos son los pocos casos en los que se las considera madres, porque en general, al
igual que las otras ninfas, eran divinidades vírgenes. Por ser diosas de la canción, están naturalmente en
relación con Apolo, el dios de la lira, que se menciona junto con ellas, también en Homero (véase 8, 488 e
Ilíada 1, 603).
3
«Polifacético» traduce polý-tropos. Trópos tiene el doble valor de ser «carácter» o «personalidad» y
«dirección» o «giro»; de ahí que se traduzca también el adjetivo como «multiforme» o «de muchos senderos».
El epíteto escrito exactamente de este modo solo aparece en 10, 330, pero hay varios similares a lo largo de
Odisea que pueden traducirse «de múltiples tretas» o bien «de muchos ardides», también «versátil» o
«ingenioso» como señalan Platón (Hipias menor 364e) y Tucídides (3, 83, 3). Se sigue la caracterización que
Odiseo hace de sí mismo en 9, 19-20: «Soy Odiseo Laertíada, quien por sus muchos ardides interesa a los
hombres».
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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quien al momento les arrebató el día del regreso.
Desde alguna parte, diosa, hija de Zeus5, empieza a relatarnos. 10

MOTIVOS DE LA AUSENCIA DE ODISEO (11-25)

En esa época6, todos los otros7, cuantos huyeron de la escarpada muerte,


estaban en los hogares, habiendo dejado atrás la guerra y el mar.
A él solo, necesitado de regreso8 y esposa,
retenía la ninfa Calipso9, divina entre las diosas,
en profundas cavernas, pues deseaba que fuera su esposo. 15
Pero cuando llegó el tiempo de años transcurridos
en el que los dioses hilaron el regreso al hogar,
a Itaca, tampoco allí estuvo libre de pruebas,
ni aún con los seres queridos. Los dioses le tenían lástima, todos,
menos Poseidón10, quien estaba furioso sin tregua11 20

4
Literalmente, el Sol-Que-va-por-encima. Véase el episodio del robo de las vacas de Helios en canto
12 (vv. 127-141 y 319-428). Solo en una ocasión (12, 176), Homero llama a Helios «hijo de Hiperión», lo que
responde a la tradición seguida por Hesíodo (Teogonía 374). Es hermano de Selene y Eos (Hesíodo, Teogonía
371-372). Homero afirma que Helios da luz tanto a los dioses como a los hombres, se levanta en el este, de
Océano, aunque no desde el río, sino desde algún lago o estanque (véase 3, 1) del río Océano; se eleva al
cielo, donde alcanza el punto más alto al mediodía, y luego desciende, llegando en la noche al oeste (véase 3,
329 y 488; 4, 400; 10, 191; 12, 380 e Ilíada 7, 422). Más tarde los poetas embellecieron esta idea simple y
natural y ubicaron el palacio más hermoso de Helios en el este, con un trono ocupado por el dios y rodeado
por personificaciones de las diferentes divisiones de tiempo (Ovidio, Metamorfosis 2, 1-2). Mientras Homero
habla solo de las «puertas de Helios» en el oeste, escritores posteriores le asignan un segundo palacio en el
oeste y mencionan sus caballos que se alimentan de hierbas que crecen en las islas de los Bienaventurados.
(Nonno, Dionisíaca 12, 1-2; Ateneo 7, 296). El modo en que Helios durante la noche pasa desde occidente a
oriente no es mencionado por Homero ni Hesíodo, pero más tarde los poetas lo hacen navegar en un barco de
oro que rodea la mitad de la tierra y así llega al este, al punto desde el cual tiene que empezar a subir de
nuevo.
5
La sugerencia de que la Musa, hija de la Memoria (Mnemosyne) puede fijar arbitrariamente el lugar
en que comenzará la historia, es un recurso retórico. Esta segunda invocación cierra la estructura en anillo del
Proemio. Es interesante la relación del aedo con la Musa (véase 8, 73), la que solo otorga su favor si el poeta
lo merece (véase 22, 347). El punto del comienzo del poema está rigurosamente meditado: la historia empieza
in media res, cuando Odiseo, después de veinte años de ausencia (2, 175) y de haber transcurrido tres en que
los pretendientes están diezmando su hacienda (2, 89-90), tiene garantizado el retorno pues «los dioses
hilaron el regreso al hogar» (v. 17). Cfr. el cuadro de la estructura del canto 1 en «Composición y voz
narrativa en el canto 1» de Graciela ZECCHIN (1994: 34).
6
Esta es la marca temporal del comienzo de la historia: el final del período de siete años en que
Odiseo permaneció en la isla de Calipso. Los vv. 11-26 constituyen la transición entre el Proemio y la escena
de la asamblea de los dioses. A diferencia de Ilíada (1, 8-16) en que en este umbral la historia mira hacia
atrás para explicar el origen de la ira de Aquiles, aquí el poeta mira hacia adelante: luego de que Odiseo
perdió a sus compañeros, tal como dice el proemio, está detenido en la isla de Calipso y aunque los otros
dioses aprueban el regreso a Itaca, el odio de Poseidón –que no está presente en la asamblea– lo impide.
7
Se refiere a los otros aqueos que regresaron de Troya: Agamenón, Menelao, Áyax. Las vicisitudes
de sus viajes de regreso (nóstoi) serán narradas sumariamente en la Telemaquia (cantos 3 y 4) y aludidos
parcialmente en la Nekya del canto 11 en que Agamenón narra su propia muerte.
8
El deseo de Odiseo de regresar a su casa está expresado en numerosos lugares: extraña a su esposa
Penélope (5, 210), a Itaca (vv. 57-59 y 9, 27-36), su palacio (7, 225), a sus siervos (7, 225) y a sus padres (9,
34-36).
9
Kalypsó, etimológicamente «la que oculta», cuya genealogía nos ofrece Atenea en 7, 245. Véase el
episodio de 5, 75-269. El mismo nombre lleva una hija de Tetis y Océano en Hesíodo (Teogonía 362).
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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contra el divino Odiseo hasta que arribó a su tierra.
Mas él se había marchado con los etíopes12 que están lejos,
los etíopes, divididos en dos grupos, son los últimos entre los hombres,
unos están donde se sumerge Hiperión13, otros donde se levanta14.
Estaba participando de una hecatombe de toros y carneros, 25
y allí se deleitaba, presente en un festín.

ASAMBLEA DE LOS DIOSES (26b-95)

Pero los otros dioses


en el palacio de Zeus Olímpico estaban reunidos15.
A ellos dirigía sus palabras el padre de hombres y dioses
pues recordó en su corazón al ilustre Egisto16,

10
Poseidón es el dios del Mar Mediterráneo. Era hijo de Cronos y Rea y, por lo tanto, hermano de
Zeus, Hades, Hera, Hestia y Demeter; le tocó en el reparto gobernar sobre el mar (Ilíada 14, 156 y 15, 187-
188; Hesíodo, Teogonía 456). Poseidón fue tragado por Cronos nada más nacer y luego vomitado y rescatado
por Zeus junto con sus demás hermanos (Apolodoro 1, 1, § 5 y 2, § 1). Según otras versiones, Poseidón fue
salvado por su madre, quien lo ocultó en un rebaño de corderos simulando haber parido un potro, que dio a
Cronos para que lo devorara. Pausanias cuenta (8, 8, § 2) que vio cerca de Mantinea, en Arcadia, una fuente
llamada Arné, la fuente del cordero, nombre que tenía la nodriza de Poseidón. En los poemas homéricos es
descripto igual en dignidad que Zeus, pero más débil (Ilíada 8, 210; 15, 165, 186 y 209); no obstante,
participó en la conjura que dejó atado a Zeus con cadenas, en complicidad con Hera y Atenea, porque se vio
agredido por órdenes descomedidas de Zeus (Ilíada 15, 176-177 y 212). El palacio de Poseidón está en lo
profundo del mar, en Egas (5, 381 e Ilíada 13, 21), donde guarda los caballos con cascos de bronce y crines
de oro, que unce en su carro, al que los monstruos de las profundidades reconocen (Ilíada 13, 27) gozosos. En
esta asamblea de los dioses, Poseidón no está presente, pero ha participado en otras ocasiones (Ilíada 8, 440;
13, 44 y 352; 15, 161 y 190; 20, 13).
11
En la Odisea hay varios ejemplos del tema de la ira de los dioses; cfr. «Divine Justice in the
Odyssey: Poseidon, Cyclops, and Helios» de Charles SEGAL (1992: 489-518) y Homeric Morality de Naoko
YAMAGATA (1994: 93-101). Leeremos sobre la ira de Atenea que canta Femio más adelante (vv. 326-327), el
enojo de Helios que sufren Odiseo y sus compañeros (12, 260-425) y el de Poseidón contra Ayax (4, 499-
511). El origen de la ira de Poseidón contra Odiseo se verá a partir de vv. 68 y ss., se produce en razón de que
este ha dejado ciego a su hijo Polifemo (9, 526-36 y 11, 101-103). Poseidón, por supuesto, no es el culpable
de la estancia forzosa de Odiseo en la isla de Calipso, pero su hostilidad sigue impidiendo su regreso. El odio
se manifiesta de nuevo cuando hace naufragar su balsa contra las costas de Esqueria (5, 279-387). Poseidón
castiga a los feacios por trasladar a Odiseo a Itaca (13, 125-187). Dejará de perseguirlo cuando Odiseo realice
las acciones expiatorias que le recomienda Tiresias en 11, 119-131.
12
«Etíopes» traduce Aithíopes, literalmente «de rostro quemado» denominación genérica de los
negros. Nunca en Homero ni en Hesíodo se menciona que los etíopes tengan la piel oscura, si bien Hesíodo
habla de «pueblos y ciudades de los negros» (Trabajos y días 527) sin mencionarlos por el gentilicio. Se usa
esta expresión en realidad como una convención para decir que la divinidad se marchó lejos, como sucede con
Zeus en Ilíada (1, 423-424).
13
Vemos aquí cómo Hiperión funciona como sinónimo de Helios (el Sol), también en Ilíada (19, 398);
pero en Hesíodo es el Titán padre de Helios (Teogonía 374).
14
Heródoto (7, 69-70) opina que los etíopes que vivían en el oeste eran egipcios, de pelo crespo y
ensortijado, y los que vivían en el este eran asiáticos, indios, de pelo lacio. Ambos grupos eran de raza negra.
15
Los vv. 26-95 muestran la primera asamblea de los dioses. En la Odisea son solo cinco las escenas
en que participan las divinidades: tres asambleas (aquí, en 5, 1-42 y en 12, 376-390) y dos diálogos entre
Zeus y otro dios (13, 125-158 y 24, 472-488).
16
Sorpresivamente el tema que abre el discurso de Zeus no es Odiseo sino Egisto. Sin embargo, esta
mención de la muerte de Agamenón en manos de Egisto, a quien –a diferencia de las versiones trágicas–
Clitemnestra se limita a ayudar, es funcional. Establece un paralelismo con los peligros que acechan a Odiseo
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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a quien mató el famoso Orestes Agamenónida17. 30
En tanto lo recordó18, dirigió un discurso a los inmortales:
«¡Ay, ay, cómo recriminan los mortales a los dioses!
De nosotros, dicen, provienen los males19. Aunque también ellos
por sus audacias, más allá del destino, obtienen sus pesares20.
Así ahora Egisto, contra su destino21, del Atrida 35
la mujer legítima tomó por esposa y lo ha matado a este al regresar,
aún sabiendo su escarpada muerte, porque nosotros le advertimos,
después de enviarle a Hermes, el avizor Argifonte22,

en su regreso al hogar: su esposa asediada y un hijo que debe actuar para restablecer el orden. Orestes se
presenta como el paradigma que Telémaco debe seguir, pero también la muerte de Agamenón sirve de
contraste al triunfo de Odiseo y la figura de Penélope se opone moralmente a la de Clitemnestra. Una y otra
historia reflejan, con diferentes resultados, los peligros que pueden hacer tambalear las monarquías aqueas
hacia fines de la era micénica.
17
El infijo id significa en griego «hijo de», así en el v. 34 se menciona a Agamenón como el Atrida:
«hijo de Atreo». En este caso el patronímico otorga al nombre de Orestes una potencia honorífica. Sobre el
uso de los patronímicos en Homero, es importante consultar la obra señera The Homeric Patronymics de
Wilhelm MEYER (1907). Para corroborar la persistencia del uso de patronímicos, cfr. el artículo «Epitaphs
and citizenship in classical Athens» de Elizabeth MEYER (1993: 99-121) y consultar el libro Race and Citizen
Identity de Susan LAPE (2010: 16).
18
La historia resumida de Orestes se repite varias veces en Odisea, en boca de distintos personajes y
dirigida a diferentes oyentes: aquí, por Zeus a los dioses reunidos; por Mentes/ Atenea a Telémaco (vv. 298-
302), por Néstor a Telémaco (3, 193-200 y 254-316), por Mentor/ Atenea a Telémaco (3, 232-235), por
Menelao a Telémaco (4, 91-92), por Proteo a Menelao (4, 512-549), por Agamenón a Odiseo (11, 409-456),
por Odiseo a Atenea (13, 383-385), por Agamenón a Aquiles (24, 95-97) y es mencionada por Agamenón en
el Hades ante Odiseo (24, 199-202). El matricidio y la muerte de Egisto por Orestes va a ser mencionado en 3,
306-310.
19
El verbo impersonal «dicen» tiene la función de señalar que los dioses, a pesar de los reproches de
los mortales, no son los causantes de la catástrofe. La práctica de echar a Zeus o a los otros dioses la culpa de
las desventuras es un tópico de la poesía homérica; véase más adelante vv. 347-349 y, además, 6, 188-190;
11, 558-560; 12, 371-372; Ilíada 3, 164-165 y 19, 86-88.
20
Esta idea parece contraria a aquella más generalizada de que prácticamente ningún hecho humano
puede escapar al destino, pues ni aun Zeus puede eludirlo (Ilíada 16, 431 ss.; 22, 167 ss.). Sin embargo, en
ocasiones sucede que se tuerce el hilo de ese destino (Ilíada 2, 155; 20, 30 y 336; 21, 517).
21
Los principales elementos de la Oresteia odiseaica son: Egisto se une en matrimonio con
Clitemnestra durante la ausencia de Agamenón, quien es asesinado por los dos amantes a su regreso. Después
de siete años, Orestes vuelve a su tierra y mata a Egisto. Comparándola con las versiones posteriores, esta
historia tiene omisiones (la contienda entre Atreo y Tiestes, el sacrificio de Ifigenia en Aulis, la persecución
de Orestes por las Eríneas) y, por otro lado, incorpora este motivo, del que la tragedia, por ejemplo, prescinde:
Hermes había sido enviado a avisar a Egisto de su aciago destino. La mención aquí de Hermes es una suerte
de anticipación de su actuación en el episodio de Calipso (véanse vv. 84-86). En Ilíada es Iris la mensajera de
los dioses, pero Odisea comparte con Hesíodo (Trabajos y días 80 y Teogonía 939) el hecho de adjudicar a
Hermes la función de heraldo de las divinidades.
22
Epíteto de Hermes que pasó a significar «el matador de Argos», pues una novedosa etimología hace
aludir el término a la participación de este dios en la muerte de Argos, que había sido designado por Hera,
celosa, guardián de Ío. Argifonte fue en su origen un epíteto del dios Sol, en relación con sus brillantes rayos.
Esa fue la razón de que se le adjudicara en principio a Apolo y luego a Hermes, pero con este sentido, de dios
que ilumina. Las divinidades –y especialmente Zeus– encomiendan a Hermes toda clase de tareas; por
ejemplo, conduce a Príamo ante Aquiles para rescatar el cadáver de Héctor (Ilíada 24, 336), ata a Ixión con
serpientes en una rueda ardiente que da vueltas sin cesar (Higino, Fábula 62), guía a Hera, Afrodita y Atenea
hacia Paris (Higino, Fábula 92; Pausanias 5, 19, § 1), recibe de manos de Zeus a Dioniso inmediatamente
después de su nacimiento y lo entrega a Atamás (Apolonio de Rodas 5, 1137), vende a Heracles a Onfale
(Apolodoro 2, 6, § 3) y recibe la orden de Zeus de robar a Ío, metamorfoseada en vaca y vigilada por Argos,
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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que no lo matara ni pretendiera a su esposa,
pues de Orestes Atrida provendrá la venganza 40
cuando llegue a la juventud y de su tierra sienta nostalgia.
De ese modo le advirtió Hermes, mas las intenciones de Egisto
no logró persuadir con buenos pensamientos. Y ahora ha pagado todo junto23».
Le respondió luego Atenea, la diosa de ojos de lechuza24
«¡oh, padre nuestro Crónida, supremo entre los poderosos! 45
Por cierto yace aquél con una muerte merecida,
así perezca cualquier otro que pretenda cometer tales acciones25.
Pero a mí se me parte el corazón por el prudente Odiseo26,
desdichado, quien lejos de los amigos sufre penas
en una isla rodeada de corrientes, donde está el ombligo del mar, 50
una isla arbolada27; allí una diosa habita en su palacio,
hija de Atlas, de pensamientos terribles, quien de todo el mar
conoce los abismos, y sostiene él mismo las columnas
inmensas, que soportan la tierra y el cielo alrededor28.
La hija retiene al desgraciado hombre que solloza, 55
con seductoras y astutas palabras siempre
lo embelesa, para que se olvide de Itaca29. Pero Odiseo,

mas cuando Hermes sufre la traición de Hierax, que lo delata, mata a Argos arrojándole una piedra
(Apolodoro 2, 1, § 3) y es por ello denominado «Argifonte» (Ilíada 24, 182; Ovidio, Metamorfosis 1, 670).
23
«Todo junto» alude a la suma del adulterio más el asesinato de Agamenón.
24
Glaucópida, epíteto de Atenea, que hace referencia a los ojos claros y redondos de la diosa, posible
resabio de sus orígenes pteromórficos provenientes de Egipto, donde se representaba a las divinidades con
cabeza de pájaro u otro animal. No obstante, Atenea no toma nunca la forma de una lechuza, aunque sí de
otras aves, como el buitre (3, 372 e Ilíada 7, 59) y la golondrina (22, 240).
25
Velada advertencia de Atenea hacia los pretendientes que asedian a Penélope. Se dice que esta frase
fue citada por Escipión el Africano referida a la muerte de Tiberio Graco (Plutarco, Tiberio y Cayo Graco 21.
7. 9, ed. ZIEGLER).
26
Es la primera vez que Atenea se muestra en el rol de protectora de Odiseo. Mientras en Ilíada
muchos de los dioses intervienen en la acción, en Odisea solo Atenea tiene un papel activo. Atenea había
protegido al héroe durante la guerra de Troya (3, 218-224; 13, 300-301, 314-315 y 387-391; 20, 47-48), lo
abandona en todo el transcurso del largo itinerario del regreso (véase 6, 323-331) y lo vuelve a encontrar
cuando llega a las costas de Itaca (13, 221-440).
27
El adjetivo que caracteriza la isla como rica en árboles, anticipa el hecho de que los troncos de esos
árboles se van a utilizar para construir la balsa con la que Odiseo emprende el regreso a su tierra (5, 237-240).
28
Atlas es hijo de Japeto y Climene y hermano de Menetio, Prometeo y Epimeteo, según Hesíodo
(Teogonía 507-508). Aquí se dice que el gigante sostiene la tierra y el cielo, pero Hesíodo afirma que sostiene
solo el cielo con su cabeza y sus manos (Teogonía 747). Profusas interpretaciones ha generado este adverbio
«alrededor». Las columnas (montañas) están probablemente en el medio de la tierra e, instaladas sobre la
enorme amplitud de sus hombros, separan el suelo de la bóveda celeste. O quizás hay que pensar esta enorme
fuerza en sentido horizontal y no vertical e imaginar las columnas separando oriente de occidente. Pausanias
sigue a Homero (5, 18, 4, § 5 y 5, 11, 5, § 4) cuando describe a Atlas en el arca de Cípselo y en el trono de
Zeus en Olimpia también sosteniendo tanto el cielo como la tierra. Además de padre de Calipso, fue el
progenitor de las Hespérides, de Mera, de las Híades y de las Pléyades.
29
El motivo literario del „olvido/ recuerdo‟ es funcional en Odisea y existe profusa bibliofrafía al
respecto, por ej. está mencionado en Archery at the Dark of the Moon de Norman Austin (1975: 138-139) y
en Calypso. Backgrounds and Conventions of the Odyssey de Gregory CRANE (1988: 42-44). Odiseo es
impelido hacia el regreso por el recuerdo de su esposa y hogar, Circe (10, 236 y 472), las sirenas (12, 41-45) y
Calipso tratan de hacerlo olvidar. Episodios como el de los lotófagos (9, 96-97) están en relación también con
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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ansioso por reconocer el humo que se eleva
de su tierra, desea morir30. ¿Acaso a ti, Olímpico,
no te conmueve el amado corazón? ¿No era Odiseo 60
entre los argivos, junto a las naves, quien te brindaba libaciones sagradas
en la ancha Troya? ¿Por qué te resulta tan odioso, Zeus?31».
A ella le respondió Zeus, el que amontona las nubes, y le dijo:
«Hija mía ¡qué palabra ha escapado del cerco de tus dientes!32
¿Cómo podría yo tan pronto del divino Odiseo olvidarme, 65
quien a los mortales supera con su mente y a los dioses
inmortales, los que poseen el ancho cielo, hace ofrendas?
Pero Poseidón, el que ciñe la tierra33, con obstinación, siempre,
permanece enojado por el Cíclope, a quien quitó su ojo,
por Polifemo34, igual a los dioses, cuyo poder es grande 70
sobre todos los cíclopes. Lo engendró la ninfa Toosa35
–hija de Forcis36, que cuida el mar estéril–
cuando en profunda cueva se unió con Poseidón.
desde entonces, a Odiseo, Poseidón, el que sacude la tierra37,
aunque no lo mata, lo hace vagar lejos de su tierra patria. 75
Pero vamos, nosotros todos pensemos
acerca de su regreso, para que vuelva. Y Poseidón olvidará
su enojo, pues no podrá contra la voluntad de todos
los dioses inmortales luchar él solo».
Le respondió luego Atenea, la diosa de ojos de lechuza38 80

el olvido. Los dioses tampoco deben olvidarse de Odiseo (v. 65 y 5, 5-6), ni los itacenses de su rey (2, 233-
234; 4, 687-695; 5, 11-12), ni Penélope de su esposo (vv. 343-344 y 24, 195).
30
Véase la desesperación de Odiseo hasta el punto de querer morir en 10, 51 y 498.
31
Estas tres preguntas retóricas que concluyen el discurso de Atenea, si bien se presentan como un
reproche a Zeus, son en verdad un recurso para que el dios supremo enuncie los detalles de la persecución que
Odiseo sufre por parte de Poseidón, situación que por supuesto Atenea conocía. Con otras tres preguntas
interpela Atenea a Telémaco en vv. 225-226.
32
Esta fórmula, en que metafóricamente los dientes son como un cercado que impide que las palabras
se escapen, es muy común en Homero; véase Ilíada 4, 350; 9, 409; 14, 83 y en Odisea 3, 230; 10, 328; 21,
168 y exactamente igual el hexámetro completo en Odisea, de Zeus a Atenea 5, 22; de Euriclea a Odiseo en
19, 492 y de Euriclea a Penélope en 23, 70.
33
Traducimos por «el que ciñe la tierra» el epíteto gaiéochos (véase nota a 8, 322), menos frecuente
que «el que sacude la tierra», adjudicado a Poseidón en v. 74. Los trágicos usan el epíteto gaiéochos con el
sentido de «protector/a del país o de la tierra», adjudicado a Zeus en Esquilo (Suplicantes 816) y a Ártemis en
Sófocles (Edipo Tirano 160). Está conformado por los términos gaîa –tierra– y el verbo ocheîn –ceñir o
proteger– (aunque también „conducir‟, „soportar‟, „sufrir‟). Si proviniera del verbo échein debiera traducirse
como «el que soporta (o sostiene) la tierra».
34
Hijo de Poseidón. El episodio (véase 9, 181-230) en el cual es cegado por Odiseo justifica que el
dios del mar se constituya en antagonista del héroe y retrase considerablemente su regreso.
35
El Idilio 11 de Teócrito menciona a la madre de Polifemo en vv. 25 y 62.
36
Forcis es uno de los «ancianos del mar», lo mismo que Nereo (no mencionado por Homero, pero sí
por Hesíodo, en Teogonía 233-236) y Proteo (quien colabora con el regreso de Menelao, véase 4, 351-537).
A Forcis está dedicado el puerto de Itaca, cuya descripción se menciona en 13, 96-101 (véase nota) y 345-
346.
37
«El que sacude la tierra» es el epíteto más frecuente de Poseidón y a veces aparece solo, en
reemplazo del nombre propio, como en 5, 282 y 375; 7, 35; 13, 125, etc.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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«¡oh, padre nuestro Crónida, supremo entre los poderosos!39
Si ahora es deseable para los dioses bienventurados
que el prudente Odiseo regrese a su casa
enviemos de inmediato a Hermes, el mensajero argifonte,
hacia la isla Ogigia40, para que al punto anuncie 85
a la ninfa de bellas trenzas nuestra sincera voluntad:
el regreso del sufridor Odiseo. Que se ponga en movimiento.
Pero yo marcharé hacia Itaca y a su hijo
apuraré más y le infundiré valor en sus entrañas,
después de convocar al ágora a los aqueos41 de espesas cabelleras 90
para alejar a los pretendientes, quienes siempre
degüellan adiposas ovejas y bueyes rodantes42 de retorcidos cuernos.
Lo enviaré a Esparta y a la arenosa Pilos43
para preguntar sobre el regreso de su amado padre, por si escuchara algo,
y para que obtenga noble fama44 entre los hombres». 95

38
Atenea, como sabemos, es una de las más destacadas diosas griegas; en Ilíada (5, 880) se dice que
es hija de Zeus, sin mencionar quién fue su madre ni cómo vino a la existencia, mientras las tradiciones más
tardías afirman que nació de la cabeza de Zeus. Hesíodo (Teogonía 886-887) dice que Metis, la primera
esposa de Zeus, fue su madre, pero por advertencia de Gea y Urano, Zeus se tragó a Metis con Atenea en su
seno y luego la dio a luz por su propia cabeza (Teogonía 924) y Píndaro (Olímpica 7, 35-36) agrega que
Hefesto partió con un hacha la cabeza de Zeus de la que Atenea nació con una estridente grito de guerra.
Otras versiones, que provienen de Estesícoro, relatan su nacimiento emergiendo de la cabeza de Zeus
totalmente armada. Provenir de la pareja conformada por Zeus y Metis es la clave que explica el lugar que la
diosa tiene en la religión de Grecia: su padre era el más poderoso y su madre la más sabia entre los dioses; así,
en Atenea, poder y la sabiduría, se mezclan armoniosamente. Se la considera una divinidad de carácter
puramente ético, es la protectora del Estado y de las instituciones sociales. Todo lo que está en relación con la
prosperidad del estado está también bajo su protección: la agricultura, las invenciones y la industria, así como
todo lo que lo resguarda de las influencias nocivas del exterior, tales como la defensa de las murallas,
fortalezas y puertos.
39
Los vv. 81-95 resumen el contenido de los cantos 1 a 5. La primera propuesta, el envío de Hermes a
la isla de Calipso (vv. 84 ss.), es perfectamente esperable, pero no así el anuncio de que Atenea se trasladará a
Itaca (vv. 88 ss.); cfr. el comentario de Alfred HEUBECK (1988: 85). El coraje que la diosa dará a Telémaco
está en canto 1, la asamblea itacense en el canto 2, las visitas a Néstor en Pilos y a Menelao en Esparta en los
cantos 3 y 4 y la misión de Hermes en el 5. Un recurso narrativo similar se produce en el discurso de Zeus en
5, 29-42 (que resume el contenido de los cantos 5 a 12) y en el de Atenea en 13, 393-415 (que resume los
cantos 14 y 15).
40
Isla donde habita Calipso, en la cual permaneció Odiseo siete años (véase 6, 172; 7, 244 y 254; 12,
448 y 23, 333), donde la ninfa lo retuvo por amor y le prometió la inmortalidad si allí permanecía para
siempre. Hesíodo (Teogonía 806) utiliza el adjetivo para calificar en agua de la Estigia. El Lexicon de W. H.
ROSCHER (1884: 3, 690-694) le adjudica el significado de «muy antigua», «primordial».
41
Nombre que Homero utiliza para designar a los griegos. También los denomina argivos (de Argos) y
dánaos (por Dánao, su antecesor).
42
Este adjetivo ha suscitado incontables interpretaciones; indudablemente designa un movimiento
giratorio de las patas de los bueyes que da la impresión que avanzan rodando.
43
Ciudades del Peloponeso que en Odisea adquieren contornos legendarios. Esparta estaba en
Laconia, región en la cual se instalaron los dorios. El nombre Esparta se aplica solo a la ciudad y en
contextos poéticos o patrióticos. Pilos es la patria de Neleo y Néstor, anciano consejero cuya longevidad no le
hizo perder el vigor ni mental ni físico.
44
«Fama» traduce kléos, un término usado en la poesía épica para significar la fama inmortal, como la
que predice Atenea a Telémaco, en vv. 301-305, para cuando mate a los pretendientes. Pero puede significar
también un rumor o una noticia, como en 16, 461 y 13, 415; aunque en el v. 283 puede tener cualquiera de las
dos acepciones. Sobre este verso en particular, cfr. el artículo «The kléos of Telemachus: Odyssey 1.95» de
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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ATENEA SE TRASLADA A ITACA (96-155)

Después de hablar de esta manera, ató en los pies las hermosas sandalias,
inmortales y áureas, que la llevan ya sobre el agua
ya sobre la tierra ilimitada junto con los soplos del viento.
Tomó una robusta lanza, aguzada en la punta de bronce,
pesada, grande y recia, con la que domó las filas de los héroes, 100
contra quienes se irritara la hija de un poderoso padre.
Y fue hacia abajo desde las cumbres del Olimpo
y se detuvo en el pueblo de Itaca, ante las puertas de Odiseo45,
en el umbral del patio. Sostenía en su palma la lanza de bronce,
parecida a un extranjero, conductor de los tafios, a Mentes46. 105
Descubrió a los espléndidos pretendientes. Ellos, en ese momento,
con dados, delante de las puertas, entretenían su ánimo,
sentados sobre cueros de bueyes, que ellos mismos mataron47.
A ellos atendían heraldos y otros veloces servidores,
unos mezclaban vino con agua en las crateras; 110
otros, con esponjas de muchos agujeros, las mesas
lavaban y tendían; y otros, por su parte, cortaban abundante carne.
El primero en ver a Atenea fue Telémaco48, semejante a un dios49;
pues estaba entre los pretendientes, acongojado su querido corazón
e imaginaba en su mente al noble padre ¡ojalá llegara de algún sitio 115
e hiciera dispersar a los pretendientes por el palacio!
¡Ojalá obtuviera él honra y reinara sobre sus posesiones!
Pensando en estas cosas, sentado entre los pretendientes, vio a Atenea

Peter V. JONES (1988: 496-506). En 13, 417-419, Odiseo le pregunta a Atenea por qué no le dijo a Telémaco
simplemente donde estaba él, su padre, y así evitarle el sufrimiento de haber andado vagando. La respuesta de
la diosa deja claro que fue para que obtuviera kléos, fama (véase nota a 13, 422).
45
Obsérvese que la voz del narrador realiza el cambio de escena, desde el Olimpo al palacio de
Odiseo, sigue los pasos de la diosa Atenea.
46
Mentes aparece citado en Ilíada 17, 73. Tafos pertenece a la geografía mítica de Odisea. A los tafios
había comprado un esclavo el porquero Eumeo (véase 14, 452) y se mencionan en otros lugares como un
pueblo de piratas poco escrupulosos (véase 15, 427 y 16, 426). Se denomina «islas de los tafios» a una
cantidad de islotes en frente de la costa de la extensa isla Léucade (actual Lefkada) en el mar Jónico: el islote
mayor era Tafos (actual Meganisi). Los tafios tienen un papel importante en el mito de Anfitrión y Alcmena.
Luchando contra los tafios estaba Anfitrión cuando Zeus tomó su forma para poseer a Alcmena en una larga
noche que duró tres días por la orden del olímpico a Helios para que no apareciera en todo ese lapso, unión de
la que nació Heracles (cfr. Apolodoro 2, 4, 7).
47
El hecho de que en lugar de encontrar a Telémaco en las puertas de su casa, Atenea se tope con los
pretendientes jugando a los dados sobre cueros, que quedaron como ominosa prueba de sus desatinados
despojos de la hacienda de Odiseo, previene al espectador de lo que Telémaco va a expresar con toda claridad
en vv. 245-251.
48
El protagonismo del hijo de Odiseo y Penélope en esta primera parte da ocasión a que se designe
como «telemaquia» a los cuatro primeros cantos de la obra.
49
Los vv. 113-135 muestran una típica escena de recepción de un huésped: a) el huésped espera ante la
puerta (vv. 103-104); b) su presencia es percibida por el dueño de casa (vv. 113-118); c) el anfitrión se levanta
de su sitio y le tiende la mano (vv. 119-121); d) le dirige palabras de bienvenida (vv. 122-124); e) le guarda su
lanza y le ofrece asiento (vv. 125-135). Los pretendientes no hacen el papel de anfitriones sino que solo
piensan en banquetear con vituallas ajenas como se ve en vv. 144-145.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Fue derecho hacia el pórtico, indignado en su corazón,
por haber dejado un huésped de pie en la puerta largo tiempo. Se paró cerca, 120
tomó su mano derecha y recibió la lanza de bronce
y hablándole le dirigió aladas palabras:
«Salud, extranjero, serás agasajado en mi casa y después
que hayas probado del banquete, dirás qué te hace falta».
Así diciendo, la guió y ella, Palas Atenea, lo seguía. 125
Cuando ya estaban dentro de la elevada morada,
puso la lanza que llevaba contra una gran columna,
dentro del pulido guardalanzas, allí otras muchas
lanzas del sufridor Odiseo estaban alineadas.
La hizo sentar en un sillón y extendió un tapiz 130
bello, bordado; y bajo sus pies había un escabel.
A su lado ubicó una silla labrada, lejos de los demás,
de los pretendientes, para que el huésped, molesto por el estrépito,
no se sintiera a disgusto en el banquete, cerca de esos soberbios,
y para poder preguntarle por su padre ausente. 135
Y una sierva derramó agua en una jarra que llevaba50
bella y de oro, sobre fuente de plata
para lavarse51. Tendió al costado una pulida mesa.
Luego la venerable ama puso pan que llevaba,
y añadió manjares, favoreciéndolo entre los presentes. 140
El trinchador ofreció tablas con carnes que había cortado,
de todo tipo, y les colocó al lado copas de oro.
Y un heraldo se les acercó muchas veces y les escanciaba vino.
Luego entraron los soberbios pretendientes. Seguidamente
comenzaron a sentarse por orden en sillas y sillones52. 145
Los heraldos les derramaron agua sobre las manos,
las esclavas amontonaron pan en las canastas
[y los jóvenes coronaron de bebida las crateras53].
Y ellos echaron mano del refrigerio que tenían preparado delante.
Pero cuando saciaron el deseo de comida y bebida 150
los pretendientes pusieron su pensamiento en otras cosas,

50
En los vv. 136-151 transcurren dos comidas: una de Telémaco con el „extranjero‟ (vv. 136-143) y
otra de los pretendientes. Cfr. en The Stranger’s Welcome el comentario de Steve REECE (1993: 25). Esta
primera escena es una fórmula extensa que se repite en 4, 52-58; los vv. 136-140 se consideran una
interpolación tardía (no figuran en muchos manuscritos medievales) y se van a repetir en 7, 172-176; 10, 368-
372; 15, 135-139 y 17, 91-95.
51
Los héroes de la Ilíada no se lavan las manos antes de comer, pero sí es costumbre en Odisea,
incluso cuando apenas han salido de un baño (véase 4, 52-54 y 17, 91-93).
52
Traduzco klismós por «silla» y thrónos por «sillón». El segundo de estos asientos tenía brazos y el
respaldo más derecho que el primero, se ofrecía a los huéspedes como seña de honor (véase 4, 51; 5, 86 y
195; 7, 162-163). Telémaco en v. 132 se ha sentado en un klismós –una silla liviana de respaldo inclinado–,
luego de ofrecer el thrónos (v. 130) a su huésped. Cfr. A History of Seating de Jenny PYNT y Joy HIGGS
(2010: 61).
53
Este hexámetro interpolado aquí está tomado de Ilíada 9, 175 y se repite en 3, 339 y 21, 271.
Virgilio ha captado el valor poético de la expresión y usa «cratera coronant» (Geórgicas 2, 528), «vina
coronant» y «magnum cratera corona/ induit» (Eneida 1, 724 y 3, 525-526).
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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en el canto54 y la danza, los complementos de un banquete;
un heraldo puso una muy hermosa cítara en manos
de Femio55 quien cantaba a la fuerza entre los pretendientes,
y este empezó a entonar algo bello con la cítara56. 155

DIÁLOGO ENTRE ATENEA-MENTES Y TELÉMACO (156-318)57

Telémaco le habló a Atenea, de ojos de lechuza,


con la cabeza cerca para que no se enteraran los demás58:
«Huésped querido ¿vas a enojarte por lo que te diga?
A estos les interesa la cítara y el canto
sin vergüenza, mientras devoran sin pagar el sustento de otro, 160
de un hombre cuyos blancos huesos se pudren bajo la lluvia,
tirados sobre la tierra; o tal vez en el mar las olas los hacen rodar.
»Con solo se lo viera de regreso en Itaca,
todos desearían ser más veloces de pies
que acaudalados en oro y vestidos. 165
»Mas ahora ha muerto, infausto destino. No tenemos
consuelo, aunque algunos de los hombres de la tierra
digan que va a volver. Se le ha acabado el día del regreso.
»Pero, vamos, dime esto y háblame con honestidad
¿Quién eres y de dónde? ¿Dónde están tu ciudad y tus padres?59 170
¿en qué nave has llegado? ¿de qué modo los marineros

54
Traducimos molpé por «canto» aunque se trata en realidad de una danza rítmica acompañada por el
canto (véase 21, 430), que a veces incorpora el juego con una pelota (véase 6, 101).
55
Femio es el aedo del palacio de Odiseo en Itaca, así como Demódoco de Alcinoo en la isla de los
feacios (véase 8, 44 ss.). No es ciego como Demódoco. No se mencionan aedos profesionales en Ilíada, los
que cantan lo hacen por afición: Apolo y las musas en el Olimpo (1, 603-604), Paris (3, 54) y Aquiles (9, 186
ss.). Femio canta en Odisea para los pretendientes, así también en 17, 358-359 (véase 16, 252), pero como
dice el narrador, aquí y en 22, 331 y 353, lo hace «a la fuerza». Dos veces Telémaco va a interceder en su
favor: una vez ante Penélope (vv. 346-355) y otra ante Odiseo (22, 356).
56
Traducimos phórminx por «cítara» porque el instrumento no tiene diferencia con kítharis, término
que usa arriba en v. 153; cfr. Ancient Greek Music de M. L. WEST (1992: 50). Se trata de un instrumento de
cuerdas con la caja de resonancia con la forma de un caparazón de tortuga, con una piel de buey estirada en la
parte frontal sobre la que había cuatro cuerdas que se hacían sonar con un plectro.
57
La conversación de tono íntimo entre Atenea y Telémaco se construye como una estructura
dramática: a) Telémaco habla de la situación en su casa y pregunta al huésped sobre su lugar de origen (vv.
156-177); b) Atenea da el nombre falso de Mentes y dice conocer a Odiseo, quien seguramente está vivo y
retornará al hogar (vv. 178-212); a) Telémaco se permite dudar de ser hijo de Odiseo (vv. 213-220); b) Atenea
quiere informarse sobre los pretendientes (vv. 221-229); a) Telémaco le informa sobre los pretendientes (vv.
230-251); b) Atenea organiza lo que se debe hacer (vv. 252-305); a) Telémaco se compromete a hacerlo (306-
313); b) Atenea se dispone a marcharse (vv. 315-318).
58
La actitud de confidencia de Telémaco hacia un extraño se repite con el hijo de Néstor en 4, 69-75 y
con el porquerizo en 17, 591-592.
59
Este hexámetro se repite como fórmula en 10, 325; 14, 187; 15, 264; 19, 105 y 24, 298. Las
preguntas orientadas a develar la identidad del extraño que llega buscando hospitalidad se realizan después de
la comida (véase 3, 69-74; 8, 550-554; 14, 185-190; 16, 57-59). La identificación garantiza la posibilidad de
ser recibido en la casa del otro en el futuro de acuerdo a las leyes de la hospitalidad. Solamente los dioses no
tienen necesidad de este ritual porque siempre se reconocen uno a otro (5, 77-80). El cíclope Polifemo es un
pésimo anfitrión y les pregunta a los visitantes de inmediato quiénes son (9, 251-255).
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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te trajeron a Itaca? ¿Quiénes se jactaban de ser?
»No creo que hayas llegado a este lugar a pie.
Dime también con verdad, para saberlo bien,
si vienes por primera vez o si eres ya de mi padre también 175
un huésped; puesto que muchos otros varones han venido
a nuestra casa, ya que él era también anfitrión de otros hombres».
Y a su vez le respondió Atenea, la diosa de ojos de lechuza:
«Claro que te voy a contar todo con honestidad60.
Me jacto de ser Mentes y del ingenioso Anquíalo61, 180
soy hijo, y reino sobre los tafios, amantes del remo.
Ahora he arribado con mi nave y compañeros
navegando sobre el vinoso ponto hacia hombres de otra lengua62;
voy a Témesa63 por bronce y llevo refulgente hierro.
Mi nave está atracada en el campo lejos de la ciudad, 185
en el puerto Reitro, a los pies del boscoso Neyo64.
Tenemos el honor de ser huéspedes mutuos, por parte de padre;
desde antiguo, si bajas a preguntar al viejo héroe
Laertes65, de quien dicen que ya nunca al poblado
se acerca, y apartado en el campo sufre penalidades 190
en compañía de una anciana sierva, quien comida y bebida
pone a su lado, cuando el cansancio lo agarra de las piernas
cuando se arrastra colina arriba por el viñedo cultivado de vid66.

60
Los vv. 179-212 desarrollan la primera historia falsa de Odisea. Atenea toma la personalidad de un
mortal y por tanto debe resignar su omnisciencia divina: sabe de Laertes por rumores (v. 189), esperaba
encontrar a Odiseo pero ahora supone que estará retenido en una isla (vv. 194-199), no es adivino (v. 202) y
se pregunta si Telémaco es verdaderamente su hijo (v. 207).
61
En Ilíada (5, 609) Se llama Anquíalo uno de los aqueos al que mata Héctor en batalla. Uno de los
jóvenes pretendientes tiene este mismo nombre (8, 112), cuya etimología sería «cercano al mar».
62
Hombre «de otra lengua» traduce el adjetivo allóthroos: el que habla una lengua extranjera; es decir,
hay conciencia de diversidad lingüística.
63
Se ha indentificado a Témesa con distintas ciudades mediterráneas ricas en cobre, como Tamassus o
Tamassos en Chipre. Estrabón (255-256) cree que puede ser Tempsa, una ciudad de Brucia (región italiana en
Calabria), pero allí en verdad no había minas de cobre, en cambio en Chipre, abundan.
64
Los vv. 185-186 fueron atetizados por Aristófanes de Bizancio y por Aristarco y omitidos en
muchas ediciones antiguas. Se han interpolado con objeto de responder a vv. 171-173. El puerto Reitro no se
menciona en ningún otro lugar homérico. Por otra parte, Odiseo habla del monte Nérito (9, 22; 13, 351) –no
Neyo– como la característica relevante de Itaca (véase Ilíada 2, 632).
65
El detallado conocimiento que tiene Mentes de las circunstancias de Laertes en vv. 188-193, además
de una apelación a antiguos deberes de hospitalidad, pone en primer plano la llamativa situación del anciano
en relación con el gobierno de Itaca. Odiseo es el señor de Itaca desde hace muchísimo tiempo, ya reinaba
antes de partir hacia Troya (2, 47) y en Ilíada (23, 790-791) se lo ubica entre los héroes de mayor edad. Puede
que Laertes sea muy anciano, pero reyes como Príamo de Troya o Néstor de Pilos han gobernado hasta edad
muy avanzada. Llama la atención que Laertes no haya tomado el gobierno cuando Odiseo estuvo ausente por
veinte años, más cuando en el último período los pretendientes están diezmando la hacienda. Penélope quiere
que su suegro acuda en su ayuda cuando se entera de que Telémaco se ha marchado (4, 738-741) y Euriclea la
disuade de «abrumar a anciano ya abrumado» (4, 754). Telémaco, en este punto, no hace comentario alguno a
Mentes sobre la situación de su abuelo, como si el asunto no le concerniera.
66
Esta descripción de Laertes no concuerda con la amplia casa con galería atendida por «esclavos
forzados» que se menciona en el canto 24 (208-210). Constituye este uno de los argumentos en que se apoyan
algunos críticos para determinar que el canto 24 es espurio.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Acabo de llegar ahora. Porque me dijeron que en el pueblo
tu padre estaba. Pero por lo visto los dioses le impiden el camino, 195
porque no ha muerto sobre la tierra el divino Odiseo,
sino que, vivo aún, estará retenido, en el vasto ponto,
en alguna isla rodeada de corrientes donde lo tienen hombres malvados
y salvajes que lo han retenido contra su voluntad.
Mas ahora yo haré una predicción, como en mi corazón 200
los inmortales la inspiran y porque creo que se va a cumplir,
no porque sea adivino ni vidente de agüeros:
ya no por largo tiempo lejos de su querido patrio suelo
estará, ni aun si ataduras de hierro lo detienen.
Él pensará cómo volver, porque es de múltiples recursos. 205
Pero, vamos, dime y aclara con honestidad
si en verdad hijo eres, tan mayor ya, del propio Odiseo.
Asombrosamente en la cabeza y en los bellos ojos te pareces
a él, cuando a menudo nos reuníamos unos con otros
antes de que embarcara hacia Troya, adonde otros 210
argivos, los mejores, se marcharon en las cóncavas naves.
Desde entonces no he visto yo a Odiseo, ni él a mí».
«En efecto yo, huésped, te voy a hablar honestamente.
Mi madre me dice que soy hijo de él67; pero yo 215
no lo sé; pues nunca conoció alguien por sí mismo su progenie.
¡Ojalá yo el hijo dichoso fuera
de un hombre a quien la vejez le llegara en medio de sus posesiones!
Pero ahora se ha convertido en el más desdichado de los mortales hombres
aquél de quien dicen que nací, ya que tú me lo preguntas». 220
Y a su vez le dijo Atenea, la diosa de ojos de lechuza:
«Los dioses una estirpe no poco famosa en el futuro
te otorgaron, ya que Penélope te ha engendrado tal como eres.
Pero, vamos, dime esto y háblame con honestidad:
¿qué banquete, qué reunión es esta? ¿para qué la necesitas? 225
¿Convite o casamiento? porque seguro que no es cena común68,
tan irrespetuosamente arrogantes parecen
los que comen en palacio. Se indignaría un hombre
que viera tantas vergüenzas, cualquiera que prudente se acercara».
A ella, a su vez, inspirado, Telémaco le contestó: 230
«Huésped, ya que me preguntas estas cosas y lo inquieres,
es posible que en otro tiempo esta casa rica e irreprochable
haya sido, mientras aquel hombre estaba todavía en el país.
Ahora los dioses que traman desgracias han decidido de otro modo.
A él lo han hecho inubicable más que a todos 235

67
No debe entenderse que los vv. 214-220 expresan que Telémaco sospecha de la paternidad de
Odiseo y por tanto de la honestidad de su madre, más bien indican que su conocimiento no se debe a la
experiencia directa, sino a que otros se lo han asegurado. De modo similar se expresa Néstor en 3, 184-185.
68
En 11, 415 (y nota), se mencionan los tres tipos de convites más usuales: las bodas, un banquete
colectivo o una fiesta.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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los hombres. Porque no me lamentaría yo así por él si hubiera muerto
con sus compañeros, vencido en el pueblo de los troyanos69
o en brazos de los seres queridos, una vez sufrida la guerra.
Le habría construido una tumba70 el conjunto del ejército aqueo
y habría legado para su hijo una gran gloria en el futuro. 240
Ahora, las Harpías71 sin gloria lo han arrebatado;
se marchó sin ser visto ni oído, y dolores y lágrimas a mí
me ha legado. Pero no lloro lamentándome por aquél
solamente, porque los dioses otros males me han deparado.
Pues todos los nobles que gobiernan en las islas 245
–Duliquio, Same y la boscosa Zacinto72–
y cuantos imperan en la escarpada Itaca,
todos pretenden a mi madre y despojan mi casa73.
Ella ni se niega al odioso matrimonio ni un límite
es capaz de ponerles; y ellos consumen, devorándola, 250
mi hacienda. Rápidamente acabarán también conmigo».
Y le contestó, irritada, Palas Atenea:

69
Como Eumeo en 14, 367-371, Telémaco aquí (vv. 236-240) habría preferido que Odiseo hubiera
muerto en Troya (véase 24, 30-34).
70
«Tumba» traduce týmbos, que es el término más usado para designar un túmulo funerario que se
levanta para mantener la memoria del muerto para las generaciones futuras: el de un héroe como Agamenón
(4, 584) o uno más modesto, como el levantado para el remero Elpenor (11, 77 y 12, 14-15).
71
El texto presenta un juego etimológico con el nombre Harpías, que significa «las que arrebatan». La
misma fórmula en canto 14, 371; en 20, 77 aparecen como personificación de los vientos violentos que
arrebataron a las hijas de Pandareo. Se las representa como pájaros con cabeza de mujer. Hesíodo (Teogonía
267) habla de dos: Aelló (viento tormentoso) y Ocípete (vuelo veloz). Virgilio (Eneida 3, 225) hace que
Eneas las enfrente en las islas Estrófadas.
72
Estas islas se vuelven a mencionar en un mismo hexámetro en 9, 24; 16, 123 y 19, 131. Su
localización – y la de Itaca (cuya descripción en 9, 29 no se corresponde con la actual Itaca)–, en el mar
Jónico, ha sido objeto de discusión desde la Antigüedad (cfr. Estrabón 10, 2). Same es identificada por
Estrabón (10, 2, 10) con Cefalenia, lo cual cuadra con la ubicación del lugar en que se ubicarán los
pretendientes para la emboscada (4, 671). El caso de Duliquio es más complicado. Homero la menciona en el
Catálogo de las naves en Ilíada (2, 625) asociada con las islas Equinas, que participaron con el envío de
cuarenta naves bajo el mando de Meges (2, 626-631), no de Odiseo. Estrabón (2, 10, 19) afirma que ahora su
nombre es Dólica, una de las islas Eníadas, en la desembocadura del río Aqueloo y a cien estadios del cabo
Araxo. Pero esta isla es pequeña y árida, es decir, no condice con los epítetos de «rica en trigo y pastos» (16,
396) que en Odisea se le adjudican, ni con el número de 52 pretendientes (16, 247) que de allí provienen.
Zacinto o Zante, fue llamada de este modo porque fue colonizada por Zacinto, el hijo de Dárdano, procedente
de Psofis en Arcadia. Tucídides dice que la isla fue colonizada por los aqueos de Peloponeso en el segundo
milenio a. C.
73
Los vv. 248-251 introducen el tema del eventual próximo casamiento de Penélope ante la falta de
noticias de su esposo ausente. Ella se siente presionada por sus padres y por su hijo (19, 158-161 y 524-534).
Penélope odia a los pretendientes (17, 499-500), el modo en que la cortejan (18, 274-280; 19, 133-135; 21,
68-72) y la idea de casarse de nuevo (20, 61-82); trata de ganar tiempo mediante un truco, la tela que teje (2,
93-110). Telémaco, cuando era niño, se oponía a estas posibles bodas (19, 530-531) pero en este momento
desea que se resuelva pronto (2, 53-54) y, como se ve aquí, no aprueba la indecisión de su madre (la fórmula
se repite en 16, 126-127). Sin embargo, no quiere forzar a su madre a casarse (2, 130-137 y 20, 343) y cuando
se entera que Odiseo está vivo, le resulta odiosa la idea de que ella pueda haber elegido ya a otro hombre (16,
33-35 y 73-77). Odiseo, durante los años de ausencia, ha estado preocupado por la fidelidad de Penélope (11,
178) y cuando llega al hogar impulsa el certamen con el arco (19, 583-587) cuyo premio será la mano de la
reina, pues sabe que el nuevo matrimonio nunca se llevará a cabo.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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«¡Ay, ay, mucho ya ciertamente el ausente Odiseo
hace falta, para poner sus manos sobre los desvergonzados pretendientes.
¡Pues si ahora, de regreso, en el pórtico del palacio 255
estuviera parado con casco, escudo y dos lanzas
tal como yo lo vi por vez primera
en nuestra casa, bebiendo y disfrutando,
recién llegado de Efira, del palacio de Ilo Mermérida74!
Había marchado allí Odiseo en veloz nave 260
a buscar un veneno matador de hombres, para untar
sus flechas de punta de bronce. Pero Ilo
no se lo dio, pues tenía temor de los dioses que viven siempre75,
mas se lo dio mi padre, que lo amaba terriblemente.
Ah, ¡si de tal modo se enfrentara Odiseo con los pretendientes! 265
Todos tendrían corto destino y amargas nupcias76.
Pero desde luego esas cosas están en las rodillas de los dioses77
si cuando vuelva va a tomar venganza o no,
en su palacio. En cuanto a ti, te ordeno que pienses
cómo echar de palacio a los pretendientes. 270
Conque, vamos, ahora escúchame y presta atención a mis palabras78:
después de convocar mañana al ágora a los héroes aqueos
hazles manifiesta tu palabra a todos, que los dioses sean testigos,
que los pretendientes se dispersen a sus casas
y que tu madre, si su deseo la impulsa a casarse, 275
vuelva al gran palacio de su muy poderoso padre;
le prepararán un casamiento y le dispondrán una dote79

74
De este señor de Efira, hijo de Mermesus, no sabemos más de lo que aquí se dice. Efira es el antiguo
nombre de Corinto (Ilíada 6, 152); es en efecto un lugar donde se venden venenos, según se afirma en 2, 328-
329. No se conoce esta anécdota de Odiseo por otras fuentes; es esta la primera de una serie de historias sobre
el joven Odiseo (4, 341-344; 19, 393-466; 21, 11-41 y 24, 115-119).
75
No se entienden los escrúpulos de Ilo en dar veneno cuando era común utilizarlo para untar las
flechas, como dice Aristóteles que hacían los celtas (De las maravillas escuchadas 837 a, 13-14) o según lo
que dice Virgilio (Eneida 9, 771-773) de Amico, «devastador de fieras:/ no había otro más diestro en
impregnar de jugos los dardos y en armar el hierro de ponzoña». Es evidente que los tafios tenían menos
escrúpulos (véase nota a 105), pero sobre todo se quiere pone énfasis aquí al hondo amor de Anquialo por
Odiseo.
76
La fórmula de vv. 265-266 se repite en boca de Menelao en 4, 345-346.
77
Expresión metafórica por «la voluntad de los dioses», originada en la actitud del suplicante cuando
abraza las rodillas de una persona o una estatua.
78
Los vv. 271-297 constituyen una serie de órdenes que en verdad compendian las acciones futuras de
Telémaco, que consisten en: a) convocar a una asamblea en Itaca (vv. 271-278); b) emprender viaje a Esparta
y a Pilos para obtener noticias sobre su padre (vv. 279-292); c) pensar el modo en que va a matar a los
pretendientes (vv. 293-297). Atenea/ Mentes sabe que Odiseo está vivo –y también la audiencia– y bajo esta
luz deben leerse estos versos.
79
Los vv. 275-278 no tienen mucha coherencia en el marco del discurso de Mentes. Telémaco ya
había dicho (vv. 249-250) que su madre no quería volver a casarse. Además, parte de estos versos van a
repetirse en boca del pretendiente Eurímaco (2, 195-197). Los analíticos consideran que esta parte del canto 1
es una ampliación tardía a base de retazos del canto 2. El tema de una nueva boda de Penélope es, no
obstante, recurrente, aunque no está claro qué papel deberían jugar su padre Icario o su hijo Telémaco en esta
situación. En 2, 52-53 Telémaco sugiere que la aporía debiera ser zanjada por Icario; mas Antinoo, en 2, 113-
114, afirma que la decisión corresponde tanto a Icario como a Telémaco. Otro detalle anómalo lo ofrece el
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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muy cuantiosa, cuanta le corresponde a una hija querida.
A ti te voy a aconsejar con prudencia, por si quieres obedecerme80:
dispón una nave de veinte remos, la mejor81, 280
y marcha para averiguar sobre tu padre largo tiempo ausente,
por si alguno de los mortales pudiera decirte algo o escucharas
de Zeus la voz, la que de modo supremo lleva fama a los hombres.
Primero dirígete a Pilos y pregunta al divino Néstor,
y desde allí a Esparta a lo del rubio Menelao, 285
quien ha llegado último entre los aqueos de coraza de bronce.
Si escuchas hablar sobre la vida y el regreso de tu padre,
aunque estés agobiado, podrías soportar otro año aún;
pero si escuchas que ha muerto y ya no existe,
después de regresar a tu querida tierra patria, 290
levanta una lápida y celebra los honras fúnebres,
muchas, cuantas correspondan, y entrega tu madre a un marido82.
Pero cuando estas cosas hayas concluido y cumplido,
medita luego en tu mente y en tu corazón
cómo a los pretendientes en el palacio 295
vas a matar, con engaño o abiertamente83. No es conveniente
que juegues a cosas de niños, pues ya no tienes edad84.
¿Acaso no has oído qué fama alcanzó el divino Orestes85
entre todos los hombres porque mató al asesino de su padre,
al traicionero Egisto, el que había matado a su glorioso padre? 300
También tú, amigo –pues te veo muy bello y alto–,

término hédna, que traducimos por «dote» (= 2, 196), es decir, lo que aporta la familia de la novia, pero en los
otro doce lugares homéricos en que aparece el vocablo se refiere a los obsequios que un pretendiente realiza a
los parientes cercanos de la mujer, como asimismo en el Catálogo de las mujeres de Hesíodo.
80
La segunda recomendación de Mentes/ Atenea (vv. 279-292) no depende del cumplimiento de la
primera. Reproduce sí lo que Atenea ya había decidido en vv. 93-95. Va a ser el emprendimiento que más va
a preocupar a Telémaco a la noche cuando se vaya a dormir (v. 444) en lugar del más inmediato que es
convocar a la asamblea.
81
Mentes supone que Telémaco no tendrá dificultad en obtener una embarcación, aunque en verdad
será muy difícil sin la correspondiente asistencia divina (véase 2, 265-266 y 319-320).
82
La relación entre madre e hijo son tensas todo el tiempo. Telémaco se va a mostrar irritado por la
indecisión de ella ante las propuestas de matrimonio de los pretendientes (véase vv. 249-250 = 16, 126-127),
no la ha querido forzar a una nueva boda porque teme la reacción de otras personas (2, 130- 137), no le va a
confiar que va a partir en busca de su padre (2, 373-376), no va a tener una opinión positiva sobre sus
condiciones como anfitriona (20, 131-133) y la va a considerar un ser de corazón de hierro frente al padre que
ha vuelto (23, 96-103).
83
El tono general del discurso corresponde en verdad a Atenea más que de un extranjero desconocido.
De hecho, los vv. 287-296 de algún modo contradicen a los vv. 269-280. Las instrucciones de la diosa van
ahora más allá de lo pergeñado en vv. 90 ss. y apuntan a los hechos que constituirán la segunda parte de
Odisea.
84
El hecho de haber salido Telémaco de la niñez y haber llegado a ser grande se menciona con
frecuencia (2, 313-314; 18, 175-176, 217 y 228-229; 19, 19, 88, 160-161, 530-534; 20, 309-310; 22, 426-
427).
85
Véase nota a v. 31. La Oresteia es una historia que funciona como paradigma ineludible para
Telémaco. Teniendo en cuenta que Homero no menciona el matricidio sino el asesinato a Egisto, la figura de
Orestes es siempre digna de elogio, de kléos –fama– (véase nota a v. 95), a la que Telémaco aspira.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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sé valiente para que alguno de tus descendientes te elogie.
Yo, a la rápida nave me marcho ahora mismo
junto a mis compañeros, quienes deben estar muy cansados de esperar.
Ocúpate de esto y presta oídos a mis palabras». 305
A la diosa, a su vez, inspirado, Telémaco le contestó:
«Huésped, en verdad hablas razonando cosas amables,
como un padre a su hijo, nunca las olvidaré86.
Mas, vamos, quédate ahora, aunque deseoso de emprender camino,
para que luego de que te bañes y gozoso tu querido corazón 310
con un regalo te marches a la nave87, que te alegre en tu corazón,
estimable y muy bello, tesoro que será para ti
ofrecido por mí, como los queridos anfitriones dan a los huéspedes88».
Le respondió luego Atenea, la diosa de ojos de lechuza:
«No me detengas más ahora, pues tengo añoranza del camino. 315
El regalo que tu querido corazón te impulse a darme,
dámelo cuando vuelva otra vez89 para llevarlo a casa.
Y si eliges uno muy bello, será justo para ti otro igual en recompensa90».

PRESENCIA DEL AEDO FEMIO EN LA CASA DE PENÉLOPE (vv. 319-364)

Después de hablar así, partió la de ojos de lechuza, Atenea,


y como un pájaro –inadvertidamente– echó a volar91. En el pecho 320

86
Telémaco compara con un padre también a Néstor (17, 111.113) y –con sarcasmo– a Antinoo (17,
397).
87
Hay muchas referencias en Odisea a presentes que los anfitriones dan a sus huéspedes (4, 125-135 y
589-592; 8, 389-397; 13, 135-138; 15, 83-85; 24, 273-279 y 285-286). También en Ilíada (6, 218-219 y 10,
269). Estos obsequios no tiene solo un valor sentimental, sino que están elaborados con ricos metales y hasta
pueden ser seres vivos como caballos (5, 590), mulas (15, 85) o mujeres (24, 278-279).
88
Ofrecer un baño y un obsequio son elementos primordiales de la hospitalidad. Las escenas de
hospitalidad son asunto de importancia vital en Odisea, puede equipararse a la relevancia que tienen las
escenas de batalla en Ilíada. Hay buenos anfitriones (Néstor, Eumeo, los feacios) y pésimos anfitriones (el
Cíplope, los pretendientes). Los gestos de hospitalidad sirven para determinar quiénes son los protagonistas y
quiénes los antagonistas en Odisea. Los personajes nobles cumplen con el deber divino de hospedar y
alimentar a Odiseo o a Telémaco, protagonistas de las historias. Los personajes que funcionan como
antagonistas no quieren hospedar a Odiseo o son hostiles con Telémaco. Aquí Atenea rechaza ambos
ofrecimientos porque es impensable que un dios pueda aceptar un regalo (véase Hermes en Ilíada 24, 433-
436) o un baño.
89
Cuando Mentes vuelva de Temesa (véase v. 184). De modo similar, Telémaco no recibe en el
momento de su partida regalos de Néstor de Pilos porque seguramente pasará por allí cuando vuelva de
Esparta.
90
El deber de hospitalidad y los consiguientes regalos tenía la obligada contrapartida de una acción
recíproca similar. Como se ve, Atenea no ha rechazado el obsequio, lo cual habría sido una grave ofensa para
el anfitrión, solo pospone su recepción.
91
Este hexámetro ha suscitado desde la Antigüedad múltiples interpretaciones. El problema está en el
término anópaia o anopaîa (la acentuación también es discutida), que acompaña a órnis –«pájaro»– y
traducimos por «inadvertidamente». Este término aparece en este único lugar en Homero y, en general, se
piensa que es un adverbio (compuesto por la preposición aná y un derivado del verbo óptomai –ver–) y que
debe traducirse por «sin ser visto» o «inadvertidamente». Aristarco opinaba que se trataba de la especie del
pájaro, un águila. Otra diferencia se presenta en las opiniones de si Atenea se transformó en pájaro o este es
un símil, simplemente. Prevalece la primera, puesto que en otras dos ocasiones la diosa se va a transformar en
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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le infundió valor y confianza; [Telémaco] rememoró a su padre
todavía más que antes. Y después de reflexionar en su mente
quedó atónito en el alma, pues se dio cuenta de que era un dios92.
Enseguida él –mortal semejante a los dioses93–, marchó junto a los pretendientes.
Entre ellos cantaba el muy ilustre aedo94 y ellos en silencio 325
sentados escuchaban. Cantaba el regreso de los aqueos
funesto, que desde Troya les había deparado Palas Atenea95.
Desde el piso de arriba recibió en su pecho el inspirado canto96
la hija de Icario, la prudente Penélope97,
y descendió por la elevada escalinata de su casa; 330
no sola, junto con ella bajaban dos esclavas.
Cuando ella llegó hasta los pretendientes, la divina entre las mujeres,
se detuvo junto a la columna del techo sólidamente construido,
con un espeso velo sobre las mejillas.
Una esclava fiel a cada lado se ubicó. 335
Con lágrimas entonces se dirigió al divino aedo:
«Femio, sabes otros muchos cantos que hechizan a los mortales,
hazañas de hombres y dioses que los aedos celebran.
Cántales uno de ellas sentado cerca, y ellos en silencio

pájaro (3, 371 y 22, 240) y, por otra parte, es absurdo pensar en la pesada figura de Mentes echando a volar.
Hay otras escenas de metamorfosis en pájaros de las divinidades: Hermes se transforma en gaviota (5, 51-54).
92
No dice aquí si reconoce que ese dios es Atenea, tampoco cuando se lo menciona a Euriclea en 2,
372 (aunque sí en vv. 420 y 444). Néstor, por su parte, reconoce claramente a Atenea en 3, 375-379.
93
La fórmula «mortal semejante a los dioses» que se va a repetir en 20, 124 también adjudicada a
Telémaco, es un umbral que marca el paso de joven/ niño a las escenas en que adquiere una decisiva
personalidad adulta.
94
Se supone que desde el v. 155 Femio ha estado cantando para los pretendientes. Aunque el narrador
ofrece solo un resumen, podemos inferir, a partir de lo mencionado en vv. 11-15 que el aedo canta los nóstoi
(regresos) de todos los héroes que ya están de vuelta en su hogar. Odiseo para los pretendientes carece de
nóstos y, más aún, no esperan que regrese, situación de la que se aprovechan desde hace tres años.
95
Atenea, quien fue aliada de los aqueos durante toda la guerra, había montado en cólera por el intento
de violación de Ayax, el hijo de Oileo, contra su sacerdotisa Casandra. Cfr. The Wrath of Athena de Jenny S.
CLAY (1983: 47-53). No obstante en 4, 499 menciona su muerte debido a su soberbia frente a Poseidón. La ira
de Atenea se vuelve a mencionar en 3, 134-135; 4, 502 y 5, 108 (véase nota), aunque en todas estas ocasiones
no hay desarrollo del tema, pues esta actitud negativa de la diosa no es coherente con su permanente
disposición positiva en Odisea.
96
Los vv. 328-366 constituyen la primera de una serie de escenas en que Penélope deja el tálamo y
baja al mégaron (véase 16, 409-451; 17, 26-166; 18, 158-303; 19, 53–604; 21, 1-358 y 23, 1-296. Todas estas
escenas tienen los elementos y pasos aquí presentes: 1.- indicación de la razón por la que abandona sus
aposentos (vv. 328-329); 2.- descenso al mégaron en compañía de dos siervas (vv. 330-331); .-3) ubicación
junto a las columnas centrales, con un velo y flanqueada por las siervas (vv. 332-335) o sentada; 4.- discurso
(vv. 336–44); 5.- respuesta (vv. 345-359); .-) reacción y retiro a sus habitaciones (vv. 360-364). Se ha
interpretado que el enclaustramiento casi permanente de Penélope en el tálamo –como el retiro de Laertes en
el campo– es seña de la falta de orden que reina en palacio. En general, la reina se incorpora al grupo de
hombres que bebe después de la cena en el mégaron (véase Helena, en 4, 121 ss. y Arete en 6, 304-309 y 7,
139 ss.). Normalmente, las mujeres usan velo cuando salen de la casa, pero Penélope lo lleva aun adentro.
97
Penélope es uno de los más enigmáticos de los personajes de Odisea. Cfr. Penelope’s Renown de
Marylin A. KATZ (1991) o A Penelopean Poetics de Barbara CLAYTON (2004). El epíteto que repetidamente
la caracteriza es este, «prudente». En verdad, el personaje se construye desde la mirada de los otros, pero
poco sabemos directamente sobre sus sentimientos o sus más íntimos pensamientos.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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sigan bebiendo vino; mas acaba ese canto cruel 340
que siempre el querido corazón dentro del pecho
me daña, porque a mí más que a nadie ha alcanzado un dolor inolvidable
pues añoro, acordándome siempre, la cabeza de un hombre98
cuya fama es extendida en Hélade y hasta el centro de Argos99».
A ella, a su vez, inspirado, Telémaco le contestó100: 345
«Madre mía, ¿por qué tienes envidia del leal aedo
que nos deleita como su entendimiento manda? No son los aedos
culpables, sino en cierto sentido culpable es Zeus, quien dota
del modo que le place a los hombres que comen grano, a cada uno.
Para él no habrá castigo por cantar el destino funesto de los dánaos101; 350
este es el canto que más celebran los hombres,
el que resulta más novedoso a los oyentes.
Que tu corazón y tu temperamento soporten escucharlo,
pues no fue Odiseo el único que perdió el día del regreso102
en Troya, muchos otros hombres también perecieron. 355
Así que marcha a tus aposentos y cuida de tus labores103,
el telar y la rueca104, y ordena a las esclavas
que se apliquen al trabajo. La palabra corresponde a los hombres
a todos, y sobre todo a mí, de quien es el poder en esta casa».
Ella quedó estupefacta y se volvió a sus aposentos, 360
pues puso en su interior la palabra discreta de su hijo.
Subió al piso de arriba con las esclavas mujeres
y luego lloró a Odiseo, su esposo amado, hasta que el dulce sueño

98
En lugar de mencionar a su esposo por el nombre, utiliza una expresión perifrástica. El uso de la
sinécdoque «cabeza» expresa afecto (véase Ilíada 8, 281; 18, 114; 23, 94), incluso en comparación con la
propia (véase Ilíada 18, 82), pero también puede sugerir que Odiseo está muerto: en 10, 521 y 536; 11, 29, 49,
549 y 557; en Ilíada 11, 55; 18, 114; 21, 336; 22, 348; 23, 94; 24, 276 y 579, se usa «cabeza» para designar a
una persona muerta.
99
Hellás que traducimos «Hélade» designa en Homero el norte de Grecia, especialmente la Tesalia
superior (el reino de Peleo, véase 2, 683) y Argos designa todo el Peloponeso. Hasta Hesíodo (Trabajos y
Dias 651) Hellás no designa a Grecia en su conjunto. Podría pensarse también que tanto Hélade como Argos
son los nombres de las ciudades que más tarde denominaron la región, pero en Homero ya los nombres de la
ciudad representan la región (como Atenas por Ática en 3, 278).
100
Esta alocución de Telémaco, de vv. 345-359, es la primera señal clara –en el plano discursivo– de
que el joven se instaura en el oîkos como personaje adulto después de la visita de Atenea.
101
Si bien se utiliza indistintamente con «aqueos» y «argivos» para denominar a los griegos que
sitiaron Troya, los términos no son exactamente sinónimos. «Dánaos» no tiene el correspondiente topónimo,
es usado solo en plural y parece tener connotación militar.
102
En algunas ocasiones Telémaco afirma que su padre está muerto (v. 413; 2, 46-47; 3, 86-95, 241-
242; 15, 268) y en otras, que está vivo (2, 131-132 y 214-223; 20, 340). Aquí –y en v. 413–, la afirmación es
para engañar a los pretendientes, que no escucharon lo que conversó con el extranjero Mentes.
103
Los vv. 356-359 no aparecen en algunas ediciones y fueron atetizadas por Aristarco. Es una fórmula
que ha aparecido en Ilíada 6, 490-493 y se va a repetir en 21, 350-353 y parcialmente en 11, 352b-353. Son
palabras de una exagerada rudeza y, además, no es cierto que las mujeres no puedan tomar la palabra –
mýthos–, sucede en las cortes de Menelao y Alcinoo, donde Helena (4, 121 ss.) y Arete (7, 141 ss.) tienen
participación relevante en las conversaciones después de la cena.
104
Tejer e hilar son en efecto tareas típicamente femeninas en Odisea, adjudicadas al personaje de
Penélope (2, 94 y 17, 97), Helena (4, 130-135), Calipso (5, 62), Arete (6, 306) y Circe (10, 222-223) y en
Ilíada, a Helena (3, 125-128) y Andrómaca (22, 440-441).
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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echó sobre sus párpados Atenea de ojos de lechuza105.

PRIMER ENFRENTAMIENTO DE TELÉMACO CON LOS PRETENDIENTES (vv. 365-424)

Los pretendientes comenzaron el estrépito en el sombrío mégaron106; 365


todos deseaban acostarse a su lado en el lecho.
A ellos dirigió sus palabras Telémaco discreto:
«Pretendientes de mi madre, de insoportable soberbia107,
gocemos ahora con el banquete y que griterío
no haya, puesto que es hermoso escuchar a un aedo 370
como es este, semejante en su voz a los dioses.
Al amanecer marchemos a la plaza y sentémonos
todos, para que yo pueda decir a ustedes sin rodeos
que salgan del palacio, que preparen otros banquetes
comiendo los propios bienes invitándose mutuamente a la casa. 375
Pero si les parece que es lo más acertado y mejor
destruir sin pagar la hacienda de un solo hombre,
destrócenla. Yo clamaré a los dioses, que viven siempre,
por si Zeus me concede que las acciones sean castigadas;
morirán al momento, no vengados, dentro de este palacio!» 380
Así dijo, y todos clavaron los dientes en sus labios.
con admiración hacia Telémaco, quien había hablado con audacia108.
Y se dirigió a él Antinoo, hijo de Eupites109:
«Telémaco, evidentemente te enseñan ahora los mismos dioses
a ser insolente y declamar con audacia. 385
¡Que el hijo de Crono en rey110 de Itaca, rodeada de mar,

105
La fórmula de vv. 360-364 se repite en 21, 354-358 y los vv. 362-364 en 19, 602-604. Véase 16,
449-451. Dejamos a Penélope dormida y volveremos a encontrarla en la voz del narrador recién en 4, 675.
106
El mégaron es la estancia principal de un palacio micénico. Contiene el aulé o patio interior y tiene
asientos alrededor de las paredes y un hogar en el centro. Consta de tres partes: el pórtico (aíthousa), el
vestibulo (pródromos), donde los huéspedes solían dormir, y el mégaron propiamente dicho, la gran estancia
principal. Siempre que sea posible la denominaremos con la transliteración de la palabra griega pues «sala» o
«salón» no responden exactamente a las características y funciones del mégaron.
107
Los pretendientes son 108 en número (véase 16, 247-253); 16 son mencionados por el nombre. De
esos 16, siete van a hablar en las páginas de Odisea: 23 veces Antinoo, 13 veces Eurímaco, cinco veces
Anfínomo, tres veces Agelao dos veces Leodes y una, Leócrito, Anfimedón y Ctesipo.
108
Es evidente que la actitud de Telémaco ha cambiado ante los pretendientes. Esta escena es una
anticipación de la asamblea del canto 2. Por el momento, los pretendientes no lo toman en serio y siguen con
sus abusivas actividades en palacio (véase vv. 421-422). Cfr. Regarding Penelope de Nancy FELSON-RUBIN
(1994: 115-123 ) y Studies in the Odyssey de Bernard FENIK (1974: 192-205).
109
Los líderes del grupo son Antinoo y Eurímaco (4, 628-629 = 21, 186-187). Antinoo es el más
cruelmente hostil hacia Telémaco. Es el que tiene la idea de ponerle una emboscada (4, 663-672); cuando esta
falla, es quien sugiere asesinarlo (16, 371-386); es el que le tira una banqueta a Odiseo (17, 462-465) y es el
único que se niega a darle comida al héroe bajo la figura de mendigo (17, 411-452); Penélope lo odia más que
a los otros pretendientes (17, 499-500). Será también el primero en morir (22, 8-20).
110
«Rey» traduce basileús, que en la épica homérica puede designar tanto a un príncipe como a un
noble o a una persona socialmente prominente. De hecho, es el vocablo que Telémaco usará en plural en v.
394 y Alcinoo utilizará para sí y sus príncipes subordinados en 8, 390-391. Existe abundante bibliografía
sobre este término y su relación con los modos de gobierno en la época de Homero. Cfr. por ej. «From Wanax
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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no te convierta, lo que por nacimiento es tu herencia paterna!».
A él, a su vez, inspirado, Telémaco le contestó:
«Antínoo, aunque te quedes atónito por lo que voy a decir,
eso es justamente lo que quisiera conseguir, si Zeus me lo concede. 390
¿O quieres decir que es lo peor que les ocurre a los hombres?
No es algo malo ser rey; enseguida tu casa
se hace opulenta y uno mismo, más honrado.
Pero entre los aqueos ya hay personajes regios y otros
muchos en Itaca, rodeada de mar, jóvenes y viejos, 395
cualquiera de ellos podría obtener esto, porque ha muerto el divino Odiseo111.
Mas yo seré soberano de nuestro112 palacio
y de los esclavos que tomó para mí como botín el divino Odiseo113».
Y su vez Eurímaco, hijo de Pólibo114, le contestó:
«Telémaco, ciertamente está en las rodillas de los dioses115 400
quién de los aqueos va a reinar en Itaca, rodeada de mar;
ojalá mantengas tus posesiones y seas soberano en tu palacio.
¡Que no venga un hombre que sin quererlo tú, por la fuerza,
te prive de tus posesiones, mientras Itaca siga habitada!
«Pero quiero, insigne, preguntar acerca de ese extranjero, 405
¿de dónde es ese varón? ¿de qué tierra se vanagloria de ser?
¿dónde tiene ahora su linaje y heredad paterna?
¿Acaso trae un mensaje del regreso de tu padre
o llega aquí deseando el pago de una deuda?
Qué pronto después de levantarse se marchó, sin quedarse 410
para que lo conociéramos. No parecía por su aspecto tener un problema».
A él, a su vez, inspirado, Telémaco le contestó:
«Eurímaco, ciertamente ya se esfumó el regreso de mi padre.
No me dejo convencer por ningún mensaje de que vuelve de algún lugar,
ni confío en una profecía, cualquiera que mi madre 415
después de llamarme al mégaron me diga como un oráculo.
Él es huésped mío, por parte de padre y de Tafos,

to Basileus: kingship in the Greek Dark Age» de Carol THOMAS (1976: 187-286 ) y «Ideology in the Iliad:
Polis, Basileus, Theoi» de Peter ROSE (1997: 151-199).
111
Esta afirmación llama la atención puesto que Telémaco sabe que existe una alta posibilidad de que el
padre esté vivo (vv. 196-199; 267-268; 287-288), pero quiere transmitir indudablemente a los pretendientes
que está muerto, como ratifica en vv. 413-416.
112
Usa Telémaco el plural mayestático, pero indudablemente quiere decir «mi palacio».
113
Los asaltos y la piratería son considerados en la época como perfectamente honorables (3, 71-74 = 9,
252-255; 14, 263-265; 23, 356-357). La posibilidad de comprar esclavos no se menciona en Odisea, sin
embargo Euriclea (v. 430) y Eumeo (15, 452-453 y 483) han sido adquiridos y no raptados.
114
Eurímaco usualmente habla después de Antinoo y es más astuto que él. A veces los roles se
invierten: Antinoo es el hipócrita (2, 303-308) y Eurímaco el violento (2, 178-207). Eurímaco actúa muchas
veces como siniestro pacificador (vv. 400-411; 16, 435-447). Pareciera que es quien tiene más oportunidades
de desposar a Penélope (15, 17-18 y 519-522). Trata inútilmente de convencer a Odiseo de que no extermine
al resto con su arco después de la muerte de Antinoo (22, 44-59).
115
Véase nota a v. 267. No obstante aquí se refiere a algo que no se puede obtener mediante plegarias
(véase Ilíada 9, 610 y 19, 354). Por eso también se ha interpretado que se hace referencia en este lugar a que
la fuerza del cuerpo está en las rodillas (véase Ilíada 19, 354).
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Mentes. Del prudente Anquíalo, se vanagloria de ser
el hijo y, por tanto, reina sobre los tafios, amantes del remo».
Así dijo Telémaco, aunque a la diosa inmortal había reconocido. 420
[Los pretendientes] al baile y al deleitoso canto
se volvieron, para divertirse, y esperaron que llegara el atardecer.
Y sobre los que se entretenían cayó la oscura tarde116.
Recién entonces se marcharon para reposar cada uno a su casa.
Telémaco, adonde estaba su dormitorio, en el muy bello patio117, 425
construido en la parte de arriba, en lugar panorámico,
Allí se fue a la cama, cavilando muchas cosas en su mente.
Junto a él, antorchas ardientes llevaba la fiel experta
Euriclea, hija de Ops Pisenórida118
a la que en otro tiempo Laertes compró con sus bienes 430
siendo aún adolescente y dio el valor de veinte bueyes119.
Igual que a su fiel esposa la había honrado en el palacio,
mas nunca se le unió en el lecho, para evitar así la ira de su mujer.
Ella su lado encendidas antorchas llevaba y más que ninguna
esclava lo amaba, pues lo crió desde pequeño. 435
[Telémaco] abrió las puertas del dormitorio, sólidamente construido.
y se sentó en el lecho. Se desvistió la suave túnica
y la arrojó en las manos de la muy prudente anciana.
Ella después de alisar y doblar la túnica
y colgarla en un clavo junto al lecho agujereado120 440
fue saliendo del cuarto. Arrimó la puerta con el anillo121
de plata y aseguró el cerrojo con una correa.

116
La Odisea presenta siete formas diferentes de describir un atardecer: 1) 1, 423 = 18, 306; 2) 2, 388 =
3, 497 = 11 = 12 = 15, 185 = 296 = 471; 3) 3, 329 = 5, 225 = 9, 168 = 558 = 10, 185= 478 = 12, 31 = 19, 426;
4) 6, 321a = 8, 417a; 5) 13, 35; 6) 14, 457; 7) 16, 452–3).
117
El dormitorio –o thálamos– de Telémaco daba al patio central, en el ala opuesta al mégaron.
118
Euriclea es la primera expresión literaria de un modelo –el de la nodriza– con características
específicas que se incorporarán para siempre al universo de la literatura. Toda nodriza literaria se presenta en
el relato o el drama ya vieja, sin capacidad de procrear, pero, sobre todo, ama al hijo o la hija de sus señores
más que al propio, el cual, por otra parte nunca aparece en el relato ni siquiera en referencias tangenciales (19,
353-355). Euriclea juega un rol relevante en los primeros cantos, ayuda a Telémaco a preparar su viaje (2,
337-381) y consuela a Penélope cuando se da cuenta de que su hijo se ha marchado (4, 719–58). En la
segunda parte de Odisea es quien reconoce a su señor (19, 317-507) y lo asiste en los cantos 21 y 22 en la
matanza de los pretendientes. Habiendo sido nodriza de Odiseo y criado a Telémaco, Euriclea está más en
relación con los protagonistas masculinos, mientras Eurínome, su alter ego en la segunda parte de la obra,
está más en contacto con Penélope.
119
Veinte bueyes es un precio alto por una esclava, el precio de una «mujer diestra en labores» (Ilíada
23, 75) es de cuatro bueyes.
120
La cama era un catre de madera y los agujeros en el marco del lecho servían para introducir las
cuerdas que, tensadas, sirvieran de soporte al colchón, probablemente consistente en pieles extendidas.
121
Las puertas tienen un pasador que consiste en una barra de gran tamaño. Del lado de adentro, la
barra se puede mover con facilidad de izquierda a derecha para insertarla en un agujero (stathmós) en la
jamba y así poder cerrar o abrir la puerta. Para abrirla o cerrarla desde el lado de afuera existe una hendidura
en la puerta por la que pasa una correa que cuelga de la cara exterior (véase 4, 802 y 838). Este anillo o
gancho de plata (koróne) está del lado de afuera y sirve también como manivela para jalar la puerta y cerrarla,
se enrolla en él el extremo de la correa (véase 21, 46) y de la complicación del nudo depende que la puerta no
se abra.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Allí Telémaco durante toda la noche, cubierto con una piel de oveja,
planeaba en su mente el itinerario que le había dicho Atenea122.

122
Telémaco tiene insomnio debido al viaje que Atenea le ha encomendado en vv. 284-286, pero en
verdad la acción inmediata, la que debe emprender al día siguiente, es el llamado a la asamblea.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Canto II
Asamblea en Itaca y preparación del viaje de Telémaco
123
TELÉMACO CONVOCA A LA ASAMBLEA (1-14)

Cuando apareció Eos, hija de la mañana, la de dedos de rosa124


saltó del lecho el amado hijo de Odiseo,
vistió sus ropas y colgó del hombro la aguda espada
y a sus pies tersos ató hermosas sandalias.
Caminó, salió del dormitorio parecido a un dios por su semblante. 5
De inmediato ordenó a los heraldos de voz potente
que convocaran al ágora125 a los aqueos de espesa cabellera126;
y ellos convocaron. Se reunieron con gran rapidez.
Después, una vez que estuvieron reunidos y en asamblea127
caminó dirigiéndose al ágora, tenía en su mano una lanza de bronce; 10
no iba solo, dos canes brillantes lo seguían128.
Derramaba sobre él Atenea una gracia maravillosa129

123
El canto 2 relata el segundo día de la acción. Se lleva a cabo la asamblea en Itaca que Telémaco
anunció a los pretendientes en 1, 372-375. A la asamblea itacense (vv. 1-259) sigue la preparación de la
partida de Telémaco según los siguientes pasos: a) Atenea en la figura de Méntor le promete ayudarlo con un
barco (vv. 260-297); b) los pretendientes se burlan de las intenciones de Telémaco y esperan que desaparezca
y deje de ser una molestia (vv. 298-336); c) Euriclea le ayuda con las provisiones y jura mantener el secreto
de su partida ante Penélope (vv. 337-381). Finalmente, Telémaco se marcha y Atenea con él (vv. 382-434).
124
«La de dedos de rosa» traduce literalmente rodo-dáktylos y es el epíteto más frecuente de Eos
(también en Hesíodo, Trabajos y días 610). «Hija de la mañana» traduce erigéneia, que también puede
significar «nacida de la mañana» o «nacida temprano» y fue más adelante, en himnos mágicos, epíteto de la
Luna. Eos es la personificación de la aurora, hija de Hiperión y hermana de Helios (Sol) y Selene (Luna),
todos de la primera generación divina, la de los Titanes. Cf. Apolodoro (Biblioteca 1, 2, 2; 4, 4 y 9, 4; 3, 12,
4-5 y 14, 3), Higinio (Fábulas 160 y 189) e Himno homérico a Afrodita 218-219. El narrador de Odisea
ofrece nueve maneras diferentes de señalar el amanecer: 1) 2, 1 = 3, 404 = 491 = 4, 306 = 5, 228 = 8, 1 = 13,
18 = 15, 189 =17, 1; 2) 3, 1-3; 3) 5, 1-2; 4) 5, 390; 5) 6, 48-49; 6) 13, 93-95; 7) 15, 56 = 20, 91; 8) 15, 495; 9)
23, 344-348. Esta fórmula es la más frecuente y es usada incluso por los personajes que cuentan sus historias
enmarcadas; véase 4, 431 y 576; 9, 152, 170, 307, 437 y 560; 10, 187; 12, 8 y 316. Cfr. A Narratological
Commentary on the Odyssey de Irene de JONG (2001: 44) y el artículo «Sunrise, Sunset, ἦμος in Homeric
Epic» de Alice P. RADIN (1988).
125
En Homero agorá es «asamblea del pueblo» por oposición a la boulé –consejo de jefes–, a quienes
se denomina gérontes –ancianos– sin importar la edad. Más adelante agorá pasará a ser «lugar donde se reúne
la asamblea» y luego «mercado o plaza del pueblo». Este podría ser ejemplo de una asamblea en la época
arcaica, solo que hace veinte años que no se convoca (v. 26).
126
Los vv. 6, 7 y 8 son una fórmula que proviene de Ilíada 2, 50-52 y 442-444. Aristarco ya señalaba
que estos hexámetros que resuelven adecuadamente la situación de convocatoria a la asamblea, suenan muy
inocentes aquí, pero no así en Ilíada.
127
Esta fórmula se repite en 8, 24 y 24, 421 –proviene de Ilíada 1, 57– y no es una mera tautología:
señala que primero se acercan en grupos al lugar de reunión y luego da comienzo la asamblea.
128
Estos dos lebreles también acompañan a Telémaco en 17, 62 y 20, 145, cuando se dirige al ágora.
Odisea es el primer lugar literario donde aparece el perro como amigo del hombre; véase el episodio de Argos
en 17, 291-327. Cfr. Dogs in Ancient Greek Poetry de Saara LILJA (1976: 13-36). El perro en Homero sirve
para custodiar los rebaños (véase 17, 200) y la hacienda (Ilíada 18, 578) y para la caza (véase 17, 291 e Ilíada
11, 325), aunque también aparece como animal doméstico (Ilíada 23, 173).
129
De modo similar, Atenea realza la apostura de Odiseo (véase 6, 229-230; 8, 18-20; 16, 172-174 y
23, 156-158).
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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y todo el pueblo lo contemplaba con admiración;
se sentó en el trono de su padre pues los ancianos le hicieron lugar130.

PRIMER DIÁLOGO: EGIPTIO Y TELÉMACO (15-81)

A ellos el héroe Egiptio131 les comenzó a hablar 15


estaba ya encorvado por la vejez y sabía mil cosas,
pues también su querido hijo, junto con el divino Odiseo
hacia Ilión132 de buenos potros133 marchó en las cóncavas naves;
era el lancero Antifo134. Lo asesinó el cíclope salvaje
en su cóncava cueva; lo preparó el último para la cena135. 20
Otros tres hijos le quedaban, uno estaba entre los pretendientes,
Eurínomo136; otros dos cuidaban siempre de los bienes paternos.
Pero todavía no había olvidado y estaba triste y afligido;
derramando lágrimas por aquel hijo levantó la voz y dijo:
«Escuchad ahora, itacenses, lo que digo137. 25
Nunca nuestra asamblea se reunió ni hubo sesión
desde que el divino Odiseo marchó en las cóncavas naves.
¿Quién ahora así convoca? ¿A quién le vino tanta necesidad,
sea de hombres jóvenes o de los más provectos?
¿Acaso ha escuchado alguna noticia del ejército que vuelve, 30
de la que nos va a hablar con certeza porque se ha enterado primero?
¿acaso va a anunciar otra cosa de interés para el pueblo?
Noble me parece que es, beneficioso. Ojalá para él

130
Se puede comparar la asamblea itacense con las de 3, 137-152; 8, 1-47; y 24, 420-466. Aquí la
estructura es la siguiente: se convoca a la gente (vv. 6-14); el primer orador pide explicación sobre los
motivos de la asamblea (vv. 15-34); Telémaco expresa sus intenciones (vv. 35-81a); los pretendientes
reaccionan de mal modo (81b-128); contestación de Telémaco y escena del presagio divino (vv. 129-207);
Telémaco disuelve la asamblea (vv. 208-259).
131
Egiptio es un nombre que aparece solo en Odisea; evoca indudablemente la región egipcia, pero
ningún crítico ha ofrecido una explicación razonable sobre la elección de Homero de este nombre para una
figura menor. Los vv. 15-37 desarrollan la presentación del personaje por el narrador y el discurso de Egiptio.
El primer orador en la asamblea no es quien la convocó; igualmente en Ilíada 20, 13 ss. es Zeus el que
convoca y Poseidón el primero que habla.
132
Troya, cuyo asedio es el tema de Ilíada. Hay coincidencia en que el sitio y destrucción de Troya
sucedió hacia 1250 a.C. cuando ya había disfrutado de unos seis siglos de gran prosperidad. Se cree que Troya
estuvo habitada desde principios del tercer milenio a.C. Estaba situada junto al estrecho de los Dardanelos, en
el acceso al Mar Negro y rodeada por los ríos Simois y Escamandro (o Janto). En el estrecho de los
Dardanelos hay una corriente constante y sopla un fuerte viento entre los meses de mayo y octubre, de modo
que los barcos que pretendían pasar a Asia debían esperar en Troya condiciones favorables durante largos
períodos, lo cual otorgaba a la ciudad brillantes condiciones económicas y estratégicas.
133
El epíteto se aplica a Troya solamente en Homero (véase 11, 169 y 14, 71 e Ilíada 5, 551 y 16, 576),
tiene implicancias bélicas; el caballo se usa para la guerra y nunca para labranza.
134
En 17, 68 se hace referencia a otro compañero de Odiseo del mismo nombre.
135
Este dato, conocido por el narrador omnisciente, no es sabido al momento por Egiptio, que espera el
regreso del hijo ausente. Los hexámetros 19 y 20 fueron atetizados por Aristarco.
136
Se lo menciona en el grupo de los pretendientes en 22, 242.
137
Haliterses y Méntor, los otros dos ancianos que van a hablar en la asamblea comienzan sus discursos
de la misma manera (véase vv. 161 y 229); la fórmula se repite en 24, 454.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Zeus cumpliera lo bueno que revuelve en su mente».
Así dijo, y se alegró por lo dicho el amado hijo de Odiseo. 35
Ya no se contuvo sentado, ansioso por hablar,
Se puso de pie en medio del ágora; el cetro le colocó en la mano138
el heraldo139 Pisenor140, conocedor de inspirados consejos.
Entonces, fijando primero la vista en el viejo, expresó:
«Anciano, no está lejos ese hombre, soy yo, pronto sabrás141 40
quien convocó el pueblo; el dolor ha llegado a su máximo
No he escuchado noticia alguna de que llega el ejército
de la que vaya a hablar con certeza porque me he enterado primero
ni voy a anunciar otra cosa de interés para el pueblo,
sino una cuestión mía privada que cayó como una calamidad sobre la casa142 45
por partida doble: he perdido a mi noble padre, que antes entre ustedes
aquí presentes reinaba y era cariñoso como un padre.
Y por otra parte, ahora otra mucho mayor, que rápidamente toda mi casa
va a destruir por completo y me va a perder toda la hacienda:
a mi madre asedian pretendientes, aunque ella no lo quiere, 50
hijos de hombres queridos, quienes son aquí los más nobles143.
Ellos no se atreven a ir a casa de su padre,
Icario144, así él podría dar una dote a su hija

138
Los oradores en Homero siempre sostienen un cetro que simboliza la invulnerabilidad de quien tiene
la palabra, no importa lo que diga (véase Ilíada 1, 234; 2, 279; 3, 218 y 10, 321 y 328). En contadas
ocasiones, sin embargo, es un heraldo el que le alcanza el cetro al orador (aquí y en Ilíada 23, 567-568). El
cetro indica la autoridad de una dignidad pública, es portado por reyes (véase 3, 412), profetas (11, 91 y nota),
sacerdotes (Ilíada 1, 15), heraldos (Ilíada 7, 277) y jueces (Ilíada 1, 238).
139
Los heraldos homéricos merecen con frecuencia el epíteto de divinos o admirables. Su presencia era
importante e inviolable, tanto en la ciudad como en los combates, donde no estaba permitido herirlos. Entre
sus funciones estaba convocar a las asambleas, imponer silencio a la multitud antes de que iniciaran su
discurso los reyes y presentarles a estos el cetro antes de que comenzaran a hablar. Hermes es la figura divina
que actúa como heraldo de los dioses, lo cual le implica desplazarse entre lugares lejanos. Esto significa que
Hermes era especialmente amistoso con los hombres (véase 19, 135 e Ilíada 24, 353), capaz incluso de cerrar
tratados y promover los intercambios. Los heraldos tomaban una parte en las ceremonias, tenían la
responsabilidad de mezclar el vino y el agua en las crateras para las libaciones solemnes. Prestaban además
numerosos servicios personales a sus señores. Cfr. «Speakers and Scepters in Homer» de Frederick M.
COMBELLACK, (1948: 209-217).
140
Es la única vez que aparece Pisenor, el epíteto que sigue, «conocedor de inspirados consejos», es
una fórmula tomada de Ilíada (7, 278, adjudicada a Ideo) y será aplicada al heraldo Medonte en 4, 696 y 711;
22, 361 y 24, 442).
141
Este hexámetro es la respuesta a la pregunta de v. 28.
142
Llama la atención que Telémaco aluda al tema como una cuestión privada cuando en un intercambio
con el pretendiente Antinoo se había mencionado como una cuestión de estado (véase 1, 386-387 y nota).
143
Telémaco da a entender que los padres de los pretendientes debieran haberlos llamado al orden. Su
queja se dirige solo hacia los pretendientes itacenses, cuando ya había mencionado (1, 245-246) que también
provenían de ciudades vecinas y más adelante (16, 247-250) dará un listado de esos lugares de procedencia.
En realidad solo doce de los 108 pretendientes son de Itaca.
144
Icario es hermano de Tindareo, el padre de Helena. Ambos tenían un hermanastro, Hipocoonte,
quien los expulsó de Laconia. Cuando Heracles mató a Hipocoonte pudieron volver, pero solo lo hizo
Tindareo, quien ocupó el poder en Esparta mientras Icario se instaló en Arcaniana y se casó con Policasta con
quien tuvo tres hijos: Aliceo y Leucadio además de Penélope. Cfr. Apolodoro (1, 9, 5 y 3, 10, 3-4) y
Pausanias 3, 1, 4-5. No está claro si Icario vive en las inmediaciones, aunque, por lo que se dice en 15, 16, no
habita muy lejos.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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y podría entregarla a quien quiera y sea el elegido de ella.
Sino en cambio vienen todos los días a nuestra casa 55
y sacrifican bueyes, ovejas y gordas cabras,
se reúnen en banquetes y beben el rojo vino
como locos. Los muchos bienes se consumen; no hay un hombre
como Odiseo que la ruina espante de mi casa.
Nosotros no podemos espantarla. Así más adelante 60
estaremos en la miseria y privados de fuerzas.
En verdad yo la espantaría si tuviera poder,
pues es intolerable lo que ha sucedido y no en el buen sentido
mi casa desaparece. Ustedes deberían indignarse
y sentir vergüenza de esta clase de vecinos, 65
que vive en los alrededores. Deberían temer a las divinidades,
no vaya a ser que se den vuelta, irritadas por las malas acciones.
Lo ruego por Zeus Olímpico y por Temis145,
la que disuelve y reúne las asambleas de los hombres;
Deberían detenerse, amigos, y dejarme solo, con mi triste pena 70
atormentado, a no ser que mi noble padre Odiseo
haya querido mal y hecho daño a los aqueos de hermosas grebas,
y en venganza por ello me hacéis daño por quererme mal,
animando a estos. Para mí podría sería conveniente
que ustedes se comieran mis bienes y ganado. 75
Si ustedes se los comieran, quizás algún día habría devolución
luego iríamos por la ciudad apremiándolos con la palabra
para que me devolvieran los bienes, hasta que se me diera todo.
Pero ahora ustedes arrojan en mi corazón lesiones incurables».
Así habló indignado y arrojó el cetro a tierra 80
con un estallido de lágrimas. Y la pena atrapó a toda la concurrencia.

ENFRENTAMIENTO DEL PRETENDIENTE ANTÍNOO CON TELÉMACO (82-146)

Allí estaban todos sin hablar y nadie se atrevía a contradecir


a Telémaco con palabras complicadas;
solo Antínoo le contestó diciendo:
«Telémaco, insolente, reprime tu temperamento ¿cómo has dicho, 85
para nuestra vergüenza? Querrías cubrirnos de ridículo.
Entre los aqueos, no son los pretendientes los culpables
sino tu madre, que sabe mucho sobre argucias.

145
Temis es la diosa del «orden establecido» (así en Ilíada como en la tragedia: Esquilo, Suplicantes
336 y Sófocles, Edipo en Colono 1191), también la personificación de la justicia (Sófocles, Traquinias 810 y
Platón, Banquete 188d). Según Hesíodo (Teogonía 16) una de la titánides, hija de Gea y Urano. De su
matrimonio con Zeus, tuvo las Estaciones, la Paz, el Orden y la Justicia y fue también madre de las Moiras
(Teogonía 135 y 901 ss.; Apolodoro 1, 3, 1). En algunas versiones es, madre de Prometeo (Esquilo, Prometeo
encadenado 18). En Ilíada convoca a los dioses a la asamblea (20, 4) y se muestra en buenos términos con
Hera (15, 87-89).
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Pues ya es el tercer año y con rapidez se acerca el cuarto,
desde que engaña el corazón en el pecho de los aqueos. 90
»A todos ilusiona y hace promesas a cada hombre
enviándole mensajes; pero su mente urde otras cosas.
Ella urdía esta otra artimaña en la mente146:
después de extender una gran tela en el palacio, tejía,
liviana y larga. Seguidamente nos dijo147: 95
“Jóvenes, pretendientes míos, puesto que ha muerto el divino Odiseo
esperen, aunque estén urgidos por una boda conmigo, a que este manto
termine, que no se me pierdan sin utilizar los hilos148.
»Es un sudario para el héroe Laertes, para cuando
lo arrebate el destino fatal de la muerte de largos lamentos149. 100
Que ninguna de las aqueas del pueblo se enoje conmigo
si yace sin mortaja quien tanto poseyó”.
»Así dijo, y nuestro corazón varonil le creyó.
Así que durante el día tejía la gran tela,
y de noche la destejía, colocadas antorchas a su lado, 105
»Lo ocultó con engaño durante tres años y convenció a los aqueos,
pero cuando el cuarto año llegó150 y se sucedieron las estaciones,
entonces la delató una de las mujeres, que lo sabía claramente
y la sorprendimos destejiendo la brillante tela.
Así fue como la terminó, no queriendo, sino por fuerza. 110

146
El relato de la tela que teje Penélope se va a repetir dos veces más en Odisea: en boca de Penélope al
mendigo/ Odiseo (19, 138-156) y por la sombra del pretendiente Anfimedonte a la sombra de Agamenón (24,
128-150). El núcleo de la historia se repite como fórmula en las tres versiones: 2, 94-107 = 19, 139-152 = 24,
129-142. El comienzo y el final de estos tres relatos en tres lugares del poema diferentes varían según la
perspectiva de quien emite el discurso: a) los pretendientes lo toman como un vil engaño (2, 93 = 24, 128)
mientras que Penélope afirma que una divinidad la inspiró (19, 138); los pretendientes describen a la sierva
que la traicionó como alguien que sabía lo que pasaba con claridad (2, 108 = 24, 144), mientras que Penélope
opina que las esclavas delatoras son unas «perras» (19, 154); c) los pretendientes dicen que la sorprendieron
destejiendo la tela (2, 109 = 24, 145) mientras que Penélope dice que la descubrieron y la amenazaron (19,
155); d) los tres discursos finalizan con la afirmación de que Penélope se ve obligada a terminar el tejido por
la fuerza (2, 110 = 19, 156 = 24, 146).
147
El discurso de Penélope de vv. 96-102 está citado en estilo directo. Se trata de un recurso retórico en
boca de Antínoo para hacer más convincente su denuncia, pero también sirve para destacar un conflicto
medular de la historia.
148
El hecho de que el ardid de Penélope esté en relación con un tejido es altamente significativo por
dos razones: a) el verbo «tejer», hyphaíno, tiene el sentido metafórico de «urdir», «maquinar» y hasta
«engañar» (véase 4, 739; 5, 356; 13, 303 y 386; 9, 422 e Ilíada 3, 212; 7, 324 = 9, 93; 6, 187); en verdad esta
acepción existe no solo en griego, también en nuestra lengua; b) en los poemas homéricos el tejer simboliza la
posición subordinada de la mujer en la casa (véase 1, 356-359; 21, 350-353 e Ilíada 6, 490-493) y es al telar
donde son enviadas por el hombre para que no interfieran en los asuntos masculinos. Sobre estos aspectos
existe abundante bibliografía, como el artículo «Spinning and Weaving: Ideas of Domestic Order in Homer»
de Maria C. PANTELIA (1993).
149
«De largos lamentos» traduce tanelegés, epíteto fijo de la muerte en Homero (Ilíada 8, 70 y 22, 210
y Odisea 3, 238; 11, 171 y 398; 19, 145 y 24, 135).
150
No hay coincidencia con lo mencionado en v. 89, que a su vez concuerda con 13, 377. En todo caso,
hace más de tres años que los pretendientes frecuentan el palacio de Odiseo y según las palabras de
Anfimedonte en 24, 147-150, el héroe arribó exactamente cuando Penélope había terminado el tejido y lo
había lavado y enseñado a los pretendientes.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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»De este modo te respondemos los pretendientes, para que sepas
tú en tu corazón y la sepan todos los aqueos:
envía por tu madre y ordénale que se case
con cualquiera que el padre la obligue y a ella agrade.
»Pero si aún va a atormentar mucho tiempo a los hijos de los aqueos 115
calculando en su corazón las dotes que le concedió Atenea:
saber labores muy brillantes y noble entendimiento151
y argucias, como nunca hemos oído de las antiguas,
de las que fueran en otro tiempo aqueas de lindas trenzas,
Tiro, Alcmena y Micena de bella corona152. 120
»Ninguna de ellas tramó planes semejantes a los de Penélope
ahora. Sin embargo, esto no fue pensado con criterio.
Pues entre tanto, desde luego, se comen tu hacienda y propiedades,
mientras ella mantenga este pensamiento, el que ahora
en el pecho han colocado las divinidades. Gran gloria153 para ella 125
logró. Mas para ti, añoranza de una abundante hacienda.
Nosotros no iremos a nuestras labores ni a otra parte
hasta que ella se case con quien entre los aqueos prefiera».
A su vez, con discreción, le respondió Telémaco:
«Antínoo, no me es posible echar de mi casa contra su voluntad 130
a la que me tuvo, a la que me crió. Mi padre en otra parte de la tierra,
vive o está muerto. Será nefasto para mí devolver muchas cosas
a Icario, si voy a enviar a mi madre por mi voluntad.
Del padre154 sufriré castigo y otros la divinidad
me dará, cuando mi madre conjure a las aborrecidas Erinias155 135
una vez alejada de casa. Y también de los hombres
tendré castigo. De modo que jamás pronunciaré yo esa palabra.
Si el ánimo de ustedes se enoja por esto,
salgan del mégaron156 y prepárense otros banquetes

151
Los vv. 116b-117 constituyen una fórmula que se repite en 7, 110b-111, lugar en que se adjudican a
las mujeres de los feacios estas femeninas virtudes.
152
Desconocemos por qué razón Homero selecciona a estas tres heroínas para compararlas con
Penélope. A las dos primeras se alude de nuevo en el descenso al Hades: 11, 235 (Tiro) y 266 (Alcmena). Esta
última es mencionada en Ilíada como madre de Heracles (14, 323; 19, 99 y 119). De Micena sólo sabemos
que es la epónima de la ciudad de los Atridas y que según Pausanias (2, 16, 4) «los poemas épicos que los
griegos llaman Grandes Eeas dicen que era hija de Inaco y esposa de Aréstor».
153
«Gloria» traduce kléos. Nos parece más apropiado que «fama», término que usamos en 1, 95 (véase
nota). Penélope entiende que su kléos sería mayor (18, 255 = 19, 128), así como su belleza, si su esposo
estuviera en palacio. Odiseo disfrazado de mendigo proclamará que el kléos de la reina es tan vasto que llega
al cielo.
154
Telémaco se refiere aquí al padre de Penélope y no al propio, porque el hecho de que ella se vuelva a
casar presupondría que Odiseo está muerto o al menos que es seguro que no retornará.
155
También conocidas con el nombre de Euménides, es decir «benévolas», nombre propiciatorio para
soslayar su terrible cólera (cfr. Euménides de Esquilo, última tragedia de la trilogía Orestía y Orestes de
Eurípides). Según Hesíodo (Teogonía 156-190) eran hijas de Gea (la Tierra) concebidas de las gotas de sangre
que cayeron cuando Cronos castró a su padre Urano (el Cielo), por esto, su origen está en relación de un
crimen del hijo contra el padre. Castigan a quienes han cometido crímenes en el seno de la familia, a perjuros
y los que violaron las leyes de hospitalidad. Se las representa más viejas que las diosas olímpicas e
independientes de la autoridad de Zeus, a quien de todas maneras, honran.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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comiendo los bienes propios, invitándose a las casas uno a otro. 140
pero si les parece que es más agradable y mejor
devastar impunemente la hacienda de un solo hombre,
continúen el saqueo, que yo clamaré a los dioses que están siempre,
por si Zeus me concede que vuestras obras sean retribuidas:
van a morir luego sin venganza acá adentro en palacio». 145

VATICINIO DE HALITERSES (vv. 146-207)

Así habló Telémaco, y Zeus de ancha mirada157,


desde arriba, de la cumbre de un monte, le echó a volar
dos águilas158. Volaron con el soplo del viento
cerca una de otra, extendidas las alas.
Pero cuando llegaron al medio del ágora de muchas voces, 150
allí comenzaron a dar vueltas, agitadas las espesas alas159
y mirando las cabezas de todos contemplaban la muerte.
Se desgarraron mejillas y cuellos con las uñas160
y por la derecha se abalanzaron sobre las casas y ciudad de ellos.
Estaban estupefactos ante las aves cuando las veían con los ojos 155
y tenían angustia en su corazón por lo que había de cumplirse161.
Y entre ellos habló el anciano héroe Haliterses
Mastórida162, pues sólo él superaba a los de su edad

156
El mégaron es la estancia principal de un palacio micénico. La puerta principal conducía a través de
un porche (próthyron) a un patio interior (aulé). En uno de sus lados se elevaba esta sala que constaba de: el
pórtico (aíthousa), el vestibulo (pródromos) y el mégaron propiamente dicho. En el hogar, que se erigía en el
centro, se celebraban sacrificios y banquetes y se recibía a los huéspedes. Otra de sus puertas daba a un
corredor por donde se accedía a las habitaciones privadas (thálamoi) tanto de la planta baja como del piso
superior.
157
«De ancha mirada» traduce el término eurý-ops, epíteto que se adjudica solo a Zeus y aparece con
mucha frecuencia en Ilíada; también en este poema (véase 3, 288; 4, 173; 11, 436; 14, 235; 17, 322 y 24,
544).
158
El esquema de una escena de vaticinio según Irene de JONG (2001: 52) es el siguiente: 1) aparición
del hecho maravilloso (vv. 146-154); 2) reacción anímica de los espectadores ante el portento (vv. 155-156);
3) interpretación de uno de los espectadores (vv. 157-176); 4) aceptación o rechazo –como en esta ocasión–
del vaticinio (vv. 177-207).
159
Hay once escenas de vaticinio en la épica homérica, la mayoría involucran aves: esta y las de 15,
160-181 y 525-538; 19.535-569; 20, 103-121 (un trueno) y 242-247; en Ilíada: 2, 299-332 (una serpiente); 8,
242-252; 12, 200-250; 13, 817-832; 24, 306-321. Hay además breves menciones de un presagio o augurio: 17,
541-547 (un estornudo); 21, 413-415 (retumbar de Zeus). Cfr. People and themes in Homer's Odyssey de
Agathe THORNTON (1970: 52-57) y The unity of Odyssey de George DIMOCK (1989: 32).
160
El hecho de ser „dos‟ águilas debiera interpretarse como que se trata de Odiseo y Telémaco; sin
embargo, Haliterses en su interpretación mencionará solo a Odiseo. Hay una „humanización‟ de las dos aves
en la imagen de destrozar con sus garras sus rostros, acción con que los hombres demuestran desesperación.
161
Las funciones de un vaticinio son dos: dar a conocer el apoyo divino a un personaje y hacer una
advertencia a los oponentes. En la presente ocasión significa un asentimiento al pedido de venganza de
Telémaco y una advertencia a los pretendientes para que desistan de sus nocivas intenciones. Zeus envía un
águila, ave que lo representa, en respuesta a una plegaria en Ilíada 8, 247 y 24, 315, lo cual indica al lector
que en este caso el deseo de Telémaco se va a cumplir.
162
Haliterses, el hijo de Mastor reaparecerá en 24, 451-466 para advertir a los familiares de los
pretendientes que no vuelvan a cometer el mismo error de hacer caso omiso a sus palabras. El discurso de
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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en conocer los pájaros y explicar presagios.
Les anunció con buena intención y dijo: 160
«Escuchen de mí ahora, itacenses, lo que voy a decir;
a los pretendientes en especial con claridad voy a hablar :
sobre ellos una gran calamidad viene rodando, pues Odiseo
lejos de los seres queridos no estará, sino que ya
está cerca, en alguna parte, y hace crecer la muerte y la desgracia 165
para todos. También para muchos otros habrá un mal.
Los que habitamos en Itaca, la que se ve de lejos163, cuanto antes
pensemos cómo hacerlo cesar. También los pretendientes
que cesen, pues esto es para ellos lo más conveniente.
»Y no vaticino como un inexperto, sino que bien lo sé. 170
Y afirmo que para aquél se está cumpliendo todo
como se lo advertí cuando embarcaron para Ilión
los argivos, y con ellos marchó el astuto Odiseo164.
Le dije que sufriría muchos males, que perdería a todos sus compañeros
y que, desconocido por todos, en el vigésimo año 175
volvería a casa. Y ahora ya todo se cumple»165.
Y a su vez Eurímaco, hijo de Pólibo, le contestó:
«Viejo, vete a profetizar a tus hijos166
a tu casa, que no sufran mal alguno en el futuro.
Estas cosas profetizo yo mucho mejor que tú. 180
Pájaros hay muchos que van y vienen bajo los rayos del sol
y no todos son de mal agüero167. Pues Odiseo
ha muerto lejos168, y también tú, con él, acabado
tendrías que estar. No andarías hablando y vaticinando tanta cosa,

Haliterses (vv. 161-176) consta de tres partes: la interpretación del hecho extraordinario (vv. 163-166), una
reconvención a los itacenses en general y a los pretendientes en particular (vv. 167-169) y la admonición de
tener en cuenta la profecía de cuando marcharon a Troya que da valor a sus palabras actuales (vv. 170-176).
Junto a Haliterses y a otros compañeros de su padre va a sentarse Telémaco cuando vuelve a su hogar luego
del periplo en busca de noticias de Odiseo (véase 17, 68).
163
Eudeíelon –la que se ve de lejos– es un epíteto aplicado a Itaca numerosos veces en la Odisea
(véase 9, 21; 13, 212 y 325; 14, 344 y 19, 132), pero también a cualquier isla (véase 13, 234), aunque más
usualmente el poeta usa «hermosa al atardecer».
164
Profecías pretéritas que están a punto de cumplirse son un motivo literario frecuente en Odisea
(véase 5, 300-302; 8, 564-571; 9, 507-516; 10, 330-332; 13, 172-178; 18, 257-271) y en Ilíada (véase 2, 299-
330 y 348-353; 9, 410-416; 18, 8-11; 21, 277-278). Cfr. el artículo «τὰ δὴ νῦν πάντα τελεῖται. Prophecy and
Recollection in Iliad 2 and Odyssey 2» de Adele J. HAFT (1992: 223-240).
165
Los vv. 171-176 cierran el discurso de Haliterses con una argumentación circular: infiere que su
actual interpretación es fidedigna así como lo fue el vaticinio realizado hace veinte años. Pero esta aserción es
una falacia, no es cierto aún lo que afirma en el v. 165. Odiseo está todavía muy lejos de Itaca y no tiene en
mente la aniquilación de los pretendientes, de los que no tendrá conocimiento hasta que arribe al hogar (véase
13, 375 ss.).
166
Dos veces solamente se rechaza en Odisea la interpretación de un vaticinio. Eurímaco es quien
refuta aquí las deducciones de Haliterses, y en 19, 560-569, Penélope rebate la interpretación que se hace de
su sueño. La respuesta se extiende en treinta hexámetros (vv. 177-207) en boca de Eurímaco, quien ha sido
presentado por el poeta en 1, 399 (véase nota). El pretendiente, abandonando su habitual parsimonia, se
expresa con extrema violencia.
167
Un refrán popular sirve a Eurímaco para manifestar su opinión personal.
168
La afirmación es una respuesta al vaticinio de Haliterses de vv. 163-176.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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ni al airado Telémaco instigarías así, 185
ansioso de un regalo para tu casa, si te lo mandaran169.
»Pero voy a decirte, y esto sí tendrá cumplimiento:
si tú, que sabes muchas y antiguas cosas, a un hombre más joven,
seduces con tus palabras y provocas que se irrite,
para él mismo, en primer lugar, será más doloroso, 190
pues a pesar de ello ninguna cosa podrá hacer
Y a ti, viejo, te pondremos una sanción, que en el alma
te caerá gravosa. El dolor será difícil de soportar.
»A Telémaco, delante de todos yo en persona le daré un consejo
que ordene a su madre volver a lo de su padre. 195
Ellos le prepararán un casamiento y le dispondrán una dote,
muy cuantiosa, cuanta corresponde que acompañe a una hija querida.
No creo yo que los hijos de los aqueos interrumpan
el laborioso cortejo, porque no tememos a nadie a pesar de todo,
tampoco a Telémaco a pesar de su verbosidad. 200
»Tampoco hacemos caso de la profecía que tú, viejo,
nos revelas infructuosamente y te nos haces todavía más odioso.
Los bienes, no obstante, devorados de mal modo y nunca retribuidos
serán, mientras ella demore a los aqueos
con la boda. Pues nosotros, expectantes, todos los días, 205
a causa de su excelencia competimos, y no vamos tras otras
que a cada uno nos podrían convenir para casarnos».

TELÉMACO ANUNCIA SU DESEO DE PARTIR DE VIAJE (208-300)

A su vez le contestó con discreción Telémaco:


«Eurímaco y demás ilustres pretendientes:
no voy a rogar más ante ustedes, ni a hablar170; 210
ya lo saben los dioses y todos los aqueos.
Vamos, entréguenme ahora una rápida nave y veinte compañeros
los que conmigo por aquí y allá puedan llevar a cabo un viaje171.
Me voy a Esparta y a la arenosa Pilos
para averiguar sobre el regreso de mi padre largo tiempo ausente 215
por si alguno de los mortales pudiera decirme algo o escucho
de Zeus la voz, la que, sobre todas, lleva fama a los hombres.
»Si escucho hablar sobre la vida y el regreso de mi padre,
aunque afligido, podría soportar otro año aún;
pero si escucho que ha muerto y ya no existe, 220

169
Una acusación semejante lanza Edipo lanza contra Tiresias (cfr. Sófocles, Edipo Rey 380 ss.), pues
no debería ser infrecuente la avidez de los adivinos por regalos si es que el augurio era bien recibido.
170
Este tercer discurso de Telémaco no hace alusión ni al vaticinio de Haliterses ni a la respuesta de
Eurímaco.
171
Telémaco anuncia su decisión de partir (vv. 212-223) en cumplimiento de los consejos de Atenea en
la figura de Mentes expresados en 1, 279-292; sin embargo, la diosa no había mencionado que el joven
solicitara una nave en la asamblea.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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después de regresar a mi querida tierra patria,
levantaré una lápida y celebraré los honras fúnebres
muchas, cuantas correspondan, y entregaré mi madre a un marido».
Después de hablar de este modo se sentó, y entre ellos se levantó
Méntor172, quien era compañero del intachable Odiseo 225
quien, cuando se marchó en las naves, le había confiado toda su casa,
para que obedecieran al anciano y este conservara todo entero.
Este a ellos habló bien dispuesto y dijo:
«Escúchenme ahora a mí, itacenses, lo que digo:
que no sea benévolo, amable, ni pacífico, 230
ningún rey portador de cetro, y no sea íntegro en su pensamiento
sino sea siempre cruel y realice maldades
ya que ninguno tiene recuerdo del divino Odiseo
entre los ciudadanos sobre los que reinó y como un padre era bueno.
»Mas yo no envidio a los esforzados pretendientes173 235
que cometen acciones violentas con las malignidades de su mente,
pues exponen sus cabezas cuando comen por la fuerza
la hacienda de Odiseo y dicen que este no volverá jamás.
Temo más bien al resto del pueblo y el modo en que están todos
sentados en silencio. Pudiendo cercarlos con palabras, 240
a los pocos pretendientes no los dominan quienes muchos son».
Y Leócrito, el hijo de Evenor174, le contestó :
«Ruinoso Méntor, carente de sesos; ¿qué has dicho
incitándolos a que nos dominen? Gravoso sería
a hombres aún más numerosos luchar por un banquete. 245
Aunque el itacense Odiseo viniera en persona
y a los que se banquetean en la casa, a los nobles pretendientes
maquinara en su mente echar del palacio
no se alegraría su mujer, aunque mucho deseara
que volviera, porque allí mismo él atraería la vergonzosa muerte 250
si luchara con muchos. Y tú no hablas como conviene.
»Vamos, ciudadanos, que se disperse cada uno a su labor.
A este aprestarán para el camino Méntor y Haliterses,
quienes desde antiguo son compañeros de su padre.
Aunque, yo creo, que sentado tanto tiempo, por las noticias 255
que escuchará en Itaca, nunca se pondrá en camino».
Así habló y disolvió la asamblea apresuradamente.

172
Méntor significa «consejero» y por esto es para los alegoristas posteriores representa «el hombre que
hace uso de la reflexión, madre de la sabiduría» (cfr. Heráclito el rétor, Alegorías de Homero 63, 8). Odiseo le
encomendó el cuidado de su hogar tal como Agamenón le había encargado el del suyo propio a un aedo
(véase 3, 267). Atenea se va a dirigir más adelante a Telémaco en la figura de Méntor (vv. 267-295). El
Méntor real va a aparecer de nuevo en 4, 655-656 y 17, 68, pero no va a jugar un rol activo.
173
Méntor ignora el pedido de la nave hecho por Telémaco y en cambio menciona la codiciosa
presencia de los pretendientes con la intención de apremiar a los otros itacenses para rebelarse.
174
Leócrito es uno de los dieciséis pretendientes que se mencionan con nombre propio (véase nota a 1,
368). La muerte de Leócrito por mano de Telémaco se producirá en 22.294-296.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Se dispersaron cada uno a su casa,
y los pretendientes marcharon hacia la casa del divino Odiseo.
Telémaco, en cambio, se alejó hacia la riba del mar, 260
y después de lavar sus manos en la canosa sal, suplicó a Atenea175:
«Escúchame176, divinidad que ayer llegaste a mi palacio177
y me ordenaste marchar en una nave sobre el brumoso ponto,
para averiguar sobre el regreso del padre largo tiempo ausente.
Que llegue. Todo esto están retrasando los aqueos, 265
en especial los pretendientes, malamente insolentes».
Así le habló rogando; cerca se aproximó Atenea,
semejante a Méntor en la figura y en la voz.
Dirigiéndose a él, con aladas palabras le hablaba:
«Telémaco, no serás en adelante cobarde ni indiscreto 270
si has heredado el noble temple valiente de tu padre;
¡cómo era él para cumplir obra y palabra!
Por tal razón tu viaje no será vano ni infructuoso.
Mas si no eres vástago de aquél y de Penélope,
no me queda esperanza que lleves a cabo lo que piensas178. 275
»Pocos son los hijos iguales a su padre;
la mayoría son peores y pocos son mejores que su padre.
Pero porque no serás en adelante cobarde ni indiscreto
ni te ha abandonado del todo la sagacidad de Odiseo,
esperanza existe de que vayas a cumplir tal empresa. 280
»Olvida ahora la pretensión y pensamiento de los pretendientes
exaltados, porque no son razonables ni justos;
no saben que la muerte y la negra Ker179
tan cerca están, para matar a todos en un día.
Tu viaje ya no estará lejano, el que tanto deseas, 285
»Pues soy yo tan compañero de tu padre
que prepararé una nave veloz y te voy a acompañar en persona.

175
Es esta la primera (vv. 260-267) de una típica escena de plegaria (véase 3, 54-62 y 375-385; 4, 750-
767; 5, 444-453; 6, 323-331; 9, 526-536; 13, 355-365; 17, 238-246; 20, 58-90; 97–102 y 111-121. Cfr. «The
Function and Context of Homeric Prayers» de James, V. MORRISON (1991: 145-157). El esquema es el
siguiente: 1) invocación a la divinidad iniciada con un verbo en modo imperativo; 2) apelación sobre la base
de un servicio prestado en el pasado; 3) núcleo del pedido; 4) cierre. En esta ocasión la plegaria está precedida
por el ritual de lavarse las manos.
176
Este verbo exhortativo tiene por función atraer la atención de la divinidad, pero sensu stricto no hay
aquí un pedido concreto, como tampoco en la plegaria de Aquiles a su madre Thetis (Ilíada 1, 352 ss.) había
una petición específica.
177
Telémaco no sabe que se trata de Atenea –aunque el narrador en el hexámetro anterior ha
mencionado su nombre–, pero se había dado cuenta de que ha sido visitado por una diosa (véase 1, 323)
inmediatamente después de la partida de Mentes.
178
Los vv. 274-275 son un innecesario paréntesis en la recurrente mención del parecido de Telémaco
con su padre (véase 1, 207-209; 3, 122-125; 4, 141-146).
179
Kêr (o Kêres como en v. 316) es la muerte personificada. Son espíritus femeninos –daímones– de la
muerte violenta o cruel, incluyendo la muerte en batalla, por accidente, asesinato o enfermedad repentina. El
daimon denominado Thánatos es el dios de un tipo más pacífico de muerte. Inmediatamente después del
nacimiento de una persona, la Moîra o Aîsa determina el destino de la vida y la Ker, de la muerte (véase
Ilíada 2, 302; 9, 411; 12, 326; 21, 565).
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Pero, marchándote a la casa, reúnete con los pretendientes;
prepara provisiones y mete todo en recipientes,
el vino en cántaros, y la harina, sostén de los hombres 290
en pellejos espesos. Yo por el pueblo, a compañeros
que al punto lo deseen, voy a reunir. Existen naves,
numerosas, en Itaca, rodeada de mar, nuevas y viejas;
entre ellas, observaré yo la mejor
y aviándola rápidamente la lanzaremos al ancho ponto». 295
Así habló Atenea, hija de Zeus, y ya no más tiempo
Telémaco ya no se demoraba, pues había escuchado la voz de un dios180.
Iba hacia el palacio, acongojado el querido corazón,
y encontró en el mégaron a los altivos pretendientes
degollando cabras y asando cerdos en el patio181. 300

REACCIÓN DE LOS PRETENDIENTES AL ANUNCIO DE TELÉMACO (301-336 )

Antínoo iba derecho riendo hacia Telémaco,


le tomó la mano, le dijo su palabra y llamó por su nombre:
«Telémaco, insolente182, reprime tu temperamento, ninguna otra
mala acción en el pecho, o una palabra, te preocupe,
más que comer y beber conmigo como antes183. 305
Los aqueos te prepararán todas estas muchas cosas:
una nave y remeros elegidos, para que llegues con mayor rapidez
a la sagrada Pilos en busca de noticias de tu ilustre padre».
A su vez, con discreción, le respondió Telémaco:
«Antínoo, ya no es posible con ustedes, arrogantes, 310
compartir un banquete sin desearlo y disfrutar tranquilamente.
¿O no es suficiente que hasta ahora hayan destruido muchos y nobles
bienes míos, pretendientes, mientras yo era todavía un niño?
Ahora que ya soy grande y que, escuchando la palabra de otros,
averiguo, la cólera ha crecido dentro de mí, 315
intentaré el modo de enviar a ustedes funestas Keres184,
sea marchando a Pilos o aquí mismo, en el pueblo.
Me voy –y no será infructuoso el viaje que anuncio –
como pasajero, pues no estoy en posesión de naves ni remeros,
como sin duda les parece ahora más ventajoso». 320
Así dijo y retiró su mano de la mano de Antínoo,

180
Otra vez el narrador es quien informa que Méntor es Atenea. Pero ¿cómo sabe Telémaco es la voz
de un dios la que ha escuchado? Posiblemente porque lo había invocado en vv. 262-265.
181
La escena de los pretendientes que permanecen en el palacio de Odiseo tendrá su continuación en 4,
625-674, cuando se dan cuenta de que se ha marchado realmente en la nave.
182
Ya se le había adjudicado este adjetivo a Telémaco –hypsagóras, «insolente» o «que habla alto en el
ágora»– en v. 85 y en 1, 385.
183
Esta frase tiene indudablemente un matiz irónico, pues invita a Telémaco a banquetear con los
pretendientes cuando el joven reiteradamente les ha pedido que no devoren su hacienda. Muestra a Antinoo
como un personaje diplomático pero falso.
184
Véase nota a v. 283.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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sutilmente. Y los pretendientes en palacio se ocupaban del banquete
y lo mortificaban y se burlaban con palabras185.
Así decía uno de los jóvenes arrogantes186:
«Seguro que Telémaco está meditando nuestra muerte; 325
Quizás algunos defensores traerá de la arenosa Pilos
quizás alguien de Esparta, porque lo desea con vehemencia.
O quizás quiere ir a Efira187, tierra fértil,
a fin de traer de allí venenos que corrompen la vida
y echarlos en la cratera para destruirnos a todos». 330
Y por su parte otro de los jóvenes arrogantes decía:
«¡Quién sabe si, cuando se marche en la cóncava nave,
no muere él también, deambulando como Odiseo!
Así aumentaría el trabajo para nosotros
pues todos sus bienes nos repartiríamos, y la casa 335
a su madre concederíamos y a quien con ella se case».

TELÉMACO PREPARA SU PARTIDA (337-434)

Así decía. Descendió Telémaco al aposento188 de elevado techo de su padre,


amplio, donde había oro y bronce amontonado,
vestidos en arcones y abundante aceite aromático189.
Allí, tinajas de añejo190 vino dulce 340

185
La escena va a concluir con dos discursos anónimos (vv. 325-33 y 332-336), que tienen la
característica de representar un sentimiento colectivo a pesar de ser emitidos por un individuo. En Odisea hay
trece discursos anónimos más, la mayoría son pronunciados por los pretendientes (véase 4, 768-772; 8, 328-
833; 10, 37-46; 13, 167-170; 17, 482-488; 18, 72-75, 111-117 y 400-404; 20, 373-384; 21, 361-366, 396-400
y 401-404 y 23,148-152).
186
Se menciona con frecuencia que los pretendientes son jóvenes. Su juventud aparece también en boca
de Atenea (13, 425), en la de ellos mismos (17, 479; 20, 361; 21, 179) y en la del narrador (aquí y en v. 331;
en 4, 769; 17, 294 y 482; 18, 6; 20, 375; 21, 184, 361 y 401). En los poemas homéricos esta juventud está
asociada con la desmesura y la arrogancia (véase Ilíada 3, 108 y 23, 589-590) y contrasta con la edad
provecta, que otorga sabiduría (véase 7, 156-158). En contraste, jóvenes sensibles y de buen corazón son
Telémaco (3, 124-125), Pisístrato hijo de Néstor (4, 204-205) y Nausicaa (7, 292-294).
187
Efira se mencionó en 1, 259. En Ilíada es el lugar donde nació Tiepólemo, hijo de Heracles (2, 659)
, está a orillas del río Seléentos (15, 531). Es también el antiguo nombre de Corinto, patria de Sísifo (véase
Ilíada 6,152 y 210).
188
Thálamos; este término está reservado al lugar en que se duerme y en el cual, por seguridad, se
almacenaban las vituallas. Significa, por tanto, «dormitorio», pero también «despensa» o «almacén ». El
verbo «descendió» indica que, en este caso, se trata de una especie de sótano. Este thálamos no es el aludido
en 21, 8 ss., donde se guardaban el arco y las armas de Odiseo. En rigor, el término designa en Homero
cualquier estancia privada. En Odisea se denomina thálamos también a la habitación de Telémaco (véase 1,
425 y 19, 48), aunque más generalmente se trata de la estancia reservada a la señora de la casa, como la de
Helena en 4, 121.
189
Telémaco en vv. 340-380 da cumplimento a la orden de Atenea de 289-291.
190
Para los adjetivos del vino en los poemas homéricos, cfr. «Calificativos aplicados al vino
en Ilíada y Odisea” de Elbia H. DIFABIO (2011), en que cita este verso (p. 62) para señalar que aquí el poeta
elige palaiós (micénico parajo), vetustus, añejo, antiguo, para acompañar a la palabra «vino». El adjetivo
palaiós se usa aplicado a un objeto, por ejemplo a vasos o al lecho nupcial, en cambio geraiós es «viejo»
referido a personas (latín seniores). DIFABIO también señala (p. 60) que el adjetivo poético larós –aplicado al
vino en grado superlativo en el verso 350– designa un bocado exquisito, placentero, apetecible, lo más
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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que contienen sin mezcla una bebida divina.
Estaban en hilera apoyadas en la pared, por si alguna vez Odiseo
volvía a la casa, después de sufrir muchos dolores.
Cerradas, encajaban las hojas fuertemente ensambladas,
de la doble puerta. Allí una mujer despensera191, día y noche 345
se mantenía atenta, la que vigilaba todo con agudeza de mente,
Euriclea, hija de Ops Pisenórida192.
A ella entonces le habló Telémaco, llamándola a la habitación193:
«Ama194 ¡vamos! sácame en ánforas dulce vino,
el más delicioso195 después del que tú guardas 350
pensando en aquel desventurado, por si llegara alguna vez
Odiseo de linaje divino, habiendo evitado la muerte y las Keres.
Llena doce y ajusta todas con tapas.
Vierte para mí harina, en bien cosidos pellejos,
que sean veinte medidas de harina de trigo molido. 355
Que solo tú lo sepas. Que esté todo preparado,
por la tarde yo lo tomaré, cuando ya
mi madre al piso de arriba haya subido y piense en el lecho.
Voy hacia Esparta y a la arenosa Pilos,
a averiguar sobre el regreso de mi padre, por si algo escucho». 360
Así dijo; y se lamentó la querida nodriza Euriclea
y lamentándose pronunció aladas palabras:
«¿Por qué, hijo querido, en la mente este proyecto
apareció? ¿A dónde quieres ir, en una tierra tan vasta,
siendo el muy amado hijo único? Pereció lejos de su patria 365
Odiseo de linaje divino, en un país ignoto.
Estos, al punto en que te marches, meditarán males otra vez,

escogido o sabroso, que Homero también refiere a la carne (Ilíada 17, 572) o a la comida (véase 12, 283 y 14,
408 e Ilíada 19, 316).
191
«Despensera» traduce tamíe. El término se refiere a la sierva con autoridad suficiente para custodiar
la llave del thálamos y distribuir las vituallas que en el lugar se atesoran. Suele traducirse también como «ama
de llaves», «administradora», en definitiva, «la que reparte». La fórmula más frecuente que la inscribe es la
siguiente: «la venerable despensera puso comida que llevaba y añadió otras cosas, favoreciéndolo entre los
presentes» (adjudicada a la despensera en Itaca en 1, 139-140; 15, 138-139; 17, 94-95; 17, 259-260, a la de
Menelao en Esparta en 4, 55-56, a la de Alcínoo entre los feacios en 7, 175-176 y la de Circe en Eea en 10,
371-372). En la segunda parte del poema, Eurínome es también una tamíe en la casa de Odiseo (véase 17,
495; 18, 169; 19, 96 y 23 , 154).
192
Véase nota a 1, 429. La reacción afectiva de Euriclea ante la partida de Telémaco contrasta con la
indiferencia cruel de los pretendientes.
193
Los intercambios sociales son inseparables de la interacción lingüística y, según una convención del
género épico, es patrimonio prácticamente exclusivo de los áristoi; los personajes menores o serviles están
excluidos del discurso, a no ser los servidores altamente individualizados, como es el caso de Euriclea. Cfr. el
artículo «Proxémica servil en Odisea» de Alicia ATIENZA (2005). Otros autores (THALMANN 1995: 49-51)
entienden que la división extrema entre la clase privilegiada y los grupos dependientes no se corresponde con
la verdad histórica, sino que se trata una representación social simplificada en los poemas homéricos.
194
«Ama» traduce maîa, término hipocarístico que surge de agregar el sufijo –ya a la raíz ma-, como en
el caso de graîa (anciana). De este modo es llamada Euriclea, no solo por Telémaco, sino también por Odiseo
(19, 482) y por Penélope (23, 11).
195
Véase nota a v. 340.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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para que te mueras con engaño. Ellos se lo repartirán todo.
Más bien, quédate aquí sentado sobre tus cosas; no te es necesario
sufrir males en el estéril ponto. ni andar deambulando». 370
Y a su vez Telémaco le contestó con discreción:
«No temas, ama, porque no sin un dios lo he decidido.
Pero jura que no vas a contar esto a mi querida madre196
hasta que llegue el día décimo o el duodécimo,
o que ella misma me eche de menos y escuche que me he ausentado, 375
para que no arruine su bella piel llorando».
Así habló, y la anciana hizo un gran juramento por los dioses.
Cuando juró y finalizó su juramento
enseguida después vertió vino en las ánforas
y echó harina en cueros bien cosidos. 380
Y Telémaco, subiendo a la casa, se reunió con los pretendientes.
Entonces la diosa de ojos de lechuza, Atenea, planeó algo más.
Tomó la figura de Telémaco y fue por toda la ciudad
y acercándose a cada hombre les decía su palabra;
les ordenaba reunirse en el crepúsculo junto a la rápida nave197. 385
Luego a Noemón, esclarecido hijo de Fronio,
pidió una rápida nave. Y él se la ofreció de buen talante.
Y se sumergió Helios y todos los senderos se ensombrecieron.
Entonces empujó hacia el mar la rápida nave198, en ella
colocó los aparejos, las que llevan las naves de buenos bancos 390
y la detuvo en lo más apartado del puerto. Los valientes compañeros,
se reunieron en torno, pues la diosa había impulsado a cada uno.
Entonces la diosa de ojos de lechuza, Atenea, planeó algo más199.
Se dirigió hacia el palacio del divino Odiseo
y allí sobre los pretendientes derramó dulce sueño, 395
los extravió mientras bebían y las copas cayeron de sus manos.
Ellos se apresuraron por la ciudad para ir a dormir y ya no
permanecieron sentados, pues el sueño se posaba sobre sus párpados.

196
Los vv. 373-378 constituyen una escena típica en la que se hace un juramento. Puede compararse
con el de Helena en 4, 253-254, el que Odiseo pide a Calipso en 5, 177- 178, el que pide a Circe en 10, 342-
344, el que pide a Euríloco y a sus compañeros en la isla de Helios en 12, 298-302, el que solicita a los
marineros la mujer que raptó a Eumeo en 15, 435-436 y el que requiere Odiseo/ mendigo a los pretendientes
en 18, 55-58.
197
Los preparativos para un viaje, sea por mar o por tierra, tienen un lugar destacado en la narrativa
homérica. Esta es la primera de las escenas de este tipo y dada su importancia se describe con detalle. Puede
compararse con otras como la partida de los feacios de Esqueria (8, 48-55 y 13, 18-80 ), el relato de Odiseo de
su marcha de la isla de Circe (11, 1-9), el viaje de regreso de Telémaco (15, 217-294); la preparación de la
emboscada de los pretendientes (4, 778-786 + 842-843). Véase el esquema general de la preparación del viaje
de Telémaco en nota 1.
198
Noemón por sí solo echa la nave al mar, cuando lo usual es que lo hagan varios miembros de la
tripulación, por ej. en 4, 780. Noemón figura en el verso 386 y reaparece sólo en 4, 630-657 preguntando, de
manera un tanto ingenua, a los pretendientes si no han visto a Telémaco a quien prestó su nave.
199
El v. 393 repite el v. 382 y se supone aquí una interpolación medieval, puesto que no figura en
algunos mss.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Entonces se dirigió a Telémaco Atenea, de ojos de lechuza,
convocándolo a salir del palacio tan confortable200, 400
semejante a Méntor en la figura y en la voz201:
«Telémaco, ya tus compañeros de hermosas grebas
están sentados al remo y esperan tu orden de partida.
Vamos, no retrasemos por más tiempo el viaje».
Así después de hablarle lo guiaba Palas Atenea, 405
velozmente. Y él marchaba tras las huellas de la diosa.
Cuando arribaron a la nave y al mar
encontraron luego sobre la ribera a los compañeros de largo cabello
y entre ellos habló la sagrada fuerza202 de Telémaco:
«Vamos, amigos, traigamos las provisiones; todo ya 410
está acumulado en el palacio. Mi madre no sabe nada
ni las demás criadas; sólo una ha oído mi palabra».
Así después de hablar los guiaba y ellos lo seguían de cerca.
Llevaron todas las cosas y en la nave de buenos bancos203
las colocaron como había ordenado el querido hijo de Odiseo. 415
Subió luego Telémaco a la nave; Atenea iba adelante
y se sentó en la popa, y al lado de ella
se sentó Telémaco. Soltaron las amarras,
subieron todos y se sentaron en los bancos.
y les envió un viento favorable Atenea, de ojos de lechuza204, 420
el fuerte Céfiro205 que silba sobre el vinoso ponto.
Telémaco animó a los compañeros, les ordenó
asir los aparejos y ellos obedecieron al que los mandaba.
Levantaron el mástil de abeto y en un agujero central
lo colocaron después de levantarlo, ataron las sogas 425
y tendieron las blancas velas con bien torneadas correas de cuero.
El viento hinchó la vela del medio y las olas por ambos lados,

200
Fórmula que puede traducirse como «palacio agradable para vivir», frecuente en Odisea (véase 19,
30; 21, 387 y 22, 399) que no aparece en Ilíada.
201
En vv. 399-406, Atenea asume de nuevo el aspecto de Méntor, de quien no se hizo mención en una
larga extensión del canto (vv. 260-297). Atenea en el entretanto había tomado la apariencia de Telémaco para
escoger la tripulación (vv. 382-385)
202
Fórmula aplicada a Telémaco (véase 16, 476; 18, 60 y 405; 21, 101 y 130; 22, 354), que quizás
originariamente intentara resaltar el carácter real de los personajes a quienes se aplica. La fuerza es su carácter
real y solo ella (no el personaje en sí) puede ser calificada de «sagrada». Una expresión similar aparece
referida a Alcínoo (véase 7, 167; 8, 2, 4, 385 y 421; 13, 20 y 24) e inadecuadamente al pretendiente Antínoo
(18, 34) debido a que los nombres Alcínoo y Antínoo son equivalentes métricamente.
203
Este epíteto referido a nave no es frecuente, solo vuelve a aparecer en 14, 345.
204
Notablemente, el viento favorable es enviado por Atenea antes de haberse realizado los preparativos
del viaje.
205
Céfiro es el viento del oeste, hijo de Astreo y de Eos (cfr. Hesíodo, Teogonía 378). Céfiro y Bóreas
son con frecuencia mencionados juntos (5, 295 e Ilíada 9, 5). Estuvo casado con Cloris con quien engendró a
Karpós (Fruto). Es el viento primaveral y se suponía que vivía en una cueva de Tracia. El mito más famoso
con el que está relacionado es el de Jacinto, atlético príncipe espartando, quien le fue disputado por Apolo.
Jacinto eligió a este último y más tarde, cuando practicaban un día el lanzamiento de disco, Céfiro celoso
mandó una ráfaga y el disco cayó en la cabeza de Jacinto y lo mató y de su sangre, brotó la flor con su
nombre.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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purpúreas e inmensas, en la quilla de la nave en marcha bramaron
y corría sobre las olas avanzando en su derrotero.
Después de sujetar los aparejos en la oscura nave 430
levantaron las crateras llenas de vino hasta los bordes
e hicieron libaciones a los inmortales dioses eternos206
y entre todos en especial a la de ojos de lechuza, hija de Zeus207.
Y durante toda la noche y el amanecer siguió su derrotero208.

206
Solamente en este lugar hay una libación realizada en el mar. Hay cierta ironía dramática en el
hecho de realizar una libación a Atenea cuando ella está allí mismo en la nave.
207
El viaje por mar se describe en unos pocos hexámetros (vv. 427-434), de manera breve como la
mayoría de las veces (véase 4, 842-843; 11, 10-13; 12, 152; 15, 294-300 e Ilíada 1, 312 y 481-483); la única
ocasión en que la descripción toma más versos es en 13, 81-92.
208
El final del día coincide con el final del canto, como en repetidas ocasiones.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Canto III
Telémaco en Pilos

TELÉMACO Y ATENEA SON RECIBIDOS POR NÉSTOR Y SU PUEBLO (1-66) 209

Se elevó Helios, después de abandonar el bellísimo estanque210


hacia el cielo de bronce211, para alumbrar a los inmortales
y a los mortales hombres sobre la tierra dadora de vida212.
Y a Pilos213, la bien construida ciudad de Neleo214
arribaron. Estaban sacrificando sobre la ribera del mar 5
toros enteramente negros215 para el que sacude la tierra, el de cabellera azul216.

209
El canto 3 relata el tercero, cuarto y quinto días desde que comienza la acción. Comprende la visita
de Telémaco a Pilos para entrevistarse con Néstor y averiguar noticias de su padre. La estancia en Pilos se
extiende por casi todo el canto (vv. 1-485) y solo se destinan unos pocos versos al final (vv. 486-497) para
referir que los viajeros continuarán hacia Esparta haciendo noche en Feras. En este canto, el narrador nos
conduce desde la anarquía de Itaca a la ordenada paz de Pilos en la que reina Néstor con sabiduría y
autoridad. Curiosamente, Telémaco, a pesar de haber dejado atrás la tumultuosa y agraviante voracidad de los
pretendientes, no va a pedir consejo sobre cómo terminar con ellos (aunque sobre el punto los había
amenazado en 2, 316-317), sino solo pretende obtener noticias sobre Odiseo y consigue así enterarse de otros
nóstoi de los héroes de Troya. Virgilio sigue los pasos de este episodio en canto 8 de Eneida cuando Eneas
visita a Evandro, rey sabio al que acude el joven en busca de ayuda para combatir los ejércitos de Turno.
210
La metáfora aparece solo en este lugar. El poeta, compara aquí el mar con una laguna o pantano de
aguas tranquilas.
211
«De bronce» traduce el adjetivo polýchalkos, que en otras ocasiones, cuando se refiere a una ciudad
(por ej. a Sidón, en 15, 425) debe traducirse como «rica / abundante en bronce». Aplicado al cielo se
encuentra en Ilíada (5, 504) donde también está combinado con polýchrysos –rica en oro– aplicado a Troya
(18, 289) y al troyano Dolón (10, 315).
212
«Dadora de vida» es el epíteto más frecuente de «tierra» y ambos términos en fórmula siempre
ocupan el segundo hemistiquio del hexámetro (véase 4, 229; 5, 463; 7, 332; 9, 357; 11, 309; 12, 386; 13, 354
y 19, 593 e Ilíada 2, 548; 8, 486 y 20, 226).
213
La posición geográfica de esta Pilos fundada por Neleo ha sido discutida desde la Antigüedad.
Existían tres ciudades del mismo nombre: en Mesenia, en Elide y en Trifilia. Los antiguos situaban la Pilos de
Néstor en Mesenia (cfr. Píndaro, Pítica 6, 35). En Ilíada (5, 545) se dice que estaba regada por el río Alfeo,
que corre por la Élide y Arcadia, pero se refiere a toda la «región de los pilios». Un fuerte argumento en favor
de su ubicación en Mesenia es que Telémaco va a tardar dos días para llegar de Pilos a Esparta, pasando la
noche en Feras. Las excavaciones del Prof. Carl William Blegen, de 1952 a 1969, demostraron que la
verdadera Pilos estaba a unos diez kms. al noreste de la bahía y es un buen modelo de palacio micénico. En
las ruinas de este palacio se han encontrado cientos de tablillas con inscripciones en lineal B.
214
Hijo del dios del mar Posidón y de Tiro. Por su madre descendía de Salmoneo y por lo tanto de
Eolo. Neleo fue desterrado por su hermano Pelias luego de una disputa por el poder y fundó entonces la
ciudad de Pilos en Mesenia. Contrajo matrimonio con Cloris, hija de Niobe y tuvo de ella una hija, Pero, y
doce hijos, entre ellos Néstor. Cfr. Apolodoro (Biblioteca 1, 9, 5-6 y 8-9) y Píndaro (Pítica 4, 136). En Ilíada
11, 691-693 se menciona el episodio de la muerte de todos los hijos de Neleo –excepto Néstor– bajo las
flechas de Heracles.
215
Las víctimas sacrificiales negras están siempre dedicadas a las divinidades ctónicas o subterráneas
(véase 11, 33 e Ilíada 3, 103), su mención aquí demuestra que el culto a Poseidón estaba en relación estrecha
con Hades.
216
Epítetos de Poseidón, el dios del mar. Es el único lugar en que estos dos calificativos aparecen
juntos. «El que sacude la tierra» es el epíteto que con mayor frecuencia se adjudica a Poseidón, en caso
nominativo, siempre al final del verso (véase nota a 1, 74). Hesíodo (Escudo de Heracles 104) lo llama «El
que sacude la tierra como un toro». A pesar de esta denominación, en una sola ocasión «sacude la tierra y la
excelsa cumbre de los montes» (Ilíada 20, 57-58), Poseidón es más bien considerado una divinidad que
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Había nueve asientos217, en cada uno quinientos hombres
se sentaban y cada grupo ofrendaba nueve toros218.
Mientras comían las vísceras se quemaban los muslos para el dios.
Y ellos encallaron; arriaron las velas de la equilibrada nave 10
después de atarlas las acomodaron; anclaron y descendieron.
Descendió Telémaco de la nave y Atenea iba adelante219.
Él se dirigió en primer lugar la diosa de ojos de lechuza:
«Telémaco, no debes ya tener vergüenza, ni lo más mínimo,
porque has navegado el ponto para averiguar 15
sobre tu padre, dónde lo oculta la tierra y qué destino ha encontrado.
Pero vamos, marcha derecho a lo de Néstor, domador de caballos220;
sepamos cuál pensamiento guarda en el pecho.
Suplícale a él en persona para que diga cosas verdaderas;
aunque mentira no dirá, pues es muy sensato221». 20
Y a su vez Telémaco le contestó con discreción:
«Méntor, ¿cómo me acerco? ¿cómo voy a saludarlo?
No tengo experiencia alguna en discursos consistentes.
Además, a un hombre joven le avergüenza interrogar a uno más viejo».
Y le habló de nuevo a él la diosa de ojos de lechuza, Atenea: 25
«Telémaco, unas cosas concebirás tú en tu propia mente
y otras te las infundirá la divinidad222. No creo

domina los mares, y con esto probablemente se relaciona su «cabellera azul». El sacrificio de toros negros
recuerda la ofrenda de animales oscuros que se hace a las divinidades subterráneas (véase 11, 33), en Píndaro
(Olímpica 13) y en Virgilio (Eneida 5, 237) se le realiza a Poseidón el sacrificio de un toro blanco.
217
El término «asientos» se refiere a lugares para sentarse que organizan a los pilios en nueve grupos,
igual número que sus ciudades. Nueve por 500 significa 4500 hombres, que es un número ingente. Desde el
punto de vista político queda claro que se trata de una confederación de nueve ciudades bajo el control del
wanax que reside en el palacio principal.
218
El espectáculo que Telémaco observa desde la nave es el de estos miles de hombres en hilera de cara
al mar para hacer el sacrificio a Poseidón de 81 toros. Este episodio tiene la importancia de ser uno de los
pocos registros de una hecatombe en la Antigüedad. Si bien el término „hecatombe‟ significa
etimológicamente «cien bueyes» –hekatón, «cien», y boũs, «buey»– el sacrificio no implica este número
exacto. A diferencia de Ilíada (1, 446-456) no está a cargo de un sacerdote. Evidentemente se trata de una
sociedad afecta a los rituales religiosos. En los dos días que dura la visita de Telémaco se llevan a cabo por lo
menos dos sacrificios (este y en 417-473), tres libaciones (40-64, 332-342 y 388-394) y tres plegarias (55-61,
380-384, 444-446).
219
Recordemos que Telémaco está siendo asistido y aconsejado por Atenea en la figura de Méntor
(véase 2, 267-297).
220
A pesar de la importancia de la figura de Néstor en este canto, no hay una descripción detallada del
personaje; además de estas palabras en boca de Méntor-Atenea y de las que más adelante pronuncia Telémaco
(vv. 244-246) hay una autorreferencia cuando el anciano se describe a sí mismo como semejante a Odiseo en
los pensamientos (vv. 126-129).
221
Los vv. 19-20 constituyen una fórmula que se repite en vv. 327-328 y han sido omitidos en otras
versiones, pues se trata probablemente de una interpolación medieval.
222
Atenea utiliza el término daímon como sinónimo de dios (véase Ilíada 1, 222; 3, 420; 5, 438; etc.).
En la épica, daímon alude más bien a un poder divino, a un poder que controla el destino de los individuos
(véase 5, 396 y 10, 64) y theós a la divinidad en persona. En la tragedia, daímon se utiliza como sinónimo de
buena o mala fortuna (Esquilo, Persas 601; Sófocles, Edipo en Colono 76) o como el genio personificado de
una familia o una persona (Esquilo, Agamenón 1569; Sófocles, Edipo rey 1194). En otros lugares designa el
alma de los hombres de la Edad de oro (Hesíodo, Trabajos y días 112; Teogonía 1348). También daímon
suele denominar a una especie de divinidad inferior (Plutarco 2, 415a).
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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que contra la voluntad de los dioses hayas nacido y crecido».
Así después de hablar lo condujo Palas Atenea,
con premura. Y él caminaba tras las huellas de la diosa. 30
Llegaron a los hombres de Pilos223, a la asamblea y los asientos
donde Néstor estaba sentado con sus hijos y, en derredor, los compañeros
preparando el banquete asaban carne y ensartaban otros alimentos.
Cuando vieron a los forasteros, vinieron todos en grupo,
les estrecharon las manos y les ordenaron que se sentaran. 35
Primero fue Pisístrato Nestórida224 quien se acercó:
de ambos tomó la mano y los hizo sentar para el banquete
en blandas pieles de ovejas, sobre las arenas del mar,
junto a su hermano Trasímedes225 y su padre.
Le sirvió parte de las vísceras, les vertió vino226 40
en copa de oro y con un saludo se dirigió
a Palas Atenea, doncella de Zeus, portador de la égida227:
«Ruega ahora, forastero, al soberano Poseidón228,
por él es el banquete que encontraron al llegar aquí.
Mas cuando hayas hecho las libaciones y ruegos, como es costumbre229, 45
entrega también a ese el vaso de vino dulce como la miel

223
Escena típica de recepción de un visitante. a) Telémaco llega y encuentra a la persona a la que había
ido a buscar (vv. 31-33); b) es recibido por los pilios en general (vv. 34-35) y por Néstor y su hijo en
particular (vv. 36-64); c) se le ofrece una comida (vv. 65-67). Es interesante comparar esta recepción con la
de Menelao (4, 20-43) y notar la diferencia entre la simplicidad de la acogida de Néstor quien se ocupa
personalmente del forastero y la rica opulencia del palacio de Esparta.
224
La preeminencia que el narrador otorga a Pisístrato en esta escena es el preludio del protagonismo
que el hijo de Néstor va a tener en adelante. En el palacio de Menelao va a jugar un rol esencial, no solo como
vocero de Telémaco (4, 155-167) y su consejero (15, 49–55), sino también como un personaje de propio
derecho (4, 186-211). Pisístrato va a concluir su rol y desaparecer del poema en 15, 202-216. Es el hijo menor
de Néstor y todavía no casado (v. 401). No está mencionado en Ilíada ni tampoco en el listado de los hijos de
Néstor provisto por el Catálogo de las mujeres de Hesíodo (fr. 35, 10 ss.). Heródoto (65, 3-4) arriesgó que la
familia de Pisístrato, el tirano de Atenas, descendía de los Nélidas de Pilos (5, 65), por lo cual una hipótesis
reza que se asignó este nombre al hijo de Néstor en la época de recensión de Odisea en el siglo VI a.C.
225
Al final de este canto (vv. 442-443) Trasímenes inmola con un hacha la ternera para el sacrificio.
226
El hecho de que Pisístrato en persona sirva la carne y el vino a los recién llegados es la primera de
las manifestaciones de atención personal con la que la familia real de los pilios atiende a Telémaco. Más
adelante Néstor lo ubica en el lecho al visitante (vv. 397-399), ordena a toda la familia que ayude a los
preparativos para el sacrificio y todos se esmeran en cumplir su deseo (vv. 417-473), la hija de Néstor lava a
Telémaco (vv. 464-465) y los hijos preparan el carro que se llevará al huésped (vv. 475-478).
227
La égida, emblema de las nubes de tormenta que asustan a los hombres (Ilíada 17, 592-596) es un
atributo de Zeus, único dios a quien se aplica el epíteto «portador de la égida» (Ilíada 1, 202 y 222; 2, 157,
348 y 375; etc.). Sin embargo, la utilizan Atenea (22, 297 e Ilíada 2, 447-453) y Apolo (15, 318 y 361), y en
Esquilo se considera atributo de Atenea (Euménides 404). Homero la describe como una especie de escudo
que se cuelga del hombro y tiene abstracciones representadas como la Discordia, la Fuerza y la Huida, como
así también la cabeza de la Gorgona (Iliada 5, 738-742). Construida por Hefesto, la finalidad de su uso es
doble: producir terror en los enemigos (Ilíada 4, 167 y 15, 311) y también proteger a los amigos (Ilíada 2,
447-453 y 24, 20). Heródoto da este nombre (4, 189) a un ropaje de piel de cabra sobre el vestido, que las
mujeres –libias primero y griegas después– copiaron de la estatua de Atenea.
228
La escena no carece de ironía trágica: Pisístrato le solicita a Atenea (si bien en su apariencia de
mortal) que eleve una plegaria a Poseidón, su enemigo y oponente feroz de Odiseo.
229
El poeta usa el término thémis –que traducimos por «costumbre»– para designar a un ritual
establecido con la fuerza de la ley consuetudinaria.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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para que haga libación; porque creo que también él a los inmortales
debe rogar; todos los hombres necesitan de los dioses.
Pero como es más joven, de la misma edad que yo
quiero darte a ti primero la copa de oro». 50
Así diciendo, puso en su mano el vaso de agradable vino
Atenea se alegra por el inspirado y justo muchacho
y de que a ella primero le diera la copa de oro.
Al punto hizo un extenso ruego al soberano Poseidón230:
«Escucha, Poseidón, que circundas la tierra, no te opongas 55
a nosotros que te rogamos llevar a término esta empresa.
A Néstor antes que a nadie y a sus hijos, concede honor,
mas luego dispensa a los demás feliz recompensa
a todos los pilios por su espléndida hecatombe231.
Otorga además a Telémaco y a mí que volvamos habiendo logrado 60
aquello por lo que vinimos aquí en veloz, negra nave».
Más adelante ella misma cumplió todo lo que había implorado.
Dio a Telémaco la bella copa doble232
y de manera semejante oró el querido hijo de Odiseo233.
Una vez que asaron la mejor carne, la reservaron aparte, 65
y después de repartir las porciones, celebraron un espléndido banquete234.

TELÉMACO EXPONE EL MOTIVO DE SU VISITA A PILOS (67-101)

Y cuando saciaron su deseo de comer y beber


comenzó su discurso el jinete Gerenio235, Néstor236:
«Ahora por cierto lo mejor es conversar y preguntar

230
Los vv. 54-62 tienen formalmente los rasgos típicos de una plegaria, empezando por el verbo en
Imperativo de segunda persona y siguiendo por la invocación y el ruego a la divinidad para que se cumpla un
deseo. La ironía está dada por el hecho de que Atenea no es un mortal invocando a un dios, sino una diosa
dirigiéndose al adversario acérrimo de su protegido.
231
Literalmente significa «sacrificio de cien bueyes», pero aquí son 81.
232
En griego amphikýpellos, que no debe entenderse como una copa de doble asa sino de doble vaso,
igual hacia arriba que hacia abajo, comparable a la celda de una colmena, semejante a la que Hefesto ofrece a
Hera en Ilíada 1, 584.
233
Esta fórmula resume en un solo hexámetro la plegaria de Telémaco similar a la de Atenea. Véase 20,
238 y 21, 203 aplicada a un ruego de Eumeo a los dioses.
74. 234 Véase nota a 7, 50.
235
Gerēnios es el epíteto de Néstor (véase 4, 161 e Ilíada 2, 336 y 433; 7, 170 y 181; 9, 162 y 179;
etc.). De etimología incierta, tiene forma de patronímico, pero no se conoce un héroe llamado Gerén, y Néstor
es hijo de Neleo y nieto de Poseidón. Puede que aluda a Gerenia, ciudad de Laconia o Mesenia, pero ningún
héroe homérico lleva por epíteto el nombre de una ciudad; o podría tener relación con gérōn, «anciano», dado
que esta fórmula es intercambiable con otra que contiene este adjetivo.
236
La conversación entre Néstor y sus huéspedes se va a extender por 318 hexámetros (vv. 67-385) y
está construida en cinco partes bien delimitadas: a) una especie de introducción que da lugar a la explicación
del motivo de la llegada de Telémaco (vv. 67-101); b) una extensa narración de Néstor que incluye el nóstos
del anciano héroe (vv. 102-200); c) un intermedio en el que se menciona la venganza contra los pretendientes
(vv. 201–522); d) un segundo parlamento narrativo de Néstor (vv. 253–328); e) la conclusión en torno de la
partida de Méntor-Atenea (vv. 329-385).
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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a los huéspedes quiénes son, ya que han disfrutado la comida237.
70
Extranjeros, ¿quiénes son?, ¿por dónde navegaron húmedos senderos?
¿Existe algún asunto o andan deambulando sin motivo
como los piratas por el mar, que deambulan
arriesgando sus vidas, llevando adversidad a los de otros lugares238?»
Y a su vez le contestó, con discreción, Telémaco 75
llenándose de valor, pues la misma Atenea le puso audacia en el corazón
para que le preguntara sobre su padre ausente
y para que obtenga noble fama entre los hombres239:
«Néstor, hijo de Neleo, gran orgullo de los aqueos240,
preguntas de dónde somos y yo te lo expondré. 80
Nosotros hemos llegado de Itaca, al pie del Neyo241,
y es privado, no público, el asunto de que te voy a hablar.
De la amplia fama de mi padre voy en pos, por si en algún sitio escucho
sobre el divino Odiseo, de corazón tenaz242, de quien, en otro tiempo, dicen,
contigo luchando, logró arrasar la ciudad de Troya. 85
»De todos los otros, cuantos lucharon contra los troyanos,
hemos averiguado dónde cada uno pereció con cruel muerte.
Pero la muerte de aquél el Crónida mantuvo ignota,
pues nadie puede decir claramente dónde ha muerto,
si ha perecido en tierra firme entre hombres enemigos 90
o en el mar entre las olas de Amfítrite243.
»Por tal motivo ahora a tus rodillas llego, por si quieres
hablar de aquella desventurada muerte, tanto si en algún sitio la viste
con tus ojos o has escuchado el relato de otro
que anda errante. ¡Pleno de desgracias lo parió su madre! 95
Y no endulces el relato por tener vergüenza o sentir piedad,
sino dime con detalle cómo asististe a tal escena244.
Te lo suplico si es que alguna vez mi padre, el noble Odiseo,

237
Recién después del banquete el anfitrión realiza las preguntas dirigidas a develar la identidad de su
huésped (véase nota a 1, 170), en el siguiente orden: 1.- «¿quién eres?» (aunque en el v. 60 Atenea ya ha
mencionado el nombre de Telémaco); 2.- «¿de dónde vienes?»; 3.- «¿qué asunto te trae?». Telémaco no
responde dando su nombre propio sino que se presenta como hijo de Odiseo (vv. 83 y 98), se manifiesta
oriundo de Itaca (vv. 80-81) y da el motivo de su viaje, que no es otro que obtener noticias de Odiseo (vv. 82-
101).
238
Los versos 71-74 son una fórmula que se repite en 9, 252-255, véase nota ad loc.
239
La misma fórmula en 1, 95.
240
La fórmula «gran orgullo de los aqueos» es invocación tanto para Néstor (véase v. 202 e Ilíada 10,
87 y 555; 11, 511; 14, 42) como para Odiseo (véase 12, 184 e Ilíada 9, 673; 10, 544).
241
El monte Neyo está mencionado en 1, 186.
242
«De corazón tenaz» traduce talasíphronos. El epíteto, siempre adjudicado a Odiseo, aparece una vez
en Ilíada (11, 466) y once veces en Odisea (1, 87 y 129; 3, 84; 4, 241 y 270; 5, 31; 17, 34, 114, 292 y 510; 18,
311).
243
Véase 5, 422; 12, 60 y 97, lugares en los que también Amfítrite es metonimia del mar en razón de
que es esposa de Poseidón. Según Hesíodo (Teogonía 243) es una de las 50 hijas de Nereo y Dóride. Véase
nota a 4, 404.
244
En el v. 16, Méntor-Atenea habló de Odiseo como si estuviera muerto e igualmente, en vv. 88-97,
Telémaco no pregunta a Néstor por su padre, sino por el modo en que murió.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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cumplió su palabra o el acto que te hiciera como promesa
en el pueblo de los troyanos donde los aqueos sufrían penas. 100
Recuérdalo ahora y dime la verdad245».

NÉSTOR RECUERDA A LOS OTROS HÉROES DE TROYA (102-129)

Y le respondió luego el jinete Gerenio, Néstor:


«Ay, querido, puesto que me recordaste la tristeza que en aquel
pueblo sufrimos los hijos de los aqueos, irresistibles por su fuerza:
cuánto viajamos con las naves por el brumoso ponto, 105
vagando en busca de botín por donde nos guiaba Aquileo246
y cuánto en torno de la gran urbe del soberano Príamo247
batallamos. Allí luego murieron los mejores:
allí descansa Áyax248, amante de la guerra249, allí Aquileo
y allí Patroclo250, consejero semejante a los dioses, 110

245
Véase nota a 4, 331.
246
Principal héroe de la guerra de Troya, adonde llegó con cincuenta naves (Ilíada 2, 686), al mando de
los mirmidones. Hijo del mortal Peleo –rey de Ptía en Tesalia– y de la ninfa Tetis, hija de Nereo. En Odisea
es mencionado en el canto 9 (vv. 482 y 486), cuando Odiseo lo encuentra en el Hades y en la segunda nékyia
del canto 24 (vv. 36, 72, 76 y 94). Los poetas de la época helenística añadieron datos a su leyenda: durante su
infancia, su madre lo sumergió en la laguna Estigia para hacerlo inmortal, tomándolo del talón que
permaneció entonces como la única parte vulnerable de su cuerpo (cfr. la Fábula 96 de Higinio y la Aquileida
de Estacio). Ninguna de las fuentes anteriores al siglo I hacen mención a esta invulnerabilidad. En Ilíada,
Aquileo es herido –aunque levemente– en el brazo derecho junto al codo y de la herida manó «negra sangre»
(21, 167). Tampoco en poemas fragmentarios del ciclo troyano en que se menciona la muerte del héroe –
como la Cipria, la Etiópida de Arctino o la Pequeña Ilíada de Lesques– hay alusión a la imposibilidad de ser
lastimado excepto en el talón. En pinturas de ánforas alusivas a la muerte de Aquileo en la Antigüedad, el
héroe fallece alcanzado por una o varias flechas.
247
Troya –o Ilión–, situada en el noroeste de Asia Menor a unos 6 kms. del Mar Egeo y un poco al sur
del Helesponto; su asedio es el tema de Ilíada.
248
Hay dos Áyax en Ilíada y no sabemos a quién se refiere Néstor en este lugar. Uno es el Áyax más
pequeño (en oposición a Áyax, hijo de Telamón, rey de Salamina), corredor muy veloz y valiente pero
aborrecido por los dioses y por Atenea en especial que lo hizo resbalar en la carrera con Odiseo en los
funerales de Patroclo (Ilíada 23, 772-778); era hijo de Oileo y demostró en Troya gran valor (Ilíada 13, 67-
75; 14, 520-522). Capitán del contingente locrio (Ilíada 13, 712-719), su muerte se narra más adelante, en 4,
499-511. Áyax el Grande era hijo de Telamón y Peribea, de Salamina. Primo de Aquileo, se embarcó en la
guerra de Troya al mando de doce navíos y acompañado de su hermano Teucro (Ilíada 2, 557-558). Luchó
con Héctor en dos ocasiones: la primera fue en un duelo que duró un día entero sin que hubiera un vencedor
(Ilíada 7, 1-312); la segunda, durante una incursión de los troyanos en el campamento aqueo; ocasión en que
Áyax dejó casi muerto a Héctor arrojándole una gran piedra (Ilíada 14, 402-432). En Odisea se lo vuelve a
nombrar en el canto 11 (vv. 469-470) y se expresan los motivos de su suicidio (vv. 543-551), tema de la
tragedia Áyax de Sófocles. Véase nota a 11, 543.
249
«Amante de la guerra» traduce el epíteto arēïos –afecto a Ares– que, curiosamente, nunca es
aplicado a Áyax en Ilíada, sino a otros héroes: a Protesilao (2, 698 y 708), a Eudoro (16, 179), a Pisandro (16,
193) y casi siempre, a Menelao (3, 339; 4, 98, 115 y 195; 15, 540).
250
Hijo de Menecio y compañero inseparable de Aquileo (Ilíada 9, 190-192) con quien tiene
parentesco (Patroclo es nieto y Aquileo es biznieto de Egina, hija del dios-río Asopo). Desde muy joven había
vivido en Tesalia en la corte de Peleo, por haber cometido un involuntario homicidio en su tierra (Ilíada 23,
85-93). Patroclo es consejero de Aquileo por recomendación de su propio padre (Ilíada 11, 786-789). No
obstante, no está en Ilíada muy clara su función. Cuando muere, el poeta relata que los corceles de Aquileo
lloraban a su auriga (16, 427-428), aunque es Automedonte quien guía el carro de Aquileo. En sus funerales,
Aquileo lo recuerda como el auriga que derramaba aceite sobre las crines de sus caballos después de lavarlos
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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allí mi querido hijo, fuerte y al mismo tiempo intrépido,
Antíloco251, quien se preciaba de ser veloz y luchador.
»Otros muchos males además de estos hemos sufrido. ¿Quién
todas esas cosas podría relatar entre los mortales hombres?
Nadie, aún si permanecieras junto a él cinco o seis años 115
para preguntarle cuántos males sufrieron allí los divinos aqueos.
Antes de terminar retornarías abatido a tu tierra patria.
Nueve años tramamos males contra ellos sitiándolos
con toda clase de ardides; con dificultad les puso fin el Crónida252.
»Allí nunca nadie pretendió comparársele en astucia 120
porque en mucho era único el divino Odiseo
en toda clase de ardides, tu padre, si de veras
de él eres vástago. Cuando te veo se apodera de mí la admiración.
En verdad las maneras de expresarse se parecen y se podría decir
que un varón más joven del mismo modo es convincente. 125
»Allí por cierto, mientras estuvimos, yo y el divino Odiseo
nunca en la asamblea pensamos diferente, ni en el consejo,
sino que teníamos una sola intención en la mente y con prudente convicción
decíamos a los argivos cómo todo saldría mejor.

NÉSTOR RELATA SU PROPIO REGRESO (130-200)253

»Pero cuando habíamos saqueado la elevada ciudad de Príamo 130


y entramos a las naves y un dios dispersó a los aqueos,
entonces Zeus por cierto concibió en su mente un funesto regreso
para los argivos, puesto que no eran inteligentes ni justos
todos ellos. Muchos fueron al encuentro de una mala muerte
a causa de la terrible ira de la de ojos de lechuza de padre poderoso254 135
la que colocó en medio de los Atridas255 la disputa.

con agua pura (23, 280-285). Puede que Patroclo acudiera al combate en un carro distinto de Aquileo pero
que en combate permaneciera siempre junto a él. Sirve de mensajero a Aquileo, quien lo envía a Néstor en
busca de noticias sobre la identidad del herido que ha sido llevado al campamento aqueo (11, 592-654).
Cuando Néstor y Fénix acuden a implorar a Aquileo que vuelva al combate, es Patroclo quien prepara la
comida y el vino para los visitantes (9, 215-220). Cuando Aquileo, preso de cólera, cesa de combatir, Patroclo
se encierra con él en su tienda, pero en el canto 16 lo autoriza a colocarse su armadura y ponerse a la cabeza
de sus mirmidones y es en combate donde Patroclo sufre la muerte a manos de Héctor. Menelao y Áyax el
Grande protegen su cuerpo y se lo entregan a Aquileo, quien decide entonces retomar las armas para vengarlo.
251
Este hijo de Néstor tiene especial presencia en Ilíada (4, 457-472; 5, 565-575; 13, 394-420 y 545-
566; 15, 568-591; 17, 682-705; 23, 301-350 y 417-455, 514-613) y había salvado la vida de su padre durante
el fragor de la contienda. Píndaro, en la Pítica 6, relata el heroico fin de Antíloco en manos del Mnemón,
príncipe de los etíopes.
252
Zeus, el hijo de Cronos. Aquileo autoriza a Patroclo a vestir sus armas y este muere en la contienda
(Ilíada 16, 124-867), provocando la furia y desesperación de aquél.
253
Este extenso relato de Néstor está expresado en primera persona del plural, excepto el singular del v.
166 («huí») y el v. 184 («llegué»). El uso de la primera persona restringe la perspectiva del narrador: expresa
un solo punto de vista y una propia y limitada interpretación de los hechos.
254
Atenea, véase nota a 1, 327. La ira de Atenea estaba dirigida directamente contra Áyax el Menor por
la violación a Casandra y, por extensión, a los dos jefes griegos que dejaron impune la afrenta.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Convocaron uno y otro a una asamblea a todos los aqueos,
de repente, y no según lo que conviene, sino cuando Helios se sumerge256.
»Llegaron entorpecidos por el vino los hijos de los aqueos
y los dos dijeron un discurso: por qué habían reunido a la multitud. 140
Allí Menelao exhortó a todos los aqueos
a pensar en el regreso sobre el ancho lomo del mar.
»No agradó para nada a Agamenón, quien quería
retener al pueblo y celebrar sagradas hecatombes
que aplacarían la terrible cólera de Atenea. 145
»Ciego, tampoco entendía esto: que no iba a persuadirla,
pues rápido no se tuerce la mente de los dioses que viven para siempre.
Así los dos, intercambiando palabras injuriosas,
se pusieron en pie. Y se levantaron los aqueos de hermosas grebas
con un clamor desaforado: divididos entre ellos les placía uno u otro consejo. 150
Pasamos la noche revolviendo en la mente pensamientos ofensivos
unos contra otros. Pues ya Zeus nos preparaba un daño como castigo.
»Al amanecer algunos arrastramos las naves hacia el divino mar
y embarcamos nuestras posesiones, así como las mujeres de profunda cintura257.
La mitad del ejército se quedó allí, permaneciendo 155
junto a Agamenón Atrida, pastor de pueblos258.
»La otra mitad, después de embarcar, partimos. Las naves muy velozmente
navegaban, un dios había calmado el cavernoso ponto
y llegados a Ténedos259 sacrificamos a los dioses
para que nos enviaran a casa. Pero Zeus aún no había decidido el regreso. 160
Implacable, impulsó una disputa perniciosa por segunda vez.
»Unos, decidieron volverse con sus naves torneadas260
–los que estaban con Odiseo, prudente soberano de astuto pensamiento–
para complacer otra vez a Agamenón Atrida,
mas yo, con mis naves juntas, las que me seguían 165
huí, porque sabía que una divinidad barruntaba desgracias.

255
Entre Agamenón y Melenao. Después del saqueo de Troya, los dos hijos de Atreo tuvieron una
disputa, como se va a relatar seguidamente. Agamenón no quería zarpar de vuelta sin haber hecho sacrificios
para calmar la cólera de Atenea. Menelao quería partir de inmediato, así que emprendió el regreso con sus
naves, junto con las de Néstor y Diomedes. Esto explica que Agamenón regresara solo a su palacio –sin
Menelao– y fuera más fácil para Egisto llevar a cabo su siniestro plan (véanse vv. 248-251).
256
Evidentemente, el atardecer es una hora inapropiada para celebrar una asamblea. Obsérvese que la
asamblea a la que convoca Telémaco a comienzos del canto 2 sucede al amanecer, así como la convocada por
Odiseo para decidir incursionar en la cueva del cíclope (9, 170 ss.). En Ilíada algunas asambleas habían sido
convocadas de apuro al atardecer (8, 489-491; 9, 10-12; 17, 245-246).
257
«De profunda cintura» traduce bathýzōnos, epíteto poco frecuente en Homero (solo aparece en
Ilíada 9, 594), que alude indudablemente a un cinturón muy ceñido, sobre el peplo.
258
El epíteto se adjudica a Agamenón (14, 497 e Ilíada 19, 35 y 251; 24, 654), pero también a Néstor
(15, 151 e Ilíada 5, 566 y 570), a Menelao (4, 24), a Aquileo (Ilíada 16, 2) y a Odiseo (18, 70; 20, 106).
259
A no más de un día de viaje desde Troya. Ténedos es una pequeña isla cercana a las ciudades de
Cris y Cila en la Tróade (véase Ilíada 1, 38), donde, según Virgilio (Eneida 2, 21 ss.), los griegos se
pertrecharon antes de tomar Troya, es decir, está a muy poca distancia de esta ciudad.
260
«Torneadas» traduce amphíelissas, adjetivo siempre femenino, adjudicado a las naves en Homero y
siempre al final del hexámetro. Significa «curvadas o torneadas por ambos lados» o «que giran hacia uno y
otro lado», es decir, «manejables».
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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»Huyó también el belicoso hijo de Tideo261 y arrastró a sus compañeros
y más adelante se unió a nosotros el rubio Menelao,
en Lesbos262 nos alcanzó, cuando planeábamos el largo regreso263:
si podríamos navegar rodeando por arriba la escarpada Quios264 170
hacia la isla Psiría265 que teníamos a la izquierda
o por debajo de Quios a lo largo del ventoso Mimas266.
Pedíamos a un dios que nos mostrara una señal prodigiosa,
y nos la mostró. Nos aconsejó cortar por el medio del mar hacia Eubea267,
para poder escapar rápido de esa desventura. 175
Dio impulso a un viento silbante para que soplara y las naves muy rápido
atravesaron los caminos llenos de peces y a Geresto268
a la noche arribaron. A Poseidón muchos muslos de toro
ofrecimos después de haber recorrido el ancho mar.
»Fue en el cuarto día cuando en Argos las equilibradas naves269 180

261
Diomedes es el guerrero más indomable y valeroso en Troya después de Aquileo. Fue pretendiente
de la bella Helena y por tanto participó en la expedición para rescatarla con ochenta naves (Ilíada 2, 567-568).
Estaba casado con Egialea, hija de Adrasto y hermana de Deípile, su madre (Ilíada 5, 412 y 14, 121), es decir,
con su tía materna. Todo el canto 5 de Ilíada conforma la gesta de Diomedes. Su lanza se enfrenta no solo a
los troyanos más valientes sino que también arremete contra los dioses protectores. Cuando Eneas advierte
que Diomedes destruye las filas troyanas va en busca de Pándaro (5, 167 ss.), quien logra traspasar el escudo
del hijo de Tideo y lo hiere en el ijar (5, 284), pero este reacciona y, guiada su lanza por Atenea, logra
atravesar la cabeza de Pándaro (5, 290-294). Eneas baja del carro para recuperar el cadáver de su compañero
y Diomedes lo hiere de una pedrada (5, 303-310). Afrodita, al ver a su hijo indefenso, acude en ayuda de
Eneas (5, 311 ss.), circunstancia que aprovecha el argivo para atacar y herirla en la mano (5, 335-337); solo
la aparición de Apolo, que envuelve la escena con una nube y rescata a Eneas, impide el final del troyano (5,
345 ss.). En el mismo canto 5, Diomedes iba a enfrentarse a Héctor cuando el mismísimo Ares interviene; el
dios, enrolado en las filas troyanas, enfrenta al héroe aqueo con la apariencia de Acamante, caudillo de los
tracios (5, 462). Atenea desvía la lanza que Ares arroja contra Diomedes y este logra herir al dios de la guerra
en un costado, el cual debe refugiarse en el Monte Olimpo. Después de estos episodios, Zeus enojado
prohibirá que los dioses intervengan en esta guerra de mortales. En muchos otros episodios de la guerra de
Troya, Diomedes estuvo acompañado por Odiseo, su amigo entrañable.
262
La mayor de las islas situada frente a las costas de Asia Menor (Ilíada 9, 129, 271 y 664; 24, 544), a
no más de 50 kms. de Ténedos.
263
El «largo regreso» se refiere a atravesar el mar Egeo hasta la Grecia continental. Una de las
posibilidades es cruzar directamente desde Lesbos a Eubea (véanse vv. 174-175), dejando a la izquierda Psiría
(hoy Psará) y Quíos. Este es el camino más corto, unos 200 kms., pero tiene el inconveniente de no poder
desembarcar en puerto alguno durante el trayecto. Otra posibilidad es pasar por Quíos, por el promontorio de
Mimas sobre la costa asiática e ir hacia el oeste a través de las Cícladas.
264
Isla sobre la costa de Asia Menor. Heródoto (1, 142) la menciona junto con otras dos ciudades de
Jonia, Samos –otra isla– y Eritrea –en el continente. Los quíos y los eritreos hablan el mismo dialecto.
265
Pequeña isla entre Lesbos y Quíos.
266
Promontorio en la costa de Jonia.
267
Gran isla frente a la costa oriental del mar Egeo, está separada del continente –de Beocia– por un
gran golfo, que se encuentra dividido en el golfo del norte y el del sur, separados a su vez por el estrecho de
Euripos. Se la menciona en Ilíada 2, 535.
268
Promontorio en el sur de Eubea, actual Kastri.
269
Después de un día de navegación llegaron a Ténedos (v. 159); luego de dos días, a Lesbos (v. 169);
el tercer día, a Geresto (v. 177) y el cuarto a Argos, patria de Diomedes. Néstor sigue hacia Pilos, había
elegido el camino más rápido pero el más peligroso, lo cual permite que pronto llegue a su hogar, con la
ayuda del dios Poseidón. Otras comitivas eligieron la ruta a través de las Cícladas, aparentemente menos
riesgosa, pero van a sufrir un naufragio, como le pasa a Áyax en 4, 499-504.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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los compañeros del Diomedes Tídida, domador de caballos, se detuvieron.
Mas yo seguí hacia Pilos, pues nunca se apagó el viento
desde el momento en que un dios lo mandara soplar.
»Así llegué, querido hijo, ignorante y sin saber
de aquellos que se salvaron o murieron entre los aqueos270, 185
pero cuantas cosas sentado en mi palacio
he averiguado –como es justicia271– no te ocultaré.
»Dicen que los mirmidones272, luchadores con lanza, llegaron bien,
a ellos conducía el brillante hijo del intrépido Aquileo273
y llegó bien Filoctetes274, el brillante hijo de Peante275. 190
Idomeneo276 condujo hasta Creta a todos los compañeros
los que escaparon a la guerra, y el ponto no se tragó a ninguno.
»Respecto del Atrida, escucharon ustedes mismos, aun estando lejos
cómo llegó y cómo Egisto277 urdió su horrible muerte.
Pero desde luego, él ya pagó de un modo miserable. 195
»¡Es bueno que a quien fue asesinado le haya quedado un hijo
varón! Puesto que él278 mató al asesino del padre,
al traicionero279 Egisto, quien había dado muerte a su ilustre progenitor280.
Y tú, querido, pues veo que eres bueno y vigoroso,
sé valiente para que alguno de tus descendientes también te alabe». 200

270
Se refiere tanto a los griegos que habían permanecido en Troya (v. 155) y a los que habían retornado
con Odiseo (v. 162)
271
Aquí traducimos thémis como «justicia» (establecida por la costumbre). Véase nota a v. 45.
272
Pueblo de Tesalia cuyo jefe era Aquileo. Al haber fallecido su líder, es natural que los guíe su hijo
Neoptólemo.
273
Neoptólemo, cuyo nombre significa «joven guerrero». Según la Pequeña Ilíada de Lesques, el
adivino Calcante había augurado que los aqueos jamás lograrían tomar Troya sin su presencia y hacia allí fue
llevado por Diomedes y Odiseo durante los últimos días de la guerra. Aquileo lo menciona en Ilíada (19,
327). En el canto 4 asistiremos a los esponsales de Neoptólemo con la hija de Menelao y Helena.
274
Era el depositario del arco y las flechas de Heracles (véase nota a 8, 219). Sófocles, en la tragedia
con su nombre, lo ubica en Lemnos donde sufre los dolores de una herida que le provocó una serpiente
sagrada en Crisa y por esta razón, fue abandonado en esa isla desierta por los Atridas antes de llegar a Troya.
A Lemnos llegan, después de los diez años de guerra, Odiseo y Neoptólemo para persuadirlo dolosamente de
que entregara el arco y las flechas de Heracles sin cuya ayuda no podría conquistarse la mítica ciudad.
275
Peante era el rey de Melibea, en Tesalia, y de Metone, padre de Filoctetes.
276
Hijo de Deucalión y nieto de Minos. Comandaba el contingente cretense con ochenta naves y
representaba seis ciudades –Cnosos, Gortina, Licto, Mileto, Licasto, Festoo y Ritio– (Ilíada 2, 645-649), Fue
uno de los nueve jefes que se presentó para luchar en combate singular contra Héctor y derribó en la
contienda a numerosos adversarios; su principal contrincante fue Deífobo y también se enfrentó con Eneas
(Ilíada canto 13, passim).
277
Hijo de Tiestes y de su propia hija, Pelopia. Tiestes era a su vez hermano de Atreo –padre de
Agamenón y Menelao– y por este fue primero desterrado y luego muerto, de modo que la seducción de
Clitemnestra y la posterior muerte de Agamenón conlleva también una venganza familiar.
278
Orestes. Es tema de numerosas tragedias como Coéforas de Esquilo y las Electra de Sófocles y
Eurípides.
279
«Traicionero» traduce doló-mētis («de mente dolosa» o «de pensamiento engañoso»), epíteto
adjudicado a Egisto tres veces en este canto (aquí y en vv. 250 y 308) y también en 1, 300 y 4, 525, siempre
en el primer hemistiquio del hexámetro. En 11, 422 se adjudica por única vez a Clitemnestra.
280
La venganza de Orestes, como contra paradigma de la situación de Telémaco, constituye el clímax
de la alocución de Néstor. Véase notas a 1, 31 y 288.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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TELÉMACO Y NÉSTOR DISCURREN SOBRE LOS PRETENDIENTES EN ITACA (201-252)

Y su vez Telémaco le contestó con discreción:


«Néstor Nelíada, gran honra de los aqueos,
por cierto que Orestes ha tomado venganza y los aqueos
divulgarán su ancha fama, también los cantos de los que han de venir.
¡Si los dioses me dotaran de una potencia tal 205
para que los pretendientes paguen su dolorosa desvergüenza!.
Ellos, ensoberbecidos, maquinan cosas terribles.
Mas los dioses no han tejido para mí tal regocijo,
ni para mi padre ni para mí. Ahora es necesario resignarse».
Y le contestó en seguida el jinete Gerenio, Néstor: 210
«Querido –ya que lo mencionaste y esto has dicho–,
dicen que los pretendientes de tu madre, en gran cantidad,
en el palacio y contra tu voluntad traman daños.
Dime ¿acaso te sometes voluntariamente o la gente
te aborrece en el pueblo atendiendo el oráculo de un dios?281 215
¡Quién sabe si alguna vez Odiseo les hará pagar sus actos de violencia,
ya sea presentándose él solo o con todos los aqueos en conjunto!
Pues si quisiera amarte de igual modo Atenea, la de ojos de lechuza282,
como en aquel tiempo cuidaba del ilustre Odiseo
en el pueblo de los troyanos donde los aqueos sufrimos penurias 220
(pues nunca he visto que los dioses amen sin ocultamientos
como junto a aquel estaba sin ocultamientos Palas Atenea)
si así quisiera amarte y preocuparse por ti en su corazón,
seguro que más de uno de esos olvidaría el matrimonio».
Y su vez Telémaco le contestó con discreción: 225
«Anciano, no creo que ese deseo se cumpla jamás.
Hablas demasiado en grande. El asombro me domina. No a mí,
que lo deseo, me puede suceder tal cosa, aun si los dioses lo quisieran».
Y de nuevo la diosa de ojos de lechuza, Atenea, le decía:
«¡Telémaco, qué palabra ha escapado del cerco de tus dientes! 230
Fácil es para un dios, si lo desea, salvar a un hombre, aun de lejos283
Quisiera yo aun después de haber sufrido muchos dolores
llegar a casa y ver el día del regreso,
más que morir luego de llegar, en su hogar, como Agamenón
fue asesinado por el engaño de Egisto y de su propia esposa284. 235

281
La fórmula se repite en 16, 95-96. Telémaco no responde estas preguntas, que son retóricas, pues
está claro que para ambas la respuesta sería negativa. Néstor adjudica –cortésmente– a una causa sobrenatural
el posible malestar del pueblo contra Telémaco por estos acontecimientos que escapan a su voluntad.
282
Hay una ironía dramática en estos versos. Atenea está presente y escuchando las palabras de Néstor
y también oirá las de Telémaco cuando dice que eso no podrá suceder jamás.
283
El hexámetro, un proverbio, admite dos interpretaciones: a) una divinidad puede traer un hombre a
casa aun desde una tierra distante, y 2) una divinidad puede, aun a distancia, salvar a un hombre. Ambas
significaciones pueden aplicarse al caso de Odiseo, pero la realidad demuestra que la divinidad ayuda solo
cuando está presente en el mismo lugar con su protegido.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Pero de muerte semejante, ni siquiera los dioses,
a un hombre querido pueden rescatar, cuando la Moira funesta
de la muerte de largos lamentos285 lo ha alcanzado».
Y a su vez Telémaco le contestó con discreción:
«Méntor, ya no hablemos estas cosas aun aunque nos preocupen. 240
Para aquel ya no es probable el regreso, pues en verdad
los inmortales le han decidido la muerte y la negra Ker.
Ahora quiero pasar a otro tema y preguntar a Néstor,
porque es superior a los demás en justicia y prudencia.
Pues dicen que ha gobernado tres generaciones de hombres286, 245
y así me parece inmortal al contemplarlo.
Néstor Nelíada, sé veraz cuando hables
¿cómo murió el Atrida, el muy poderoso Agamenón?,
¿dónde estaba Menelao287?, ¿qué muerte maquinó para él
el traicionero Egisto, puesto que asesinó a uno mucho más aguerrido? 250
¿Es que no sucedió en Argos de Acaya288, sino que en algún otro sitio
se aventuró entre los hombres y el intrigante cometió homicidio?».

SEGUNDO PARLAMENTO DE NÉSTOR EN PILOS (253-328)

Y le respondió luego el jinete Gerenio, Néstor:


«En efecto, yo, hijo, te voy a decir toda la verdad289.
Por cierto puedes imaginar tú mismo qué habría sucedido 255
si hubiera encontrado a Egisto vivo en el palacio

284
Esta versión de la Oresteía en boca de Atenea contiene dos nuevos detalles: uno, que Agamenón
muere «en su hogar». En otros lugares, se dice que Agamenón murió en casa de Egisto (4, 512-537; 11, 410–
411; 24, 22). El otro detalle es la complicidad de Clitemnestra en la muerte de su esposo.
285
«De largos lamentos» traduce tanelegés, epíteto de la muerte de difícil etimología, que aparece solo
en esta fórmula y en esta posición en el verso (véase 2, 100; 11, 171 y 398; 19, 145; 24, 135 e Ilíada 8, 70; 22,
210). Antiguamente se interpretó como «yacente» –al lado del muerto–, actualmente se piensa derivado de
álgos (dolor o lamento) y se prefiere esta traducción.
286
Este es uno de los principales lugares que alude a la avanzada edad del héroe (véase Ilíada 1, 250-
252). Para los latinos, estas tres generaciones equivalen a cien años (cfr. Ovidio, Metamorfosis 12, 187),
porque los griegos así también lo consideraban (cfr. Heródoto 2, 142). Narraciones posteriores afirman que
Néstor había vivido tantos años debido a que Apolo le concedió vivir los años que debían de haber vivido sus
tíos, los hijos de Anfión y de Níobe, masacrados por Apolo y Artemisa en venganza por las burlas de Níobe
hacia la madre de ellos, la titánide Leto, por haber tenido tan escasa descendencia (Leto había parido solo a
Apolo y a Artemisa, y Níobe era madre de siete hijos varones y siete mujeres). La suma de estas vidas daría
como resultado mucho más que cien años.
287
Telémaco realiza posiblemente esta pregunta porque según las palabras de Néstor en vv. 168 ss.
podría pensarse que Menelao llegó a su tierra antes que Agamenón. Los vv. 256-257 (y también el v. 311) dan
la impresión de que los hermanos estaban viviendo juntos o muy cerca uno de otro, aunque en realidad
Micenas queda a unos 80 kms. de Esparta. El poeta, y tampoco su audiencia, no debía tener clara idea de las
extensiones territoriales.
288
Argos aquí no designa la ciudad de Argos, a la que pertenecía Diomedes (vv. 180-181), sino que
está referido en sentido amplio a la región, reino de Agamenón (véase v. 263). El locativo «de Acaya» es
para distinguir que se trata del Peloponeso y no de Argos pelásgico (Ilíada 2, 681), en Tesalia.
289
La primera exposición de Néstor terminó con una referencia a la historia de Orestes (vv. 193-200),
resumida, ya que va a ser desarrollada in extenso en este segundo parlamento (vv. 254-316), al final del cual,
Néstor volverá a referirse a los pretendientes (vv. 313-316).
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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el Atrida cuando volvió de Troya, el rubio Menelao290,
después de muerto no habrían cubierto de un montón de tierra,
sino que los perros y las aves, lo habrían devorado
tirado en medio del llano lejos de la ciudad, nadie 260
entre las hijas de aqueos lo habría llorado.
Mientras nosotros cumplíamos allá innumerables proezas
él estaba sentado. Tranquilo, en su reducto de Argos, criadora de caballos,
a la esposa de Agamenón iba seduciendo con palabras.
»Ella, al comienzo, rechazaba la acción indecente291 265
la divina Clitemnestra292, pues tenía un corazón leal,
y junto a ella estaba también el aedo293, a quien había recomendado
el Atrida cuando marchó hacia Troya que custodiara a su mujer.
Mas cuando la Moira294 de los dioses la obligó a rendirse
entonces, por cierto, condujo al aedo a una isla desierta 270
y lo abandonó para que fuera rapiña y botín de las aves.
Y a ella, con su consentimiento, se la llevó a su casa.
»Muchos muslos quemó sobre los sagrados altares de los dioses
y colgó muchas imágenes, vestidos y oro,
por haber cumplido la gran proeza, lo que nunca creyó su corazón. 275
Nosotros entre tanto navegábamos viniendo de Troya,
el Atrida295 y yo, sabiéndonos amigos uno de otro.
»Pero cuando arribamos al sagrado Sunio296, el promontorio de Atenas297,
en ese lugar, Febo Apolo al piloto de Menelao
alcanzándolo con sus suaves flechas298, lo mató. 280

290
Aunque la historia de Orestes se encuadra siempre naturalmente en el nóstos de Agamenón, aquí se
halla integrada al nóstos de Menelao.
291
Homero incorpora este dato que no aparece en la tragedia ática, donde Clitemnestra es la instigadora
y ejecutora del crimen, tanto en Esquilo, Sófocles y Eurípides.
292
La figura de Clitemnestra, que ya había sido introducida por boca de Atenea-Méntor en v. 235, toma
aquí un verdadero protagonismo. No obstante, el anciano trata de suavizar los rasgos más inconvenientes:
afirma que se resistió a Egisto largo tiempo (vv. 265-266), hasta que la Moira la hizo sucumbir (v. 269), es
decir, se adjudica la pasión a una fuerza externa promovida por la divinidad. De todas maneras, el asesinato
de Agamenón está adjudicado a Egisto solamente (vv. 303, 304, 308) y no a ambos amantes
293
La figura del aedo que custodia a Clitemnestra existe tan solo en Odisea y es, por tanto, una
invención homérica. Cfr. «The Bard as the Custodian of Homeric Society: Od. 3.263–72» de Stephen P.
SCULLY (1981).
294
La Moira personifica el destino ineludible de toda persona. Moîra significa «parte» o «porción», es
decir, cada individuo tiene asignada una parte o porción del destino universal y de ello no podrá escapar.
295
Menelao. Néstor recapitula en dos hexámetros (vv. 276–277) lo que había relatado en vv. 157-179 y
continúa con el nóstos de Menelao: después de Geresto (al sur de Eubea) llegan a Sunio en el Ática, en donde
Menealo debe desembarcar para enterrar a su piloto. Una tormenta en Malea desplaza la mitad de sus navíos
hacia Creta y a la otra mitad –con el propio Menelao– hacia Egipto, lugar en el que va a permanecer durante
siete años (véase 4, 83-91 y 351-586). Néstor no menciona cómo es que conoce las vicisitudes del regreso de
Menelao.
296
Sunio o Sunión es el promontorio más meridional del Ática y su última proyección en el Mar Egeo.
En el lugar se conservan actualmente ruinas de un monumental templo a Poseidón, producto del plan
constructivo de la época de Pericles. Es esta la primera mención del cabo Sunio en la literatura.
297
Atenas en Homero designa a toda el Ática.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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El timón de la veloz nave tenía entre sus manos
Frontis, hijo de Onetor, quien superaba a legiones de hombres
en gobernar la nave cuando arreciaban las tempestades.
»Así que Agamenón allí se detuvo, aunque estaba urgido por el viaje,
debía enterrar a su compañero y realizar los funerales299. 285
Mas cuando este siguió avanzando sobre el vinoso ponto
y en las cóncavas naves la elevada montaña de Malea300
alcanzó veloz, un abominable camino Zeus de ancha mirada301
concibió para él y derramó un soplo de silbantes vientos
y monstruosas y nutridas olas semejantes a montañas302. 290
»Allí después de dividir las naves impulsó unas hacia Creta303,
donde viven los cidonios en torno de las corrientes del Járdano304.
Hay una roca lisa y escarpada que entra en el mar,
en el extremo de Gortina305, en el nebuloso ponto,
donde el Noto306 impulsa grandes olas hacia la punta izquierda, 295
hacia Festos307, y una pequeña roca detiene el gran oleaje.
Las naves llegaron allí pues con diligencia pudieron evitar la muerte
esos hombres, pero quebraron las naves contra los escollos
las olas. Pero a otras cinco naves de azulosas proas
el viento y el agua las impulsaron hacia Egipto308. 300

298
El poeta utiliza esta fórmula para referirse a la muerte repentina. Se le adjudica a Apolo la muerte
súbita de los hombres y a Artemisa, la de las mujeres (véase nota a 11, 173). En Ilíada 24, 759, en el lamento
fúnebre de Hécuba por su hijo Héctor, la desesperada madre exclama que yace semejante a alguien que Apolo
mató repentinamente.
299
No se dan detalles del rito funerario, pero puede acudirse a los ofrecidos a Elpenor (12, 10-15).
Véase 1, 239 y nota.
300
El cabo más oriental del sur del Peloponeso. Tiene el mar Jónico al oeste y el mar Egeo al este. En la
Antigüedad era una de las rutas más importantes para cruzar el Mediterráneo desde el noreste al oeste. Se
suele aludir a las dificultades para remontarlo debido al fuerte viento, como en 4, 514 y 9, 80.
301
«De ancha mirada» traduce el término eurý-ops. Eurý es «ancho» o «amplio», pero ops puede ser
tanto «mirada» como «voz», de modo que a veces se traduce el epíteto como «de amplia voz». Véase nota a 2,
146.
302
Los vv. 286-300 contienen la primera de una serie de escenas de tormenta (véase 5, 291-387; 9, 67-
73; 12, 312-317 y 403-425; 14, 301-315) con todos sus elementos característicos: ubicación espacial (el cabo
Malea), una fuerza divina (Zeus), viento, olas y naves arrojadas hacia tierra, en este caso en dos direcciones,
hacia Creta (vv. 291-299) y hacia Egipto (vv. 299-300).
303
Las tribus que habitaban Creta están enumeradas en 19, 175-176. La ciudad de los cidonios (cuyo
nombre Homero no da) está situada en la costa noroeste de Creta, en la región de la actual ciudad de Canea.
En la época de la Guerra del Peloponeso estuvieron de parte de Atenas y en guerra con Gortina.
304
Actual río Platania. El mismo nombre se menciona en Ilíada 7, 135 para un río de Élide –oeste del
Peloponeso– ubicado cerca de las murallas de Fea.
305
Gortina estaba en una llanura regada por el río Leteo, al este de Festos y un poco alejada de la costa:
a 90 estadios, según Estrabón (10, 4, 11), donde tenía dos puertos, Lebén y Mátalo. En el período minoico
disputó la hegemonía a Cnosos y junto a ésta se menciona en Ilíada 2, 646.
306
El Noto es el desecador viento caliente del sur que se hacía sentir tras el solsticio de verano y que
traía tormentas, temidas porque destruían las cosechas. Véanse notas a 12, 325-326.
307
Ciudad cercana a Gortina y uno de los principales centros de la sociedad minoica y la más rica y
poderosa en el sur de Creta. Su nombre derivaría de Festos, el hijo de Heracles que emigró de Sición a Creta.
308
Las menciones de Egipto en Odisea, no solo en el marco del nóstos de Menelao (véase 4, 125 ss.;
228 ss.; 351 ss. y notas), sino también como localización en las historias de Odiseo (14, 245 ss.; 17, 425 ss.),
da cuenta de relaciones de distinta índole entre Grecia y Egipto, no sabemos si en la época micénica o en la de
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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»Por esos lugares juntaba Agamenón muchos bienes y oro
y vagaba con sus naves entre gentes de habla extraña309.
Entonces Egisto pensó acciones malvadas en la casa,
y después de asesinar al Atrida, el pueblo le quedó subordinado.
Siete años reinó sobre Micenas, rica en oro, 305
pero en el octavo llegó para su mal el divino Orestes
de retorno de Atenas310 y mató al asesino de su padre,
al traicionero Egisto, el que mató a su ilustre padre.
»Luego de matarlo dio a los argivos un banquete fúnebre
por su odiosa madre311 y el cobarde Egisto312. 310
En el mismo día llegó Menelao, de recia voz guerrera
trayendo numerosas riquezas, cuantas las naves podían soportar.
Y tú, amigo, ya no está bien deambular más tiempo lejos de casa
habiendo dejado atrás tus bienes en el palacio, y a hombres
tan soberbios. Que no vayan a devorarlo todo 315
y tus bienes se repartan mientras tú haces un viaje en vano313.
Así pues a Menelao te aconsejo y te invito
visitar. Él en efecto ha arribado hace poco de otras tierras,
de entre los hombres a los que nunca desearía en su corazón
volver314. A él primero los huracanes lo llevaron a errar 320
por un mar tan extenso que ni las aves
en todo un año podrían recorrer, porque es extenso y terrible.
»Pero vamos, marcha ahora en la nave con tus compañeros.
Si quieres ir por tierra, hay para ti un carro y caballos
y para ti mis hijos que serán tu escolta 325
hasta la divina Lacedemonia, en donde vive el rubio Menelao.
Suplícale a él en persona para que diga cosas verdaderas;
aunque mentira no dirá, pues es muy sensato».

Psamético en el siglo VII a.C. (cfr. Heródoto 2, 52-54). Ian S. MOYER (2011: 53) abona esta segunda hipótesis
en Egypt and the Limits of Hellenism.
309
La tradición micénica de la obtención de inmensas riquezas como botín de guerra se mezcla con las
historias del siglo VII a.C. sobre lucrativas andanzas de los mercenarios en tierras inexploradas como Egipto
o la península ibérica (cfr. Heródoto 4, 152).
310
La tragedia clásica, así como Píndaro (Píticas 11, 34 ss.), ofrece la versión de que Orestes había
vivido todos esos años en la Fócide. En Esquilo, Sófocles y Eurípides, con variaciones, Orestes retorna a su
patria acompañado del hijo del rey focense Estrofio, Pílades.
311
Véase el banquete fúnebre en Ilíada (23, 29-39 y 24, 802-803). Es un tanto desconcertante que el
victimario ofrezca un banquete fúnebre en honor de las víctimas. Puede significar que el banquete era parte
insoslayable de los ritos funerarios o también que los argivos recibieron con beneplácito la muerte de los
tiranos. En este lugar pareciera que Homero le atribuye la muerte de Clitemnestra a Orestes, al mismo tiempo
que la de Egisto (v. 197), pero esto no se menciona en las narraciones épicas de la Oresteía, ni mucho menos
la posterior persecución por las Eríneas, tema de Las Euménides de Esquilo. Se puede interpretar que
Clitemnestra se suicidó una vez muerto su amante.
312
Véanse notas a 1, 29 y 35.
313
La misma advertencia le hace Atenea a Telémaco en 15, 10-13.
314
Visitar a Menelao ya se lo ha aconsejado Atenea en 1, 285-286, con el mismo argumento: Menelao
ha sido el último de los jefes aqueos en volver al hogar, y añade un dato nuevo: Menelao ha viajado por
lugares muy remotos y peligrosos.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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LIBACIÓN COLECTIVA Y PARTIDA DE ATENEA (329-384)

Así habló. Y Helios se hundió y llegó el crepúsculo.


Y a ellos se dirigió, Atenea, la diosa de ojos de lechuza: 330
«Anciano, has hablado según corresponde.
Pero, vamos, corten las lenguas <de las víctimas> y mezclen el vino
para que a Poseidón y a los demás inmortales
hagamos libaciones315. Y vayámonos luego al lecho, pues es hora.
Ya descendió la luz hacia el poniente y no conviene 335
más tiempo estar sentados en un banquete a los dioses, sino regresar».
Así dijo la hija de Zeus y ellos escuchaban a la que hablaba.
Los heraldos les derramaron agua sobre las manos316,
y los jóvenes coronaron de bebida las crateras
y la repartieron a todos, después de una primera ofrenda, en las copas317. 340
Arrojaron las lenguas al fuego y, de pie, hicieron una libación.
Después de haber brindado y bebido cuanto su ánimo deseaba,
Atenea y Telémaco, semejante a un dios,
ambos, se aprontaron para marchar hacia la cóncava nave.
Pero Néstor aún los detuvo abordándolos con palabras: 345
«No podría permitir Zeus y los demás dioses inmortales
que ustedes de mi casa a la rápida nave retornen
como de casa de quien carece de vestidos o es un indigente,
que no tiene mantas ni cobertores en abundancia en su hogar,
ni un dormir muelle para sí y para los huéspedes. 350
Por el contrario, en mi casa hay mantas y cobertores bellos.
Por cierto, jamás el querido hijo del varón Odiseo
dormirá sobre la cubierta del navío mientras yo
esté vivo y todavía queden en el palacio mis hijos
para hospedar a huéspedes, cualquiera sea quien llegue a casa». 355
Y a su vez le respondió la diosa de ojos de lechuza, Atenea:
Bien dijiste, anciano amigo. Sería razonable
que Telémaco te obedeciera, puesto que es lo mejor.
Irá ahora contigo para descansar durmiendo
en tu palacio, mientras yo a la negra nave 360
me acerco, para animar a los compañeros y darles detalles
ya que me vanaglorio de ser el de edad más avanzada entre ellos.
Los demás, hombres más jóvenes, por amistad me siguen,

315
Los vv. 332-342 constituyen una escena típica de libación colectiva (véase 7, 178-184; 13, 49-62;
18, 418-427; 21, 263-273). La sucesión de acciones es la siguiente: 1) propuesta de hacer una libación (vv.
332-334); 2) asentimiento (v. 337); 3) preparativos (vv. 338-340); 4) libación (v. 341); 5) fórmula conclusiva
(v. 342). Las libaciones se realizan en el momento de la llegada o de la partida, antes de retirarse al descanso
y como parte de un sacrificio. Walter AREND (1933: 76-78), en Die typischen Scenen bei Homer, ofrece un
listado de las escenas rituales de libación en Homero. Mark W. EDWARDS (1975: 55-56) en «Type-scenes and
Homeric Hospitality» las divide en escenas de libaciones individuales y de libaciones colectivas.
316
Los vv. 338 y 339 repiten la fórmula de 1, 146 y 148
317
Para entender bien este verso, conviene compararlo con 18, 418 y 425-426.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Y son todos de la misma edad que el animoso Telémaco.
Allí podría dormir, en la cóncava negra nave, 365
ahora. Al amanecer hacia los animosos caucones318
voy a viajar, allí una deuda me deben pagar, ni nueva
ni pequeña. Y tú haz esto, ya que Telémaco se ha llegado a tu casa:
envíalo con un carro y uno de tus hijos. Y dale caballos
los más ágiles que tengas y mejores por su fortaleza». 370
Así después de hablar se marchó la de ojos de lechuza, Atenea,
tomando la forma de un buitre barbado319. Y fascinó a todos los aqueos320.
Quedó admirado el anciano cuando lo vio con sus ojos.
Tomó la mano de Telémaco, le habló y llamó por su nombre.
«Amigo321, tengo fe en que vayas a ser ni malo ni cobarde 375
si ya tan joven las divinidades como escolta te acompañan.
No era este ningún otro, entre los que poseen mansión en el Olimpo,
sino la hija de Zeus, la rapaz Tritogéneia322,
la que honra también a tu noble padre entre los argivos.
Reina, séme propicia, dame noble renombre, 380
a mí, a mis hijos y a mi venerable esposa.
Para ti, a cambio yo sacrificaré una vaca de un año, de ancha frente
indómita323, a la que nunca haya puesto bajo el yugo un hombre.
Te la sacrificaré después de verter oro sobre sus cuernos324».

RITUAL SACRIFICIAL EN EL PALACIO DE NÉSTOR (385-463)

Así dijo rogando y lo escuchó Palas Atenea. 385


Y a ellos condujo, el jinete Gerenio, Néstor,
318
Los caucones eran una población pre-griega –como los pelasgos– (Ilíada 10, 429) y aliados de los
troyanos (Ilíada 20, 329), que probablemente habitaba en el oeste del Peloponeso y estaba bajo el dominio de
Pilos. Heródoto, los llama caucones pilios y dice que son descendientes de Codro, hijo de Melanto (1, 147);
también los menciona junto con otros pueblos de Trifilia, región de la Hélide (4, 148).
319
Este pájaro es mencionado junto con el águila en 16, 217. Aristóteles lo nombra en distintos lugares
de su Historia de los animales (563a; 592b; 619b), y se lo traduce como «quebrantahuesos», que tiene un
tamaño mayor que el del águila y es de color ceniciento. La característica es que ama a sus crías, encuentra
fácilmente comida y la trae a sus pequeños; alimenta no solamente sus polluelos sino también a los del águila,
cuando esta los echa del nido
320
La metamorfosis de Atenea en pájaro que se aleja volando puede estar aludiendo a una anterior
concepción pteromórfica de las divinidades. Véase nota a 1, 44.
321
El parlamento de Néstor consta de dos partes bien articuladas: a) hace una interpretación de la
epifanía de la diosa (vv. 375-379); b) eleva una plegaria a Atenea (vv. 380-384) según el esquema usual: 1.-
invocación (v. 380a), 2.- pedido (vv. 380b-381), 3.- promesa de un futuro sacrificio (vv. 382-384).
322
«Rapaz» traduce ageléiē, que también puede traducirse «la que se lleva el botín» o «la que conduce
al ejército» y es un epíteto exclusivo de Atenea (véase 13, 359 y 16, 207 e Ilíada 4, 128; 5, 765; 6, 269 y 279;
15, 213), aquí junto a Tritogéneia, que también designa a la diosa (Ilíada 4, 515; 8, 39 y 22, 183; cfr. Hesíodo,
Teogonía 895 y 924) y se interpreta como «nacida junto Tritón», lago de Libia (cfr. Heródoto 4, 180) o río de
Beocia (cfr. Pausanias 9, 33, 7; Apolodoro 1, 3, 6) o corriente de Arcadia (Pausanias 8, 26, 6) o «nacida de la
cabeza» (de Zeus), pues tritó en eolio significa cabeza, o «nacida tercera», después de Apolo y Ártemis. Los
pitagóricos daban el nombre de Atenea al triángulo equilátero (cfr. Plutarco 2, 381e).
323
Adjetivo femenino que señala que se trata de una hembra, pues boûs puede ser tanto vaca como toro,
cuyo sacrificio constituía un gran acontecimiento público.
324
Los vv. 382-384 repiten la fórmula de Ilíada 10, 292-294.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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a sus hijos y yernos hacia sus mansiones bellas.
En cuanto llegaron al espléndido palacio del soberano
por orden se sentaron en sillas y sillones
y el anciano mezcló para los visitantes una cratera 390
de vino dulce para beber que en el undécimo año
abrió la despensera y desató la tapa325.
El anciano lo mezcló en la cratera y a Atenea mucho rogó
al hacer libaciones, a la hija de Zeus el que lleva la égida.
Una vez que hicieron las libaciones y bebieron cuanto el ánimo quiso 395
los parientes se fueron cada uno a su casa.
Lo hizo acostar allí el jinete Gerenio, Néstor,
a Telémaco, el querido hijo del divino Odiseo,
en un lecho bien torneado bajo la ruidosa galería326,
junto a Pisístrato de buena lanza, caudillo de varones 400
aquel que de sus hijos permanecía aún soltero en el palacio327.
Néstor por su parte durmió en el interior de la elevada casa328
en la que su esposa soberana le preparó lecho y cama329.
Cuando apareció Eos, hija de la mañana, la de dedos de rosa330
se levantó del lecho el jinete Gerenio, Néstor. 405
Cuando salió, se sentó sobre las pulidas piedras
que estaban delante de las elevadas puertas, blancas,
bruñidas con aceite, sobre las que en otro tiempo
se sentaba Neleo331, consejero comparable a los dioses.
Pero él sometido ya por el destino se había marchado al Hades 410
y Néstor ocupaba el lugar, el de Gerenia, guardián de los aqueos332,
con su cetro. Y alrededor sus hijos se reunieron en grupo
cuando salieron de sus aposentos, Equefrón y Estratio,
Perseo, Areto y Trasímedes semejante a un dios.
Después de ellos, en sexto lugar, llegó el héroe Pisístrato 415
y junto a él hicieron sentar a Telémaco semejante a los dioses.
Y a ellos dirigió su palabra el jinete Gerenio, Néstor:

325
La despensera le quitó el precinto a la tapa. Krédemnon en este caso es la tapa de la vasija que
guarda el vino, pero también es el velo que cubre el rostro de una mujer, como en 1, 334, o la almena del
muro de una ciudad, como en 13, 388.
326
«Galería» traduce aíthousa, un pasillo techado que unía el patio interno con el pródomos, el pórtico.
También duerme en la aíthousa Odiseo en el palacio de Alcinoo (7, 336 y 345). Normalmente los visitantes
duermen en el pródomos (4, 302; 15, 5; 20, 1 y 143).
327
Zenódoto atetiza los vv. 400-401 porque no es usual que un visitante sea acompañado por uno de la
casa cuando duerme en la galería o en el pórtico. Puede explicarse en este caso por el hecho de que Pisístrato
es el único de los hijos de Néstor que no tiene esposa y es además quien lo va a acompañar a Esparta.
328
No es un lugar preciso de la casa, significa el lugar más recóndito y reservado del palacio. La misma
fórmula se usa para cuando Menelao se retira con Helena a descansar (4, 304) y Alcinoo con su esposa (7,
346).
329
Lecho (léchos) y cama (euné) se usan indistintamente para el lugar en que duermen los matrimonios.
No se conocerá el nombre de la esposa de Néstor hasta el v. 452.
330
Véase nota a 2, 1.
331
Padre de Néstor e hijo de Poseidón y gemelo de Pelias; véase nota a v. 4.
332
Epíteto con que se designa a Néstor en Ilíada (8, 80; 11, 840; 15, 370 y 659).
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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«Con prontitud, queridos hijos, cumplan mi deseo333
para que mucho antes que los demás dioses me compense Atenea,
la que se presentó evidente al abundante banquete en honor del dios334. 420
Vamos, uno vaya a la pradera por una vaca y con premura
regrese; que la conduzca el vaquero criador de bueyes;
otro, de la negra nave del valiente Telémaco
traiga a todos los compañeros y deje solo a dos;
Y otro, a Laerques335 el orfebre ordene que llegue aquí 425
para que en torno de los cuernos de la vaca derrame oro.
Los otros permanezcan aquí reunidos y digan
a las esclavas que en nuestra ilustre mansión dispongan un banquete336;
que asientos y leña y agua resplandeciente traigan».
Así dijo, y todos se esmeraron. Llegó enseguida la vaca 430
de la pradera y llegaron de la cóncava nave
los compañeros del magnánimo Telémaco y llegó el broncero
con las herramientas de bronce337 en las manos, útiles de su oficio:
el yunque y el martillo y las bien labradas tenazas
con las que trabajó el oro. Y llegó también Atenea 435
para presenciar los sacrificios. El anciano auriga, Néstor338,
le alcanzó el oro y él luego lo derramó por los cuernos de la vaca,
hábilmente, para que la diosa viendo la ofrenda se regocijara.
Y a la vaca, de los cuernos llevaron Estratio y el divino Equefrón;
y un aguamanil, Areto, una vasija adornada con flores 440
acercó, trayéndola del dormitorio, y en la otra mano tenía cebada tostada339
en una canasta. Y Trasímedes, firme en el combate340

333
Los vv. 417-473 constituyen la más elaborada escena típica de un sacrificio. Se suceden las
siguientes acciones: 1.- Néstor enuncia una serie de órdenes (vv. 417-436) que tendrán su cumplimiento en
vv. 436-438; 2.- arribo de elementos para el sacrificio (vv. 439-444a); 3.- acciones preliminares y plegarias
(vv. 444b–447; compárense con 12, 356-358; 14, 420-424); 4.- muerte de la víctima (vv. 448-455; compárese
con 12, 359; 13, 24-25; 14, 74, 425-426; 17, 180-181; 20, 250-251); 5.- preparación del banquete sacrificial
(vv. 456-460; compárese con 12, 360-364; 14, 427-429); 6.- quema de los muslos de la víctima (v. 461,
compárese con 3, 9; 13, 26a); 7.- preparación de la carne (vv. 462-463; compárese con 12, 365; 14, 75 y 430-
431); 8.- el banquete (vv. 471-473 compárese con 3, 65-67; 12, 397-398; 13, 26b–27a; 14, 109-111 y 432-
454).
334
De Poseidón; véase v. 54.
335
Laerques significa «defensor del pueblo», un nombre un tanto grandilocuente para un artesano;
posiblemente está tomado prestado de Ilíada (16, 197; 17, 467). Se trata seguramente de un trabajador
independiente, como los demiurgos –«servidores del pueblo»– que se enumeran en 17, 384, y no de un
esclavo. En v. 433 se lo denomina «broncero».
336
Las criadas realizan los preparativos del banquete, pero la comida sacrificial es preparada, cocinada
y servida por Néstor mismo y sus hijos (vv. 455-463).
337
«Bronce» es un término genérico para los metales en general; véase 9, 391, donde el «broncero»
trabaja con hierro. Las herramientas aquí mencionadas son demasiado pesadas para trabajar con oro y más
apropiadas para manipular hierro cadente; el oro se trabaja en frío con un martillito liviano. Todavía es
ilustrativo el artículo «Metal-working in Homer» de D.H.F GRAY (1954: 1-15, esp. 4 y 12-13).
338
Es este un ejemplo de la confluencia de la dignidad de rey y de sacerdote en la misma figura.
339
Oulái (siempre en plural= «molas») es harina de cebada, tostada, mezclada con sal, que se usaba en
los sacrificios.
340
Apolodoro en su Biblioteca (1, 9, 9) repite este listado de los hijos de Néstor. Parecen habituados a
los pasos del ritual, pues Néstor no les hace indicación alguna.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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con un hacha afilada en una mano apareció para inmolar a la vaca,
Perseo sostenía un recipiente341. El anciano, el auriga Néstor,
derramó el agua sagrada342 y la cebada, muchas cosas a Atenea 445
suplicó, en el rito preliminar, arrojando al fuego pelos de la cabeza343.
Luego de que hicieron las súplicas y esparcieron la cebada molida,
al punto el hijo de Néstor, el vehemente Trasímedes,
la condujo y se quedó cerca, y el hacha cortó los tendones
del cuello y debilitó la fuerza de la vaca344. Y las mujeres clamaron345 450
las hijas y nueras y la venerable esposa
de Néstor, Eurídice, la mayor de las hijas de Climeno346.
Luego levantaron la vaca de la tierra de anchos caminos, y la sostuvieron
de inmediato la degolló347 Pisístrato, caudillo de varones.
Cuando la oscura sangre fluyó y el vigor abandonó sus huesos 455
velozmente la descuartizaron, rápido cercenaron las patas
según la costumbre, las rodearon con grasa por ambos lados,
haciendo dos capas, y sobre ellas colocaron más carne348.
Las quemó el anciano sobre la leña y por encima rojo vino349
vertió. Los jóvenes a su lado sostenían trinchantes de cinco puntas. 460
Y cuando los muslos se quemaron y espolvorearon las entrañas
cortaron un trozo de carne y lo ensartaron en los asadores
para asarlo sosteniendo en sus manos trinchantes de aguzada punta.

PARTIDA DE TELÉMACO EN COMPAÑÍA DE PISÍSTRATO NESTÓRIDA (464-493)

Entre tanto, la linda Policasta350 lavaba a Telémaco351,


341
Amníon es una vasija o lebrillo para recoger la sangre del buey del sacrificio. Es esta la única
ocurrencia en los poemas homéricos.
342
Se vertía el agua sobre las manos de algunos asistentes y también sobre el animal (se ha creído
posteriormente que se derramaba el líquido sobre la testuz para que cuando el animal la sacudiera obrara este
movimiento como un asentimiento para la realización del sacrificio).
343
Cortar primero unos pocos pelos de la testa significa que la víctima pierde su invulnerabilidad física
(véase 14, 422 e Ilíada 3, 273; 19, 254).
344
A veces se le hacía beber agua a la víctima para que doblara la cabeza y pareciera como que
aceptaba voluntariamente el sacrificio.
345
El verbo es ololýzō y el sujeto es siempre femenino. Se trata de un grito ritual para demostrar tanto
júbilo (22, 408) como dolor (4, 767). Es frecuente en la tragedia (cf. Esquilo, Agamenón 1118). En este caso,
la víctima está atontada pero todavía no muerta; llama la atención que el lamento se produzca antes del
derramamiento de la sangre.
346
Rey de los minios de Orcómeno en Beocia, donde reinó luego de que murió el rey epónimo de la
ciudad. Fue muerto a pedradas en Tebas en el bosque sagrado de Poseidón y por esta razón su hijo Ergino
impuso un fuerte tributo a los tebanos.
347
Si se trataba de un animal más pequeño cerdo, cabra u oveja se lo degollaba directamente. Al
buey o la vaca se le golpeaba primero con un hacha y se le cortaba la arteria del cuello antes de degollarlo
completamente.
348
Véase la misma escena sacrificial en Ilíada 1, 460 ss. y 2, 424 ss.
349
Se vierte vino para que las llamas se inflamen.
350
Mientras la carne para el banquete se está cocinando, Telémaco es aseado por la hija del rey. No
sabemos dónde se realiza el baño, si en el mégaron, en otra habitación o al aire libre. Es el único lugar en
Odisea en que se menciona a Policasta. Es extraño que la hija del señor de la casa lave al huésped,
generalmente es tarea de las criadas, como en el palacio de Circe (10, 364-365) o en la misma Itaca (17, 88).
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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la más joven hija de Néstor, el hijo de Neleo. 465
Después que lo lavó y ungió ricamente con aceite de oliva
lo envolvió con un manto y un jitón352.
Salió luego de la bañera353, con un aspecto semejante a la de los inmortales,
y fue a sentarse junto a Néstor, pastor de pueblos.
Luego que la mejor porción de carne estuvo asada, la sacaron 470
y se sentaron a comer. Unos varones nobles se irguieron
para escanciar el vino en copas de oro.
Pero cuando saciaron el deseo de comida y bebida354
comenzó a hablarles el jinete Gerenio, Néstor:
«Hijos míos ¡vamos!, a Telémaco, caballos de bellas crines 475
traigan y enganchen al carro para que continúe su camino».
Así dijo, y ellos lo escucharon con cuidado y obedecieron,
y con presteza engancharon al carro veloces corceles.
Y la mujer, la despensera, les puso trigo, vino
y provisiones como las que comen los reyes de nutrición divina. 480
Telémaco subió al magnífico carro355
y junto a él, el hijo de Néstor, Pisístrato, caudillo de hombres.
Al carro ascendió y agarró las riendas con las manos,
restalló el látigo y los dos caballos se lanzaron de buena gana
hacia la pradera y abandonaron la elevada ciudad de Pilos. 485
Durante todo el día agitaron el yugo sosteniéndolo por ambos lados356.
Y se sumergió Helios y todos los senderos se ensombrecieron
arribaron a Feras357 al palacio de Diocles358,

Versiones mitográficas posteriores dan cuenta de un matrimonio entre Policasta y Telémaco que da como
fruto un hijo: Persépolis; cfr. Eustacio, Comentarios a Odisea 1796, 39, y el Catálogo de las mujeres (fr. 221)
adjudicado a Hesíodo.
351
Los vv. 464-469 describen una típica escena de baño, que siempre se inscribe entre los rituales de
hospitalidad y tiene lugar en general antes del banquete (acá es al mismo tiempo). Véase 4, 48-51; 6, 211-246;
8, 433-469; 10, 358-367; 17, 86-90; 23, 153-165; 24, 365-383. Walter AREND (1933: 76-78), en Die typischen
Scenen bei Homer, dedica un breve capítulo a estas escenas de baño (1933: 124-126). Cfr. el tratamiento del
tema en Traditional Oral Epic: The Odyssey, Beowulf, and the Serbo-Croatian Return Song de John M.
FOLEY (1990: 248-257) y en The Stranger’s Welcome. Oral Theory and the Aesthetics of the Homeric
Hospitality Scene de Steve REECE (1993: 33-34).
352
Especie de túnica hasta los pies. Primero debía ponerse el jitón y luego el manto (4, 50; 5, 264), se
invirtió el orden por razones métricas.
353
«Bañera» traduce asáminthos, cuba grande para bañarse, término de etimología súmero-babilonia:
asam = recipiente de arcilla para el agua (cfr. Chantraine 1999: 122).
354
La misma fórmula de 1, 150. Normalmente los banquetes terminan cuando la concurrencia se dirige
a dormir, pero en este caso empezó temprano en la mañana, de modo que pueden seguirse las actividades
diurnas.
355
En este caso el poeta usa díphros para designar el «carro» cuando en versos anteriores utilizó la
palabra hárma. Díphros está compuesto por dis (dos) y phérō (llevar), de modo que es un carro ligero para
dos personas, no caben más que Telémaco y Pisístrato. Se esperaba quizás que Telémaco y Pisístrato
regresaran a Pilos ese mismo día o al siguiente, porque esta escena contrasta con los grandes preparativos y
muchos saludos que va a implicar la partida de Esparta (15, 59 ss.).
356
No está muy claro lo que significa este hexámetro. El yugo era un listón de madera en ángulo recto
con la pértiga o lanza y en cada extremo tenía unos cojinetes unidos por una correa al collar de los caballos.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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el hijo de Ortíloco a quien Alfeo359 había engendrado.
Allí durmieron durante la noche, pues se les dio hospitalidad. 490
Y se mostró Eos, la que nace de la mañana, la de dedos de rosa;
engancharon los caballos, subieron al bien trabajado carro
y salieron del pórtico y de la resonante galería.
Restalló el látigo y los dos caballos se lanzaron de buena gana
y llegaron a la pradera productora de trigo, allí luego 495
concluyeron el viaje360. ¡Tan bien los llevaban los veloces caballos!
Y se sumergió Helios y todos los senderos se ensombrecieron.

357
La ciudad se vuelve a mencionar en 15, 186. Se trata de la actual Kalamata, situada a mitad de
camino entre Pilos y Esparta, aunque no es posible recorrer ese camino en un solo día, en un carro y
atravesando el Taigeto.
358
Diocles era rey de Feras en Mesenia; hijo de Ortíloco (Pausanias 4, 1, 4) y nieto, por tanto, del dios-
río Alfeo (Pausanias 4, 30, 2). Cuando Hades secuestró a Perséfone, Diocles ayudó a su madre Deméter a
buscarla y ésta más tarde lo recompensó instruyéndolo en sus cultos y misterios. Por eso fue Diocles uno de
los primeros conocedores de los misterios de Eleusis. Fue padre de dos hijos gemelos, Cretón y Orsíloco, que
murieron en la guerra de Troya en manos de Eneas (véase Ilíada 5, 541-560).
359
Divinidad epónima del río del mismo nombre, que nace en Arcadia en el Peloponeso y tras recibir
varios afluentes desemboca en el mar Jonio, mencionado en Ilíada 2, 592. Es hijo de Océano y Tetis, como
muchos otros ríos. De su unión con Telégone, nacieron Orsíloco, Fegeo y Melantea.
360
Después de las escenas rituales domésticas que con tanta morosidad se han descripto, el canto se
resuelve con rápida salida de Pilos de Telémaco, y la llegada a Esparta (vv. 475-497). Néstor estimula la
inmediata partida, la despensera prepara las vituallas y Telémaco y Pisístrato se marchan en un carro. Después
de hacer noche en Feras, al otro día al atardecer arribarán a Esparta.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Canto IV
Telémaco en Esparta

TELÉMACO Y PISÍSTRATO LLEGAN AL PALACIO DE MENELAO (1-43)

Llegaron ellos a la cóncava y hundida361 Lacedemonia362,


y se dirigieron al palacio del ilustre Menelao
Lo hallaron celebrando un banquete363, con muchos allegados, por la boda
de su hijo364 y su excelente hija365, allí en la casa.
A ella la enviaría al hijo de Aquiles rompedor de las filas366, 5
pues mucho antes en Troya la ofreció y prometió
entregarla; y los dioses habían cumplido con la boda.
Allí la envió367 para que fuera con caballos y carros

361
Epítetos de Lacedemonia (= Ilíada 2, 581), que aluden a que está enquistada en un valle, el del río
Eurotas, limitado por dos cadenas de montañas, el Taigeto y el Parnón. Homero utiliza el nombre de
Lacedemonia para referirse a la ciudadela o acrópolis, la parte alta de la ciudad. La parte baja se denomina
Esparta. .
362
El canto 4 comprende la noche del quinto día y todo el sexto día. El tema es la estadía de Telémaco
con Menelao en Esparta (vv. 1-624) que tendrá su epílogo en el canto 15. El final del canto 4 retorna a Itaca y
a la reacción de los pretendientes ante la partida de Telémaco (vv. 625-848). El objetivo del viaje del joven se
cumple recién en este canto, en que Telémaco va a escuchar noticias fehacientes sobre su padre, cuestión dada
a conocer tardíamente por Pisístrato al anfitrión (vv. 162-167) y respondida por Menelao recién a la mañana
siguiente del arribo de los visitantes (vv. 312-331). Cuando Telémaco insiste en su pedido de información
sobre el padre, Menelao se compromete a relatarle lo que el anciano Proteo vaticinó (vv. 347-350), sin
embargo, emprende una narración de sus propias aventuras en Egipto. En este cuento enmarcado, Proteo da
información sobre otros dos héroes de Troya (vv. 496-498), Áyax y Agamenón. Ante un recordatorio de
Menelao (vv. 551-553), el anciano del mar revela lo que sabe de Odiseo (555-560). En este punto entonces,
Telémaco llega a saber lo mismo que el narrador nos ha hecho conocer en 1, 13-15: que Odiseo permanece
sojuzgado en la isla de la ninfa Calipso. Cfr. A Narratological Commentary on the Odyssey de Irene DE JONG
(2001: 89-122).
363
De igual modo que a su llegada a Pilos, Telémaco se encuentra con celebración de festividades
importantes, en este caso, una doble boda. El hijo de Odiseo y el hijo de Néstor llegan a las puertas del
palacio y el narrador nos pone en situación de manera esquemática, pues una vez en el interior, Helena y
Menelao se abocan a la tarea de anfitriones de los recién llegados y „se olvidan‟ del festejo: es así que el
banquete de bodas (v. 15) se va a convertir en un banquete en honor de los huéspedes (vv. 52-68) y no se sabe
qué ha sucedido o dónde están los invitados al casamiento. La presentación de vv. 3-19 nos informa de los
nombres de los contrayentes y de algunos hechos del pasado, como la promesa de dar a Hermíone en
matrimonio a Neoptólemo, el hecho de que Megapentes nació de una esclava, etc.
364
Megapentes, que significa «gran dolor» y rememora la tristeza de su padre por la infidelidad de
Helena
365
Hermione (v. 14), nacida antes de que Helena se marchara a Troya (v. 263), lo cual significa que la
muchacha no es muy joven, tiene más de 20 años de edad.
366
Epíteto de Aquiles en Ilíada (7, 228; 13, 324 y 16, 146 y 575) y en Hesíodo, Teogonía 1007. El
narrador no duda de que todos saben que se trata de Neoptólemo. No se menciona aquí que Neoptólemo
convivía con Andrómaca –esposa de Héctor–, quien le tocó en el sorteo de esclavas troyanas una vez
terminada la guerra. Hermíone a su vez había sido prometida a Orestes, hijo de Agamenón, por su abuelo
Tíndaro (Ovidio, Heroidas, Carta de Hermione a Orestes 8). Con el tiempo, puesto que Neoptólemo no
conseguía tener hijos con Hermíone, se dirigió al oráculo de Delfos, en ese lugar se encontró con Orestes,
quien al saber que había desposado a Hermíone, se sintió ultrajado y lo asesinó (Eurípides, Andrómaca).
367
Hermíone ya ha partido. Esto podría significar que Telémaco y Pisístrato llegan cuando los festejos
ya están terminando y no cuando están por empezar. También explicaría la reticencia de Eteoneo (vv. 28-29)
a dejarlos entrar a una celebración ya casi concluida.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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a la muy ilustre ciudad de los mirmidones368, sobre los que reinaba.
A su hijo le fue entregada la hija de Alector369, el de Esparta .
10
El vigoroso Megapentes, amado vástago, había nacido
de una esclava370. A Helena los dioses ya no concedieron un hijo371
después de que hubo nacido su primera deseada descendiente
Hermione, quien poseía la figura de la dorada Afrodita372.
Así celebraban el banquete en el amplio palacio de elevado techo 15
los vecinos y parientes del ilustre Menelao,
felices. Y les cantaba un divino aedo373
tocando la lira y dos acróbatas375,
iniciadores de la danza, rodaban en medio de ellos376.
Y los dos jóvenes, a las puertas del palacio377, con su caballo, 20
–el héroe Telémaco y el distinguido hijo de Néstor–
se detuvieron378. Al salir los vio el noble Eteoneo,
un diligente servidor de Menelao glorioso,
y corrió a través del palacio para anunciarlos al pastor de pueblos
Y acercándosele pronunció aladas palabras: 25

368
Pueblo de Aquiles según expresa en el Hades en su respuesta a Odiseo (11, 495), ya mencionado por
Néstor en 3, 188. Véase Ilíada 1, 180; 2, 284 y 16, 164, 220, 259; 18, 10; 23, 6, etc. No se menciona un
nombre de ciudad específica.
369
Según los escoliastas se llamaba Ifíloque. Alector era hijo de Pélope –o de Argeo– y Hegesandra,
hija de Amiclas, mítico rey de Esparta.
370
«Esclava» traduce doulē, que se utiliza solo otra vez en Homero (Ilíada 3, 409), también en
femenino. El masculino doûlos no aparece en la épica, es una denominación en época más tardía para
«esclavo»
371
El catálogo de las mujeres, adjudicado a Hesíodo (fr. 175, 2) dice que además de Hermíone, Helena
y Menealo tuvieron un hijo varón: Nicóstrato.
372
También se la llama «dorada Afrodita» en Ilíada, 19, 282; el epíteto no se aplica a ninguna otra
diosa.
373
Véase nota a 1, 154. El aedo siempre canta acompañado por un instrumento y componía sus propias
expresiones de poesía épica. Los rapsodas, más tardíos, no tañían la lira, sino que sostenían un bastón en la
mano para marcar el ritmo del poema.
374
Véase 1, 155 y 13, 27. Phórminx es una especie de laúd o instrumento más pequeño que la cítara
(kítharis) fabricado con madera o con el caparazón de la tortuga; sus brazos eran cuernos de animales que
sostenían un travesaño (zugón) al que se sujetaban de tres a doce cuerdas y cuyas clavijas se denominan
kóllopes. El instrumento es también tocado por Apolo (Ilíada 24, 63) y por Aquiles (Ilíada 9, 186).
375
Es la única vez que aparece este término en Odisea. En Ilíada (16, 750), Patroclo se burla llamando
de esta manera a un enemigo que cayó muerto de un carro dando una voltereta.
376
La edición de Immanuel BEKKER de 1851 atetiza los vv. 18-19, que aparecen también en Ilíada 18,
605-606 posiblemente interpolados.
377
Las puertas de entrada que permiten pasar desde afuera al aulé o patio interno.
378
Los vv. 20-43 constituyen una típica escena de recepción de un huésped (véase nota a 1, 113), con
notables diferencias de la acaecida en el palacio de Néstor (véase nota a 3, 31), pues tiene las siguientes
características: son dos los visitantes ilustres y a) esperan a la entrada (vv. 20-22a); b) su presencia es notada
por un siervo antes que por el señor de la casa (vv. 22b-23), quien en lugar de conducirlos adentro de
inmediato, consulta primero al soberano (vv. 24-29); c) el anfitrión se enoja y le recuerda al siervo que ellos
mismos pasaron por iguales circunstancias en el pasado (vv. 30-36); recién entonces, d) los siervos reciben los
huéspedes y desuncen el carro (vv. 37-42); e) entran en la morada del rey. Las usuales palabras de bienvenida
no se van a expresar hasta vv. 59-64.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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«Hay dos extranjeros, Menelao, de divina estirpe,
dos varones, semejantes al linaje de Zeus poderoso.
Dime pues si desatamos sus veloces caballos
o a otro que les demuestre afecto los mandamos que vayan379».
Muy irritado le contestó el rubio Menelao380: 30
«No eras tan necio, Eteoneo, hijo de Boeto381,
en otro tiempo. Mas ahora hablas como un niño pequeño.
También nosotros dos hemos comido muchas veces en la hospitalaria mesa382
de otros hombres, de camino hacia aquí. ¡Ojalá Zeus
nos evite en el futuro ese sufrimiento! Desata entonces los caballos 35
de los extranjeros ¡adelante con ellos para agasajarlos en la mesa383!».
Así dijo; <Eteoneo> atravesó rápidamente el palacio y llamó a otros
diligentes servidores para que fueran con él.
Soltaron los caballos que sudaban bajo el yugo
y los maniataron en las caballerizas, 40
junto a ellos echaron grano y mezclaron con él blanca cebada;
arrimaron el carro a la fachada resplandeciente de un muro
y los hicieron entrar en la divina morada.

INGRESO DE LOS HUÉSPEDES A LA MORADA DE MENELAO (44-68)

Quedaron admirados por el palacio del rey, vástago de Zeus;


pues había un fulgor como de sol o de luna384 45
en el interior del palacio de elevado techo del célebre Menelao.
Una vez satisfechos de verlo todo con sus ojos,
fueron hacia bañeras bruñidas para darse un baño385.
Y después que las esclavas los bañaron y ungieron con aceite,
los envolvieron con ropa de lana y mantos386 50
y fueron a sentarse en sillas junto al Atrida Menelao.
Y una sierva derramó agua en una jarra que llevaba387,

379
La renuencia del siervo a recibir a los viajeros, no obstante percibir sus rasgos de personajes nobles,
no encuentra mucha explicación; se trata posiblemente de un artilugio que sirve como disparador de los
acontecimientos posteriores o para mostrar el carácter del señor de la casa (véanse más adelante vv. 735-754).
380
La reacción de Menealo evidencia que, como Néstor en 3, 346-355, considera ineludibles los deberes
de hospitalidad. El hexámetro es fórmula que proviene de Ilíada 18, 18 y se va a repetir en v. 332.
381
Boethós quiere decir «ayudante» o «asistente». Se trata posiblemente de un asistente de Menelao en
la guerra, si bien no aparece mencionado en Ilíada. Eteoneo se vuelve a mencionar en 15, 95 y 140.
382
Dar de comer a los viajeros es uno de los sagrados deberes de la hospitalidad. El acto de comer como don
de hospitalidad se menciona con sentido irónico en 9, 370 en boca de Polifemo.
383
A partir de aquí no se menciona más el doble banquete de esponsales que Menelao estaba ofreciendo,
sino que los dos extranjeros serán ahora los homenajeados.
384
La misma fórmula en 7, 84-85 referida al palacio de Alcínoo. La admiración por una residencia tan
magnífica se va a desarrollar en las palabras de Telémaco de vv. 71-75.
385
Los vv. 48-50 son un ejemplo de escena de baño típica, según los siguientes pasos: a) acercamiento a
las bañeras (v. 48a); b) baño (vv. 48b-49a); c) unción con aceite (v. 49b); d) colocación de vestimenta (v. 50).
386
La misma fórmula 17, 87-89; también en 8, 454-456 para Odiseo en la isla de los feacios, solo que se
trata de «bella ropa y mantos».
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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bella y de oro, sobre fuente de plata
para lavarse. Tendió al costado una pulida mesa.
Luego la venerable ama puso pan que llevaba, 55
Y añadió manjares, favoreciéndolos entre los presentes.
El trinchador ofreció tablas con carnes que había cortado,
de todo tipo, y les colocó al lado copas de oro.
Y saludándolos, dijo el rubio Menelao:
«Tomen la comida y disfruten, pues luego 60
de haberse saciado del almuerzo388 preguntaremos a ambos quiénes son389
entre los hombres. Pues no se desvanece el linaje de los progenitores
sino que tienen estirpe de varones principescos, de alcurnia divina,
de los que llevan el cetro. Que los malvados no engendran tal gente».
Así dijo, y puso ante ellos un gordo lomo de buey, 65
asado, con sus manos, servido a él como presente de honor390.
Y ellos, ante los que se les ofrecía, extendieron las manos,
y después que arrojaron de sí el deseo de comida y bebida,

DIÁLOGO DE LOS VISITANTES CON MENELAO (69-119)

Entonces, Telémaco se dirigió al hijo de Néstor


acercando su cabeza para que los demás no se enteraran391: 70
«Contempla, Nestórida, grato a mi corazón,
el resplandor del bronce en el sonoro palacio,
y el del oro, el electro392, la plata y el marfil393.
Así debe ser el interior del palacio de Zeus Olímpico.
¡Cuántas inefables!, estoy maravillado al verlas». 75
El rubio Menelao se dio cuenta de lo que estaba diciendo
Y dirigiéndose a ellos, les habló aladas palabras394:
387
Véase nota a 1, 136 y 138. Lavarse las manos es imprescindible antes de la comida, aunque los
viajeros recién salen del baño (vv. 57-58).
388
«Almuerzo» traduce deîpnon, es decir, la comida más importante del día, para el caso, la del mediodía
(véase 6, 97; 9, 86; 10, 57, 116 y 155; 15, 77 y 500; 17, 176; 24, 360, 386 y 394).
389
Las normas de la hospitalidad de la época homérica establecen que es prioridad la generosa acogida a
los huéspedes a los que se les ofrece comida y bebida antes de preguntarle por el motivo de su visita, e incluso
antes de saber sus nombres y procedencia.
390
Menelao le da de comer a los huéspedes su propia porción magnífica, en griego géra, denominación
que se usa también una recompensa luego de tomar una ciudad (11, 534) u honores conferidos por el pueblo
al rey (7, 150) o un simple obsequio (20, 297).
391
Véase nota a 1, 157.
392
Eléktron significa habitualmente «ámbar», para engastar el oro en los collares por ejemplo (véase 15,
460 y 18, 295-296), pero también designa una aleación de oro y plata como es este el caso.
393
«Marfil» traduce eléphas, material precioso y altamente apreciado en la época micénica. A partir del
siglo IX a.C. fue comerciado por los fenicios y su uso en las estatuas de toda Grecia prueba su relativa
abundancia. Cuando la principal fuente de marfil –Siria– agotó la provisión de piezas de colmillos de elefante,
el marfil se empezó a importar de India y de África.
394
Los vv. 76-295 van a consistir en una extensa conversación entre el anfitrión y los huéspedes acerca
del objeto del viaje de Telémaco, es decir, saber noticias sobre su padre. Va a estar dividida en tres partes: a)
tristes consideraciones acerca de la suerte de Odiseo (vv. 76-189); b) un interludio que pretende hacer olvidar
las penas hasta la mañana siguiente (vv. 190-218); diversas historias en las que Odiseo fue protagonista en el
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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«Hijos míos, ninguno de los mortales podría competir con Zeus,
inmortales son su casa y sus posesiones;
mas entre los hombres alguno podría competir conmigo –o quizá no–, 80
por mis riquezas; las que tras haber sufrido mucho y mucho andar errante
he traído en mis naves cuando llegué en el año octavo.
Por Chipre, Fenicia y entre los egipcios anduve errante395;
llegué a los etíopes, a los sidonios, a los erembos396
y a Libia, donde los borregos enseguida crían cuernos397 85
y las ovejas paren tres veces en un año398.
Allí nunca ni amo ni pastor están carentes
de queso ni de carne, ni de dulce leche,
pues siempre proporcionan presurosas abundante leche399.
Mientras yo por allí, reuniendo muchas riquezas, 90
andaba errante, otro asesinó a mi hermano400
con traición, en secreto, con el engaño de su funesta esposa.
Es así que gobierno sin alegría sobre estas riquezas.
Ya habrán escuchado esto de sus padres, quienes quiera que sean401,

pasado (vv. 219-295). Se suceden once parlamentos en los que participan cuatro locutores –Telémaco,
Pisístrato, Menelao, Helena–, con preeminencia de los discursos de Menelao (cinco) y solo una intervención
de Telémaco al final.
395
Menelao ha comenzado a relatar su propio nóstos, casi tan largo y azaroso como el del propio
Odiseo. Néstor ya nos ha hecho saber –en 3, 300– que la nave de Menelao fue impulsada hacia los mares
frente a Egipto (aquí dice «entre los egipcios» y no «Egipto» por razones métricas en griego). La visita a
Fenicia también se desprende de los vv. 617-618 y por este hexámetro sabemos que además visitó Chipre en
el largo regreso que duró algo más de siete años. No faltaron quienes elucubraron que incluso había estado en
América, situación que no se desprende en absoluto del texto.
396
El poeta toma conciencia de que los veinte días –o poco más– que Menelao estuvo retenido en
Egipto por que los vientos no eran favorables (véase vv. 360-362) son insuficientes para explicar su ausencia
durante casi ocho años. Este periplo aquí mencionado fue muy discutido en la Antigüedad (cfr. Estrabón 1, 1,
3 - 2, 31). Para los etíopes, véase nota a 1, 22. Los sidonios, que se mencionan también en v. 618 (fórmula que
se repite en 15, 118), a veces se confunden con los fenicios y otras veces, no (Ilíada 23, 743). Los erembos se
mencionan solamente en este lugar, Puede haberse tratado de una rama de los etíopes, que vivía en la costa
del Mediterráneo en frente de Chipre o por la semejanza del nombre podrían ser los árabes, como conjetura
Estrabón (1, 2, 34).
397
Los vv. 85-89 son una digresión hacia la vida pastoral en el norte de África, que quizás refleje una
visión idealizada de la colonización en la Cirenaica (aunque la afluencia de colonos griegos llegó con fuerza
recién en el siglo VII a.C.). Ecos de estas colonizaciones promisorias también se perciben en la extensa
descripción de la isla de las cabras (9, 116-180) y en la de la fundación de Esqueria (6, 7-10). En este marco,
la imagen de los cuernos de los ovinos creciendo de inmediato son una metáfora de lo rápido que crece el
ganado.
398
Todos sabemos que las ovejas no pueden parir tres veces al año, se trata de una hipérbole poética.
Como el período de gestación es de unos cinco meses, la oveja tiene cría una vez al año y muy
excepcionalmente podrían ser dos (por eso a veces se reemplaza trís por dís). Puesto que los vv. 87-89 se
refieren a la producción de leche, Bekker traspone el v. 86 a la línea 89.
399
La leche forma parte de la dieta –y su ingesta es señal de buena alimentación, como aquí–, pero
tanto en Homero como en la lírica arcaica es provista por ovejas o cabras, nunca por vacas.
400
Los vv. 91-92 son una breve pero emotiva referencia a la muerte de Agamenón en manos de Egisto,
amante de Clitemnestra. Menelao no menciona los nombres propios, pero Telémaco ya sabe lo suficiente
sobre la historia (véase 3, 254–312) como para identificar a los actores.
401
Después de concluido el banquete se habría esperado que los huéspedes hubieran dado ya a conocer
sus nombres. El hecho de la identificación se va a retrasar aún más por el relato de Menelao de las propias
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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pues sufrí muy mucho y destruí una casa402 95
muy buena para morar, que contenía abundantes y valiosos bienes.
Ojalá yo en mi palacio con la tercera parte
lo habitara, pero estuvieran salvos los varones que murieron
en la ancha Troya, lejos de Argos403 criadora de caballos.
Sin embargo, aunque por todos lloro y me entristezco 100
con frecuencia, sentado en mi palacio,
a veces deleito mi ánimo con el llanto y a veces
ceso de llorar. Pues rápido sucede el cansancio al llanto helado404.
Por todos ellos no me lamento tanto, aunque me den pena,
como por un hombre, que el sueño y la comida me hace aborrecer 105
cuando me acuerdo, pues ninguno de los aqueos tanto se esforzó
como Odiseo sufrió y me sobrecogió405. Para él las preocupaciones
habrían de ser y para mí el dolor siempre insoportable
por aquel, pues está lejos desde hace mucho y no sabemos
si vive o está muerto. Sin duda lo lloran 110
el anciano Laertes y la prudente Penélope
y Telémaco, a quien dejó recién nacido en el hogar».
Así habló y suscitó en él deseo de llorar por su padre.
Una lágrima de sus ojos cayó a tierra cuando escuchó sobre él,
y el purpúreo manto levantó hacia sus ojos 115
con ambas manos. Menelao se dio cuenta
y dudaba en su mente y en su corazón
entre esperar que el joven se refiriera al padre
o adelantarse a preguntarle e interrogarlo sobre cada detalle.

INCORPORACIÓN DE HELENA A LA ESCENA DE RECEPCIÓN A TELÉMACO (120-232)

Mientras elucubraba estas cosas en su mente y en su corazón, 120


Helena406, de la perfumada estancia de elevado techo

aventuras, lo cual carga la escena de una profunda ironía dramática. Es Pisístrato, en vv. 157-167, quien da a
conocer quiénes son y de dónde vienen: pronuncia el nombre de Telémaco después de dar datos sobre el
motivo del viaje y su propia filiación.
402
Es sorprendente este lamento de Menealo por haber destruido el palacio de Príamo en Troya. Podrían
quitarse los vv. 95-99 y se mantendría la coherencia del discurso,
403
«Argos» refiere acá al Peloponeso; véase nota a 3, 251.
404
El oxímoron completa la idea en apariencia contradictoria del verso anterior: deleitar el ánimo con el
llanto. No obstante, no es inusual el verbo térpomai –disfrutar/ deleitar– asociado al llanto y al lamento (véase
11, 212; 19, 213, 251 y 513; 21, 57 e Ilíada 23, 10 y 98; 24, 513). Para el campo semiótico de alegría y
disfrutar en Homero, cfr. Zum WortIeld «Freude» in der Sprache Homers de Joachim LATACZ 1966: 174-
219.
405
La mención de Odiseo frente al hijo –que todavía no ha dado su identidad al anfitrión– produce una
escena de honda ironía trágica, similar a la de 8, 75-78 y 14, 37-44.
406
Los vv. 121-136 constituyen una magnífica puesta en escena de Helena. Su aparición no se ha
producido al mismo tiempo que la de Menelao y el narrador se va a detener en los detalles, incluyendo los
nombres propios de las esclavas que la acompañan. Cfr. Helen. The Evolution from Divine to Heroic in Greek
Epic Tradition de Linda L. CALDER (1976: 24-40) y Helen of Troy and her Shameless Phantom de Norman
AUSTIN (1994: 71-89). Helena es una idónea anfitriona que sabe acompañar los deberes de hospitalidad de su
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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apareció, semejante a Artemisa, la de rueca de oro407.
Colocó Adrastra junto a ella un diván408 bien forjado,
y Alcipe trajo un tapiz409 de lana delicada.
Y Filo trajo la canastita de plata que le había dado 125
Alcandra, mujer de Pólibo, quien vivía en Tebas410
la de Egipto411, donde las casas guardan numerosos tesoros.
Fue él quien a Menelao dio dos bañeras de plata,
dos trípodes y diez talentos de oro412.
Además, su esposa hizo a Helena bellos regalos413: 130
una rueca de oro414 y un cesto con ruedas le envió,
de plata, recamados con oro los bordes415.
Se lo ofreció la esclava Filo416 quien lo llevaba
lleno de hilo devanado417, y sobre él
extendió la rueca con lana de color violeta418. 135
Y se sentó en la silla y a sus pies tenía un escabel.
Y al punto se dirigió a su esposo, preguntando en detalle419:

señor: mezcló con el vino una droga para hacer olvidar los pesares (vv. 219-232) y va a entregar a Telémaco
un obsequio para su futura esposa (vv. 15, 125-129). Helena tiene una perspicacia aguda que le permite
reconocer de inmediato que Telémaco es hijo de Odiseo (vv. 141-143) así como había reconocido a Odiseo en
otro tiempo (vv. 250-251). Va a mostrar arrepentimiento por su pasado accionar, por haber dejado a su familia
(vv. 259-264; véase Ilíada 3, 173-176; 6, 345-348; 24, 764) y se va a sentir culpable por los padecimientos
que produjo (vv.145-146; véase Ilíada 3, 127-128; 6, 355-356).
407
«La de rueca de oro» traduce chryselákatos, epíteto de Artemisa también en Ilíada (véase 16, 183 y
20, 70). Nausicaa (6, 102 y 151-152 y Penélope (17, 37; 19, 54) son igualmente compradas con Ártemis.
408
Klisía es todo lugar para permanecer cómodamente reclinado o descansando, así a lo largo de los
cantos 14 (vv. 45, 48, 194, 404 y 408) y 16 (vv. 1, 159 y 178) puede traducirse por «cabaña». Eurípides
utilizará el término con la acepción de «lecho nupcial» (cfr. Alcestis 994 e Ifigenia entre los tauros 857).
409
«Tapiz» traduce tápēta y es para cubrir el diván.
410
Alcandra y Pólibo son nombres griegos, aunque adjudicados a la pareja que reina en Tebas de
Egipto. Tampoco los objetos obsequiados se corresponden con creaciones de arte egipcio.
411
El poeta no desea que se confunda la Tebas que fue capital de Egipto (véase Ilíada 9, 381) desde el II
milenio a.C. con la Tebas griega situada en Beocia. Recordemos la versión del poeta Estesícoro, quien en su
Palinodia sostuvo que en realidad Helena no había estado en Troya sino que Paris raptó una especie de
fantasma formado por Zeus o Hera y la verdadera fue trasladada a Egipto donde vivió durante todos esos
años.
412
En Homero siempre se trata de talentos de oro, pero se desconoce el peso y el valor. Véase nota a 9,
202.
413
Más adelante se va a mencionar otro regalo para Helena de origen egipcio (vv. 220-232).
414
Se puede suponer que una rueca hecha por completo de oro tiene un peso excesivo, Es la única vez
que se menciona el metal en Homero, autor en el que siempre se nombran juntos la rueca y el telar (véase 1,
357; 21, 351 e Ilíada 6, 491).
415
La segunda mitad del hexámetro es una fórmula que se va a repetir en el v. 616 y en 15, 116.
416
Después de la digresión de siete hexámetros, el relato vuelve al punto en que quedó en v. 125.
417
Del mismo modo que Arete en la corte de los feacios (6, 305-307), Helena no se muestra inactiva
cuando debe reunirse con su esposo para atender a los huéspedes. Tanto la labor de hilar como al de tejer no
exigen demasiada atención, se puede realizar de manera mecánica. El telar y la rueca son tareas propiamente
femeninas (véase nota a 1, 357). Aun en Troya, Helena se ocupaba de labores con lana (Ilíada 3, 125-128), es
decir, no es que las realice ahora porque ha retornado a las tareas domésticas en su hogar.
418
«Color violeta» traduce iodnefés, que literalmente es «oscura como la (flor) violeta», Es este el color
de la lana de los carneros del cíclope Polifemo (9, 426). En 6, 53, Arete hila lana color púrpura.
419
De igual modo que en 15, 171, Helena adelanta una intervención mientras Menelao se demora
cavilando.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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«¿Conocemos acaso, Menelao, descendiente de Zeus420, quiénes estos
entre los hombres se jactan de ser, al llegar a nuestra casa?
¿Estaré engañada o diciendo la verdad? El corazón me lo manda421. 140
Digo que nunca vi a nadie tan parecido,
hombre o mujer –el asombro me sobrecoge al contemplarlo–,
como este se parece al hijo del magnánimo Odiseo,
a Telémaco422, a quien dejó recién nacido en la casa
aquel hombre, cuando los aqueos por causa de mí, desvergonzada423, 145
marcharon sobre Troya para promover una guerra feroz».
Y le respondió diciendo el rubio Menelao:
«Así ahora lo creo, mujer, como tú lo imaginas,
de aquél son tales pies y tales manos
y las miradas de sus ojos, su cabeza y, por encima, su cabellera424. 150
Por cierto, hace un instante, recordando a Odiseo
he relatado yo cuánto sufrió él y se fatigó
por mi persona. Y en ese momento vertía éste espeso llanto debajo de sus cejas
y el purpúreo manto levantó hacia sus ojos425».
Y luego Pisístrato, el hijo de Néstor, le dijo: 155
«Atrida Menelao, descendiente de Zeus, caudillo de pueblos
Este es ciertamente hijo de aquél, como dices,
pero es prudente y se avergüenza en su corazón
–ya que viene por primera vez– de decir vulgaridades426
ante ti, cuya voz a los dos nos conmueve como la de un dios. 160
Me ha enviado el jinete Gerenio, Néstor427
para escoltarlo como guía, pues estaba ansioso por verte
para que le sugieras una palabra o alguna acción.
Muchos dolores sobrelleva el hijo de un padre ausente

420
«Descendiente de Zeus» traduce diotrefés, epíteto que significa literalmente «alimentado por Zeus» y
es adjudicado a Menelao numerosas veces en este canto (vv. 26, 156, 235, 291, 316, 391 y 561) y en Ilíada
(7, 109; 17, 12, 34, 238, 652 y 679); curiosamente, Aquiles lo adjudica al río Escamandro personificado en
Ilíada 21, 223.
421
El hexámetro repite la fórmula de Ilíada 10, 534, en ambas ocasiones el primer verbo en tiempo
futuro con matiz hipotético causa dificultad en la interpretación, porque en verdad el verbo pseudō es
«mentir» y entonces la traducción debiera ser «¿estaré mintiendo o diciendo la verdad?».
422
Sobre el parecido de Telémaco con su padre, véase 1, 207-209 y 3, 123-125. Habría sido más
verosímil que Helena comentara el parecido del joven con Odiseo y no que dijera directamente que es
parecido a Telémaco, a quien nunca vio.
423
«Desvergonzada» traduce kynōpis (literalmente «de ojos de perra»), epíteto que Helena se adjudica a
sí misma, como en Iliada (3, 180). En Odisea, el apelativo también es adjudicado a Afrodita (8, 319) y a
Clitemnestra (11, 424).
424
Virgilio parafrasea los vv, 149-150 en Eneida: «sic oculos, sic ille manus, sic ora ferebat» (3, 490).
425
Los vv. 151-154 refieren a Helena –que en ese momento estaba ausente– lo ya dicho en vv. 100-106.
El v. 154 repite v. 115.
426
Aristarco atetiza los vv. 158-160. El término epesbolías que traducimos como «vulgaridades» no
aparece en Homero más que en este lugar. Por otra parte, Pisístrato no expresará en vv. 162-167 el verdadero
motivo de la visita de Telémaco, que no es justamente la falta de protección en su propia casa sino el interés
en obtener noticias sobre su padre, como expresará el hijo de Odiseo en vv. 316-331.
427
Véanse notas a 3, 68.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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en el palacio –si para él no hay otros protectores–, 165
como ahora sucede a Telémaco. Se marchó el padre y no hay otros
en su pueblo para alejarle la desgracia».
Y contestando le dijo el rubio Menelao
«!Ay, ay!, ¡Qué buen amigo mío era el hombre cuyo hijo a mi casa
llegó, aquel quien por mí padeció muchas pruebas!428 170
Le aseguré que cuando volviera lo estimaría más que a los demás
argivos, si nos concedía a los dos regresar sobre el mar
en las veloces naves Zeus Olímpico, de ancha mirada429.
Y en Argos le habría ofrecido una ciudad y construido un palacio
Haciéndolo venir desde Itaca con sus bienes y su hijo 175
y todo su pueblo; habría hecho deshabitar una ciudad
en las cercanías, de las gobernadas por mí.
Y con frecuencia, si él estuviera aquí, nos reuniríamos y a nosotros
nada podría separarnos, amigos y dichosos,
hasta que la negra nube de la muerte cubriera todo alrededor. 180
Pero acaso a estas cosas las suscitó la envidia de algún dios430
que a ese desdichado, a él solo, lo privó de regreso».
Así dijo y despertó en todos ellos el deseo de llanto.
Lloraba la argiva Helena, nacida de Zeus431,
y lloraban Telémaco y el Atrida Menelao. 185
Y tampoco el hijo de Néstor tenía los ojos sin llanto,
pues recordaba en su corazón al irreprochable Antíloco432,
a quien mató el ilustre hijo de la resplandeciente Eos.
Y recordándolo433 [Pisístrato] dijo aladas palabras:
«Atrida, eres el más inspirado entre los mortales 190
según decía el anciano Néstor cuando te recordábamos
en su palacio y conversábamos unos con otros.
Y ahora, si es posible, hazme caso. No es de mi agrado
lamentarme después de la cena434, pero va a llegar Eos,

428
Los vv. 168-182 son una expresión del afecto de Menelao por Odiseo –y también de su sentimiento
de culpa– mediante hipotéticas e irreales muestras de agradecimiento al amigo, con prescindencia total del
requerimiento de Pisístrato en su papel de mediador. En v. 182 el rey retorna a la realidad con una reflexión
amarga sobre la envidia de los dioses.
429
Véanse notas a 2, 146 y 3, 288.
430
El tópico literario de la envidia de los dioses se observa con mayor claridad en el parlamento de
Calipso en 5, 117-144 (véase nota a 5, 117), pero también en 8, 565-566, que se repite en 13, 173-174 y en 23,
210-212. El poeta de Ilíada no es afecto a este motivo, que se difundió ampliamente en la literatura clásica
posterior a Odisea.
431
El epíteto es aplicado a Helena en Ilíada (3, 199 y 418) y en Odisea (v. 219 y 23, 218) y una sola vez
a Atenea en 6, 229.
432
Otro de los hijos de Néstor, al que acompañó a Troya (véase Ilíada 13, 551-565). Era amado por
Aquiles, a quien Antíloco debió anunciar la muerte de Patroclo; las almas de estos tres más la de Ayax se le
acercan a Odiseo en el Hades (11, 467-469) y se mencionan también cuando allí descienden los pretendientes
(24, 15-17). Esta es fuente que menciona su muerte a manos de Mnemón, hijo de Eos (la Aurora) y Titono.
Véase nota a 3, 112.
433
Recordando „a su hermano Antíloco', no obstante el nombre del héroe en Troya va a ser mencionado
recién al final de la alocución de Pisístrato. quien evidentemente se excede en su rol de acompañante de
Telémaco y asume protagonismo poniendo en primer plano su familia y sus problemas.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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la que nace de la mañana. No tendré entonces problema 195
en llorar435 a quien de los mortales haya fallecido y cumpla su destino.
Esta es la única recompensa436 para los míseros humanos,
que por su persona corten las cabelleras y corran lágrimas por las mejillas.
ambién, en efecto, murió mi hermano, no era el peor
de los argivos. Tú debes saberlo –pues yo no estuve allá 200
ni lo he visto–, pero dicen que superior a los demás
era Antíloco, rápido en el correr y combatiente».
Y le contestádole dijo el rubio Menelao:
«Amigo, desde luego que has dicho lo que un varón inspirado
podría decir y proponer, como alguien que tuviera más edad. 205
En verdad vienes de tal padre y también hablas prudentemente437.
Fácil es reconocer la descendencia de un hombre a quien el Cronida
concede felicidad desde que se casa o ha nacido,
como en este caso a Néstor se la concedió día tras día,
quien de modo espléndido puede envejecer en su palacio, 210
y que sean prudentes sus hijos y los mejores con la lanza.
Por nuestro lado, dejemos el llanto que nos sobrevino antes
y pensemos otra vez en la cena438; y en las manos,
que viertan agua. Y por la mañana tendremos unas palabras
Telémaco y yo, para conversar entre nosotros». 215
Así dijo, y Asfalión439 vertió agua en sus manos,
el diligente servidor del ilustre Menelao;
y ellos a los alimentos que tenían delante extendieron las manos.
Entonces Helena, nacida de Zeus, decidió otra cosa440:
en ese instante echó una droga441 en el vino del cual bebían 220
contra el dolor y la cólera que hacía olvidar todos los males.
Quien la bebiera, una vez mezclada en la cratera,

434
«Después de la cena» traduce meta-dórpios, término usado solo aquí por Homero y que contradice la
expresión de Menelao en v. 213, que solicita retomar la cena.
435
«Va a llegar Eos» de v. 194 no debe entenderse como que pronto va a amanecer, sino que señala la
aurora como el especial momento para manifestar el duelo.
436
«Recompensa» traduce géras, que puede ser simplemente un presente (20, 297) o el botín de guerra
(11, 534) o un privilegio o prerrogativa conferido por los reyes (7, 150).
437
Ya habíamos observado en 3, 124-125 la figura del hijo prudente que por su modo de hablar se
parece al padre, en aquel caso en boca de Néstor referida a Odiseo y Telémaco.
438
Sorprende la sugerencia de Menelao de seguir comiendo, cuando la fórmula de v. 68 ya había por
finalizada la escena del banquete y Pisístrato dice en v. 194 que es«después de la cena».
439
Muy pocos de los servidores tiene nombre propio en Odisea. La corte de Menelao ofrece
excepciones a esa regla. Vimos arriba que las siervas de Helena se llaman Adrasta, Alcipe y Filo (vv. 123-
125) y ahora se menciona a Asfalión, que significa en griego «seguro» o «firme».
440
La decisión de Helena otorga un giro inesperado a la acción. Después de las referencias de Pisístrato
y Menelao a «la mañana siguiente» (vv. 194 y 214) esperaríamos que se retiraran a dormir, pero ahora
después de ingerir inadvertidamente esa droga, la conversación va a continuar y se va a focalizar en la
personalidad decidida y astuta de Odiseo.
441
«Droga» traduce phármakon; es la primera y única vez que la situación de olvidar es vista bajo luz
positiva (véase nota a 1, 57), si bien es cierto que se trata de una amnesia de muy poca duración y no el olvido
nocivo que producen el loto (9, 94 ss.) o los encantamientos de Circe (10, 235 ss.). Plutarco (Moralia 614b) y
Macrobio (7, 1, 18) dan una explicación alegórica: el phármakon es la elocuencia hechizadora de Helena.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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no derramaría durante un día una lágrima por las mejillas,
ni aunque hubieran muerto su padre y su madre,
ni enfrente de su vista a su hermano o su hijo 225
asesinaran con el bronce y él lo estuviera viendo con los ojos.
Tales sabias drogas442 poseía la hija de Zeus,
excelentes, porque se las había dado Polidamna443 –esposa de Thon–
la egipcia, cuya tierra, dadora de vida, produce innumerables
drogas, que mezcladas muchas son nobles y muchas perniciosas; 230
cualquier persona entendida en ellas es médico que sobresale
sobre todos los hombres, pues es vástago de Peón444.

NARRACIONES SOBRE ODISEO EN TROYA (233-289)

Así pues, una vez que la echó dentro, ordenó que se escanciara vino,
de nuevo tomó la palabra y dijo445:
«Atrida Menelao, vástago de Zeus, y ustedes, 235
hijos de hombres nobles. Por cierto, el dios, unas veces y otras,
Zeus, lo bueno y lo malo nos da. Porque todo lo puede.
Coman ahora sentados en el palacio
y deléitense con palabras, que yo haré un relato oportuno.
No podría yo todas las cosas relatar ni consignar 240
cuántas fueron las pruebas para Odiseo, de ánimo paciente,
Sino cómo lo hizo y lo soportó el recio varón446
en el pueblo de los troyanos, donde ustedes aqueos sufrieron trabajos447:

442
Obsérvese que no hay una calificación negativa para las drogas. Mucho se ha discutido sobre cuáles
son estas «sabias drogas». Lo más probable es que se haya tratado de opio, pues su empleo médico se
remonta al Antiguo Egipto, donde la mezcla de sustancias que se extraían de la adormidera (Papaver
somniferum) se usaba como analgésico y calmante, tanto en pomadas como por vía oral. El término «opio»
deriva del griego ópion que significa «jugo», refiriéndose al látex que exuda la adormidera al cortarla (cfr.
Plinio, Historia Natural 20, 199); Cfr. On the Trail of the Ancient Opium Poppy de Mark D. MERLIN (1984:
179 ss.).
443
Póly –mucho– dámnō –seducir, someter–.Según los escolios y textos posteriores (Heródoto 2, 116;
Estrabón 17, 801 y Diodoro Sículo 1, 97) existía una versión de que esta misma reina condujo a Helena a la
isla de Faros para protegerla del acoso de Thon, su esposo, y que para preservarla del veneno de las serpientes
del lugar también la proveyó de ciertas drogas.
444
O también Peán, dios sanador, luego fundido con Apolo de quien este nombre pasó a ser epíteto
ritual; véase Ilíada 5, 401 y 899 ss.; cfr. Píndaro, Pítica 4, 270.
445
Las „historias troyanas‟ que Helena y Menelao van a narrar están conectadas entre sí y tienen una
estructura paralela. Cfr. A Narratological Commentary on the Odyssey de Irene de JONG (2001: 101-102).
446
El hexámetro se repite en v. 271 y de algún modo marca la coherencia entre la narración de Helena (vv.
240-258) y la de Menelao (vv. 266-289) sobre los episodios previos a la caída de Troya. Cfr. Archery at the
Dark of the Moon. Poetic Problems in Homer’s Odyssey de Norman AUSTIN (1975: 188-189) y Helen of Troy
and her Shameless Phantom, del mismo autor (1994: 79-81). Cfr. Siren Songs. Gender, Audiences, and
Narrators in the Odyssey de Lillian DOHERTY (1995: 130-135) y Blood and Iron. Stories and Storytelling in
Homer’s Odyssey de Douglas OLSON (1995: 83-85).
447
Tanto el relato de Helena como el de Menelao refieren al período ulterior al final de Ilíada, materia
mítica de ciclos épicos posteriores y de poemas perdidos como la Pequeña Ilíada de Lesques y la Ectiópida
de Arctino. En su versión, Helena se coloca como protagonista y se autodescribe como un personaje
sicológicamente complejo, pero arrepentida de su falta y comprometida con la victoria de los aqueos. La
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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se lastimó a sí mismo dañándose con infamantes heridas,
se echó los hombros ropas míseras, como un siervo, 245
y se introdujo en la ciudad de anchas calles de sus enemigos
Así ocultándose parecía otra persona,
un mendigo448, quien no era tal en las naves de los aqueos.
Con esta apariencia bajó a la ciudad de los troyanos, se engañaron
todos; yo sola lo reconocí –tal como era– 250
y lo interrogué; él intentaba evitarme con astucia.
Pero cuando lo hube lavado y ungido con aceite449
y le puse un vestido y juré con firme juramento
que no iba a desenmascarar a Odiseo frente los troyanos
hasta que hubiera llegado a las rápidas naves y a las tiendas; 255
entonces él me reveló todo el plan de los aqueos.
Después de matar a muchos troyanos con afilado bronce
llegó junto a los argivos; y así les llevó abundante información.
Mientras otras troyanas gemían dolorosamente, mi ánimo
se alegraba, porque ya mi corazón ansiaba regresar450 260
rápidamente a casa, y lamentaba la obnubilación que Afrodita
me infundió451 cuando me condujo allí lejos de mi querida patria,
alejándome de mi hija452, de mi tálamo y de mi marido,
que no es inferior a nadie ni en juicio ni en estampa».
Y contestándole el rubio Menelao le dijo: 265
«Sí, mujer, todo lo que has referido es como corresponde.
Yo conocí la voluntad y la mente
de heroicos guerreros y mucho mundo he visitado.
Pero nunca vi yo con mis ojos a otro tan valiente
como era el corazón de Odiseo, de ánimo sufridor. 270
¡Cómo actuó y cómo resistió el recio varón

versión de Menelao, que comienza en v. 266, no es tan edificante ni benévola para con su mujer, sino más
bien le atribuye haber actuado en favor de los troyanos (v. 275) durante el episodio del caballo de Troya.
Estas dos narraciones se imbrican y complementan para manifestar en el marco del relato épico las
disidencias y tensiones del matrimonio real de Esparta, no obstante el escenario idílico que presentaron en
principio ante Telémaco y su acompañante.
448
«Mendigo» traduce déktēs. Hay editores que lo interpretan como nombre propio –Dektes– siguiendo
al poeta de la Pequeña Ilíada (frag. 11 ed. Allen). Aristarco anota en un escolio que esta mención es
preparatoria del disfraz de mendigo de Odiseo en Itaca. Coincide además la circunstancia de que una mujer
que lo conoce muy bien lo bañan, Helena, según v. 252 como Euriclea en 19, 386 ss.
449
No hay lógica en el hecho de que la esposa de un príncipe troyano bañe a un mendigo que deambula
por las calles. Helena quiere presentarse ante los ojos de Telémaco como la anfitriona de su padre Odiseo con
una actividad que debería haber delegado en una esclava (véase 8, 433-437), aunque en Pilos, también como
excepción, fue Policasta, la hija de Néstor, quien bañó a Telémaco (3, 464).
450
Véase v. 145. Añoranzas de Helena de su hogar en Esparta, véanse en Ilíada 3, 139-140; y 173-175.
Véase v. 145.
451
La pasión erótica se percibe como la recepción pasiva de la voluntad de Afrodita (véase Ilíada 6,
349 y 357). Del mismo modo entienden otros personajes que la infidelidad fue responsabilidad de alguna
divinidad (véase 17, 118-119; 23, 222-224 e Ilíada 3, 164). Menelao por su parte, adjudica a Atenea el acto de
retirar a Helena de los aqueos escondidos en el caballo (v. 289), por ser acción más racional y en favor de
Odiseo.
452
Hermíone, véase nota a v. 4.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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en el interior del pulido caballo453 donde estábamos los mejores
de los argivos para llevar muerte e infortunio a los troyanos454!
Tú misma te acercaste allí entonces. Debió impulsarte
un daimon455 que quería extender el honor de los troyanos . 275
Y te seguía Deífobo456 semejante a los dioses.
Tres veces457 te acercaste rodeando la cóncava trampa para palparla,
y llamaste por su nombre a los mejores dánaos;
de cada uno de los argivos, imitabas la voz de las esposas458.
Entonces yo y el hijo de Tideo459 y el divino Odiseo, 280
sentados en el centro, oímos cuando nos llamaste.
Nosotros dos, inquietos, sentimos un ferviente deseo
de salir o de responder luego desde dentro.
Pero Odiseo lo impidió y nos contuvo, a pesar de desearlo.
Allí se mantenían en silencio los demás hijos de los aqueos, 285
y solo Anticlo460 quería contestar a tus palabras.
Pero Odiseo le apretó la boca con las manos,
sin quitarla, con fuerza, y salvó a todos los aqueos.
Y lo contuvo hasta que te llevó lejos Palas Atenea».

TELÉMACO CONFIESA A MENELAO LOS MOTIVOS DEL VIAJE (290-350)

Y a su vez Telémaco le contestó con discreción: 290


«Atrida Menelao, vástago de Zeus, caudillo de pueblos,
es doloroso, pues no mantuvo alejada la funesta muerte
ni aunque hubiera tenido en su interior un corazón de hierro461.

453
Los vv. 271-289 conforman el primer relato sobre el caballo de Troya en Odisea. La historia no
aparece en Ilíada, sin embargo el lector moderno debe suponer que es bien conocida por la audiencia. El
episodio tendrá un extenso tratamiento en boca del aedo Demódoco (8, 492-515), fue la fatal estratagema
ideada por Odiseo para provocar la caída de Troya (véase alusión en 22, 230), también narrada por su
protagonista en 11, 523-532. Cada uno de los tres narradores eligen distintas perspectivas, debido
especialmente al destinatario que tienen enfrente: Menelao y Odiseo hablan desde su posición adentro del
inmenso caballo de madera –y se dirigen a Telémaco y a la sombra de Aquiles respectivamente–, mientras
Demódoco, que canta ante el pueblo feacio, opta por ubicarse en el punto de mira de los troyanos,
consternados ante el magnífico presente.
454
El v. 273 es fórmula que proviene de Ilíada 2, 352 y se repite en 8, 513. Algunos manuscritos lo
omiten y es probablemente una interpolación tardía.
455
Nuevamente se adjudica a una fuerza sobrenatural externa esta traición –fallida– de Helena.
456
Existió una tradición épica posterior, en la que Helena se casa con Deífobo después de la muerte de
Paris (véase Eurípides, Troyanas 959). Es uno de los hijos de Príamo y Hécuba (Ilíada 12, 94 y 13, 156) y
hermano predilecto de Héctor (Ilíada 22, 233-234); tiene destacada actuación en la gesta de Idomeneo (Ilíada
13, 402-539). En el agón entre Héctor y Aquiles, Atenea adoptó la apariencia de Deífobo con el fin de
engañar al primero (Ilíada 22, 227 ss.). En la Eneida de Virgilio su sombra va a aparecerse a Eneas (6, 494-
547).
457
El tres es un número peculiar y cabalístico (véase 4, 86; 8, 340; 9, 65 y 361; 12,105).
458
El escoliasta señala que el contenido del hexámetro es inverosímil y de cumplimiento imposible.
459
Diomedes. Véase nota a 3, 167.
460
Único lugar en que es mencionado este guerrero, posiblemente se trate de una interpolación
posterior. Los vv. 285-289 son atetizados por Aristarco y eliminados de algunos manuscritos. Vv. 285-286 no
se corresponden con vv. 282-283 y tampoco con v. 286. Es probable que los vv. 285-288 se hayan compuesto
como una alternativa a vv. 280-284. La referencia a Palas Atenea en v. 289 no coincide con v. 275.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Pero vamos, envíanos al lecho para que
con el dulce sueño nos deleitemos echados a dormir». 295
Así habló, y la argiva Helena ordenó a las esclavas462
ubicar cojines bajo el pórtico463 y hermosas mantas
de púrpura poner desplegadas y extender por encima colchas
y llevar cobertores de lana para que se cubrieran.
Ellas salieron de la sala con una antorcha en sus manos 300
y prepararon las camas464. Y un heraldo conducía a los huéspedes.
Ahí mismo, en el vestíbulo465 de la casa se acostaron466
el héroe Telémaco y el ilustre hijo de Néstor.
El Atrida durmió en el interior del magnífico palacio
y junto a él se acostó Helena, de largo peplo, divina entre las mujeres467. 305
Y cuando se mostró Eos, la que nace de la mañana, la de dedos de rosa,
se levantó del lecho Menelao, el de recia voz,
vistió sus atavíos, se colocó la aguda espada sobre el hombro
y en sus pies lustrosos calzó hermosas sandalias.
Caminó, para salir del tálamo, semejante en su aspecto a un dios, 310
se sentó junto a Telémaco, le dijo su palabra y lo llamó por su nombre468:
«¿Qué necesidad aquí te condujo, héroe Telémaco469,
a la divina Lacedemonia, sobre el ancho lomo del mar?
¿Es un asunto público o privado? Háblame con sinceridad».
Y a su vez Telémaco le contestó con discreción: 315
«Atrida Menelao, vástago de Zeus, caudillo de pueblos,
vine por si podías darme alguna novedad sobre mi padre.
Se consume mi casa y mis ricas posesiones se pierden;

461
La droga de Helena no ha sido exitosa por completo pues Telémaco no escapa al dolor por su padre
ausente, que en estos versos cree ya muerto. Interviene ahora por primera vez después de las historias de sus
anfitriones. La hipérbole refleja que el poeta se expresa en la edad de hierro (las armas de los poemas
homéricos son de bronce).
462
Los vv. 296-301 conforman una escena típica de preparación del lecho para los huéspedes (véase 7, 335-
340 e Ilíada 24, 643–648).
463
Aíthousa: un corredor que puede ser externo o interno. Para el caso es un pórtico interno y techado
igual a aquel bajo el cual durmió Telémaco en Pilos (3, 399). También lleva este nombre el portón para
ingresar al patio (21, 390), es el lugar en que amontonarán las siervas infieles los cadáveres de los
pretendientes antes de limpiar el estropicio de la matanza en el palacio de Itaca (22, 449).
464
La fórmula de vv. 297-301a está tomada de Ilíada 24, 643-648 y se repite en 7, 335-340.
465
Si bien el poeta ha mencionado en v. 297 que van a dormir en el pórtico del mégaron (aíthousa), se
utiliza aquí el término pródomos, el vestíbulo del palacio en general, como en el que dormirá Odiseo
disfrazado de mendigo en su propia casa, en 20, 1 ss.
466
Este verso es idéntico a Ilíada 24, 673, lugar en que Príamo se retira a descansar con su heraldo,
después del doloroso diálogo con Aquiles.
467
Ya no veremos a Helena en escena hasta 15, 100. Helena es «divina entre las mujeres» como Calipso
es «divina entre las diosas» en 1, 14.
468
La escena que comprenden los vv. 311-620 va a dar cumplimiento a lo que anunció Menelao en vv.
214-215. Helena y Pisístrato van a salir de escena hasta su reaparición en canto 15. Aunque Pisistrato ya había
dado las razones de la presencia de Telémaco en Esparta (vv. 156-167), Menelao abre la conversación como
si nada supiera.
469
Menelao es el primero que llama «héroe» a Telémaco. Si lo contrastamos con el apelativo de «hijo»
que le había dado Néstor (3, 254), podemos interpretarlo como un progreso del joven hacia la madurez.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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de hombres hostiles mi palacio está lleno, sin cesar
degüellan gordas ovejas y bueyes de torcidos cuernos y rotátiles pies, 320
son los pretendientes de mi madre con su soberbia desmesura.
»Por tal motivo ahora a tus rodillas llego, por si quieres
hablar de aquella desventurada muerte, tanto si en algún sitio la viste
con tus propios ojos o si has escuchado el relato de otro
que anda errante. ¡Pleno de desgracias lo parió su madre! 325
Y no endulces el relato por tener vergüenza o sentir piedad,
sino dime con detalle cómo asististe a tal escena.
Te lo suplico si alguna vez mi padre, el noble Odiseo,
cumplió su palabra o el acto que te hiciera como promesa
en el pueblo de los troyanos donde los aqueos sufrían penas. 330
Recuérdalo ahora y dime la verdad470».
Y le contestó indignado el rubio Menelao:
«Ay, ay, ¡que en el lecho de un hombre de valeroso pensamiento
quieran dormir los que solo son cobardes471!
Como cuando una cierva en la cueva de un poderoso león472 335
deja acostados a sus recién nacidos cervatillos
y por las laderas de la montaña y sus valles herbosos
sale a pastar, y aquél regresa a su cubil
y a ambos da muerte vergonzosa,
así Odiseo dará a aquellos vergonzosa muerte. 340
»¡Ojalá sucediera, padre Zeus, Atenea y Apolo,
como cuando en la bien construida Lesbos
se trenzó en una disputa con el hijo de Filomelides473,
lo derribó violentamente y se regocijaron todos los aqueos!
»Ah, ¡si de tal modo se enfrentara Odiseo con los pretendientes! 345
Todos tendrían corto destino y amargas nupcias474.

470
Página: 76
Los vv. 322-331 son repetición de 3, 92-101, es decir, Telémaco utiliza el mismo discurso tanto ante Néstor
como ante Menelao.
471
Los vv. 322-331 serán repetidos en el discurso de Telémaco a Penélope en 17, 124-141.
472
Sobre los símiles en los poemas homéricos, cfr. The Similes of the Iliad and the Odyssey Compared
de Dionys J. N. LEE (1964) y el capítulo «The Odyssey Compared» en Character, Narrator, and Simile in
the Iliad de Jonathan L. READY (2011: 261-272). El extenso parlamento de vv. 333-350 se repite en boca de
Telémaco en 17. 124-141. Odiseo va a ser comparado con un león también en 6, 130-136; 22, 401; 23, 45-48.
Esta frecuente presencia del león en los símiles demuestra que debía haber más ejemplares en la Antigüedad
que la Grecia de nuestros días (cfr. Aristóteles, Historia de los animales 579b6 ss.; 606b14 ss.; Pausanias 6, 5;
Heródoto 7, 125). Desde el punto de vista de la verosimilitud, es imposible que una cierva deje su cría en la
cueva de un león, fiera que despide un hedor característico fácilmente perceptible por el fino olfato del animal
más débil. El término «ambos» de v. 339 indicaría algo más inverosímil aún, que la cierva huyó y dejó a los
dos cervatos (normalmente son dos) a merced de las fauces del león.
473
El escoliasta cita a Helánico de Lesbos (Fragmenta historicorum graecorum 4, frag. 150, ed. Müller)
y afirma que el rey Filomelides retaba a un combate a todos los extranjeros que llegaban a su tierra; Odiseo y
Diomedes lo mataron con engaño. Esta alusión debe ponerse en relación con las incursiones de los aqueos en
Lesbos (Ilíada 9, 129 y 664). El nombre suena como un patronímico, es decir «hijo de Filomeleo», pero no lo
es; en este caso el infijo id no parece indicar procedencia.Página: 76
474
Vv. 345-346 repiten los dos hexámetros de 1, 265-266.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Sobre lo que me preguntas y suplicas, no seré yo
quien hable con evasivas o te engañe,
más bien sobre lo que me dijo el infalible anciano del mar475
no ocultaré ni esconderé palabra476. 350

NÓSTOS DE MENELAO: NAUFRAGIO EN FÁROS (351-424)

»En Egipto477, aunque ansiaba estar ya de vuelta aquí, los dioses


me retuvieron, por no realizar hecatombes perfectas;
que siempre quisieron los dioses que recordemos los rituales.
»Hay una isla de agitadas olas en el ponto
en frente de Egipto –la llaman Faros478–, 355
tan lejos cuanto una cóncava nave en un día
si sopla por detrás sonoro viento puede recorrer,
y un puerto con buenas amarras desde donde las equilibradas naves,
se echan al mar después de acopiar un agua oscura.
Allí los dioses me retuvieron veinte días, y los vientos 360
favorables no se presentaban, los que de la naves
son guía sobre el ancho lomo del mar.
Todos los víveres y el vigor de los hombres se habrían agotado
si una de las diosas no se hubiera compadecido y apiadado de mí
la hija del poderoso Proteo, el anciano del mar479, 365

475
Proteo. La versión que sigue Virgilio en Geórgicas, en el episodio de Aristeo, reemplaza la
residencia en Faros por la isla de Cárpatos (4, 387) entre Creta y Rodas. Para Heródoto (2, 112 ss.), Proteo es
un rey de Egipto, contemporáneo de Menelao, que reinaba en Menfis cuando Helena y Paris fueron arrojados
por la tempestad a la costa de ese país; Proteo decidió quedarse con Helena y sus tesoros y dejar ir a Paris
hacia Troya. Mientras tanto los griegos arribaron para sitiar la ciudad y reclamar a Helena a Príamo, este les
respondió que la princesa estaba en la corte de Proteo; los aqueos no le creyeron y continuaron la guerra y
cuando Troya cayó, comprobaron que en efecto Helena no estaba allí y fueron a buscarla a Egipto y Proteo la
restituyó a su esposo. Esta leyenda ha sido recogida y modificada por Eurípides en su Helena.
476
Los vv. 347-350 conforman una especie de umbral narrativo en el discurso de Menelao. La tensión
que produce la alusión a las verdades que le transmitió Proteo se va a resolver recién en vv. 554-560.
477
Los vv. 351-586 constituyen la narración enmarcada de las aventuras de Menelao en Egipto.
Continúan desde el punto en que Néstor las dejó en 3, 300. Consta de cinco partes: 1.- naufragio de Menelao
en la isla de Faros (vv. 351-362); 2.- diálogo con Idotea (vv. 363-425); 3.- captura de Proteo (vv. 426-459);
4.- diálogo con Proteo (vv. 460–570); 5.-partida de la isla (vv. 571-586). El nóstos de Menelao ofrece muchos
puntos en común con el de Odiseo: estuvieron extraviados sin poder regresar durante años, hasta que fueron
arrojados a una isla por una tormenta, como Odiseo a la isla de Calipso; sufrieron hambre (como los hombres
de Odiseo en Trinaquia); una mujer con poderes especiales (como Circe) aconsejó a Menelao consultar a un
adivino (como Tiresias). Menelao va a realizar el relato en primera persona, pero en muchas ocasiones se
expresa como un narrador omnisciente: en v. 351 revela la razón de la demora, aunque recién la descubre en
vv. 472-473; nombra a Proteo en v. 365, del que no escuchó hablar hasta el v. 385; nombra a Idotea en v. 366,
aunque hasta v. 387 ella no le dice quién es.
478
Faros es una Página: 77
isla situada a un km. y medio de Alejandría. El islote es famoso por varios motivos, el más importante es que
allí se construyó el célebre faro en el siglo III a.C. (entre 285 y 247), por orden de Ptolomeo I. En la isla de
Faros se ubica la leyenda –que narra la Carta de Aristeas– de la traducción milagrosa del texto sagrado de la
Torá, por setenta y dos sabios, del hebreo al griego, para lograr la Septuaginta, la obra más importante en
influyente en la cultura del mundo occidental.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Idotea480, cuyo corazón conmoví en gran medida.
»Ella me halló solo, vagando lejos de mis compañeros.
Pues ellos siempre diseminados por la isla trataban de pescar
con curvos anzuelos481, pues el hambre oprimía sus estómagos.
y llegándose cerca me dijo estas palabras: 370
»“¿Eres tan infantil, extranjero, en extremo irreflexivo
o por voluntad propia te abandonas y disfrutas padeciendo males?
ya que así permaneces en la isla sin objetivo alguno
que pudieras hallar, mientras se consume el ánimo de tus compañeros".
»Así dijo, y yo le contesté diciendo: 375
"Te lo diré, quienquiera seas entre las diosas,
que no estoy detenido voluntariamente, sino que pienso
que he faltado a los inmortales que poseen el ancho cielo.
Pero dime tú, pues los dioses lo saben todo482,
quién de ellos me detiene y aparta de mi senda, 380
y cómo regresaré a través del ponto rico en peces".
»Así dije, y al punto me respondió la divina entre las diosas:
"Te voy a informar, extranjero, muy sinceramente.
Viene aquí con frecuencia el infalible anciano del mar,
el inmortal Proteo483, el egipcio, que del mar todo 385
las profundidades conoce como siervo de Poseidón,
de él dicen que me engendró y es mi padre.
»Si tú, agazapado, pudieras apresarlo de algún modo,
él te diría el camino, la extensión de la ruta

479
Proteo es descripto especialmente como un anciano que ve a través de las profundidades del mar
(véanse vv. 349, 385 y 400; Virgilio Geórgicas 4, 392 ; Teócrito 2, 58; Horacio, Odas 1, 2, 7; Filóstrato,
Imágenes 2, 17). Está representado en la iconografía como el auriga de un carro sobre el mar tirado por
hipocampos (cfr. Virgilio, Geórgicas 4, 389). Es la primera vez que se lo nombra en la literatura griega. En la
época helenística, Apolodoro (2, 5, § 9) lo mencionará como un rey de Egipto que tenía dos hijos; Telégono y
Polígono o Tmolo. Diodoro (1, 62) por su parte observa que solo los griegos lo llamaban Proteo, puesto que
los egipcios lo denominaban Cetes.
480
Etimológicamente Página: 78
«la diosa de la forma». Es un motivo común en las leyendas antiguas que una hija traicione a su padre para
ayudar a un extranjero, del que se ha enamorado (como Medea de Jasón, por ejemplo). Higinio (Fábula 118)
sigue exactamente esta versión odiseaica de la historia. Para los llamados alegoristas de Homero, que buscan
demostrar el monoteísmo oculto en estos mitos, Idotea, diosa de la forma, representa la primera Providencia
que ayuda a la materia proteica a revestir sus múltiples formas (Heráclito el rétor 67).
481
Como en 12, 331-332, los hombres de Odiseo deben procurarse su alimento mediante la pesca.
Según Platón (República 404bc), el pescado está ausente de la dieta de los héroes. Sin embargo, Odiseo ante
Penélope –en 19, 114– incluye los peces en la lista de bendiciones naturales que premian a un buen gobierno.
La pesca y la búsqueda y obtención de frutos de mar es mencionada en numerosos símiles (5, 432; 10, 124; 12
251; 22, 384-385 e Ilíada 5, 487 y 24, 80), posiblemente porque en estas comparaciones los aedos reflejan su
propio mundo personal y no los rasgos de la vida heroica (como la descripción de grandes banquetes con
carne asada, seguramente más idealizados que frecuentes en la época micénica).
482
Menelao alude a la omnisciencia divina, tanto el narrador como los personajes suponen los dioses lo
saben todo (véase vv. 465 y 468; 12.189–9 e Ilíada 2, 485). En efecto, los dioses saben incluso cosas que
nadie les dijo antes, como en 5, 21-27, 202-213, 286-290.
483
Proteo no aparece en las genealogías de Hesíodo, donde los dioses marinos son Nereo y Forcis.
Probablemente pertenece al folklore mediterráneo y se lo incorpora en el círculo de estas divinidades como
«siervo de Poseidón».
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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y el regreso y cómo volver sobre el ponto rico en peces484. 390
Y también te diría, vástago de Zeus, si lo deseas,
lo bueno y lo malo que ha sucedido en tu palacio
después que emprendiste este camino largo y doloroso".
»Así dijo, y yo le contesté y dije:
"Dime tú misma ahora una emboscada contra el divino anciano 395
Para que de antemano no me rehúya si me ve o si me conoce,
pues es trabajoso para un mortal sujetar a un dios".
Así dije, y ella me respondió al punto, divina entre las diosas:
"Yo te aconsejaré esto muy sinceramente.
Cuando Helios al centro del cielo se acerca, 400
en ese momento, sale del mar el infalible anciano marino,
oculto por el soplo de Céfiro y por un oscuro encrespamiento.
Y una vez que sale del agua, se acuesta en cóncava gruta.
»A su alrededor las focas485, descendientes de la bella Halosidne486
duermen amontonadas cuando salen del canoso mar 405
despidiendo el hedor penetrante del insondable mar.
Yo te conduciré hasta allí cuando despunte la aurora,
y te haré acostar detrás; elegirás bien tus compañeros,
a tres, los que mejores tengas tus naves de buenos bancos487.
»Te diré todas las artimañas de este anciano: 410
primero contará las focas para llevar el control,
y después de contarlas con los dedos y haber visto a todas,
se acostará en medio de ellas como un pastor entre un rebaño de ovejas.
Y en el momento en que vean que ya se puso a dormir,
que el coraje y la resistencia sean vuestra principal preocupación 415
para retenerlo allí, aunque esté ansioso y apresurado por huir.
»Intentará transformarse en todos cuantos animales sobre la tierra
se arrastran, y también en agua y en fuego inflamado488.

484
La fórmula de vv. 389-390 se va a repetir en 10, 539-540. La «extensión de la ruta» no se piensa en
medidas de longitud sino en jornadas de viaje.
485
El español mantiene la raíz griega –phókai–; se trata de la Phoca Monachus, la única especie
conocida en las costas del Mediterráneo en aquella época.
486
Página: 79
Epíteto de Amfitrite, aunque en Ilíada (20. 207) aparece junto al nombre de Tetis, otra diosa marina. Amfitrite
según Hesíodo (Teogonía 243) y Apolodoro (1, 2, § 7) es una Nereida, aunque en otros lugares (1, 2, § 2 y 1,
4, § 6), Apolodoro la denomina Oceánide. Es la esposa de Poseidón y madre de Tritón (Hesíodo, Teogonía
930). Es infrecuente que aparezca asociada a su esposo en las obras de arte; una excepción puede ser la
estatua de Amfitrite que Pausanias (2, 1, § 7), vio en el templo de Poseidón en el istmo de Corinto.
487
La elección de tres compañeros se va a ver realizada en v. 434; en v. 440, Idotea los va a colocar en
fila cubiertos por las pieles; el horrible olor se vuelve a mencionar en vv. 442-443, pero también su solución
en vv. 444-446. Recién en vv. 448-449 se va a ver cumplida la acción de salir las focas del mar y tirarse a
dormir en la costa, anunciada en vv. 404-405.
488
La capacidad de transformación continua es apropiada para un dios de las aguas, piénsese en la
historia del río Aqueloo luchando con Heracles (Ovidio, Metamorfosis 9, 8 ss.; Apolodoro 1, 8, § 1 y 2, 7, §
5.; Sófocles, Traquinias 9 ss.). Cfr. el artículo «Discours odysséen de Protée» de Ménélaos CHRISTOPOULOS
(2003).
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Ustedes manténgalo inmóvil apretando más fuerte.
»Pero cuando él empiece a interrogarte con palabras, 420
y vuelva a ser el mismo, como lo viste cuando se echó a dormir,
entonces, controla tu violencia y suelta al anciano
y pregúntale, guerrero, cuál de los dioses te hace difícil
el regreso y cómo lo realizarás a través del ponto rico en peces".

NÓSTOS DE MENELAO: EPISODIO DE PROTEO (325-584)

»Dicho esto se sumergió en el ponto encrespado 425


mientras yo hacia las naves varadas en la arena
marchaba. Al caminar, mi corazón se estremecía.
Pero una vez que hube bajado a las naves y al mar,
preparamos la cena y se nos vino la noche inmortal489.
Entonces nos acostamos en la ribera del mar. 430
»Cuando apareció Eos, hija de la mañana, la de dedos de rosa,
Entonces, hacia la orilla del mar de anchos caminos,
marché, suplicando mucho a los dioses. Iba con compañeros,
con tres de los más incondicionales para cualquier decisión.
Entretanto <Idotea> que estaba sumergida en el vasto seno del mar490, 435
cuatro pieles de foca acarreó del ponto,
todas recién desolladas. Había planeado un engaño contra su padre491:
Después de cavar hoyos en las arenas del mar,
se sentó a esperar. Nosotros llegamos muy cerca de ella.
»Nos hizo acostar en fila y echó una piel sobre cada uno. 440
La emboscada era terrible, pues nos caía terriblemente
el mortal hedor de las focas criadas en el mar.
¿Quién querría acostarse al lado de un monstruo del mar492?
Pero ella nos salvó y nos indicó un gran remedio:
trayendo ambrosía493 la puso bajo la nariz de cada uno, 445
despedía dulce aroma y así acabó con el hedor del monstruo.

489
«Divina noche» traduce ambrosíē nýx, el epíteto ambrosíē se aplica a la noche en el v. 574 y en 7,
283. Su significado como adjetivo no es claro y se traduce casi siempre como «divina noche». Recordemos
que ambrosía es el alimento de los dioses (véase 5, 93 y nota), aunque la utilizaban para otros usos: lavarse
con ella (Ilíada 14, 170), ungir el cuerpo (Ilíada 16, 669 ss. y 679 ss.) o frotar las nariz de un cadáver para que
no se descomponga la carne (Ilíada 19, 26), generalmente asociados a la inmortalidad. Sin embargo, la
utilización en v. 445 es solo con el fin de sobrevivir al mal olor.
490
La bella metáfora «el vasto seno del mar» está tomada de Ilíada 18, 140 (y su similar de Ilíada 21,
125).
491
El ardid que Idotea ha pergeñado –ocultarse bajo un animal– es parecido al que utiliza Odiseo para
escapar de la cueva del Cíclope (9, 424-435).
492
Esta clase de preguntas retóricas que implican un comentario aseverativo sobre la situación no es
frecuente en Homero.
493
El adjetivo femenino (véase nota a v. 429) está aquí sustantivado. La ambrosía es una sustancia
asociada al mundo divino. Sus orígenes se extienden a antiguas culturas orientales en las que a la poción
fragante le atribuían propiedades milagrosas. La fragancia peculiar era propia de los dioses y sus posesiones
(cfr. Himno homérico a Deméter 236-237; Teognis, Elegías 1, 8-9).
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Toda la mañana esperamos con ánimo sufrido
y las focas salieron del mar apiñadas y después
se tendieron en fila sobre la ribera del mar.
»A mediodía el anciano salió del mar y avistó las focas, 450
corpulentas, las encaró a todas y contó el número.
Nos contó entre los monstruos los primeros, pero en su corazón
no se dio cuenta que había engaño. Luego se acostó también él.
Nosotros gritando nos abalanzamos y le echamos mano.
El anciano no había olvidado su arte engañador, 455
sino primero se convirtió en león bien melenudo,
y después en dragón, en pantera494 y en un gran jabalí;
y se convirtió en fluida agua y en árbol de elevada copa495,
pero nosotros lo reteníamos con ánimo valiente496.
»Y cuando el anciano tramposo estaba ya extenuado 460
entonces se dirigió a mí con palabras y dijo497:
"¿Quién entre las divinidades, hijo de Atreo, te dio consejo
para apresarme tendiéndome una trampa? ¿Qué necesitas?"
Así dijo, y yo contestándole dije:
"ya lo sabes anciano –¿por qué preguntas para despistar? – 465
que estoy retenido en esta isla sin un objetivo
poder encontrar y mi corazón se me consume dentro.
»Pero dime –puesto que los dioses lo conocen todo–
quién de los inmortales me retiene y me aparta del camino
y cómo realizaré el regreso sobre el ponto rico en peces." 470
Así dije, y enseguida contestándome dijo:
"Debieras haber hecho a Zeus y a los demás dioses
hermosos sacrificios al embarcar para rápidamente
arribar a tu patria navegando sobre el vinoso ponto.
»No es ahora tu destino ver a tu querida gente y llegar 475
a tu bien edificada casa y a tu tierra patria
hasta que del Egipto, río que cae de Zeus498
494
«Pantera» traduce párdalis. Griegos y romanos confundían leopardos y panterasy no podemos saber
con certeza qué significa aquí párdalis. El témino aparece en símiles de Ilíada (13, 103; 17, 20; 21, 573).
495
Tal como Idotea había previsto en vv. 417-418, el anciano del mar trata de escapar transformándose.
Los alegoristas de Homero (Heráclito el rétor 67), en el siglo I, interpretan que estas formas que Proteo adopta
significan los cuatro elementos: el león es el éter, el dragón es la tierra, el agua se menciona directamente y el
árbol es el aire.
496
Menelao y sus compañeros aferran a Proteo como Idotea indicó en v. 419, hasta que ya no se resiste
(como su hija previó en vv. 420-421) y Menelao puede hacer las preguntas que la diosa le sugiriera en vv.
423-424. Proteo no tiene necesidad de preguntar quién es Menelao, sin duda ya lo sabe, pero le interesa
conocer el nombre de quién lo traicionó.
497
El diálogo entre Proteo y Menealo (vv. 460–570) le permite al Atrida saber mucho más que la
respuesta a la inquietud inicial de conocer cómo volver a casa (igualmente sucede con Tiresias y Odiseo;
véase 11, 100-137), puesto que inspirado por Idotea (vv. 391-393) no solo pregunta por su propio hogar sino
por el destino de otros héroes (vv. 486-490) y recibe una extensa respuesta (vv. 492–569). Véase el artículo
«Protean Forms and Disguise in Odyssey 4» de Steven LONSDALE, (1988).
498
«Río que cae de Zeus» traduce diípetéos, epítetoPágina: 81
de una sola palabra en griego, que encierra las raíces de píptō (caer) y de Zeus (Díi es el dativo de Zeús). La
fórmula «Egipto, río que cae de Zeus» se repite en v. 581 y 7, 284 y en Ilíada 16, 174; 17, 263; 21, 268 y 326.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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y recorras de nuevo las aguas y realices sagradas hecatombes
a los dioses inmortales que poseen el ancho cielo.
Entonces te concederán los dioses el camino que tanto deseas". 480
»Así dijo y se me rompió el amado corazón,
ya que me instaba a que de nuevo sobre el neblinoso ponto
marchara hacia Egipto, un camino largo y penoso.
Pero aun así contestando con palabras le dije:
"Así lo haré, anciano, como tú me aconsejas. 485
Pero vamos, dime e infórmame con certeza
si todos con sus naves llegaron salvos los aqueos
los que Néstor y yo dejamos cuando partimos de Troya
o pereció alguno de amarga muerte en su nave
o a manos de los suyos después de sufrir la guerra499". 490
Así dije, y él al punto contestándome dijo500:
"Atrida, ¿por qué me preguntas estas cosas? No es necesario
que lo sepas ni conocer mi pensamiento. No aseguro
que estarás mucho tiempo sin llanto cuando averigües todo,
pues muchos de ellos sucumbieron y muchos quedaron atrás. 495
Solo dos jefes de los aqueos de coraza de bronce501
perecieron durante el regreso: en la batalla tú estuviste presente.
Hay uno que todavía está vivo en algún sitio, retenido por el ancho ponto.
Áyax502 pereció junto con sus naves de largos remos:
contra Giras503 lo arrimó primero Poseidón 500
contra las grandes rocas, y lo salvó del mar;
habría escapado de la muerte, si bien odiado de Atenea,
si no hubiera lanzado una palabra injuriosa, infatuado en exceso.

Puede traducirse también «nacido de Zeus» o «nacido de la lluvia». Para el poeta, Egipto es tanto el país
como el río, que sería sin duda el Nilo, solo que Neîlos no aparece en los poemas homéricos, aunque sí en
Hesíodo (Teogonía 338) cuando da la lista de los grandes ríos.
499
La fórmula ya apareció en 1, 238 y se repetirá en 15, 368, pero obsérvese que aquí la hemos
traducido con otro sentido, para ponerla en relación con el infausto destino de Agamenón; aunque por
supuesto Menelao lo desconoce, no es infrecuente que el poeta haga anticipos en el discurso de lo que se dirá
poco después.
500
Siguiendo la sugerencia de Idotea expresada en vv. 391- 393, Menelao inquiere acerca de la suerte de
sus compañeros, a quienes Néstor y él mismo habían dejado en Troya (vv. 486-490) y recibe una extensa
respuesta. El largo discurso de Proteo (vv. 492–569) está organizado del siguiente modo: 1.- un emotivo
preámbulo (vv. 492-498); 2.- mención del destino de Áyax Oileo (vv. 499–511); 3.- regreso de Agamenón y
su aciago final (vv. 512-549); 4.- respuesta a la pregunta de Menelao sobre Odiseo (vv. 550-560); 5.-
predicciones sobre Menelao (vv. 561-569). La omnisciencia de Proteo es sumamente vasta: conoce la
identidad de las divinidades comprometidas en la acción (vv. 500, 505 y 513) y los hechos de los que no hay
testigos (como el fin de Áyax) y el lugar alejado en el que permanece Odiseo, así como el futuro, incluso más
allá de la muerte para el caso de Menealo.
501
«Aqueos de coraza de bronce» es una fórmula utilizada dos veces en Odisea (aquí y en 1, 286) y en
numerosas ocasiones en Ilíada (1, 371; 2, 163 y 437; 3, 131 y 252; 4, 199; 5, 180 et passim)
502
Se trata del Áyax hijo de Oileo, rey de Lócrida, que intentó violar a Casandra en el templo de Atenea
tras la toma de Troya. Constituye este sacrilegio la causa última del regreso accidentado de los aqueos.
Véanse notas a 1, 327 y a 3, 109.
503
Página: 82
Según los escoliastas, el lugar estaba situado entre Míconos y Tenos, lo cual indica que el itinerario de Áyax
fue, a diferencia de los demás, a través de las Cícladas.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Dijo que contra la voluntad de los dioses escaparía del abismo del mar.
»Poseidón lo escuchó hablar a los gritos 505
y al punto, tomando con sus fuertes manos el tridente,
golpeó la roca Giras y la partió en dos:
una parte quedo allí, el otro pedazo se desplomó en el ponto
aquel sobre el que Ayax estaba sentado y se había jactado;
y lo arrastró hacia el inmenso ponto embravecido. 510
Allí murió después de tragar agua salada504.
»"También tu hermano evadió las parcas y escapó
en las cóncavas naves, pues lo salvó la soberana Hera.
Mas cuando al escarpado monte de Malea505 estaba a punto
de llegar lo arrebató una tempestad que lo arrastró 515
por el ponto rico en peces, lamentándose gravemente,
hasta el confín del campo en que Tiestes tenía su morada
en el pasado, pero ya entonces habitaba Egisto, hijo de Tiestes.
»Así, cuando allí estaba, le pareció feliz el regreso506,
de nuevo los dioses cambiaron el viento y llegaron a casa, 520
por cierto tu hermano pisó contento su tierra patria:
se inclinaba besando la tierra507 y muchas ardientes lágrimas
derramaba cuando contempló con júbilo ese suelo.
Pero lo vio desde una atalaya el centinela que había apostado
el traicionero Egisto. Le había ofrecido en recompensa 525
dos talentos508 de oro. Vigilaba este todo el año509,
para que no pasara sin advertirlo y hubiera memoria de su impetuosa fuerza.
Y marchó a palacio para dar la noticia al pastor de su pueblo.
»Al punto Egisto dispuso una engañosa trampa:
eligiendo veinte mejores hombres entre el pueblo, 530
proyectó una celada y mandó en otra parte preparar un banquete,
luego salió a proclamar a Agamenón, pastor de su pueblo510,
con caballos y carros barruntando infamias.
A aquel, desconocedor de su muerte, lo condujo y lo mató
mientras lo agasajaba, como se mata a un buey en el pesebre. 535

504
Áyax muere después de cometer por segunda vez terrible hýbris. La leyenda posterior incorpora el
hecho de que Poseidón emergió del mar sosteniendo su inmenso tridente que arrojó directo al pecho de Ayax
y lo ensartó a la roca: tridente y cuerpo se transformaron en piedra y son para siempre una roca elevada que
sobresale de las aguas del Egeo.
505
Promontorio al sur del Peloponeso, mencionado en 3, 287 (véase nota) y que se volverá a nombrar en
9, 80 (véase nota) y 19, 187. Naufragar cerca de Malea constituye indudablemente un motivo tradicional de la
épica oral. Si Agamenón deseaba navegar hasta la Argólida no tenía necesidad de pasar por el lugar.
506
La versión de Proteo de la muerte de Agamenón (vv. 519-547) no menciona la relación amorosa
entre Clitemnestra y Egisto. Hay en ella dos elementos novedosos respecto de las versiones anteriores: Egisto
proyecta una emboscada sirviéndose de veinte hombres del pueblo (vv. 530-531) y Agamenón es asesinado
durante un banquete en su honor (vv. 531 y 535; véase 11, 411, 415 y 419-420).
507
El gesto de besar la tierra en 5, 463 y 13, 354.
508
Véase nota a 9, 202.
509
Calcas había profetizado que Troya caería en el décimo año de la expedición (Ilíada 2, 329) y al
llegar esta fecha, Egisto había apostado al vigía.
510
Egisto invitaba al festín de bienvenida vitoreando a Agamenón.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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»Nadie sobrevivió entre los compañeros del Atrida, quienes lo acompañaban,
ni nadie entre los de Egisto, sino que todos murieron en palacio511".
Así dijo, y se me quebró el amado corazón,
comencé a llorar sentado en la arena, y mi ánimo
no quería ya vivir ni ver la luz del sol. 540
»Pero cuando me harté de llorar y revolcarme
me dijo el veraz anciano del mar:
Ya no más, hijo de Atreo, mucho tiempo y hasta agotarte
estés llorando, porque así no hallaremos remedio alguno.
Más bien rápidamente trata de volver a tu patria, 545
o bien lo encontrarás aún vivo o bien Orestes
lo habrá matado, adelantándose, y tú podrás estar en el entierro".
Así dijo, y mi corazón y ánimo valiente
en mi pecho, aunque afligido, de nuevo se encendió.
»Y dirigiéndome a él le dije aladas palabras: 550
"Ya sé ahora de ellos. Háblame entonces del tercer hombre,
del que aún está vivo, está retenido en el vasto ponto
o ya ha muerto. Quiero, aunque afligido, escuchar.
Así hablé. Y él respondiendo al punto me dijo:
“Es el hijo de Laertes, quien en Itaca tenía su morada512. 555
Lo vi en una isla derramando abundantes lágrimas,
en el palacio de la ninfa Calipso, quien por la fuerza
lo retiene y no puede llegar hasta la tierra patria.
»Ni naves remeras ni compañeros
lo acompañan sobre el ancho lomo del mar513. 560
Respecto de ti no hay vaticinio, Menelao, de linaje divino514,
de que mueras en Argos, criadora de caballos, enfrentando el destino,
sino a la pradera Elisia515, a los confines de la tierra,

511
Estos dos hexámetros aluden a que pudo existir resistencia de parte de los aliados de Agamenón,
aunque no lo parece en las palabras de la sombra del monarca en 11, 412-413. La muerte de los adeptos de
Egisto es más sorprendente: o murieron en la refriega o quizás el asesino no quiso dejar testigos de su crimen.
512
En el «relato dentro del relato» de vv. 555-560, Telémaco escucha una información crucial acerca de
su padre. Esta información es de hace tres años, sin embargo, Proteo menciona en tiempo presente que
Calipso retiene a Odiseo contra su voluntad (vv. 557- 558), como si fuera la situación en el momento actual.
El anciano también sabe no tiene naves ni marineros.
513
Véase 5, 14-18: la misma fórmula en boca de Atenea. En este canto, ha aparecido en vv. 313 y 362.
514
En los vv. 561-569 –como Odiseo en 11, 134-137–, Menelao recibe información sobre su propia
muerte, o mejor dicho, su no-muerte y vida eterna en la llanura Elísea. El uso del presente indica la naturaleza
eterna del paraje.
515
Página: 84
Elýsion es una palabra formada, por falso corte, del adjetivo enelýsion que significa «golpeado por el rayo» y,
por tanto, sacralizado como todo lo que toca el rayo de Zeus. Su etimología quizás provenga de elýth-tion, es
decir, el lugar donde van los hombres. Es un lugar semejante a las «Islas de los Bienaventurados» (cfr.
Hesiodo, Trabajos y días 167 ss.), donde van todos los héroes de la cuarta generación. En Homero sin
embargo el Elíseo es más restrictivo: solo registra la presencia de Radamante y la futura de Menelao. Nótese
que allí llegará Menelao vivo, es decir, con su cuerpo y su psyché, no será un eídolon, una imagen como las
que vagan en el Hades. Los campos Elíseos están sobre la superficie de la tierra y no en sus profundidades. La
descripción de este paraíso es muy similar a la del Olimpo (véase 6, 42-45) y su clima sereno recuerda la
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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los inmortales te enviarán, donde está el rubio Radamante516.
Allí la vida de los hombres es muy feliz. 565
»No hay nieve ni mucho invierno, tampoco lluvias,
sino que siempre las brisas de Céfiro que sopla sonoro
envía Océano517 para refrescar a los hombres.
Porque tienes a Helena y para ellos518 eres yerno de Zeus".
Dicho esto se sumergió en el ponto encrespado. 570
Y yo hacia las naves con mis divinos compañeros
marchaba519. Al caminar, mi corazón se estremecía.
Pero una vez que hube bajado a las naves y al mar,
preparamos la cena y se nos vino la noche inmortal.
Entonces nos acostamos en la ribera del mar. 575
»Cuando apareció Eos, hija de la mañana, la de dedos de rosa,
las naves lanzamos primero de todo al divino mar
y colocamos mástiles y velas en las equilibradas naves
y ellos subieron y se ubicaron en los bancos;
y sentados en fila, batían el canoso mar con los remos. 580
»De nuevo en el Egipto, río que cae de Zeus520,
detuve las naves e hice perfectas hecatombes.
Y cuando puse fin a la cólera de los sempiternos dioses,
levanté a Agamenón un túmulo para que su gloria sea inextinguible521.

FIN DEL NÓSTOS DE MENELAO. TELÉMACO PARTE DE ESPARTA (584-624)

»Cumplido esto, partí, y me concedieron viento favorable 585

calma perpetua del país de los Hiperbóreos (cfr. Heródoto 4, 13, §5 y Apolonio de Rodas 614 y 675). Cfr.
Eurípides, Helena vv. 1676 ss., una alusión a Menelao vagando en este trasmundo. Plutarco alude a este
episodio de Odisea en la Vida de Sertorio, véase 8, 5, 2; Luciano menciona la pradera Elísea y las Islas
Bienaventuradas en el Diálogo de los muertos 24, 1, 6.
516
Hijo de Zeus y Europa, hermano del rey Minos de Creta (véase Iíada 14, 322), o según otros, hijo de
Hefesto (Pausanias 8, 53, §2). Por temor a su hermano, huyó a Ocaleia in Beocia y allí se casó con Alcmene.
Como consecuencia de la buena administración de justicia durante su vida, se convirtió después de su muerte
en un de los tres jueces (junto con Minos y Eaco) del mundo subterráneo; cfr. Apolodoro 3, 1, 2 y 2, 4, 11.
Véase 7, 323.
517
Página: 85
Océano es, en la concepción geográfica más antigua, un río circular que rodea la tierra. Océano es a la vez el
dios de este río. En Homero aparece como una divinidad poderosa, quien no obedece a nadie más que a Zeus
(véase Ilíada 14, 245; 20, 7 y 21, 195.); no menciona sus padres pero sí que su esposa es Tetis, de la que tuvo
a Eurínome y Perses (véase 10, 139 e Ilíada 18, 398). En Hesíodo (Teogonía 133, 337 ss., 349 ss.) es hijo de
Urano y Gea, el mayor de los titanes y esposo de Tetis, con quien engendró 3.000 ríos y numerosas
Oceánides.
518
Página: 85
Entiéndase «para los inmortales», según se expresa al comienzo de la descripción del Elisio (v. 564).
519
En vv. 571-586, Menelao da cumplimiento a las órdenes que Proteo le diera en vv. 472-480 (vv.
581-582 repiten la fórmula de 477-478), y por propia decisión erige un cenotafio a Agamenón (v. 584).
520
Véase nota a v. 477.
521
Los cenotafios se erigen normalmente en la misma tierra del extinto. En ocasiones se levanta una
lápida cuando los restos han quedado diseminados sin poderse enterrar o en otro país (véase 1, 289-291),
aunque hay numerosos ejemplos en que una un monumento funerario recuerda al muerto también en tierras
extrañas (11, 75; 24, 80-84 e Ilíada 2, 813-814; 4, 176-177; 7, 87-90).
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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los inmortales, quienes velozmente me enviaron a mi querida patria.
Pero, vamos, permanece ahora en mi palacio,
hasta que llegue el undécimo o el duodécimo día522.
Entonces te despediré y te daré espléndidos regalos:
tres caballos y un carro bien trabajado523; y también 590
te daré una hermosa copa para que hagas libaciones a los dioses
inmortales y te acuerdes de mí todos los días».
Y a su vez, Telémaco, le respondió discreto:
«¡Atrida!, durante mucho tiempo aquí no me retengas524,
pues yo me quedaría al menos un año junto a ti 595
instalado, sin que me oprimiera el deseo de mi casa ni de mis padres,
pues escuchar arrobado tus relatos y palabras
me deleita. Mas ya mis compañeros estarán apenados
en la divina Pilos porque tú aquí hace tiempo me retienes.
El regalo que me des sea para atesorar. 600
Los caballos no los llevaré a Itaca, sino para ti aquí
los dejaré para tu gloria, pues tú reinas en una llanura
extensa, en la que hay mucho loto525, caña,
trigo, escanda y blanca cebada bien crecida526.
En Itaca no hay recorridos amplios ni pradera527; 605
para criar cabras; es más afable que para criar caballos.
Pues ninguna es para caballos ni rica en prados de las islas
que se reclinan sobre el mar. Itaca menos que ninguna».
Así habló; sonrió Menelao528, de recia voz guerrera,
le acarició la mano, le dijo su palabra y lo llamó por su nombre: 610
«Eres de sangre noble, hijo querido, de tal modo hablas.
522
Después de los dos hexámetros (vv. 585-586) que cierran el nóstos de Menelao, y cumplido el
objetivo de su visita, Telémaco debiera aprestarse para el regreso a Itaca; de hecho, Néstor le había
recomendado «no deambular más tiempo lejos de casa» (3, 313). No obstante, es necesario que Odiseo llegue
primero a Itaca y eso demora brevemente la partida de Telémaco de Esparta.
523
Tres caballos, porque dos de ellos iban uncidos al carro y el tercero se reservaba para reemplazo. En
dos episodios de la Ilíada se menciona este tercer caballo (8, 86 ss.; 16, 152 ss. Y 462 ss.).
524
Telémaco parece señalar que su partida depende de Menelao. La fascinación de los relatos y el deseo
de escuchar historias es un tema recurrente en Odisea (v. 239 ; 10, 14; 11, 333-335; 13, 1- 2; 17, 513).
525
Lōtós es un nombre aplicado a diversas plantas y árboles en la Antigüedad griega (Teofrasto,
Historia de las plantas 7, 15, 3; Plinio, Historia natural 14, 101, cfr. Hesiquio ad loc.), usado para forraje.
Aquí se trata de Trifolium fragiferum o trébol frutilla (Teofrasto, Historia de las plantas 7, 8, 3 y 7, 13, 5) y
en otros lugares (Ilíada 14, 348) se designa con el mismo nombre al Lotus corniculatus (Plinio, Historia
natural 22, 55).
526
En la Antigüedad la cría de caballos estaba reservada a los pueblos más prósperos. Ni Odiseo ni
Áyax (cuya patria es la pedregosa Salamina) pueden proveer carros a la expedición a Troya. No obstante, es
evidente la admiración por los equinos entrenados tanto para usos militares como para transporte y
abastecimiento, se refleja en el conocimiento de todas las clases de forraje para alimentarlos, como demuestra
este listado. La orografía accidentada de Grecia hizo que el uso del caballo siempre estuviera limitado, habrá
que esperar a poco antes de Alejandro Magno para que adquiera protagonismo. Recién a fines del siglo IV
a.C., Filipo II logrará la creación de un cuerpo de caballería en los ejércitos y serán las llanuras de Tesalia y
Macedonia las que proveerán los mejores jinetes.
527
Hay tres descripciones de Itaca en Odisea. Las otras dos están una en boca de Odiseo (9, 21-27) y de
Atenea (13, 242-247). Véase nota a 13, 242.
528
La sonrisa no es ajena a los héroes (23, 111) ni a las diosas (5, 180; 13, 287), para expresar afecto.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Yo haré un cambio en los regalos, puedo hacerlo.
De cuantos objetos hay en mi casa para atesorar
te daré el que sea más bello y más valioso.
Te daré una cratera bien tallada, de plata 615
es toda ella y con los bordes recamados en oro.
Es obra de Hefesto; me la dio el héroe Fédimo529,
rey de los sidonios530, cuando me albergó en su casa
en mi regreso a este lugar. Esto es lo que te quiero regalar531».
Mientras se decían uno a otro tales cosas532 620
los invitados iban llegando al palacio del divino rey.
Unos traían ovejas, otros llevaban reconfortante vino,
y las esposas de lindos velos533 les enviaban el pan.
Así preparaban el banquete en el palacio.

LOS PRETENDIENTES PREPARAN EMBOSCADA PARA TELÉMACO EN ITACA (625-674)

Mientras tanto los pretendientes, en el palacio de Odiseo534, 625


se divertían arrojando discos y jabalinas
en el sólido pavimento, como antes, con arrogancia535.
Sentado estaba Antínoo, y Eurímaco, semejantes a dioses,
jefes de los pretendientes y los mejores en mucho por su valor.
Y acercándose a ellos el hijo de Fronio, Noemón536, 630
interrogando a Antínoo con palabras le dijo:
«Antínoo, ¿sabemos con certeza o no

529
La expresión indica una obra de artesanía excelente y no una proveniencia divina literal y el héroe
Fédimo es indudablemente un nombre inventado.
530
Aquí, como en la menciones de Sidón en 13, 285 y 15, 425, se trata de una referencia a los fenicios (véase
Ilíada 6, 290 y 23, 743). Los sidonios o fenicios habitaban la región que se extendía en la costa oriental del
Mar Mediterráneo, desde la desembocadura del río Orontes al norte hasta la bahía de la actual Haifa al sur. La
región se denominaba Canaán y con este nombre se la encuentra en el Antiguo Testamento.
531
Los vv. 613-619 se repiten en 15, 113-119. Se omiten en muchos manuscritos medievales en este
lugar.
532
Los vv. 620-624 constituyen un umbral para el cambio de escena de Esparta a Itaca. A la vez,
conectan esta última parte cuyo escenario es Esparta con el comienzo del canto en que Menelao está
ofreciendo un banquete por los esponsales de su hijo. Después del verso 624 ya no se habla de la visita de
Telémaco a distintos lugares en busca de noticias de su padre, hasta 15, 1. Durante los próximos diez cantos
las menciones a Telémaco van a ser pocas y esporádicas (5, 18-20 y 25-27; 13, 413-428; 14, 174-184).
533
«De lindos velos» traduce el epíteto kallikrédemnoi, único lugar en que aparece en Odisea.
534
Los vv. 625-847 completan las escenas de 2, 298-336 y de 2, 337-381, es decir, observaremos a
partir de este momento las reacciones, de los pretendientes por un lado y de Euriclea por otro, ante la noticia
de la partida de Telémaco. El pasaje se desarrolla en una sucesión de escenas breves: 1.- los pretendientes
planean una emboscada para cuando Telémaco regrese (vv. 625-674); 2.- Penélope reacciona con
desesperación ante la partida de su hijo (vv. 675–767); 3.- los pretendientes preparan su partida (vv. 768-786);
4.- Atenea en la figura de Iftima consuela a Penélope (vv. 787-841); 5.- los pretendientes se embarcan y se
aprestan a emboscar a Telémaco.
535
Los vv. 625-627 se repiten en 17, 167-169.
536
El poeta logra un magnífico ensamble de la situación temporal: hace cuatro días que Telémaco está
afuera y han pasado también para los pretendientes que se entretienen ociosamente en Itaca. Para ubicar al
espectador y advertir a los pretendientes de la ausencia, aparece „inocentemente‟ Noemón, que le prestó al
joven la nave (2, 386-387) y ahora la necesita.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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cuándo vendrá Telémaco de la arenosa Pilos?
Se fue llevándose mi nave, y tengo necesidad de ella
para pasar a la espaciosa Élide, que allí tengo caballos, 635
doce yeguas y mulos resistentes537
aún sin domar, si traigo alguno aquí podría domarlo.»
Así dijo, y ellos quedaron desconcertados, pues no pensaban
que se hubiera marchado a Pilos, la de Neleo538, sino que Telémaco
se encontraba en el campo con las ovejas o con el porquerizo539. 640
De nuevo lo enfrentó Antínoo, el hijo de Eupites:
«Dime sinceramente cuándo partió y quiénes con él,
¿qué jóvenes lo seguían? ¿los mejores de Itaca o algunos
jornaleros540 y siervos? Pues también pudo hacerlo de este modo.
Dime también con sinceridad, para que yo lo sepa, 645
si te quitó la negra nave con violencia y contra tu voluntad
o aceptaste dársela, después de que te convenció con una historia».
Y el hijo de Fronio, Noemón, le contestó541:
«Yo mismo acepté dársela. ¿Qué podría hacer cualquiera
si un hombre como él, con tanta ansiedad en su corazón, 650
la pidiera? Sería difícil negarse a tal favor.
Jóvenes, los que sobresalen entre nosotros en el pueblo
lo acompañaban. También supe que como jefe guiaba
Méntor, o a un dios, pues así parecía en todo.
Pero me asombra, porque vi aquí al divino Méntor 655
ayer por la mañana, aunque antes se había embarcado a Pilos».
Así después de hablar se marchó hacia la casa de su padre,
y a los otros, a ambos, se les irritó el valeroso ánimo.
Sentaron en grupo a los pretendientes y detuvieron sus juegos542.
Y entre ellos habló Antínoo, hijo de Eupites, 660
furioso; de cólera sus sentimientos circulares y negros
estaban repletos, sus dos ojos se parecían al fuego ardiente543:
«¡Ay, ay, qué buen trabajo insolentemente ha realizado

537
Este hexámetro se repite en 21, 23.
538
El padre de Néstor, véase nota a 3, 4.
539
Esta es la primera ocasión en que se menciona a Eumeo y como en muchas otras oportunidades se lo
designa mediante su oficio y no con su nombre propio (véase 13, 404; 14, 22, 33, 48 y 121).
540
«Jornaleros» traduce thêtes, único lugar donde aparece el término. En 11, 489 (véase nota) y 18, 357,
así como en Ilíada 21, 444 aparece el verbo theteúō, que traducimos «ser un siervo en casa de otro/ ajena».
541
Noemón va a contestar las preguntas en orden inverso a cómo han sido enunciadas, un rasgo común
en los intercambios dialógicos homéricos, tal como afirma el viejo artículo «Hýsteron Próteron Homērikôs»
de Samuel E. BASSETT (1920: 39-62) que se puede ahora bajar de internet.
542
Los vv. 659-674 muestran la primera de tres reuniones deliberativas de los pretendientes con el
objeto de matar a Telémaco. La segunda sucederá en 16, 342-408 después de haber fracasado la emboscada;
la tercera se presenta en 20, 240-247 hasta que de inmediato los disuade el vuelo amenazador de un águila. La
idea de un ataque al joven ha sido anticipada en 1, 251 y 2, 367-368. La emboscada, que el poeta rememora
en ocasiones (13, 425-428; 14,180-182; 15, 28-32), se verá frustrada por la advertencia instrucciones de
Atenea a Telémaco (15, 28-32).
543
Los vv. 661-662 reproducen la fórmula de Ilíada 1, 103-104 cuando Agamenón se enfurece contra
Calcante. Sobre la figura de Antinoo, véase nota a 1, 383.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Telémaco con este viaje! ¡y decíamos que no lo lograría!
Contra la voluntad de tantos, un joven niño se ha marchado sin más, 665
después de botar una nave y elegir los mejores en el pueblo.
Pronto comenzará a ser una maldición. Ojalá a él
Zeus destruya su vigor antes de que llegue al umbral de la juventud.
Pero vamos, que me den una nave veloz y veinte compañeros544
para emboscarlo cuando vuelva y apostarme545 670
en el estrecho entre Itaca y la escarpada Same546,
para que le sea funesta la navegación en busca de su padre».
Así dijo, y todos lo alababan y lo apremiaban.
Enseguida después se levantaron y fueron al palacio de Odiseo.

PENÉLOPE SE ENTERA DE LA AUSENCIA DE TELÉMACO (675-767)

Penélope no permaneció mucho tiempo ignorante 675


de los planes que los pretendientes elucubraban en sus mentes.
Se los dijo el heraldo Medonte, quien averiguó las intenciones547
estando afuera del patio y ellos dentro urdían el plan.
Y atravesó la casa para comunicarlo a Penélope548.
Cuando atravesaba el umbral dijo Penélope: 680
«Heraldo, ¿a qué te mandan los ilustres pretendientes?
¿Acaso a que ordenes a las esclavas del divino Odiseo
que dejen sus labores y les preparen el banquete?
¡Ojalá dejaran de cortejarme ni pudieran reunirse en otro lado
y su última y definitiva cena celebraran ya aquí! 685
Con tanto reunirse están liquidando la abundante hacienda,
las posesiones del prudente Telémaco. ¿Acaso de sus padres
no escucharon en otro tiempo siendo niños
cómo era Odiseo con los progenitores de ustedes?
Nunca hizo nada injusto ni siquiera lo propuso 690
en el pueblo. Así es la justicia para los divinos reyes549:
a un mortal lo odian y a otro lo quieren.
Pero aquél jamás en absoluto obró como un hombre arbitrario.

544
Veinte remos tenía también la nave en que Telémaco partió (véase 1, 280), es una nave de poca
envergadura pero indudablemente la más usual.
545
Euriclea había previsto esta situación en 2, 367-368.
546
Véase nota a v. 845.
547
Los vv. 677-715 constituyen la primera de cinco oportunidades que ofrecen una caracterización del
heraldo Medonte (las otras cuatro: 6, 412; 17, 172-177; 22, 357-380 y 24, 439-450) Si bien es el heraldo de
los pretendientes (v. 681 y 17, 172-173), y adscripto por Telémaco al bando enemigo (16, 252), trata de
defender los intereses de la familia de Odiseo: en dos oportunidades transmite información secreta a Penélope
(aquí y en 16, 412), y en otra es el intérprete de la justicia divina que guió la venganza de Odiseo (24, 439-
450). En 22, 357-358, Telémaco dice que lo cuidaba cuando era niño y Odiseo lo perdona después de la
matanza (22, 371-380). Su posición es comparable a la de Femio, con quien a menudo se lo asocia en el texto.
548
Se produce un cambio de escenario –del aulé donde están los pretendientes al thálamos donde se
encuentra Penélope– mediante el traslado físico de Medonte de una punta a otra del palacio.
549
Para el tópico de Odiseo como buen rey, véase 2, 229-234.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Pero el corazón de ustedes y las injustas decisiones
quedan al descubierto y no agradecen los beneficios de antaño». 695
Y a contestó Medonte, de pensamientos prudentes:
«¡Ojalá fuera, reina, este el mal mayor!
Pues otro mucho más grande y más penoso
los pretendientes traman ¡que no lo cumpla el Cronida!
A Telémaco ansían matar con el agudo bronce 700
cuando regrese a casa, quien fue por noticias de su padre
a la sagrada Pilos y a la divina Lacedemonia».
Así dijo. Flaquearon a Penélope las rodillas y el querido corazón,
Por un rato el estupor le arrebató las palabras y los ojos
se le llenaron de lágrimas, y la floreciente voz se le detuvo550. 705
Después de un largo tiempo pudo contestar y dijo:
«¡Heraldo! ¿Por qué se ha marchado mi hijo? No necesitaba
embarcar en las naves de marcha veloz, que en caballos de mar551
se convierten los hombres que atraviesan la extensa humedad.
¿O fue para que no quede ni siquiera su nombre entre los hombres?». 710
Y le contestó luego Medonte, conocedor de prudencia:
«No sé, o alguna divinidad lo impulsó o por su propio ánimo
fue impelido552 para ir hacia Pilos a averiguar
sobre su padre, ya sea por su regreso ya por la fortuna que siguió».
Después de decirlo abandonó la casa de Odiseo. 715
Una pena mortífera la envolvió <a Penélope> y no soportaba
estar sentada en la silla, aun habiendo muchas en la casa,
sino que se sentó en el muy trabajado umbral del tálamo,
a llorar sus desdichas. Y en derredor las criadas se lamentaban,
todas, cuantas había en la casa, jóvenes y viejas. 720
Y gimiendo hondamente Penélope les dijo:
«Escúchenme, amigas, en mi entorno el olímpico me dio dolores
por encima de todas las que nacieron o se criaron conmigo:
perdí primero a un esposo noble de corazón de león553
quien por su entera excelencia se distinguía entre los dánaos, 725
un noble, cuya fama es extendida en Hélade y hasta el centro de Argos554
«Y ahora otra vez. A mi amado hijo han arrancado las tempestades
sin gloria del palacio y ni me enteré cuándo se marchó.
Perversas, a ninguna de ustedes les pasó por la mente
hacerme levantar de la cama, aunque bien sabían en el corazón 730
cuando se marchó él en la cóncava nave negra.
Si yo me hubiese enterado que pensaba en ese viaje,
aquí habría permanecido, por más ansia que tuviera del camino

550
Los vv 704-705 son una fórmula que proviene de Ilíada 18, 695-696.
551
Por caballos debe entenderse «carros», puesto que los héroes no cabalgan. Una comparación de
naves con caballos en 13, 81 (cfr. Esquilo, Suplicantes 32 y Prometeo 468).
552
Los mortales a menudo desconocen si una acción debe adscribirse a voluntad divina o humana (véase
7, 263; 9, 339; 14, 178-179 y 16, 356).
553
Los vv. 724-726 son los mismos que vv. 814-816.
554
El hexámetro es el mismo que 1, 344 (véase nota)
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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o me habría tenido que dejar muerta en el palacio.
¡Rápido! Que alguna llame al anciano Dolio555, 735
mi esclavo, el que me dio mi padre cuando vine aquí
y mantiene mi huerto de numerosos árboles, para que al punto
se acerque a Laertes y le relate todas estas cosas,
por si él puede urdir algún plan en su mente
y acude a atemorizar a los ciudadanos que desean 740
destruir al vástago de Odiseo, semejante a un dios».
Por su parte, dijo su nodriza Euriclea:
«¡Consorte querida!, mátame con impiadoso bronce
o déjame estar en palacio, pero por cierto no ocultaré mi relato.
yo sabía todo esto y le di cuantas cosas pedía, 745
pan y dulce vino, y me tomó un solemne juramento:
que no te lo dijera hasta que llegue el día décimo o el duodécimo,
o tú misma lo echaras de menos y escuches que se ha ausentado,
para que no arruines tu bella piel llorando556.
»Sino, luego de darte un baño y tomar vestidos limpios para tu cuerpo557 750
y subir al piso superior con las esclavas mujeres,
suplica a Atenea, hija de Zeus, portador de égida,
porque ella, en efecto, va a salvarlo de la muerte558.
No abrumes al anciano ya abrumado, pues no creo
para nada que el linaje del Arcisíada559 por los dioses bienaventurados 755
sea aborrecido; sino que alguno sobrevivirá, para que ocupe
el palacio de elevado techo y hasta muy lejos los fértiles campos».
»Así dijo, y calmó su gemido y contuvo el gemir de sus ojos.
<Penélope> luego de darse un baño y tomar vestidos limpios para tu cuerpo
subió al piso superior con las esclavas mujeres 760
puso en una cesta granos de cebada560 y suplicó a Atenea:
«Escúchame, hija de Zeus portador de égida, Atritona561;

555
No es seguro que este Dolio sea el mismo que toma protagonismo en el canto 24 (222-225; 386-412
y 496-499); es este un nombre común para un esclavo. Puede que sea el padre de Melantio (17, 212; 22, 159)
y de Melanto (18, 322).
556
Efectivamente, esas son las exactas palabras de Telémaco a Euriclea en 2, 374-376.
557
La escena previa a la plegaria que eleva Penélope para que su hijo vuelva sano y salvo es similar a
aquella en que el joven se la ordena en 17, 48-60, aunque en ese caso no se reproduce literalmente el ruego
sino que se la menciona de manera indirecta (17, 50-51). La construcción de la plegaria (vv. 762-767) es la
siguiente: a) invocación a la divinidad (v. 762); b) recuerdo de pasados oficios (vv. 763-764); c) súplica final
(vv. 765-766).
558
Penélope será instada de manera similar a realizar una plegaria luego de que Telémaco haya
regresado sano y salvo, en 17, 48-60, aunque en ese lugar la súplica está resumida de manera indirecta (17,
50-51). En este canto figura completa la oración (vv. 762-766), que consiste en un verbo en modo imperativo
e invocación a la diosa (v. 762), recuerdo de sacrificios en el pasado (vv. 763-764) y pedido (vv. 765-766). La
afirmación en el hexámetro siguiente de que la diosa escuchó la plegaria v. 767) asegura al espectador que
Telémaco regresará sin daño.
559
El hijo de Arcisio es Laertes (véase 16, 118). Arcisio es sin duda una forma abreviada de Arquesilao,
el nombre que Eugamón de Cirene le dio al hermano menor de Telémaco en la Telegonía (fr. 1).
560
La aspersión de la cebada sobre el altar –o la víctima– es parte de la compleja ceremonia del
sacrificio cruento (véase 3, 445; 12, 358). Aquí, la colocación de cebada en un cesto antes de elevar una
oración es sorprendente, es posible que se trate una simple ofrenda vegetal previa a la súplica de Penélope.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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si alguna vez el astuto Odiseo en el palacio
quemó gordos muslos de buey o de oveja,
acuérdate de ellos ahora, salva a mi querido hijo 765
y protégelo de los ensoberbecidos pretendientes».
Así dijo y lanzó el grito ritual y la diosa escuchó su plegaria.

LOS PRETENDIENTES SE APRESTAN A EMBOSCAR A TELÉMACO (768-786)

Los pretendientes alborotaban en la lóbrega sala562,


y así habló uno de los jóvenes soberbios:
«Seguro que la reina tan pretendida por nosotros sus bodas 770
proyecta, sin saber que ha sido dispuesta la muerte de su hijo».
Así decía uno, pues ignoraba lo realmente dispuesto.
Mas entre ellos tomó la palabra Antínoo y dijo:
«Desdichados, eviten palabras arrogantes,
todos por igual, no sea que alguien se las comunique ahí dentro. 775
Pero, vamos, en silencio levantémonos y ejecutemos
el plan que ya está decidido en la mente de todos nosotros».
Cuando así hubo dicho, eligió a los veinte mejores hombres563
para dirigirse a la rápida nave y a la ribera del mar
Arrastraron, primero de todo, la embarcación al mar profundo 780
y pusieron el mástil y las velas en la negra nave.
Sujetaron luego los remos con estrobos de cuero.
Todo según un orden. Desplegaron las blancas velas
y los briosos servidores trajeron las armas.
Anclaron la nave en el agua profunda y desembarcaron; 785
Allí tomaron la cena y esperaron a que llegara la noche.

PENÉLOPE RECIBE EN SUEÑOS A SU HERMANA IFTÍMA (787- 847)

En el piso de arriba mientras tanto la discreta Penélope564


yacía en ayunas, sin probar comida ni bebida,
abstraída, pensando si su ilustre hijo escaparía a la muerte
o sucumbiría a manos de los ensoberbecidos pretendientes. 790
Cuantos males presiente un león en medio de un gentío de cazadores

561
Página: 91
Epíteto fijo de Atenea (véase 6, 324 e Ilíada 2, 157; 5, 115 y 714; 10, 284; 21, 420) cuya etimología es
bastante oscura, aunque indudablemente debe ponerse en relación con el adjetivo átrytos, «infatigable» (cfr.
Sófocles, Áyax 788).
562
Los vv. 768-786 traen de nuevo a escena a los pretendientes, por obra de que han escuchado el grito
de Penélope, que interpretan erróneamente.
563
Los vv. 778-786 constituyen una escena típica de preparación para la partida en barco, conformada
por los siguientes elementos: a) selección de la tripulación (vv. 778-779); b) preparación de la nave (vv. 780-
784); c) espera en tierra hasta la hora de partida (vv. 785-786). La escena, interrumpida, continuará en vv.
842-843.
564
Los vv. 787-841 retornan al thálamos donde permanece Penélope, mientras los pretendientes esperan
que caiga la noche. Su profunda angustia (vv. 787-794) induce a Atenea a enviarle un sueño reconfortante
(vv. 795-841).
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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ella temía, como cuando lo acorralan en un círculo traicionero,
tantos la inquietaban, hasta que la alcanzó el delicioso sueño.
Se durmió recostada y todos sus miembros se aflojaron.
Allí de nuevo tramó un plan la diosa de ojos glaucos, Atenea: 795
Fabricó una imagen565 similar al cuerpo de una mujer566,
de Iftima567, hija del magnánimo Icario,
a la que había desposado Eumelo568, que tenía su casa en Feras569,
y la envió al palacio del divino Odiseo
para que a Penélope, llorosa y compungida, 800
consolara de su lastimosa desdicha y sollozar.
Entró en el tálamo a través de la correa del pasador,
se mantuvo quieta sobre su cabeza y le dijo su palabra:
«¿Duermes, Penélope querida, desolada en tu corazón?
No, los dioses que viven tranquilamente no van a permitir 805
que llores ni te quebrantes, porque ya está en su camino de regreso
tu hijo, que en nada es culpable a los ojos de los dioses».
Y le contestó después discreta Penélope,
quien dormitaba dulcemente en el umbral de los sueños:
«¿Por qué, hermana, has venido hasta aquí? Nunca antes 810
me visitaste, ya que habitas un palacio muy pero muy lejano.
»Y me ordenas ahora que cese en el sufrimiento y los dolores
innumerables, que se agitan en mi mente y en mi corazón,
a mí, que perdí primero a un esposo noble de corazón de león
quien por su entera excelencia se distinguía entre los dánaos, 815
un noble, cuya fama es extendida en Hélade y hasta el centro de Argos
»Ahora, por su parte, mi hijo amado se marchó en una cóncava nave,
un niño, que no sabe de trabajos ni de hablar en público.
Es por él por quien me lamento más que por su padre.
Por él tiemblo y tengo temores, que nada le suceda, 820
sea en el pueblo a donde ha ido, sea en alta mar.
Pues muchos enemigos maquinan contra él
deseando matarlo antes de que llegue a su tierra patria».

565
«Imagen» traduce eídōlon (como en vv. 824 y 835). De acuerdo con esta expresión, la persona
soñada sería una figura que envía una divinidad para comunicarse de manera directa con el soñador, la
mayoría de las veces con una función profética. Homero continúa la línea de creencias que expresan registros
más antiguos en tablillas de la Mesopotamia, papiros de Egipto y textos semíticos. Cfr. Ancient Science and
Dreams: Oneirology in Greco-Roman Antiquity.de Mark HOLOWCHAK (2001: 21), quien dedica un capítulo
de su libro a la Oneirokritiká o Interpretación de los sueños de Artemidoro, quien en el siglo II clasifica y
explica la simbología de los fenómenos oníricos (pp. 93-103).
566
Los sueños en Homero son de dos clases: 1) la persona que duerme sueña con una acción que
adquiere fuertes características simbólicas (19, 536-550; 20, 83-90 e Ilíada 22,199-200) y 2) el sueño implica
la visita de algún personaje que da indicaciones a quien lo sueña (6, 1-51; 15, 1-47; 20, 30-57 e Ilíada 2, 1-35;
23, 62-108; 24, 677-689). Cfr. Studies on the Dream in Greek Literature de Antonius H. M. KESSELS (1978) y
Dreams and Experience in Classical Antiquity de William V. HARRIS (2009: 128).
567
Hermana de Penélope. El nombre quiere decir «fuerte», de fuerte contextura física. Atenea crea la
imagen ex nihilo e igualmente, cuando ha cumplido el objetivo, se disuelve en el aire (v. 839 y nota).
568
Hijo de Admeto y Alcestis; véase Ilíada 23, 288.
569
Ciudad de Tesalia.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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Y contestando dijo la imagen apenas visible:
«Sé fuerte, nada temas en absoluto en tu interior. 825
Tal es la que lo acompaña como guía, que ya muchos
hombres desearían tenerla a su lado, pues es poderosa,
Palas Atenea. Se ha compadecido de tu sufrimiento
y es ella quien ahora me envió para que te diga estas cosas».
Y le contestó a su vez la prudente Penélope: 830
«Si eres una divinidad y escuchaste la voz de un dios,
vamos, háblame también de aquel desventurado,
si vive todavía y contempla la luz del sol
o ya ha muerto y está en las mansiones de Hades».
Y contestando dijo la imagen apenas visible: 835
«No puedo decirte con certeza sobre él
si vive o está muerto. Malo es difundir lo que es incierto».
Así dijo desapareció por la correa de la cerradura.
en los soplos del viento. Y ella se desperezó del sueño570,
la hija de Icario. Y su querido corazón estuvo en calma, 840
pues había sobrevenido un claro sueño en la lobreguez de la noche.
Los pretendientes embarcaban y navegaban húmedos senderos571
agitando en sus mentes la muerte para Telémaco.
Existe una isla pedregosa en mitad del mar
a medio camino entre Itaca y la escarpada Same572, 845
Ásteris573, no grande, pero con puertos de doble entrada
para las naves. En ella los aqueos, emboscados, permanecieron.

570
No aparece en Homero el acto de soñar como una experiencia personal y subjetiva, sino que la
imagen onírica llega desde fuera, es decir, se presenta de manera externa e independiente del soñador (véase
el sueño de Nausícaa en 6, 15-50 y el sueño de las ocas de Penélope en 19, 535-558 y en Ilíada, el sueño de
Agamenón, en 2, 5-75; el de Aquiles, en 23, 62-107 y el de Príamo, en 24, 677-689). En todos estos casos el
esquema es el siguiente: el „fantasma‟ se coloca sobre la cabeza del personaje que sueña y le da su mensaje,
le recuerda primero que está dormido y seguidamente le hace una advertencia, le ordena algo o pronuncia
palabras de consuelo. Es razonable que la figura tome el aspecto de una persona que el soñador ya conoce, por
esto Atenea, en vv. 794-841, ha modelado la imagen de Iftima, la hermana de Penélope. Cfr. Studies on the
Dream in Greek Literature de Antonius H. M. KESSELS (1978: 44-49) y «La terminología griega para „sueño‟
y „soñar‟» de M. Regla FERNÁNDEZ GARRIDO y Miguel Ángel VINAGRE LOBO (2003: 78-79).
571
La acción retorna a los pretendientes trasladándose por mar hasta el lugar en que planean la celada
(vv. 842-847). Los pretendientes reingresarán a la historia en 16, 342 ss. Se recuerda la emboscada en 5, 18-
19; 13, 425-426 y 14, 180-181 y su presencia en el palacio de Odiseo en 11, 115-117.
572
El texto dice «Samos» y no «Same», pero hemos traducido con la forma femenina para no confundir
esta isla con la de Samos en el mar Egeo. Same debe ubicarse en el mar Jónico (véase nota a 1, 246) y al sur
de Itaca, sitio por donde Telémaco debiera pasar al volver del Peloponeso, que está al sudoeste.
573
Ásteris podría ser la actual Arkoudis, deshabitada hasta que, a finales del siglo XX, fue comprada por
un consorcio sudafricano que planeó construir en la isla unas cien residencias privadas exclusivas, centros
comerciales y hoteles para personas de alto nivel económico.
Odisea de Homero. Traducción y notas de Marta Alesso. Telemaquía.
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