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Anastasios Kioulachoglou
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A mi esposa por su amor y al hermano que leyó esto primero y me ayudó con sus comentarios.
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Las citas bíblicas fueron obtenidas de “La Santa Biblia” versión Reina-Valera 1960.
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INTRODUCCIÓN .............................................................................................................................................................6
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CAPÍTULO 7: OBJECIONES COMUNES......................................................................................................................... 139
7.1. Soy un hijo de Dios y eso no se puede cambiar .............................................................................................................. 139
7.2. “Nadie puede arrebatarme de la mano de Jesús” (Juan 10:27-28) ................................................................................ 142
7.3. “Dios me presentará sin mancha como quiera, independientemente de lo que yo haga” ........................................ 144
7.4. “Él que comenzó la buena obra en mi como quiera la va a terminar” ......................................................................... 146
7.5. “Puedo hacer lo que yo quiera y seguir siendo salvo. En el día del juicio mis obras (pecaminosas) tal vez sean
quemadas pero yo como quiera lo voy a lograr”................................................................................................................... 149
7.6. Hablar en lenguas (para aquellos que lo hacen) ............................................................................................................. 151
APÉNDICE 1: EL TIEMPO PRESENTE EN GRIEGO. UNA DEMOSTRACIÓN USANDO JUAN 3:16 ................................... 158
APÉNDICE 2: ¿SON LAS ENSEÑANZAS DEL EVANGELIO, INCLUYENDO LOS “DICHOS DUROS” PARA NOSOTROS? . 161
APÉNDICE 3: APOCALÍPSIS 2,3: ¿SON LAS EPÍSTOLAS DE JESÚS A LAS SIETE IGLESIAS RELEVANTES PARA NOSOTROS?
................................................................................................................................................................................... 169
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Introducción
“Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos;
porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.”
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dos décadas, he tenido varios períodos de prueba y tentación los cuales me
hicieron darme cuenta que permanecer en la fe no es algo automático, algo que
se puede considerar como dado por hecho, exactamente desde el momento que
uno ha creído. Lo que entendí fue que la fe es mas bien algo continuo y no algo
que se decide solo una vez.
En estos 25 años he visto amigos que estaban tan contentos al principio
cuando les hablé del Señor y Él era todo para ellos, lo alababan, oraban etc., pera
luego no mucho tiempo después se enojaban conmigo o con Dios y ya no querían
saber de Él. ¿Porqué? Porque una novia los dejó o porque algún familiar les dijo
que esto es una “herejía” etc. No se sostuvieron en la Palabra de Dios en los
tiempos de tribulación y tentación. También he visto otros que aunque aceptaron
a Cristo, se dejaron llevar simultáneamente por amor al mundo, lo cual ahogó la
semilla de la Palabra de Dios, exactamente como dice la parábola del sembrador.
Así que para ellos, Cristo pasó a ser algo que alguna vez escucharon y no hubo
fruto o diferencia alguna en sus vidas que pudiera notarse. Además, me topé con
muchas advertencias y escrituras confusas que no parecían emparejarse con la
doctrina que dice que una vez que alguien es salvo siempre es salvo,
independientemente de que después, por diversas razones, deje la fe.
Este estudio observa muchas Escrituras del Nuevo Testamento que ponen
en claro que la fe no es evento único que una vez sucediendo es válido para
siempre. Mantener la fe, terminar la carrera, no es algo automático y garantizado
para todos aquellos que comienzan la carrera. Algunos, como el ejemplo que
mencioné arriba, se alejan a las primeras dificultades y problemas. Otros tienen
un amor muy fuerte por las cosas del mundo y por lo mismo se apartan. Solo
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aquellos que comienzan la carrera verdaderamente perseveran hasta el final. Esto,
como lo veremos más adelante, lo pone muy en claro el Nuevo Testamento.
Mateo 7:13-14
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino
que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es
la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”
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advertencias dadas en la Palabra de Dios concernientes a la dificultad del camino
de la fe, ya que están ahí para nuestro bien. El propósito de este estudio es
enfatizar esas advertencias.
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Capítulo 1: La Salvación: ¿qué se necesita?
Juan 3:14-18
“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo
del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino
para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el
que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del
unigénito Hijo de Dios.”
Juan 20:30-31
“Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las
cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis
que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su
nombre.”
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Juan 11:25-26
“ Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté
muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente.
¿Crees esto?”
Marcos 16:15-16
“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que
creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. ”
Hechos 16:30-31
“ y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron:
Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. “
Romanos 10:9
“que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón
que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.”
Efesios 2:8
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es
don de Dios”
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de este enunciado, sería “el que siga creyendo” esto es, crea ahora y continúe
creyendo. Esto correspondería más al hecho de que el tiempo presente en griego
antiguo se usaba para señalar duración más que eventos únicos. El primer
apéndice de este libro es para dar más perspectiva a esto y el uso del tiempo
presente en griego antiguo.
Efesios 2:9
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es
don de Dios”
Básicamente Dios quiere que todos sean salvos y dio a Su Hijo en rescate
de todos. Como en 1 de Timoteo 2:3-6 dice:
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“Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual
quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la
verdad.”
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo
hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio
testimonio a su debido tiempo.”
Jesucristo se dio a sí mismo por todos. Dios quiere que todos sean salvos.
Su gracia se ha manifestado a todos los hombres. La gracia de Dios – la primera
parte de la condición para la salvación dada en Efesios 2:8 (“por gracia”) - está
disponible para todos; “se ha manifestado a todos los hombres”. Pero la segunda
parte (“por medio de la fe”) no está ahí para todos. Solo algunos creen
verdaderamente lo que Dios dice en Su Palabra sobre Su Hijo y solo ellos serán
salvos, porque la salvación no es solo por gracia, si no “por gracia, por medio de
la fe”.
Habiendo aclarado este punto, la pregunta critica es: una vez que uno cree,
¿es la fe algo garantizado para durar por siempre o es algo que se debe de
mantener, lo cual a su vez significa que también se puede abandonar? ¿Cómo
trata la Biblia la fe? ¿La trata como algo dinámico o como algo estático, esto es,
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como algo que una vez que tengas significa que siempre lo tendrás? ¿Qué
significa tener verdadera fe? ¿Qué le pasa a la salvación en caso de que se
abandone la fe? ¿Es posible después de todo y cuáles serían las consecuencias?
Mucha gente no se molesta en hacer estas preguntas. En este estudio haremos
estas preguntas, y veremos las claras respuestas que la Biblia da empezando de la
persona más apropiada para hablar de la Salvación: el Salvador mismo y luego
continuando con las enseñanzas de los apóstoles dadas en las epístolas.
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Capítulo 2: la parábola del sembrador
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los receptores. No la creyeron. De lo contrario, la segunda y tercer categoría
recibieron la Palabra pero ninguno de ellos llevó fruto. ¿Porqué? Lo veremos en la
próxima sección. Finalmente, la cuarta categoría fue la única que escuchó la
Palabra, la recibió y llevó fruto. Nuestro enfoque en este capítulo será en la
segunda y la tercer categoría de esta parábola ya que se relaciona mucho con este
estudio.
“Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo;
pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba
se apartan.”
¿Creyeron las personas de esta categoría? La respuesta del Señor es que sí,
sí creyeron. “Creen por algún tiempo”, Él dijo. Aquí vemos inmediatamente que la
fe tiene dimensión de tiempo. En otras palabras, el hecho de que alguien crea no
significa necesariamente que creerá por el resto de su vida. Puede ser que crea,
pero solo “por algún tiempo”. Una vez que ese “algún tiempo” se acaba, esa
persona ya no está en la fe, como le sucedió a la gente que se describe en la
categoría. Comenzaron bien, pero después de ese comienzo, después de “algún
tiempo”, en tiempos de persecución o tentación en cuanto a la Palabra (Marcos
4:7) muchos se apartan. Se dan por vencidos. Muchos ejemplos de esta categoría
se me vienen a la mente: gente que escuchó la Palabra, la aceptó y luego la
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compartieron con familiares y amigos los cuales luego los rechazaron. En vez de
permanecer firmes aceptando el estigma, se dieron por vencidos y se apartaron
de la fe. Otros, que tuvieron el mismo brillante comienzo, en algún momento les
surgió la tentación (cualquier cosa) y cayeron, incluso hasta se ofendieron con
Dios y Su pueblo y luego también se apartaron. Esa gente creyó alguna vez, pero
dejaron de creer. De hecho, la palabra traducida como “se apartaron” es la
palabra griega “aphistemi”, que significa “alejarse”: de ahí, apartarse, apostatar
(diccionario de Vine). Entonces sí, sí es posible el apostatar o apartarse para
aquellos que han creído, debido a que por causa de la Palabra padecieron
tribulación o tentación. Eso es exactamente lo que les pasó a los de la segunda
categoría de la parábola del sembrador. Dios fue alguna vez su opción, pero se
apartaron de Él, abandonando la fe.
Ahora, la pregunta crítica es: ¿si esas personas no vuelven y se arrepienten
serán salvas? Si creemos en la doctrina que dice que es suficiente cuando alguien
cree, incluso solo por algún tiempo, independientemente de lo que luego le pase
a esa fe, pues sí se salvarán, porque han creído. Sin embargo, el problema con
este punto de vista es que ignora el hecho de que la fe no es algo estático, algo
que porque uno lo obtuvo alguna vez, en alguno lado, está garantizado que uno
nunca lo va a abandonar. De lo contrario, la fe tiene tiempo y dimensión. Y
cuando la gente se da por vencida en la fe, creyendo solo por algún tiempo,
abandonan lo que se les había prometido debido a su fe, o sea la salvación, vida
eterna. Porque verdaderamente la salvación no es solo por gracia, “sino por
gracia a través de la fe”. La gracia es la parte que le corresponde a Dios y fe es la
nuestra. Se deben mantener ambas condiciones y Dios siempre cumple la Suya.
Pero el que se aparte de la fe, deja todo lo que haya obtenido a través de la fe, o
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sea la promesa de la salvación. El Nuevo Testamento tiene muchos pasajes que
ponen esto muy en claro y el propósito de este libro es el sacarlos.
Tal ves esto puede explicar la agonía de Pablo por saber sobre el estado de
la fe de los tesalonicenses perseguidos (2 Tesalonicenses 1:4). Como les dijo:
1 Tesalonicenses 3:1-8
“Por lo cual, no pudiendo soportarlo más, acordamos quedarnos solos en Atenas,
y enviamos a Timoteo nuestro hermano, servidor de Dios y colaborador nuestro
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en el evangelio de Cristo, para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe, a
fin de que nadie se inquiete por estas tribulaciones; porque vosotros mismos
sabéis que para esto estamos puestos. Porque también estando con vosotros, os
predecíamos que íbamos a pasar tribulaciones, como ha acontecido y sabéis. Por
lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de
vuestra fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo
resultase en vano. Pero cuando Timoteo volvió de vosotros a nosotros, y nos dio
buenas noticias de vuestra fe y amor, y que siempre nos recordáis con cariño,
deseando vernos, como también nosotros a vosotros, por ello, hermanos, en
medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de vosotros por
medio de vuestra fe; porque ahora vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor. ”
En unas pocas lineas Pablo habla dos veces de su agonía. Sabía que los
creyentes estaban siendo perseguidos y quería saber sobre el estatus de su fe.
¿Estaban sostenidos en el Señor o no?¿Cuáles eran las noticias concernientes a su
fe? ¿Malas o buenas? Esa era la pregunta y Pablo esperaba urgentemente
escuchar la respuesta de Timoteo. Por tanto, la fe no es algo inmóvil; algo que una
vez que tienes está garantizado que lo vas a mantener para siempre. Si así fuera,
Pablo no se hubiera preocupado. En tal caso, puesto que ya estaban en la fe,
estarían siempre en la fe a pesar de las persecuciones y tentaciones. Pero no es
así. El propósito del tentador, el diablo, es derribar nuestra fe. Para ser breves, su
propósito es devorarnos (1 Pedro 5:8). El hecho de que hayamos permanecido
firmes ante la tribulación no significa que así será después de la tribulación o
tentación. Tenemos que decidirnos. Dios nos va a sostener pero tenemos que
cogernos de Él también; tenemos que decidir que vamos a permanecer con Él, no
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importa qué. Algunos lo hacen, otros no. Aquellos que no, abandonan la fe. Puede
que no lo hagan público, pero la verdad es que ya no les importa mucho. Creo que
cualquiera que está en la fe desde hace tiempo tal vez conoce ya algunos
ejemplos. Pero vamos a pasar a la tercer categoría de la parábola del sembrador.
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Para evitar malos entendidos la frase “ y se volvió infructuosa” no significa que de algún modo era
fructífera. Esto es obvio en Mateo 13:22 que dice “y se hace infructuosa”.
2
Aquí hay que hacer una aclaración: ir a trabajar para proveer a tu familia no es un afán que te apartará
de Dios. De hecho, ¡es una obligación! Sin embargo, ser un adicto al trabajo es un afán que te apartará
de Dios! Básicamente “afanes de este mundo” significa afanarse por lo que el mundo se afana, haciendo
lo intereses del mundo intereses tuyos y una forma de vida.
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infructuoso. Puede que conozca y que originalmente haya conocido la Palabra
pero ¡no hay fruto! Las otras cosas que no están aun extirpadas la hacen
infructuosa.
Sin duda, así como el Señor lo explicó muy claramente es imposible servir a
dos amos. A largo plazo, uno de los dos tendrá que marcharse:
Lucas 16:13
“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro,
o estimará al uno o menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”
1 Juan 2:15-17
“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo,
el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos
de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del
Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la
voluntad de Dios permanece para siempre.”
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Y Santiago, llamando adúlteros y adúlteras a aquellos que van tras el
mundo dice:
Santiago 4:4
“Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra
Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo
de Dios.”
Un adúltero es aquel que está casado con alguien pero se va o con o desea
a otra persona. Aquellos que van tras el mundo, tras los afanes de este siglo, las
riquezas, los deseos de los ojos, la vanagloria de la vida son los llamados adúlteros.
¿Porqué? Porque abandonaron a Cristo, el novio y se fueron en pos del mundo.
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respuesta también aplica claramente a aquellos de la segunda categoría de la
parábola, esto es, aquellos que creyeron “por algún tiempo”:
Juan 15:1-8
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no
lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más
fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en
mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no
permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la
vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho
fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece,
será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el
fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros,
pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en
que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.”
Creo que la respuesta del Señor no deja lugar a duda: la única forma de
llevar fruto es permaneciendo en la vid, en Él. La gente que no lleva fruto es gente
que no permanece en la vid y si eso no cambia será recogido y echado al fuego.
¿Qué significa esto para la tercer categoría de la parábola del sembrador?
Significa que si no se arrepienten, regresando a la vid y de ese modo llevar fruto,
permaneciendo en la vid, el fruto que marca a alguien como verdadero discípulo
de Cristo, van a terminar como las ramas secas del pasaje anterior, esto es, serán
“recogidos y echados al fuego” Ya sé que tal vez aquí acabo de ofender a algunos
lectores, pero ¿dije yo esto? No, de lo contrario esto es algo que el Señor mismo
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dijo hablando a Sus más cercanos discípulos y en la mera noche de Su arresto.
Ahora, ¿lo que dijo fue sorpresa? ¿Fue esto que dijo algo extraño? No, si
entendemos que un cristiano verdadero no es aquel que hizo una confesión sino
que después prácticamente abandonó la fe o de hecho nunca practicó lo que
confesó. Más bien, un cristiano verdadero es aquel que trata de vivir, practica -
con cualquier error o errores que puedan venir en la práctica - su fe. Si hemos
confesamos que Jesús es Señor, y aun así verdaderamente no lo hemos hecho
nuestro Señor, entonces es obvio que nuestra confesión no ha sido honesta o
puede que fuera honesta en el pasado pero ahora ya no lo es. Si lo que
confesamos es verdad solo se puede probar mediante un solo estándar: el fruto
que llevamos, el cual es posible si permanecemos en la vid, en Cristo. Lo vimos en
el pasaje anterior de Juan 15 donde el Señor dijo: “lleven mucho fruto, esto es,
MEDIANTE EL LLEVAR FRUTO – probarán que son mis discípulos”. Por lo tanto, el
fruto que llevamos es la prueba de si somos o no discípulos de Cristo.
Mateo 7:15-20
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas,
pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se
recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da
buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar
malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen
fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. ”
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A muchos les da miedo hablar del fruto, porque creen que disminuye la
gracia. ¡Pero no es así! ¿A caso no puede un árbol de manzanas producir
manzanas? Los árboles producen fruto y la semilla de la Palabra, cuando se cuida,
hace exactamente eso: producir fruto. La fe viene primero, luego sigue el fruto.
¿Sería natural que árboles frutales no produjeran fruto? ¿Estarían sanos esos
árboles? Si tú tuvieras un árbol de esos en tu jardín y obviamente esperas que de
fruto, así como Dios espera de nosotros, si no lo produjera ¿a poco dirías: “no
importa”? No, no creo que lo hagas.
El fruto es algo absolutamente natural para un cristiano y también es
absolutamente antinatural cuando éste falta. Como Efesios 2:8-10 aclara:
Efesios 2:8-10
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es
don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya,
creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano
para que anduviésemos en ellas.”
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importa si llevamos fruto o no, como corresponde a los que están en la fe. Sería
como decir que tenemos un automóvil y que no importa si funciona o no.
Santiago 2:14-16
“Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene
obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y
tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id
en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el
cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí
misma.”
“La fe sin obras es muerta”, exactamente así como un cuerpo sin espíritu
está muerto. En otras palabras, la fe infructuosa no existe, la fe infructuosa está
muerta y una fe así claramente no nos lleva al reino de Dios.
Vamos a extender un poco más este crucial tema de las obras, Pablo nos
dice varias veces:
Tito 2:13-14
“aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro
gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para
redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de
buenas obras.”
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Tito 3:1
“Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que
estén dispuestos a toda buena obra.”
2 Timoteo 2:20.21
“Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino
también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos
viles. Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra,
santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.”
Y 2 Timoteo 3:16-17
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra.”
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“Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento... Mas la que cayó en
buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra
oída, y dan fruto con perseverancia.”
Para cerrar este capítulo: que todos estemos en la cuarta categoría y nunca
la dejemos. Que todos aquellos de nosotros que no estén en esta categoría
regresen, permaneciendo en la vid y produzcan mucho fruto para la gloria de Dios
y que demostremos que verdaderamente somos Sus discípulos. Que podamos
revisarnos a nosotros mismos y si vemos espinos que podamos desarraigarlos y
echarlos fuera, en vez de básicamente engañarnos a nosotros mismos
haciéndonos creer que podemos vivir con ellos. No podemos. Son ellos o el Señor.
Uno de los dos va a tener que irse y nosotros escogemos quién.
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Capitulo 3 – Un vistazo directo a algunos de los “dichos fuertes”
de Jesús
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este estudio hago una observación más detallada demostrando porqué es falsa.
Pero vamos a continuar con lo que el Señor dijo.
Mateo 24:42-51
“Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed
esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir,
velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados;
porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. ¿Quién es, pues, el
siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el
alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga,
le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. Pero
si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare
a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, vendrá el
señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo
castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el
crujir de dientes.”
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¿A quién dijo Jesús esta parábola? Justo antes de empezar con esta
parábola Él dijo a Sus discípulos: “Por tanto, también vosotros estad preparados;
porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.” (Mateo 24:44).
¿Quiénes son esos “vosotros”? Sus discípulos (ver también Mateo 24:4) Ellos son
los instruidos a estar listos. Ellos eran su audiencia aquí, y no algunos incrédulos o
fariseos. Y continúa describiendo lo que le va a pasar al que no se encuentre listo.
Aquel que en algún momento se dijo a si mismo “mi señor tarda en venir”. No
creo que este siervo haya dicho eso el primer día. Sino que se dijo a si mismo “mi
señor tarda en venir” comenzando luego a comportarse de la manera descrita en
el pasaje, lo que significa que debió haber transcurrido algún tiempo en el cual el
siervo no se comportaba de ese modo. Pero luego se dijo a sí mismo “mi Señor
tarda en venir” y “comenzó a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber
con los borrachos”, comenzó, en otras palabras, a vivir como si ya no tuviera
Señor. La respuesta es la siguiente:
“vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no
sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el
lloro y el crujir de dientes.”
31
compartirán el final de los hipócritas. Y el Señor no termina ahí, extiende aún más
Su punto con dos parábolas más y un pasaje que no es parábola, uno detrás de
otro. Continuemos con la siguiente parábola: la parábola de las diez vírgenes.
“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus
lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco
insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;
mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y
tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó
un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas
vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las
prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas
las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a
vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero
mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas
entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las
otras vírgenes, diciendo: Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De
cierto os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora
en que el Hijo del Hombre ha de venir. ”
32
“Las “lámparas” usadas para la ocasión del matrimonio más bien eran
“antorchas”. Estaban hechas de trapos atados a piezas de hierro o artesanías de
barro, algunas veces ahuecadas para contener aceite, y atadas a palos o mangos
de madera. Estas antorchas estaban bañadas en aceite, y daban mucha luz.”
(énfasis agregado)
33
De nuevo, el Señor no se estaba dirigiendo a una audiencia en general o a
algunos fariseos, sino a Sus mismos discípulos (observa el principio de la
enseñanza en Mateo 24:4) En otras palabras lo que el Señor nos está diciendo, a
Sus discípulos, es: porque si ya ven lo que les sucedió a las cinco que no estaban
listas, ¡tengan cuidado, pónganse alerta! Si esto no fuera relevante para nosotros,
si fuéramos a entrar al Reino, independientemente si somos de aquellos que
creyeron pero que en algún momento se apartaron o aquellos que corren la
carrera hasta el final, permaneciendo en la vid, entonces no habría razón para que
el Señor dijera “Velad, pues”. De hecho no habría razón para que dijera esta
parábola. Pero el Señor, justo al final de su ministerio – ¡a dos días antes de la
crucifixión! - y no hablando a algún público en general sino a Sus mismos
discípulos y apóstoles – decidió darles esta advertencia. Lo cual a su vez significa
que el peligro de que nos encuentre sin aceite, de que nos encuentre sin
permanecer en Él es real y las consecuencias también son reales. La gente que se
encuentre de esa forma, no escuchará la bienvenida del Señor sino lo que les dijo
a las cinco vírgenes a las que se les había acabado el aceite: “De cierto os digo, no
os conozco”.
34
general es la parábola de los talentos. Vamos a leerla, comenzando en la
conclusión de la parábola de las diez vírgenes.
Mateo 25:13-15
“Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de
venir. Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a
sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro
uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.”
Mateo 25:16-18
35
“Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco
talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que
había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. ”
Mateo 25:19-30
“Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas
con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco
talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado
otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre
poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando
también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me
entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo:
Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en
el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo:
Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y
recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en
la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y
negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por
tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera
36
recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que
tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no
tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de
afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. ”
Estaba viendo una caricatura para niños y el tema era precisamente esta
parábola. Una vez que la película llegó al último siervo y su destino, cambiaron lo
que el Señor dijo y en vez de poner lo que acabamos de leer, pusieron a los otros
dos siervos a darle de lo que habían ganado a este siervo negligente, para que al
final “todo mundo se fuera contento”. Es obvio que la gente se siente incómoda
con algunas de las cosas que el Señor dijo, por eso lo cambian. No hagamos lo que
hacen ellos, más bien tomemos estos pasajes, pongamoslos en nuestro corazón y
respondamos al llamado de alerta que se nos está ofreciendo.
Hacer la voluntad de Dios - con los errores y fallas que conlleve - dar fruto
para el Señor, no es opcional, no es algo por lo cual un cristiano opte por hacer, si
quisiera, y que si no lo hace no importa o que solo se pierda alguna recompensa
37
pero que como quiera va a alcanzar estar en el Reino por aquella confesión que
alguna vez hizo. Pero en realidad no es así. Más bien, perseverantes, con fallas y/o
defectos, para hacer la voluntad de Dios, haciendo y no solo escuchando la
Palabra de Dios, eso es lo que la Palabra nos pide que hagamos. Como Santiago
dice:
Santiago 1:22-25
“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a
vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella,
éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que
mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no
siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo
que hace. ”
38
un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y
vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y
cayó, y fue grande su ruina. ”
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos,
sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” No puede estar
más claro. Repito que esto no significa que estemos libres de fallas o que
caminemos perfectamente. Lo que significa es que estamos corriendo la carrera
de la fe con paciencia, poniendo los ojos en Jesús el autor y consumador de
nuestra fe (Hebreos 12:1-2). Significa que estamos siguiendo a Jesús, tratando, sí,
con errores pero con el poder de Cristo que es más grande que todo, haciendo la
voluntad de Dios y de ese modo llevando, mientras vamos junto a Él, el fruto
deseado. Para algunos tal vez son cinco talentos y para otros dos. El Señor no
critica a quienes tienen dos en vez de cinco talentos más. Más bien lo felicita.
Trajo fruto para su Señor de acuerdo a lo que le había sido dado. El que fue
condenado fue aquel que era infructuoso. Aquel que en lugar de trabajar para su
Señor trabajaba para otros Señores (siempre servimos a un solo Señor). Su
comportamiento tiene sin duda alguna consecuencias y de hecho muy severas.
“y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y
el crujir de dientes.”
39
Mateo 25 no termina con la parábola de los talentos, sino que
inmediatamente le sigue un pasaje que, aunque no es parábola, está
directamente conectado a las tres parábolas que anteriormente leímos:
Mateo 25:31-46
“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él,
entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las
naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los
cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces
el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino
preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y
me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me
recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la
cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor,
¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?
¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O
cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les
dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más
pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos
de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque
tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui
forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en
la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo:
Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o
en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo
40
que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo
hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna. ”
1. ¿A quién le estaba hablando el Señor cuando dijo las palabras anteriores así
como las tres parábolas de Mateo 24 y 25 que leímos? En el contexto está muy
obvio. La enseñanza del Señor comenzó como respuesta a la siguiente pregunta
que hicieron los discípulos:
Mateo 24:3
“Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron
aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu
venida, y del fin del siglo? ”
Luego, después que les habla de los falsos cristos, el falso profeta, la
abominación desoladora etc. les dijo:
41
casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no
entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la
venida del Hijo del Hombre.... Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de
venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué
hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto,
también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora
que no pensáis.”
Mateo 26:1-2
“Cuando hubo acabado Jesús todas estas palabras, dijo a sus discípulos: Sabéis
que dentro de dos días se celebra la pascua, y el Hijo del Hombre será entregado
para ser crucificado.”
42
Esas fueron enseñanzas dadas a Sus discípulos justo cerca del final del
ministerio del Señor, dos días antes de la crucifixión. No lo dijo para nuestra
información, sino para que las aplicáramos. Además, lo que Jesús dijo arriba no es
para nada único, mira lo que Juan dice en su epístola:
1 Juan 3:16-18
“En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también
nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene
bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su
corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra
ni de lengua, sino de hecho y en verdad.”
Santiago 2:14-17
“Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene
obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y
tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice:
Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para
el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en
sí misma.”
43
Es muy simple saber si somos verdaderos cristianos o no, eso demuestra en
si seguimos Su Palabra, hacer lo que esa Palabra dice - sí, con errores y fallas
(repito: aun no somos perfectos pero seguimos corriendo hacia la meta
(Filipenses 3:12))- lo que Su Palabra dice. Como el Señor dijo, no cualquiera que
me llame “Señor, Señor” entrará en el Reino sino aquellos que hacen la voluntad
de Su Padre. Sin duda alguna la fe es lo que salva, pero verdadera fe, y una fe tal
se manifiesta haciendo la voluntad de Dios, las obras que Dios ha preparado para
nosotros. Y para evitar cualquier malentendido: para la mayoría de esas obras no
necesitas ninguna revelación especial. Están claramente escritas en Su Palabra. A
continuación presentamos algunas:
Mateo 25:35-40
“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui
forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me
visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán
diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te
dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te
cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y
respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de
estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. ”
Y Santiago 1:27
“La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los
huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del
mundo.”
44
3.5 La parábola del deudor de los 10,000 talentos
“Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil
talentos. A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e
hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. Entonces aquel siervo,
postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré
todo. El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la
deuda. Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien
denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.
Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia
conmigo, y yo te lo pagaré todo. Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel,
hasta que pagase la deuda. Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron
mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. Entonces,
llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné,
porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo,
como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, le entregó a los
verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial
hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus
ofensas.”
Diez mil talentos es una cantidad de dinero ENORME. Nadie podría ganar
esa cantidad de dinero. Y esa era la cantidad que el siervo debía. Y ¿sabes qué
45
pasó? Su Señor se la perdonó. A eso se le llama: ¡GRACIA! La gracia significa favor
inmerecido. Y eso es exactamente lo que este Amo hizo, el cual es una figura de
Dios: por la plegaría de su siervo, ¡le perdonó la deuda y se la quitó! ¡El siervo
ahora fue libre! ¡Fue perdonado! También nota que no hizo mas que rogar al Amo
para alcanzar el perdón de la deuda. Hasta aquí, creo que todos estamos de
acuerdo en que ésta es una imagen perfecta de ti y de mi. Lo que le pasó a este
siervo fue que la gracia y la compasión que le fueron demostradas son la misma
gracia y la compasión que fueron demostradas a nosotros por Dios. Como Efesios
2:1-9 dice: hablando de nosotros:
Efesio 2:1-9
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y
pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este
mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera
en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en
otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de
los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun
estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por
gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar
en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las
abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es
don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. ”
46
Nuestra deuda era enorme, estábamos muertos en delitos y pecados.
Eramos enemigos de Dios e hijos de desobediencia. Y ¿qué pasó? Nos
arrepentimos y creímos. Nos arrodillamos como el siervo y le pedimos perdón al
rey. Y ¡nos perdonó! A eso se le llama gracia. Por gracia somo salvos. Y así le
sucedió a ese siervo también: por gracia fue salvo de su enorme deuda. No hubo
obras, nada que yo, tu o el siervo pudiera hacer para pagar la deuda. Solo la gracia
podía hacerlo. Así que la salvación es por fe a través de la gracia y no se puede
ganar como intercambio por nuestras buenas obras porque las obras no pueden
pagar nuestra enorme deuda. Creo que hasta aquí vamos entendiendo. Pero el
Señor no se detiene aquí.
Se fija en lo que siervo hizo y que a pesar de tan grande deuda de la cual
fue perdonado, se negó a perdonar a su propio siervo lo poquito que le debía. El
siervo fue perdonado, pero no caminaba como perdonado. Ahora, ¿a caso el Rey
sería justo si no impartiera juicio aquí? No. Sería completamente injusto. Y eso es
lo que muchos esperan que Dios haga con ellos: esperan que Él los perdone, pero
que no los juzgue cuando estos insisten en no caminar como perdonados.
¿Cuando el Señor juzgó al siervo y le devolvió la deuda que le había sido
originalmente perdonada, fue descortés? No, Su gracia se manifestó cuando Él
originalmente perdonó al siervo por su gran deuda. Pero viendo que este siervo
de ninguna manera estaba caminando como perdonado sino que se había
aprovechado de su libertad presionando a su consiervo y pidiendo que se le
hiciera “justicia” sobre la pequeña deuda que se le debía, entonces había que
aplicarle justicia a él también. Por eso, no confundas gracia y justicia. Dios es
ambas: esta tanto lleno de gracia como también de justicia. Sin embargo, si te
arrepientes de corazón obtienes gracia. Si tu no perdonas, básicamente pidiendo
47
juicio en contra de aquellos los cuales supuestamente te han hecho mal, entonces
se aplicará juicio, ¡empezando contigo! El Señor no deja espacio para malos
entendidos:
“Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías
tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?
Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo
que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de
todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.”
Mateo 6:12
“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores.”
Que Dios no solo está lleno de bondad sino también lleno de justicia con su
respectiva severidad Pablo lo resume de excelente manera en Romanos 11:22
que dice:
48
“Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con
los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad;
pues de otra manera tú también serás cortado.”
Hay algunas Biblias que tienen las palabras dichas por Jesús marcadas o
escritas en rojo. Si tu tienes una Biblias de esas, te darás cuenta que después de
los evangelios se ve muy poco “rojo” en el libro de Hechos o en las epístolas, tal
vez todo junto sean como doce pasajes. Aunque los Hechos y las epístolas tienen
como autor al mismo Espíritu Santo como en los evangelios, en ellos Jesús no
habla en primera persona. Sin embargo, en el libro de Apocalípsis, el último libro
de la Biblia, se ve lo contrario. Ahí Jesús habla de nuevo en primera persona y en
esta sección me gustaría señalar algunas cosas del segundo y del tercer capítulo.
Esos capítulos contienen cartas dirigidas a siete iglesias de Asia menor. Jesús
mismo le dictó esas cartas al apóstol Juan, ordenándole que las escribiera y que
las enviara a esas iglesias junto con todo el libro. Sin embargo, es sorprendente
49
qué tan poca atención se les pone a estas epístolas. Una teoría que he escuchado
dice que esas epístolas de Jesús junto con todo el libro de Apocalípsis en realidad
no se refieren a nosotros, sino a futuros creyentes y que ellos las van a entender,
implicando implícitamente que con seguridad podemos ignorar este libro o
considerarlo solo “para nuestra información”. En el tercer apéndice de este libro
doy las razones por las cuales creo que esta opinión es equivocada.
Ahora pasando a las cartas mismas, lo que aquí quiero presentar y que creo
que es relevante para este estudio, es el hecho siguiente: en todas las siete cartas
el Señor termina con una promesa para el que venciere. Vamos a leer esas
promesas:
Apocalípsis 2:7
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le
daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.”
Apocalípsis 2:11
“ El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no
sufrirá daño de la segunda muerte.”
Apocalípsis 2:17
“Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita
blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino
aquel que lo recibe.”
50
Apocalípsis 2:26-28
“Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las
naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero;
como yo también la he recibido de mi Padre; y le daré la estrella de la mañana.”
Apocalípsis 3:5
“El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del
libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus
ángeles.”
Apocalípsis 3:12
“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá
de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi
Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre
nuevo.”
Y Apocalípsis 3:21
“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he
vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”
51
el momento que creímos sino que también terminó en ese preciso momento.
Pero si así fuera, no habría razón para que Jesús hablara de los que vencieren.
Porque hablar de eso no solo significa de que hay una necesidad de vencer sino
que también habrán algunos que no lo logren y para ellos las promesas anteriores
no aplicarán.
Solo por dar un ejemplo, vamos a Apocalípsis 3:5
“El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del
libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus
ángeles.”
52
libro de la vida. Yo sé que mucha gente no está acostumbrada a escuchar cosas
así pero esta es la simple verdad que veo en la Palabra y yo en lo personal no
estoy dispuesto a ignorarla ni a hacerla a un lado.
3.7 Conclusión
Para concluir este capítulo, es obvio que nuestro Señor de ninguna manera
creía en una fe infructuosa. Sus dichos hicieron el camino para el correcto
conocimiento de lo que significa creer o tener fe en Jesús. De ninguna manera es
sólo una confesión, sino como el apóstol Pablo enseñó (ver el siguiente capítulo),
una carrera qué correr y una lucha qué pelear. No hay duda, de que para Él,
permanecer en Él, no era algo opcional sino obligatorio y en caso de que algunos
no permanecieran en Él pues entonces no entrarían en el Reino.
Desafortunadamente muchos han decidido ignorarlo, creyendo que lo único que
importa es comenzar en la fe. Por supuesto que es importante empezar en la fe
(no puedes terminar algo que no has comenzado), pero yo diría que aún más
importante es comenzar y terminar en la fe, permaneciendo en la vid, en Cristo,
hasta el final y haciendo a un lado cualquier cosa que te quiera mover de ahí.
53
Capítulo 4 - “La fe que obra por el amor”
Gálatas 5:6
“porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe
que obra por el amor.”
Aquí lo tenemos todo en una sola frase: ¡Fe, amor, obras! Ninguna de estas
puede permanecer por sí sola. Las obras sin amor no tienen validez. Sin beneficio
alguno, las obras tampoco están motivadas por el amor. Como Pablo dice en 1
Corintios 13:1-3:
“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como
metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos
los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase
los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar
de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo
amor, de nada me sirve.”
54
Y luego continua explicando lo que el amor da y no da:
1 Corintios 13:4-8,13
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es
jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita,
no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo
sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser;
pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará... Y
ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos
es el amor.”
Ahora, como las obras sin amor como motivador son en vano, así también
el amor sin obras no es verdadero amor. Como Juan nos dice:
1 Juan 3:16-18
“En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también
nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene
bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su
corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra
ni de lengua, sino de hecho y en verdad.”
55
Por lo cual, vemos que la fe, las obras y el amor son cosas que no pueden
permanecer separadas una de la otra. La fe sin obras es muerta dice Santiago
(Santiago 2:17) y las obras sin amor son en vano nos dice Pablo. Además, el amor
sin obras no es verdadero amor dice Juan. Entonces, ¿qué es la verdadera fe? Es
una fe que lo tiene todo. Muy sencillo: “la fe obrando por el amor”.
56
Capítulo 5 – Las advertencias de las epístolas
Continuando con nuestro estudio, ahora pasaremos a las epístolas que Dios
da concernientes a aquellos que deciden darle la espalda a Dios. Como los
israelitas que no entraron en la tierra prometida, así también nosotros, que
hemos sido llamados a vida eterna, no escaparemos, no entraremos en el reino
prometido si en el camino decidimos apartarnos de Dios.
“Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado. Bien; por
su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te
ensoberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti
tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad
ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, PROVEYÓ si
permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.”
Con esto es evidente que puede suceder que un cristiano ya no este en la fe,
esto es, que la abandone implícita o explícitamente. Si no fuera así, no habría
razón para que Pablo nos dijera que nos examináramos a nosotros mismos si
estamos en la fe. Tal vez es por eso que lo encontramos a él y a Bernabé en
Hechos 14:21-22 haciendo lo siguiente:
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No tendría caso que los apóstoles exhortaran a los creyentes a continuar
en la fe, si no existiera la posibilidad de descontinuar en la fe. Por lo tanto, es
posible para el creyente descontinuar en la fe, descontinuar en la bondad de Dios.
¿Entonces qué pasaría en tal caso? Romanos 11:22 nos dio una respuesta en
términos muy claros: será cortado.
Jesús dijo exactamente lo mismo sobre aquellos que no permanezcan en Él:
Juan 15:1-2, 6
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no
lleva fruto, lo quitará [esto es, lo cortará]; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará,
para que lleve más fruto... El que en mí no permanece, será echado fuera como
pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.”
Colosenses 1:21-23
“Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra
mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne,
59
por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles
delante de él; si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin
moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en
toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.”
Sin duda Cristo nos ha reconciliado con Dios en Su cuerpo de carne a través
de Su muerte, para presentarnos santos y sin mancha. Pero esto no es
incondicional, porque de nuevo vemos un “si” ahí, una condición la cual se debe
de mantener para que esas maravillosas verdades se vuelvan una realidad
completa en nosotros en el día del Señor. ¿Cuál es esa condición? “si en verdad
permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del
evangelio”. De nuevo observa ese “permanecéis en la fe”. Vimos en Romanos 11
que si no continuamos en Su bondad seremos cortados. Lo mismo vemos aquí: si
no continuamos en la fe, esto es, si descontinuamos en la fe, entonces NO
seremos contados entre aquellos a los cuales Él presentará como “santos, sin
mancha y aprobados”
Como también la epístola a los Hebreos nos dice:
Hebreos 12:14
“Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.”
Solo la gente santa verá al Señor y tendrá vida eterna. Y ¡solo Cristo puede
presentarnos de ese modo! Pero ¿cuándo? ¡“si en verdad permanecéis fundados
y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio!”
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5.3. La carrera de la fe: el ejemplo de Pablo
1 Timoteo 6:11-12
“Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la
fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa
mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la
buena profesión delante de muchos testigos.”
1. La fe ES sin duda una batalla “Pelea la buena batalla de la fe” dijo Pablo.
2. Somos llamados a vida eterna, pero también tenemos que “echarle mano”. La
palabra griega traducida como “echar mano” aquí es la palabra “epilavou” y
significa “atrapar, tomar” (Diccionario Strong). Hemos sido llamados para vida
eterna pero eso no significa que la hemos “atrapado” ya. ¡Vamos corriendo tras
ella! Como dice en 1 Corintios 15:2 “sois salvos si”, esto es, estamos en el proceso
de ser salvados, corriendo hacia la vida eterna para atraparla.
Pero Pablo no solo dio instrucciones. Primero que nada aplicó esto a sí
mismo. Como él dice:
Filipenses 3:8-15
61
“Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo
tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia
justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de
Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación
de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna
manera llegase a la resurrección de entre los muertos. No que lo haya alcanzado
ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo
cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo
haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda
atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del
supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así que, todos los que somos
perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará
Dios.”
62
Como Pablo dijo en cuanto a sí mismo: “Hermanos, yo mismo no pretendo
haberlo ya alcanzado” La imagen que aquí vemos de Pablo no es la imagen de un
cristiano que ya ha alcanzado su meta y que ya se sentó a descansar. De lo
contrario, la imagen que vemos de Pablo es la de un atleta corriendo hacia la
meta: “no pretendo haberlo alcanzado ya”. Es la imagen de un buen guerrero que
no golpea al aire, sino que pelea poniendo sus ojos en la victoria, en el premio
esperándolo a Él.
Solo hasta el final de su vida Pablo dijo lo siguiente:
2 Timoteo 4:6-8
“Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano.
He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo
demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo,
en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. ”
63
atrevido a pensar eso ni siquiera de sí mismo sino hasta el final. Que todos
corramos la carrera de la fe como él lo hizo y vamos a imitarlo así como él mismo
nos pide hacer en 1 Corintios 11:1.
5.4. Hebreos 12:22-25 “si no escaparon aquellos que desecharon al que los
amonestaba”
“sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén
la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los
primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los
espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a
la sangre rociada que habla mejor que la de Abel. Mirad que no desechéis al que
habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba
en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los
cielos.”
La epístola a los Hebreos, así como cada una de las otras epístolas, está
dirigida a los creyentes. Por eso, cuando se usa la palabra “ustedes” solo se puede
referir a los creyentes. Y como quiera la siguiente frase solo puede aplicar a los
creyentes: “sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios
vivo”. Ningún incrédulo ha venido o irá a la ciudad del Dios vivo, a menos de que
por supuesto se haga creyente. El autor se refiere claramente a los creyentes.
64
Entonces, tomando el ejemplo de los israelitas y cómo perecieron, advierte a su
audiencia diciéndoles: “Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no
escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho
menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos” De nuevo
vemos dos cosas muy evidentes en esta advertencia:
i) un creyente, quien ha venido a la ciudad del Dios vivo, puede volverse, puede
desechar a Dios.
ii) Si lo hace, entonces la fe que alguna vez tuvo – pero que ya no tiene- no lo va a
salvar, hacerlo escapar.
65
“Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su
reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque también a
nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó
el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron. Pero los que
hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: Por tanto, juré en mi
ira, No entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la
fundación del mundo.... Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.
Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como
Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno
caiga en semejante ejemplo de desobediencia. Porque la palabra de Dios es viva
y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el
alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las
intenciones del corazón. ”
66
procurar entrar en el reposo de Dios. Aquí queda claro que entrar en el reposo de
Dios no es algo garantizado ni algo que sucede automáticamente, una vez y para
siempre, cuando uno cree por primera vez. Más bien es algo a lo que hay que
darle diligencia para poder entrar. Esto es lo que aquellos de la segunda y tercera
categoría de la parábola del sembrador no hicieron y como resultado la semilla de
la Palabra de Dios nunca dio fruto. Más bien, la imagen que obtenemos de
Hebreos embona perfectamente con la imagen del atleta del cual Pablo nos habla
previamente en 1 Corintios 9:24-27:
1 Corintios 9:24-27
“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno
solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que
lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible,
pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la
ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi
cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para
otros, yo mismo venga a ser eliminado.”
67
Hebreos 6:4-9
“Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don
celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la
buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez
renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de
Dios y exponiéndole a vituperio. Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas
veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es
labrada, recibe bendición de Dios; pero la que produce espinos y abrojos es
reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada. Pero en
cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que
pertenecen a la salvación, aunque hablamos así.”
68
iii. ¿Qué pasará con aquellos que se aparten? Su fin se parece al del fin del
mundo: que “produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser
maldecida, y su fin es el ser quemada”.
Ahora el pasaje pone en claro “que es imposible que los que una vez fueron
iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu
Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo
venidero y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento”. En otras
palabras, no hay camino de regreso para ellos. Y la razón viene en el mismo
pasaje:
69
lo que el texto sí dice claramente es que su acto sería igual a crucificar al Señor de
nuevo poniéndolo en vergüenza. En otras palabras, con su ejemplo no solamente
sería como si ellos mismos participaran en la crucifixión sino que también
demostraría que Él era digno de ser crucificado. Y eso no sucedería en ignorancia
sino personas que han conocido al Señor y su bondad3. En mi opinión, lo que
tenemos aquí no es “simplemente” el movimiento a un camino equivocado sino
una negación pública, rechazo abierto de Cristo por personas que fueron
“iluminadas y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu
Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo
venidero”. Para tal comportamiento no hay forma de arrepentimiento.
Tal vez, la renuncia pública de Cristo es algo cuyos motivos son difíciles de
entender para aquellos de nosotros que vivimos en lo “seguro” y sin persecución
particular de las sociedades occidentales. Pero no era así en el siglo I DC. El
cristianismo era en ese entonces una religión ilegal y se castigaba con la muerte,
tortura o confiscaciones. La renuncia pública de Cristo y el regreso a una religión
legal (como el paganismo o incluso el judaísmo) era presentado por los
perseguidores de los cristianos como una solución a su “problema”.
Especialmente para aquellos con historial judío como los creyentes hebreos,
quienes eran los receptores originales de la epístola, su regreso a la sinagoga
3
Aquellos que crucificaron al Señor clamando frente a Pilato “crucifícale, crucifícale”, lo hicieron en
ignorancia (Hechos 3:14-21). La puerta del arrepentimiento estaba abierta para ellos. Pero aquellos de
Hebreos 6 son otra cosa. Ellos si hubieran rechazado al Señor no lo hubieran hecho en ignorancia sino en
pleno conocimiento y después fueron “iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos
partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo
venidero.
70
implicaba poner a Cristo en vergüenza publica4. Tal vez por eso el autor pone un
esfuerzo especial para advertir a su audiencia en contra de algo así, poniendo
también muy en claro las consecuencias.
Cerrando esta fuerte advertencia encontramos las palabras alentadoras del
verso 9:
Y con las palabras de Juan Wesley: “Estamos seguros de que les esperan
cosas que atañen a la salvación. Estamos seguros de que ahora somos salvos de
nuestros pecados; y de que tenemos esa fe, amor y santidad, la cual lleva a la
salvación final. Y por eso hablamos así - para advertirles - no sea que caigamos de
nuestra propia constancia.”
4
Para más información sobre el historial de Hebreos ver: David Pawson, Unlocking the Bible, Happer
Collins Publishers 2003 pp 1115-1118 y Holger Hahn, El libro de Hebreos Lesson 1, que se encuentran en
linea aquí: http://www.crivoice.org/biblestudy/bbheb1.html
71
“Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel
es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a
las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por
costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el
conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una
horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los
adversarios. El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres
testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el
que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual
fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?... No perdáis, pues, vuestra
confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para
que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un
poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe; Y si
retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que
retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma. ”
i) ¿Se refiere este pasaje, en especial su fuerte advertencia, a los creyentes? Por
supuesto que sí: habla de personas que han sido santificadas con la sangre del
pacto y sin duda esas personas solo pueden ser cristianos. Como 1 Corintios 6:9-
11 dice, hablando a los cristianos
72
“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los
fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan
con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni
los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis
sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el
nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. ”
ii) Ahora, ¿es posible para alguien que ha sido santificado con la sangre del pacto -
la sangre de Cristo - volverse y hacer que esta preciosa sangre sea algo común,
pisoteando al Hijo de Dios e insultando al Espíritu Santo? ¿Es posible para alguien
que alguna vez creyó el “regresarse”? El pasaje lo deja muy claro, así como los
pasajes que hasta ahora hemos visto dicen que sin duda es posible.
iii) La siguiente pregunta es: ¿esperan salvación aquellos que aunque santificados
con la sangre del pacto la consideraron común insultando al espíritu de gracia? Es
obvio del texto que la respuesta es negativa.
73
Más adelante en este libro hablaremos de pecar y de cuando alguien esta
verdaderamente fuera de la fe. Pero, para el que ya quiera una corta respuesta,
tal vez la encuentre en “pecáramos voluntariamente después de haber recibido el
conocimiento de la verdad”. Pecar voluntariamente no significa pecar una vez,
teniendo un episodio de pecado en la vida que persigue el practicar la justicia,
más bien lo que significa es una vida de prácticas pecaminosas, una vida que
habitualmente y como estilo de vida peca a pesar del conocimiento de la verdad.
Esto voluntario y habitual, sin considerar cualquier cosa que sepamos que dice la
Palabra de Dios, es mortal y la persona respectiva debería arrepentirse
inmediatamente en vez de descansar en un sentido de seguridad falsa
concerniente a la salvación.
74
Uno de ellos es Barnes, un comentador muy conocido, a quien frecuentemente
uso. Dijo lo siguiente en sus comentarios sobre Hebreos 10:26:
75
5. Es verdad, y siempre será verdad, que si un cristiano sincero apostatara no
podría convertirse de nuevo; ver las notas sobre Hebreos 6:4-6. Las razones son
obvias. Habría tratado el único plan de salvación, y habría fallado. Habría
abrazado al Salvador, y ahí no habría sido lo suficientemente eficaz en Su sangre
para mantenerlo, y ya no habría más el poderoso Salvador ni Su eficaz sangre de
expiación. Habría renunciado al Espíritu Santo, y habría demostrado que esas
influencias no fueron efectivas para mantenerlo, y no había otro agente de mayor
poder para renovarlo y salvarlo después de haber apostatado, solo debe ver hacia
los terribles efectos del juicio y la condenación final.”
Por lo tanto, de acuerdo con Barnes, estos pasajes solo podrían referirse a
cristianos reales. Sin embargo, escoge justificarlo: ¿Cómo? De la siguiente manera:
“si se preguntaran entonces si creo que cualquier cristiano verdadero alguna vez
cayó o caerá de la gracia, y perdiera su religión completamente, respondería sin
vacilar, ¡no! Si se preguntara el porqué de una advertencia así, respondo:
demostraba el gran pecado de apostasía de Dios si ocurriera. Es propio establecer
la grandeza de este acto de pecado, aunque nunca ocurra, para demostrar cómo
sería considerado por Dios.” (énfasis agregado).
76
peligro real. ¿Acaso nuestro Dios haría algo así? No, de ninguna manera. Nuestro
Dios no juega con nosotros. Lo que Él dice, verdaderamente ¡lo dice en serio!
Por nuestra parte, podemos escoger una explicación rara para evitar
Hebreos 6 y 10 o simplemente escogemos creer lo que leemos no solamente en
Hebreos sino también en otros pasajes cubiertos en este estudio.
“Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios. Y
Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio
de lo que se iba a decir; pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos
nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la
esperanza.”
Y el pasaje continua:
Hebreos 3:7-14
“Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis
vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el
desierto, Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras
cuarenta años. A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije:
Siempre andan vagando en su corazón, Y no han conocido mis caminos. Por tanto,
77
juré en mi ira: No entrarán en mi reposo. Mirad, hermanos, que no haya en
ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;
antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para
que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Porque somos
hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin
nuestra confianza del principio,”
¿Es posible para un cristiano “apartarse del Dios vivo”? “Mirad, HERMANOS”
es como empieza este pasaje. Por lo tanto, sí hermano, es posible apartarse del
Dios vivo.
5.10. Mateo 24:13 “pero el que persevere hasta el fin será salvo”
78
En cuanto a lo mismo y volviendo por un momento al evangelio de Mateo,
el Señor Jesús dijo:
Mateo 24:9-13
“Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas
las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán
unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se
levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor
de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.”
Algunos podrán decir que el Señor habla aquí de los últimos días. Y tendrán
razón. ¿Pero acaso no son estos los últimos días? Y para no caer en una discusión
escatológica aquí, la cual no es de ninguna manera el tema en este estudio,
incluso si estos no fueran los últimos días, ¿sería hoy menos válido Su último
estatuto? Como dijo: “el que persevere hasta el fin será salvo”. Exactamente
vimos lo mismo previamente en Hebreos: “porque venimos a ser partícipes en
Cristo, si retenemos la confianza firme hasta el final” (Hebreos 3:14). La fe es una
carrera y para correrla necesitamos perseverancia. Aquellos que perseveren no
un poquito, no hasta la mitad, sino hasta el final, serán salvos. Los otros, que se
apartaron y que no perseveraron, no estarán ahí. Es por eso que el autor de
Hebreos nos motiva:
Hebreos 10:35-39
“No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es
necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis
79
la promesa. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará.
Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros
no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para
preservación del alma.”
Hebreos 12:1-2
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de
testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos
con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el
autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz,
menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”
Tenemos una carrera que correr y solo hay una manera de correrla: con
perseverancia y poniendo los ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe.
Y corriendo con perseverancia, teniendo nuestros ojos fijos en Jesús en lo que nos
80
ha prometido daremos el fruto que marca a los verdaderos discípulos de Cristo, el
fruto que dieron los de la cuarta categoría de la parábola del sembrador:
“Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto
retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.”
5.11. 1 Juan 2:24-25 - “Si lo que habéis oído desde el principio permanece en
vosotros”
“Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis
oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis
en el Hijo y en el Padre. Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna.”
81
porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad”. Entonces su
audiencia son los creyentes, gente que conoce la verdad. Ahora Juan les dice a
esos creyentes que si lo que oyeron desde el principio, la Palabra de Dios,
permanece en ellos, también permanecerán en el Hijo y en el Padre. De esto es
obvio que es posible que alguien que ha escuchando y conoce la verdad – así
como estos de aquí la conocían (verso 21) – deje de permanecer (quedarse) en la
verdad. Eso es lo que el “si” en el pasaje significa (“si lo que habéis oído desde el
principio permanece en vosotros”). Como Juan pone en claro, solo aquellos en
cuyo corazón continúa permaneciendo, viviendo, en el Hijo y en el Padre. En otras
palabras y leyéndolo de diferente manera: si la Palabra de Dios ha cesado de
permanecer en el corazón de alguien entonces él también ha cesado de estar en
el Hijo y en el Padre. Y ¿qué sucede en un caso como este? Juan lo aclara unos
versos más adelante, en el verso 28:
1 Juan 2:28
“Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos
confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.”
Observa este “para que”. Cuando vemos un “para que” sabemos que lo que
le sigue es completamente dependiente de lo que le procede. Hay solo una
manera de que no seamos avergonzados y alejados de Él en Su venida: esto es:
PERMANECIENDO EN ÉL. Y para permanecer en Él, leemos en 1 Juan 1:24-25,
tenemos que tener Su Palabra permaneciendo en nosotros. Solo así
permanecemos en Él. Para evitar confusiones, vamos a resumirlo:
82
No seremos avergonzados a Su venida, si permanecemos en Él (1 Juan 2:28)
Y permanecer en Él significa que Su Palabra permanece, vive en nosotros (1 Juan
2:25-25)
Por lo cual, permanecer en el Señor no es algo que hicimos una vez y luego
permanecemos en Él para siempre, independientemente de cómo vivamos,
independientemente si la Palabra de Dios vive verdaderamente en nosotros. Si así
fuera, no habría razón para que Juan hablara a los creyentes para motivarlos a
tener la Palabra permaneciendo en ellos y permanecieran en Cristo. De lo
contrario, permanecer en Él es una decisión la cual aunque la hayamos tomado
alguna vez también tiene que seguir siendo nuestra decisión hoy.
“como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; Y el
que creyere en él, no será avergonzado.”
83
Nota que en este pasaje se utiliza el tiempo presente (el que creyere),
declarando la fe habla de que es una realidad en el presente.
Desafortunadamente algunos lo pasan desapercibido y lo leen como si estuviera
hablando de algo que sucedió alguna vez en el pasado, esto es, de la siguiente
manera: “cualquiera que alguna vez haya creído en Él independientemente de lo
que la persona haya hecho después en cuanto a su fe no será avergonzado”. Pero
la verdad es distinta, de acuerdo como Juan dice no seremos avergonzados a Su
venida, no solo por comenzar en Él sino también por PERMANECER en Él (esto es,
estar en Él). La frase “el que creyere no será avergonzado” de Romanos 9:33 se
refiere entonces a personas que “creen” (ahora en el presente) y que serán
encontradas permaneciendo en Él a Su venida o cuando el final de su vida los
encuentre permaneciendo en Él. Esos no serán avergonzados. Sin embargo,
aquellos que a Su venida los no los encuentre permaneciendo en Él serán
avergonzados. De hecho, el Señor puso esto aún más en claro cuando dio la
parábola de la vid:
Juan 15:5-6
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste
lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no
permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los
echan en el fuego, y arden.”
De nuevo, algunos que han sido enseñados que la gracia de Dios significa
que es suficiente para la salvación que alguien solo comience en la fe puede que
se sientan incómodos con lo anterior. Como queda claro con el pasaje previo, no
84
es suficiente que alguien solo empiece en la fe sino que también necesita
terminar lo que empezó. Necesita permanecer en el Señor y Su Palabra. Además,
si la persona no permanece, “será echado fuera como pámpano, y se secará; y los
recogen, y los echan en el fuego, y arden”. Algunos han de pensar qué
incompasivo, descortés y sin amor el hablar de tales posibilidades.
Desafortunadamente en nuestra época, muchas veces consideramos amoroso el
esconder la verdad para que no hagamos sentir incómodos a algunos. Pero
esconder la verdad es una mentira y de ninguna manera constituye el amor. No
sucumbamos en lo que no es nada más que el espíritu de esta época. Si la Palabra
de Dios, si el Dios quien nunca miente y quien Él mismo es amor, nos dice tales
cosas, entonces lo mejor, creo, que necesitamos hacer, es tomarlo en
consideración.
“Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino
que recibáis galardón completo. Cualquiera que se extravía, y no persevera en la
doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése
sí tiene al Padre y al Hijo.”
Una vez más Juan usa el “persevera” como medida. Perseverar significa
quedarse, permanecer. Para permanecer en algo después de haberlo comenzado
85
necesitas tomar la decisión de continuar, de seguir en eso. Para tener al Padre y al
Hijo y que moren en ti tienes que permanecer en las enseñanzas de Cristo, esto es,
permanecer en Su Palabra. Así como el Señor mismo dijo:
Juan 14:23-24
“Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le
amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda
mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.”
“El que”, dice y hay una “y” (de hecho hay 3). El que ame a Cristo entonces
guardará Su Palabra, permanecerá en Su enseñanza. Y, como resultado, el Padre
lo amará y Él con Su Hijo morarán en nosotros. Pero si no guardamos Su Palabra,
los que no permanezcamos en las enseñanzas de Cristo, quiere decir que no lo
amamos y a su vez significa que no tenemos al Padre ni al Hijo. A muchos puede
que no les agraden estas palabras, pero esta es la clara Palabra de Dios.
5.13. 2 Pedro 1:5-11 “poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra
fe”
2 Pedro 1:5-7
“vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe
virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio
propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto
fraternal, amor.”
86
¿Hay algo qué añadir a nuestra fe? De acuerdo con Pedro, sí. ¿Qué es lo
que hay que añadir? Virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad,
afecto fraternal, amor. Observa que Pedro no dice: “si quieres, aquí hay una lista
de algo bueno que podrías tener”. Más bien, lo que dice lo enfatiza de la siguiente
manera: “poniendo toda diligencia”. Entonces, estar en la fe involucra diligencia
(esfuerzo), esfuerzo para agregar a nuestra fe esas cosas de las que el apóstol
Pedro habla. Y ¿quién tiene que esforzarse? Muy simple: nosotros. Sí, con la
ayuda del Señor, pero esa ayuda no es coacción, sino un trabajar junto con
nosotros.
Gálatas 5 22:26
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de
Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el
Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos,
irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.”
Y Romanos 12:1-2
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto
racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
87
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
Lo que ambos apóstoles nos dicen es: “camina conforme al nuevo hombre,
no como el viejo, renueva tu forma de pensar; añade a tu fe”.
2 Pedro 1:10
“Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y
elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.”
88
¿Porqué deberíamos procurar hacer firmes nuestra vocación y elección si
en el pasado, una vez y para siempre, ya estarían aseguradas en el momento que
creímos? Porque en aquel momento comenzamos en la fe, pero esa fe también
tiene que echar raíces; tiene que ser complementada, tiene que volverse
fructífera. Y Pedro continúa:
2 Pedro 1:11
“Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino
eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.”
“Porque” significa “de este modo” “por lo tanto” “con ello” nos será
otorgada amplia y generosa entrada en el reino de nuestro Señor y Salvador. Pero
¿porqué? Debido a lo que leímos en los versos anteriores: por esforzarnos en
complementar nuestra fe con lo que nos dijo Pedro, lo cual a su vez significa que
no nos volvimos inefectivos e infructuosos sino que estuvimos firmes en nuestra
vocación y elección. Por esta razón, nos será otorgada amplia y generosa entrada
en el Reino de Dios.
89
que solo los que están listos serán bienvenidos. Esto no significa que solo los que
no hayan fallado o pecado entrarán en el reino. No hay nadie así, excepto el Señor
mismo. Lo que significa es que estamos alerta de cuidar nuestra fe. Una cosa es
tratar de vivir nuestra fe y caer aquí o allá y otra cosa es si alguien practica el
pecado como un hábito y estilo de vida ignorando su fe, cualquiera que sea. Ni las
cinco vírgenes insensatas, ni el siervo infiel, ni el que abandone la vid encontrará
para sí la puerta del Reino de Dios abierta. Dejemos que estos ejemplos nos sean
útiles para poderlos evitar.
Por lo cual, cuidemos nuestra fe y a pesar de nuestros errores y fallas
complementarla con “virtud y la virtud con conocimiento el conocimiento con
dominio propio y el dominio propio con firmeza y la firmeza con pureza y la
pureza con afecto fraternal y el afecto fraternal con amor...” Porque de esta
manera será para nosotros ricamente proveída la entrada al eterno Reino de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Filipenses 2:12-16
“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi
presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra
salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el
querer como el hacer, por su buena voluntad. Haced todo sin murmuraciones y
contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en
90
medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis
como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida, para que en el día de
Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he
trabajado.”
91
5.15. 1 Timoteo 6:10-16: el amor al dinero
1 Timoteo 6:10
“porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos,
se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.”
5
En cualquier caso, el engaño de las riquezas se menciona explícitamente en la parábola del sembrador
como espino y causa de infructuosidad.
92
provee las bendiciones materiales para cubrir nuestras necesidades, pero el
querer volverse rico, queriendo ser “bendecido” con las riquezas no es algo que
deberíamos hacer. Más bien deberíamos hacer lo siguiente:
Hebreos 13:5-6
“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora;
porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir
confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el
hombre.”
93
bendiciones donde por un lado uno pone su dinero y su “creencia” (por “creencia”
normalmente se refiere a confesiones positivas a través de las cuales la persona
que las hace intenta persuadirse así mismo que lo que está pidiendo va a suceder)
y por el otro lado, a cambio Dios derrama Sus bendiciones con salud y
prosperidad siendo estás las primeras en ser solicitadas. Sin embargo, como
queda claro en las Escrituras y por tradición, ninguno de los apóstoles ni por
supuesto tampoco Cristo eran ricos. De hecho, de acuerdo a la tradición TODOS
los apóstoles, excepto Juan, fueron asesinados por su fe. A pesar de este hecho
las iglesias de los predicadores del evangelio de la prosperidad están llenas con
miles de personas. Y aunque no tengo un número para apoyar esto, estoy seguro
de que van a pasar por una prueba muy grande cuando se den cuenta, y yo creo
que se van a dar cuenta, que Dios a pesar de Su misericordia, paciencia y gracia
no funciona como una máquina de bendiciones. No puedes poner a Dios en una
caja como básicamente lo presentan los – predicadores - del evangelio de la
prosperidad. Quisiera que esto fuera una historia de ciencia ficción pero
desafortunadamente no lo es. Sucede ahora y le sucede a muchos. Yo los
entiendo a todos ellos, porque yo era uno de ellos, alejado por las promesas de
gente que decían que mi vida sería básicamente libre de problemas y
exactamente así como yo la quería. Pero en algún punto de mi vida me di cuenta
de lo mucho que había sido engañado. Me di cuenta de que me tenía que
someter a Dios en vez de que Dios se sometiera a mi. Me di cuenta que en Hechos
12, antes del ampliamente conocido y predicado registro de Pedro siendo
milagrosamente liberado de la prisión, tienes el registro del apóstol Santiago,
hermano de Juan, muerto por espada. Un apóstol fue liberado mientras que el
otro no. Al final, incluso el que había sido liberado (Pedro) murió, después de
94
algunos años, con muerte de mártir, así como Santiago algunos años antes.
Algunos olvidan este dato. La idea que algunos tienen en la mente es que Dios los
va a liberar de cualquier pequeña dificultad para que puedan vivir en “bendición”
y felices (ricos, prósperos, etc.) por siempre hasta que sean viejos. El sufrir por
Cristo ni siquiera les ha cruzado la mente, porque en su opinión Dios está ahí para
librarlos de TODO sufrimiento. Y así la Biblia dice (y esto es solamente un
ejemplo):
Romanos 8:16-17
“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y
si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que
padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.”
2 Timoteo 2:3
“Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.”
2 Timoteo 3:12
“ Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán
persecución”
Hechos 14:21-22
“Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos
discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, confirmando los ánimos de
los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es
necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.”
95
Muchos piensan que el sufrimiento no es algo relevante para ellos, porque
Cristo ya sufrió por ellos. Declararán con osadía la primera parte de Romanos
8:16-17 esto es, “somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de
Dios y coherederos con Cristo”. Pero el pasaje no termina ahí, continua con un
“si”, una condición para lo anterior, si es que padecemos juntamente con él, para
que juntamente con él seamos glorificados. Sufrir por causa de Cristo es un honor.
Lo que le pasó a Santiago y a todos los apóstoles (martirio) fue un honor, no solo
un acontecimiento. Los apóstoles mismos veían el sufrimiento por causa de Cristo
como algo porqué regocijarse:
Hechos 5:40-41
“Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les
intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad. Y
ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por
dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.”
A la luz de todo esto, me gustaría que nos hiciéramos una pregunta. Tácito
era un historiador romano y testigo ocular de la primer persecución estatal
iniciada por Nerón (64-67 DC). Escribió sobre los eventos respectivos:
“En sus meras muertes ellos (se refería a los cristianos) fueron hechos sujetos de
deporte, porque eran cubiertos con pieles de bestias salvajes y acosados a morir
por perros, o crucificados, o quemados y cuando anochecía esos fuegos eran
96
usados para alumbrar por la noche. Nerón ofrecía sus jardines para ese
espectáculo” (Crónicas, Libro XV, pagina 44).
Nerón quemaba cristianos y esos fuegos servían para iluminar por las
noches los jardines de Nerón. ¿Podemos visualizar esto? Ahora, mi pregunta es la
siguiente: ¿Qué haríamos si un soldado viniera a nuestra casa a llevarnos lejos de
nuestra familia y nuestras “bendiciones” para quemarnos, a menos que
negáramos al Señor? ¿Irías? O ¿negaríamos al Señor y la fe para salvar nuestras
bendiciones, porque tal vez pensamos que ese Señor, dado que es todo amor,
escogería cerrar los ojos? ¿Qué haríamos si Dios no nos concede nuestro más
precioso deseo (esposa, hijos, trabajo, salud, etc.)? No estoy diciendo que no lo
haga, hablo hipotéticamente. ¿Aún así lo seguiríamos sin condiciones? Que cada
uno de nosotros responda por sí mismo.
Discúlpame por continuar en este paréntesis, pero tal vez es aquí una
buena oportunidad de dar más información en cuanto a los falsos maestros.
Pedro habló de ellos en 2 Pedro 2:
2 Pedro 2:1-3
“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros
falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun
negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción
repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino
97
de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con
palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y
su perdición no se duerme.”
Mateo 7:13-14
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino
que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es
la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”
Más adelante como Pedro dice: “por causa de los cuales el camino de la
verdad será blasfemado”. Solo hay un camino de la verdad y ese es el “camino
difícil que lleva a vida”. Es el camino de la puerta angosta. Este camino, el
cristianismo genuino y verdadero, será blasfemado. Incluso tal vez será llamado
“religión”, “legalismo”, etc. como opuesto a la “libertad” y la “gracia” (pero barata,
gracia falsificada y no la gracia de la Palabra) que esos falsos maestros prometen.
98
También el mundo, viendo a estos impostores y pensando que son lo que
pretenden ser (“cristianos”) llegarán a conclusiones equivocadas respecto a todo
el cristianismo, de nuevo causando que el camino de la verdad sea blasfemado.
Y Pedro continua:
2 Pedro 2:18-19
“Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la
carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en
error. Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque
el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció.”
“Libertad” es la promesa más grande que venden pero sus promesas son
mentira porque ellos mismos son esclavos de corrupción. Y ¿porqué lo hacen?
¿cuál es su motivo? De nuevo Pedro nos da la respuesta:
2 Pedro 2:3
“ y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas.”
99
que es codicioso y en su avaricia mercadea con el pueblo de Dios. No se a ti, pero
a mí esto me habla muchísimo. ¿Ves “predicadores” amasando grandes
propiedades (incluyendo pero no restringido a casas lujosas, jets, carros de lujo,
grandes salarios, etc. todo solo “predicando”? Yo diría: ¡huye! No necesitas
escuchar nada más. Ese es el fruto de un falso maestro avaro que ha mercadeado
con el pueblo de Dios, exhortando a “ofrendas” por parte del pueblo de Dios 6
vendiéndoles libros falsos (muchos de ellos escritos por escritores fantasma),
conferencias y “consejos” caros. “Por sus frutos los conoceréis” dijo el Señor y la
codicia es definitivamente fruto de un falso maestro que uno puede ignorar al
notar el peligro.
100
verdadera Palabra de Dios, esta vez a través de la “humildad” y “colándose” en
esas cosas que ellos mismo no han visto, vanamente ufanados por su
entendimiento carnal (Colosenses 2:18).
Santiago 3:1-2a
“Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que
recibiremos mayor condenación. Porque todos ofendemos muchas veces.”
101
antes. Le doy gracias a Dios por no esperar a que seamos perfectos para poder
usarnos. Si así lo hiciera, me temo que seguiría esperando. Un falso maestro no es
alguien que a pesar de su sinceridad y respeto por la Palabra de Dios cometa un
error al enseñar. El error de un falso maestro no es “solo un error”. Es algo mucho
más grande. Sin duda hay una gran diferencia entre “cometer solo un error” y
pervertir la gracia de Dios en una licencia para la inmoralidad” (Judas 4) o “hablen
cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos” (Hechos 20:30) o “por
avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas.” (2 Pedro 2:3). Aquel,
el que solo “cometa un error” no es un falso maestro, sino un discípulo que
necesita corregir su mensaje (ejemplo: Apolo en Hechos 18: él no tenía un
mensaje 100% correcto, pero lo corrigió). El otro es sin duda un falso maestro, un
lobo vestido de oveja, un explotador del pueblo de Dios que los desvía y hace que
lo sigan a él. Y aunque es fácil imaginar a esos explotadores como completos
ajenos a la fe, no siempre es así. Algunos de ellos son personas que aunque
habían empezado en el Señor apostataron de Él después. 2 Pedro 2 dedica una
buena parte a ellos. He dejado los pasajes relacionados, así como otros similares a
los de Judas para el final de este capítulo. Por lo pronto vayamos a Gálatas.
102
tipos de falsos maestros: el que desvía a la gente a través del legalismo, esto es,
imponiendo la ley de Moisés (Sabbat, la circuncisión, diezmo, ceremonias etc.) y
cosas que Dios nunca estipuló para los creyentes. Los gálatas fueron víctimas de
este segundo tipo de falsos maestros. Pablo trató con el asunto poniendo en claro
lo que tal partida del evangelio significaría:
Gálatas 5:2-4
“He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. Y
otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar
toda la ley. De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia
habéis caído.”
No puedes ser desligado de algo si nunca has sido uno con el. Estas
personas eran verdaderos creyentes, uno con Cristo. Sin embargo, eso cambiaría
si buscaran justificación a través de la ley. En tal caso, serían desligados de Cristo y
caerían de la gracia. Por lo cual, es absolutamente posible ser desligado de Cristo
y caer de la gracia, esto es, estar hoy con Él y ya no estarlo en el futuro,
desligarnos de Él, como en el caso de los gálatas, siguiendo una doctrina
pervertida. Nota también que caerían de la gracia. No se trata de que la gracia los
expulsara sino más bien que ellos mismos se apartarían de ella. De esta manera,
la gracia nos sostiene mientras nosotros queramos ser sostenidos por ella. Pero sí
alguien así lo quiere también puede caer de ella.
Además, como Pablo testifica de ellos solo unos cuantos versos más
adelante:
103
Gálatas 5:7
“Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?”
Fíjate que Pablo esta usando tiempo pasado: corrían bien, pero ya no.
Alguien les impidió, obviamente al enseñarles que obedecieran la ley y que se
circuncidaran. Como resultado, ya no corrían bien y estaban en el camino a ser
desviados. Por lo cual, es posible correr bien pero luego cambiar el curso y ser
desviados, esto es, salir del camino correcto fuera de la carrera de la fe.
Ahora, la pregunta que hay que hacer aquí es: si alguien es desligado de
Cristo y de este modo cae de la gracia, ¿será éste aún siendo salvo? Me parece
que la respuesta está clara en Efesios 2:8 y Juan 15. De acuerdo con Efesios la
salvación es por gracia a través de la fe. Si esos gálatas cayeran de la gracia ya no
cabrían en el caso de Efesios 2:8. Además, de acuerdo con Juan 15:6:
“El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los
recogen, y los echan en el fuego, y arden.”
104
cuando alguien reemplaza la obra de Cristo con la ley y trata de adquirir
justificación a través de ella.
Esto es verdad. No hay salvación más que por fe y no hay verdadera fe sin
el fruto correspondiente, las obras que deberían acompañarle. La “fe” sin obras
no puede salvar, no porque se suponga que el fruto nos salva y eso es lo que está
faltando. De lo contrario, no puede salvarnos porque fe sin frutos no es una fe
verdadera, es una fe muerta como dice Santiago (Santiago 2:26) y tal fe no salva.
El mensaje de este libro no es de ninguna manera la salvación a través de las
obras. No hay tal salvación. Lo que hay es salvación a través de la fe, una fe que
debe ser mantenida hasta el final y la cual debe ser - y será si permanecemos
unidos con Cristo - fructífera. De hecho, resumiría el mensaje de este libro en el
pasaje de Gálatas 5:6 que vimos antes:
7
Lutero: Una introducción a la carta de San Pablo a los Romanos.
105
“porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe
que obra por el amor.”
Fe, amor, obras (acción). Los tres juntos y no creo que ninguno de los tres
pueda permanecer sin los otros dos.
2 Timoteo 2:11-13
“Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; Si
sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará. Si
fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo.”
Para evitar esas claras palabras muchos se van al verso 13 y dicen: “pero ve
el verso 13: “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí
106
mismo.” Entonces tratan de usar estas palabras para apoyar que si lo negamos no
es para nada algo serio porque Él es fiel y en realidad Él no nos va a negar. Pero
esa interpretación está obviamente equivocada, porque el verso anterior que
leímos claramente dice: “si le negamos él también nos negará”. Lo que el verso 13
de hecho nos dice es que Él es siempre fiel, pero eso no significa que nos acepta
después de haberle negado, porque un verso antes Pablo resuelve esta pregunta.
Es una comparación entre nosotros, si somos infieles, y Él, quien siempre es fiel.
¡Cristo nunca será infiel! Es posible que escojamos ser infieles pero Él nunca es así,
Él es siempre fiel.
107
hablando de alguien que se extravía de la verdad, se extravía de la luz y ahora
anda en la oscuridad. Por lo cual, ¿es posible que alguno de entre nosotros se
extravíe de la verdad? Desafortunadamente, sí lo es.
Ahora, Santiago dice que si un hermano hace que vuelva otro que se había
extraviado de la verdad “salvará su alma de la muerte”. El pasaje que habla sobre
la muerte del alma aclara si dicha persona no vuelve al final no tendrá la vida
eterna sino totalmente lo contrario. Y esto a pesar de haber estado en el camino
correcto. La misma verdad también la encontramos en otros lugares de las
epístolas. A continuación veremos algunas:
Romanos 8:13
“porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir
las obras de la carne, viviréis.”
Gálatas 6:7-8
“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre
sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne
segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida
eterna.”
Hebreos 10:26-27
“Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el
conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una
108
horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los
adversarios.”
1 Timoteo 4:1-3
109
“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos
apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de
demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la
conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios
creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que
han conocido la verdad.”
110
Los falsos maestros siempre extraviarán a la gente y nosotros tenemos que
tener cuidado. No obstante, es imposible tener cuidado si por nosotros mismos
no sabemos lo que la Palabra de Dios dice. ¿Leemos la Biblia por nosotros mismos,
sin los “lentes” de las doctrinas que apreciamos, o básicamente basamos nuestra
fe en lo que otros dicen de la Palabra de Dios? Hay muchas doctrinas apreciadas
que la gente tiene y es triste decir que no leen la Biblia por sí solos porque les
dijeron que sin alguien que les enseñe no entenderán. Solo “ven” esas “verdades”,
si se ponen los particulares “lentes” de la interpretación de la Escritura que
alguien les ha dado. Pero la Escritura se interpreta a sí misma y no necesita tales
“lentes”.
Concluyendo esta sección: quiero exhortarnos: tomemos nuestra Biblia y
leamosla enfocándonos en lo que el texto dice sin filtrarlo a través de teorías y
doctrinas teológicas que hayamos escuchado. Dios dice lo que dice y quiere decir
a lo que se refiere. Si una doctrina particular está en la Biblia, la ves claramente
cuando la leas. Pero si una doctrina solo puede verse a través de los “lentes” de la
interpretación de las Escrituras, yo tendría mucho cuidado en considerar esa
doctrina como bíblica.
111
1 Timoteo 5:3-4
“Honra a las viudas que en verdad lo son. Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos,
aprendan éstos primero a ser piadosos para con su propia familia, y a
recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios.”
Dios tiene cuidado de las viudas y Él ordena que los hijos y los nietos cuiden
de sus necesidades. Esta es la voluntad de Dios declarada. Ahora, supongamos
que un creyente con viudas en su familia, se niega a esto. Pablo habla sobre este
caso en términos muy claros en 1 Timoteo 5:8:
“porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha
negado la fe, y es peor que un incrédulo.”
No creo que hoy en día alguien hable así. La gente de hoy tiene miedo de
hablar la verdad por no ofender a nadie. Pero Pablo no tenía esos problemas y
estoy seguro que amaba a la gente probablemente más que todos nosotros. De
hecho creo que él no tenía tales preocupaciones precisamente porque los amaba.
Pablo y los otros apóstoles, y primero y antes que nada el Señor mismo, nunca
consideraron a alguien fiel solo porque éste decía que lo era. Cuando Pablo les
dijo a los corintios que se examinaran a sí mismos si estaban en la fe, no se refería
a gente que verbalmente había negado al Señor. Ellos definitivamente NO
estaban en la fe. Más bien, se estaba refiriendo a los creyentes, personas que
pensaban que estaban en la fe y aun así negaban practicarla, negándose por
ejemplo a los miembros de su casa, incluyendo a la abuela o a la madre viuda. Los
112
tales no estaban en la fe y aunque verbalmente no la habían negado,
prácticamente así lo hicieron con sus actos. Por eso, negar la fe no significa que
me pongo de pie y hago una confesión de fe con mi boca (aunque eso puede
pasar también). Lo que más frecuentemente significa es que me niego a
practicarla, a hacerla – consistente y habitualmente – lo que acompaña a la fe es
vivirla. Pablo, usando el caso de un llamado creyente que se negó a cuidar de su
casa, dijo que había negado la fe y que era peor que un incrédulo.
En Juan 8:3-11 tenemos un registro indicador del gran amor del Señor, Su
compasión y perdón para con los pecadores. Vamos a verlo:
Juan 8:3-11
“Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en
adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido
sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés
apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para
poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.
Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté
sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo
hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su
conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los
postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose
Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te
113
acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo:
Ni yo te condeno; vete, y no peques más.”
Observa el gran amor del Señor. De ninguna manera quiere la muerte del
impío sino que el impío se vuelva y viva. Como leemos en Ezequiel 33:11:
Ezequiel 33:11
“diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que
se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos
caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?”
Esta era y esta es la voluntad de Dios para los impíos: quiere que se
arrepientan y vuelvan. De ninguna manera quiere su condenación, su muerte. Eso
no significa que pecar le sea indiferente. Sino que le dice al pecador: no te
condeno. El pasado es pasado. VE Y NO PEQUES MAS”. Por favor nota aquí que no
solo dice “ni yo te condeno”, sino también “ve y de ahora en adelante no peques
más”. Por lo cual, se espera algo del pecador: ir y no pecar mas. Que seamos
agradecidos por Su perdón y en vez de darlo por hecho, que lo tomemos como
verdaderamente es: un nuevo comienzo y que nos esforcemos por ir y de ahora
en adelante no pecar más.
114
En Lucas 8:20-21 leemos cómo y a quienes Jesús definió como sus
hermanos:
Lucas 8:20-21
“Y se le avisó, diciendo: Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte. Él
entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen la
palabra de Dios, y la hacen.”
Aquellos que oyen y hacen la Palabra son los hermanos de Jesús. Como
repetidamente hemos visto hasta ahora, para Jesús lo que importa es el hacer la
Palabra. El escuchar la Palabra debe ser seguido por el hacer (practicar) lo que
hemos escuchado.
5.23. 1 Corintios 5:5 “para que su espíritu se salve en el día del Señor”
1 Corintios 5:1-5
“De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun
se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. Y
vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para
que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción?
Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como
presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. En el nombre de nuestro Señor
115
Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor
Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de
que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.”
1 Corintios 5:4-5
“En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el
poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para
destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor
Jesús.”
La razón por la cual este hombre debió de ser entregado a satanás era para
que se arrepintiera, a través de “la destrucción de la carne” que esto traía “a fin
de que su espíritu fuera salvo en el día del Señor”. Por decirlo de otro modo: si la
carne, el viejo hombre, de esta persona fue golpeado y se arrepintió, entonces su
espíritu, él mismo, fue salvo en el día del Señor”. Es obvio que si esa “destrucción
116
de la carne” no hubiera sucedido y esa persona no se hubiera arrepentido,
entonces su espíritu no se salvaría en el día del Señor. Pablo, para evitar ese caso
y llevarlo a arrepentimiento, dice que lo entreguen a satanás para destrucción de
la carne , para que el viejo hombre fuera golpeado. Pero, ¿a caso aquellos que
practicaban esas y similares cosas finalmente se arrepintieron? En 2 Corintios
Pablo continua con el asunto de la inmoralidad sexual en la iglesia de Corinto y
eso es lo que dice:
2 Corintios 12:21
“que cuando vuelva, me humille Dios entre vosotros, y quizá tenga que llorar por
muchos de los que antes han pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y
fornicación y lascivia que han cometido.”
Como vemos, no solo fue uno sino muchos los que estaban viviendo en
impureza, fornicación y lascivia . Como también podemos ver, muchos de ellos
NO se arrepintieron y nos sabemos si alguna vez lo llegaron a hacer.
117
Mateo 7:21-23 el Rey no les dará la bienvenida sino que echará fuera a los
hacedores de maldad.
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el
que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en
aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos
fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les
declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”
5.24. 2 Pedro 2: “ hubiera sido mejor para ellos que nunca hubieran conocido el
camino de justicia”
Dejé para el último dos de los pasajes “mas pesados” en este capítulo, los
cuales son incidentemente similares: 2 Pedro y Judas. Vamos a empezar con 2 de
Pedro. Esta epístola tiene tres capítulos. El más grande de los tres está dedicado a
la descripción de algunas personas muy peligrosas relacionadas con el tema que
estamos tratando aquí. Ya vimos partes de este capítulo en una sección previa.
Pero ahora vamos a la parte amplia:
2 Pedro 2:1-19
118
“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros
falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun
negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción
repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino
de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con
palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y
su perdición no se duerme. Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron,
sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser
reservados al juicio; y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé,
pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el
mundo de los impíos; y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de
Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de
vivir impíamente, y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los
malvados (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma
justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos), sabe el Señor librar de
tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del
juicio; y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia
e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y contumaces, no temen decir
mal de las potestades superiores, mientras que los ángeles, que son mayores en
fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del
Señor. Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales
irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición,
recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de
deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen
con vosotros, se recrean en sus errores. Tienen los ojos llenos de adulterio, no se
119
sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a
la codicia, y son hijos de maldición. Han dejado el camino recto, y se han
extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de
la maldad, y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga,
hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta. Estos son fuentes sin
agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la más densa oscuridad
está reservada para siempre. Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen
con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían
huido de los que viven en error. Les prometen libertad, y son ellos mismos
esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del
que lo venció.”
2 Pedro 2:20-22
“Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo,
por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en
120
ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. Porque
mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de
haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero
les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la
puerca lavada a revolcarse en el cieno.”
El que esas personas alguna vez fueron creyentes es obvio por los
siguientes hechos:
121
Epignosis es el sustantivo del verbo “epiginosko”. Y sobre este verbo Vine dice:
Efesios 4:11-14
“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas;
a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del
ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la
unidad de la fe y del conocimiento [epignosis] del Hijo de Dios, a un varón
122
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no
seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por
estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del
error,”
Efesios 1:17
“para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de
sabiduría y de revelación en el conocimiento [epignosis] de él,”
Colosenses 1:9-12
“Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por
vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento [epiginosko] de su
voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es
digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y
creciendo en el conocimiento [epignosis] de Dios; fortalecidos con todo poder,
conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo
dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los
santos en luz;”
Colosenses 2:1-2
“Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que
están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro; para que sean
consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de
pleno entendimiento, a fin de conocer [epignosis] el misterio de Dios el Padre, y
de Cristo,”
123
Colosenses 3:9-10
“No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus
hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va
renovando hasta el conocimiento [epignosis] pleno,”
2 Timoteo 2:24-25
“Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos,
apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen,
por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer [epignosis] la
verdad,”
124
ii) Que estas personas de 2 Pedro fueron creyentes alguna vez es obvio mediante
el hecho de que “el santo mandamiento que les fue dado”. ¿Podría un santo
mandamiento ser dado a los incrédulos? No lo creo. Hablando de mandamientos,
se me viene a la mente lo que Pablo le dice a Timoteo:
1 Timoteo 6:12-14
“Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo
fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.
Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio
testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el
mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor
Jesucristo,”
125
Además, esas personas también conocieron el camino de justicia. De nuevo,
la palabra “conocer” es una traducción de la Palabra griega “epigninosko” esto es,
no es simple conocimiento al que se refiere sino más bien al buen y profundo
conocimiento del camino de justicia. ¿Podría sucederle esto a los incrédulos? No
lo creo. Lo que creo son los claros hechos de lo que dice aquí que estas personas
originalmente pertenecían a la familia de los creyentes pero luego apostataron de
la fe. Apostatar significa pertenecer a algo y luego traicionarlo, regresándose,
alejándose de el. Tales apóstatas fueron también aquellos de 2 Pedro 2.
¿Cuál será el final de estas personas? La respuesta está en las siguientes
partes de 2 Pedro 2:
“Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que
después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue
dado.”
y
“trayéndoles destrucción repentina”
5.25. Judas “los que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios” una
advertencia muy relevante
Judas es una epístola muy corta, solo tiene 25 versos. Pero es poderosa y
con urgencia evidente. El verso 3 comienza inmediatamente en el sujeto:
Judas 3
126
“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común
salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis
ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.”
La “fe que ha sido una vez dada a los santos” estaba en peligro y los
creyentes tenían que luchar, contender, por ella. ¿Qué estaba mal? ¿qué estaba
pasando? El siguiente verso nos lo dice:
Judas 4
“Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes
habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten
en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a
nuestro Señor Jesucristo.”
127
2 Corintios 11:13-15
“Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como
apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como
ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como
ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.”
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas,
pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se
recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da
buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar
malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto,
es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.”
128
Además, como Judas 12 dice: “son manchas en vuestros ágapes, que
comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos”. En otras
palabras, esas personas comían junto con los creyentes.
Yo creo que estos hechos nos dicen que esos falsos maestros se
presentaban a sí mismos como cristianos. De hecho, Judas es muy similar a 2
Pedro 2, el cual también habla de los falsos maestros, quienes antes de haberse
vuelto y convertido en falsos maestros, eran sin duda alguna parte de la familia de
los creyentes. No sé si ambos hablan de la misma situación pero la única manera
que veo aquí por la cual no fueron notados, a pesar de la corrupción que estaban
extendiendo, eran mediante el hacerse pasar como cristianos.
Volviendo a lo que hacían, estaban convirtiendo la gracia de Dios en lascivia
y negando a nuestro Señor y Maestro Jesucristo. Vamos a cada una de ellas:
129
“Convirtiendo la gracia de Dios en lascivia”
Concerniente a la palabra lascivia, esta es una traducción de la palabra
griega “aselgeia”. Esta palabra se usa 10 veces en el Nuevo Testamento y se
muestra en la lista relatada de las obras de la carne (ver Marcos 7:21-22,
Romanos 13:13, Gálatas 5:19-21). De acuerdo al diccionario de Vine denota:
130
Pero, ¿puede ser de verdad? ¿Pueden tales personas entrar
encubiertamente en las iglesias, tener compañerismo con los creyentes,
prácticamente negar el Señorío de Jesucristo, convirtiendo la gracia de Dios en
licencia para la inmoralidad y aun así no ser notados? Desafortunadamente puede
suceder. De hecho creo que sucede hoy en día. Hay muchos que hoy enseñan un
mensaje de gracia barata. Una gracia de acuerdo a la cual Jesús es más nuestro
siervo que nuestro Señor. Una gracia de acuerdo a la cual uno es salvo una vez y
para siempre desde el minuto en que creyó e independientemente de lo que haga
después de aquel minuto no es tan relevante si va o no a permanecer en la fe, si
va o no a permanecer en la vid, en Cristo. Lo relevante es ese momento de fe. El
principio más que el final. ¿Quieres vivir de acuerdo al mundo? Sería bueno no
hacerlo, puede que te digan, pero si no lo haces, ¡no es problema! La gracia es
gracia. Para resumirlo en una frase: puedes, de acuerdo a ellos, ser la siguiente
contradicción: un cristiano pero no un discípulo de Cristo. Pero como Hechos
11:26 nos dice:
“Fue en Antioquía donde a los discípulos se les llamó «cristianos» por primera vez”
A los discípulos se les llamó cristianos. Por decirlo de otro modo: no hay
cristianos que no sean discípulos de Cristo. Cualquiera que no sea un discípulo, un
seguidor de Cristo, no es un cristiano.
131
“gracia barata es la predicación del perdón sin requerir arrepentimiento... Gracia
barata es gracia sin discipulado, gracia sin cruz, gracia sin Jesucristo.
2 Pedro 3:17-18
“Así que ustedes, queridos hermanos, puesto que ya saben esto de antemano,
manténganse alerta, no sea que, arrastrados por el error de esos libertinos,
pierdan la estabilidad y caigan. Más bien, crezcan en la gracia y en el
conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea la gloria ahora y
para siempre! Amén.”
132
Capítulo 6 – ¿Perdemos la salvación cada vez que pecamos?
1 Juan 1:5-10
“Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay
ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en
tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él
está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo
nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a
nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros
pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su
palabra no está en nosotros.”
133
pecado es una posibilidad también en este caso, pero es un “episodio”, algo que
dejamos atrás y continuamos. No estamos practicando el pecado; no estamos
viviendo en pecado. Se atraviesa en nuestro camino y muy fácilmente8 pero no lo
practicamos, voluntariamente, habitualmente como forma de vida. Y como
confesamos nuestros pecados la sangre de Cristo nos limpia de ellos.
1 Juan 2:9-11
“El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.
El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el
que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a
dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.”
8
Como Hebreos 12:1 dice: “despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con
paciencia la carrera que tenemos por delante,” La frase “que nos asedia” es una palabra en griego:
“euperispaston”. De acuerdo a Barnes: “propiamente significa, “quedarse” y así, denota lo que esta
cerca o a la mano o ocurriendo al momento. Entonces Chrysostom lo explica … Tyndale lo representa
como “el pecado que cuelga de nosotros”.
134
y 1 Juan 4:20
“Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el
que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no
ha visto?”
Estamos viendo aquí lo que hemos visto en todos los casos anteriores: en
cuanto a la Biblia concierne, no importa tanto lo que decimos que somos sino lo
que nuestro fruto demuestra que verdaderamente somos, esto es, lo que
estamos practicando. Como el apóstol Juan dice: aquel que aborrece a su
hermano es homicida y ningún homicida tiene vida eterna permanente en Él. Si
dice que ama a Dios, Juan dice, no le crean, porque si no ama a su hermano a
quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Ahora permitanme
preguntar algo: basado en lo anterior ¿creemos verdaderamente que el que odia
a su hermano y que no se ha arrepentido, esto es, un homicida que no se ha
arrepentido, terminará en el Reino de Dios, solo porque dice que ama a Dios, y
porque es un “hermano” (así es como él se hace llamar)? Me parece que la
respuesta de Juan suena a no. “ningún homicida tiene vida eterna permanente en
Él” nos dice, y el contexto no habla de homicidas incrédulos sino de cristianos que
135
odian a sus hermanos. Yo creo que en el Reino habrán muchos homicidas
arrepentidos, pero no habrá ni uno que no se haya arrepentido.
Como Pablo dice en Gálatas 5:19-21
Gálatas 5:19-21
“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,
inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras,
contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y
cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he
dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.”
136
son creyentes (y tal vez alguna vez lo fueron), y que aun practican habitual y
repetidamente el pecado odiando a su hermano (lo cual es igual a homicidio) o
mediante practicando cualquier otra cosa de las descritas en Gálatas 5:19-21 y no
se arrepienten de su comportamiento, van a encontrar la puerta del Reino
cerrada. Hebreos 10:26-27 es muy claro:
1 Juan 1:5-7
“Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay
ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en
tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él
está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo
nos limpia de todo pecado.”
137
de Dios en práctica. Puede que pequen por ahí pero andan en el camino. Ellos van
a encontrar abierta la puerta del Reino.
En comparación con estos, hay aquellos que caminan en tinieblas, y eso
significa que practican el pecado, repetida y habitualmente. El pecado es su forma
de vida. Ellos caminan en tinieblas y su fruto es la prueba de ello. Si no se
arrepienten van a encontrar la puerta del Reino cerrada.
138
Capítulo 7: objeciones comunes
Este argumento es como sigue: “Soy un hijo de Dios y eso es algo que nadie
me puede quitar. Aquel segundo en el que creí, nací de nuevo y el trato se selló.
Soy salvo independientemente de lo que haga en mi vida. ¿Puede a caso un hijo
dejar de ser hijo?
Mi comentario:
Este argumento utiliza la analogía de una física condición de hijo de
acuerdo a la cual “una vez hijo, siempre hijo”. Pero, ¿cuál es la validez de este
argumento en el terreno espiritual? Por ejemplo, a los ángeles también se les
llama hijos de Dios en la Biblia. Todos ellos, incluso los caídos (Génesis 6:2) e
incluso el mismo Satanás (Job 2:1). ¿Significa eso que todos ellos aún lo son,
efectiva y verdaderamente además de tener compañerismo y disfrutar lo que
Dios tiene para aquellos que verdaderamente pertenecen a Su familia? No. En
Génesis 6 leemos sobre ángeles que apostataron. Ahora están en el abismo, en
139
una prisión de oscuridad esperando el día del juicio (2 Pedro 2:4). ¿Puede Satanás
esperar alguna otra cosa además de su total destrucción, solo porque alguna vez
fue un ángel de luz? No, no puede. Además: ¿el hecho de que ellos fueron hijos
de Dios – así como también era Adán - les prohibió caer y acabar - así como va a
suceder – en el lago de fuego? No. Entonces ¿porqué es que algunos de nosotros
consideran que ser un hijo de Dios, porque alguna vez creímos, en realidad
significa que no tenemos obligaciones y que también podemos ser hijos pródigos
y que aun tenemos al Padre que nos acepta de regreso, sin que nos hayamos
arrepentido y volvamos a Él? Recuerda al padre en la parábola del hijo pródigo:
¡recibió a su hijo de regreso con gozo! Pero ¿cuándo? Cuando se arrepintió y
volvió a casa. Puedo haber escogido seguir donde estaba y morir solo en algún
lado. Pero no lo hizo así. Sino que se arrepintió, regresó a casa y eso fue lo que
hizo toda la diferencia. En cuanto a nosotros, Pablo aclara:
Romanos 8:12-14
“Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a
la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis
morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el
Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.”
140
alguien ser guiado por el Espíritu, si no permanece en la vid, en Cristo? No puede.
Por lo tanto, lo que básicamente Pablo nos está diciendo aquí es que los
verdaderos hijos de Dios son aquellos los cuales no son guiados por la carne, la
vieja naturaleza, sino por la nueva naturaleza, el Espíritu, Cristo en nosotros.
También vimos previamente, en Lucas 8:20-21, a Jesús aclarando esto cuando dijo:
Lucas 15:20-24
“Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue
movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le
dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado
tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned
un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y
141
comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se
había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.”
He escucho a personas usar este pasaje de Juan para apoyar que nadie los
puede arrebatar de la mano de Jesús, independientemente de si siguen a Jesús o
no, mientras que alguna vez creyeron en Jesús. Pero ¿es esto lo que dice la
Palabra de Dios? Leamos el siguiente pasaje y su contexto:
Juan 10:27-29
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna;
y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las
dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.”
La promesa de “yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás , ni nadie las
arrebatará de mi mano” está hecha para aquellos del verso 27:
Para ser una oveja de Cristo y para ser incluido en la promesa del verso 28
tenemos que oír Su voz, que Él nos conozca y seguirlo. Ahora, vamos a desglosar
esto un poco más. ¿Qué significa seguir a Cristo? ¿Significa solo en el pasado,
hacer una confesión de fe y a partir de ahí uno ya está automáticamente y para
siempre incluido en el grupo de aquellos que lo siguen? ¿Cubre esta promesa de
142
Juan 10:27-29 a alguien que aunque alguna vez creyó que Jesús es el hijo de Dios,
y que luego se regresó al mundo viviendo en la carne? ¿Tal persona
verdaderamente sigue a Cristo? Bueno, vamos a permitirle al Maestro que nos
explique lo que implica seguirlo:
Lucas 9:23-24
“Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome
su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y
todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.”
Para seguir a Cristo necesitamos tomar nuestra cruz e ir tras Él. Seguirle
implica moverse. Seguir a Cristo es algo dinámico, algo que involucra movimiento,
y de hecho moverse detrás de alguien, el Señor. El primer momento de fe es, por
una parte, algo estático, algo que sucedió en algún momento en el tiempo. Ese
momento nos puso detrás de Cristo. Ahora tenemos que seguirlo. Ese momento
nos llevó a la fe. Ahora tenemos que correr con paciencia la carrera de la fe hasta
el final, poniendo los ojos en Jesús, el líder de nuestra fe. Como leemos en 1 Juan:
1 Juan 2:10-11
“El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el
que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a
dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.”
143
Juan no dijo eso porque alguna vez creímos y automáticamente caminamos en la
luz y seguimos a Jesús para siempre. Más bien, seguir a Jesús es algo que se hace
a diario. Personas que, por ejemplo odian a su hermano, están caminando en
tinieblas y NO son seguidores de Jesús, independientemente de la fe que alguna
vez tuvieron. Puesto que no son seguidores de Cristo no son sus ovejas, porque
Sus ovejas oyen Su voz y lo siguen. ¿Podemos decir entonces que la promesa de
Juan 10:28: “ y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las
arrebatará de mi mano” aplica para ellos y para cualquiera que camine en
tinieblas, sin arrepentirse? No, no podemos, porque esta promesa es para los que
lo siguen. Para las personas que están dispuestas a perder su vida y encontrarla
en Él. Sí, tales personas nadie los puede arrebatar de la mano de Jesús.
Otro pasaje usado para apoyar la misma opinión es Judas 1:24, ahí leemos:
Judas 1:24-25
“Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha
delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea
gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.”
144
me presentará sin mancha como quiera”. Pero, esta es una clara mal
interpretación del pasaje. Y para entenderlo mejor, de nuevo tenemos que tomar
en cuenta el contexto. Vamos a leerlo:
Judas 1:20-25
“Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el
Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de
nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. A algunos que dudan, convencedlos. A
otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor,
aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne. Y a aquel que es poderoso
para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran
alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y
potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.”
2 Pedro 3:17
“Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que
arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza.”
145
¿Existe la posibilidad de que algún “amado”, un verdadero creyente, se
salga del camino y caiga de la firmeza del Señor? Sí la hay. Es por eso que
tenemos que guardarnos. ¿Quién tiene que guardarse, estar alerta? ¿Quién tiene
que mantenerse en la voluntad de Dios? ¿Lo hace Dios por nosotros o tenemos
que hacerlo nosotros mismos? Esta claro que nosotros tenemos que hacerlo.
¿Nos ayudará Dios? Por supuesto. Nos ayudará a guardarnos, si verdaderamente
queremos ser guardados. ¿Cómo es que debemos entender Judas 1:24? No
debemos entenderlo como si Dios forzara a la gente a no caer sino a Dios
ayudando a aquellos que realmente quieren mantenerse en el amor de Dios. Si
queremos mantenernos en el amor de Dios, Él nos ayudará a hacerlo y
seguramente tendremos éxito. Pero si alguien ya no desea continuar con Él, Dios
mismo no lo forzará a continuar.
Filipenses 1:6 es otro pasaje usado para apoyar que una vez que alguien
cree, no hay forma de que se aparte. Esto es lo que el pasaje dice:
146
señalar que Pablo está hablando de confianza. Tener confianza en algo significa
que creo algo y lo creo fuertemente, pero no significa que este 100% seguro de
ellos. Tengo confianza en ello. Ahora continuando, ¿porqué estaba Pablo confiado?
¿Estaba tan confiado respecto a todos, cada cristiano, así como con los Filipenses?
Si fuera solo el hecho de que alguna vez creyeron para que estuviera confiado,
entonces hubiera estado igual de confiado respecto a cualquiera que creyó. Pero
no lo estaba. Compara la confianza anterior en cuanto a los Filipenses con la
siguiente respuesta a los gálatas:
Gálatas 4:11
“Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros.”
Filipenses 1:7
“como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el
corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, todos
vosotros sois participantes conmigo de la gracia.”
147
Barnes extiende el pasaje anterior de la siguiente manera:
“Hay una razón por la cual me importa esa esperanza de ustedes, y esta segura
expectativa de que serán salvos. Aquella razón se encuentra en la evidencia la
cual han dado ustedes de que son cristianos sinceros. Teniendo evidencia de ello,
es propio que crea que ustedes alcanzarán el cielo.”
Pablo vio el fruto de esos creyentes y por eso estaba seguro de que
continuarían de ese modo. Su seguridad es como la seguridad que tú tienes
cuando tu conoces a alguien y estás satisfecho con lo que él o ella hace. Esa es la
seguridad que Pablo tenía sobre esos creyentes: él los conocía, había visto su
fruto y estaba seguro que al final estaría allí. Estaba seguro de que se
mantendrían en el amor de Dios y Dios, quien es capaz de guardarlos de tropezar,
terminaría la obra que había comenzado en ellos. Creo que esto es una forma más
precisa de entender el pasaje. Si lo usamos para decir “Dios terminará la obra en
mi, independientemente de si me sostengo o no en Su amor”, entonces
abusamos del texto.
Filipenses 2:12-16
“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi
presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra
salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el
148
querer como el hacer, por su buena voluntad. Haced todo sin murmuraciones y
contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en
medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis
como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida, para que en el día de
Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he
trabajado.”
7.5. “Puedo hacer lo que yo quiera y seguir siendo salvo. En el día del juicio mis
obras (pecaminosas) tal vez sean quemadas pero yo como quiera lo voy a lograr”
1 Corintios 3:10-15
“Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto
puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es
Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras
preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta;
149
porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno
cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó,
recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien
él mismo será salvo, aunque así como por fuego.”
Santiago 3:1-2
150
“Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que
recibiremos mayor condenación. [NVI seremos juzgados con más severidad]
Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es
varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.”
Muchos quieren enseñar la Palabra de Dios y si eso es para lo que Dios los
ha llamado a hacer, deberían de hacerlo con temor de Dios. Pero no significa que
estén libres de riesgo. Habrá juicio por lo que uno enseña y por cualquier otra
obra construida en el fundamento: “porque el día la declarará, pues por el fuego
será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere
la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se
quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por
fuego.” Este es el contexto del pasaje. Podemos aplicarlo para obras construidas
en el fundamento de Jesucristo. Algunas son de oro, plata y piedras preciosas,
pero otras de madera, hojarasca y paja. Estas últimas serán quemadas.
Este argumento va así: “He hablado en lenguas. Esto prueba que tengo al
Espíritu Santo en mi y prueba que soy salvo. Si vivo en pecado y aun así hablo en
lenguas, entonces esto prueba que a pesar de la vida que vivo y lo que practico
voy a alcanzar el Reino”.
Mi comentario:
151
La Biblia no dice en ningún lado que cualquiera que hable en lenguas o
incluso haga milagros automáticamente entrará en el Reino. Más bien, dice que
aquellos que hagan la voluntad de Dios, aquellos que mantengan la fe hasta el
final, entrarán. Como el Señor dice:
152
misma que la que acabamos de dar: no es un promesa hecha para aquellos que
ahora en el presente son creyentes sino que se ignora el contexto del pasaje.
153
Capítulo 8: ¿Qué debemos hacer ahora? ¡Servir al Señor!
Romanos 6:20-23
“Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. ¿Pero
qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el
fin de ellas es muerte. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos
siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en
Cristo Jesús Señor nuestro.”
154
Antes de ser creyentes eramos esclavos del pecado. Pero después de creer
y de haber sido libres del pecado nos hemos convertido en siervos de Dios. Esto
no está reservado para algunos escogidos que hacen algún compromiso especial
con el Señor, sino para todo aquel que ha hecho a Jesús su Señor. Porque al
hacerlo su Señor simultáneamente se hizo siervo de Él. Y aquí les presento lo que
el Señor dijo sobre aquellos que le sirven, manteniendo la Palabras del Maestro y
sus mandamientos:
Juan 12:26
“Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor.
Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.”
Juan 14:21
“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me
ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.”
Juan 14:23
“Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le
amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.”
Hablando del que le sirve y guarda lo que Él, su Maestro, dice (esto es, Su
Palabra, Sus mandamientos, lo que el Maestro ordena) el Señor dice que: “El
Padre lo amará”, “el Padre lo honrará”, “lo amaré y me manifestaré a él”, “Yo y mi
Padre vendremos a Él y haremos morada con él”. ¡Wow! La frase “tener
compañerismo con Dios” ha terminado siendo usada como un cliché, una frase
155
que escuchamos un sin número de veces pero cuyo significado no se toma en
cuenta correctamente. Pero lo que leemos aquí es sumamente importante. La
vida es sin duda compañerismo con Dios y tener al Padre y al Hijo morando con
nosotros. Tener al Hijo manifestándose a nosotros, es la mera definición de
compañerismo. Esto no es nada abstracto sino algo que ocurre sin duda alguna.
Pero ¿a quiénes? A aquellos que le sirven y guardan Su Palabra y Su voluntad. Si
no nos importa esa voluntad, si no nos consideramos a nosotros mismo esclavos
del Señor sino “creyentes” los cuales pueden seguir siendo esclavos del pecado,
tal compañerismo no se llevará a cabo. El Señor es muy claro: aquellos que le
aman son aquellos que guardan sus mandamientos, Su Palabra. Aquellos que no
lo hagan, no le aman y el Señor no se manifestará a ellos.
156
Mira por ejemplo la instrucción que recibió Pablo de ir y predicar la Palabra
de Dios en Macedonia. Él y su equipo estaban buscando a Dios respecto a qué
hacer a continuación y el Maestro les dio Su orden, a través del Espíritu morando
en ellos (Hechos 16:6-10). Ellos como esclavos del Maestro hicieron Su voluntad.
Es trabajo del maestro el llamar a Sus siervos y el trabajo del siervo es estar en
sintonía con el Maestro para que cuando llame, éste reaccione inmediatamente,
haciendo Su voluntad.
¿Conocemos la voluntad de Dios como está escrita en la Biblia? ¿Estamos
en sintonía con el Maestro para recibir Sus instrucciones respecto a lo que quiere
que hagamos? ¿Hemos hecho compromiso de seguir al Maestro sin importar qué,
sin importar el precio? Si no, puede que ahora sea el tiempo de hacerlo.
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Apéndice 1: el tiempo presente en griego. Una demostración
usando Juan 3:16
Juan 3:16 es tal vez uno de los pasajes mas frecuentemente citados,
especialmente cuando se trata de la salvación. A continuación el pasaje con algo
de su contexto:
Juan 3:14-18
“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo
del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino
para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el
que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del
unigénito Hijo de Dios.”
En los cinco versos anteriores, tres veces encontramos la frase: “el que en
Él cree”, seguido de una promesa maravillosa. Solo tomando lo más popular en
estos versos, Juan 3:16, aprendemos que “todo aquel que en Él cree no se pierda
más tenga vida eterna”. Mira que la palabra “cree” aquí está en tiempo presente,
denotando algo que es una realidad hoy. Muchos sin embargo, leen el pasaje de
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la siguiente manera: “todo aquel que creyó” esto es, una vez en el pasado.
Obviamente eso no es lo que el pasaje dice. Este pasaje, al igual que los vistos en
el primer capítulo de este estudio, están en tiempo presente. Por lo cual, estos
pasajes hablan de algo que está sucediendo ahora, respecto a un presente, un
estado activo y no algo que sucedió alguna vez en el pasado. Hablan de una
realidad presente en lugar de una historia pasada.
De hecho, vale la pena mencionar algunos hechos concernientes al tiempo
presente en griego. El sitio web: http://www.ntgreek.net/present.htm tiene
abundante información sobre la materia con muchas referencias y ejemplos. La
conclusión básica (puedes revisarla en el sitio anterior o en sitios escolares
similares) es la siguiente: como regla, el tiempo presente en griego antiguo
denota duración. También puede denotar algo que sucede en este momento, en
el presente, y no volverá a suceder pero ésta es una excepción de la regla y se
vuelve muy obvia debido al contexto. La regla es que el tiempo presente de un
verbo denota duración, esto es, denota que algo “continua” sucediendo.
Aplicando esta regla, Juan 3:14-18 se leería así9:
Juan 3:14-18
“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo
del Hombre sea levantado, para que todo aquel que continúe creyendo, no se
pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que siga creyendo, no se pierda,
mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al
mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que siga creyendo, no es
9
Para más información también ver David Pawson: “Is John 3:16 the gospel? (Es Juan 3:16 el evangelio?),
pag. 38-45, TerraNova, Publications, 2007.
159
condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el
nombre del unigénito Hijo de Dios.”
160
Apéndice 2: ¿Son las enseñanzas del evangelio, incluyendo los
“dichos duros” para nosotros?
Muchos considerarán esta pregunta como boba y dirán que, por supuesto
que los evangelios son relevantes para nosotros. Pero hay algunos que implícita o
explícitamente creen que los evangelios no tienen semejante importancia porque,
de acuerdo a su punto de vista, no se refieren a nosotros sino a los judíos,
viviendo en la época de la ley. La base de esta teoría es el llamado
dispensacionalismo, el cual llevado al extremo concluye que lo único relevante
para los creyentes de hoy en día son las epístolas (y en algunas formas extremas
de dispensacionalismo, solo parte de ellas) , mientras que la Palabra de Dios que
queda es para nuestra información solamente. Sin duda alguna, la Biblia tiene
partes que no aplican para los cristianos. Por ejemplo, la ley y sus ordenanzas, es
algo que cubre gran parte de Éxodo, Levítico, Deuteronomio y Números. Puesto
que la ley de Moisés ya no es válida (Hebreos 8:13, Colosenses 2:13-14)
tendríamos razón al decir que esas partes no están ahí para nuestra directa
aplicación sino para nuestra información y beneficio. Esto por supuesto, no
sucede con todo el Antiguo Testamento. Los Salmos y Proverbios por ejemplo,
son libros de verdades eternas que no tienen conexión con una era en particular.
Los mismo es verdad para muchos escritos proféticos. Entonces en vez de lo que
muchos hacen, clasificar la parte antes de los evangelios como “Antiguo
Testamento” (aquellos que apoyan que los evangelios no son relevantes para
nosotros ponen esa separación en Hechos), yo más bien pondría atención y leería
161
lo que dice y luego preguntarme a mí mismo si hay una razón por la que algo no
se refiera a mi. Por ponerlo de otro modo, en vez de partir la Palabra de Dios en
partes como Antiguo y Nuevo Testamento (las cuales como quiera son divisiones
hechas por el hombre) más bien yo tomaría la palabra de Dios, como UNA y
evaluaría si hay razones por las cuales tal vez eso no se refiere a mí. Aunque,
mucho de Números y Deuteronomio etc. no se refiere a mi: se relaciona con el
antiguo pacto y aquellos que bajo el viven. Tengo razones para no aplicar el
sacrificio de cabras etc. puesto que están obsoletos: Jesucristo dio Su sangre y
una vez y por todas y no se necesita ningún otro sacrificio. Lo mismo podríamos
decir de la ley del Sabbat, la ley del diezmo etc. Puedo aprender de ellos pero son
leyes que ya no son válidas para mi directa aplicación.
“Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio
del reino de Dios; porque para esto he sido enviado.”
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El propósito por el que fue enviado Jesús era para predicar las buenas
nuevas (evangelio) del Reino de Dios. No vino a predicar solo algunas buenas
noticias sino a algo específico: las buenas noticias del Reino de Dios. La
predicación de que viene el Reino de Dios – como Él mismo dijo – la mera razón
por la cual fue enviado.
Mateo 4:17 verifica claramente que el Reino de Dios (o Reino de los cielos,
como lo llama Mateo) fue el comienzo y permaneció como el tema principal de la
enseñanza de Jesús:
Mateo 4:17
“Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el
reino de los cielos se ha acercado.”
Lo que Jesús enseñaba no era la ley sino el evangelio del Reino de Dios.
Después en Su primer enseñanza registrada en Mateo, el llamado sermón del
monte, Lo encontramos iniciándolo de la siguiente manera:
Mateo 5:2-3
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“Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo: Bienaventurados los pobres en
espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.”
Y Lucas 9:59-60
“Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi
padre. Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y
anuncia el reino de Dios.”
164
Prosiguiendo, veamos lo que Jesús estaba hablando con Sus discípulos
cuando resucitó de entre los muertos y hasta Su ascensión. En Hechos 1:3
encontramos el resumen de ello:
El Reino de Dios no era algo que Jesús solo enseñó antes de su crucifixión o
solo como un tema entre muchos otros. Sino que era el tema principal, diría yo,
de Su ministerio. Predicaba al respecto antes de la crucifixión y continuó
predicandolo incluso después de la resurrección hasta Su ascensión. Ahora, ¿qué
fue lo que los discípulos hicieron después de la ascensión? ¿Cambiaron las reglas?
De nuevo el libro de Hechos nos da la respuesta:
Hechos 14:21-22
165
“Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos
discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, confirmando los ánimos de
los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es
necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.”
Hechos 28:30-31
“Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los
que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor
Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.”
166
Resumiendo: el Reino de Dios era el propósito por el cual Jesús fue enviado.
Todo el tiempo predicó al respecto, hasta Su ascensión. Luego los apóstoles se
quedaron a cargo e hicieron lo mismo. Pablo predicó sobre el Reino de Dios
proclamándolo todo el tiempo hasta el final de su vida. Lo mismo hizo Felipe y
estoy seguro que los demás también. Por lo tanto vemos que el tema no varía:
tanto Jesús como los apóstoles predicaban el Reino de Dios. Es un grave error el
degradar los evangelios como supuestamente parte de la ley, porque a través de
que la ley iba a ser cumplida, lo que los evangelios primordialmente describen, el
tema principal, es el Reino de Dios y no la ley.
Por lo cual, los evangelios tienen MUCHO más que ver con la era en la que
vivimos que con la antigua era de la ley. Esto es especialmente así en las partes
que leemos previamente en el capítulo 3 de este estudio, las cuales fueron de
hecho dirigidas a Sus discípulos y fueron dadas – la mayor parte de ellas – solo
unas cuantas horas antes de Su arresto. Entonces a la pregunta: ¿esos pasajes son
para nosotros? La respuesta es corta y simple: sí lo son. Si somos discípulos de
Cristo, personas que quieren entrar en el Reino de Dios, lo que ambos dicen,
tanto el Maestro como Sus apóstoles, es relevante para nosotros y no se
contradicen. ¿Cómo podrían? A continuación lo que el Señor ordenó a Sus
discípulos justo antes de Su ascensión:
Mateo 28:18-20
“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en
la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden
167
todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén.”
El Señor ordenó a los apóstoles que hicieran discípulos y que les enseñaran
a guardar todo lo que Él había ordenado, en tiempo pasado. Por eso no era
ninguna revelación nueva lo que Él estaba hablando aquí, sino ordenes y
enseñanzas que ya les había dado y el lugar donde todas esas enseñanzas del
Señor se encuentran ni más ni menos que en los evangelios.
Entonces, ¿los evangelios, los dichos de Cristo y en particular los dichos de
Sus discípulos, son relevantes para el cristiano hoy en día? Absolutamente. No nos
equivoquemos al respecto.
168
Apéndice 3: Apocalípsis 2,3: ¿Son las epístolas de Jesús a las
siete iglesias relevantes para nosotros?
10
Por supuesto que hay muchas otras teorías en cuanto al significado del libro de Apocalípsis, casi todas
las cuales les falta la relevancia de las epístolas a las siete iglesias (este es el enfoque de este apéndice) y
las tratan no como epístolas reales dirigidas a personas reales en iglesias reales si no como algo
metafórico o pasado, sin aplicación en el presente o el futuro.
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argumento de que esas epístolas en realidad no se refieren a los creyentes que
viven en la era de la gracia se quiebra si vemos lo que el mismo Jesús ordenó
hacer a Juan con el mensaje que estaba por recibir. Esto se da en términos muy
claros en Apocalípsis 1:11
Apocalípsis 1:11
“que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo
que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna,
Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.”
Una de las razones por las que algunas personas se apresuran a poner estas
cartas en la bonita caja que tienen de “no relevante para nosotros” es porque
básicamente no les gusta lo que Jesús dice. Por ejemplo, ven a Jesús diciendo:
“Conozco sus obras” (Apocalípsis 2:2), “arrepiéntete, y haz las primeras obras;
pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres
arrepentido.” (Apocalípsis 2:5) etc. y se dan cuenta que tal “severidad”, - de
acuerdo a ellos - no se reconcilia con lo que ellos creen como el evangelio y su
imagen de Jesús. Por lo tanto, hay que trazar caminos para evitarlas lo mejor
posible. Y la forma que podemos encontrar es considerar esas cartas y el
170
Apocalípsis en general como primordialmente refiriéndose a futuros creyentes
que estarán viviendo en esos días. La verdad sin embargo, es que son tan
relevantes para nosotros como las epístolas de los apóstoles: ambos tipos de
epístolas fueron escritas para iglesias reales y creyentes reales de aquel tiempo y
ambas por consiguiente también se refieren a nosotros.
Yendo a las epístolas mismas, vemos que la forma en que Jesús veía a cada
iglesia (y no se refiere al edificio sino a las personas) es como un entrenador que
cuida de sus atletas quienes están corriendo una carrera o peleando una batalla.
Entonces verás que la retroalimentación para estas iglesias es diferente en cada
caso. Algunas de ellas se desenvuelven bien. Deben de seguir así. Pero el resto de
ellas está teniendo problemas. El Señor no les dice “sabes que está bien. He
pagado el precio para que tu no tengas que hacer nada.” Sino que lo que hace es
que después de decirles sus buenos puntos (eso se lo dijo a todos excepto a
Laodicea) continua con la crítica que tiene para ellas. A cuatro de siete les dice
“arrepiéntanse”, cambien de rumbo. De hecho no les dice solamente
“arrepiéntete” sino “arrepiéntete, si no...”. Aquí algunos ejemplos:
Apocalípsis 2:5
“Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras
obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te
hubieres arrepentido.”
Apocalípsis 2:15-16
171
“Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo
aborrezco. Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé
contra ellos con la espada de mi boca.”
Apocalípsis 3:2-3
“Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado
tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y
oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y
no sabrás a qué hora vendré sobre ti.”
Algunos no pueden comprender que Jesús alguna vez habló de ese modo a
las iglesias. Pero queridos hermanos, la Biblia nos demuestra a Jesús de varios
ángulos y uno de ellos es en Apocalípsis 1:11-18:
172
diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve
muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves
de la muerte y del Hades.”
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” (Apocalípsis 2 y 3).
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