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Era obvio que estos creyentes solo debían dejar de estar de acuerdo con los demonios
para poderse liberar de ellos. Por ejemplo, si el cristiano sobre el cual un demonio de
celos estaba montado, comenzaba a cuestionarlo, este se debilitaba muy rápidamente.
Cuando esto sucedía, el demonio que se estaba debilitando gritaba y el líder de división dirigía
a todos los demonios en torno al cristiano para atacarlo, hasta que la amargura, etc. se
acumulara en él nuevamente. Si esto no funcionaba, los demonios comenzaban a citar
porciones de la Escritura y la tergiversaban, de tal manera que se justificara la amargura, las
acusaciones, etc.
Esto quiere decir que si en la mente de una persona de la iglesia existe el chisme y la critica
o el demonio de la inmoralidad sexual, basta con que yo decida que no está bien estar con
Jefrey, basta con que Mishell Enriquez decida dejar de estar con Walter para que el demonio
ya no avance, solo asi podemos ser liberados…
Era claro que el poder de los demonios estaba arraigado casi completamente en el poder de
la decepción, sin embargo habían engañado a estos cristianos hasta el punto en que los
podían usar y hacerlos creer que estaban siendo usados por Dios. Esto se debía a que
los estandartes de Auto justicia estaban siendo cargados por la mayoría de los individuos, de
manera que aquellos que marchaban no podían siquiera ver las banderas que marcaban la
verdadera naturaleza de estas divisiones.
Cuando miré a lo lejos, al fondo de este ejército vi el séquito del mismo Acusador. Comencé
a comprender su estrategia y estaba sorprendido de que fuera tan simple. Él sabía que una
casa dividida no podía permanecer firme, y este ejército representaba un intento de
traer tal división a la Iglesia, que ella podía caer por completo de la gracia.
Aparentemente, que la única forma en que él podía hacer esto era usando a los cristianos
para guerrear en contra de sus propios hermanos, y este es el motivo por el cual casi todos
en las divisiones frontales eran cristianos, o por lo menos profesaban serlo. Cada paso
que estos creyentes engañados tomaban en obediencia al Acusador, fortalecía el poder de
este sobre aquellos. Esto hacía que su confianza y la de todos sus comandantes creciera con
el progreso del ejército a medida que este marchaba. Era evidente que el poder de este
ejército dependía de que los cristianos estuviesen de acuerdo con los métodos del mal.