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Todos debemos conocer cuál es nuestro peso ideal, y procurar mantenernos lo más próximo a ese peso. Para ello, debemos tener en cuenta nuestro índice de masa corporal (IMC) e intentar no desviarnos demasiado de nuestro del índice óptimo que corresponde a cada uno de nosotros.
Todos debemos conocer cuál es nuestro peso ideal, y procurar mantenernos lo más próximo a ese peso. Para ello, debemos tener en cuenta nuestro índice de masa corporal (IMC) e intentar no desviarnos demasiado de nuestro del índice óptimo que corresponde a cada uno de nosotros.
Todos debemos conocer cuál es nuestro peso ideal, y procurar mantenernos lo más próximo a ese peso. Para ello, debemos tener en cuenta nuestro índice de masa corporal (IMC) e intentar no desviarnos demasiado de nuestro del índice óptimo que corresponde a cada uno de nosotros.
1. Mantenerse en el peso Todos debemos conocer cuál es nuestro peso ideal, y
ideal. procurar mantenernos lo más próximo a ese peso. Para ello, debemos tener en cuenta nuestro índice de masa corporal (IMC) e intentar no desviarnos demasiado de nuestro del índice óptimo que corresponde a cada uno de nosotros. Debemos tratar de conseguir un equilibrio entre las calorías que tomamos y las que gastamos. 2. Aceite de oliva como grasa El aceite de oliva, constituyente básico de la dieta mediterránea, debe principal continuar siendo la grasa culinaria fundamental de la dieta, ya que además de aportarnos grasa de origen principalmente monoinsaturado, nos proporciona vitaminas y antioxidantes que previenen el desarrollo de la enfermedad cardiovascular. 3. Lácteos desnatados Los lácteos desnatados son saludables porque aportan proteínas de alto valor biológico y minerales como el calcio, evitando las grasas saturadas y el colesterol que contiene la leche entera. 4. Evitar la grasa saturada La bollería industrial, las patatas chips, las chucherías, los embutidos en general (excepto los de pavo, pollo y algunas variantes bajas en grasa), la comida rápida los lácteos enteros y sus derivados son alimentos que contienen grasas saturadas en gran cantidad. Las grasas saturadas son el factor de la dieta que más aumenta el colesterol en sangre, por lo que este
5. Comer más frutas, Los nutrientes, vitaminas y antioxidantes presentes
verduras y hortalizas en las frutas y verduras, sobre todo crudas, ayudan a protegernos frente a numerosas enfermedades, como la enfermedad cardiovascular y algunos tipos de cáncer.Ademas contienen muy pocas calorías y al ser productos vegetales carecen de colesterol.
Introducir la ensalada como principal guarnición para
las comidas, meter una pieza de fruta en el almuerzo y en los postres, son algunas medidas que podemos adoptar para conseguir llegar a las 5 raciones recomendadas de fruta y verdura al día. 6. Evitar el excesivo Los cereales integrales contienen más fibra que los refinados y además consumo de sal y azúcar. aportan mayor cantidad de vitaminas y minerales. Las legumbres también son muy ricas en vitaminas y minerales, hidratos de carbono complejos y fibra. Esta fibra “atrapa” parte del colesterol que ingerimos por la dieta, impidiendo así su absorción en el intestino. Además si combinamos cereales (pan, arroz, pasta…) con legumbres (garbanzos, lentejas, judías, guisantes…) obtendremos proteínas de excelente valor biológico. Bibliografia
DE FUNDACION HIPERCOLESTEROLEMIA “DECALOGO PARA UNA DIETA SALUDABLE” https://www.colesterolfamiliar.org/habitos-de-vida-saludables/decalogo-para-una-dieta-saludable/