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El niño autista en la sociedad

Liza Montero, Diego Murcia

Estudiantes de licenciatura en ciencias naturales y educación ambiental

Primero que todo para estar en contexto y tener un concepto claro de los términos, voy a
definir “autismo”: “El autismo o trastorno del espectro autista, se trata de un conjunto de
dificultades y alteraciones que afectan al desarrollo infantil, el grado de las dificultades
van variando de un niño a otro, por lo que se refiere de un espectro, es decir de diferentes
grados de alteración. Las alteraciones que comprenden el autismo afecta gravemente la
interacción social, el comportamiento y la comunicación desde los primeros años de la
infancia” (Carrillo, 2017)

En el medio y las relaciones sociales, la familia juega el papel primario al ser el grupo más
cercano al niño y con el que este interactúa más, su aporte educativo, sus apoyos y
oportunidades serán imprescindibles para el desarrollo del niño autista como para el de
cualquier niño “normal”.

Hoy en día el temor a las burlas, críticas y la vergüenza que poseen lleva a los familiares a
evitar todo contacto del autista con el mundo exterior impidiendo aún más al niño en su
desarrollo, y los que son relacionados normalmente con el mundo exterior en su mayoría
son etiquetados duramente por la sociedad pasando por encima de su dignidad,
sometiéndolo a críticas y constantes burlas.

Entre las características del autismo tenemos: falta de comunicación, más del 50% de los
autistas no poseen lenguaje verbal, y el porcentaje restante no suele comunicarse, viven
sumergidos en su propio mundo. Otras de las características son: falta de expresiones de
emociones, carencia de imaginación, realización de movimientos repetitivos (aplaudir,
mecerse, aletear las manos, etc.), no responder al nombre, la mirada perdida. (Carolina
Guillen, 2012) estas y otras conductas que pueden resultar extrañas para las personas que
no poseen la información sobre esta enfermedad, en especial los niños, quienes son los
que menos comprenden este tipo de conductas en caso de toparse con un compañero de
la escuela o un vecino, y ahí es cuando surgen críticas y burlas, las cuales muchas veces
surgen por la ignorancia o por la inocencia en el caso de los niños, en algunos casos, la
persona adulta que acompaña a los niños que se llenan de dudas al encontrarse en su
medio social a un niño con autismo, trata de explicarle de manera comprensiva al niño
sobre el porqué de la conducta por parte de su compañero que le parece extraña, muchas
veces ni las personas adultas están enteradas del porqué del comportamiento del niño
autista y solo dan una explicación a los otros niños basada en que el niño autista posee
una enfermedad, que causa comportamientos “anormales” en ellos, dicha explicación,
poco argumentada no alcanza a ser comprendida por los niños, lo que ocasiona que sea
difícil para ellos aceptar en su medio social “normal” a un niño que les parece “anormal”.

La triste realidad de estos niños, es que vivimos en una sociedad que se hace llamar
“incluyente” cuando en realidad no aceptan a los niños que nacen con alguna falencia y
piensan que tienen menos valor, además de eso, no hacen ningún esfuerzo por enterarse
e instruirse sobre estos trastornos para lograr comprender las conductas de los niños con
autismo u otras enfermedades cognitivas, lo mejor que saben hacer, es criticar, creando
daños e impidiendo el normal y pleno desarrollo del niño y afectando también a la familia.

No nos cansamos de ser ignorantes y superficiales, “todo lo que pinta debe ser de nuestro
agrado y si no que alguien más se ocupe de eso hasta que nos guste” ese es el concepto
que tiene la sociedad, lo cual afecta directamente a niños con discapacidades cognitivas,
hay hasta personas que en su ignirancia piensan que la enfermedad es contagiosa
evitando a toda costa el contacto de ellos o de sus hijos con niños “enfermos”.

Los niños con autismo poseen rasgos muy propios y únicos, un día de un niño autista es
hacer lo que quieren no importa si se tengan que romper las normas, actuar sin pudor, sin
tapujos, sin pena ni miedo al “que dirán”, son honestos, una persona autista hará caso
omiso a la vergüenza. El niño autista puede enseñar a la gente a quererse a sí mismo,
harán lo que sea con tal de satisfacer una necesidad, se saltara cualquier fila de espera
con tal de ser atendido primero, entrara al baño del sexo q no es si no encuentra el q le
corresponde y así, omitirá vergüenzas y estereotipos, eso para ellos no existe, primero son
ellos, primero su felicidad o la satisfacción de sus deseos no importa el tiempo ni el lugar.

Ojala la sociedad alcance el nivel de educación y comprensión en que perciban que “La
personalidad autista es tal vez el modelo a seguir, el primer maestro que puede
enseñarnos el auténtico camino hacia la felicidad. Son precisamente las normas, la
cultura, las exigencias de esta sociedad que se sale de su peculiar modo de pensar lo que
acaba provocando en muchos de ellos enfermedades relacionadas con el estrés, la
ansiedad, la depresión o los trastornos obsesivos y/o compulsivos. Todo porque perciben
que no pueden desarrollarse como desearían sintiéndose impotentes”. (Alvarez, 2017)
Bibliografía
Alvarez, R. T. (28 de febrero de 2017). La voz del autismo. España.

Carolina Guillen, J. J. (2012). Niños autistas y la sociedad. Ecuador.

Carrillo, A. (Febrero de 2017). Autismo. California.

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