Вы находитесь на странице: 1из 2

“…PORQUE YO VIVO, VOSOTROS

TAMBIÉN VIVIRÉIS”
Por el élder Shayne M. Bowen

El élder Shayne M. Bowen, del Quórum de los Setenta, compartió una experiencia
que él tuvo siendo un joven misionero de tiempo completo en Chile. Observa el
efecto que causó en una mujer a la que enseñaban el élder Bowen y su
compañero cuando ella llegó a conocer la verdadera doctrina de que los niños
pequeños son santos por la expiación de Jesucristo. “La hermana Ramírez avanzó
rápidamente por las lecciones. Estaba ansiosa por aprender toda la doctrina que le
enseñábamos. Una tarde, al hablar sobre el bautismo de los niños, le enseñamos
que los niños pequeños son inocentes y que no tienen necesidad de ser
bautizados. Le pedimos que leyera en el libro de Moroni [Moroni 8:10–12]… “Tras
leer ese pasaje, la hermana Ramírez comenzó a llorar. Mi compañero y yo
estábamos confundidos, y le pregunté: „Hermana Ramírez, ¿hemos dicho o hecho
algo que la haya ofendido?‟. “Nos dijo: „No, no, élder. No han hecho nada mal.
Hace seis años tuve un bebé varón, y murió antes de que pudiéramos bautizarlo.
Nuestro sacerdote nos dijo que como no había sido bautizado, estaría en limbo
toda la eternidad. Por seis años he llevado ese dolor y esa culpa. Tras leer este
pasaje, sé por el poder del Espíritu Santo que es verdad. Se me ha quitado un
gran peso de encima, y las lágrimas son de gozo‟… “Después de que sufrió pena
y dolor casi insoportables por seis años, la verdadera doctrina, revelada por un
amoroso Padre Celestial por medio de un profeta viviente brindó dulce paz a esta
mujer atormentada. No hace falta decir que la hermana Ramírez y sus hijos de
ocho años y mayores se bautizaron” (véase “…porque yo vivo, vosotros
también viviréis”, Liahona, noviembre de 2012, págs. 15–16).

Вам также может понравиться