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La Tierra: un gran invernadero

La vida actual en la Tierra depende, entre otros factores, de una


delgada capa gaseosa: la atmósfera. Esta capa es una mezcla
de gases en la que dominan principalmente el nitrógeno (78.1%)
y el oxígeno (20.9%), así como pequeñas cantidades de argón
(0.93%). El pequeñísimo porcentaje restante lo constituyen el
vapor de agua, ozono, bióxido de carbono, hidrógeno, neón,
helio y kriptón. Estos gases se encuentran dispersos, en distintas
cantidades, en las cinco capas en las que los científicos han
dividido la atmósfera para estudiarla (Figura 1). Entre las
funciones más importantes de la atmósfera podemos mencionar
su control como filtro de la radiación ultravioleta que llega a la
superficie terrestre, su acción protectora al destruir una gran
cantidad de meteoritos que, de otra manera, llegarían a la
superficie de la Tierra y regular la temperatura, esto último por
medio del llamado “efecto invernadero”.

¿Qué es el cambio climático?

Los científicos definen al cambio climático como “…todo


cambio que ocurre en el clima a través del tiempo resultado de
la variabilidad natural o de las actividades humanas.” El
calentamiento global, por su parte, es la manifestación más
evidente del cambio climático y se refiere al incremento
promedio de las temperaturas terrestres y marinas globales.

Es importante decirte que a pesar de que el clima cambia


naturalmente, los expertos señalan que existen claras evidencias
de que el calentamiento del planeta registrado en los últimos 50
años puede ser atribuido a los efectos de las actividades
humanas. Para que conozcas más detalles sobre las causas de
los cambios naturales en el clima, te sugerimos leer el Recuadro
Variabilidad climática natural.

¿De dónde vienen los gases de efecto invernadero?

Los gases de efecto invernadero (GEI) no son un invento del


hombre, se han generado desde hace miles de millones de
años de fuentes naturales como el vulcanismo, la vegetación y
los océanos. Por ejemplo, durante las erupciones volcánicas e
hidrotermales se generan grandes cantidades de CO2 y vapor
de agua. La actividad biológica como la respiración de las
plantas y animales y la descomposición microbiana de la
materia orgánica también contribuyen a la producción natural
de GEI.

Sin embargo, los humanos también hemos contribuido a su


generación. Desde el advenimiento de la industria y el uso de
los combustibles fósiles, como el petróleo, gas natural o carbón
(si te interesa saber más acerca de éstos, puedes ver el
Recuadro Del metano al petróleo: los combustibles fósiles),
hemos arrojado a la atmósfera grandes cantidades de GEI y,
con ello, contribuido a incrementar la concentración de estos
gases en la atmósfera. Para diferenciar las fuentes naturales de
las de origen humano a estas.

Sin embargo, los humanos también hemos contribuido a su


generación. Desde el advenimiento de la industria y el uso de
los combustibles fósiles, como el petróleo, gas natural o carbón
(si te interesa saber más acerca de éstos, puedes ver el
Recuadro Del metano al petróleo: los combustibles fósiles),
hemos arrojado a la atmósfera grandes cantidades de GEI y,
con ello, contribuido a incrementar la concentración de estos
gases en la atmósfera. Para diferenciar las fuentes naturales de
las de origen humano a estas últimas se les ha llamado “fuentes
antropogénicas”. A través de ellas hemos alterado el flujo
natural de gases de efecto invernadero que existe entre las
fuentes naturales y la atmósfera (ver Recuadro del Ciclo del
carbono). Precisamente a estos GEI que hemos generado los
humanos es a los que se les atribuye el reciente calentamiento
del planeta.

¿Quiénes son los responsables del cambio climático?

Cuando escuchamos hablar de problemas ambientales,


frecuentemente pensamos que son otros los que los generan y,
por lo tanto, que no está en nuestras manos la solución. Al
parecer esto también ocurre con la emisión de los gases de
efecto invernadero responsables del cambio climático. Es
común que no asociemos las emisiones de estos gases con
nuestras actividades diarias y menos aún que esto pueda
contribuir al cambio climático. La generación de electricidad, el
consumo de combustibles fósiles -como la gasolina y el diesel-,
la producción del cemento para la construcción, la eliminación
de la vegetación -que es conocida como cambio de uso del
suelo-, así como la producción de los alimentos y de otros tantos
bienes y servicios que consumimos a diario, generan una gran
cantidad de gases de efecto invernadero. Esto quiere decir que
también somos parte del problema.

Si sumas tus emisiones con las de tu familia, vecinos, y el resto de


los mexicanos, así como las que se producen en las empresas,
escuelas, industrias, casas y oficinas del país, podrías obtener el
total de GEI de fuentes antropogénicas generado en México. Si
tuvieras estos mismos datos para todos los países y los sumaras,
podrías conocer entonces las emisiones de todo el mundo. Esta
información ya existe, pero antes de mostrártela, debemos
mencionar que debido a su disponibilidad, en las siguientes
secciones manejaremos algunas veces a todos los GEI y en otras
sólo al CO2, que es el principal gas de efecto invernadero.
Veamos primero cómo son las emisiones a nivel mundial y
regional y después cómo contribuye México.

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