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UNIVERSITARIA
REMINGTON
TEMA 7:
Tutor:
Giovanny Pérez
COYUNTURA INTERNACIONAL
TEMA 7:
Tutor:
Giovanny Pérez
Estudiante
En la actualidad, la idea que tiende a aceptarse en todo el mundo es que los problemas
del medio ambiente son los problemas de desarrollo y que la meta del desarrollo
sostenible debe ser la de conciliar el crecimiento económico para la población en general,
presente y futura, con la renovabilidad de los recursos, proceso que implica cambios
políticos, económicos, fiscales, industriales y de manejo de los recursos naturales,
bióticos y energéticos.
Todo esto articulado a una acelerada destrucción de la base natural, consecuencia del
desarrollo manufacturero y de la expansión de sistemas agropecuarios inadecuados para
la diversidad biofísica colombiana.
Mientras esto sucede a nivel interno, en los países de alto ingreso per cápita, la
ciudadanía presiona para que los efectos ambientales generados por la producción
manufacturera sean “internalizados” por los agentes productivos. Esto obliga a los
grandes conglomerados a impulsar desarrollos tecnológicos ambientalmente menos
agresivos. Estándares de calidad ambiental empiezan a ser introducidos en los acuerdos
internacionales de comercio, obligando a los países de bajo desarrollo tecnológico a
adquirir la tecnología producida por los grandes conglomerados. Los arreglos productivos
considerados como ambientalmente sanos o menos agresivos se abren mercado en el
mundo entero; sin embargo, no contrarresta el proceso de degradación ambiental global
que estamos viviendo, como tampoco transforma la dinámica ambiental al interior del
país. Por el contrario, la mezcla de los mercados y de la cultura genera importantes
efectos ambientales negativos.
Colombia es uno de los países del mundo con mayor riqueza de recursos naturales.
Posee el 10% de la flora y fauna mundiales, el 20% de las especies de aves del planeta,
de las especies de primates de América tropical, más de 56.000 especies de planas
fanerógamas registradas y cerca de mil ríos permanentes.
El libre acceso a la mayoría de los recursos naturales, falta de mecanismos que permitan
cobrar por el daño que causan muchas actividades productivas, falta de incentivos que
conduzcan al sector producto a internalizar los costos ambientales derivados de la
producción y el consumo, falta de inversión estatal en tratamientos de sistemas de agua
residuales domésticas o de disposición de residuos sólidos, el sector productivo actúa sin
control y con tecnologías poco eficientes, pobreza y falta de educación de gran parte de la
población, los grupos más ricos que se caracterizan por el uso ineficiente de los recursos
naturales renovables,
Durante los últimos veinte años, en Colombia la calidad del ambiente se ha deteriorado, lo
que ha llevado a la crisis ambiental. Crisis que se caracteriza por una alta tasa de
deforestación, ocupación de áreas protegidas, alteraciones de los ecosistemas naturales
reguladores del recurso (páramos y humedales), deterioro de los suelos, contaminación
hídrica y contaminación atmosférica.
La calidad del aire en ciudades como grandes como, Barranquilla, Bogotá, Cali, Medellín
tiene niveles de contaminantes que superan las normas existentes. El principal problema
de contaminación atmosférica detectado son las emisiones de material particulado, óxidos
de azufre y óxidos de nitrógeno que son generados por la industria manufacturera, las
quemas a cielo abierto, las explotaciones extractivas y de combustión incompleta de
combustibles fósiles en los procesos de generación de energía; y, las emisiones de
monóxido de carbono e hidrocarburos, que provienen principalmente del parque
automotor.
En el país no existe control eficiente al ruido. La falta de sistemas de control del ruido en
las empresas ha llevado a que la primera causa de enfermedad profesional sea la
hipoacusia. En los centros urbanos del país el ruido es causado por los vehículos de
transporte, el comercio, la construcción, y la industria manufacturera. El límite permitido
de ruido para una zona industrial es de 75 dB. Sin embargo, en ciudades como
Barranquilla el ruido alcanza niveles de 95 dB en horas del mediodía, en las zonas
cercanas a las vías del centro; en Cali, el nivel promedio mensual de ruido registrado fue
de 89 dB para el 90% de los lugares considerados; en Pereira, las mediciones realizadas
en la popa, alcaldía y aeropuerto registraron un valor promedio de 92 dB durante el 70%
del tiempo; en Medellín, se presenta un nivel promedio de ruido de 87 dB.
Los suelos están en constante degradación. El 45% de éstos son usados para fines
distintos presentan erosión severa. En el país se producen diariamente cerca de 14.000
toneladas de residuos sólidos. El mayor porcentaje de éstos lo constituyen los residuos
con alta concentración materia orgánica en particular productos vegetales, animales y
papel.
La teoría económica establece que en la medida que las naciones adquieren unos
niveles de crecimiento económico, estos en el mediano plazo deben repercutir en
desarrollo para toda la población del país analizado dentro de estos mejores
indicadores se entiende que la conservación y preservación del medio ambiente debe
jugar un papel importante, ya que del uso razonable que se haga de dicho recursos se
garantizará la sostenibilidad del país y se contarán con los recursos necesarios para
atender las necesidades tanto de las generaciones actuales como de las generaciones
futuras.
Con respecto a la minería la noticia nuevamente a causa de una tragedia como fue la
explosión en la mina de carbón “La Preciosa“ ubicada en el Norte de Santander en la
cual fallecieron 21 personas y dejo en evidencias nuevamente los pocos controles a los
que son sometidos esta actividad ya que cerca de 6.000 minas son vigiladas solo por 16
funcionarios, haciendo casi imposibles realizar un control de su labor.
No hay duda de que las inundaciones, las sequías y las tormentas son fenómenos
naturales. Pero detrás de ellos es habitual encontrar, en mayor o menor medida, la mano
del hombre. La Evaluación Global sobre la Reducción de Riesgos de Desastres de 2009
relacionaba estos fenómenos con los llamados “motores de riesgo”: la urbanización
excesiva, una gobernanza urbana deficiente, la vulnerabilidad de los medios de vida
rurales o la degradación de los ecosistemas. Son factores que pueden provocar
sufrimiento humano a escala masiva y pérdidas económicas incalculables.
Para reconstruir a Colombia cerca del 40% del territorio nacional, aproximadamente 38
millones de hectáreas, está dedicado a la ganadería extensiva. Una ganadería ineficiente,
que se lleva a cabo sin preguntarnos qué tanto vale la pena, sin considerar siquiera si los
ecosistemas donde pastan las vacas son apropiados para esta tarea o podrían tener
mejor uso. Basta con una visita a los páramos colombianos para descubrir que las
pisadas del ganado destruyen el frágil equilibrio de especies que capturan el agua, riegan
las montañas y abastecen nuestros acueductos. Esta ganadería sin control, es
responsable dela perdida de la biodiversidad en Colombia.
Cuidar las cuencas de los grandes ríos Magdalena, incluye el rio Cauca, devolverles la
pesca a estos grandes brazos de agua. Por cuenta de la contaminación, la
sobreexplotación y la destrucción de ecosistemas perdimos una producción de pesca
natural que alguna vez nos entregó hasta 80.000 toneladas de pez al año. Hoy, las redes
de los pescadores no sacan más de 8.000 toneladas de peces, que además de estar
contaminadas con peligrosos metales pesados, tiende a seguir en franca caída. Lo más
grave de todo esto es que Colombia tiene un promedio de pesca pobre de 200.000
toneladas al año incluyendo mar y ríos.
Esto se realizaría con el control y vigilancia para el manejo del recurso, respetemos
nuestros ríos. Es, además, la mejor forma para protegernos de tragedias como las que
vivimos por cuenta de la ola invernal.
Se debería cambiar el modelo de desarrollo, para evitar que la historia se repita. Es hora
de emprender la reconstrucción ambiental de Colombia y de usar la enorme riqueza
ambiental para el bienestar de la gente.
Cuarto, debemos desarrollar los mercados para estos servicios ambientales. Los pueblos
y ciudades de Colombia dependen de las cuencas para su desarrollo, pero en muchos
casos no se reconocen ni pagan estos servicios. Por fortuna, ciudades como Bogotá
están pagando por el uso del agua que proviene del Parque Nacional Natural de
Chingaza. Pero existen otros mercados que debemos aprovechar, como son el mercado
del carbono para mitigar el cambio climático o los productos biotecnológicos para salud y
alimentación.