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CORPORACION

UNIVERSITARIA
REMINGTON

TEMA 7:

ENSAYO DESARROLLO ECONOMICO Y MEDIO AMBIENTE

Tutor:
Giovanny Pérez

ASIGNATURA: COYUNTURA INTERNACIONAL

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA REMINGTON


PROGRAMA DE ADMINISTRACION DE NEGOCIOS INTERNACIONALES
San Juan de Pasto
Diciembre, 3 de 2014
CORPORACION
UNIVERSITARIA
REMINGTON

COYUNTURA INTERNACIONAL

TEMA 7:

ENSAYO DESARROLLO ECONOMICO Y MEDIO AMBIENTE

Tutor:
Giovanny Pérez

Estudiante

1 CC.30.743.522 Sandra Patricia De la patriciauniversidadreg@hotmail.com


Cruz Legarda

Semestre: Séptimo (7°)


Jornada: Nocturna

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA REMINGTON


PROGRAMA DEADMINISTRACION DENEGOCIOS INTERNACIONALES
San Juan de Pasto
Diciembre, 3 de 2014
DESARROOLLO ECONOMICO Y MEDIO AMBIENTE

En la actualidad, la idea que tiende a aceptarse en todo el mundo es que los problemas
del medio ambiente son los problemas de desarrollo y que la meta del desarrollo
sostenible debe ser la de conciliar el crecimiento económico para la población en general,
presente y futura, con la renovabilidad de los recursos, proceso que implica cambios
políticos, económicos, fiscales, industriales y de manejo de los recursos naturales,
bióticos y energéticos.

Hoy, partiendo de ciertos postulados comunes, se dice que si bien la sostenibilidad


implica lo ecológico, lo económico y la diversidad cultural, las expresiones de desarrollo
sostenible son diversas en cada lugar, tanto por las diferencias biofísicas como por las
diferencias culturales. El cómo lograrlo, es decir, la estrategia a seguir debe ser definida
por cada proceso social particular

En Colombia, la estrategia de desarrollo en la segunda mitad del siglo xx y hasta la


década de los noventa, se caracterizó por una política proteccionista, para favorecer el
desarrollo industrial nacional. en general, se impulsó el modelo de sustitución de
importaciones en combinación con la promoción de exportaciones.

A partir de 1990, el país se insertó en la propuesta de globalización promovida por los


países de mayor desarrollo tecnológico y concentración de capital. Estos dos tipos de
modelos (proteccionismo y globalización) han determinado la forma como ha
evolucionado la industria, el comercio y la agricultura colombiana y su interrelación con los
recursos naturales y el medio ambiente.

desde el punto de vista del desarrollo sostenible, la sostenibilidad económica se da


cuando el manejo y gestión de los recursos naturales permite que sea atractivo continuar
con el sistema económico vigente; hay sostenibilidad social cuando los costos y
beneficios son distribuidos de manera adecuada entre la población actual y futura en
forma igualitaria; y hay sostenibilidad ecológica (especies, poblaciones y ecosistemas)
cuando el ecosistema mantiene características que le son esenciales para la
sobrevivencia en el largo plazo.

El proteccionismo generó crecimiento basado en el abastecimiento del mercado interno,


una estructura reguladora débil, monopolios y oligopolios y un patrón de consumo
ambientalmente costoso. bajo estas características, el proteccionismo incentivó el empleo
de tecnologías obsoletas altamente contaminantes, modos de producción basados en el
uso ineficiente de los recursos naturales, rezago tecnológico, baja productividad, precios
por encima de los internacionales, dificultades para ampliar el mercado interno y externo,
etc.

Todo lo anterior, llevó al crecimiento acelerado de vertimiento de aguas residuales,


emisiones atmosféricas y generación de residuos altamente tóxicos y, en general, a altos
niveles de contaminación y uso inadecuado del medio ambiente y los recursos naturales.

Todo esto articulado a una acelerada destrucción de la base natural, consecuencia del
desarrollo manufacturero y de la expansión de sistemas agropecuarios inadecuados para
la diversidad biofísica colombiana.

Bajo el marco del proteccionismo, la industria colombiana, buscando abastecer al


mercado interno, se desarrolló, y continúa desarrollándose, en los centros urbanos
distantes de los puertos marítimos y de los grandes ríos, contrario a lo que sucede con la
industria en la mayor parte del mundo.

El sector agropecuario, se ha expandido a través de una colonización depredadora que


junto al surgimiento de los cultivos ilícitos son responsables, entre otros factores, de más
del 70% de la deforestación.

El crecimiento urbano descontrolado, se caracteriza por el crecimiento de aguas


residuales no tratadas, emisiones atmosféricas, generación de residuos altamente tóxicos
y, en general, altos niveles de contaminación que afectan negativamente la calidad de
vida en las ciudades.

El modelo de globalización de los noventa, junto a la reactivación de los acuerdos


comerciales en la década pasada y las reformas legales e institucionales introducidas
principalmente por la constitución de 1991 y por la ley 99 de 1993, están obligando a
reducir los niveles de contaminación, lo que favorece al medio ambiente y a los recursos
naturales. bajo el nuevo modelo, los sectores exportadores deben reducir sus niveles de
contaminación si quieren competir en el mercado internacional y con el reordenamiento
institucional y el ajuste legal, existe más control e instrumentos que están llevando a la
disminución de los niveles de contaminación.

Entre los instrumentos económicos de control de la contaminación se destacan la tasa


retributiva que se encuentra implementada y la tasa por uso del agua que se encuentra en
proceso de implementación.

Mientras esto sucede a nivel interno, en los países de alto ingreso per cápita, la
ciudadanía presiona para que los efectos ambientales generados por la producción
manufacturera sean “internalizados” por los agentes productivos. Esto obliga a los
grandes conglomerados a impulsar desarrollos tecnológicos ambientalmente menos
agresivos. Estándares de calidad ambiental empiezan a ser introducidos en los acuerdos
internacionales de comercio, obligando a los países de bajo desarrollo tecnológico a
adquirir la tecnología producida por los grandes conglomerados. Los arreglos productivos
considerados como ambientalmente sanos o menos agresivos se abren mercado en el
mundo entero; sin embargo, no contrarresta el proceso de degradación ambiental global
que estamos viviendo, como tampoco transforma la dinámica ambiental al interior del
país. Por el contrario, la mezcla de los mercados y de la cultura genera importantes
efectos ambientales negativos.

Colombia es uno de los países del mundo con mayor riqueza de recursos naturales.
Posee el 10% de la flora y fauna mundiales, el 20% de las especies de aves del planeta,
de las especies de primates de América tropical, más de 56.000 especies de planas
fanerógamas registradas y cerca de mil ríos permanentes.

Esa diversidad se ha convertido en un obstáculo para el desarrollo productivo, y alcanzar


un verdadero desarrollo exige convertir en ventaja esa diferencia, para lo cual son
necesarios desarrollos científicos y tecnológicos propios.

Los diversos los factores que causan el deterioro ambiental, se destacan:

El libre acceso a la mayoría de los recursos naturales, falta de mecanismos que permitan
cobrar por el daño que causan muchas actividades productivas, falta de incentivos que
conduzcan al sector producto a internalizar los costos ambientales derivados de la
producción y el consumo, falta de inversión estatal en tratamientos de sistemas de agua
residuales domésticas o de disposición de residuos sólidos, el sector productivo actúa sin
control y con tecnologías poco eficientes, pobreza y falta de educación de gran parte de la
población, los grupos más ricos que se caracterizan por el uso ineficiente de los recursos
naturales renovables,

Algunos factores o características internacionales que también afectan negativamente a


los recursos naturales y al ambiente, son la demanda de la fauna y la flora silvestres, el
consumo de drogas ilícitas que contribuye a la deforestación y la presión para la mezcla
de los mercados. Todos estos factores han llevado a que el panorama ambiental del país
sea preocupante.

Durante los últimos veinte años, en Colombia la calidad del ambiente se ha deteriorado, lo
que ha llevado a la crisis ambiental. Crisis que se caracteriza por una alta tasa de
deforestación, ocupación de áreas protegidas, alteraciones de los ecosistemas naturales
reguladores del recurso (páramos y humedales), deterioro de los suelos, contaminación
hídrica y contaminación atmosférica.

La calidad del aire en ciudades como grandes como, Barranquilla, Bogotá, Cali, Medellín
tiene niveles de contaminantes que superan las normas existentes. El principal problema
de contaminación atmosférica detectado son las emisiones de material particulado, óxidos
de azufre y óxidos de nitrógeno que son generados por la industria manufacturera, las
quemas a cielo abierto, las explotaciones extractivas y de combustión incompleta de
combustibles fósiles en los procesos de generación de energía; y, las emisiones de
monóxido de carbono e hidrocarburos, que provienen principalmente del parque
automotor.

El país es rico en recursos hídricos pero se manejan de manera inadecuada, las


principales fuentes de contaminación hídrica son los residuos domésticos, los residuos
industriales, los residuos de las actividades agropecuarias, los residuos de las
explotaciones mineras y lixiviados. La carga de residuos líquidos peligrosos proviene
básicamente de la mala disposición de residuos sólidos y residuos de los centros de
salud, de la escorrentía de contaminantes atmosféricos depositados por la precipitación y
los residuos de la industria manufacturera, en particular la industria de procesamiento de
petróleo, la química de las curtiembres.

En el país no existe control eficiente al ruido. La falta de sistemas de control del ruido en
las empresas ha llevado a que la primera causa de enfermedad profesional sea la
hipoacusia. En los centros urbanos del país el ruido es causado por los vehículos de
transporte, el comercio, la construcción, y la industria manufacturera. El límite permitido
de ruido para una zona industrial es de 75 dB. Sin embargo, en ciudades como
Barranquilla el ruido alcanza niveles de 95 dB en horas del mediodía, en las zonas
cercanas a las vías del centro; en Cali, el nivel promedio mensual de ruido registrado fue
de 89 dB para el 90% de los lugares considerados; en Pereira, las mediciones realizadas
en la popa, alcaldía y aeropuerto registraron un valor promedio de 92 dB durante el 70%
del tiempo; en Medellín, se presenta un nivel promedio de ruido de 87 dB.

Las principales causas de la deforestación, según el Ministerio de Minas y Energía, fueron


la expansión de la frontera agropecuaria y la colonización, producción de madera, el
consumo de leña, incendios forestales, y cultivos ilícitos. Para conservar la riqueza
natural, se ha venido desarrollando un sistema nacional de áreas protegidas que cuenta,
para 1995, con 33 parques nacionales, dos reservas naturales, 7 santuarios de flora y
fauna y una zona ecológica especial. Sin embargo, también se ha presentado deterioro al
interior de estas áreas “protegidas” porque el Estado ha sido incapaz de impedir en ellas
la acción depredadora de los colonos.

Los suelos están en constante degradación. El 45% de éstos son usados para fines
distintos presentan erosión severa. En el país se producen diariamente cerca de 14.000
toneladas de residuos sólidos. El mayor porcentaje de éstos lo constituyen los residuos
con alta concentración materia orgánica en particular productos vegetales, animales y
papel.

Los residuos sólidos industriales se generan, principalmente, en las explotaciones


mineras y petroleras, en instalaciones de defensa, en centros de salud, en labores
domésticas, en las plantas de energía, en los cultivos y en la industria manufacturera.

La disposición de residuos sólidos ha sido uno de los programas de menor prioridad en el


país. En la mayor parte de los municipios, los residuos sólidos se han dispuesto en
botadores a cielo abierto o en los cuerpos de agua. Aun en los municipios y ciudades
donde se disponen los residuos sólidos en rellenos sanitarios los problemas son graves.
En el país no existe ninguna ciudad con un relleno sanitario de seguridad para la
disposición de los residuos sólidos peligrosos.

Con la Constitución de 1991, el tema ambiental alcanza su máxima jerarquía jurídica. En


ésta se consagraron aproximadamente 50 disposiciones que se relacionan directa o
indirectamente con el tema ambiental. Lo más sobresaliente de la Constitución de 1991,
respecto al tema ambiental, es que señala deberes ambientales del Estado y los
particulares; el Estado debe proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar
las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para lograr estos
fines, el Estado debe prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental, imponer las
sanciones y exigir la reparación de los daños causados ; es deber de las autoridades
garantizar.

Dado los últimos informes de la Agencia Nacional de hidrocarburos (ANH) y


otras entidades tanto públicas como privadas, se plantea que en el mediano
plazo en Colombia se presentara una revolución energética, la cual estará liderada
por los nuevos yacimientos de petróleo y gas entre otros. Con base en esto el Ministerio
de Hacienda proyecta que el sector minero será uno de los grandes motores de la
Economía Colombiana y como resultado de ello se generarán grandes superávit
presupuestales y mayores regalías no solo en las regiones donde se encuentren
ubicados los yacimientos sino en todo el país, para tal fin el gobierno nacional a
radicado el proyecto de regalías donde se busca que los recursos obtenidos se
distribuyan en todo el territorio nacional y no en algunas zonas como se hace en la
actualidad.

Con base en lo anterior es importante establecer en el país mecanismos en los cuales se


destinen partes de las partidas presupuestales para la conservación y desarrollo
ambiental sostenible a la par d una evolución favorable dela actividad económica en el
país.

La teoría económica establece que en la medida que las naciones adquieren unos
niveles de crecimiento económico, estos en el mediano plazo deben repercutir en
desarrollo para toda la población del país analizado dentro de estos mejores
indicadores se entiende que la conservación y preservación del medio ambiente debe
jugar un papel importante, ya que del uso razonable que se haga de dicho recursos se
garantizará la sostenibilidad del país y se contarán con los recursos necesarios para
atender las necesidades tanto de las generaciones actuales como de las generaciones
futuras.

en el gobierno actual de Juan Manuel Santos, la Infraestructura, Vivienda, Agro y Minería;


y donde está se caracteriza por su relación directa con daños causados al medio
ambiente, adquiriendo así una mayor relevancia sobre la forma como se debe proceder
y regular este sector.

Con respecto a la minería la noticia nuevamente a causa de una tragedia como fue la
explosión en la mina de carbón “La Preciosa“ ubicada en el Norte de Santander en la
cual fallecieron 21 personas y dejo en evidencias nuevamente los pocos controles a los
que son sometidos esta actividad ya que cerca de 6.000 minas son vigiladas solo por 16
funcionarios, haciendo casi imposibles realizar un control de su labor.

A raíz de esto el Presidente JMS tomó la decisión de intervenir Ingeominas y hacerle un


cambio total decisión que alabo, al ser impensable que la entidad encargada de regular
unos de los sectores pilares de la economía colombiana carezca de control , pero igual
o más importante que labor de Ingeominas es contar con mecanismos claros y estrictos
que protejan el medio ambiente durante el proceso de explotación minera y no termine
con los recursos naturales no renovables del país. Y es en este aspecto donde la Unidad
Nacional jugará un papel fundamental para sacar adelante las leyes necesarias que
permitan en el Medio plazo lograr un Desarrollo Económico Sostenible.

No hay duda de que las inundaciones, las sequías y las tormentas son fenómenos
naturales. Pero detrás de ellos es habitual encontrar, en mayor o menor medida, la mano
del hombre. La Evaluación Global sobre la Reducción de Riesgos de Desastres de 2009
relacionaba estos fenómenos con los llamados “motores de riesgo”: la urbanización
excesiva, una gobernanza urbana deficiente, la vulnerabilidad de los medios de vida
rurales o la degradación de los ecosistemas. Son factores que pueden provocar
sufrimiento humano a escala masiva y pérdidas económicas incalculables.

La gestión de riesgos relacionada con la pobreza en un clima cambiante requiere un


cambio urgente en las políticas actuales de desarrollo, con un nuevo enfoque hacia la
conservación y restauración de los ecosistemas y la prevención de desastres naturales.

Para reconstruir a Colombia cerca del 40% del territorio nacional, aproximadamente 38
millones de hectáreas, está dedicado a la ganadería extensiva. Una ganadería ineficiente,
que se lleva a cabo sin preguntarnos qué tanto vale la pena, sin considerar siquiera si los
ecosistemas donde pastan las vacas son apropiados para esta tarea o podrían tener
mejor uso. Basta con una visita a los páramos colombianos para descubrir que las
pisadas del ganado destruyen el frágil equilibrio de especies que capturan el agua, riegan
las montañas y abastecen nuestros acueductos. Esta ganadería sin control, es
responsable dela perdida de la biodiversidad en Colombia.

Cuidar las cuencas de los grandes ríos Magdalena, incluye el rio Cauca, devolverles la
pesca a estos grandes brazos de agua. Por cuenta de la contaminación, la
sobreexplotación y la destrucción de ecosistemas perdimos una producción de pesca
natural que alguna vez nos entregó hasta 80.000 toneladas de pez al año. Hoy, las redes
de los pescadores no sacan más de 8.000 toneladas de peces, que además de estar
contaminadas con peligrosos metales pesados, tiende a seguir en franca caída. Lo más
grave de todo esto es que Colombia tiene un promedio de pesca pobre de 200.000
toneladas al año incluyendo mar y ríos.

Esto se realizaría con el control y vigilancia para el manejo del recurso, respetemos
nuestros ríos. Es, además, la mejor forma para protegernos de tragedias como las que
vivimos por cuenta de la ola invernal.

Se debería cambiar el modelo de desarrollo, para evitar que la historia se repita. Es hora
de emprender la reconstrucción ambiental de Colombia y de usar la enorme riqueza
ambiental para el bienestar de la gente.

Primero, la conservación y restauración de ecosistemas naturales. Estamos a tiempo para


preservar remanentes importantes de bosques, páramos, sabanas naturales, costas y
mares. En zonas como el Caribe y la Sabana de Bogotá, la tarea requiere de la
restauración de humedales y bosques que han desaparecido.

Segundo, debemos avanzar en el conocimiento de la biodiversidad y sus servicios


ambientales. Colombia representa menos del 1% de la superficie del planeta y contiene
más del 10% de la biodiversidad. Pero todavía no la conocemos, mucho menos qué tan
rápido la estamos perdiendo o cómo esta riqueza se puede ver afectada por fenómenos
como el cambio climático.

Tercero, debemos evaluar y valorar los servicios ambientales de la biodiversidad. Estos


servicios incluyen alimentos y medicinas, pero también incluyen la regulación de cuencas
y la productividad de los suelos. Debemos evaluar estos servicios y usar esta información
en los planes de ordenamiento territorial.

Cuarto, debemos desarrollar los mercados para estos servicios ambientales. Los pueblos
y ciudades de Colombia dependen de las cuencas para su desarrollo, pero en muchos
casos no se reconocen ni pagan estos servicios. Por fortuna, ciudades como Bogotá
están pagando por el uso del agua que proviene del Parque Nacional Natural de
Chingaza. Pero existen otros mercados que debemos aprovechar, como son el mercado
del carbono para mitigar el cambio climático o los productos biotecnológicos para salud y
alimentación.

Es fundamental que los tomadores de decisiones adopten y apliquen políticas que


permitan una adecuada gestión ambiental, revirtiendo la deforestación, asegurando la
conservación y el manejo y uso sostenible de los ecosistemas; y promoviendo la
movilización de inversiones, tanto públicas como privadas, que garanticen un desarrollo
con mayor equidad del que se beneficien no sólo ésta, sino también las próximas
generaciones. Igualmente importante es que la ciudadanía esté bien informada, ya que lo
que está en juego es su presente y su futuro.

Colombia y sus regiones se están beneficiando de la bonanza minera y petrolera, pero


esta es una solución a corto y quizá mediano plazo. La verdadera riqueza de Colombia
está en sus recursos naturales y es hora de usarlos sabiamente.

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