La Migración es el traslado o desplazamiento de la población de una región a otra
o de un país a otro. La migración puede ser temporal o permanente, y puede
ser voluntaria o forzada.
Las causas de migración en los humanos son:
Sociales: guerras, conflictos, persecución, regímenes políticos e
inseguridad. Económicas: falta de comida y dinero. Naturales: terremotos, huracanes, inundaciones, entre otros.
Emigrar e inmigrar: La emigración consiste en dejar la región de origen para
establecerse en otra región. Inmigración es la entrada a un país de personas que nacieron o proceden de otro lugar.
Tipos de migración
Según el tiempo:
Migración temporal: cuando el migrante va a estar en el lugar de destino por
un periodo de tiempo y después regresa a su lugar de origen. Migración permanente: cuando el migrante va a estar en el lugar de destino de manera permanente o de por vida. Según su carácter:
Migración forzada: cuando el migrante parte de su lugar de residencia por
situaciones que amenazan su vida o en contra de su voluntad. Por ejemplo, un conflicto armado o los desastres naturales. Migración voluntaria: cuando el migrante parte de su lugar de residencia por voluntad propia en busca de una mejor calidad de vida. Según su destino:
Migración interna: cuando el lugar de destino del migrante es dentro del
mismo país, es decir, se traslada a otra región o lugar. Migración internacional: cuando el lugar de destino del migrante es otro país diferente. Incidencia de la migración en las personas y las regiones Dado que la población emigrante suele ser joven, en edades potencialmente productivas y reproductivas, las regiones de destino se rejuvenecen, mientras que las de origen envejecen al quedar predominantemente los efectivos poblacionales de mayor edad. Es decir, en las regiones de destino aumenta la natalidad y disminuye la mortalidad, mientras que en las de origen sucede lo contrario. Por tanto, una región que pierde población por migración no sólo pierde su importancia numérica, sino también modifica su crecimiento natural. Otro efecto demográfico de la migración en las regiones de origen es el desequilibrio en el volumen por sexo, ya que al tratarse de migraciones motivadas por cuestiones principalmente laborales suelen emigrar más hombres que mujeres. Por tanto, en las regiones de destino hay mayor proporción de hombres y en las de origen, de mujeres. También se da el caso contrario cuando son las mujeres las que más emigran. El equilibrio o desequilibrio en la relación numérica entre los sexos afecta, entre otros fenómenos sociodemográficos, a los mercados laborales. La migración de personas entre países provoca pérdida de mano de obra al país emisor y ganancias de mano de obra al receptor. No siendo posible generalizar en los países de origen, se entiende en los países con una economía débil, se tiene la percepción de que la emigración es positiva. Como efecto positivo se consideran las remesas, las cantidades de dinero que los emigrantes remiten a sus países de origen. Otro importante efecto positivo sería el retorno de los emigrantes, Los emigrantes pueden retornar a generar hechos importantes para la vida económica y política de su país de origen debido al cúmulo de experiencias recogidas y capacitación adquirida. Existirían también efectos sociales que podrían ser positivos o negativos, probablemente prevaleciendo los negativos. Como efectos negativos cabría señalar la des estructuración de las familias generando problemas afectivos en sus miembros. Cuando los emigrantes son los padres podría sumarse una inadecuada atención de los hijos que podría llevarlos a la marginalidad o la delincuencia. Los inmigrantes suponen una fuerza laboral en la que el país no ha tenido que invertir, viniendo en edad de incorporarse al mercado laboral, y en un futuro con menores costes sociales que los nativos ya que, en parte, pasado un tiempo retornan a su país antes de acabar su edad laboral. Los inmigrantes, lejos de suponer un costo para los servicios sociales, sistema de educación con el paso del tiempo se vuelven contribuyentes netos, ya que son más jóvenes que la población nativa.
Cortés, Vicenta . (1986). La escritura y lo escrito. Paleografía y diplomática de España y América en los siglos XVI y XVII. Madrid: Ediciones Cultura Hispánica Instituto de Cooperación Iberoamericana, pp. 1-59