Вы находитесь на странице: 1из 4

C.

2 Sobre la existencia de Dios 107


más plena y eminente las perfecciones que se verifican en las criaturas; y,
SANTO TOMÁS DE AQUINO por otra, en que cuando Dios revela misterios escondidos, habla al hombre
con palabras humanas (cf. q.13). En la historia de la salvación, Dios se abaja
para que el hombre le entienda 10 .

SUMA DE
BIBLIOGRAFÍA

Sobre el De Deo Uno de Santo Tomás se han hecho muchos estudios


parciales, pero pocos como visión de conjunto, al menos en esta segunda
mitad del siglo XX. Por ello mismo, hemos preferido indicar la bibliografía

TEOLOGÍA
adecuada a través de la Introducción o en las notas correspondientes. Nos
limitamos ahora a indicar algunas obras, de fácil acceso para el lector, que
pueden ayudarle a tener una perspectiva global del tratado tomista.
GARRIGOU-LAGRANGE, R., Dieu, son Existence et sa Nature (París 111950).

I LAFONT, G., Estructuras y método en la Suma Teológica de Santo Tomás (Madrid 1964).
MANSER, G., La esencia del tomismo (Madrid 21953).
MUÑIZ, F., Introducciones y notas a p.I qq.2-26: Suma Teológica II (Madrid 1947) p.24-
1055.
PARTE I NICOLÁS, J. H., Le Dieu Unique. Introduction et notes p.I qq.2-26: Somme Théologique
t.I (París 1984) p.167-347.
PAISSAC, H., Dieu est: Initiation catholique t.II (París 1957) p.33-142.
COLABORADORES ROYO MARÍN., A. Dios y su obra (Madrid 1963).
SCHILLEBEECKX, Revelación y Teología (Salamanca 1968).
José Martorell • Gregorio Celada • Alberto SERTILLANGES, A.D., Santo Tomás de Aquino t.I (Buenos Aires 1945) p.177-288.
VARIOS, Dio e l'economia della salvezza: Atti Congres. Internazionale t.III (Roma-Na-
Escallada • Sebastián Fuster • José María poli 1976).
Artola • Armando Bandera • Eliseo Rodríguez •
Fernando Soria
CUESTIÓN 2
CUARTA EDICIÓN Sobre la existencia de Dios
(Reimpresión)
Así, pues, como quiera que el objetivo principal de esta doctrina sagrada
es llevar al conocimiento de Dios, y no sólo como ser, sino también como
principio y fin de las cosas, especialmente de las criaturas racionales según
ha quedado demostrado (q.1 a.7), en nuestro intento de exponer dicha doc-
trina trataremos lo siguiente: primero, de Dios; segundo, de la marcha del
hombre hacia Dios; tercero, de Cristo, el cual, como hombre, es el camino
en nuestra marcha hacia Dios.
La reflexión sobre Dios abarcará tres partes. En la primera trataremos lo
que es propio de la esencia divina; en la segunda, lo que pertenece a la dis-
tinción de personas; en la tercera, lo que se refiere a las criaturas en cuanto
que proceden de Él.
Con respecto a la esencia divina, sin duda habrá que tratar lo siguiente:
primero, la existencia de Dios; segundo, cómo es, o mejor, cómo no es; ter-
cero, de su obrar, o sea, su ciencia, su voluntad, su poder.
Lo primero plantea y exige respuesta a tres problemas:
1. ¿Es o no es evidente Dios por sí mismo?—2. ¿Es o no es demostra-
ble?—3. ¿Existe o no existe Dios?
BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS 10
MADRID • MMI
La introducción al prólogo de la cuestión 27 debería leerse como continuación de la pre-
sente.
108 La naturaleza divina C.2 a.1
C.2 a.2 Sobre la existencia de Dios 109
ARTÍCULO 1 tanto, que Dios existe es evidente por sí
mismo. consiste Dios, para nosotros no es evi- soluta, esto no es evidente para nos-
Dios, ¿es o no es evidente por sí dente b, sino que necesitamos demostrar- otros.
mismo? En cambio, nadie puede pensar lo lo a través de aquello que es más evi-
contrario de lo que es evidente por sí dente para nosotros y menos por su na-
q.3 a.4 ad 2; In Sent. l.1 d.3 q.1 a.2; De verit. q.10 ARTÍCULO 2
a.12; De pot. q.7 a.2 ad 11; Cont. Gentes 1 11.12; In
mismo, tal como consta en el Filósofo, turaleza, esto es, por los efectos.
Metaphys. 4 lect. 5; In Post. Analyt. 1 lect. 43. IV Metaphys. 3 y I Poster.4 cuando trata La existencia de Dios, ¿es o no es
los primeros principios de la demostra- Respuesta a las objeciones: 1. A la demostrable?
Objeciones por las que parece que ción. Sin embargo, pensar lo contrario primera hay que decir: Conocer de un 1-2 q.74 a.10 ad 3; In Sent. l.3 d.24 q.1 a.2 q.a 2; In
Dios es evidente por sí mismo: de que Dios existe, sí puede hacerse, se- modo general y no sin confusión que Boet. De Trin. q.1 lect.2; Cont. Gentes 1,12; De Pot.
1. Se dice que son evidentes por sí gún aquello del Sal 52,1: Dice el necio en q.7 a.3.
Dios existe, está impreso en nuestra na-
mismas aquellas cosas cuyo conocimien- su interior: Dios no existe. Por lo tanto, turaleza en el sentido de que Dios es la
to nos es connatural, por ejemplo, los que Dios existe no es evidente por sí Objeciones por las que parece que
felicidad del hombre; puesto que el
primeros principios. Pero, como dice el mismo. Dios no es demostrable:
hombre por naturaleza quiere ser feliz,
Damasceno al inicio de su libro 1 , el cono- 1. La existencia de Dios es artículo
Solución. Hay que decir: La evidencia por naturaleza conoce c lo que por natu-
cimiento de que Dios existe está impreso en de fe. Pero los contenidos de fe no son
de algo puede ser de dos modos. Uno, raleza desea. Pero a esto no se le puede
todos por naturaleza. Por lo tanto, Dios es demostrables, puesto que la demostra-
en sí misma y no para nosotros; otro, en llamar exactamente conocer que Dios
evidente por sí mismo. ción convierte algo en evidente, en cam-
sí misma y para nosotros. Así, una pro- existe; como, por ejemplo, saber que al-
2. Más aún. Se dice que son eviden- bio la fe trata lo no evidente, como dice
posición es evidente por sí misma cuan- guien viene no es saber que Pedro viene
tes por sí mismas aquellas cosas que, al el Apóstol en Heb 2,1. Por lo tanto, la
do el predicado está incluido en el con- aunque sea Pedro el que viene. De he-
decir su nombre, inmediatamente son existencia de Dios no es demostrable.
cepto del sujeto, como el hombre es ani- cho, muchos piensan que el bien perfec- 2. Más aún. La base de la demostra-
identificadas. Esto, el Filosofo en I Pos-
mal, ya que el predicado animal está to del hombre, que es la bienaventuran-
ter.2 lo atribuye a los primeros princi- ción está en lo que es. Pero de Dios no
incluido en el concepto de hombre. De za, consiste en la riqueza; otros, lo colo- podemos saber qué es, sino sólo qué no es,
pios de demostración. Por ejemplo, una can en el placer; otros, en cualquier otra
vez sabido lo que es todo y lo que es este modo, si todos conocieran en qué como dice el Damasceno6 . Por lo tanto,
consiste el predicado y en qué el sujeto, cosa.
parte, inmediatamente se sabe que el no podemos demostrar la existencia de
todo es mayor que su parte. Por eso, la proposición sería evidente para todos. 2. A la segunda hay que decir: Es pro- Dios.
una vez comprendido lo que significa Esto es lo que sucede con los primeros bable que quien oiga la palabra Dios no 3. Todavía más. Si se demostrase la
este nombre, Dios, inmediatamente se principios de la demostración, pues sus entienda que con ella se expresa lo más existencia de Dios, no sería más que a
concluye que Dios existe. Si con este términos como ser-no ser, todo-parte, y inmenso que se pueda pensar, pues de partir de sus efectos. Pero sus efectos no
nombre se da a entender lo más inmenso otros parecidos, son tan comunes que hecho algunos creyeron que Dios era son proporcionales a Él, en cuanto que
que se puede comprender, más inmenso nadie los ignora. cuerpo. No obstante, aun suponiendo los efectos son finitos y Él es infinito; y
es lo que se da en la realidad y en el en- Por el contrario, si algunos no cono- que alguien entienda el significado de lo lo finito no es proporcional a lo infinito.
tendimiento que lo que se da sólo en el cen en qué consiste el predicado y en que con la palabra Dios se dice, sin em- Como quiera, pues, que la causa no pue-
entendimiento. Como quiera que com- qué el sujeto, la proposición será eviden- bargo no se sigue que entienda que lo de demostrarse a partir de los efectos
prendido lo que significa este nombre, te en sí misma, pero no lo será para los que significa este nombre se dé en la que no le son proporcionales, parece
Dios, inmediatamente está en el entendi- que desconocen en qué consiste el predi- realidad, sino tan sólo en la comprehen- que la existencia de Dios no puede ser
miento, habrá que concluir que también cado y en qué el sujeto de la proposi- sión del entendimiento. Tampoco se demostrada.
está en la realidad. Por lo tanto, Dios es ción. Así ocurre, como dice Boecio 5, puede deducir que exista en la realidad, En cambio está lo que dice el Após-
evidente por sí mismo a. que hay conceptos del espíritu comunes a no ser que se presuponga que en la tol en Rom 1,20: Lo invisible de Dios se
3. Todavía más. Que existe la ver- para todos y evidentes por sí mismos realidad hay algo mayor que lo que pue- hace comprensible y visible por lo creado.
dad es evidente por sí mismo, puesto que sólo comprenden los sabios, por de pensarse. Y esto no es aceptado por Pero esto no sería posible a no ser que
que quien niega que la verdad existe está ejemplo, lo incorpóreo no ocupa lugar. los que sostienen que Dios no existe. por lo creado pudiera ser demostrada la
diciendo que la verdad existe; pues si la Por consiguiente, digo: La proposi- 3. A la tercera hay que decir: Que la existencia de Dios, ya que lo primero
verdad no existe, es verdadero que la ción Dios existe, en cuanto tal, es eviden- verdad en general existe, es evidente por que hay que saber de una cosa es si
verdad no existe. Pero para que algo sea te por sí misma, ya que en Dios sujeto y sí mismo; pero que exista la verdad ab- existe.
verdadero, es necesario que exista la ver- predicado son lo mismo, pues Dios es
dad. Dios es la misma verdad. Jn 14,6: su mismo ser, como veremos (q.3 a.4).
Yo soy el camino, la verdad y la vida. Por lo Pero, puesto que no sabemos en qué 5. ML 64,1311. 6. S. JUAN DAMASCENO, l.1 c.4: MG 94,800.

1. S. JUAN DAMASCENO, De Fide Orthodoxa l.1 c.1: MG 94,789. 2. ARISTÓTELES, c.3 b. La respuesta es paradójica. En el plano ontológico, los efectos son posteriores a la causa
n.4 (BK 72b18): S. Th. lect.7 n.58. 3. ARISTÓTELES, c.3 n.7 (BK 1005b11): S. Th. lect.6 y dependen de ella; en el orden del conocimiento sucede al revés: sólo partiendo de los efectos
n.59. 4. ARISTÓTELES, c.10 n.7 (BK 76b23): S. Th. lect.19 n.2. se asciende a la causa. Esto explica que, siendo la existencia de Dios evidente con evidencia on-
tológica (pues la existencia se contiene en su esencia) no lo sea noéticamente.
a. He ahí el famoso «argumento ontológico» propuesto por San Anselmo en el Proslogio c. Es doctrina corriente en tiempos de Santo Tomás afirmar que la existencia de Dios es
cc.2-3: ML 158, 227-228; BAC (Madrid 1952) p.367-369 y en Contra Gaunilonem: ML 158,247- algo evidente, en el sentido de «naturalmente espontáneo». Siquiera en la confusión, todo hom-
260. Más tarde lo expondrán también Descartes († 1650) y Leibniz († 1716). Santo Tomás le bre acepta que Dios existe. Es como una vaga idea esculpida en el corazón. En realidad, todo
achaca un paso indebido del orden ideal al real. hombre le está buscando desde el momento que persigue su felicidad; y hay, muy arraigado en
la interioridad, un deseo innato de dicha (cf. 1 q.12 a.1; 1-2 q.3 a.8).
110 La naturaleza divina C.2 a.3 C.2 a.3 Sobre la existencia de Dios 111

Solución. Hay que decir: Toda demos- 3. A la tercera hay que decir: Por efec- neras distintas f. 1) La primera y más Ejemplo: el fuego, en acto caliente,
tración es doble. Una, por la causa, que tos no proporcionales a la causa no se clara es la que se deduce del movimien- hace que la madera, en potencia caliente,
es absolutamente previa a cualquier puede tener un conocimiento exacto de to. Pues es cierto, y lo perciben los sen- pase a caliente en acto. De este modo la
cosa. Se la llama: a causa de. Otra, por el la causa. Sin embargo, por cualquier tidos, que en este mundo hay movimien- mueve y cambia. Pero no es posible que
efecto, que es lo primero con lo que nos efecto puede ser demostrada claramente to. Y todo lo que se mueve es movido una cosa sea lo mismo simultáneamente
encontramos; pues el efecto se nos pre- que la causa existe, como se dijo (sol.). por otro. De hecho nada se mueve a no en potencia y en acto; sólo lo puede ser
senta como más evidente que la causa, y Así, por efectos divinos puede ser de- ser que en, cuanto potencia, esté orienta- respecto a algo distinto. Ejemplo: Lo
por el efecto llegamos a conocer la cau- mostrada la existencia de Dios, aun do a aquello por lo que se mueve. Por que es caliente en acto, no puede ser al
sa. Se la llama: porque. Por cualquier cuando por los efectos no podamos lle- su parte, quien mueve está en acto. Pues mismo tiempo caliente en potencia, pero
efecto puede ser demostrada su causa gar a tener un conocimiento exacto de mover no es más que pasar de la poten- sí puede ser en potencia frío. Igualmen-
(siempre que los efectos de la causa se cómo es Él en sí mismo. cia al acto. La potencia no puede pasar a te, es imposible que algo mueva y sea
nos presenten como más evidentes): por- acto más que por quien está en acto. movido al mismo tiempo, o que se mue-
que, como quiera que los efectos depen-
den de la causa, dado el efecto, necesa- ARTÍCULO 3
riamente antes se ha dado la causa. De aunque partiendo de las cosas visibles se puede alcanzar algún conocimiento de Él —porque
donde se deduce que la existencia de ¿Existe o no existe Dios?e es causa y causa eminente— la verdad es que cuanto más se progresa en su descubrimiento
Dios, aun cuando en sí misma no se nos más consciente se es de su lejanía (In Boet. de Trin, proem. q.1 a.2). En una ocasión escribe:
q.11, a.3; q.19 a.4; q.44 a.1; q.47 a.3 ad 1; q.65 a.1; «Y esto es lo máximo y más perfecto de nuestro conocimiento en la tierra: unirse a Dios como
presenta como evidente, en cambio sí es q.103 a.1 ad 3; In Sent. l.1 d.3; 1.2 d.1 q.1 a.1; d.25 al gran Desconocido» (Cont. Gent. 3,49). Tanto que pretender demostrar al Dios-trinitario es
demostrable por los efectos con que nos q.1 a.1; d.28 q.1 a.3 ad 2; De Verit. q.2 a.3; q.5 a.2; fomentar el ateísmo y ridiculizar la religión (1 q.32 a.1). Dios es Aquél de quien nada se hubie-
encontramos. Cont. Gentes 1, 13 15.16.42; 2, 15.24; 3, 1.22.64;
Compend. Theol. c.3; De Pot. q.2 a.3 ad 5; q.3 a.5; ra llegado a saber si no se hubiera Él mismo auto-comunicado en una donación previa y gra-
Respuesta a las objeciones: 1. A la a.6; a.5; q.5 a.3; In Physic. 2 lect. 12 a.1; 7 lect. 9; In tuita (1 q.1 a.6).
primera hay que decir: La existencia de Io Prol. 3-6; In Metaphys. 12 lect.5. Analizadas desde una óptica puramente filosófica, las vías son argumentos metafísicos que ló-
Dios y otras verdades que de Él pueden gicamente convergen en un Primer-Ser. Supuesto el principio de causalidad, tienen ciertamente
ser conocidas por la sola razón natural, Objeciones por las que parece que un valor probativo (1 q.44 a.1). Sin embargo:
Dios no existe: a) de su argumentación racional, el Angélico no concluye taxativamente «luego Dios exis-
tal como dice Rom 1,19, no son artícu- te», sino: «y a esto llamamos Dios». Es decir, como creyente, identifica la conclusión filosófica
los de fe, sino preámbulos a tales artícu- 1. Si uno de los contrarios es infini- («luego hay un Primer Ser») con lo que la Revelación manifiesta acerca del Dios salvador. Lo
los. Pues la fe presupone el conocimien- to, el otro queda totalmente anulado. cual ya no es un paso filosófico, sino de fe. Su argumentación termina en los preámbulos de
to natural, como la gracia presupone la Esto es lo que sucede con el nombre la fe (In Boet. de Trin. q.2 a.3).
naturaleza y la perfección lo perfectible. Dios al darle el significado de bien abso- b) se trata de un análisis filosófico sólo accesible «a pocos, después de mucho tiempo y
Sin embargo, nada impide que lo que en luto. Pues si existiese Dios, no existiría con mezcla de errores» (1 q.1 a.1). Unas vías metafísicas pueden convencer a una mente «meta-
sí mismo es demostrable y comprensible, ningún mal. Pero el mal se da en el física», pero difícilmente conmoverán al hombre existencial, en su realidad física, amasijo de
sea tenido como creíble por quien no mundo. Por lo tanto, Dios no existe. pasiones y sentimientos, incapacitado normalmente de captar la verdad de una forma objetiva
llega a comprender la demostración. 2. Más aún. Lo que encuentra su ra- (1-2 q.9 a.2).
zón de ser en pocos principios, no se c) en resumen, lo que pretende es justificar, desde un prisma racional, al Dios que se re-
2. A la segunda hay que decir: Cuando vela, en quien ya cree y de quien sabe se ha presentado a Moisés como El que es. Es ilumina-
se demuestra la causa por el efecto, es busca en muchos. Parece que todo lo dor, a este respecto, comprobar cómo se apoya en Ex.3,14 en el sed contra del artículo y cómo,
necesario usar el efecto como definición que existe en el mundo, y supuesto que más adelante, le dedica un artículo completo (1 q.13 a.11). Se trata, pues, de una teología del
de la causa para probar la existencia de Dios no existe, encuentra su razón de Éxodo.
la causa. Esto es así sobre todo por lo ser en otros principios; pues lo que es F. LAFONT, o.c. 31; E. SCHILLEBEECKX, Interpretación de la fe (Salamanca 1973) p.122;
que respecta a Dios. Porque para probar natural encuentra su principio en la na- S. FUSTER, Planteamiento del problema de Dios en la Escolástica y en la Nueva Teología: Esc Ved 3
que algo existe, es necesario tomar como turaleza; lo que es intencionado lo en- (1973) 596; Planteamiento del problema de Dios y ateísmo contemporáneo: Atti Congr. Internaz. (Na-
base lo que significa el nombre, no lo que cuentra en la razón y voluntad humanas. poli-Roma 1976) III 293-298; M. GELABERT, Experiencia humana y comunicación de la fe (Madrid
es; ya que la pregunta qué es presupone Así, pues, no hay necesidad alguna de 1983) p.91; E. GOSSMANN, Fe y conocimiento de Dios en la edad media (Madrid 1975) p.94-97;
acudir a la existencia de Dios. A. MOTTE, Théodicée et théologie chez S. Th.: RvScPhTh 26 (1938) 5-26.
otra: si existe. Los nombres dados a Dios f. La estructura de las vías es firme. Se distinguen por sus puntos de partida, que son cinco
se fundamentan en los efectos, como En cambio está lo que se dice en visiones distintas del mundo, pero todas ellas tienen idéntico desarrollo, a saber: punto de par-
probaremos más adelante (q.13 a.1). De Éxodo 3,14 de la persona de Dios: Yo tida, constatación de un hecho de experiencia; primer grado, este hecho ha sido necesariamente
ahí que, demostrando por el efecto la existo. causado; segundo grado, en una subordinación esencial de causas, es preciso llegar a una prime-
existencia de Dios, podamos tomar ra; término, luego se da una primera causa. Y a eso llamamos Dios. Luego Dios existe. «Toda
como base lo que significa este nombre Solución. Hay que decir: La existencia interpretación que rompa este marco está evidentemente fuera de la ruta señalada por el Angé-
Dios d. de Dios puede ser probada de cinco ma- lico Doctor y, por consiguiente, fuera de su pensamiento» (F. MUÑlZ, Introducción a la q.2:
Suma Teológica (Madrid 1947) I p.114). «Son una obra maestra de argumentación precisa, tra-
bada y clara. Aunque utiliza precedentes, entre ellos incluso Moisés Maimónides, al lado de
d. Cf. R. POIRSON, Réflexions sur les six premières questions de la «Somme théologique», particuliè- Aristóteles y San Agustín, sin embargo la construcción del pensamiento está concebida de un
rement 1 q.2 a.2 ad 2: RvScRel 36 (1962) 185-195. modo enteramente personal. La expresión ceñida, contundente, y el resumen límpido son justa-
e. El teólogo empieza por creer que existe Dios. No necesita pruebas que se lo certifiquen. mente clásicos» (M. GRABMANN, Santo Tomás de Aquino (Barcelona 1930 p.88).—Pueden verse
Si acude a la filosofía no es para probar lo que ya cree, sino para justificar racionalmente la fe. también A. MOTTE, A propos des cinq voies: RvScPhTh 27 (1938) 577-582; A. GONZÁLEZ ALVÁ-
Santo Tomás acepta el valor metafísico de unas «vías» para llegar a descubrir la realidad de REZ, Teología natural (Madrid 1949) p.239-315; R. GARRIGOU LAGRANGE, Dieu, son Existence et
un Primer-Ser trascendente, Motor, Causa, Ejemplar y Fin del mundo. Sin embargo, la afirma- sa Nature (París 111950) p.226-342; PÍO XII, Las pruebas de la existencia de Dios a la luz de la cien-
ción vivencial de la divinidad no es para él un problema racional, sino un misterio de gracia. cia moderna: Ecclesia 542 (1951) 5-8; H. PAISSAC, Iniciación teológica (Barcelona 1957) I p.345-350;
«Dios mora como en una especie de tinieblas impenetrables» (In Sent. 1 d.13 a.1 sol.4) y, E. GlLSON, Le Thomisme (Paris 1942) p.58.78.81; etc.
112 La naturaleza divina C.2 a.3 C.3 Sobre la simplicidad de Dios 113

va a sí mismo. Todo lo que se mueve imposible que algo empezara a existir; el arquero. Por lo tanto, hay alguien in- naturaleza obra por un determinado fin
necesita ser movido por otro. Pero si lo en consecuencia, nada existiría; y esto es teligente por el que todas las cosas son a partir de la dirección de alguien supe-
que es movido por otro se mueve, nece- absolutamente falso. Luego no todos los dirigidas al fin. Le llamamos Dios. rior, es necesario que las obras de la na-
sita ser movido por otro, y éste por seres son sólo posibilidad; sino que es turaleza también se reduzcan a Dios
otro. Este proceder no se puede llevar preciso algún ser necesario. Todo ser Respuesta a las objeciones: 1. A la como a su primera causa. De la misma
indefinidamente, porque no se llegaría al necesario encuentra su necesidad en primera hay que decir: Escribe Agustín en manera también, lo hecho a propósito es
primero que mueve, y así no habría mo- otro, o no la tiene. Por otra parte, no es el Enchiridio9: Dios, por ser el bien sumo, de necesario reducirlo a alguna causa supe-
tor alguno pues los motores intermedios posible que en los seres necesarios se ninguna manera permitiría que hubiera algún rior que no sea la razón y voluntad hu-
no mueven más que por ser movidos busque la causa de su necesidad llevando tipo de mal en sus obras, a no ser que, por ser manas; puesto que éstas son mudables y
por el primer motor. Ejemplo: Un bas- este proceder indefinidamente, como omnipotente y bueno, del mal sacara un bien. perfectibles. Es preciso que todo lo so-
tón no mueve nada si no es movido por quedó probado al tratar las causas efi- Esto pertenece a la infinita bondad de metido a cambio y posibilidad sea redu-
la mano. Por lo tanto, es necesario llegar cientes (núm. 2). Por lo tanto, es preciso Dios, que puede permitir el mal para sa- cido a algún primer principio inmutable
a aquel primer motor al que nadie mue- admitir algo que sea absolutamente ne- car de él un bien. y absolutamente necesario, tal como ha
ve. En éste, todos reconocen a Dios. cesario, cuya causa de su necesidad no 2. A la segunda hay que decir: Como la sido demostrado (sol.).
2) La segunda es la que se deduce de esté en otro, sino que él sea causa de la
la causa eficiente. Pues nos encontramos necesidad de los demás. Todos le dicen
que en el mundo sensible hay un orden Dios.
de causas eficientes. Sin embargo, no en- 4) La cuarta se deduce de la jerarquía CUESTIÓN 3
contramos, ni es posible, que algo sea de valores que encontramos en las cosas.
causa eficiente de sí mismo, pues sería Pues nos encontramos que la bondad, la Sobre la simplicidad de Dios
anterior a sí mismo, cosa imposible. En veracidad, la nobleza y otros valores se
las causas eficientes no es posible proce- dan en las cosas. En unas más y en otras Cuando de algo se sabe que existe, falta por averiguar cómo es para que
der indefinidamente porque en todas las menos. Pero este más y este menos se dice se puede llegar a saber qué es. Como quiera que de Dios no podemos saber
causas eficientes hay orden: la primera es de las cosas en cuanto que se aproximan qué es sino qué no es a , al tratar de Dios no podemos centrarnos en cómo es,
causa de la intermedia; y ésta, sea una o más o menos a lo máximo. Así, caliente se sino, mejor, en cómo no es. Por lo tanto, lo primero a tratar será cómo no
múltiple, lo es de la última. Puesto que, dice de aquello que se aproxima más al
máximo calor. Hay algo, por tanto, que es; lo segundo, cómo es conocido por nosotros; lo tercero, cómo llamarle.
si se quita la causa, desaparece el efecto,
si en el orden de las causas eficientes no es muy veraz, muy bueno, muy noble; y, El cómo no es Dios puede demostrarse no aplicándole todo lo que es in-
existiera la primera, no se daría tampoco en consecuencia, es el máximo ser; pues compatible con Él: la composición, el movimiento y cosas parecidas. Prime-
ni la última ni la intermedia. Si en las las cosas que son sumamente verdaderas, ro investigaremos su simplicidad, para lo cual no se le aplica la composi-
causas eficientes llevásemos hasta el infi- son seres máximos, como se dice en II ción. Y puesto que en las cosas corporales lo simple es imperfecto y divisi-
nito este proceder, no existiría la prime- Metaphys. 7 Como quiera que en cual- ble, en segundo lugar investigaremos su perfecciónb. En tercer lugar, su
ra causa eficiente; en consecuencia no quier género, lo máximo se convierte en infinitud. En cuarto lugar, su inmutabilidad. En quinto lugar, su unidad.
habría efecto último ni causa intermedia; causa de lo que pertenece a tal género
y esto es absolutamente falso. Por lo — así el fuego, que es el máximo calor, 9. C.2: ML 40,236.
tanto, es necesario admitir una causa efi- es causa de todos los calores, como se
ciente primera. Todos la llaman Dios. explica en el mismo libro 8 —, del mis- a. Las cuestiones 3-26 corresponden a lo que en la Escolástica solía denominarse «Naturale-
3) La tercera es la que se deduce a mo modo hay algo que en todos los se- za y Atributos de Dios». Sólo que al situarlo en el tratado «De-Deo-Uno» como independiente
partir de lo posible y de lo necesario. Y res es causa de su existir, de su bondad, del «De-Deo-trino», sin apenas diferenciarlo de la Teodicea, era más bien una visión filosófica
dice: Encontramos que las cosas pueden de cualquier otra perfección. Le llama- que teológica. Hoy suele descartarse la terminología anterior y se prefiere hablar de «formas de
existir o no existir, pues pueden ser pro- mos Dios. actuación» del Dios que se revela (cf. K. RAHNER, Theos en el Nuevo Testamento: Escritos Teolo-
ducidas o destruidas, y consecuentemen- 5) La quinta se deduce a partir del gía t.I [Madrid 1967] p.129; M. LOHRER, Propiedades y formas de actuación de Dios: Mysterium Sa-
lutis II/1 [Madrid 1969] p.258). Tampoco Santo Tomás usa el término «atributos»; él los llama
te es posible que existan o que no exis- ordenamiento de las cosas. Pues vemos «títulos» o «condiciones» (cf. Cont. Gent. 1,14). Se trata, como ya hemos venido diciendo, de
tan. Es imposible que las cosas someti- que hay cosas que no tienen conoci- una función sapiencial de la teología y se presenta como un desdoblamiento y aplicación de las
das a tal posibilidad existan siempre, miento, como son los cuerpos naturales, cinco vías. En éstas se halla como en germen toda la «teodicea» tomista. El Angélico continúa
pues lo que lleva en sí mismo la posibili- y que obran por un fin. Esto se puede así una larga tradición, desde Agustín, pasando por el Pseudo-Dionisio, Boecio y Juan Damas-
dad de no existir, en un tiempo no exis- comprobar observando cómo siempre o ceno, hasta escolásticos casi contemporáneos como Guillermo de Auxerre y Alejandro de Ha-
tió. Si, pues, todas las cosas llevan en sí a menudo obran igual para conseguir lo les. Tomás adopta una línea intermedia entre una visión antropomórfica de Dios y una concep-
mismas la posibilidad de no existir, mejor. De donde se deduce que, para al- ción que hace de Dios algo inaccesible, entre un Dios lejano (1 q.8 a.3) y un Dios mundano
hubo un tiempo en que nada existió. canzar su objetivo, no obran al azar, (1 q.3 a.8).
b. Las tres primeras cuestiones: simplicidad-perfección-bondad son fundamentales para cap-
Pero si esto es verdad, tampoco ahora sino intencionadamente. Las cosas que tar a Santo Tomás. De forma precisa y sistemática explota en ellas toda la virtualidad de las
existiría nada, puesto que lo que no exis- no tienen conocimiento no tienden al fin cinco vías. Partiendo de que Dios es acto puro, es decir, ser en plenitud, ser sin mezcla de no-
te no empieza a existir más que por algo sin ser dirigidas por alguien con conoci- ser, sin negatividad o deficiencia alguna, como quien devana una madeja va deduciendo los
que ya existe. Si, pues, nada existía, es miento e inteligencia, como la flecha por restantes «títulos». Por ser simple, Dios será distinto de todas las criaturas. Por ser perfecto,
abarcará las perfecciones de todas ellas. Por ser la bondad, será la fuente y el origen de todo
bien. «A nuestro juicio, no tiene equivalente en la tradición escolástica y proporciona una vi-
7. ARISTÓTELES, Iα c.1 n.5 (BK 993b30): S. Th. lect.2 n.298. 8. ARISTÓTELES, Iα c.1 sión profundamente teológica de Dios. En Alejandro de Hales, a quien sigue San Alberto
n.5 (BK 993b25): S. Th. lect. n.298. Magno, el tríptico fundamental parece ser Unidad-Verdad-Bondad» (G. LAFONT, o.c., 37).

Вам также может понравиться