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Métodos participativos En la base de estos métodos y técnicas está la concepción del aprendizaje
como un proceso activo, de creación y recreación del conocimiento por los alumnos, mediante la
solución colectiva de tareas, el intercambio y confrontación de ideas, opiniones y experiencias
entre estudiantes y profesores.
Los mismos no pretenden la aceptación acrítica de la palabra del maestro, sino que
estimulan la búsqueda de la verdad a través del trabajo conjunto de indagación y
reflexión, aproximando la enseñanza a la investigación científica, a la actividad
productiva y social, brindando una mayor solidez a los conocimientos adquiridos.
La índole de las tareas a acometer, así como las condiciones en las que éstas se
desarrollan, estimulan una mayor actividad cognoscitiva en los estudiantes, así como el
desarrollo del espíritu investigativo, la independencia cognoscitiva, la creatividad y la
capacidad de autoaprendizaje.
Diversidad de métodos
Existe una gran diversidad de métodos así como múltiples variantes de los existentes, que
permiten su empleo en diferentes niveles de enseñanza y materias de estudio; los mismos pueden
aplicarse tanto en grupos pequeños como numerosos, en actividades centradas en uno sólo de
estos métodos o en una combinación de varios de ellos que se complementan. A pesar de esta
gran flexibilidad, su utilización precisa del cumplimiento de determinados requisitos.
Las visibles ventajas del uso de estos métodos en la enseñanza ha creado en algunos
educadores la ilusión de que se trata de instrumentos "todopoderosos" que, por sí
mismos, garantizan el éxito del proceso docente. Es bueno insistir en lo injustificado de
esta idea, ya que se trata únicamente de medios, cuya utilización será efectiva sólo si se
ajusta a los objetivos planteados, a los contenidos a abordar, a las características del
grupo de alumnos, y en dependencia de la habilidad del docente para aplicarlos y de las
condiciones específicas de su utilización.
Además del dominio de su materia, que se someterá a prueba por la participación activa
de los estudiantes en el proceso docente, se precisa del maestro que conozca las
características específicas, ventajas y limitaciones de los métodos a utilizar. Este
conocimiento es mucho más rico cuando el educador ha experimentado personalmente
con el método, en calidad de participante o dirigiendo su aplicación.
Un análisis detallado de los procedimientos a seguir antes de aplicar el método seleccionado
ayudará al profesor a prepararse adecuadamente para enfrentar cualquier dificultad que pudiera
surgir durante la clase.
Los adultos son un público difícil, no cuestionan el porqué de las cosas como los niños pero
exigen resultados y una justificación de qué les va a aportar recibir una formación.
Uno de los errores más comunes en la capacitación para adultos es olvidar al usuario final y
diseñar enfocándose en el contenido y no en quién va a consumir este contenido y cómo lo va a
aplicar.
El publico adulto necesita estar motivado para disfrutar y completar una formación, ya que no se
sienten "obligados" a hacer un determinado curso u otro. Las dinámicas de grupo pueden
ayudarte a reforzar lazos entre ellos. Si quieres motivar a los alumnos de tu curso online o
hacer dinámicas de grupo de forma online, lee los posts que hicimos sobre estos temas.
Aquí os dejamos 5 principios básicos de andragogía (aprendizaje en adultos) para tener en cuenta
y sacar el máximo provecho a tu curso.
1. Los adultos necesitan saber por qué ellos aprenden algo, qué obtienen de ello.
El proceso de aprendizaje ha de estar basado en escenarios de la vida real, usando vídeos que
demuestren como realizar una actividad concreta. Si necesita impartir gran cantidad de teoría es
preferible proporcionar un link complementario y enfocarse en la aplicación práctica.
El aprendizaje es mucho más efectivo cuando es un proceso activo que cuando se trata de un
proceso pasivo.
En el ejemplo concreto de una empresa, los empleados tienen una inclinación natural para
resolver tareas o problemas de la vida real, enfoque sus evaluaciones y actividades en cómo
resolver casos concretos, por ejemplo, comparta el conocimiento de cómo otras áreas del negocio
han resuelto los mismos problemas en el pasado y presente estudio de casos.
Se requiere mucho más que la sola información para lograr un cambio en las creencias, actitudes
y conductas de una compañía o para calar de verdad en un alumno.
Tenga en cuenta este aspecto y divida el contenido del curso en pequeños módulos que puedan
ser consumidos en minutos ofreciendo aplicación práctica tras esto. Practica el microlearning.
4. Aprenden mejor cuando el tema tiene valor inmediato para ellos.
Los temas de relevancia tienen más atractivo para los usuarios, la buena selección de un ejemplo
y su conexión con el público puede marcar la diferencia.
Actualmente no existe barrera final a nivel educativo, la vida se comprende como aprendizaje y
mejora personal continua, la selección del nivel del curso juega un importante papel, este ha de
ser motivador pero comprensible, los usuarios quieren ver contenidos al alcance de su nivel que
supongan un reto o una novedad.
Esperamos que si estás pensando en enseñar online tengas en cuenta estas máximas para que tu
curso online sea todo un éxito. Y por supuesto, también esperamos que lo hagas en ClassOnLive.
Te ayudaremos en todo lo que necesites.
– Ser paciente para orientar, destreza operativa y habilidad para hacer demostraciones prácticas.
– Conocer y manejar hábilmente técnicas grupales que le ayuden a integrar los grupos y
propiciar un ambiente agradable para que se pueda desarrollar el aprendizaje.
– Contar con buena memoria para identificar a los participantes por su nombre y recordar las
características de cada uno de los participantes.
-Tener la virtud del dialogo con todas las personas respetando sus criterios, así como escuchar las
distintas opiniones de los participantes
– Ser estable emocionalmente, mantener el control de su conducta, ante las diferentes situaciones
que se puedan suscitar.
– Tener habilidad en el uso de materiales de enseñanza, los diferentes elementos didácticos, así
como facilidad de adaptación a diferentes grupos: debe propiciar y mantener relaciones
interpersonales estables y armónicas.
– Contar con una comunicación clara, ser poseedor de buena dirección, tono de voz y habilidad
de comunicación verbal.
A diferencia de lo que ocurría hace 100 años, en la sociedad actual resulta bastante fácil para las
personas acceder en cada momento a la información que requieren (siempre que dispongan de las
infraestructuras necesarias y tengan las adecuadas competencias digitales; en este caso:
estrategias para la búsqueda, valoración y selección de información). No obstante, y también a
diferencia de lo que ocurría antes, ahora la sociedad está sometida a vertiginosos cambios que
plantean continuamente nuevas problemáticas, exigiendo a las personas múltiples competencias
procedimentales (iniciativa, creatividad, uso de herramientas TIC, estrategias de resolución de
problemas, trabajo en equipo...) para crear el conocimiento preciso que les permita afrontarlas
con éxito.
Por ello, hoy en día el papel de los formadores no es tanto "enseñar" (explicar-examinar) unos
conocimientos que tendrán una vigencia limitada y estarán siempre accesibles, como ayudar a los
estudiantes a "aprender a aprender" de manera autónoma en esta cultura del cambio y promover
su desarrollo cognitivo y personal mediante actividades críticas y aplicativas que, aprovechando
la inmensa información disponible y las potentes herramientas TIC, tengan en cuenta sus
características (formación centrada en el alumno) y les exijan un procesamiento activo
e interdisciplinario de la información para que construyan su propio conocimiento y no se limiten
a realizar una simple recepción pasiva-memorización de la información
(ver http://peremarques.net/actodid.htm).
Por otra parte, la diversidad de los estudiantes y de las situaciones educativas que pueden darse,
aconseja que los formadores aprovechen los múltiples recursos disponibles (que son muchos,
especialmente si se utiliza el ciberespacio) para personalizar la acción docente, y trabajen
en colaboración con otros colegas (superando el tradicional aislamiento, propiciado por la misma
organización de las escuelas y la distribución del tiempo y del espacio) manteniendo una actitud
investigadora en las aulas, compartiendo recursos (por ejemplo a través de las webs docentes),
observando y reflexionando sobre la propia acción didáctica y buscando progresivamente
mejoras en las actuaciones acordes con las circunstancias (investigación-acción).
Cada vez se abre más paso su consideración como un mediador de los aprendizajes de los
estudiantes, cuyos rasgos fundamentales son (Tebar, 2003):
En este marco, las principales funciones que debemos realizar los docentes hoy en día son las
siguientes:
- Diagnosticar necesidades.
- Diagnosticar las necesidades de formación del colectivo de los estudiantes a los que se dirige la
formación, teniendo en cuenta sus características y las exigencias legales y sociales.
1.- Preparar las clases. Organizar y gstionar situaciones mediadas de aprendizaje con estrategias
didácticas que consideren la realización de actividades de aprendizaje (individuales y
cooperativas) de gran potencial didáctico y que consideren las características de los estudiantes.
- Planificar cursos
- Aprovechar múltiples recursos y las aportaciones didácticas que pueden proporcionar sus
distintos códigos y lenguajes.
- Considerar la posibilidad de ofrecer a los estudiantes diversas actividades que puedan conducir
al logro de los objetivos (para facilitar el tratamiento de la diversidad mediante diversas
alternativas e itinerarios)
2.- Buscar y preparar materiales para los alumnos, aprovechar todos los lenguajes. Elegir
los materiales que se emplearán, el momento de hacerlo y la forma de utilización, cuidando de
los aspectos organizativos de las clases (evitar un uso descontextualizado de los materiales
didácticos). Estructurar los materiales de acuerdo con los conocimientos previos de los alumnos
(si es necesario establecer niveles).
- Diseñar y preparar materiales didácticos (en soporte convencional o TIC) que faciliten las
actividades de enseñanza/aprendizaje. La elaboración de materiales exige una preparación de las
clases que redundará en eficacia.
- Considerar las aportaciones de los "mass media" en la asignatura. De esta manera también se
trabajará con los estudiantes el análisis crítico de los mensajes que transmiten estos medios (que
además de proporcionar ocio y acercar la cultura, transmiten una información "filtrada" y pautas
de conducta).
- Seleccionar los recursos más adecuados en cada momento (según objetivos y contenidos,
alumnos, contexto.. y las propias características del profesor.). Su eficacia didáctica dependerá
del acierto de esta elección y de la manera en la que se prescriba su uso)
- Considerar también todos estos lenguajes al encargar actividades a los estudiantes, para que
éstos aprendan a utilizarlos al crear sus documentos y mensajes. Esto facilitará luego su
interacción en la sociedad (estos lenguajes forman parte de nuestra cultura)
- Motivar al alumnado
- Despertar el interés de los estudiantes (el deseo de aprender) hacia los objetivos y contenidos de
la asignatura (establecer relaciones con sus experiencias vitales, con la utilidad que obtendrán...).
Y mantenerlo.
- Establecer un buen clima relacional, afectivo, que proporcione niveles elevados de confianza y
seguridad: presentación inicial, aproximaciones personales...
- Ajustar las intenciones del curriculum a partir de los resultados de la evaluación inicial de los
estudiantes.
- Informar a los estudiantes de los objetivos y contenidos de la asignatura, así como de las
actividades que se van a realizar y del sistema de evaluación. Negociar posibles actividades a
realizar.
- Impartir las clases gestionando las estrategias previstas y adaptando las actividades de
aprendizaje a las circunstancias del momento (alumnos, contexto...). Resulta imprescindible
tener una buena planificación, pero se debe actuar estratégicamente
- Mantener las disciplina y el orden en clase (normas, horarios...). Las normas pueden ser tan
abiertas como se considere oportuno, pero deben cumplirse.
- Proporcionar información. Constituir una fuente de información para los alumnos, pero no la
única (presentación de los aspectos más importantes de los temas, sus posibles aplicaciones
prácticas, sus relaciones con otros temas conocidos...). Sugerir la consulta de otras fuentes
alternativas
- Proporcionar a los estudiantes información básica sobre los contenidos de la asignatura (guión,
visiones generales, textos básicos, esquemas...).
- Asesorar sobre la oportunidad del uso de los medios. Los medios además de actuar como
transmisores de la información, estructuran los esquemas mentales de los estudiantes y actúan
como mediadores entre la relaidad y su estructura mental exigiendo la realización de
determinadas operaciones cognitivas y facilitando el desarrollo de ciertas habilidades.
- Asesorar en el uso de las TIC como medio de comunicación: entre alumnos, con el profesor,
con terceros.... Las intranets ayudarán a reforzar las interrelaciones en la comunidad educativa de
la escuela. No obstante en cada momento y circunstancia hay que valorar el mejor canal de
comunicación: personal, virtual...
- Evaluar. Evaluar los aprendizajes de los estudiantes y las estrategias didácticas utilizadas.
- Aprovechar las posibilidades de las TIC para realizar alguna de las actividades de evaluación y
fomentar la autoevaluación por parte de los estudiantes.
- Tutoría
- Utilizar las TIC para facilitar y mejorar la acción tutorial: bases de datos para el seguimiento de
los estudiantes, tutorías telemáticas....
- En tanto los alumnos sean menores de edad o las circunstancias lo aconsejen, mantener
contactos con sus familias.
- Actuar como ejemplo para los estudiantes: en la manera de hacer las cosas, en las actitudes y
valores (entusiasmo, responsabilidad en el trabajo...)
- Dar ejemplo en la selección y buen uso de los recursos tecnológicos utilizándolos (como
instrumento didáctico y como recurso de trabajo en general) solamente cuando (y de la manera
que) aporten ventajas sobre el empleo de otros materiales más asequibles.
- Dar ejemplo en la organización de los recursos tecnológicos (a nivel personal, clase, centro...)
6.- Investigar en el aula con los estudiantes, desarrollo profesional continuado. Experimentar
en el aula, buscando nuevas estrategias didácticas y nuevas posibilidades de utilización de los
materiales didácticos
- Hacer periódicas valoraciones de los resultados obtenidos y sobre cómo poder mejorar los
procesos de enseñanza y aprendizaje.
- Formación continua
- Participar en cursos para estar al día en lo que respecta a la materia de la asignatura y también
para mejorar las habilidades didácticas.
- Actitud positiva hacia las TIC, pero desde una perspectiva crítica, valorando más la tecnología
didáctica (dirigida a la resolución de problemas educativos ) que la simple técnica (uso de los
aparatos)
- Trabajo cooperativo.
- Trabajos de gestión
- Realizar los trámites burocráticos que conlleva la docencia: control de asistencia, boletines de
notas, actas...
Aprovechando las posibilidades que ofrecen las TIC, los profesores estarán menos tiempo
delante de los alumnos en clase y tendrán una mayor dedicación a tareas como la preparación de
materiales, la tutorización y seguimiento de los estudiantes... Algunas de estas actividades podrán
realizarse fuera de la escuela, en el ámbito doméstico
Todo aprendizaje no mecánico del hombre, es algo que se sedimenta en la memoria. Sin
embargo, aprender no significa solamente retener lo aprendido en la memoria, sino ante todo,
aumentar continuamente la propia capacidad de usar de tal manera las experiencias vividas y los
conocimientos adquiridos, que surja de allí un comportamiento más perfecto, más humano, y en
el sentido de un mayor autodominio de la propia conducta y del mundo. Aprender es, pues,
modificar perfectamente la propia conducta, según lo aprendido. De tal modo, lo aprendido se
convierte, en las personas en una especie de sistema centralizador, a partir del cual comienzan a
cambiar los demás aspectos de la personalidad. Por ello, según sea lo que el hombre «aprenda»,
tal será su conducta en el mundo.
La razón de esta posibilidad concedida a la educación del adulto, debemos buscarla en el hecho
de que la capacidad operativa de la persona adulta se fundamenta en sus actos reflexivos. El acto
de reflexión, sin embargo, no requiere una experiencia inmediata para ponerse en movimiento.
Pero cuando el hombre aprende, es la reflexión la que constata el grado de concordancia o de
discrepancia entre el plan de acción propuesto y el éxito o fracaso conseguido. Por esto, para
aprender algo, el hombre debe plantearse previamente con entera claridad la meta a que desea
llegar, para después poder comprobar si la ha logrado o no, y en qué medida. De tal constatación
surgirá el aprendizaje humano propiamente dicho, que permitirá al sujeto conocerse mejor a sí
mismo y enunciar más objetivamente sus metas posteriores de conducta.
Los alumnos que acceden a prepararse como futuros formadores, son además cada uno de ellos
profesionales en su propia disciplina, lo que les facilita aún más una motivación que trasciende la
mera necesidad de una acreditación de sus conocimientos.
De esta manera, el adulto adquiere no sólo las experiencias de sus actos, sino que además va
asimilando vivencialmente las leyes del aprendizaje humano, que se hallan a la base de su
comportamiento. Es así cómo las personas, a medida que pasan los años, se vuelven cada vez
más capaces de aprender y por lo tanto de cambiar sus conductas.
La edad adulta, pues, lejos de ser una edad en la cual la persona debe ser considerada como un
ser deficitario, es una edad en la que el hombre y la mujer se encuentran en la plenitud de sus
posibilidades de aprender, no por mera repetición o imitación como ocurre en el niño y también
en los animales superiores, sino de una manera plenamente humana, o sea, por medio de un
aprendizaje reflexivo, que les permite aprender, en la escuela de la vida, experiencias personales.
Por ello, la educación del adulto consistirá sencillamente en llamar su atención a fin de que
comience a reflexionar sobre sus actividades, trabajos y posibilidades.
Experiencias reflexivas
Aprender, se dice, significa hacer experiencias. Sin embargo, para que una experiencia logre
modificar la conducta del sujeto, a partir del contenido de lo aprendido, dicha experiencia debe
ser asumida en un acto de reflexión. Porque solamente así la experiencia anterior le podrá servir
de trampolín para una nueva conquista, que contribuya al perfeccionamiento de su ser. Educar al
adulto, sea quien fuere, significará, pues, ayudarle a comportarse conscientemente en el mundo
en que vive, de modo que todas sus experiencias las asuma con la responsabilidad de quien sabe
lo que quiere y lo que hace.
La ironía "estilo del filósofo" la llama Savater, pone a nuestro alcance las posibilidades de
búsqueda de la verdad. Pero la ironía también tiene una dimensión ética y un compromiso
epistemológico. Como dice este mismo autor, "lo contrario a la ironía es algo que vamos a llamar
iglesia, entendiendo por eso, discurso cerrado, total que da cuenta de todo y sabe siempre lo que
hay que hacer y por qué, discurso que explica, recomienda y justifica que sabe"(1).
La ironía hay que entenderla, además, como señal de resistencia, porque como nuevo logos
incrustado en la dimensión no completamente manifestada, nos revela el abismo en la que se
materializa todo proyecto de conocimiento. La imposibilidad de conseguir la verdad es al mismo
tiempo argumento de posibilidad; el paso a lo verdadero. De lo infinito a lo cierto, de lo eterno a
lo posible, de lo intemporal al momento existencial... Empujones de la ironía que se resiste a la
imposición de los límites; recoge la dimensión histórica de la verdad y proyecta sus sombras a
nuevos horizontes, solamente perceptibles desde la sensibilidad de la sospecha. La ambigüedad
facilita la participación del sujeto que recibe los textos, da cancha a sus juegos creativos; juegos
creadores de verdad y de sujetos. En todo juego hay posibilidad del envite, de aplicar la normal
regla de forma excepcional. En el sistema educativo se procesan conocimientos y también
sujetos.
En este contexto nos queremos situar a la hora de proponer nuestro quehacer didáctico: Proponer
andamios nómadas que sirvan para situarnos en el campo de las construcciones epistemológicas
de las Organizaciones Escolares. Propuesta positiva que está dispuesta a volver sobre sus pasos,
analizar sus tropezones, aceptar el riesgo múltiple de la creación compartida del significado de
los hechos. La belleza del titiritero que nos presta su habilidad cuando juega con la mazas.
HABERMAS concibe el saber como entendimiento que proporciona tanto el mundo objetivo
como la intersubjetividad que proporciona el contexto de la acción. Los individuos utilizan el
conocimiento para ponerse de acuerdo. Si la racionalidad comunicativa se compone de
entendimiento, resulta necesario estudiar las condiciones que permiten llegar a un consenso
racional, hecho que en el caso de HABERMAS, conduce a los conceptos de argumento y
argumentación. Los argumentos se componen de emisiones problemáticas (conclusiones) que
llevan anexas pretensiones de validez y las razones con las cuales se han de tornar dudosas. La
argumentación es el tipo de habla en la que los participantes dan argumentos para desarrollar o
recusar las pretensiones de validez que se han tornado dudosas. Se decide en torno a las
pretensiones de validez y no de poder. Esa situación es esencial para nuestro autor. Se puede
pretender que algo sea considerado bueno o verdadero imponiéndolo por la fuerza, o estando
dispuesto a entrar en un diálogo donde los argumentos de unos participantes puedan conducir a
rectificar a otros participantes. En el primer caso, nos encontramos con una pretensión de poder;
en el segundo con una pretensión de validez. Finalmente el concepto de acción comunicativa
explicita la interacción existente entre los sujetos capaces de lenguaje y acción. El arte de
gobernar -Maquiavelo- requiere fuerza e imaginación; en el arte de educar preferentemente
imaginación, palabra, ilusión.
En este contexto queremos encontrar la justificación de nuestro método didáctico. Los futuros
profesores necesitan desconstruir su experiencia -Derrida- y conseguir que no sea la única
"razón" de su trabajo profesional. Se necesita reflexión y contraste de opiniones; construir un
contexto en el que haya elementos nuevos, criterios que doten de significado diferente a nuestro
trabajo. No se trata de conseguir nuevas "recetas" sino hacerlas innecesarias. Que cada situación
profesional se considere como un reto a la creatividad. Que el objetivo no sea la aplicación de lo
aprendido, sino que sea una ocasión de aprender. Cambiar las recetas, no solamente la olla.
En el contexto que nos movemos, Teoría Crítica de la Educación, nos parece oportuno insistir
que las propuestas van encaminadas a describir el genuino sentido aristotélico de "teoría": saber
especulativo y su interrelación con la praxis(2). Así pues, la Teoría Critica de la Educación se
fundamenta en la Teoría Crítica (Escuela de Frankfurt), más concretamente, en las aportaciones
habermasiana de la Teoría de la Acción Comunicativa.