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TEATI Sec. 14 Alfonzo, Ernesto. C.I. 21.623.

352 Ensayo Nº 31

Algunas notas sobre concientización

Para Freire, el acto de dialogar implica hablar con las personas.

Para mí, si no se toma la dialéctica en cuenta dentro de una


organización comunal, en donde yo voy a implicarme con las personas, para
poder estudiar sus casos, pero como uno más de la comunidad, estaré
cometiendo uno de los frecuentes errores de los “no trabajadores sociales”.

Por ejemplo, en el acto de “educar” se concientiza al alumno de que él


tiene la potestad de opinar sobre lo que le parece o no. Pero, el profesor
simplemente se aboca a hablar y hablar sobre un tema que él solo conoce y
sin llevarlo a la realidad.

Esto concluye en que, para los estudiantes, por la prolongación del


tiempo –entre otros factores como hambre, sueño, sed-, se hace tediosa la
clase y no se constituye un grupo en el cual todos tienen el derecho de opinar y
exponer su punto de vista conceptualizado en un texto ya leído.

Freire explica en la lectura, con palabras simples, que dialogar con las
personas es “hablar con ellos”. Aunque parece redundante, esto no se practica
muchas veces.

El médico venezolano es uno de los practicantes erráticos de su servicio.

Resulta que cuando llego a un hospital –donde obviamente el servicio es


público- el médico me dice: -Siéntese, dígame que tiene. Y, al final, me receta
un medicamento.

Eso no es dialogar e investigar sobre mis padecimientos, si estuviera en


una clínica todo sería diferente.

Igualmente podría ocurrir con un cajero de banco. Le das la planilla de


depósito, con el dinero a depositar, firmas y ya. ¿Dónde quedan las normas de
cortesía? Aunque en ambas partes existe la falta de principios, siempre uno de
los dos tiene que romper el hielo.
TEATI Sec. 14 Alfonzo, Ernesto. C.I. 21.623.352 Ensayo Nº 31

Me ha ocurrido que muchas veces, cuando voy en el metro, se me


“colean”, sobre todo los adultos mayores, para comprar el boleto
correspondiente.

Resulta que, para comprar el boleto se necesita formar parte de la fila de


espera.

Pero no. Como ellos poseen la virtud de poder adquirir el boleto gratis se
incluyen en la fila en el puesto que no les corresponde.

Esto determina que no existe dialéctica entre personas. No existe un


diálogo y, mucho menos, responsabilidad propia de los actos que se hace.

Cuando se ejerce la dialéctica se debe tener ética, profesionalismo y


responsabilidad.

Cuando se dialoga con una comunidad no puede haber un compromiso


con las personas, cuando se sabe que existe el riesgo –entiéndase
vulnerabilidad de estabilidad, algo así como una vida nómada- de fallarle.

Por otra parte, Freire habla de la educación como política así: “Una
separación entre educación y política, ingenua o astutamente hecha,
recalquémoslo, no es solo irreal sino peligrosa”.

Yo había hecho un ensayo del por qué a las universidades autónomas


no se les ha cedido los recursos que solicitan.

La educación universitaria pública sólo instruye a jóvenes con


mentalidades externas a las realidades del país. Es decir, ellos están
estudiando sólo para sus beneficios.

Eso es observable y probable, aunque no exactamente posible, cuando


los estudiantes escogen las “carreras demandas”. Además que éstas no
poseen apertura al campo laboral venezolano o, simplemente, éste está
minado.

En fin. Freire, aunque se dirige hacia los educadores, deja este mensaje:
Dialogar con las personas implica corazón a la profesión. Pero ésta no está
exenta de ejercerse taxativamente…

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