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LIBRO SE ENCUENTRA REGISTRADO EN EL CENTRO NACIONAL DE DERECHO DE AUTOR DE LA REPÚBLICA

DE CUBA (CENDA )




LA SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL

DISQUISICIONES SOBRE HECHOS POCO DIFUNDIDOS , OCULTOS

O PROHIBIDOS

Eduardo N. Cordoví Hernández

Ciudad de la Habana Cuba

2018



Í NDICE DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

UN BREVE RECUENTO DEL PASADO

ANTES DE LAS GUERRAS, OTRO POCO DE HISTORIA


S ÍNTESIS DE LA HISTORIA DE LOS JUDÍOS

L A PRIMERA GUERRA MUNDIAL

A MPLIO NIVEL DE RELACIONES Y COLABORACIÓN JUDEO - NAZI

L A NOCHE DE LOS CRISTALES ROTOS

PRINCIPALES CAUSAS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL


E L MILAGRO ECONÓMICO ALEMÁN

E L ASUNTO DEL DINERO

L OS E STADOS U NIDOS , UN POCO ANTES Y ALGO DESPUÉS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

COMIENZA LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL


P OR QUÉ LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN

DURANTE LA GUERRA

POSTERIOR A LA GUERRA
C OMERCIANDO CON EL ENEMIGO

E L GENERAL G EORGE S MITH P ATTON , J R .

LOS JUICIOS

E L HOLOCAUSTO

E L EXPERIMENTO M ILGRAM

E L E XPERIMENTO Z IMBARDO

E L EXPERIMENTO DE LA TERCERA OLA

E L SEÑOR DE LAS MOSCAS

JUDÍOS NOTABLES Y OTROS POSIBLES JUDÍOS


COMENTARIOS SOBRE LA BIBLIOGRAFÍA

CONCLUSIONES

INTRODUCCIÓN


…sólo la verdad nos hará libres a nosotros y a todos. Y sólo el
delito realmente cometido puede ser reparado o perdonado. El delito
inventado, empero, crea indefectiblemente nuevo odio y materia
inflamable.

Manfred Roeder, abogado alemán, en el prólogo a La mentira de


Auschwitz, de Christophensen Thais.

Por muchas razones es siempre saludable establecer de


inicio una declaración de principios. Dejar claro qué inspira lo que
uno escribe y a quien lo dirige. Eso ayuda al autor a no
desorientarse, precisar sus objetivos, ganar en síntesis, auto-
conocerse y ayudar al lector a que elija si es o no destinatario del
texto.

Comenzaré por decir que me encantan las teorías


conspirativas no porque sean la semilla de la discordia por la
discordia, sino porque son agudas, requieren inteligencia,
aplicación, investigación, mucho trabajo, constancia, etcétera,
etcétera, pero sobre todo porque saltan a la vista, espolean la
curiosidad, promueven al buscador, lo despiertan y son fuente de
cambios; pues ya dijo alguien por ahí, en términos filosóficos, que
el desarrollo depende de la lucha de los contrarios. Pero no
promuevo teorías conspirativas ni las produzco; no cuento con
suficiente información ¡mucho menos actualizada! Ni, tampoco,
con contactos importantes, vivo en un país del tercer mundo y, para
colmo, cuento con recursos económicos mínimos y por otras
muchas otras razones de mayor peso creo, las cuales no vienen al
caso en este momento pero que pretendo dejar plasmadas antes de
concluir estos comentarios.

Tampoco soy un negacionista; lo explico más adelante para


quienes no saben qué significa ¡aunque, a estas alturas, es difícil
pensar que alguien lo ignore! Tampoco antisemita, más bien todo
lo contrario; quizás no esté muy a favor del sionismo por ser una
corriente política, pero igual le reconozco derecho a existir y
expresarse; mucho menos soy un defensor de neo-nazis o fascistas,
por las mismas razones. Creo, eso sí, que todo lo que existe, ha
logrado expresarse, instituirse, tener seguidores… pues evidencia
una fuerza vital que proviene del mismo misterio que nos alienta, y
si bien pudieran no simpatizarme algunas personas o algunas ideas,
tal como no tengo motivos para hacer nada a favor de ellas,
tampoco los tengo en contra.

Dicho esto, expreso que mi propósito es venir a esta tribuna


pública, aunque solitaria y discreta de la literatura, a expresar mis
pareceres en cuanto a ciertos detalles de la segunda guerra
mundial, con relación a determinados y penosos acontecimientos
hechos con, contra y por los judíos durante tal evento, así como
ciertas discordantes concordancias y excesos entre los países en
contienda, en los cuales faltó humanidad, honestidad y justicia. Mi
propósito con tales comentarios no es echar leña al fuego, ni atizar
enemistades o defender posturas ni hacer críticas, más bien quiero
tomar todo esto como un pretexto para hablar de otra circunstancia
muy distinta, porque lo que de verdad me interesa, es mi relación
con la realidad de las cosas. Lo que intento es explicarme al mundo
tomando como objeto de estudio la segunda guerra mundial,
intento mejorar mi relación y convivencia con mis amigos, con mis
vecinos, con mis compañeros de trabajo, con las figuras de poder
por medio de las regulaciones, impuestos, disposiciones,
limitaciones, leyes y permisos y hasta presuntos logros de las
entidades que presumen representar esas figuras; pretendo
minimizar mi dependencia con los objetos que necesito o
simplemente me gustan o con los alimentos que escasean, porque
faltan o porque tan solo no puedo pagarlos o ambas razones
inclusive; armonizar con las incongruencias de la vida y hasta con
el tiempo que nos deteriora, porque ¡es este! mi mundo más real y
la única guerra mundial que me interesa de veras.

Supongo que, a usted; quien en cualquier parte del planeta


también está luchando su propia guerra contra algo en el mundo
¡tal vez! hasta con desventajas; le interese adentrarse conmigo en
este texto, porque puede muy bien suceder que encuentre armas
nuevas para ganarla.

Eduardo N. Cordoví Hernández

Ciudad de La Habana, invierno del 2017


UN BREVE RECUENTO
DEL PASADO

Durante la campaña electoral en los Estados Unidos en el


año 1946, antes que los nazis más destacados: Goering,
Ribbentrop, etcétera fueran llevados a la horca, el senador Robert
A. Taft pronunció un discurso atacando los juicios de Núremberg
tanto en cuanto a sus bases legales como por las sentencias
impuestas. Una década más y John Fitzgerald Kennedy, antes de
ser presidente, publicó un libro, El perfil del valor; donde
presentaba un examen sobre la actitud de varios individuos a
quienes, el entonces senador Kennedy, creía valientes; en su obra
honraba al senador Taft por exponer su razonamiento, añadiendo
que sus opiniones (las de Taft)…eran hoy compartidas... por un
número importante de ciudadanos americanos. Da que pensar que
se incluía entre ellos.

Para hablar de la segunda guerra mundial no basta comentar,


detallar o reflexionar sobre los enfrentamientos bélicos de las
naciones implicadas, ya sea desde el punto de vista militar, socio-
económico, político-económica, social, religioso, etcétera, aunque
todo eso sea correcto. También sea importante destacar hechos
curiosos ¡tanto! que la precisión de sus asombros sea que ¡siendo
tan notorios! no estén en el dominio público, lo cual cuando
comienzan a ser ¡tantos! da por pensar que alguien, por supuesto
con mucho poder ha pretendido, y por cierto con mucho éxito, que
no se conozcan. Estoy hablando de datos históricos, publicados en
su momento por la prensa y, con posterioridad, dados a conocer por
investigadores académicos y/o por simples profesionales no
académicos, me refiero a escritores y periodistas quienes se
dedican a entrevistar testigos presenciales de sucesos insólitos,
desconocidos o no y que, poco a poco, se van atando a otros cabos
que la historia, la providencia o ciertos apuros dejaron sueltos;
periodistas o escritores, profesionales o no, quienes viven de
hurgar y descubrir documentos falsos o verdaderos pero, que por
tener posibilidad de ser ciertos ¡o falsos! pueden convertirse en
comprometedores para quienes llevan las riendas de algún poder
sea militar, político, industrial, financiero o religioso. Para hablar
de la segunda guerra mundial, desde este sentido, también, habría
que referirse a las personas poderosas que dirigen a las naciones
quienes, en definitiva, son los responsables de llevar a los
individuos que forman los pueblos, a las guerras, pero mucho más
importante sería hablar de las razones que los compulsan para
hacerlo: algo que descansa siempre sobre otras personas quienes no
aparecen en la escena… ni en la historia oficial.

Tuve oportunidad de leer, hace poco, sobre algunas teorías


conspirativas; nombre con el que se designan, a mi parecer en
forma algo peyorativa, temas que me resultan interesantes bastante
atrevidos, los cuales me gustan por el aquello de ir a contrapelo de
lo establecido, no porque sea yo de tendencia anarquista o de
espíritu rebelde, sino porque creo bueno observar todo desde
diversos puntos de vista, amén de que mucho de lo que hoy resulta
académico, institucional o tradición, comenzó siendo oculto,
clandestino, disidente, revolucionario, es decir, producto de una
conspiración. Lo que llamó mi atención, en este caso, fue conocer
que existe un movimiento de lenta evolución pero alarmante por la
magnitud de su propuesta; el cual, tanto en los Estados Unidos
como en Europa, plantea la revisión del holocausto judío. Aunque
también existe otro movimiento más drástico: el de la negación del
holocausto. El negacionismo como también ha dado en llamársele.
Afirman, entre otras cosas que afirman, que la cifra de seis
millones de judíos para cuantificar el genocidio nazi resulta
exagerada y/o que los sacrificios masivos por gas ni el genocidio
como tal fueron ciertos; y me da mucho gusto dedicar algunas
cuartillas para opinar acerca de estas cuestiones en torno a los
criterios y acciones que se manejan por quienes se pronuncian ya
sea a favor o en contra, tanto de quienes lo afirman como de
quienes lo niegan, acerca de la forma cómo lo hacen; pero sobre
todo en tratar de buscar un ángulo adecuado para quienes asistimos
al debate como espectadores.

En lo personal me parece suficiente crimen tanto seis


millones de judíos como el de un solo judío; porque quien mate a
alguien por el tan simple hecho de tener ciertas costumbres,
pertenecer a cierto grupo o por lo que pudieron alguna vez haber
hecho sus abuelos o todas estas razones a la vez, ya demostró ¡con
suficiencia! ser genocida, sin que sea necesario aumentar el
número de víctimas, porque lo que importa en realidad no son las
acciones que ejecutes o las cosas que haces sino los orígenes, los
motivos. Las causas, no los efectos; la calidad no la cantidad.

Están en juego valores humanos, asuntos de principios que


son los que no deben ser olvidados porque, precisamente, son los
que dan lugar a los hechos; todo lo demás son detalles secundarios
que pueden ser importantes pero no vitales y, a los primeros, son a
los que quiero referirme con vigor aunque ¡también! a los otros
pero ¡A tales! los trataré según la secundaria importancia que les
confiero.

De forma muy breve se me hace necesario decir algunas


palabras todavía de preámbulo con relación al pueblo judío ya
que, por la ubicación geográfica en que vivimos (me refiero al
hemisferio occidental) y por la cultura grecorromana que
compartimos también, a través del cristianismo, el legado judaico
nos anima. Como diría un madrileño: ¡Joder! Pero si Cristo fue
judío ¿Cómo no van a interesarme los judíos? ¡Hostias!

En conjunción con esto los datos que referiré pueden sonar


negativos pero la negatividad no tiene una implicación malévola en
sí misma, la electricidad tiene aspectos o fases o polos positivos y
negativos, pero ambos contribuyen a la efectividad de que un
motor se mueva y produzca un trabajo útil; además, los positivos
se conocen ya de sobra y aquí estamos tratando de lo que ¡Se
supone! no ha contado con mucha divulgación.

Tengo que hablar de inicio un poco sobre la Biblia. No se


vea esto como un teque religioso. No soy ateo, pero tampoco soy
beato, al menos en el sentido que la mayoría pudiera entender esta
palabra y, en este libro, de lo menos que me interesa hablar es
sobre asuntos religiosos con todo y la gran importancia que tengan
¡Bien!

El pueblo judío es, según la Biblia, el pueblo elegido por


Dios para mostrar al resto de la humanidad el ejemplo del
desarrollo humano más digno; sin embargo, y ahora viene algo que
constituye una sorpresa que debía ser de sugestiva atención e
inspiración humanas ¡Increíblemente! Dios elige siempre a los
hombres que parecen ser los menos indicados ¿Cómo no haría lo
mismo con los pueblos? No voy a contar a Adán, porque se supone
que no había otro, pero ya ven, ustedes ¡Qué pronto se dejó
engatusar por Eva! y me resguardo, porque no viene al caso otra
lectura más trascendente y menos literal sobre esta pareja si
tenemos en cuenta que, muy probablemente, no se nos está
narrando una historia; sino que se nos vela tras ella una analogía de
nuestros procesos psicológicos, la cual debe ser descubierta por
quien la merece para que la sienta propia… pero aunque eso es un
tema aparte les propongo que, en lo sucesivo, intenten ver
correspondencias, aproximaciones de contenido y no simples
cuentos bíblicos, porque los judíos sabios nos legaron en sus textos
sagrados: instrucciones para usar la vida.
Dios prefirió a Abel, matador de animales, por sobre Caín,
cultivador de viandas. También esto tendría otra lectura, la cual
debemos develar pues caso contrario se haría difícil comprender
toda la historia humana que es, en definitiva, la misma de cada ser,
solo que a otra escala. Alguien alguna vez dijo: la historia de la
humanidad no es más que es la historia de sus guerras.

El diferendo Abel-Caín que mucha gente resuelve no


pensando en eso al no darle importancia o suponiéndole a Dios un
capricho o creyendo que sea un cuento donde hay un tío envidioso
que mata al hermano menor; tiene otro significado que implica el
origen de todas las guerras posibles, porque todas las guerras
posibles (incluso nuestras guerras internas) la historia prueba que
parten de cómo se resuelve nuestra relación con las posesiones y
con el dinero o sea, con nuestro tesoro; es decir, con los asuntos
que nos interesan mucho más que los otros asuntos, por lo cual son
nuestro real tesoro.

Para llamar la atención sobre el asunto de la extrema


importancia sobre todo aquello que consideramos de valor, es decir
lo que llamaríamos nuestro tesoro, en resumen y generalizando: ¡El
dinero! tengamos en cuenta que en toda la biblia se pueden contar
alrededor de unos quinientos versículos con relación a la fe ¿Saben
cuántos hay sobre las posesiones y el dinero? Más de dos mil.
¡Dígame! ¿Si se le confiere o no, suficiente importancia?

El crimen de Caín es el resultado de una guerra dentro de él


acerca de los dos. Ahora ¡la guerra! es un proceso anterior a su
resultado. La guerra es una mala digestión de ideas durante el
proceso mental de intentar comprender lo que ocurre. Caín no
comprendió, no le quedó claro que Dios dispuso que Él (me refiero
a Dios) era lo primero ¡Siempre! y que ¡Siempre! De todo lo que se
hiciere o procuraren bienes, se le ofrendaría lo primero y lo mejor
de lo primero de los bienes no vivos como debía ocurrir en el caso
de la ofrenda de Caín; por otra parte, de resultar bienes vivos se
entregaría en ofrenda a los primogénitos y ¡de ellos! los mejores
(recuérdese que Dios se proclama como primer dueño de todo lo
que se manifieste primero).

Y, así, según dice la Biblia en el libro Génesis: Y aconteció


que andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una
ofrenda… Así no ofrendó de lo bueno de lo primero, sino que lo
hizo andando el tiempo, o sea, quiere decir; después de tomar para
sí propio, sacar cuentas y ver si le quedaba algo para unos pocos
días más, etcétera y luego ofrendó, Por su parte, Abel trajo también
de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas.
Remarcando que todo lo que es primero le corresponderá a Dios
quien nunca será segundo en nada. Por eso deberá ofrecérsele todo
lo primero de nuestros bienes, de nuestro tiempo, en fin de todo lo
que ocupe lugar dentro de nuestros tesoros, vale decir intereses,
intenciones y atenciones; no siendo así habremos errado el blanco,
literal significado de la palabra griega traducida por pecado.

La guerra interior ocurre por la dicotomía entre: lo que


subconscientemente sabemos qué hacer (el cumplimiento de esta
ley sagrada con respecto a la ofrenda que le debemos a Dios) y lo
que realmente hacemos, y que es errar el blanco buscando
ofrendar a nuestra personalidad y no a Dios. Igual en otras
palabras: es la lucha de nuestra alma (es decir: nuestras opiniones y
sentimientos, es decir: con nuestra parte artificial) con nuestro
espíritu (podríamos aceptar decir nuestro subconsciente es decir
aquella parte con la cual Dios podría tomar conciencia de sí
mismo) y que, en buena lid, debía terminar con la sumisión de la
primera. Como no es lo que, por generalidad, ocurre; terminamos
creando reales y verdaderas batallas contra el mundo exterior; es
decir con las otras personas y/o viviendo vidas miserables en
cuerpos deteriorados antes de tiempo. Este es el dramático y hasta
trágico informe de los hechos reales de nuestras vidas.

Hago notar que siempre que nos refiramos a Dios


arrastraremos el error de nuestra incapacidad de comprensión
acerca de tal concepto. De modo que todo cuanto estoy diciendo es
aproximativo, especulativo y tiene la importancia de la experiencia
de quien se familiarice con el manejo cotidiano con esa idea.

Quedé diciendo que Dios elige siempre a los hombres que


parecen ser los menos indicados: Noé era un borracho; Abraham,
mentiroso; el rey Samuel, débil como rey de su pueblo; el rey
David; quien le sucedió en el trono, siendo además el autor del
libro de los Salmos, uno de los libros poéticos de la Biblia; fue un
mujeriego que hasta envió a uno de sus mejores generales a la
guerra para que lo mataran y poder casarse con la esposa de aquél;
su hijo Salomón quien, además del privilegio de llegar a ser rey,
obtuvo de Dios la sabiduría, fue un satanista y un consultor de
brujas; Moisés, tartamudo, … etcétera... Y de la familia de la cual
saldría el pueblo judío como grupo humano elegido por Dios, once
de los hijos de Jacob quien luego se llamaría Israel vendieron a su
hermano José como esclavo con lo cual sentaron las bases para
luego merecer sus descendencias la esclavitud bajo los egipcios.
Luego, con posterioridad a su salida de Egipto liderados por
Moisés, se cansaron del maná; más tarde, no más Moisés subió al
monte Sinaí, se pusieron a adorar a un novillo de oro; una vez más
instalados ya en la Tierra Prometida, por sus desobediencias
merecieron la esclavitud asiria, la babilónica y con posterioridad,
emancipados de esta, volvieron a salirse de la raya y merecieron la
de los persas y el vasallaje romano por si fuera poco no
reconocieron al Mesías que estaban esperando y, bueno ¡ya
sabemos la historia! Terminaron mereciendo la diáspora (no porque
yo lo diga sino porque eso fue lo que terminó ocurriendo) y ya en
el exilio, escogieron como trabajo por antonomasia para judíos: el
de banqueros, prestamistas o usureros, nada menos que el que su
Dios les prohibió:


Levítico 25

35 Si tu hermano se empobrece y vacila su mano en asuntos


contigo, lo mantendrás como forastero o huésped, para que pueda
vivir junto a ti.

36 No tomarás de él interés ni usura, antes bien teme a tu


Dios y deja vivir a tu hermano junto a ti. (Advierto, las negritas
son mías. Me refiero a las letras).

37 No le darás por interés tu dinero ni le darás tus víveres a


usura

Salmo 15

1 Yahveh, ¿quién morará en tu tienda?, ¿quién habitará en


tu santo monte?

2 El que ando sin tacha, y obra la justicia; que dice la


verdad de corazón,

3 y no calumnia con su lengua; que no daña a su hermano,


ni hace agravio a su prójimo;

4 con menosprecio mira al réprobo, mas honra a los que


temen a Yahveh; que jura en su perjuicio y no retracta,

5 no presta a usura su dinero, ni acepta soborno en daño de


inocente. Quien obra así jamás vacilará.

Proverbios 28

8 El que aumenta su riqueza por usura e interés, la


amontona para el que se compadece de los pobres.

1 3 presta con usura y cobra intereses, éste no vivirá en


modo alguno después de haber cometido todas estas
abominaciones; morirá sin remedio, y su sangre recaerá sobre él.

17 aparta su mano de la injusticia, no presta con usura, ni


cobra intereses, practica mis normas y se conduce según mis
preceptos, éste no morirá por la culpa de su padre, vivirá sin duda.

Ezequiel 22

12 en ti se acepta soborno para derramar sangre; tomas a


usura e interés, explotas a tu prójimo con violencia, y te has
olvidado de mí, oráculo del Señor Yahveh.

Ya sé que no todos los judíos fueron usureros y prestamistas


pero véase que los usureros y prestamistas (quienes no atinan el
blanco) se convirtieron en grandes banqueros y aquellos que tienen
poder económico por comer mejor, vestirse mejor, por tener cultura
y refinamiento se sienten llamados a dirigir a sus pueblos por el
aquello que también es bíblico de quien mucho ha recibido mucho
se espera… algo que no ocurre solo con los judíos; en cualquier
parte del mundo las revoluciones, las gestas libertarias y las
guerras independentistas fueron gestadas por personas ilustradas
¡por lo menos de la clase media! gente con cierta economía y con
tiempo suficiente libre como para tener cultura.

Vuelvo a recalcar la negatividad de este pueblo elegido por


Dios y su constante reelección por Su parte (me refiero a por parte
de Dios) de hombres no idóneos al parecer; pero la realidad es que
eran ¡lo mejorcito que encontraba! Y aunque quizás no es que
escogiera los peores el caso es que ¡Además! reincidían, recaían en
sus faltas con tozudez y lo extraordinario de las llamadas sagradas
escrituras es que no nos mienten. ¡Quizás sean sagradas por eso!
no nos embaucan diciéndonos que fuesen íntegros y dechados de
virtud como solemos representar a nuestros reyes y presidentes,
porque no es más que como suelen representarse ellos mismos y a
sus partidos y doctrinas. A nuestros próceres y líderes, se les pone
sobre un pedestal y de pronto dejan de ser humanos. Cuando
alguien señala un defecto ¡por muy cierto o mínimo que sea! en
una figura, legal o natural, cubierta de gloria o prestigio se nos
mira como si estuviésemos despreciando los valores patrios,
insultando a la familia nacional, siendo malagradecidos y
mereciendo la deshonra; cuando reconocer defectos para evitarlos
en nosotros y en los demás es el procedimiento que garantiza
volvernos humanos y no hipócritas.

ANTES DE LAS GUERRAS,


OTRO POCO DE HISTORIA

S ÍNTESIS DE LA HISTORIA DE LOS JUDÍOS


Este pueblo según se aprecia, está marcado por el regalo de


haber sido distinguido por su Dios pero, a la vez, su historia es el
recuento de las desdichas y los castigos por sus desobediencias,
transgresiones e infidelidades al mismo; aunque, también, es el
conteo de las veces que fue perdonado y resarcido.

Según el Antiguo Testamento la nación de Israel nace de la


promesa de Dios a Abram. Abram vivió en la tierra del valle del
Sinar situada entre los ríos Tigris y Éufrates, lugar donde se
construyó la torre de Babel por Ninrod; vista por Dios como un
símbolo de la arrogancia y soberbia humana Dios pone sus ojos en
Abram un hombre anciano de setenta y cinco años, casado con
Saraí su media hermana, mujer anciana y estéril, y les ordena salir
de aquellas comarcas. Según el AT Abram no era judío pues no
existían aún, lo reconoce como arameo posiblemente de la zona
que hoy ocupa Irak y fue llamado en Canaán con el apodo de el
hebreo, para significar a quien cruzó el río (Quizás el Éufrates) a
fin de cumplir el mandato de Dios.

Contando Abram noventa y nueve años de edad Dios hace


con él un pacto, alianza o testamento quedando establecido con el
acto de la circuncisión de sus descendientes varones como
compromiso, y le cambia el nombre por Abraham, cuyo significado
e s Padre de muchos pueblos y a Saraí por Sara. El día en que se
circuncida, Dios le promete un hijo; Sara ríe (ya que era anciana y
estéril) y Dios le dice que así llamará a ese hijo; sonrisa, palabra
que en idioma arameo se pronuncia Isaac.

Como tardaban en concebir a tal hijo, Sara pide a su esposo


tener descendencia con su criada egipcia Agar, de quien nace
Ismael (de éste hijo desciende el pueblo árabe formado por los
ismaelitas) siendo su primogénito, pero fuera del matrimonio por
lo que pierde el derecho de primogenitura, legalmente concedido al
hijo de esposa y no de concubina. Más tarde lograron tener al hijo
prometido: Isaac.

Con posterioridad, Isaac se une a Rebeca, su prima, de


quienes nace Esaú y luego Jacob a quien Dios le cambia el nombre
por Israel, siendo el primer israelita de la historia, sin ser todavía
en propiedad judío. (Como promedio uno de cada doce versículos
bíblicos contiene la palabra Israel, siendo después del nombre de
Dios, la palabra más citada en el AT) De este Israel nacen, según su
orden: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, Dinah (hija),
Dan, Neftalí, Gad, Aser, José y Benjamín.

A fin de agrupar a su futura descendencia Israel (antes


Jacob) la estructuró en once familias que tomaron los nombres de
sus hijos. Once porque José estuvo ausente, debido al haber sido
vendido como esclavo por sus hermanos e Israel pensaba que había
muerto, Al morir Jacob, entonces llamado Israel, ya tenían noticia
de José vivo y con gran fortuna todos sus hijos con sus familias, se
reúnen con José en Egipto, éste siendo influyente en la corte del
faraón perdona a sus hermanos y les invita a asentarse y vivir allí.

La historia judía, la cual en el actual año 2018 cumplirá


5778 años ya que ellos cuentan la historia a partir de que Dios
hiciera pacto con Abram, se haya muy vinculada con Egipto. La
misma, refiere en la Biblia que Abraham, combatió contra los
babilonios y llegó a tierras próximas a las egipcias entre los años
1800 o 2000 a.C y, añade, que allí comenzaron viviendo setenta
descendientes de Jacob, entonces llamado Israel, quienes al cabo
de muchos años se multiplicaron, y para cuando Moisés los sacó de
la esclavitud faraónica ya habían seiscientos mil varones adultos
sin contar mujeres y niños, suceso este que se supone ocurrido, con
aproximación unos 1300 años antes del nacimiento de Cristo.

A la muerte de José, la tribu que le correspondía fue


representada por las de sus dos hijos Efraín y Manasés (los que
tuvo con Asenat, una egipcia, y quienes tenían la bendición del
Israel) ellos dieron nombre a sus clanes. Quedando entonces trece
familias o tribus.

Con posterioridad al éxodo de Egipto y habiéndose


establecido por mandado directo de Dios que la tribu de Leví se
ocupara estrictamente de los asuntos religiosos y por tanto no
participaría en el reparto de las tierras conquistadas en Canaán es
que terminaron siendo las Doce Tribus de Israel al no contarse la
de Leví pues estaba disgregada entre todas las otras haciéndose
cargo del sacerdocio y atención a todas las otras labores religiosas
como coros, escribas, sacrificios, limpieza, tejidos, etcétera.

A la muerte de José y teniendo en cuenta que muere a la


edad de ciento diez años y pasada toda su generación, todos los
descendientes de Jacob eran ya un pueblo robusto y numeroso pero
como se mantenían dentro de sus tradiciones propias rehusándose a
disgregar su etnia a la vez de ser muy emprendedores y laboriosos
comenzaron a constituir una amenaza potencial para el nuevo
faraón que no tenía ya vínculos con ellos como el que tuvo José
con el anterior; entonces, comenzaron a ser agredidos con
impuestos y restricciones hasta pasar a la esclavitud.

En esta atmósfera, y pasando los años y toda una serie de


historias tiene lugar el nacimiento de Moisés, su adopción por la
hermana del faraón, su creciente influencia en la corte hasta
conocer su ascendencia del esclavo pueblo judío del que se
convierte en liberador y conductor así como su primer profeta;
instituye la estructura de instrucción moral y de gobierno por
medio de los jueces, dirige la salida de Egipto, el Éxodo de los
cuarenta años en el desierto, durante este tiempo se instituye el
Tabernáculo como forma primitiva de lo que después fuera el
Templo. Y, antes de la entrada en la tierra prometida de Canaán,
muere.

Josué, perteneciente a la tribu de Efraín, fue el líder que hizo


la continuación histórica del pueblo hebreo durante la conquista de
Canaán. Josué fue el nombre que le impuso Moisés, pues su
nombre original era Oseas. Dirigió el derrumbe de las murallas de
Jericó y la toma de la ciudad en la cual todos los ciudadanos fueron
ejecutados, incluyendo mujeres y niños, a excepción de la
prostituta Rahab, y su familia, quien había colaborado con los
espías de Josué. Aunque líder militar y profeta, su rango distintivo
es la de pertenecer a la época de los jueces la cual, después de su
muerte, la conducta del pueblo judío se caracterizó por desenfreno,
apostasía, olvido de las costumbres, vuelta a la adoración de ídolos
o sea al politeísmo, a falta de una figura líder que sustituyera a
Josué.

En este momento lo que sería un mayoritario grupo humano


unido por un cierto parentesco pues son descendientes de los doce
hijos de Israel (antes llamado Jacob) quienes constituyeron
familias numerosas, unidos además por una tradición religiosa,
códigos, tabúes y leyes, pero todavía sin una sólida estructura de
gobierno como para llamársele una nación ya que constantemente
están cayendo en faltas graves acerca de todo aquello que
precisamente les une. Pasados los años, otro de los jueces, y el
último de tales, es Samuel quien unge al primer rey de Israel en el
año 1030 a.C.: quien fuera Saúl, perteneciente a la tribu de
Benjamín, y quien unifica las doce tribus en un estado monárquico.
A la sazón estas doce tribus estaban formando dos grupos formados
respectivamente por Israel al norte y Judá al sur. Luego de su
derrota ante los filisteos y su posterior enfermedad en el año 1000
a.C. sube al trono su hijo Isbaal impuesto por el ejército bajo el
mando del general Abner, aunque no cumplía las condiciones de
legitimidad de designación divina y aceptación popular; hasta el
año 1007 a.C. en que es asesinado. Pero volvamos algo atrás pues
nos hemos adelantado dando una panorámica general sobre el
reinado de Saúl.

Luego de vencer al gigante filisteo Goliat, David gana


notoriedad, pero también, con el tiempo, los celos de Saúl quien
decide apresarlo; David para evitarlo huye al desierto con
doscientos guerreros. Acepta protección del rey filisteo, enemigo
de Israel. Tras la batalla de Gilboá, la cual pone fin a la vida de
Saúl y su hija Jonatán, amigo de David, éste marcha hacia la
ciudad de Hebrón el año 1010 a.C. para ser nombrado rey de Judá,
cuando contaba los treinta años de edad. Asesinado Isbaal y sin rey
en el norte en el año 1007 a.C. se unifican los reinos y comienza
una época de expansión. David es considerado el autor del libro de
los Salmos. Conquistó la ciudad de Jebús, capital de los jebuseos
quienes la ocupaban, fue llamada Ciudad de David y después de su
muerte, Jerusalén. David, formaliza la instauración de un estado
coherente con capital política y religiosa en esta ciudad. Pasa, este
rey, por ser una figura trágica en su vida personal, la cual no aplica
para el tema desarrollado aquí.

A su muerte le sucede su segundo hijo Salomón en el año


966 a.C., quien reina durante casi cuarenta años hasta el año 928
a.C., siendo quien construye el primer templo de Jerusalén,
también se le atribuye la autoría de los libros bíblicos, Eclesiastés,
Proverbios y El cantar de los cantares.

Tras su deceso le sucede al trono su hijo Roboam, pero los


israelitas de las tribus del norte no querían aceptarlo como rey. El
primer reino unificado de Israel se bifurca en dos nuevos reinos
uno al norte que conserva el nombre de Reino de Israel.
Geográficamente comprendía Samaria donde estaba su capital,
Galilea, Jericó… El otro reino desprendido retoma el nombre de
Reino de Judá o Reino del Sur, el cual comprendía Judea, Jerusalén,
Betsaida, la Franja de Gaza… Este reino estaba formado por las
tribus de Judá y de Benjamín, algunos miembros de la tribu de
Simeón y miembros de la tribu de Leví con sus familias las cuales
por tradición atendían los asuntos religiosos las familias que la
formaban entre el resto de las tribus. Todas las demás, las cuales
quedaron formando el Reino del Norte o de Israel, pasaron a ser lo
que se conoce hoy como las Tribus Perdidas (de Israel) aunque sea
algo que se mantiene en discusión.

Los descendientes del reino de Judá son quienes tendrían, en


propiedad, el gentilicio de judíos.

De esta manera Abram era arameo, y al salir de su tierra


(situada donde hoy está Irak) fue llamado el hebreo (hebreo que
significa: el que cruzó el río; refiriéndose al rio Éufrates). Sus
hijos Isaac y Esaú, más otros, que tuvo con otras esposas o
concubinas, más los hijos de estos siguieron siendo hebreos.
También Jacob, hijo de Isaac, es hebreo hasta que es renombrado
como Israel, siendo el primer israelita, como así sus hijos y
descendientes también lo son al igual que arrastran ser hebreos
como su ancestro Abraham; pero los judíos en propiedad, como se
dice más arriba son los descendientes de las tribus que formaron el
Reino de Judá; aunque la religión, las costumbres, tradiciones,
cultura, etcétera constituye un posible pero relativo aspecto de
pertenencia al pueblo judío y por tanto no constituyen un grupo
étnico homogéneo.
Desde sus inicios la pertenencia al inicial pueblo hebreo no
dependía del origen racial sino de la aceptación del pacto o
contrato con su Dios único, cualquiera que lo aceptase entraba en
posibilidad de unirse consanguíneamente y tener descendencia con
ellos. Actualmente la legislación judía establece para serlo; 1- ser
hijo de madre judía, 2- quien se convierta formalmente al judaísmo
bajo la supervisión de un comité de tres jueces reconocidos y
constituye un proceso desarrollado en textos legales como el
Talmud y otros; esta es la forma ortodoxa hay otras más
reformistas o liberales como el humanismo judío que dice que es
judío quien se siente judío sin importar si tiene parientes que lo
sean o si hace o no conversión religiosa.

Desde el año 928 a.C, hasta el 722 a.C, el reino es


gobernado por veinte reyes pertenecientes a diecinueve dinastías.

En el año 925 a.C, el faraón egipcio Sheshonq I invade los


reinos de Israel y Judá saqueando el templo de Jerusalén y
apoderándose de los tesoros del rey Salomón.

En el año 722 a.C. Sargón II toma Samaria y traslada a


Asiria numerosos cautivos israelitas. En el año 720 a.C., luego de
210 años de existencia, el Reino de Israel o Reino del Norte fue
conquistado y destruido por el imperio asirio. Aquí es donde se
pierden para siempre los vestigios de las diez tribus de Israel que
formaban este reino.

Lo conocido como diáspora judía consta de dos


acontecimientos conocidos como la p r i m e r a y la segunda
diásporas.

La primera ocurrió en el año 586 a.C. cuando


Nabucodonosor II conquista el Reino de Judá, destruye el primer
templo (construido por Salomón) y traslada a los judíos de
locación geográfica, lo cual constituye lo conocido como el
cautiverio en Babilonia.
En el año 539 a.C., cuarenta y siete años después el rey
persa Ciro II el Grande invade Babilonia y concede a los judíos el
regreso a su tierra. Comenzando el rey Zorobabel la construcción
del segundo templo de Jerusalén el cual fue concluido en el año
515 a.C. durante el reinado del rey persa Darío I. Luego de las
incursiones de los seleucidas fue vuelto a consagrar por Judas
Macabeo en el año 165 a. C. y con posterioridad, lo amplió
Herodes I el Grande, rey de Idumea desde el año 73 a.C. y de Judea,
Galilea, Samaria entre los años 37 y 4 a.C. bajo la dominación
romana. Aunque estas fechas varían según el criterio de los
diversos autores.

Hacia el año 3 a.C. el emperador romano Augusto divide


Palestina entre los hijos sucesores de Herodes I. A Herodes
Arquelao le fue entregada la tetrarquía de Judea y Samaria; a
Herodes Antipas, la de Galilea y Perea (siendo este Herodes quien
tuvo participación en los hechos que desembocaron en las muertes
de Juan el Bautista y Jesús de Nazaret) y a Herodes Filipo, la de
Betanea, Gaulanitide, Traconitide y Auranitide.

Fue en el año 69 d.C., o sea en el siglo primero de nuestra


era llamada cristiana, que el emperador de Roma Vespasiano envía
a su hijo de veintinueve años de edad, el general Tito (quien más
tarde llegara también a ser emperador) a imponer orden en lo que
se llamó la Gran Revuelta Judía iniciada desde el año 66 d.C. Tito
destruye Jerusalén en el año 70 d.C. dando lugar al éxodo judío
conocido como segunda diáspora aunque no existen registros
documentales de ningún decreto oficial de expulsión de los judíos.

A partir de este momento se dispersan por toda Europa y, de


ahí, a todo el mundo. Ahora bien según Shlomo Sand, historiador
israelí (nacido en Austria en 1946) y profesor en la Universidad de
Tel Aviv, esta segunda diáspora no fue impuesta como la primera,
no fue producto de una conducción masiva de personas hacia otro
lugar en cumplimiento de algún decreto imperial o de autoridades
militares; salvo los hombres que pudieran haber tomados como
esclavos para remar en galeras, etcétera, la mayoría de los judíos
quedaron en Palestina.

El hecho de que, por alguna razón, se autoimpusieran tal


dispersión la cual, entre otras cosas pudiera, también, dar lugar a
que este hecho influyera el criterio de lo que hoy se conoce como
las tribus perdidas de Israel, su religiosidad y concepto patriótico
en el exilio fueron tan fuertes que se hizo tradicional su nostalgia
por el regreso a la patria histórica, esperanza expresada en sus
festividades por medio de la frase, Leshaná Haba'á Birushalayim
(el año próximo, en Jerusalén…). Así hasta que comenzaron a
llegar a los territorios del imperio ruso.

En el año 1648 fueron atacados por los cosacos y luego de


fuertes enfrentamientos prohibieron el acceso al pueblo de Israel
en Ucrania. La población era contraria a la vecindad con personas
renuentes la intimidad de la convivencia y la familiaridad.

La emperatriz Elisabetha Petrovna se alarmó ante la


conducta de los judíos y en el año 1743 se negó a continuar
recibiendo inmigrantes. Por ironías de la política pasados cincuenta
años junto con la anexión de territorios polacos se sumaron
millares de judíos como nuevos súbditos de Rusia.

El zar Alejandro I, quien gobernó desde el año 1801 hasta el


año 1825, fue indulgente con ellos pero fracasó al creer que
asimilarían a la idiosincrasia rusa, su cultura, etcétera.

El siguiente zar, Nicolás I (1825-1855) se impacientó con


ellos ante la resistencia judía para fusionarse con la población rusa
y por tanto redujo sus derechos cívicos, además les impuso el
servicio militar obligatorio que regía en el imperio para todos los
ciudadanos. Esto causó descontento entre los judíos pero, una vez
más, conservaron sus vínculos raciales y costumbres. Al subir al
trono Alejandro II (1855) la situación de los israelitas mejoró y
adelantaron en el comercio, la literatura y el periodismo; algunos
periódicos judíos circularon en San Petersburgo y Odesa.
En el año 1880 los judíos Leo Deutsch, P. Axelrod y Vera
Zasulich, y el ruso Plejanov, formaron la primera organización
comunista rusa. Un año más tarde conspiradores, liderados por el
judío Vera Fignez, asesinan al zar Alejandro II. Su hijo, Alejandro
III, pensó que los judíos habían sido ingratos con los
consentimientos de su padre; en consecuencia, los expulsó de San
Petersburgo, de Moscú y de otras ciudades, reduciendo más sus
derechos cívicos al no querer comportarse como el resto de los
ciudadanos.
El mismo año del asesinato del zar Alejandro II (1881), el
ministro zarista Pobodonosteff computó la población de judíos
residentes en Rusia en unos seis millones y proyectó convertirlos a
la fuerza al cristianismo y expulsar al menos dos millones de ellos.
Su plan no llegó a ejecutarse pero sí hubo muchos detenidos y
numerosos expatriados quienes fueron auxiliados por los judíos
radicados en Nueva York, tales como Jacobo Schiff, Félix Adler,
Emma Lazarus, Joseph Seligman, Henry Rice y otros muchos que
eran destacados banqueros, según cuenta en su libro, Años de
Lucha, el rabino Stephen Wise.
Cuando en el año 1894 muere el zar Alejandro III le sucede
Nicolás II quien se hace eco de las quejas judías y ordena suavizar
el trato que recibían pero el antisemitismo la había echado raíces
para entonces y aunque los israelitas disfrutaron de mejoras.
De todo este tiempo de la estancia judía en el este europeo,
iniciando esta ocupación por el imperio ruso donde fue que se
dieron lugar los primeros incidentes de violencia llamados pogrom
contra los judíos hasta en punto de que la palabra pogrom, que en
ruso significa devastación o tumulto, llegó a ser asimilada como
matanzas de judíos; pero los pogroms rusos no fueron un caso
aislado de no aceptación de esta etnia en Europa. La Iglesia
Católica –veintinueve de cuyos papas dictaron cincuenta y siete
bulas, edictos y decretos antijudíos– participó tanto en la difusión
de afrentas así como en la persecución de los judíos como Martin
Lutero quien escribió un folleto titulado, De los Judíos y sus
Mentiras.
Fue tal la magnitud de los pogroms que se expandieron hacia
Polonia, Hungría y más tarde Alemania, aunque fue en este país
donde encontraron mayor aceptación al inicio.

Si no existieron desde siempre relaciones cordiales entre


alemanes y judíos si hubo estrecha colaboración entre Alemania y
la Organización Sionista Mundial, cuya sede central, hasta el año
1915, se hallaba en Berlín. Durante siglos Alemania había sido el
refugio de los judíos procedentes de Rusia y Polonia, desde donde
terminaban huyendo por la frecuencia de las agresiones que allí
sufrían. El Edicto de Emancipación, dictado en el año 1812, dio a
los judíos la igualdad de los derechos civiles con los alemanes, en
la mayor parte de los territorios de la actual Alemania. Ningún otro
país, ni siquiera la Francia republicana, había concedido aún la
total igualdad a los judíos. El Edicto de Emancipación atrajo a los
judíos hacia Alemania con preferencia a otros países. El káiser
apeló en numerosas ocasiones, entre los años 1895 y 1915, al
sultán turco, en favor de los sionistas. Guillermo II deseaba que el
imperio otomano garantizara una concesión territorial a los
sionistas para la creación de un estado judío en Palestina; incluso
se desplazó en persona a visitar al sultán para este propósito. Y sus
esfuerzos en pro de la causa sionista continuaron hasta el año 1916.

No se trata de querer opacar o minimizar la actitud antijudía


o de intentar restarle importancia, veracidad o crédito pero en todas
las épocas y hasta en la actualidad de los primeros años del siglo
XXI, numerosos países discriminan en teoría e incluso en la
práctica más rigurosa; fomentando altercados, malentendidos y
violencia; contra determinados sectores de su población en razón
de su pertenencia a grupos raciales, políticos o religiosos. En el
año 1933, cuando el programa nacional-socialista empezó a ser
puesto en práctica en Alemania; en los Estados Unidos de América,
donde los judíos gozaban de la plenitud de los derechos civiles; la
población negra, cuyo porcentaje, con respecto a la población total,
quintuplicaba el de los judíos que vivían en Alemania, carecían de
ellos; mientras los indios americanos, supervivientes del mayor
genocidio organizado que registra la Historia, vivían ubicados en
reservas para satisfacción de la curiosidad turística.
En Inglaterra, madre de las democracias, un divorciado veía
cómo una parte de sus derechos eran limitados, hasta el extremo de
que Eduardo VIII debía abdicar de la corona de Inglaterra por
haberse casado con la señora Simpson, una divorciada. En la Unión
Sudafricana se discriminaba contra los negros y en el de la Unión
India existía una complicada organización de castas que equiparaba
casi al nivel de los animales, a treinta millones de parias.
Finalmente, un católico no podía, por impedimento constitucional,
ser rey ni primer ministro de la tan cacareada democracia británica.
Hoy podríamos citar casos de discriminación, de hecho o de
derecho, contra sectores de población mucho más importantes que
la comunidad hebrea en Alemania. El más destacado es el caso del
estado de Israel que incluye casi tres cuartos de millón de árabes
en Cisjordania y en la zona de Gaza; no son inmigrados nuevos,
como era la mayor parte de los judíos alemanes en el año 1933,
sino que se trata de personas quienes llevan varias generaciones
viviendo en Palestina, sin embargo, no se les consideran los más
elementales derechos políticos. Quizás se pueda esgrimir que tales
personas tengan derecho a ser elegidos e incluso llegar a ser
miembros del Parlamento, pero se omitirá que no pueden ostentar
cargos gubernamentales y que no tienen voz ni voto en la política
del país: un país cuya ciudadanía solo puede ser ostentada por
personas cuya madre sea judía.
Las medidas tomadas por Hitler a nombre de su diseño
político-económico y social sobre los judíos alemanes, son todo lo
aberrantes que se quiera, pero no admite discusión alguna que,
entonces, numerosos países, entre los cuales se encontraban los
más desarrollados del orbe, tomaban medidas semejantes.
En los Estados Unidos de América ¡otro bastión de la
democracia! los indios aborígenes, supervivientes del mayor
genocidio de la Historia, eran instalados en reservas, con destino
turístico y se cobraba una entrada a quienes deseaban visitar el
lugar como si se tratara de un zoológico humano. Por otra parte, en
trece estados del sur de la unión norteamericana estaba prohibido
por ley el matrimonio entre blancos y negros, a quienes se les
obligaba a viajar en compartimentos reservados en los ómnibus y a
comer en restaurantes separados, en otros sitios públicos tenían
servicios sanitarios diferentes. Los negros no podían mandar a sus
hijos a las universidades de los blancos ni podían ser elegidos
representantes públicos en política. Para que se comprenda mejor,
en junio del año 1944 estalló una huelga en el estado de Ohio
porque una fábrica de aviones de doce mil obreros admitió, por
primera vez, a siete trabajadores negros.
Un judío, era a todos los efectos, considerado, no-alemán es
decir, extranjero, y en todos le países del mundo se establecen una
serie de medidas restrictivas con relación a los extranjeros y para
poder disfrutar de los mismos derechos de los nativos debe efectuar
un proceso burocrático para adquirir la ciudadanía correspondiente.
El hecho que un estado soberano estipule normas
excepcionales en detrimento de una parte de sus habitantes podrá
ser justo o no. La cuestión es si tales medidas son dictadas por un
estado legítimo y dentro de la legalidad nacional. Esto es algo que
se ha comentado acerca del III Reich cuando aplicó sus
regulaciones contra sus judíos, mientras se guardaba silencio sobre
detalles y casos particulares que tuvieron lugar en su momento
histórico, así como un silencio cómplice con respecto a la no
comparación de la menos ignominiosa conducta de los gobiernos
que se otorgaban el privilegio de ser jueces.

L A PRIMERA GUERRA MUNDIAL

El veintiocho de junio del año 1914 el serbio Gavrilo


Prinicip dispara al archiduque Francisco Fernando de Austria en
Sarajevo; el veintinueve de julio se proclama la declaración de
guerra por parte del imperio austrohúngaro a Serbia, y se inicia la
movilización rusa contra este imperio, tales hechos dieron inicio a
la primera guerra mundial.

Esto fue la punta del iceberg, la verdadera causa fue otra. Pues
Ninguna persona en su sano juicio, puede aceptar que ese asesinato fué
la «razón» o la «causa» de la I Guerra Mundial. Ello fue sólo la excusa
para la puesta en marcha del plan británico para aplastar a Alemania.
La confusión, intencionadamente creada, por el retraso en las
comunicaciones, hizo la guerra inevitable.

Desde Turquía, el sultán del imperio otomano Mehmed V de


la Casa de Osmán o dinastía osmanlí, conocido también como
Reshid Effendi, tras ser derrotado por la Rusia zarista después de
la guerra franco-prusiana del año 1870, concertó un acuerdo con el
káiser alemán Guillermo II para la reorganización de su ejército
por instructores militares alemanes. Una gran amistad personal
surgió entre ambos, lo cual facilitó la idea del proyecto de una vía
férrea entre Berlín y Bagdad.
La diplomacia británica apeló a todo tipo de maniobras y
presiones para que la concesión fuera cancelada, pero sin éxito. En
vista de ello, Inglaterra ofreció costear la construcción de la vía, a
cambio de la mitad de los derechos de la concesión. Los británicos
presentaban la oferta de dividir el mundo en dos esferas de
influencia, esperando con ello monopolizar el comercio mundial
entre la Gran Bretaña y Alemania; tal propuesta prometía
inmensos beneficios mutuos, aun cuando ellos, los ingleses,
seguiría siendo, los primus inter pares, políticamente hablado.
Alemania aún no podía financiar, sola, la realización de
aquella inmensa obra, Pero rechazó la oferta. Solo podía financiar
la construcción de tramos limitados, pero con la asistencia de los
banqueros alemanes se hacía posible; además, la mayoría y los
más prominentes banqueros judíos estaban deseosos de realizar
préstamos a Alemania.
La puesta en marcha del proyectado ferrocarril, en sólo ocho
días permitiría trasladar un ejército, materia prima o productos
elaborados para el comercio desde Hamburgo, en el Mar del Norte,
hasta Bassorah, en el Golfo Pérsico, por la concesión otorgada al
káiser Guillermo II por su amigo personal y aliado, el sultán del
imperio otomano.
Hasta el momento, el tráfico alemán sólo podía efectuarse
por mar, a través del Mediterráneo, teniendo la casi inexpugnable
fortaleza de Gibraltar en manos de los ingleses en un lado y en el
otro el Canal de Suez, controlado de igual forma por Gran Bretaña.
Sólo quedaba el derrotero del Cabo de Buena Esperanza, pero
estaba, también, dominada la vía por Inglaterra. La ruta más corta
entre Hamburgo y Bombay requería, entonces, cuatro semanas, que
los ingleses podían convertir en seis o siete con sólo crear demoras
burocráticas en Port-Said o en Suez, y el trayecto más larga de
nueve o diez semanas. Pero por medio de la vía férrea Berlín-
Bagdad el mismo viaje requeriría tan solo seis a ocho días, y
mucho más barato. Se hace visible que la realización de esa vía
férrea era un peligro para Inglaterra desde los puntos de vista de
hegemonía militar comercial, y política.
Los políticos ingleses, cada vez más preocupados por el
creciente prestigio del Made in Germany y por el inmenso
aumento de poder militar, comercial y político que concedería a
los teutones la construcción del ferrocarril Berlín-Bagdad,
decidieron (según muchos investigadores y politólogos: por
sugerencia del movimiento sionista) que la única solución a
considerar era aplastar a Alemania con el apoyo estadounidense en
una guerra que eliminara para siempre la amenaza de la tan temida
vía férrea.
En el año 1914, las guerras europeas empezaron centradas
alrededor de Inglaterra y Alemania. El pueblo americano no quería
saber nada con la guerra y el presidente Thomas Woodrow Wilson
(Premio Nobel de la Paz en 1919) , públicamente declaró la
neutralidad. Sin embargo, es opinión de muchos historiadores,
políticos, investigadores, y autores en general, que bajo la
superficie, la administración americana buscaba alguna excusa para
entrar en la guerra.

Una notoria observación hecha por el secretario de estado,


William Jennis: Los grandes intereses bancarios estaban
profundamente interesados en la guerra mundial, debido a las
oportunidades de grandes ganancias.

Hay quien diga, y de hecho parecen haber razones


suficientes (no para afirmarlo a ultranza, pero sí para sospecharlo,
recordando siempre que sobre el pasado nunca vamos a tener
suficiente seguridad como para poder meter la mano en la candela
como dicen que hizo Van Gogh) para pensar que tales grandes
intereses bancarios, en su mayoría sionistas, podían tener esas
intenciones.

Es importante entender que la cosa más lucrativa que puede


ocurrir a los banqueros internacionales, aunque no fuesen judíos,
es: la guerra, porque los conflictos bélicos obligan a los país a
pedir prestado, con interés ¡con urgencia! más dinero ¿A quién,
sino al banco?

El asesor principal y mentor del presidente, W. Wilson, era


el coronel Edward House, un hombre de conexiones íntimas con
los banqueros internacionales quienes querían entrar en la guerra.

En una conversación documentada entre el coronel House,


asesor de Wilson, y sir Edward Grey, primer vizconde Grey de
Fallodon, y secretario exterior de Inglaterra; sobre cómo hacer que
América entrara en la guerra... Grey pregunto: "¿Qué harían los
americanos si los alemanes hundieran un crucero con pasajeros
americanos a bordo? House respondió: "Creo que una llamarada
de indignación barrería los Estados Unidos y eso, por sí mismo,
sería suficiente para llevarnos a la guerra".

Para entender mejor la naturaleza intencional de esta


conspiración es necesario acotar que, la embajada alemana, de
hecho, colocó avisos en el periódico New York Times, advirtiendo a
los ciudadanos neoyorquinos que si abordaban el barco británico
RMS Lusitania, lo hicieran a su propio riesgo, porque pasaría
navegando de América a Alemania, a través de la zona de guerra, y
estaría en riesgo de ser destruido.

Finalmente, en abril del año 1917, con el subterfugio del


hundimiento, por parte de Alemania, del transatlántico RMS
Lusitania, el cual iba armado y cargado de municiones con destino
a Inglaterra, el gobierno de los Estados Unidos entró en el juego.
En realidad, era un burdo pretexto, cuya pequeña historia
independiente cuento de inmediato.

E l Lusitania era un navío inglés que, con toda intención de


sus propietarios, conducía pasajeros civiles y material bélico. Fue
un barco torpedeado el siete de mayo del año 1915 por un
submarino alemán con un torpedo tipo G de baja penetración
incapaz de hacerlo hundir, sin embargo ¡Lo hizo en solo dieciocho
minutos! Gracias a los explosivos que transportaba.

De hecho y como fue anticipado, el hundimiento del


Lusitania causó una ola de ira entre la población norteamericana y
los Estados Unidos entraron en la guerra poco después ¡Veintiséis
meses más tarde!

La primera guerra mundial causó trescientos veinte y tres


mil muertes de norteamericanas. John Davison Rockefeller, ganó
alrededor de doscientos ¡millones! de dólares. Eso es alrededor de
tres mil millones de dólares actuales. Sin mencionar que la guerra
le costó casi treinta mil millones de dólares al pueblo
norteamericano, los cuales pagó mediante impuestos, la mayor
parte de ese caudal fue para pagar las deudas de los préstamos
solicitados por el gobierno al Banco de la Reserva Federal (con
intereses) para financiar la guerra, expandiendo ¡aún más! las
ganancias de los banqueros privados internacionales.

Pero vayamos un tanto más atrás en busca de otras causas


iniciales para la guerra.

A finales del siglo XIX se da inicio una corriente política


laica judía con carácter internacional pues, como se sabe, ya
existían focos judíos en casi todos los países de Europa y América.
Tal ideología, conocida como sionismo, intentó canalizar este
deseo de unidad internacional, siendo establecida de forma oficial
por el periodista austro-húngaro Theodor Herzl, aunque la
paternidad del término sionismo le corresponde al editor austriaco
de origen judío Nathan Birnbaum, quien lo publica en su diario
Selbstermanzipation (Auto-emancipación) en el año 1890. El
sionismo toma nombre de la montaña Sión, próxima a la ciudad de
Jerusalén y que, por sinécdoque, también la identifica. Sin
embargo, los propios judíos, desde sus inicios, no tuvieron bien
visto al sionismo por ir en contra, según criterio de algunos
1
estudiosos, de las principales ideas reveladas en la Torá y que
conforman su ideario devocional.

Este movimiento político estuvo estrechamente vinculado a


la actividad personal de miembros de la familia de banqueros
judíos Rothschild así como recibió de ella financiamiento para sus
proyectos los cuales fueron causas de medidas tomadas por el
gobierno nazi.

Así tenemos que perteneciente a la más prominente familia


de banqueros europeos, Edmond James de Rothschild, fue un
apasionado promotor del sionismo: financió la creación de los
primeros nuevos colonos judíos en tierras de Israel. En época tan
remota como el año 1882, en Rishon Le Sion; compró a
latifundistas turcos infinidad de fincas que hoy son parte del estado
israelita y creando, además, fuentes de empleos para garantizar la
estadía permanente; en el año 1924 fundó la Asociación para la
Colonización Judía, la cual adquirió más de veintidós kilómetros
cuadrados en haciendas. Hoy muchas calles y lugares públicos en
Israel llevan su nombre.
En el año 1914 había dado inicio la primera guerra mundial,
en dos años la aparición de los submarinos germanos, como una
sorpresa para el mundo, había batido todos los convoyes del
Océano Atlántico dejando a Inglaterra sin abastecimientos para sus
tropas en el continente europeo creando con ello una enorme crisis
de hambruna; Francia había perdido seis cientos mil hombres, la
armada italiana había colapsado y la rusa estaba desertando. En
tales condiciones de desastre para Gran Bretaña, Alemania
consideró negociar la paz con Inglaterra; mientras tanto el
movimiento político judío conocido como sionismo se dirigió al
gabinete británico de guerra para sugerir la entrada de los Estados
Unidos en la contienda, la cual podría ser apoyada por los grandes
bancos judíos de Europa y de New York, a cambio solicitaban
facilidades jurídicas y respaldo diplomático para obtener, después
de la victoria, el territorio de Palestina a fin de recobrar el hogar
nacional judío que habían perdido desde el siglo primero, después
del ataque del general romano Tito, como ya comentamos.

Tal estrategia de doble moral del movimiento sionista fue lo


que más tarde Hitler llamara la puñalada por la espalda de los
judíos a Alemania, ya que el gobierno alemán de Bismark había
otorgado el status de nacionalidad y/o ciudadanía a toda la
emigración hebrea que huía de los ataques que sufrían en Rusia,
Hungría y Polonia (recordar el Edicto de Emancipación de 1812).

Así fue como el barón Lionel Walter Rothschild, miembro de


esta dinastía financiera, siendo líder del sionismo británico, el dos
de noviembre del año 1917, fue depositario de la Declaración de
Balfour; nombre con el que se conoce, en la Historia, la carta
firmada por el secretario de relaciones exteriores británico, Arthur
James Balfour, con el visto bueno de los Estados Unidos. Por
medio de ese pergamino el reino de Inglaterra hacía de dominio
público su disposición para contribuir y participar en la creación de
un hogar nacional judío. Se supone sea el primer reconocimiento
de una potencia mundial sobre los derechos del pueblo hebreo
sobre la tierra de Israel; la cual, en aquella fecha, estaba en poder
de Turquía.

Con todo y eso, desde mucho tiempo atrás, el movimiento


sionista al amparo económico de la familia de banqueros
Rothschild y sus asociados, financiaban oleadas sucesivas de
jóvenes judíos (conocidas como aliyá) hacia Palestina, con el
propósito de comprar tierras para iniciar la repoblación y estadía
permanente.

Aunque la primera aliyá se reconoce haber ocurrido a finales


del siglo XIX, ya desde el siglo XVIII se comenzaron a registrar
más entradas clandestinas de judíos en Palestina de forma
espontánea, es decir, sin relación con movimientos políticos a gran
escala; por ejemplo en el año 1777 se instalan allí trescientos
judíos; estableciéndose que, en el año 1800, para una población de
trescientos mil habitantes en esa región, cinco mil eran judíos; es
de notar: ¡siempre! existió una pequeña comunidad judía la cual no
participó de la diáspora ya que tal no fue impuesta, no fue
obligatoria como la primera en que fueron conducidos; esta de la
que hablamos nunca emigró y siempre vivió allí. Otra parte de
estos mismos judíos; quienes no se fueron del territorio, en épocas
posteriores y siendo la zona geográfica conquistada por
musulmanes; se convirtieron al islam y sus descendientes se
afirma, por muchos autores e investigadores, sean los actuales
palestinos.

Desde el año 1881 y hasta el año 1902, comienzan a llegar,


en masa y bajo un programa sistemático del movimiento sionista,
los primeros judíos a las tierras que, más tarde, serían el
asentamiento del estado que hoy es Israel; en lo que fue la primera
aliyá llegaron unos treinta y cinco mil judíos en el término de unos
veintidós años. Allí crearon colonias agrícolas con apoyo
monetario de los judíos ricos de Europa occidental. La mayoría de
los emigrados procedían de Rusia; donde el antisemitismo era
bastante agresivo y muy anterior al que se desarrolló en Alemania.
Recordemos, también, que el antisemitismo, europeo, es todavía
mucho más anterior… España, en época tan lejana como la de los
reyes católicos Isabel y Fernando, tuvo dramáticos episodios con
los judíos sefardíes, cuya violencia no tiene nada que envidiarle a
la crueldad de los pogromos rusos o alemanes.

En el año 1904 se efectúa la segunda aliyá. Otras tres, cada


vez más numerosas, ocurrieron entre las dos guerras mundiales,
impulsadas durante el transcurso de los años 1919 y 1939, primero
debido a la colaboración amigable con los nazis como veremos más
adelante, , por su acoso.

En el año 1903, en respuesta a los ataques racistas contra los


judíos, perpetrados por el imperio ruso y que son conocidos como
pogromos (del ruso pogrom para referirse a devastación) Inglaterra,
por mediación de Joseph Chamberlain, secretario general de las
colonias inglesas en África, entregó al líder del movimiento
sionista Theodor Herzl una propuesta conocida como El plan
Uganda. Consistía en otorgarles parte de la meseta de Mau,
actualmente territorio de Kenia, y que vendría siendo una extensión
de unos trece mil kilómetros cuadrados.

La propuesta fue presentada durante el sexto congreso


sionista celebrado en la ciudad suiza de Basilea en el año 1903, en
la cual fue objeto de amplia discusión aunque, al final, fue
aceptada y al año siguiente tres delegados judíos fueron a
inspeccionar el lugar y aunque encontraron que la altura de la
meseta hacía modificar el caluroso clima africano tornándolo
aceptable para los europeos, aunque terminaron rechazando el
ofrecimiento por parecerles peligroso debido a las fieras salvajes,
además de observar la hostilidad de la numerosa población
indígena de la etnia masai, la cual se vería desplazada por los
nuevos colonos; por otra parte los judíos temían que aceptando
aquellas tierras perderían la posibilidad de lograr sus sueños de
volver a Erezt Israel.
Voy a extenderme con este otro asunto que se conoció como
los acuerdos de transferencia, lo que sigue sale de la primera y
entra ya en la segunda guerra mundial pero a fin de dar lógica
continuidad a tema tan poco difundido, al menos en Cuba, lo
incluyo en esta parte.
A MPLIO NIVEL DE RELACIONES Y COLABORACIÓN JUDEO - NAZI

Desde el puerto alemán de Bremerhaven, a inicios del año


1935, el barco de pasajeros Tel Aviv, según rezaba escrito en
caracteres hebreos y por consiguiente propiedad del movimiento
sionista de Alemania, zarpa hacia el puerto de Haifa, en Palestina,
sin embargo era capitaneado por un miembro del partido nacional-
socialista y en el mástil ondeaba la bandera nazi.
Aunque parezca absurdo resulta ser una imagen ilustrativa
de un episodio olvidado por la historia: la colaboración al más
alto nivel entre el movimiento sionista y el nazismo germano.
Durante los años treinta, la dirección política judía y la
Alemania nazi compartieron la visión de cómo asumir el tema del
problema judío. Ambos acordaron pertenecer a nacionalidades
diferentes y por tanto, como los judíos no pertenecían a Alemania,
los judíos que residían en el Reich no debían ser considerados
c o m o alemanes de fe judía, sino miembros de una comunidad
nacional diferente y separada.
El sionismo o lo que es igual, el nacionalismo judío,
también, presentaba la demanda de reasentarse en Palestina, la
ancestral patria, pues les resultaba, en la práctica, imposible
considerarse como sinceros sionistas y, a la vez, exigir iguales
derechos de Alemania o de cualquier otro país en el cual
estuvieran asentados.
Theodor Herzl (1860-1904), fundador del sionismo
moderno ya citado, sostuvo que el antisemitismo no constituye
una aberración, sino una respuesta natural y comprensible por
parte del no-judío con respecto a la conducta y actitud socio-
cultural de éste.
La solución única, según él, era el reconocimiento judío a
la realidad de vivir en un estado ajeno. E l problema judío existiría
dondequiera que los judíos vivieran en cantidad notable, Herzl
escribió en su más influyente obra, El Estado Judío, refiriéndose
al antisemitismo:
Donde no exista, es fundado por la llegada de judíos... creo que
entiendo el antisemitismo, el cual es un fenómeno muy complejo.
Considero este desarrollo como judío, sin odio o miedo.
La cuestión judía no es social o religiosa. Es una cuestión
nacional. Para resolverla debemos, sobre todo, hacerla un problema
político internacional... Independientemente de su ciudadanía los
judíos no constituyen meramente una comunidad religiosa, sino, una
nacionalidad, un pueblo…
Con lo cual ofreció al mundo una bien acogida a la solución
final de la cuestión judía.
Seis meses antes de llegar Hitler al poder, la federación
sionista alemana emitió un memorándum al nuevo gobierno donde
revisaba las relaciones judío-alemanas y ofrecía con formalidad la
contribución sionista para resolver el molesto problema Judía
(consistente en escenas de racismo, desórdenes públicos,
violencia, que históricamente les acompañaba en todos los países
donde tomaban asentamiento, etcétera) y el primer paso sugerido
por el propio movimiento sionista, fue que debía ser un franco
reconocimiento de las fundamentales diferencias de nacionalidad.
El memorándum hacía reconocimiento de que la
nacionalidad judía mantenía una relación clara y sincera con el
pueblo alemán y su realidad nacional y racial. Precisamente,
porque no deseaban falsificar estos principios ellos ¡los judíos! se
pronunciaban, también, contra los matrimonios inter-raciales y por
mantener la pureza del grupo judío, rechazando cualquier
trasgresión en los dominios culturales; y que los judíos habiendo
sido educados en el idioma y la cultura alemana podían mostrar un
interés en los trabajos y valores de la cultura alemana con
admiración y simpatía interna...
El diario de la federación sionista, el Jüdische Rundschau
(Revista Judía), proclamó el mismo mensaje:
El sionismo reconoce la existencia de un problema judío y desea
una solución constructiva y de largo alcance. Para este propósito, el
sionismo desea obtener la ayuda de todos los pueblos, sea esta en pro o
en contra, porque en su opinión, estamos tratando aquí, más con un
problema concreto que uno sentimental, la solución de la cual todos los
pueblos están interesados.
Joachim Prinz, joven rabino de Berlín, más tarde establecido
en los Estados Unidos se puso a la cabeza del Congreso Judío
Norteamericano, escribió en su libro, Wir Juden, (Nosotros los
judíos) en el año 1934, que la revolución nacional-socialista en
Alemania significó: Judaísmo para los judíos, él explicó: Ningún
subterfugio puede salvarnos ahora. En lugar de asimilación
deseamos un nuevo concepto: el reconocimiento de la nación judía
y de la raza judía.
Como resultado, el gobierno de Hitler apoyó con amplitud al
sionismo y la emigración judía a Palestina desde el año 1933 hasta
casi 1941, como se expone en otra parte de este libro, cuando ya el
inicio y desenvolvimiento de la segunda guerra mundial y la
política internacional malograron la colaboración.
Hasta finales del año 1938, el desarrollo del partido sionista
floreció en la Alemania nazi como parte del trabajo mancomunado
con el estado nazi. La circulación de la publicación quincenal
Jüdische Rundschau editada por la federación sionista creció
enormemente. Se publicaron numerosos libros donde los sionistas
difundían sus programas de acción. En Alemania durante esos
años, aparece la Enciclopedia Judaica. Una convención sionista
llevada a cabo en Berlín en el año 1936 reflejó en su composición,
la vigorosa vida partidaria de los judíos alemanes agrupados en el
programa político sionista.
Las SS mostraron entusiasmo en apoyar al sionismo. Un
informe interno de junio del año 1936 de estas instancias de poder
nazi, solicitó apoyo activo y de amplio rango al partido judío, tanto
por el gobierno y el partido nazi, como la mejor manera de alentar
la emigración de los judíos de Alemania para lograr su sueño del
regreso a Palestina.
Se entiende que no resulta que los nazis fueran los buenos de
la película sino que colaboraban de buen grado con tal de
quitárselos de encima pero en resumen se trata de algo con lo cual
los propios judíos estaban de acuerdo y encontraban beneficio.
Esto requeriría aumentar la autoestima judía. Y les fue
concedido por el gobierno nazi espacio para la creación de escuelas
judías, ligas judías para deportes, organizaciones culturales judías,
etcétera en corto tiempo, todo aquello que alentara esta nueva
conciencia y conocimiento de sí mismo– debía ser promovida,
según recomendaba el informe.
Leopold von Mildenstein, funcionario de las SS y el
funcionario de la federación sionista, Kurt Tuchler recorrieron
Palestina durante seis meses para evaluar allí, el desarrollo
sionista.
Debe llevarse en cuenta que este embrión del futuro estado
israelí estaba representado oficialmente por Inglaterra de acuerdo
con la Declaración Balfour, pero además estaba reconocido con el
nombre de Mandato Británico en Palestina, por tanto, aunque
estuvieran en La Tierra Prometida continuaban bajo jurisdicción
extranjera (de Inglaterra) lo cual dio lugar al desprendimiento de
una facción sionista rebelde que comenzó a luchar por la
independencia y que estuvo encabezada por Abraham Yair Stern,
un judío polaco sobre quien volveremos a referirnos más adelante
en relación a un asunto conocido por todos los historiadores pero
al que no se le ha dado la más mínima difusión ni siquiera por
constituir un hecho muy curioso.
Retomando el tema; von Mildenstein escribió durante esa
misión conjunta, en base a sus observaciones, una serie de doce
artículos ilustrados para el Der Angriff, uno de los principales
rotativos de Berlín, en el cual fueron publicados hacia finales del
año 1934 bajo el rótulo Un viaje nazi a Palestina. La serie
expresaba admiración por el espíritu pionero y los logros de los
colonos judíos.
Por su parte el diario Der Angriff hizo acuñar una medalla
especial, con una esvástica en una de las caras y una estrella de
David en la otra, a fin de conmemorar el viaje conjunto SS-sionista
a la Tierra Prometida. Meses después de ser publicados los
artículos, von Mildenstein fue ascendido al cargo de dirección del
Departamento de Asuntos Judíos del Servicio de Seguridad de las
SS con el propósito de desarrollar con eficacia la emigración judía
y garantizarla.
La principal línea naviera alemana comenzó un servicio
directo de viajes desde Hamburgo a la ciudad de Haifa, en
Palestina, en octubre del año 1933, en el cual entregaba comida
kósher o sea, estrictamente judía en sus naves, bajo la vigilancia
del rabinato de Hamburgo (No voy a extenderme en esto pero se
sabe que los judíos tienen estipulada toda una serie de tabúes
alimenticios dados directamente por Dios en la ley mosaica).
En entrevista posterior a la guerra, el ex dirigente máximo
de la Federación Sionista de Alemania, el doctor Hans
Friedenthal, resumió la situación: La Gestapo hizo de todo en
aquellos días para promover la emigración, particularmente a
Palestina. Recibimos a menudo su ayuda cuando requeríamos
algo de otras autoridades con respecto a la preparación para la
emigración.
En el congreso de septiembre del año 1935 del partido
nacional-socialista, el Reichstag adoptó las llamadas leyes de
Núremberg las cuales prohibieron los matrimonios y relaciones
sexuales entre judíos y alemanes así como proclamó a los judíos
como una nacionalidad minoritaria extranjera. Después de unos
días el diario Jüdische Rundschau Sionista, en su editorial, dio la
bienvenida las nuevas medidas:
Alemania... está de acuerdo en las demandas del Congreso
Sionista Mundial cuando ha declarado a los judíos que viven ahora en
Alemania, ser una minoría nacional. Una vez que los judíos han sido
caratulados como una minoría nacional, es nuevamente posible
establecer relaciones normales entre la nación alemana y el Judaísmo.
Las nuevas leyes dan a la minoría judía en Alemania, su propia vida
cultural, su propia vida nacional. En el futuro podrá formar sus propias
escuelas, su propio teatro y sus propias asociaciones deportivas. Para
abreviar, podrá crear su propio futuro en todos los aspectos de vida
nacional...

Georg Kareski, jefe máximo, tanto de la organización del

estado sionista y de la Liga Cultural Judía, así como ex-jefe


máximo de la Comunidad Judía de Berlín, declaró en una
entrevista con el diario Der Angriff, de Berlín, a finales del año
1935:
Durante muchos años he considerado una completa separación
de los asuntos culturales de los dos pueblos [judíos y alemanes] como
pre-condición para vivir juntos sin conflictos... he apoyado tal
separación por mucho tiempo, con tal que sea basada en el respeto de
las nacionalidades extranjeras. Las Leyes de Núremberg... me parecen,
aparte de sus provisiones legales, conformar completamente este deseo
para una vida separada basada en el respeto mutuo... Esta interrupción
del proceso de disolución, en muchas comunidades judías, que se habían
promovido a través de los matrimonios mixtos, es por consiguiente, del
punto de vista judío, completamente bienvenida.

En el año 1935, Alemania sancionó una legislación que con
severidad limitó las libertades individuales de los judíos, se les
prohibió ocupar cargos públicos y ejercer diversas profesiones,
aunque se les permitió ejercer actividades comerciales. Resulta
notable destacar que tal legislación, conocida como las Leyes de
Núremberg de septiembre del año 1935, estaban basadas, entre
otros antecedentes, sobre los democráticos estatutos
constitucionales de los racistas estados del sur norteamericano: de
Luisiana, Alabama, Mississippi, Georgia, Carolina del Sur y
Arkansas, y, también ¿Cómo no? en las leyes del apartheid en la
británica Sudáfrica.

Líderes sionistas en otros países, igual se manifestaron de


acuerdo con las leyes de Núremberg. Stephen S. Wise, presidente
del Congreso Judío Norteamericano y del Congreso Judío Mundial,
dijo en una reunión en Nueva York en junio del año 1938: Yo no
soy un ciudadano norteamericano de la fe judía, yo soy un judío...
Hitler tenía razón en una cosa: Él llamó a las personas judías una
raza y nosotros somos una raza.
El especialista en asuntos judíos del ministerio del interior,
el doctor Bernhard Lösener, expresó el apoyo al sionismo en un
artículo aparecido en noviembre del año 1935 en el diario oficial
Reichsverwaltungsblatt:
Si los judíos ya tuvieran su propio estado en que la mayoría de
ellos pudiese asentarse, entonces la cuestión judía podría considerarse
completamente resuelta hoy en día, también para los judíos mismos. La
menor cantidad de oposición a las ideas que sustentan las Leyes de
Núremberg han sido dadas a conocer por los sionistas, porque ellos
comprenden en seguida, que estas leyes representan también, la única
solución correcta para las personas judías. Porque cada nación debe
tener su propio estado como expresión exterior de su particular
nacionalidad.

En cooperación con las autoridades alemanas, los grupos
sionistas organizaron una red de unos cuarenta campamentos y
centros agrícolas en territorio alemán. Los primeros kibutz donde
serían entrenados en tareas agrícolas y de administración los
futuros colonos en Palestina funcionaron en Alemania. No obstante
aunque las Leyes de Núremberg prohibían a los judíos desplegar la
bandera alemana, se les autorizó desplegar el emblema azul y
blanco que, en el futuro, se adoptaría por Israel como bandera, la
cual ondeó por vez primera en los campamentos y centros sionistas
en territorio de la Alemania de Hitler.
Las SS cooperaron con el Haganah, nombre de la encubierta
organización militar sionista en Palestina. La agencia de la SS le
pagó al oficial del Haganah Feivel Polkes, por información sobre
la situación en Palestina y por la ayuda en la dirección de la
emigración judía hacia ese país. Entretanto, el Haganah se
mantuvo bien informado sobre los planes alemanes por medio de
un espía que logró infiltrar en la oficina principal de la SS en
Berlín. La colaboración Haganah-SS incluyó entregas secretas de
armamento alemán a los colonos judíos para ser usadas en contra
de los árabes palestinos.
No obstante diversos organismos oficiales y otros tantos
altos dirigentes alemanes mantenían reticencia con respecto a
contribuir a la creación de un país judío que, más tarde, pudiera
desarrollarse e influir con su poderío económico en el resto de las
naciones.
El propio Hitler analizó esta faceta del problema en forma
personal a principios del año 1938 y, a pesar de su escepticismo
respecto a los sionistas y de sus presentimientos sobre las políticas
de un venidero estado judío, decidió apoyar aún más la migración
judía a Palestina. La perspectiva de librar Alemania de una vez y
por todas de sus judíos pesaba más, según dijo, que las probables
amenazas futuras.
Entretanto, el gobierno británico impuso drásticas
restricciones en la inmigración judía en Palestina en los años 1937,
1938 y 1939. En respuesta, el servicio de seguridad de la SS
concluyó una alianza secreta con la agencia clandestina sionista,
Mossad le-Aliya. Acordaron pasar ilegalmente de contrabando a
los judíos a Palestina. Como resultado de esta intensiva
colaboración, varios convoyes de naves, tuvieron éxito en alcanzar
Palestina burlando las lanchas británicas. La migración judía, legal
e ilegal, desde Alemania (incluso desde Austria) a Palestina
aumentó grandemente en los años 1938 y 1939. En octubre del año
1939 estaba fijado que otros diez mil judíos llegaran a su nuevo
destino, pero la erupción de la guerra en septiembre, llevó a fin el
esfuerzo. De todas maneras, las autoridades alemanas continuaron
promoviendo en forma indirecta la emigración judía a Palestina
durante 1940 y 1941. Inclusive, hasta marzo de del año 1942, por
lo menos un kibbutz sionista oficialmente autorizado como campo
de entrenamiento para potenciales emigrantes continuaba operando
en la Alemania de Hitler.
El elemento principal de la cooperación alemana-sionista
durante el nazismo fue el conocido como el Acuerdo de Traslado y
también como el Ha’avara (palabra hebrea que significa traslado)
tal permitió a decenas de miles de judíos alemanes emigrar a
Palestina con toda su economía. Se efectuó en agosto del año 1933,
como consecuencia de las conversaciones entre los funcionarios
del gobierno alemán y Chaim Arlosoroff, secretario político del
centro palestino de la organización sionista mundial.
Por medio de este acuerdo, cada judío que fuera a viajar a
Palestina depositaba su dinero en una cuenta especial en Alemania.
Este dinero se destinaba para invertir en herramientas agrícolas,
materiales de construcción, bombas de agua, fertilizantes, etcétera,
fabricadas en Alemania, las cuales se enviaban a Palestina y eran
vendidas en Tel-Aviv, por la compañía Ha’avara la cual era
propiedad de los judíos. El dinero de las ventas se le entregaba al
emigrante al llegar a Palestina en la cantidad correspondiente al
dinero depositado en Alemania. Igual los bienes alemanes entraron
en Palestina a través del Ha’avara tras un acuerdo de intercambio
de naranjas de Palestina por madera germana, automóviles,
maquinaria agrícola etcétera. El Acuerdo sirvió al objetivo sionista
de llevar colonos judíos y capital de desarrollo para crear su estado
propio, mientras servía al interés nazi de librarse de un grupo
extranjero no deseado.
Los delegados al Congreso Sionista de Praga en el año 1933
discutieron los términos del acuerdo. Muchos temían que tal pacto
fuera en contra del boicot económico que los judíos
internacionalmente habían declarado contra Alemania. Sam Cohen,
alguien importante detrás del acuerdo de Ha’avara, enfatizó que no
era económicamente ventajoso para Alemania. Arthur Ruppin, un
especialista en emigración del movimiento sionista quien había
trabajado en la negociación del pacto, dejó claro: el Acuerdo de
Traslado de ninguna forma interfería con el movimiento del boicot,
ya que ningún dinero fresco fluiría hacia Alemania como resultado
del acuerdo... El congreso sionista llevado a término en Suiza en el
año 1935, dejó aprobado el pacto abrumadoramente. En 1936, la
Agencia judía en Palestina que no era otra cosa que el gobierno
sionista en la sombra, tomó el control directo del Ha'avara, el cual
operó hasta que la segunda guerra mundial lo hizo imposible.
Este proyecto tuvo muchas oposiciones y fue objeto de
discusiones y propuestas de disolución pero solo Hitler podía tomar
la decisión y cada vez que analizó el tema personalmente lo que
ocurrió en julio del año 1937, luego en septiembre y más tarde en
enero de 1938, tomó la determinación de mantener el acuerdo del
Ha’avara: la perspectiva de sacar a los judíos de Alemania, para
él, justificaba las desventajas que les representaba.
Ahora la curiosidad poco difundida que anuncié párrafos
atrás.
En enero, a principios del año 1941, una pequeña pero
importante organización sionista establecida en el Mandato
Británico en Palestina entregó una propuesta formal a los
diplomáticos alemanes en Beirut con intención de establecer una
alianza político-militar con la Alemania nazista. La oferta realizada
se hizo a nombre de la disidente y secreta organización Luchadores
para la Liberación de Israel, pero más conocida como Lehi o Stern
Gang (la banda de Stern). Su líder, Abraham Stern, había roto
recientemente con los radicales nacionalistas o National Military
Organization (rgun Zvai Leumi, en hebreo).
Por la actitud del grupo hacia Gran Bretaña, la cual había
prohibido la continuidad del traslado de judíos hacia el
asentamiento en Palestina, Stern consideraba a Bretaña como el
enemigo principal del sionismo.
Esta notable propuesta sionista para la solución de la
cuestión judía en Europa y la participación activa del NMO
(National Military Organization) (Lehi o Stern) en la guerra como
aliado de Alemania está citada en alguna medida en el siguiente
documento:
Original document in German Ausw_rtigesAmtArchiv, Bestand
47-59, E 224152 and E 234155-58. (Photocopy in author's possession).
Complete original German text published in: David Yisraeli, The
Palestine Problem in German Politics 1889-1945 (Israel: 1974), pp. 315-
317. See also: Klaus Polkhen, The Secret Contacts, Journal of Palestine
Studies, Spring-Summer 1976, pp. 78-80.; (At the time this offer was
made, Stern's Lehi group still regarded itself as the true Irgun/NMO).
En sus discursos y declaraciones, los principales estadistas de la
Nacional Socialista Alemania han enfatizado a menudo que un Nuevo
Orden en Europa requiere como requisito previo, una solución radical
de la cuestión judía mediante la evacuación. (Europa libre de judíos)
La evacuación masiva de judíos de Europa es una condición
previa para resolver la cuestión judía. Sin embargo, la única manera
que esto puede ser totalmente logrado es a través del asentamiento de
estas masas en la patria del pueblo Judío, Palestina, y por el
establecimiento de un estado judío en sus límites históricos.
La meta de la actividad política y los años de lucha del
movimiento de liberación de Palestina, la Organización Militar
Nacional en Palestina (Irgun ZvaiL eumi), busca resolver el problema
judío de esta manera y así liberar completamente al pueblo judío para
siempre.
El NMO (National Military Organization) que está muy
familiarizado con los buenos deseos del gobierno del Reich alemán y sus
oficiales hacia las actividades sionistas dentro de Alemania y el
programa de la emigración sionista, deja ver que::
1. Intereses comunes pueden existir entre un Nuevo Orden
europeo basado en el concepto alemán y las verdaderas aspiraciones
nacionales del pueblo judío tal cómo las encarna el NMO (National
Military Organization, Irgun).
2. La cooperación es posible entre la Nueva Alemania y una
renovada Judería nacionalista (Hebr_ertum).
3. El establecimiento del estado judío histórico sobre una base
nacionalista y totalitaria y unida por tratados con el Reich alemán,
estaría en el interés de mantener y fortalecer la futura posición alemana
de poder en el Medio Oriente.
En base a estas consideraciones y en la condición que el
gobierno del Reich alemán reconoce las aspiraciones nacionales del
Movimiento de Liberación de Israel arriba expresado, el NMO en
Palestina, ofrece tomar parte activa en la guerra como aliado de
Alemania. (El subrayado es mío).
Esta oferta del NMO incluiría actividad militar, política e
informativa dentro de Palestina y, después de ciertas medidas
organizativas, también fuera de Palestina. Junto con esto, los judíos de
Europa serían militarmente entrenados y organizados en unidades
militares bajo la dirección y orden de NMO. Ellos tomarían la parte en
operaciones de combate con el propósito de conquistar Palestina, para
lo cual debería formarse un frente.
La participación indirecta del Movimiento de Liberación de
Israel en el Nuevo Orden de Europa, ya en la fase preparatoria,
combinado con una solución radical-positiva de la cuestión judía
europea en base a las aspiraciones nacionales del pueblo judío arriba
expresadas, fortalecería en gran forma la fundación moral del Nuevo
Orden a los ojos de toda la humanidad.
La cooperación del Movimiento de Liberación de Israel,
también sería consistente con un reciente discurso del Canciller del
Reich alemán en que Hitler enfatizó que él utilizaría cualquier
combinación y coalición con el fin de aislar y derrotar Inglaterra.
No hay ningún registro de respuesta alemana. Aunque de
seguro sería negativa, pues en ese momento la política alemana era
pro árabe. No obstante, más adelante, veremos que existió un
batallón de judíos y altos oficiales como generales y coroneles
judíos con condecorados tan notables como la Cruz de Hierro,
etcétera algo que muy poca gente sabe porque no se ha dicho.
Un miembro importante dentro de esta facción sionista que
pidió aliarse a los nazis en la segunda guerra mundial fue Yitzhak
Shamir o Isaac Shamir, quien más tarde ocupó el cargo de ministro
de asuntos exteriores durante los años ochenta del siglo XX, entre
los años 1983 y 1984 fue el primer ministro cuando el anterior se
retiró y, más tarde, en 1986 y hasta 1992, se convierte en propiedad
en el séptimo primer ministro de Israel.
En diciembre del año 1938, Inglaterra despide con un No al
doctor Hjalmar Horace Greeley Schacht, quien llegara a ser
ministro de economía del III Reich, encomendado por Adolf Hitler
a Londres con la misión de acordar la transportación masiva de
todos los judíos alemanes hacia Palestina. En esto los británicos
venían trabajando desde hacía años, si se recuerda la Declaración
Balfour en el año 1917, pero más recientemente, desde el año 1933
cuando ya era evidente el desprecio nazi por los judíos; sin
embargo, ahora se presentaba la oportunidad sin remilgos y se
negaban. Los Estados Unidos, por su parte, apoyaron esta negativa
de Inglaterra como decisión política.

Por otra parte Francia, entre los años 1940-1941, hizo


fracasar, también, un proyecto nazi para enviar a todos los judíos
de Europa hacia Madagascar, isla del sur africano colonia gala en
aquellos años. La maniobra presentaba muchas conveniencias para
los alemanes, pero con todo y eso no dejaba de ser una salida que
hubiera evitado muchas muertes.

El antisemitismo, contrario a lo que se ha hecho creer, no


fue una invención de Hitler. Ese es un problema tan antiguo como
la historia del peregrinaje judío por el mundo. En la Iglesia
Católica – veintinueve de sus papas dictaron cincuenta y siete
bulas, edictos y decretos anti-judíos– participó tanto en la
persecución (según la versión judía) o en la defensa (versión
cristiana) contra los israelitas, como Martin Lutero, quien
escribiera el folleto titulado Sobre los Judíos y sus Mentiras, hoy
cualquiera que lo lea sin conocer su autoría puede pensar que se
trata de un texto nazi. Todos los pueblos, en uno u otro momento
de su historia, tomaron amparándose en diversos motivos, razones
o pretextos, medidas contra las comunidades judías, las cuales
habiendo inmigrado en el país, se mantenían voluntariamente
separados a la vez que participaban de los ideales e inquietudes y
beneficios de los autóctonos. En numerosas ocasiones incluso, el
populacho se había desmandado, dando lugar a horrorosas e
inexcusables matanzas. Estos abusivos episodios fueron frecuentes
en el Este europeo, en Polonia y Rusia, La palabra pogrom, como
ya se ha dicho, significa en ruso devastación o, tumulto llegó a
asimilar el significado de matanzas de judíos. Debido a estos
pogroms, entre los años 1881 y 1917, los cuales alcanzaron una
virulencia inusitada, los hebreos rusos y polacos huyeron en gran
cantidad hacia Alemania.

De los llamados judíos hay en Europa dos grupos étnicos y


lingüísticos distintos, los judíos sefarditas quienes entraron en
España durante la conquista árabe y los judíos ashkenazi quienes
aparecen por el este europeo. Contrariamente a la creencia popular,
los judíos sefarditas no son los descendientes directos de los
habitantes de la Palestina de los tiempos del imperio romano. Sus
antepasados fueron una tribu bereber de África del norte que se
convirtió al judaísmo en el siglo III d.C. Ellos, finalmente, se
establecieron en la provincia de Andalucía, en el sur de España,
donde, durante muchos siglos, tuvieron una posición privilegiada
bajo el gobierno de los moros. Los j udíos a shkenazis son la judería
de la Europa Central y del Este y tiene sus raíces en las tribus
turcas de etnia mongol las cuales invadieron Europa bajo el rey
huno Atila y que, al final, se instalaron en el área del sur de Rusia
y Ucrania de hoy, donde formaron el reino europeo más grande y
más poderoso de la Edad Media: Jazaria. Los ashkenazis hablan
yidis o yiddish, idioma mezcla de hebreo con alemán y/u otras
lenguas eslavas pero escrito con caracteres hebreos usado para la
comunicación ordinaria, el idioma hebreo antiguo o clásico se
restringe para el estudio de las escrituras sagradas, plegarias y
cánticos. También existe un hebreo moderno, etcétera.

En el siglo VIII, los reyes jázaros decidieron importar a


cientos de rabinos para establecer escuelas talmúdicas y convertir a
la población entera al judaísmo. Esta decisión permitió a los
jázaros comerciar tanto con sus vecinos cristianos como
musulmanes y dominar el comercio altamente provechoso entre
Europa y Asia, pasando por el ejército permanente más grande de
la Edad Media.

Irónicamente, Jazaria fue destruida finalmente a principios


del siglo XIII por una segunda oleada de invasores mongoles bajo
Gengis Kan, dando lugar a que muchos de estos jázaros,
convertidos al judaísmo ashkenazí, terminaran en países europeos
del centro y sur, tales como Italia o Alemania respectivamente.

Por otra parte los judíos mizrajíes son aquellos


descendientes de los pocos que no participaron de la diáspora y
permanecieron en sus lugares de origen o de aquellos otros quienes
sin tener relación consanguínea con ellos abrazaron el judaísmo
como religión siendo procedentes de cualquiera de los países que
conforman el medio oriente o el Magreb como Siria, Líbano, Irak,
Etiopía, etcétera. Como dato curioso tenemos la existencia de una
amplia población de judíos de piel negra procedentes de Etiopía
quienes conforman lo conocido bajo el término Beta Israel pero
más como falashas, término considerado peyorativo en el antiguo
idioma amárico del norte y centro etíope, los cuales fueron
llevados hacia Israel como ciudadanos durante la llamada
Operación Salomón en el año 1991. concebida al efecto.
Tal fue una operación militar que duró treinta y seis horas.
En treinta y cuatro aviones de la compañía nacional El Al Israel
Airlines, en relevo contínuo se transportaron catorce mil
trescientos veinticinco judíos Beta Israel o falashas desde Etiopía a
Israel. El veinticuatro de mayo del año 1991, un avión Boeing 747
de esa línea transportó el número récord de mil ochenta y siete
pasajeros.

Otros aspectos que tendrían ubicación lógica en este


apartado de la primera guerra mundial los voy a exponer cuando
comente la segunda conflagración global ya que tienen mejor
comprensión cuando se aprecian como detalles dentro de otros
aspectos de mayor dimensión. No obstante la hostilidad
irreconciliable por parte de los nazis y, posteriormente, la
reciprocidad de los judíos, durante algunos años coincidieron en
intereses y establecieron amplios niveles de colaboración.

Como hemos visto durante el transcurso de los años veinte y


treinta del siglo XX, ninguna otra nación realizó mayores acciones
favorables a los judíos, en la encrucijada de intereses en que se
vieron envueltos, que la Alemania nazista. Dejamos, pues, en
suspenso el tema.

Durante la primera guerra mundial, eran los países que


formaban a los Aliados contra Alemania, quienes monopolizaban
las agencias de noticiosas a nivel mundial y aprovecharon esta
ventaja para acusar exageradamente a su contrincante. La
propaganda sobre tales excesos tomó forma de verdad. Las noticias
acerca del barbarismo germánico en Francia y Bélgica crearon y
afirmaron la idea de una excepcional maldad de los alemanes;
concepto que continúa en la mente de muchas personas hoy en día.
Los teutones –publicaban y lo repetían las cadenas noticiosas–
lanzaban al aire a los bebés belgas ensartándoles con sus bayonetas
al caer en macabro juego, decían; igual cortaban las manos a los
prisioneros canadienses. Quizás, la crónica más establecida en el
imaginario popular quedando fijada como una verdad absoluta fue
la de una fábrica para el aprovechamiento de cadáveres en la cual,
los soldados muertos tanto alemanes como aliados, eran asados
para hacerles destilar grasa y hacer jabones después de extraerles
otros productos útiles para sostener la guerra; tales como el cabello
para hacer las almohadas para las dotaciones de los submarinos,
etcétera.

El hecho de que Arthur Augustus William Harry Ponsonby


(1871-1946) primer barón de Ponsonby Shulbrede, eminente
historiador y político británico, con su libro Falsehood in Wartime:
Propaganda Lies of the First World War (La falsedad en tiempo de
guerra: Las mentiras de la propaganda de la Primera Guerra
Mundial) publicado en el año 1928, demoliera la fábula, no evitó
que el fiscal soviético en el Proceso de Nuremberg trajera ¡De
nuevo! a la palestra la acusación sobre Alemania de haber montado
una fábrica, en Danzig, en el año 1942, para producir jabón
fabricado con la grasa de víctimas humanas de los campos de
trabajos forzados.

A pesar de que, tanto en Francia e Inglaterra, como sobre


todo en los Estados Unidos, numerosos escritores de la vertiente
revisionista de la historia hicieron lo suyo por desmitificar la
imagen manipulada sobre vencedores y vencidos durante la primera
guerra mundial, quienes se llevaron la palma fueron los ingleses,
pues su ministro de asuntos exteriores, Arthur Augustus William
Harry Ponsonby, ante la Cámara de los Comunes, presentó
públicamente excusas ante la humanidad por todos los ataques al
honor de Alemania, reconociendo se trataba de propaganda de
guerra. En tiempos así la necesidad determina la ley y es preciso
reconocer que el plato de sinceridad, civismo servido por el
secretario de la Oficina Inglesa de Asuntos Exteriores resulta sin
comparación en la Historia.

Ahora bien, una confesión de semejante peso no se ha vuelto


a hacer pasada la segunda guerra mundial. Al contrario, en lugar de
menguarse con el paso del tiempo, el caudal de difusión sobre las
atrocidades alemanas y, de manera especial, la manera como fueron
tratados los judíos en la gran parte de Europa ocupada por las
tropas de la Wehrmacht, va en aumento. Hoy en día, en las TV´s
del orbe aparecen cada año docenas de documentales y filmes de
ficción o pretendidamente basados en hechos reales, sobre la
segunda guerra mundial y los campos de concentración. Tanto el
cine como la literatura sobre este tema, a los tantos años de
finalizada la tragedia, continúa lanzando nuevas ediciones al
mercado.

Quienes no hemos revisado un poco la historia, por lo


regular los más jóvenes o los más interesados en otros asuntos,
cuando pensamos en el estado de Israel y en los judíos de la
actualidad, creemos que el hecho de que las naciones aliadas
victoriosas sobre el nazismo cuando entregaron a esta minoría
avasallada hasta el genocidio un hogar nacional en el lugar que
ocupan hoy en la geografía y que conocemos como Medio Oriente,
se trataba de algo que se iniciaba en ese momento como un justo
acto de retribución. Pero no fue algo tan simple ni exactamente así.
Quiero decir: que sin dejar de ser un acto de quizás merecida
justicia, no fue algo que tuvo su inicio ¡ahí mismo, en ese
momento! ni fue idea de las naciones que ganaron la guerra. Ese
algo tiene una larga historia que culmina con la segunda guerra
mundial dicen algunos, malintencionados dicen otros, y ambos con
sus razones pues todo funcionó como si se tratara de un objetivo
buscado, como algo que se consiguió mediante un proyecto,
mediante el procedimiento de la guerra. ¿Fue así? No sé. Quizás
no lo sepamos nunca pero lo que sí creo es que no me parece justo
que se prohíba averiguarlo ni que se mire con ojeriza a quien lo
crea o se encarcele a alguien que quiera difundir lo que piensa
sobre el caso. El hecho ya de que se legislen leyes para
imposibilitarlo me comienza a parecer dudoso, sospechoso y hasta
un poco culpable.

L A NOCHE DE LOS CRISTALES ROTOS

Poco antes de comenzar la segunda guerra mundial; la noche


del nueve al diez de noviembre del año 1938 ocurrió en Alemania y
Austria, el hecho que fuera luctuosamente conocido como, La
noche de los cristales rotos.

En agosto de ese año (1938) dada la situación generada por


la declaración del movimiento sionista exhortando a los judíos
dispersos por todo el mundo a boicotear a Alemania mediante sus
propios medios, el gobierno nazi anuncia la cancelación de los
permisos de residencia para los extranjeros teniendo que ser
renovados, lo cual incluía a los judíos nacidos en Alemania (pero
de origen foráneo) de hecho los judíos por sus costumbres y
conductas siempre se auto-consideraron extranjeros en todo sitio
que no fuera su lugar de origen remoto.

Polonia se niega a recibir a los judíos de origen polaco


pasado el mes de octubre. Más de diecisiete mil judíos nacidos allí
fueron expulsados de Alemania el veintiocho de octubre por orden
de Hitler; debiendo abandonar sus lugares de residencia en una
noche llevando solo una maleta por persona con sus pertenencias,
el resto de las mismas fue confiscado. La guardia fronteriza polaca
negó la entrada a sus ciudadanos judíos y miles de personas
quedaron en la frontera alemana a la intemperie, y sin instalaciones
sanitarias, etcétera durante semanas. Luego de negociaciones
polaco-germanas, Polonia acepta la entrada de solo cuatro mil;
quedando el resto a la espera de ser autorizados.

Los miles que no consiguieron ser aceptados en Polonia


fueron enviados a campos de concentración.

Mientras esto sucede, un chico judío de diecisiete años de


edad llamado Herschel Feibel Grynszpan, y quien vivía
clandestinamente en París con un tío, está sin trabajo, no habla
francés y no tiene buenas relaciones con sus tíos. Su familia en
Alemania fue deportada a Polonia. En tales condiciones, sin
documentación legal actualizada, angustiado por la situación de sus
padres y siendo judío está desvalido sin tener a dónde ir y
atolondrado por el destino de sus padres y hermanos. Con algo que
le pidió sus familiares (con quienes no mantenía una relación del
todo armoniosa) compró un revólver y se dirigió a la embajada
alemana en París, disparándole tres veces al primero en recibirlo,
Ernest Eduard vom Rath, secretario del embajador, quien murió
dos días más tarde. Todavía en el año 1963, la prestigiosa filósofa
judía Hannah Arendt, en su libro Eichmann en Jerusalén,
consideraba loco a Herschel Feibel Grynszpan; pero el caso fue
que tal acción hizo enfurecer y tomar represalias a los nazis: Las
Tropas de Asalto a cuyos miembros se les conocía como Los
camisas pardas, junto con la población civil llevaron a cabo
linchamientos y diversos excesos de violencia contra ciudadanos
judíos. Tales ataques dejaron las calles llenas de vidrios de los
establecimientos públicos judíos, unos noventa muertos y más de
siete mil tiendas fueron destruidas o seriamente dañadas así como
más de mil sinagogas incendiadas. Sin embargo, esto dio lugar a
una orden de Hitler disolviendo la institucionalidad de Las Tropas
de Asalto y haciendo que se distribuyeran sanciones contra los
ejecutantes e instigadores de los excesos de violencia.

Por su parte, en París, Herschel Feibel Grynszpan se


convirtió en centro de atención para un proceso judicial que nunca
terminó y fue manipulado por las partes para dirigirlo según las
conveniencias de cada quien.

Mientras Grynszpan estuvo en París, antes de la ocupación


nazi, la periodista norteamericana Dorothy Thompson, quien en el
año 1934 se convirtiera en la primera periodista estadounidense en
ser expulsada de Alemania por los nazis, lanzó una campaña que
consiguió reunir (sin redes sociales ni internet) más de cuarenta
mil dólares en unas pocas semanas a fin de contratar abogados para
la defensa del muchacho. Hasta entonces todo estaba en el punto de
ser un juicio político: pues el asesinato se mostraba como una justa
consecuencia del horror contra las familias judías en la frontera
polaca, pero comenzó a temerse por parte de los abogados que
llevarlo por tal camino era arriesgado pues si el asesinato había
provocado la noche de los cristales rotos contra los judíos libres, si
el chico resultaba absuelto ¡cuánto más! podría ocurrir con miles
en campos de concentración como prisioneros; de tal modo
pretendieron aprovechar los ciertos comentarios de
homosexualidad del diplomático alemán y darle al asunto el matiz
de crimen pasional.

Durante investigaciones para poder argumentar en el proceso


se logró acceder a documentos del escritor francés André Gide,
declarado homosexual, en los cuales se intuía, con claridad, que
pudo haber existido, entre el joven diplomático y el adolescente
judío, una relación o convenio de consenso para obtener
documentación, etcétera. El chico no quería asumir tal papel y,
mientras tanto, ocurre la ocupación de Francia.

Los nazis buscan al chico acusado y se lo llevan para un


juicio en Alemania, donde Goebbels quería manipular el proceso y
hacer ver que el muchacho había sido manejado por el movimiento
sionista pero, entonces, el chico cambia de idea y dice que
planteará en el juicio el asunto del crimen pasional homosexual,
algo que no convenía a los intereses nazis pues no podrían evitar
que procediera esta astucia del joven judío debido al burocratismo
legal que existía en Alemania. En definitiva el juicio nunca se
realizó, el muchacho estuvo prisionero en diversos lugares, al
parecer siempre con buena atención, en espera del juicio.
Existiendo suficientes indicios de que sobrevivió al fin de la
guerra.

Una foto realizada el tres de julio del año 1946 y confirmada


por Armin Fuhrer, experto mundial del caso Grynszpan, lo
identifica. Fue declarado legalmente fallecido por el gobierno de
Alemania Occidental en el año 1960. Sus padres lograron entrar en
Polonia, pasaron a la Unión Soviética y más tarde emigraron a
Israel.

PRINCIPALES CAUSAS DE
LA SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL
Las causas de cualquier evento siempre son muchas
situaciones o fenómenos de diversos tipos que, entre otros, pueden
ser intereses económicos, políticos, territoriales, etcétera los cuales
en mayor o menor magnitud pueden verse potenciados por
interpretaciones equivocadas, inexperiencia, incapacidad o relativa
madurez emotiva por parte de las personas con poder de decisión
sobre tales eventos, pero tal es algo que solo se aprecia después que
los hechos ocurren y pueden ser desmontados en las piezas que lo
formaron mediante un proceso de observación que implica a nálisis
metodológico provisto de imparcialidad, pero esto es algo que es
parte de la historiografía, de la pedagogía… ¡es ciencia! y termina
siendo algo que queda afectado por los procesos mismos y por la
opinión de los observadores ¡y no la realidad! sobre la cual nunca
tendremos la capacidad de acceder. De este modo podemos decir
que: para cada evento solo existe una única causa formada por el
entrelazamiento de tantos motivos y razones como personas lo
valoren,

Visto así, pretender enumerar una serie de datos para formar


juicios con la pretensión de que sean considerados por otros como
posibles causas principales de un hecho (en este caso, de la
segunda guerra mundial como material de estudio tomado como
excusa) me parece uno de los asuntos más absurdos en que el
intelecto humano pueda emplear su tiempo. Tan solo darnos
¡cuenta de tal criterio! me parece sea lo que lo haga tener sentido.
2
Así que, como dice Martí Monfort ¡Empecemos!

Alemania: década de los años veinte del siglo veinte d. C.

La primera guerra mundial, amén de la comprensible


tragedia por las pérdidas humanas en tal conflagración, había
dejado gran resentimiento en el sentimiento nacional por la pérdida
de grandes áreas geográficas así como por las indemnizaciones que
debía pagar a los países aliados en su contra, según impuso el
Tratado de Versalles en el año 1919 el cual estableció, además, la
reducción de su ejército a solo cien mil hombres sobre las armas y
la prohibición de la modernización de su armamento en aire, mar y
tierra.

En el contexto histórico reciente y posterior a la primera


guerra mundial (entre el año 1918 y 1919) y solo poco menos
mortífera que ella, se sitúa la pandemia de gripe que fue causa de
muerte de más de ochenta millones de personas en el mundo; algo
que, de inmediato, dio paso a la recesión económica global entre
los años desde el año 1920 al 1930.

En esta época surge en el año 1917 en Rusia el triunfo de la


revolución de Lenin con su modelo comunista; en 1922 en Italia,
Mussolini establece la primera dictadura fascista opuesta al
comunismo y en el año 1929 en Alemania, Hitler se alza con el
nazismo, también de orientación anticomunista. Aunque los tres
modelos socioeconómicos y político-sociales tenían un arranque
nacionalista terminaron, de la misma forma, convirtiéndose en
regímenes totalitarios.

Hay que decir que los primeros años de la segunda década


del siglo XX hubo cierta prosperidad en Europa ya que la
necesidad de reparar los daños de la guerra abrieron cauce a
muchos empleos y los proyectos de reconstrucción se pagaban con
créditos procedentes de una corriente de préstamos británicos pero
mayoritariamente estadounidenses realizados contra el futuro pago
de las indemnizaciones de guerra que se le exigían a Alemania.

Pero los marcadores de precios de la Bolsa de Nueva York


bajaron estrepitosamente el diecinueve de octubre del año 1929,
dando inicio a la crisis económica que dejó en bancarrota a
millones de personas en los Estados Unidos. Esto repercutió en
Europa, la cual quedó en la miseria inmediata dejando a sus
pueblos a merced de las influencias de los políticos nacionalistas
quienes pregonaban promesas de rápida recuperación.

Otra de las causas fue el sentimiento de reconocimiento de


fortaleza que le imprimió el Pacto de Acero en el año 1939
llamado así por la vinculación del complejo siderúrgico alemán
Krupp, responsable del suministro material al esfuerzo de la
guerra. Fue una alianza claramente ofensiva con la cual Alemania
e Italia se comprometían como aliados militares así como para
asuntos comerciales e industriales, quedando sellado el Eje Roma-
Berlín que más tarde engrosaría Japón.

De la misma forma el pacto germano-soviético del


veintitrés de agosto del año 1939, donde Alemania y la URSS
firmaban la mutua no-agresión, permitía a Hitler atacar Polonia
sin riesgo de intervención soviética en el frente oriental.

Pero, a mí se me antoja primordial la que llamo la causa


del dinero, a la que le dedico el aparte a continuación.

E L MILAGRO ECONÓMICO ALEMÁN

Siempre me llamó la atención que un país como Alemania,


de la cuarta parte de México, con sólo ochenta millones de
habitantes, acabado de ser derrotado en una cruenta guerra contra
los países más desarrollados del mundo en su época y por tanto
devastado, siendo además gravado con indemnizaciones y
reducción de su territorio impuesto por un Tratado abusivo según
muchos criterios, habiendo sido azotado como el resto del mundo
por una pandemia mortífera de gripe y, además, saliendo de una
recesión económica mundial, lograra ¡en solo dos años! erradicar el
desempleo con la creación de cuatro millones de puestos de
trabajo, haber sacado de la miseria al país en sólo cuatro años y
convertirlo en potencia militar en sólo seis y poner en jaque ¡de
nuevo! a todas las potencias aliadas. Es una proeza que no tiene
otra designación que la de milagro económico. ¿Qué pudo haber
hecho Hitler para lograrlo?

Responder esta pregunta no es difícil pero por curiosidad y


para no dejar dudas en cuanto a las implicaciones que esto tiene,
repasemos algunos pocos datos sobre qué ha sucedido con todos
los que pretendieron, intentaron o hicieron lo mismo, aunque
parezca extraño todos ellos fueron presidentes de los Estados
Unidos y esto puede darnos la medida de cuán lejos estamos de la
verdad en cuanto a nuestra información respecto a la realidad de la
historia.

Piénsese en estos datos y considere cómo estaba la economía


en Alemania cuando en el año 1913 un dólar se pagaba a cuatro
marcos. En julio de 1923, el dólar americano ya costaba 353.000
marcos ¡Pero en diciembre del mismo año! Había subido a cuatro
billones, es decir, un cuatro seguido de doce ceros.


E L ASUNTO DEL DINERO

Si se quiere una idea conservadora, anti-política y de


preservación de intereses de minorías privilegiadas, no hay que buscar
mucho. Se encuentra en la expuesta con la independencia del Banco
C e n t r a l . Joseph Eugene Stiglitz, norteamericano, premio Nobel de
Economía en 2001.

Si quieren seguir siendo esclavos de los banqueros y pagar por el


costo de su propia esclavitud, permítanles continuar creando el dinero y
controlando el crédito de la nación. Sir Josiah Stamp.
Nuestra gran nación industrial está controlada por un sistema de
crédito. Nuestro sistema de crédito está concentrado en manos privadas.
El crecimiento de la nación y por consiguiente de todas nuestras
actividades está en las manos de unos pocos hombres quienes,
necesariamente o por motivos de sus propias limitaciones, congelan,
frenan y destruyen la genuina libertad económica. Nos hemos
transformado en uno de los peor gobernados, uno de los más
completamente controlados y dominados de los gobiernos del mundo
civilizado no más un gobierno de libre opinión, no más un gobierno de
creencias y del voto de la mayoría, sino un gobierno de la opinión y
coacción de un pequeño grupo de hombres dominantes. – Vigésimo octavo
presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson, desde el año
1913 al 1921.
Un sistema bancario mundial está siendo preparado aquí, un
súper-estado controlado por banqueros internacionales... actuando
conjuntamente para esclavizar al mundo en pos de su propio placer. El
banco central ha usurpado al gobierno. – El congresista, Louis McFadden,
después de la aprobación de la ley que aprobó el FED,
En el año 1790, el banquero judío nacido en Alemania,
Mayer Amschel Rothschild, dijo: Permitidme emitir y controlar el
dinero de una nación y no tendré que preocuparme por quien
emite las leyes. (Este es un concepto básico de lo que hace un
banco central). Al año siguiente, 1791, logró emitir y controlar el
dinero de otra nación: el de la naciente Norteamérica.
Se dice que fue fruto de la estrategia de M. A. Rothschild
lograr que los nuevos estados norteamericanos aceptaran implantar
el sistema de banco central inglés por mediación de uno de los
padres fundadores de la nación Alexander Hamilton, secretario del
tesoro y amigo íntimo de Washington, primer presidente de los
Estados Unidos. Hamilton influyó en el senado para la aprobación
de una concesión por veinte años, a pesar de las fuertes
oposiciones de Thomas Jefferson y Benjamín Franklin, quienes no
lograron evitar se creara el First National Bank of USA, en
Filadelfia, Pensilvania.

Creo que las instituciones bancarias son más peligrosas que un
ejército... Si el pueblo americano alguna vez permite a los bancos
privados controlar la emisión de moneda, los bancos y las corporaciones
que crecerán alrededor de ellos, privará al pueblo de su propiedad hasta
que sus hijos despierten sin casa en el continente que sus padres
conquistaron. Thomas Jefferson, tercer presidente de los Estados Unidos,
1745-1826.
Los veinte años de concesión se cumplieron en el año 1811
bajo mandato del cuarto presidente James Madison quien anula su
renovación.

Desde Frankfurt, Mayer Amschel Rothschild, dijo: O


conceden la renovación o EEUU verá una guerra desastrosa.
Quizás por otras razones, pero el caso del asunto fue, da la
casualidad, que comenzó la llamada Guerra de 1812 o guerra
anglo-norteamericana.

En el año 1816, debido al conflicto bélico, el congreso se ve


apremiado para aprobar otro banco central por otros veinte años y,
con efectivos de los Rothschild, se funda el Second Bank of USA;
continuando James Madison en la Casa Blanca hasta el año 1817.
Los Estados Unidos ganaron la guerra, pero fue una victoria
pírrica, pues quedaron con una enorme pérdida de hombres y
recursos.

En el año 1836 se cumplían los veinte años de la concesión


del banco y el séptimo presidente de los Estados Unidos, Andrew
Jackson, conocido porque aparece en los billetes de veinte dólares,
realiza su segunda campaña presidencial con el lema: Jackson y
ningún banco, dando inicio a lo que se conoció como La guerra
bancaria en el senado, al no conceder licencia al Second Bank of
USA por otros veinte años.
¿No constituye un peligro para nuestra libertad e independencia
el tener un banco que tiene tan poco en común con nuestra nación? ¿No
representa el mismo una causa de temor el pensar en la pureza y la paz de
nuestro proceso eleccionario y en la independencia de nuestro país en
guerra? El tener control de nuestro dinero, el recibir el dinero público y
el mantener a miles de nuestros ciudadanos en un estado de dependencia,
sería peor y más peligroso que cualquier enemigo militar y naval. Andrew
Jackson, séptimo presidente de los Estados Unidos,—Documentary History
of Banking and Currency in the United States, Chelsea House, pp. 26, 27
Herman E. Cross.
El treinta de enero del año 1835, en Washington D.C., un tal
Richard Lawrence, le disparó dos veces; Jackson fue el primer
presidente de los Estados Unidos que intentaron asesinar. En el año
1836 expulsa al Banco central al no renovar la concesión. Jackson,
poco antes de morir en 1845, cuando le preguntaron cuál había sido
su mayor logro, dijo: Yo maté al banco, aunque no lo mató en
realidad…

Su sucesor Martin Van Buren, como octavo presidente de los


Estados Unidos, en el año 1840, apremiado por la crisis económica
mundial de 1837, se ve obligado a permitir la creación de un tercer
Banco Central.

En el año 1841, el próximo noveno presidente William


Henry Harrison estuvo en el cargo solo un mes al morir de una
neumonía.

En el mismo año el décimo presidente de los Estados


Unidos, John Tyler, vetó el relanzamiento de un tercer banco
central, por lo que recibió cientos de cartas de amenaza de muerte.

James Knox Polk el undécimo presidente de los Estados


Unidos, en el año 1846 aprobó una ley que restablecía el sistema
económico independiente bajo el cual los fondos del gobierno se
mantendrían en la tesorería y no en bancos u otras instituciones
financieras lo cual establecía oficinas independientes de depósito
de tesoro, separadas de cualquier banco, para recibir todo fondo
monetario gubernamental.

En 1861, Abraham Lincoln, es elegido décimo sexto


presidente de los Estados Unidos. Necesitado de dinero para su
campaña bélica contra los confederados sureños solicita crédito al
banco central pero los intereses que le fueron impuestos eran de tal
cuantía que era indigno aceptarlos por lo que decidió imprimir el
dinero por su cuenta, lo cual parece ser el verdadero motivo de su
asesinato si se sigue la historia anterior y posterior de las
relaciones de los presidentes norteamericanos con los consorcios
bancarios.

James Abram Garfield (1831 - 1881) fue el vigésimo


presidente de los Estados Unidos y el segundo presidente asesinado
ocupando el cargo en los Estados Unidos. Su presidencia es la
segunda más corta en la historia¸ solo seis meses y quince días en
el cargo.

El dos de julio del año 1881, a solo tres meses del juramento
presidencial, en la estación de tren de Washington, el abogado
picapleitos Charles Jules Guiteau, resentido porque el presidente
no le había concedido el puesto de embajador en Francia que había
pedido, le realizó dos disparos que no interesaron ningún órgano
vital.
El presidente estuvo acostado en la Casa Blanca durante
setenta días. Los médicos, tratando de encontrar uno de los
proyectiles transformaron una herida de pocos unos milímetros en
una abertura grave. El conocido inventor Alexander Graham Bell
intentó dar con la bala mediante un detector de metales que había
improvisado para la ocasión pero sin éxito pues ¡Nadie! se dio
cuenta que la cama era de hierro. El seis de septiembre Garfield
fue llevado a la costa de Nueva Jersey. Por unos días parecía
haberse recuperado, pero el diecinueve del mismo mes falleció a
causa de la infección y de la hemorragia interna causada por los
médicos.
Los comentarios oficiales dicen que el arma usada fue un
revólver de lujo particular como digno de museo, y que al atacante
le esperaba un coche a la salida de la estación de trenes a fin de
entregarse a la policía como todo un caballero. Como se ve, la
historia es ridícula y quizás sea por lo que los historiadores no son
extensivos al referir el corto episodio de este presidente en la Casa
Blan c a. Algo que a las mentes conspiranoicas, dadas las anteriores
circunstancias con otros mandatarios les ha hecho preguntarse
¿Qué estaría, en realidad, tras el escenario?
La realidad fue que a la semana de su gobierno un escándalo
sorprendió al país. Miembros de la anterior administración del
presidente Rutherford Hayes habrían estado cobrando
gratificaciones de una empresa de correos Star Mail,
sobrevaluando el costo de la correspon d encia oficial durante años.
El barullo comprometía a miembros del círculo de cortesanos de
Rutherford, quien era del mismo partido republicano de Garfield, y
además dañaba los intereses de las compañías ferroviarias las
cuales eran dueñas del co r reo privado. Garfield no se hizo el de la
vista gorda y ordenó investigar el caso siendo avisado de que tal
actitud ensuciaría el buen ver de su partido a lo que hizo caso
omiso. Quizás el atentado en una estación de trenes era un claro
mensaje al sucesor para no continuar revolviendo el asunto. Pero
hay más, hizo salvar una emisión de deuda del Tesoro
norteamericano que había sido hecha al seis por ciento anual y la
canjeó por bonos que pagaban solo al tres por ciento, lo cual que
dañaba intereses de la cúpula financiera de Wall Street, relacionada
con la otra historia de los ferrocarriles. Como se ve en tan solo
llegar al cargo había hecho poderosos enemigos. Esto quizás
explique el hecho de que un hombre muera de dos disparos no
mortales.
William McKinley, Jr. fue el vigésimo quinto presidente de
los Estados Unidos. El seis de septiembre del año 1901 fue baleado
por León Czolgosz de origen húngaro de quien se dijo ser
anarquista. Falleció ocho días más tarde para convertirse en el
tercer presidente asesinado en el cargo, tras Abraham Lincoln y
James Abram Garfield. De nuevo la obra de otro loco suelto.

Más tarde se supo que Czolgosz era miembro de la orden


s e c r e t a Knights of the Golden Eagle (Caballeros del Águila
Dorada) de rígida estructura jerárquica, algo que desmiente su
pretendido anarquismo.

Pero ¿Qué pudo hacer para merecer la muerte?

La Constitución norteamericana establece un orden mone -


tario bimetálico. Quiere decir que tanto el oro como la plata podían
circular libremente en monedas, así como los billetes de papel
tenían respaldo en ambos metales. Sin embargo los padres de la
patria intro d ujeron también una llamativa cláusula: la paridad
entre gramo de plata y gramo de oro quedaba fija e inamovible en
una rela c ión de dieciséis a uno. Esto significaba que en los Estados
Unidos siempre iban a circular las monedas de plata y oro siempre
que, en Europa, la relación de valor entre ambos metales fuera
como en los Estados Unidos, de dieciséis gramos de plata por un
gramo de oro. Siendo de otra manera, en los Estados Unidos
circularía la moneda en un solo metal bien plata o bien oro, en
forma alternativa de acuerdo a cual metal estuviera más cotizado.
De esta forma en los Estados Unidos siempre circularía el metal
que se estaba depreciado en Londres. Esto representaría una
desventaja para Norteamérica.

Tal sistema monetario durante un siglo se mantuvo así pero


después se transformó en un dolor de cabeza para la banca
londinense pues el que circulara siempre en los Estados Unidos el
metal depreciado en Londres, fuera plata u oro, suponía una
ventaja para la industria norteamericana ya que el sistema siempre
operaba con un dólar con menos valor que la libra esterlina que
siempre estaba respaldada en oro, esto era un problema para
Inglaterra pues era mayor riesgo exportar bienes industriales hacia
América. La ganancia británica estaba en comprar materia prima
barata procesarla en Inglaterra y venderla más cara en otros países
pero esto era cada vez más difícil con los Estados Unidos cuya
moneda siempre estaba por debajo de la moneda inglesa. En
segundo lugar ocurrió un hecho particular en mitad del siglo XIX:
la fiebre del oro en el Oeste americano era un grave problema que
pronto se convirtió en otro. Al final del cuento no había tanto oro
como se decía, pero se descubrieron grandes yacimientos de plata
de extracción poco costosa. Esto crearía la aparición de pequeños
bancos que disputarían poder a la poderosa banca inglesa la cual
influyó para sabotear el sistema norteamericano para que
abandonaran el patrón bimetálico y adoptaran solo el oro.

En el año 1873 la ley financiera escrita por el senador


Sherman agente de la élite económica judeo-inglesa Rothschild
estableció el patrón oro único, en contra de lo establecido por la
constitución. El oro comenzó a encarecerse y hacia finales del
siglo XIX fue particularmente recesivo en los Estados Unidos.
Muchos políticos se dieron cuenta del error de abandonar el
bimetalismo plata-oro y comenzaron a reclamar la libre acuñación
y circulación de la plata. El máximo exponente de este movimiento
fue William Jennings Bryan como candidato a la presidencia
convirtiéndose en una amenaza para la cúpula financiera inglesa
establecida en Wall Street y dirigida por el clan Rothschild.

Es por evitar la probable victoria de Bryan por su


popularidad que la cúpula financiera apoya al republicano
McKinley ya que de dos males ¡El menor!

Pero el pecado de McKinley fue no intervenir en la


regulación ferroviaria que en la época la mayor iniciativa privada.
Las tarifas de ferrocarriles habían bajado con notoriedad debido a
la competencia de las pequeñas compañías que ofrecían descuentos
y bajos precios y se llevaban el mercado que hasta entonces
transportaban los Morgan, Harrimann y otros en la cúpula
financista de Wall Street. Estos pidieron al presidente que regulara
la actividad de las pequeñas compañías fijando precios artificiales,
prohibiendo descuentos a fin de eliminar la competencia pero su
negativa fue estable por lo que se cuidaron de situarle como
vicepresidente a Theodore Roosevelt un individuo competente en la
lealtad a la élite bancaria.
Warren Gamaliel Harding (1865-1923) fue el vigésimo
noveno presidente de los Estados Unidos, asumiendo el cargo
desde el año 1921 al 1923, y fue el sexto que murió durante su
mandato, debido a un ataque cerebrovascular. Aunque hubo
sospechas iniciales de envenenamiento.

The Strange Death of President Harding (La extraña muerte


del presidente Harding) fue escrita por un autor desconocido,
llamado Gaston Means. Manipulado por la elite, el libro fue un
best-seller afines de los años veinte y comienzos de los trein t a del
siglo XX. Means inventó un novelón de adulterio y celos la esposa
de Harding, en el que ella lo envenena. Otorgaba credibili d ad a la
narración el hecho de conocerla perso n almente el autor, y ni ella ni
Harding vivían para ripostar. Hoy tales relatos no prosperarían pero
eran moda en época de Lo que el viento se llevó. ¡Eso sí! Sobre pe -
tróleo, ni una palabra en el libro.
Dallas, Texas, el veintidós de no v iembre del año 1963, el
trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald
Kennedy fue asesinado. Al día siguiente, el estado encaraba la
investigación oficial del crimen que culminó con el dictamen de la
Comisión Warren, con c luyente en un No para la posibilidad de
conspiración y que el único tirador había sido Lee Harvey Oswald
¿Pero cómo y por qué la prensa norteamericana aceptó sin críticas
tales conclusiones acerca del crimen de un loco suelto y por medio
d e una bala mágica que realizó alrededor de diez perforaciones y
rebotes dentro de una limusina des c apotada?
Mientras tanto, su hermano Robert R. Kennedy solicitó a
Daniel Patrick Moynihan, amigo de la familia, investigar dos
cuestiones: primero si el sindicalista Jimmy Hoffa, enemigo
acérrimo de los Kennedy, estuvo implicado; segundo, si el Servicio
Secreto encargado de la constante custodia presidencial, había
facilitado información para el hecho. A pocos meses, Moynihan le
informó que sus interrogantes tenían por respuesta: No. Pero
Robert no estuvo satisfecho. No creía la tesis oficial declarando a
Oswald como único ejecutor, por lo que se acercó a un ex agente de
la inteligencia británica para una nueva investigación sobre el caso.
El inglés, por otra parte, fue contactado por miembros del ser v icio
secreto francés quienes, en las sombras, estaban investigando
pistas sobre el mismo caso pero desde una óptica diferente.
Los galos buscaban quién o quiénes podrían ordenar un
magnicidio de b ido a que el presidente francés Char l es De Gaulle
había sido objeto de dos atentados. De Gaulle creía que podía
haber conexiones entre el caso Kennedy y los atentados que había
sufrido, y ordenó investigar, con carácter no oficial, a su secreto
francés. De Gaulle estaba claro, al estudiarse el asesinato de
Kennedy por la ruta del dinero se encuentra que había
vinculaciones entre una desconocida corporación, pero también un
cuño de PERMINDEX que habría participado en la financiación
del asesinato de Kennedy así como otra compañía, con el cuño
Centro Mondiale Commerciale (coincidiendo en inglés con World
Trade Center) relacionada con los atenta d os a De Gaulle.
Desde su contacto con los franceses, el investigador británi -
co contratado por Robert Kennedy la investigación no oficial se
llevó en conjunto, y duró desde el año 1964 hasta el 1967, en que
recibió el resultado de las pesquisas. Entonces decidió lanzar su
candidatura presidencial para las elecciones de 1968.
El fiscal Jim Garrison en el año 1967 inició su investiga c ión
de oficio sobre el caso Kennedy, pues la oficial había sido cerrada
por la Comisión Warren. Había acumulado información y algunas
pistas alrededor del tema de la conspiración, pero no avanzaba al
no tener suficientes pruebas. Se cree fuera elegido como fiscal del
caso por pensarse no pudiera llegar a resolver l o, como ocurrió.
Ese año la edi t orial europea Frontiers le llama por teléfono.
Estaban en trámites de publicar un libro acerca del caso Kennedy.
El mismo, según los editores, ponía nueva luz sobre los hechos, y
Frontiers le ofrecía facilitarle una copia para que pudiera avanzar
en el proceso. Él aceptó y en pocas semanas le enviaron tres
cuadernos resumiendo el texto que más tarde se titularía
L'Amérique Brule (América se quema) obra en francés de un tal
James Hepburn. Luego de leerlo, encontró que armonizaba las
pistas que él seguía, e instruye a Steve Jaffe, un agente suyo, pa
r a
que fuera a Ginebra donde estaba la sede de Frontiers, a
entrevistarse con Hepburn.
En Ginebra, Jaffe descubre que Frontiers só l o tenía un buró
en el vestíbulo de un bufete jurídico. La sede editorial, le
informan, estaba en Vaduz, Liechtenstein pero al llegar allí
¡tampoco! había nada que investigar, Frontiers no existía como una
verdadera editorial. Su único pro y ecto era L'Amérique Brule y
traducirlo a los idiomas alemán, italiano e inglés. El autor, James
Hepburn, tampoco era real, si n o el seudónimo de un francés
llamado Henri Lamar. Con el tiempo también descubrió que Henri
Lamar era, igual, otro pseudónimo. La pista llevaba al servicio
secreto francés, o sea al que Robert Ken n edy y su ex agente
británico habrían contactado.
Jaffe se dirigió entonces a París donde se entrevistó con el
je f e máximo del SDECE (servicio secreto francés), André Ducret,
quien no podía oficializar una investigación que su servicio de
inteligencia realizaba, lo cual hubiera significado un problema
diplomático con los Estados Unidos. Jaffe pidió a Ducret una
entrevista personal con el general De Gaulle a fin de profundizar
acerca de las fuentes de la informa c ión que le habían acercado a su
jefe. Ante tal pedido, Ducret se retiró de la reunión y volvió al rato
con una tarjeta personal de Gaulle, a la cual el presidente francés
había añadido una fra s e de puño y letra: "Estoy muy impresionado
por la confianza que, usted, depositó en mí". La señal era clara: la
información sobre Kennedy había sido llevada a cabo por el
SDECE francés, pero no podía oficializarse. Aun así, el propio De
Gaulle la respaldaba. Así se explicaba por qué Frontiers no había
existido como editorial, que el autor publicara bajo seudónimo, y
que hubiera suficientes fondos para publicarlo en otros idiomas.
Robert Kennedy, quien ya conocía los resultados de la inves -
tigación francesa, fue asesinado poco después de ga n ar las
primarias presidenciales de California, y a días de ase g urar por
primera vez en una conferencia de prensa que, en caso de asumir la
presidencia de la nación, podría reabrir, e investi g ar hasta el final,
el proceso judicial oficial del asesinato de su hermano John. Según
la historia oficial otro loco suelto, Sirhan, lo ase s inó, aunque todo
parece indicar que no pudo ser el victimario real a pesar de estar
armado, pues las balas que mataron a Robert no podían provenir de
la ubicación en que se hallaba Sirhan durante su discurso.
A partir de ese momento el servicio secreto francés se
encontró solo con los resultados de la investigación: la que realiza -
ba Garrison no llegaba lo suficiente ni había acu m ulado pruebas
necesarias para implicar a los personajes más poderosos que habían
planeado la muerte del presidente.
Los franceses se enfrentaron a la necesidad de con c luir su
participación. No encontraron ninguna edito r ial norteamericana ni
inglesa que deseara publicar el libro en los Estados Unidos o el
Reino Unido, a pesar de su éxito en Francia, Alemania e Italia,
países en los que podía leerse en tres idiomas. Se decidió
publicarlo en inglés en Bélgica con otro tí t ulo: Farewell America
(Adiós, América) y enviar los libros por barco Gran Bretaña y vía
Canadá a los Estados Unidos.
El FBI ya estaba al tanto sobre la actividad edi t orial
francesa, por lo que solicitó los ca n adienses bloquear su ingreso a
los Estados Unidos. Como no había impedimento legal para
impedir entrada de libros desde Canadá, las autoridades de ese país
inventaron un impuesto a los libros pu b licados en Bélgica e
importados a Canadá. El impuesto era retroactivo, por lo que la
existencia de Farewell America en los puertos canadienses era
ilegal. Los libros fueron confiscados por Canadá en 1969
permaneciendo en un depósito durante quin c e años, hasta cuando
fueron finalmente rematados. La mitad de los libros habrían sido
comprados por el propio FBI —a fin de ser incinerados— y la otra
mitad por un particular llamado Al Nevis, quien resistió presiones
y hasta persecuciones del FBI para que se los vendiera.
A todas vistas, el texto Farewell America es sugerente. Sólo
en el año 2002 logró publicarse en los Esta d os Unidos, cuando no
resultaba peligro para la elite ni sus partidarios en el gobierno: el
caso Kennedy estaba cerra d o desde hacía años, y ya tenía el
impacto de la inmediatez. La historia del libro muestra un
contenido vital para entender el asesinato a Kennedy y sus causas.
También posibilita entender por qué fue asesinado su hermano
Robert, quien pudo estar en ocasión de producir un escándalo si
hubiera sido elegido presidente —algo muy probable— al reiniciar
el caso sobre el crimen de Dallas, algo que había anunciado.
Ahora nos damos cuenta del valor del libro.
Farewell America informa que el candidato predilecto de la
elite en las elecciones del año 1960 era Nixon, proclive a los
grandes empresarios norteamericanos. Sin embargo, la candi d atura
de Kennedy se toleraba porque descendía de una familia de
abolengo que había sido socia de la elite en el pasado. El padre de
JFK, fue embaja d or en el Reino Unido durante la segunda guerra
mundial, lo que muestra sus influyentes relaciones. Ade m ás, antes
de la elección, Nixon parecía favorito en las encuestas, así que
Kennedy no representó una amenaza.
Sin embargo, ganó. Y sus acciones a poco andar se
mostraron contrarias a la elite y al binomio formado por la
industria pesada y de alta tecnología con el Pentágono.
El poderoso despacho del presidente ha sido
utilizado para fomentar una conspiración, para destruir
la libertad de los estadounidenses y antes de que
abandone la presidencia debo informar a los ciudadanos
de su destino...

Fue lo que dijo Kennedy en el año 1963, en su discurso ante


l a American Newspaper Publisher Asociation. Después emitió
cuatro mil quinientos millones de dólares sin contar con la Reserva
Federal. Tal como le ocurrió a Lincoln, por hacer lo mismo; poco
después por coincidencia, dicen, Kennedy fue asesinado.
Desde el origen de la Reserva Federal del año 1913, grandes
y pequeñas guerras han comenzado. Las tres más destacadas son: la
primera guerra mundial, la segunda guerra mundial y la guerra de
Vietnam.

Después de esta, a pesar de larga pero a la vez breve


historia, qué podemos esperar para un hombre que sin ser un
dechado de virtudes se atrevió a desafiar a los dueños del negocio
del dinero.

L OS E STADOS U NIDOS , UN POCO ANTES Y ALGO DESPUÉS DE LA SEGUNDA GUERRA


MUNDIAL

El treinta de enero del año 1933 La legión de plata, fue una


asociación estadounidense indistintamente conocida como Los camisas
plateadas, de corte fascista fundada por William Dudley Pelley.
El emblema de la Legión era una L escarlata, era representación de
las creencias del grupo Lealtad a la nación donde radicaba, Liberación del
materialismo y a la propia Legión de plata. Sus uniformes consistían en
una gorra igual a las utilizadas por las tropas de asalto nazis, pantalón
azul de corduroy, camisa plateada y corbata con una L roja.
Para el año 1934, ya poseían unos quince mil personas inscritas,
provenientes de la clase media. La fuerza del movimiento menguó en los
siguientes cuatro años, llegando a unos cinco mil miembros. Después del
ataque a Pearl Harbor en el año 1941, el movimiento perdió prestigio y
terminó por desaparecer
El German American Bund o German American Federation fue un
movimiento de inspiración facista creado en el año 1936 en los Estados
Unidos como entidad que sucedió a la sociedad Friends of New Germany.
Costeada economícamente por el gobierno de alemán, el movimiento,
entre otros objetivos, se ocupaba de difundir ideales nazis entre los
estadounidenses, sobre todo entre la existente comunidad germana.
Ya para el año 1939 su membresía era de alrededor de veinticinco
mil personas. Había sido fundado por un inmigrante alemán, Fritz Julius
Kuhn, un ingeniero químico, quien había luchado en la primera contienda
mundial con el grado de teniente de infantería del ejército alemán.
Después de la guerra emigró a México y de ahí pasó a los estados Unidos
donde alcanzó la ciudadanía por naturalización.
Consiguió trabajo en el Hospital newyorkino propiedad de Henry
Ford quien era un denotado antisemita siendo el único estadounidense que
citó Hitler en su libro Mi lucha. Fritz Julius Kuhn en el año 1937 se
convitió en el jefe de la asociación la cual tuvo llegó a realizar actividades
de alto nivel en el Madison Square Gardem.
Fue acusado de malversar fondos y hallado culpable. En 1943 se le
retiró la ciudadanía estadounidense siendo deportado a Alemania. En el
año 1949 en Munich, su ciudad de procedencia, un tribunal antinazi lo
condenó a dos años de prisión. Murió en el año 1951.

COMIENZA LA SEGUNDA
GUERRA MUNDIAL
La segunda guerra mundial empezó el primero de septiembre
del año 1939 cuando Inglaterra y Francia se alinearon contra
Alemania. Churchill tomó el mando el once de mayo del año
siguiente y acto seguido ordenó bombardear la ciudad alemana de
Freiburgo. Aunque hasta el año 1937, Churchill se había
manifestado como admirador de Hitler, según se aprecia leyendo su
libro Great Contemporaries (Grandes contemporáneos), así como
de otro, Step by Step (Paso a paso), en los cuales lo exalta.
Entonces, cuando cae en bancarrota por mala administración de su
patrimonio familiar, el financiero judío, sir Henry Strakosck le
dona la alta suma de dieciocho mil libras esterlinas, las cuales le
permitieron retomar las comodidades de la sociedad londinense y
desde ese momento su orientación en política exterior gira ciento
ochenta grados y se convierte en el líder del ala pro-guerra y anti-
alemán del partido conservador.

Pero cuatro años antes, en marzo del año 1933, los judíos ya
habían hecho pública una declaración de guerra y un llamado a los
hebreos del mundo. Al mes siguiente, abril, Alemania declaró el
boicot a los negocios de procedencia judaica.

La decisión de incorporar Austria a la territorialidad


germana es considerada el primer paso ofensivo del nazismo en
Europa, sin embargo, Italia, Japón, Yugoeslavia, Polonia y Hungría
respondieron transformando en consulados, sus embajadas en
Viena y expresaron simpatías por la reincorporación de Austria al
Reich alemán. Holanda, Bélgica, Lituania, Portugal, Brasil les
siguieron en tal paso, así como todos los demás países, incluyendo
los Estados Unidos. La Unión Soviética solo emitió un
reconocimiento diplomático, al no tener embajada allí. Sólo
Inglaterra y Francia se sintieron en la penosa obligación de
levantar un acta de protesta. Lord Halifax, ministro de asuntos
exteriores de la Gran Bretaña, declaró en marzo en la cámara de los
lores que la situación creada por el Tratado de Saint-Germain (es
decir, la independencia forzosa de Austria) no se podía mantener en
vigor, pero que el Gobierno Británico rechazaba el empleo de la
fuerza por parte de Alemania... No discute el hecho de la anexión,
sino el procedimiento mediante el cual la consuma y que considera
violento. Francia, por su parte, lo condena todo.

Llama la atención: dos imperios coloniales, forjados con el


sostenido empleo de la fuerza militar, sean tan exquisitos a la hora
de valorar este caso. En cuentas resumidas, la anexión alemana de
Austria llevada a cabo por el ejército se realizó sin efectuarse un
solo disparo ¡Incluso se ve! en los videos de la época, al pueblo
vienés lanzándoles flores a las tropas teutonas. Los ingleses, al
momento del caso, llevaban tres siglos en Irlanda y dos en la India,
manteniéndose a tiros, y ningún gobierno alemán lamentó el uso de
la violencia por parte de Inglaterra.

En julio del año 1938, el presidente Roosevelt, cuyo pueblo,


le había votado para ocuparse de sus problemas y no de los ajenos,
tenía en el país un paro del once por ciento de la población, o sea,
un serio problema. No obstante, mostrando que sus preocupaciones
están fuera de los Estados Unidos, se propone una reunión en
Europa con objeto de solucionar el caso de las transferencias de los
bienes de los judíos alemanes quienes emigrarían de su patria de
nacimiento hacia nuevos países más acogedores. La conferencia
tuvo lugar en Evian (Francia), desde el día seis al quince de julio
del año 1938. El objetivo oficial de la misma era cómo y de qué
manera podían ser transferidos los bienes de los judíos alemanes a
otras naciones y a cuales.

Alemania envió un observador quien expuso el punto de


vista de su Gobierno:
"Estimular hasta el máximo posible la emigración de los judíos
alemanes y transferir sus bienes globalmente evaluados. Alemania
adelantaba incluso una cifra como base de discusión: tres mil millones
de marcos, los cuales serían cedidos a un organismo internacional, que
podría ser la Cruz Roja o la Sociedad de Naciones, que repartiría la
suma entre los países interesados".

Las condiciones que ponía Alemania eran que se


establecieran acuerdos de compensación, de manera que los pagos
se efectuaran dentro del marco de los intercambios de mercancías
entre Alemania y tales países, así como el escalonamiento de tales
pagos se realizara en varios años.

La realidad es que Alemania habiendo pactado en acuerdo


con el movimiento sionista no pedía dinero por sus judíos;
¡Alemania estaba pagando para que se los llevaran! Tres mil
millones de marcos, representaban unos cinco mil seiscientos
marcos per cápita, es decir, entre mil y mil doscientos dólares de la
época, lo cual era una razonable cantidad. Inglaterra, empero, no
estuvo de acuerdo. Exigía mil libras esterlinas por judío expulsado
de Alemania ¡Pagadas al contado! (Eran los ingleses quienes
buscaban beneficios económicos en la transacción) No queriendo
saber nada de plazos ni acuerdos de compensación en mercancías.
La exigencia británica representaba una evidente negativa, al
solicitar una cifra tal, a sabiendas que Alemania no estaba en
capacidad de poder pagar. Según el cambio monetario de la época
representaban unos diecisiete mil millones de marcos o sea poco
menos que el presupuesto de Alemania para un año. Algo
insensato.

Ya en guerra: J.M. Spaight, ministro británico del aire en su


libro Reivindicación de los Bombardeos, en su página setenta y
cuatro, dice:
Comenzamos a bombardear las ciudades alemanas antes de que el
enemigo procediera en igual forma contra nosotros. Este es un hecho
histórico que debe ser admitido públicamente. Fue nuestra gran decisión.
Una espléndida decisión.

También, añade que Alemania respondió a los bombardeos


británicos tres meses después, el siete de septiembre. ¡Pero…!

Ya desde época tan temprana como el año 1932 el diario


New York Times, propiedad de judíos y editado por judíos,
publicaba anuncios a toda página: ¡Boicoteemos a la Alemania
antisemita! El bien conocido sionista Samuel Fried escribió,
también, en 1932:
La gente no debe temer la restauración del poderío militar
alemán. Nosotros, judíos, aplastaremos todo intento que se haga en este
sentido y, si persiste el peligro, destruiremos esa odiada nación y la
desmembraremos.

El judío Henry Morgenthau; secretario del tesoro de los


Estados Unidos, en el diario Portland Journal, del doce de febrero
del año 1933; declaró: América acaba de entrar en la primera fase
de la segunda guerra mundial. Observemos que sólo habían
transcurrido doce días desde la victoria electoral de los nazis y que
aún no se habían tomado medidas contra los judíos alemanes.
Observemos, también, que Morgenthau involucra a los Estados
Unidos en algo que va a sucederles a otros judíos como él, de
nacionalidad alemana. Cinco días después el rabino Stephen Wise,
miembro prominente del Brain Trust, el staff de consejeros del
presidente Roosevelt, anunció, por la radio la: guerra judía contra
Alemania. Por su parte, el editor del New Morning Freiheit, un
periódico comunista escrito en yiddisch, dirigió un llamamiento a
los judíos del mundo entero con el propósito de unirles en la lucha
contra el nazismo. Estas manifestaciones causaron en Alemania un
efecto lógico de suponer, sobre todo la alusión de Morgenthau a
una segunda guerra mundial, ya que el padre de éste había sido
embajador de los Estados Unidos en Turquía durante la primera
guerra y de una declaración jurada suya fue que devino la tesis
oficializada en el Tratado de Versalles plasmándose en su artículo
Nº 231, y en la cual se declaraba la culpabilidad exclusiva de
Alemania sobre la, entonces, reciente conclusión de la
conflagración bélica internacional; la tal declaración jurada se
refería a una reunión, en Postdam, del káiser con treinta y seis
banqueros y grandes empresarios alemanes, a fin de ultimar la
logística de la guerra. Sin embargo, tales personas nunca pudieron
haberse reunido pues las implicadas, en su momento, se probó que
estaban en otros lugares en tal fecha, no obstante la comisión
3
Lansing lo presentó como prueba en Versalles . Chaim Weizmann
el líder sionista de la Agencia Judía en Londres, en fecha tan
temprana como el cinco de septiembre del año 1939, había
declarado la guerra a Alemania en nombre de todos los judíos
dispersos por el mundo. Por otra parte el sitio web AAARGH
(L'Association des Anciens Amateurs de Récits de Guerres et
d'Holocaustes) dice que en el rotativo inglés Daily Express en su
número del veinticuatro de marzo del año 1933 se publicó, a
nombre de los judíos del mundo, una declaración de guerra contra
la Alemania nazi. Esta fue una argumentación de peso que esgrimía
Himmler (por favor, nada que ver con el rechazo racial que por
supuesto hubo y que nadie con dos dedos de frente se atrevería a
defender; pero sí como estrategia de defensa, pues nadie en su sano
juicio se atrevería a dejar sueltos a miles de ciudadanos siendo
potenciales enemigos) ya que acrecentaba el amenazante peligro
interno en el escenario de la guerra, azuzados por sus líderes
políticos ¡Máxime tratándose de un pueblo como el judío tan unido
y ¡de contra! de alta economía. Todo lo cual vino a constituir lo
tristemente llamado problema judío (téngase en cuenta si no era un
problema el hecho de que tan solo la familia judía de banqueros
Rothschilds y sus asociados, desde finales del siglo XVIII, ya
prestaban dinero con altos intereses a las monarquías europeas para
que llevaran a cabo sus guerras y controlaban los bancos centrales
de las naciones más ricas) lo cual provocó, desde temprano, la
política alemana de transportar a todas estas personas hacia
regiones restringidas llamadas campos de concentración, tanto el
Alemania como en los territorios ocupados; algo que hicieron
siempre y siguen haciendo todos aquellos que estuvieron en guerra
o es que acaso no fueron, también, mal vistos los alemanes que
vivían como extranjeros durante la guerra en Inglaterra o en los
Estados Unidos: o, en la actualidad, los árabes cuando viven fuera
de sus fronteras.

También dos días después de la declaración de guerra, hecha


por Inglaterra y Francia al Reich, Mr. Weizmann, hablando en
nombre del Congreso Mundial Judío y del movimiento sionista
manifestó que ...los judíos están al lado de la Gran Bretaña y
lucharán al lado de las democracias.., La agencia judía está
preparada para hacer inmediatamente cuanto sea necesario para
utilizar a la población judía, a su habilidad técnica y a sus
recursos de todo orden en la lucha contra Alemania.
Resulta poco conocido que el ejército nazi de Hitler contara
con soldados judíos o descendientes de ellos, más de ¡cien mil!
Donde se incluían dos mariscales de campo, quince generales, ocho
tenientes generales y cinco generales de división, veinte de ellos
ganaron la más alta condecoración militar, la Cruz de Caballero.
Otros fueron distinguidos con la Cruz de Hierro. Emil Maurice,
amigo personal, guardaespaldas y chofer de Hitler, ocupación de la
que fue separado por haber tenido una relación amorosa con
Ángela María Geli Raubal, sobrina de Hitler. Fue también uno de
los fundadores de las SS, ostentaba el número dos, después de
Hitler quien era el número uno. Cuando Heinrich Himmler
descubrió que era descendiente de judíos y quiso expulsarlo de las
SS junto a otros familiares de Emil Maurice. Sin embargo, Hitler
les brindó protección y los declaró: Arios Honorarios y se les
permitió continuar perteneciendo a las SS. Después de la guerra, en
el año 1948, fue sentenciado a cuatro años en un campo de trabajos
forzados. Murió el seis de febrero de 1972.

P OR QUÉ LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN

Es imposible hablar de la segunda guerra mundial sin hacer


mención a los campos de concentración. Hasta hace muy poco
tiempo pensé que los nazis debido a un supuesto plan de
exterminio racial con el fin ir exterminando a los judíos europeos
de momento los encerraban para ir matándolos poco a poco y
mientras tanto les iban sacando producto en fábricas mientras les
fueran rentables o bien en investigaciones médicas, etcétera, algo o
todo, en verdad ¡Espantoso!

Después supe que los oficiales alemanes se habían asesorado


con los soviéticos quienes ya llevaban casi quince años deportando
prisioneros hacia la Siberia y tenían experiencia en la construcción
y administración de tales instalaciones. Pero, además subestructuras
ya habían sido utilizadas por los ingleses en África, por los
españoles en Cuba cuando la reconcentración de Weyler, etcétera y
se siguen usando los campos de refugiados en África y el Medio
Oriente, en fin…

1. - Como ya se ha dicho el Congreso Mundial Judío declaró


la guerra a Alemania al demandar un boicot, en cualquier parte del
mundo, a las exportaciones alemanas tan pronto como Hitler
asumió el poder. Esto dio lugar a que la estancia de los judíos en
Alemania se volviera incómoda pues tal declaración los convertía
en enemigos potenciales.

2. - Roosevelt solicitó a treinta y dos países que recibieran a


los judíos alemanes. Todos manifestaron no disponer de
capacidades para más inmigrantes. Sólo hubo aceptación para una
cantidad mínima que dejaba la situación en las mismas
condiciones.

3. – Al dar inicio la guerra en el año 1939 los judíos


residentes en Alemania debían emigrar. Podían haberse conducido
a Israel —que se hallaba bajo mandato de Inglaterra—, y donde ya
existían unos cuantos miles de colonos establecidos, según ya
vimos, y en correspondencia con la Declaración Balfourd, pero
Londres se negó al traslado, a fin de no entrar en conflicto con los
árabes, aquienes les vendían petróleo.

4. - Alemania no quería retener a los judíos, pero en el resto


del mundo no se les daba asilo.

5. - El Congreso de los Estados Unidos no dio aprobación


para que en Alaska se alojaran los judíos.

6. - los campos de concentración fueron una institución


ampliamente utilizada por las grandes naciones, por la misma
época de la segunda guerra mundial se utilizaron en los Estados
Unidos para los ciudadanos estadounidenses de origen japonés y
hasta para sus descendientes. En México fueron internados
alemanes e italianos en Perote, en campos de concentración.
7. - Alemania se comprometió a pagar parte de los gastos a
fin de garantizar la salida de sus judíos hacia Inglaterra, país que
estaba en mejor condición pues poseía colonias en Medio Oriente,
Asia, África y América, además de su influencia sobre Canadá y
Australia. No obstante, Inglaterra concluyó no aceptar más que
unas pocas trabajadoras domésticas.


DURANTE LA GUERRA
No pasemos por alto que los japoneses y alemanes residentes
en los Estados Unidos fueron internados en campos de
renunciamiento , por considerarlos amenaza para la seguridad
nacional.

Ya en medio de la guerra existen algunos hechos bastante


espeluznantes, y para mí sorprendentes, los cuales quizá no
contengan toda la verdad o no hayan sido tan-tan así, pero no deja
de ser notable que sean poco conocidos al extremo de pasar por
hechos curiosos, lo cual les concede una cuota de sospecha.

A continuación una de las anécdotas que ofrecen una idea


acerca de cómo los vencedores son quienes escriben la historia y la
escriben a su conveniencia: es por ello que luego, cuando la verdad
se conoce en realidad o cuando aparecen otras versiones que no son
las oficiales se convierten en mentiras, en teorías de conspiración o
en curiosidades dudosas que deben ser acalladas o perseguidas al
amparo de leyes legisladas con ese propósito. Quienes peinamos
canas y hemos observado un poco al mundo sin demasiado apego,
podemos decir que todo es posible y si no nos casamos con una
verdad o con otra es porque nos damos cuenta de que así es como
funcionamos los seres humanos y que todo es posible. Y quizás lo
creemos pero, aunque así no fuera, estamos seguros de algo: que
bien pudo haber sido así mismo, sin lugar a dudas. Porque el único
error de los vencedores es que quieren dejar claro que quienes
vencieron lo hicieron en buena lid y con honorabilidad porque, los
buenos de la película, eran ellos.

Por ejemplo, los enfrentamientos bélicos en el desierto de


África del Norte, durante la segunda guerra mundial fueron, hasta
la llegada del mariscal de campo inglés Bernard Law Montgomery,
primer vizconde Montgomery de El-Alamein, una guerra entre
caballeros. Baste señalar tan solo algunas anécdotas que dan fe de
ello.

A las huestes italianas del duque de Aosta, las cuales,


cuando estuvieron rodeadas en Etiopía debieron rendirse el
diecinueve de mayo del año 1941, les fueron rendidos honores
militares por sus vencedores, las tropas rhodesianas del ejército
británico.

También está el caso del as de la aviación británica, Douglas


Robert Stewart conocido como Douglas Tin Legs Bader, quien
alcanzó celebridad por ser un As de la Royal Air Force británica, a
pesar de tener amputadas ambas piernas debido a un accidente
4
durante la primera guerra mundial, piloteaba con prótesis . Cuando
su avión fue derribado sobre suelo alemán el nueve de agosto de
1941, se lanzó en paracaídas, enganchándosele una de las piernas
ortopédicas en la nave. Los alemanes avisaron por radio a los
ingleses, quienes enviaron un avión desde el que lanzaron, en
paracaídas, una pierna ortopédica de repuesto para Bader. El avión
inglés usado para tal acción, para su seguridad, fue escoltado,
durante todo el vuelo, por dos cazas de la Luftwaffe,
convirtiéndose en la más extraordinaria y menos conocida de las
operaciones militares conjuntas entre dos países enemigos durante
la segunda guerra mundial y quizás de toda la historia. Después de
terminada la guerra fue el encargado de dirigir el desfile aéreo de
la victoria, formado por los trescientos aviones, que sobrevolaron
la capital londinense.

Las tropas de la Segunda División de Paracaidistas,


comandada por el general nazi Herman B. Ramcke, resistieron el
ataque aliado, en Brest hasta finales de septiembre del año 1944. El
general Troy H. Middleton, jefe de las tropas norteamericanas
sitiadoras le envió el siguiente comunicado: Con sus oficiales y
soldados, que por usted lucharon valientemente, pero que ahora
son prisioneros, hemos hablado sobre la dotación de Brest...
Usted, ha cumplido plenamente con su deber para con su patria.
Por lo expuesto, requerimos de usted, de soldado a soldado, poner
fin a esta lucha desigual. Esperamos que usted, que ha servido con
honor y que aquí ha cumplido con su deber, dará a esta propuesta
su mejor atención.

Ramcke solo respondió: Rechazo su propuesta. El general


yanqui, una vez vencido el alemán, le rindió honores militares y le
permitió despedirse de sus tropas que respondieron al Sieg Heil de
su líder, con prolongados Heil.

Uno de los más famosos generales alemanes de las fuerzas


paracaidistas, el general Student fue juzgado ante un tribunal
británico por la ocupación de Creta. El fiscal pedía pena de muerte
en la horca pero, inesperadamente, se presentó en la audiencia el
general neozelandés Inglis, jefe de las fuerzas británicas en Creta,
quien sorprendió al tribunal declarando que si el oficial nazi era
juzgado tendrían que juzgarlo también a él. La lucha –dijo– había
sido muy dura pero ambos bandos habían combatido con lealtad.
Para Student el fallo del jurado determinó solo cinco años de
cárcel.

La honorabilidad, la caballerosidad y la consideración


profesional entre militares de los ejércitos en pugna eran rasgos de
un romanticismo medieval que se mantuvo hasta el Tratado de
Versalles, pero entre la participación de fuerzas no profesionales,
los ardores patrióticos y la depravación por los intereses de ganar a
todo coste a expensas de tales virtudes, o ambos inclusive,
comenzaron a aparecer, a hacerse comunes y a dejar de ser
conducta impropia: la piratería, las guerras de guerrillas y las
acciones terroristas clandestinas desde la revolución francesa en lo
adelante.

Como ejemplos: el RMS Laconia fue un buque transatlántico


mixto, concebido para el transporte de pasajeros y carga
refrigerada. Fue botado al agua en el año 1921. En el año 1934
tuvo un accidente por colisión con un carguero norteamericano en
aguas fuera de Nueva York, poniéndose en servicio nuevamente en
el año 1935.

Fue requisado por la Real Marina Británica el cinco de


septiembre del año 1939 para ser transformado en buque mercante
armado para el transporte de prisioneros y soldados, siendo
artillado con catorce piezas de ciento diez milímetros y llevando,
además, un equipo sonar para detectar submarinos.
El sumergible nazi U-156 avista un navío la tarde del doce
de septiembre de del año 1942, se trataba del RMS Laconia que
navegaba en solitario. Pronto observan que posee una cubierta de
paseo, signo característico de que se trata de un buque mixto que
transporta carga y pasaje.
A las 21:00 horas, el U-156 emergió para atacar en
superficie, amparándose en la oscuridad. Disparó dos torpedos y en
instantes el barco Laconia se envuelve en llamas y, de inmediato,
comienza a trasmitir el S.O.S. Se escoró enseguida en una de sus
bandas y se prepararon las embarcaciones de emergencia.
El submarino U-156 se aproximó con prudencia y ve a los
primeros náufragos. Werner Hartenstein, el oficial al mando del
submarino alemán, al comprobar que el buque señalado transporta
mujeres y niños decide emerger para ayudar a rescatar a los
náufragos; ya a bordo del submarino, uno de ellos, quien habla
alemán, dice que en el barco se encuentran cerca de mil
ochocientos italianos prisioneros de guerra.
A todas estas, los soldados a cargo de custodiar a los
italianos prisioneros no habían abierto sus compartimientos
después de las explosiones de los torpedos. Algunos centenares de
italianos, a pesar de ello, lograron escapar y alcanzar las
embarcaciones de rescate, pero fueron ametrallados por los
ingleses que les custodiaban e impedidos de salvar sus vida. Aun
así, algunos, consiguieron nadar y llegar a bordo del submarino.
E l Laconia en su tripulación contaba con cuatrocientos
sesenta y tres hombres y transportaba, además, doscientos sesenta
y ocho soldados con permiso de regreso en ruta al Reino Unido, así
como ochenta mujeres y algunos niños. Los marinos alemanes
contaron veintidós embarcaciones de salvamento. No era posible
calcular cuántos hombres desde el agua pedían auxilio. Werner
Hartenstein decide enviar un mensaje al mando alemán.
En la noche del doce al trece de septiembre llega al cuartel
general de los submarinos nazis, en Francia, el parte siguiente:
"Hartenstein ha hundido al inglés Laconia en 7721.
Desgraciadamente, transportaba 1500 prisioneros de guerra italianos. Ha
sacado del agua, hasta ahora, noventa. Solicita instrucciones"

.Despertado el comandante supremo, almirante Dönitz, envía


órdenes a los submarinos que se encuentran en las inmediaciones;
el mensaje dice:
"Schacht, Grupo Elsbär, Würdemann, Wilamowitz reúnanse
inmediatamente, Hartenstein en 7721 para ayudarle a salvar los
náufragos. ¡Rápido!"

Entretanto, el submarino maniobra en un mar repleto de


restos del naufragio. Hasta donde alcanza la vista, el mar está lleno
de hombres que intentan mantenerse a flote. Los marinos nazis
suben a cubierta a cuantos pueden. Toda la noche y el día siguiente
transcurre así. Han recogido a ciento noventa y tres personas y aún
hay más en el agua, pero ya no hay cabida en cubierta.
Mientras, en el estado mayor nazi, Dönitz está inquieto por
haber enviado a sus submarinos hacia lugar peligroso de quedar
expuestos al enemigo. Y vuelve a dar recomendaciones:
"No comprometan en ningún caso la seguridad de sus buques.
Los submarinos deben estar dispuestos para sumergirse en todo momento.
Los submarinos, incluso el de Hartenstein, no embarcarán más que un
número de náufragos que no pueda comprometer su capacidad de
maniobra en inmersión"

Ya el submarino se ha puesto en contacto con el


Almirantazgo francés y un crucero y otros buques rápidos son
enviados desde Bingerville y Dakar, a fin de salvar el mayor
número de personas posible. Tres submarinos el U-156, el U-506 y
el U-507, se hallan repletos de náufragos y, además, remolcan
cuatro o cinco embarcaciones de salvamento cada uno. Se dirigen
hacia el punto de encuentro acordado con los franceses. Desde el
día siguiente al torpedeo del buque Laconia, el teniente de navío
Hartenstein había hecho radiar repetidamente el mensaje:
"No atacaré a ninguno de los navíos que acudan en socorro de los
náufragos del Laconia, a condición de que yo mismo no sea atacado por
buques ni aviones. Submarino alemán"

El dieciséis de septiembre del año 1942, a las 11:25 horas,


cuando el U-156 acababa de reunir a las cuatro embarcaciones de
salvamento que había perdido en el curso de la noche, aparece un
avión B-24 Liberator, que al ver la bandera de la Cruz Roja se
aleja. Hartenstein le hace señales de ayuda. El piloto James Harden
comunica la situación a su base en la isla Ascensión. El oficial de
servicio, capitán Robert Richardson, le contesta: hunda al
submarino. Después de media hora, el Liberator, en vuelo rasante
sobre el submarino, deja caer sus bombas en medio de las
embarcaciones de salvamento: una de ellas tocada directamente
zozobra. Docenas de ingleses e italianos desaparecen en las aguas.
Dos bombas más con explosión retardada estallan bajo el
submarino, cuyo comandante monta en cólera. Así, da orden de
desembarcar a los náufragos y abandonarlos en el mar. El U-156
salió bien parado del bombardeo aéreo, pero con daños menores.
Al día siguiente, el incidente se repite en la zona con otro
submarino con náufragos a bordo, aún a la vista de la insignia de la
Cruz Roja; semejante actitud determinó la futura actitud de los
sumergibles nazis de abandonar a los náufragos en ataques
posteriores.
Con respecto a los náufragos del buque Laconia, de los
ochocientos once hombres que el bote de salvamento transportaba,
fueron salvados ochocientos. De los mil ochocientos italianos
perecieron quinientos.
De los tres submarinos germanos que participaron en las
tareas de rescate, todos fueron destruidos.
El otro incidente tiene que ver con los bombardeos contra
ciudades civiles. Para ser asesino solo importa haber asesinado
pero, a veces, resulta interesante averiguar quién fue el primero y
cómo.
Se afirma existen pruebas indíciales de que judío el
Alexander Lindemann sugirió a Churchill concentrar los
bombardeos sobre zonas civiles, pues ahí podría causar muchas
bajas de familiares de soldados alemanes quienes se hallaban en los
frentes. Churchill premió a Lindemann por su consejo, haciéndolo
Lord, conocido luego como lord Cherwel.
Al general inglés Fuller le pareció notorio la realización de
bombardeos sobre ciudades que carecían de objetivos militares,
como el caso de la ciudad Hildsheim,
…ejemplo perfecto de las ciudades medievales que no tenía la
menor significación militar, pues hasta el empalme ferroviario se hallaba
fuera de la ciudad…escribió en su Historia de la II guerra mundial.

Por ejemplo, el bombardeo sobre Dresden es un caso en


extremo particular. Tenía alrededor de seiscientos mil habitantes
pero ¡Además! estuvo congestionada por millares de mujeres y
niños quienes venían huyendo del ejército soviético el cual invadía
Alemania por el este.
Dadas esas circunstancias el trece de febrero del año 1945
fue bombardeada. Hubo 3250 vuelos de cuatrimotores, en los
cuales participaron treinta y tres mil soldados entre tripulantes y
mecánicos. Las escuadrillas volaron cinco mil quinientas
kilómetros con un costo de decenas de millones de dólares para
arrojar cinco mil bombas explosivas y cuatrocientas mil
incendiarias.
Mujeres, niños y ancianos, eran convertidas en antorchas
humanas, quienes se arrojaban al río Elba, para seguir ardiendo
pues el agua no apaga el fuego del fósforo líquido. Según cálculos
por lo bajo, murieron un cuarto de millón de seres humanos. Según
cálculos altos, como los señalados por el autor revisionista inglés
de David Irving, fue medio millón, pero de todas formas muchas
más víctimas que las producidas por las dos bombas atómicas que
mataron a ciento cincuenta y cinco mil japoneses en Hiroshima y
Nagasaki. Lo notorio resulta que ya los aliados habían ganado la
guerra; a la fecha ocurrió dos y medio meses antes de que se firmara
la rendición incondicional pero ya estaba decidida la victoria de
occidente, pero sobre todo ¡y más aún! porque Dresden carecía por
completo de objetivos militares.
El historiador inglés F. J. P. Véale en su libro Avance al
barbarismo, considera que Churchill y sir Arthur Harris, mariscal
de la Real Fuerza Aérea y comandante en jefe de los amenazas,
marcaron con las incursiones aéreas sobre Alemania un retroceso
de doscientos cincuenta años hacia la barbarie. En la Cámara de los
Comunes, Churchill anunció, el veintiuno de septiembre del año
1943 que, para acabar con el nazismo no habrá extremos de
violencia a los cuales no recurramos.
William. L. Shirer en su libro Le Troisième Reich, y J. M.
Spaight, jefe de la secretaría del Ministro británico del aire, en su
libro Bombing Vindicated, dan sus versiones sobre el tema ¡ambos!
no llevan más que al punto de ofrecernos una tenue versión sobre
quién ha comenzado lo que, aun moralmente sin importancia, sí la
tiene según los convenios establecidos en La Haya, para los cuales
no es del todo ocioso estar al corriente sobre si se trata de
venganzas de los angloamericanos o de represalias de los teutones.
William L. Shirer dice que él presenta la tesis oficial:
«Para comenzar, en la noche del veintitrés de agosto de 1940 los
pilotos de una docena de bombarderos alemanes cometieron un error
mínimo de navegación. Habiendo recibido la orden de lanzar sus
bombas sobre las fábricas de aviación y las reservas de petróleo en los
suburbios de Londres, erraron en su objetivo y lanzaron sus bombas
sobre el centro de la capital, destruyendo casas y matando personas
civiles. Los ingleses creyeron en una acción deliberada y bombardearon
Berlín, como represalia, la noche siguiente (…) La R.A.F. volvió en
masa en la noche de 28 al 29 de agosto y, como lo he anotado en mi
diario, por vez primera, dio muerte a alemanes en la capital del Reich.
El balance oficial fue de diez muertos y veintinueve heridos (op. cit.
tomo 2, pág. 160)».

Que tal falta de navegación, registrada de forma oficial, se


considerara como acción deliberada alemana dando lugar a un
ataque inmediato sobre Berlín la próxima noche, se puede
comprender y hasta con relativa facilidad hacer la vista gorda. Que
regresaran en días siguientes sin que los nazis diesen nuevos
motivos, se entiende ya con un poco de esfuerzo. Pero que, a pesar
de que la explicación oficial y W. L. Shirer, callen sobre tal asunto
y hayan continuado los ataques aéreos sostenidamente hasta
provocar la represalia alemana con los bombardeos sobre Coventry,
Birmingham, Sheffield y Southampton… ¡De cuyos nombres se
valieron para justificar después las incursiones aéreas inglesas
sobre Dresde, Leipzig y Hamburgo! ya es algo que no se puede
aceptar ni podría encontrarse buena voluntad en quien lo apoye.
La versión ofrecida por el jefe de la secretaría de la Real
Fuerza Aérea británica da una excusa diferente y arroja una luz
distinta sobre el caso. Dice que este método de bombardeo
comenzó poco antes del veintitrés de agosto del año 1940. Desde el
once de mayo el almirantazgo inglés lo había planeado y, la misma
noche, una oleada de dieciocho bombarderos Whitley levantaron
vuelo para soltar sus cargas explosivas sobre instalaciones de
ferrocarril y víctimas civiles en Ruhr, A esto le siguieron ataques
según se fue comportando la fuerza antiaérea germana.
«Como estábamos molestos por el efecto psicológico que hubiera
podido producirse con la revelación de que somos nosotros los
responsables de la iniciativa de la ofensiva mediante bombardeos
estratégicos, nos hemos abstenido de dar a nuestra gran decisión del
once de mayo de 1940 toda la publicidad que merecía, dice J. M.
Spaight. Este silencio fue simulado. Era una espléndida decisión. Era
tan heroica, tan llena de abnegación como la de Rusia cuando adoptó su
política de tierra calcinada. Ella provocó Coventry y Birmingham,
Sheffield y Southampton, ella nos proporcionó el derecho a mirar de
cara a Kiev y Charkov, Stalingrado y Sebastopol. Nuestros aliados
soviéticos hubieran sido menos duros a propósito de nuestra inercia en
1942 si hubiesen comprendido lo que habíamos hecho.» (Bombing
Vindicated, pág. 74, citado por Maurice Bardèche en Nuremberg ou la Terre
promise).»

Los nazis, a pesar de esto, no ripostaron. El trece de agosto y


el primero de septiembre, después de «una semana de constantes
bombardeos nocturnos ingleses», dice W. L. Shirer, la mayoría la
prensa de Berlín llevaba titulares como: «Los ingleses atacan
cobardemente», y con posterioridad «Piratas del aire ingleses
sobre Berlín».
Fue el cuatro de septiembre, en el Sportpalast, durante el
discurso de apertura a la campaña de la Winterhilfe o Socorro de
Invierno, Hitler hasta extremos delirantes elevó el entusiasmo de
indignación popular mientras declaraba:
«Durante tres meses no he replicado porque creí que semejante
locura cesaría. Churchill ha tomado esto como un signo de debilidad.
Ahora, nosotros responderemos noche por noche. En caso de que la
aviación inglesa lance dos, tres o cuatrocientos kilogramos de bombas,
nosotros lanzaremos en una noche ciento cincuenta, doscientos,
trescientos o cuatrocientos mil kilogramos.»

Hasta entonces, fuera del error de navegación apuntado por


W. L. Shirer, la aviación nazi no había respondido. Pero a partir de
entonces, vendrían Coventry, Birmingham, Sheffield, Southampton
y hasta Londres. Fue en el año 1944 que el horror alcanzó a
Dresde, Leipzig, Hamburgo y otros lugares, pero en el año 1944
Alemania no podía responder a los bombardeos en tapiz que caían
cuando ya estaba prácticamente derrotada.
Por tanto, el mecanismo de estos crímenes, tanto según
cuenta W. L. Shirer como según refiere J. M. Spaight, fue echado a
andar por el estado mayor del Almirantazgo británico, y ambas
partes, tanto el juez como el acusado son tan culpables uno como el
otro. No obstante, el Tribunal de Nuremberg sólo tomo en
consideración las reacciones alemanas.
Los judíos sufrieron las penurias y horrores de la guerra,
separación y deportación a campos de concentración, consecuentes
padecimientos y muertes por epidemias, maltratos, abusos y
ejecuciones aisladas por diversos motivos, como los llevados a cabo
por el comandante Karl Otto Koch, quien dirigía el campo de
Buchenwald con el rango de SS-Standartenführer, militar que había
servido en la primera guerra mundial y ostentaba la condecoración de
una cruz de hierro, sus excesos llamaron la atención de su superior
SS-Obergruppenführer Josías de Waldeck-Pyrmont ya desde el año
1941. De inicio todo partió del comentario acerca de su participación
en el asesinato de un médico judío del campamento quien le habría
tratado una enfermedad venérea y temiendo que lo divulgase lo mató.
En el transcurso de las investigaciones que también ordenó realizar el
juez de las SS Konrad Morgen, entre los años 1942 y 1943, estas
revelaron que Koch no solo había malversado cuantiosas sumas de
dinero de las SS, sino que había robado propiedades de los
prisioneros y numerosas órdenes de asesinato con otros prisioneros
del campo Waldeck-Pyrmont; por lo que se procedió al arresto de
Koch el veinticuatro de agosto del año 1943, quedando a disposición
de un tribunal de las SS y siendo juzgado y condenado a muerte. Fue
fusilado por los propios SS a los cuarenta y ocho años de edad en el
mismo campo de Buchenwald el cinco de abril de año 1945. Este
hecho no parece concordar con la idea del exterminio.
Quizás se piense que haber sido fusilado el año 1945, ya al
final de la guerra sea un poco tardío y con probabilidad como una
salida de conveniencia de superior a cargo; pero debe recordarse que
fue objeto de investigación desde el año 1941 e instruido de cargos
desde el año 1942.
La esposa de Karl Otto Koch, Ilse Koch (siendo su apellido de
soltera Köhler) fue conocida como La bruja de Buchenwald,
trabajaba para las SS desempeñándose en el cargo de secretaria
supervisora del campo, teniendo un rol activo en los abusos de poder
de su marido se le acusó de seleccionar prisioneros con tatuajes para
ser asesinados a fin de utilizar estas partes de piel en la fabricación
de pantallas ornamentales para las lámparas de su casa. Nunca nadie
dijo haber visto tales objetos o logró presentar alguna como prueba
durante el juicio que encaró. En el año 1951, el general
estadounidense Lucius D. Clay la deja en libertad por falta de
pruebas. A poco de salir de la cárcel, fue arrestada de nuevo, juzgada
y condenada a cadena perpetua por otros cargos. Sin embargo, la
acusación de haber asesinado prisioneros para fabricar objetos con su
piel fue nuevamente desechada. En el año 1967, en la cárcel de
Aichach, veintiún días antes de cumplir los sesenta y un años de edad
Ilse Koch, utilizando las sábanas, se ahorcó en su celda.


POSTERIOR A LA GUERRA

Desde la Carta del Atlántico, firmada el catorce de agosto


del año 1941 por los hoy conocidos como los tres grandes:
Roosevelt, Churchill y Stalin, quedó especificado que ninguno de
los tres países aliados contra Alemania se adueñaría de los
territorios ocupados durante el avance. No obstante, al llegar la
guerra a su término se dijo tal acuerdo no incluía a Alemania. Sino
que se le cederían a Polonia, y a la entonces URSS, varias
provincias del oriente de Alemania. Sus correspondientes quince
millones de habitantes serían echados de su lugar de nacimiento
con sólo lo que llevaran puesto. De esos quince millones de
personas, cuatro millones escaparon meses antes de terminar la
guerra huyendo de las tropas soviéticas debido a supuestos
excesos, violaciones, incluso se reportaron crímenes, etcétera
publicados, por ejemplo en Le Courier, de Ginebra el siete de
noviembre del año 1944, a tal extremo que el veintiocho de
diciembre de ese mismo año estando ya documentado el salvajismo
de las tropas soviéticas, tal fue condenado públicamente por el
papa Pio XII, aunque fue como si nadie lo escuchara.

El traslado de los once millones de personas, en su mayoría


mujeres, niños y ancianos hacia otras zonas de Alemania se
conoció como las Transferencias.

Al hacerse difíciles en tiempo de invierno debido a carencia


de transporte y para no sobre-forzar a estas personas con excesivas
caminatas la marina germana dispuso el trasatlántico VM Wilhelm
Gustloff , debidamente identificado como de la Cruz Roja pues
transportaba mujeres, niños, heridos, etcétera; y en él se atestaron,
según datos de la época, a unas diez mil quinientas personas el
treinta de enero del año 1945. En conclusión el barco fue
torpedeado y hundido por un submarino soviético en aguas heladas
quedando hasta nuestros días como el que ostenta el triste récord
de mayor cantidad de muertes pues supera ¡como mínimo! cinco
veces a las víctimas mortales del Titanic, en año 1912.

Tan solo doce días después de este suceso, el barco-hospital


Steuben, con tres mil seiscientos ocho civiles procedentes de Prusia
oriental, sufrió igual suerte. Como si fuera poco, días más tarde el
buque Goya con seis mil seis cientos sesenta y siete pasajeros a
bordo, fue también torpedeado. El capitán Marinesko, comandante
del sumergible que realizó los tres hundimientos (los cuales
sumaron más de veinte mil muertos) fue proclamado Héroe de la
Unión Soviética.

Nieto de Jacobo y Rebeca, familia judía que emigró de


Alemania a Estados Unidos en el siglo XVIII, el general Dwight
David Eisenhower, comandante de los ejércitos aliados, tuvo a su
cargo cerca de un millón de soldados prisioneros alemanes los
cuales fueron internados en ochenta campos distribuidos entre
Holanda, Francia, Bélgica y Alemania bajo el novedoso status de
enemigos desarmados. Tales campos estaban delimitados por
alambradas, sin edificaciones dentro de sus áreas (entiéndase
literalmente a la intemperie) es decir, sin comedores, albergues,
baños o cocinas. De este modo, es claro deducir que tampoco había
servicios médicos. Cuando llovía los campos se convertían en
lodazales y los soldados y algunas mujeres y niños, familiares
suyos que no tenían dónde ir y prefirieron correr la suerte de los
presos, quedaban hundidos en el fango hasta los tobillos. Se les
prohibió cavar zanjas y cubrirlas con ramas para cobijarse. La Cruz
Roja Internacional tramitó asistirlos con cien mil toneladas de
víveres pero Eisenhower, alegando no jurisdicción de tal
institución sobre los enemigos desarmados, lo prohibió.

Enseguida el tifus, disentería, gangrenas, neumonías,


hambre, sed aumentó las defunciones, y los cadáveres comenzaron
a sacarse diariamente por veintenas. Suiza intentó servir como
protectorado pero el Departamento de Estado norteamericano les
negó jurisdicción. William Lyon Mackenzie King (entre los años
1874-1850).

En el año 1948 el francés Paul Rassinier publicó un libro,


Passage de la Ligne (El paso de la línea), acerca de sus
experiencias como político de izquierdas prisionero en el campo de
concentración de Buchenwald (uno de los más grandes en territorio
alemán) desde el año 1943 hasta el año 1945: Más tarde, en 1950
publicó, Le Mensonge d'Ulysse (La mentira de Ulises), un examen
crítico, de la literatura sobre los campos de concentración, en el
cual argumentaba sobre la inexistencia de las cámaras de gas con
fines de exterminio. En el año 1955, los dos libros se unieron en Le
Mensonge d`Ulysse, en segunda edición, y a la cual se añadieron
datos aún más críticos sobre el tema de los gaseamientos, siendo
publicada en el año 1961, año en el cual ¡También! publicó un
breve volumen complementario, Ulysse Trahi par les Siens (Ulises
traicionado por los suyos). Al año siguiente siguió con Le Véritable
Procés Eichmann (La verdad sobre el proceso a Eichmann), un
estudio sobre los presuntos crímenes alemanes en su contexto
histórico y político. Le Drame de Juifs Europeens (El drama de los
judíos europeos) en el año 1964, incluyó un extenso análisis de la
cuestión desde el punto de vista demográfico. En el año 1965
publicó l`Operation Vicaire.

Harry Elmer Barnes fue un historiador estadounidense,


diplomado en la Universidad de Columbia, pionero del
revisionismo histórico, entre sus obras destaca Perpetual War for
Perpetual Peace, fue uno de los fundadores del IHR o Institute for
Historical Review (Instituto para la revisión histórica, con sede en
Los Ángeles).

Otros fueron William H. Chamberlin escritor y periodista


estadounidense; el almirante Theobald; Charles A. Beard
historiador estadounidense; David Irving, inglés con varios libros
sobre el tema quien, ha tenido que afrontar, con razón o no ¡como
muchos otros! procesos judiciales así como sanciones económicas,
limitaciones o responsabilidades un tanto excesivas para alguien
que cree vivir en un ambiente democrático por el motivo de
publicar sus opiniones, las cuales ponen en duda lo establecido
como verdad absoluta por el stablishment; uno fue Albert Coady
Wedemeyer general graduado en West Point, quien sirvió en el
ejército de los Estados Unidos durante la segunda guerra mundial;
otro Henry Coston periodista, escritor y editor; Josef Ginsburg
publicó bajo el pseudónimo de J.G. Burg; Schuld und Schieksal
(Deuda y Destino), en el año 1962; Suendenboecke (Cabeza de
Turco), en el año 1967 y NS-Verbrechen (Crímenes
nacionalsocialistas), en el año 1968. Charles Callan Tansill con su
obra Back Door to War.

Otros, además, fueron Christophersen Thies; Arthur R. Butz;


James A. Farley; John B. Flint; Benoist Mechin; Liddel Hart;
Emrys Hughes; F. J. P. Veale.

Estoy señalando una pequeña muestra de autores que tratan


el asunto, más adelante dedico unas páginas a eso a modo de
bibliografía pero sin ánimo de hacerla abrumadora o destacada ni
en el sentido de alinearme en favor del racismo, del antisemitismo,
tampoco estoy negando o afirmando nada, tan solo haciendo ver
que muchas personas inteligentes, con estudios, con cargos, que
incluso estuvieron en campos de concentración y que muchos eran
también ¡judíos! consideran que hay puntos, en estos hechos, los
cuales no se resolvieron de forma adecuada, justa o desprovista de
prerrogativas indebidamente apañadas, cuando no de aspectos
decididamente abusivos por parte de los mismos que al final de la
guerra se dispusieron a administrar justicia tan solo porque eran los
vencedores.

El argumento al favor de los juicios por crímenes de guerra


podría quedar mal parado por cuanto mucha gente podría anteponer
que los excesos en tiempo de guerra si bien no son ni normales ni
dejan de ser atroces, pueden cubrirse con la gasa emotiva que
entorpece a la consciencia en eventos tales, pero ¡el exterminio
masivo de personas! en forma sistemática, programada…debido a
valoraciones tan bajas como el racismo, lo merecía. Ahora, el
argumento puede perder autenticidad cuando caemos en la cuenta
de que para castigar la mayor crueldad posible, además de
instrumentar un juicio justo, imparcial, entiéndase fiel como la
balanza que representa la justicia; la causa debe estar debidamente
documentada.

Un poco de atención sobre tales procesos (los trece de


Núremberg y el de Eichmann en Jerusalén) revelan fallas técnicas
en el proceso judicial, tales como:

- la no imparcialidad del jurado dado que aquellos que


administraron justicia pertenecían al bando contrario y por tanto:

- el jurado no aplicaba por ser reprobado debido el


status del argumento tu quoque o tú también, figura que en
derecho si no invalida, en rigor, desmoraliza para presentar cargos,
precisamente porque tal jurado forma parte de un bando que
también merece estar sentado en el banquillo de los acusados e
igual por lo tanto merecería las mismas sanciones.

- Se trataba de juicios sumarísimos cuya celeridad


conspiraba contra los tecnicismos legales de búsqueda y
presentación de pruebas, amén de que tan cerca del fin de la
guerra muchos testigos y documentación se hallaban dispersos,
pedidos, ausentes o había total desconocimiento al respecto.

- Existieron violaciones tales como: abusos de derecho,


falsos testimonios, testigos no verificados así como testigos
asesinados durante los procesos y confesiones obtenidas por
coerción y/o tortura.

Durante el juicio de Adolf Eichmann, en Jerusalén, Joel


Brand (1906–1964), judío-húngaro, dirigente del Comité de Ayuda
y Rescate en Hungría, fue el principal testigo sobre el asunto del
trueque de diez mil camiones y unas toneladas de jabón, té y café
por un millón de judíos, propuesto por el oficial alemán Eichmann.
La presentación de documentos, inéditos hasta ese momento, como
prueba de las conversaciones efectuadas al respecto, eran de hecho
una seria acusación contra Inglaterra y los Estados Unidos, El caso
ocurrió como sigue.

En marzo del año 1944 los nazis invaden Hungría; poco


después, Eichmann se entrevista con Joel Brand para acordar los
detalles del intercambio por su intermedio con los dirigentes
sionistas representados en Inglaterra y los Estados Unidos. Cuando
ya al plan se le dio curso en busca de aprobación, se especuló sobre
las probables intenciones fraudulentas de Eichmann, pero, al final,
resultó que tanto los líderes sionistas como las potencias aliadas se
negaron a la negociación.

El propio Brand expresó en el juicio:


Con razón o sin ella, para bien o para mal, he maldecido a los
líderes oficiales judíos desde entonces. Todas estas cosas me perseguirán
hasta el último de mis días. Es mucho más de lo que un hombre puede
soportar.

Hoy en día Eichmann resulta ser un genocida ya que trasladó


judíos por centenares de miles hacia los campos de concentración,
sin embargo, Harry Salomón Truman, trigésimo tercer presidente
de los Estados Unidos, quien autorizó el lanzamiento de una bomba
atómica que mató noventa y cuatro mil seiscientas veinte (94 620)
japoneses en pocas horas, no es considerado como tal. Se cuenta
que en su cumpleaños setenta y cinco, expresó con jocosidad que
de lo único injusto que tenía que arrepentirse en su vida era de
haberse casado a los treinta años de edad.

Si en Dachau murieron unas veinticinco mil personas en


doce años es un genocidio; si los angloamericanos al bombardear
Dresde matan en un par de días entre doscientos mil a trescientos
mil habitantes se aprecia como una operación de castigo.

Los partisanos quienes como combatientes no profesionales


aplicaron emboscadas y acciones sorpresivas de acuerdo a las
estrategias y tácticas de la guerra de guerrillas, mataron a cincuenta
y cinco mil ochocientos diez (55 810) soldados alemanes –según
las estadísticas checaa–, son considerados héroes; los soldados
alemanes quienes según las convenciones internacionales de la
época fusilaron a los partisanos o los enviaron a campos de
concentración son dignos de ser presentados como bárbaros en la
cinematografía y la literatura de postguerra.

Un judío quien sin cometer delito muere de hambre en el


guetto o en una cámara de gas (algo sobre lo cual no hay consenso
pues no está debidamente probado) sería evidente que ha sido
asesinado; los civiles hamburgueses quienes tampoco cometieron
delitos, y que sí realmente ardíeron vivoa luego de un bombardeo
con fósforo, constituyen una inevitable consecuencia de la guerra.
De modo tal, como los vencidos fueron los malos, a nadie se le
ocurre juzgar al mariscal de la Royal Air Force sir Arthur Travers
Harrispor las ochenta mil bombas de fósforo (y millones de otros
tipos) que ordenó dejar caer sobre Hamburgo entre el veinticuatro
y el veintisiete de julio del año 1943, así como por los cincuenta y
cinco mil muertos que causó el bombardeo.

El corresponsal de guerra Edgar L. Jones, en el número de


febrero del año 1946 de la revista The Atlantic Monthly escribió lo
siguiente:
«Nosotros creemos actuar más noble y moralmente que otros
pueblos, y, en consecuencia, el estar en mejor situación para decidir lo
que es justo en el mundo y lo que no lo es. ¿Cómo cree la población civil
que hemos hecho nosotros la guerra?

»Nosotros hemos matado a sangre fría a los prisioneros, hemos


convertido los hospitales de campaña en polvo y cenizas, hemos hundido
lanchas de salvamento, hemos matado o herido a la población civil
enemiga, hemos rematado a los heridos, hemos arrojado en una fosa a
los moribundos con los muertos. En el Pacífico hemos roto los cráneos
de nuestros enemigos, los hemos cocido para hacer objetos de mesa para
nuestras novias, y hemos escopleado sus huesos para hacer
cortaplumas... Nosotros hemos mutilado los cadáveres de enemigos
muertos, les hemos cortado las orejas y arrancado los dientes de oro
para tener Souvenirs...»

Que los aliados nunca aceptaron el dar explicaciones sobre


sus genocidios, lo demostraron los ingleses cuando entregaron hace
unos años la prisión de Hameln al gobierno de Konrad Hermann
Joseph Adenauer, canciller de la antes República Federal de
Alemania. Al hacer unas reparaciones, los alemanes encontraron
los cadáveres de unos doscientos compatriotas suyos de cuya
muerte era responsable la justicia militar británica. Inglaterra se
negó no sólo a responder de esas ejecuciones sino, incluso, a
facilitar los nombres de las víctimas. Tal procedimiento, muy en
moda a partir del año 1945, y del cual trata el profesor de la
Universidad de Barcelona Llorens Borrás en su obra, Crímenes de
guerra, hace recordar aquella nota que el alcalde de Aragón
enviara al gobierno durante los días de la regencia de María
Cristina de Borbón: En este pueblo continúa la matanza de frailes
en medio del mayor orden.

Ningún tribunal del mundo exigió cuentas por lo sucedido en


los procesos de Nuremberg – la mayor caza del hombre que conoce
la Historia, ha dicho Eden – ni por los otros millones de seres que
padecieron la desnazificación, ni por los belgas que, luego de
dieciséis años de terminada la guerra permanecían en las
mazmorras de este país por el delito de haberse alistado como
voluntarios en el frente del Este. Caso notable de la justicia
política aliada, lo constituye el del comandante alemán Walter
Reder, quien enfermo grave estaba encarcelado en Gaeta, Italia,
acusado de haber fusilado a centenares de habitantes de
Marzabotto. Muchas personas afirmaron que jamás estuvo en el
lugar, hasta el punto que para mucha gente tal quedó demostrado, y
otros dijeron que en dicha localidad nunca hubo tal matanza (Nada
de esto puedo negarlo ni afirmarlo, nunca he visitado Marzabotto).
Altas jerarquías de la Iglesia italiana, así como del Vaticano, de
importantes miembros la resistencia y de doscientas ochenta mil
firmas de soldados de varios países europeos han pedido en vano
su libertad. Reder no puede ser puesto en libertad porque la justicia
aliada ¡siempre! tiene razón.

En el año 1959, el profesor Einar Aberg había publicado en


Norniken, Suecia, un cálculo estadístico en el que la cifra de seis
millones de judíos muertos no correspondía con la información de
algunas fuentes como la American Jewish Committee y la
Statistical of the Synagogues of América. Dicho cálculo expresaba
lo siguiente:

NÚMERO DE JUDÍOS FUENTE


AAÑO EN EL MUNDO
ESTADÍSTICA
Meyers Hand-
11921 11 600 000
Lexikon, Alemania
World Almanac,
11925 15 630 000
pg. 752.
National Council
11930 15 600 000
of Churches
American Jewish
11933 15 316 359
Committee
World Almanac,
11936 15 753 633
pg. 748
American Jewish
11938 15 748 091
Comitee
American Jewish
11939 15 600 000 Comittee Bureau of the
Synagogue Council
World Almanac,
11940 15 319 359 pg. 129.

World Almanac,
11941 15 748 091
pg. 510.
World Almanac pg.
11942 15 192 089
849.
World Almanac,
11947 15 690 000
pg. 74.
New York Times, 22 de
11948 15 600 000 febrero de 1948, Mr. Hanson W.
Baldwin
World Almanac,
11949 15 713 638
pg. 284.
Statistical Yearbook of
11961 16 300 000 Council of Churches, EUA.
Fragmentos, comentados por mí, del libro La mentira de
Ulises, de Paul Rassinier miembro de la resistencia francesa y
quien fuera encarcelado en campos de concentración nazis, según
n o s refiere Bernardo Gil Mugarza, traductor de la obra, en su
prólogo a la edición española:

Una de las ideas más difundidas durante la post-guerra sigue


siendo la de la muerte de seis millones de judíos por los nazis ya
he expresado que, en lo personal me parece suficiente el asesinato
de solo un hombre para considerar el hecho como horrible. El
estudio estadístico de Rassinier, no obstante, parece demostrar que
la cantidad de víctimas fue inferior a un millón (Suma que me
parece poca, aunque ya dije que la contabilización en este sentido
me parece ofensiva para emitir criterios acerca de tales hechos; no
obstante, alterar cifras para hacer creer que sea más escandaloso
por eso, y eso es lo que parece que quiere advertir Rassinier, lo
cual es otra cosa porque, entonces, pudiera tener sentido). Por este
camino el número de víctimas que obtiene su pesquisa se aproxima
a la que el doctor judío Listojewski, publicó en la revista The
Broom de San Diego (California) el once de mayo del año 1952:
«Como estadístico me he esforzado durante dos años y medio en
averiguar el número de judíos que perecieron durante la época de Hitler.
La cifra oscila entre 350 000 y 500 000. Si nosotros los judíos afirmamos
que fueron seis millones, esto es una infame mentira.»

Los judíos, como los alemanes, escribe Bernardo Gil


Murgaza (y yo diría: ¡Como cualquiera!) cuando han tenido el
poder en sus manos han perdido el sentido de la medida. Por eso
aún se puede confiar en que la verdad histórica terminará por
imponerse a la mentira política. (En esto no estoy muy de acuerdo,
creo más bien que la verdad de la realidad nunca vamos lograr
alcanzarla).Que actualmente se sigue mixtificando en este asunto
(como en cualquier otro, digo yo).
…lo demuestran las informaciones que sobre un proceso que tuvo
lugar en Dusseldorf, publicaron tres periódicos alemanes el diecinueve de
septiembre del año 1960. El Bremer Nachrichten escribe:

«Entonces contó Hohn, que en el campo de concentración de


Sachsenhausen, además de los talleres y los barracones dormitorios
había: la horca, un taller para falsificar dinero, la instalación para el
tiro en la nuca, la del gas y el crematorio, en el que según sus recuerdos
desaparecieron en una noche DOSCIENTOS seres humanos».

E l Frankfurter Allgemeine Zeitung dice lo


siguiente:
«A la pregunta sobre la capacidad del crematorio, contestó
Hohn: «Sobre la capacidad no puedo dar ninguna información. Sólo sé
que en una noche fueron quemados TRESCIENTOS.»

El Weser-Kurier del mismo día, informa:


«Al preguntársele sobre la capacidad del crematorio, dijo Hohn:
«No puedo dar ninguna información. Sólo sé que una noche fueron
sacadas TRES MIL personas, y, sencillamente, por la mañana ya no
estaban allí.»

Si estas cosas suceden actualmente (esto fue escrito en el


año 1960), no se extrañe el lector de que en el año 1945 fueran
gaseados seis millones de judíos. Ni de que con un buen número de
ellos se fabricase jabón. Ni de que con sus cabellos se hiciesen
colchones para los submarinos alemanes.

El autor (Se refiere a Rassinier) dedicó un capítulo sobre las


cámaras de gas, el cual resulta más confuso a medida que pasa el
tiempo. Primero había cámaras en casi todos los campos. Hoy (se
refiere al año 1961, fecha en que aparece la primera edición en
español) parece evidente (yo preferiría que hubiera escrito posible)
que en Alemania no las hubo, y así lo ha manifestado el juez
norteamericano Pinter quien tuvo por misión investigar estos
campos (quizás considere suficiente la opinión de este juez). El
problema radica actualmente en las de Polonia. ¿Se exterminó en
Auschwitz a seres humanos con gas? Al ocupar los rusos el campo
anunciaron oficialmente la muerte de cuatro millones de seres, el
comandante Hoss confesó en prisión dos millones y medio,
Reitlinger habla de 750.000 gaseados como máximo, y las listas
oficiales de Auschwitz recogen algo menos de trescientos mil
muertos en total. Lo realmente curioso es que la comisión de la
Cruz Roja Internacional que visitó el campo en septiembre del año
1944 no descubrió cámaras de gas. El judío doctor Benedikt
Kautsky, que estuvo internado durante siete años, tres de ellos en
Auschwitz, en su libro Teufel und Verdammte, publicado en Suiza
en el año 1946, dice lo siguiente:
Yo estuve en los grandes KZ de Alemania. Pero, conforme a la
verdad, tengo que estipular que no he encontrado jamás en ningún
campo ninguna instalación como cámara de gaseamiento.

En una sociedad algo más desapasionada que la nuestra, no


dejaría de reconocerse que las cámaras de gas que hubo en
algunos campos alemanes no agravan el problema. Pues no
conviene olvidar que, en los Estados Unidos, se utilizan
oficialmente. Los hornos, cuando aún no había nazis, ya fueron
empleados por el rey David para exterminar a los amonitas (quizás
haga referencia al libro II de Reyes 12:31, pero al menos en la
Biblia que consulté no me queda claro semejante aseveración
porque con referencia a hornos en relación con amonitas no
encontré nada más y en tal caso está bastante traído por los pelos).
En los de los alemanes y en los de los cementerios europeos (se
refiere a los hornos) sólo se quemaban y se queman cadáveres, no
seres vivos.

La cuestión sólo puede plantearse razonablemente


reprobando la muerte de todo ser humano inocente. Pero lo que
produce asombro es que los vencedores en el año 1945 se nieguen
a que los vencidos hagan uso del mismo argumento. Es un hecho
incontrovertible que durante la guerra, en especial entre los años
1944 y 1945, fueron asesinados alemanes en cantidades tan
suficientemente altas como pudieron serlo otras cantidades
cualquieras de judíos, donde los valores de las cifras no determina
el nivel de exceso, criminalidad o ¿justicia?
(Fin de la extensa cita (comentada aquí por mí) en fragmento del prólogo escrito por el
traductor Bernardo Gil Mugarza, a la obra La mentira de Ulises de Paul Rassinier).

Según testimonios verbales de testigos quedó establecido


que en Dachau se asesinaron mil quinientos (1500) judíos diarios,
y que solo estuvieron en actividad dos hornos. Teniendo en cuenta
que incinerar a un adulto requiere como casi dos horas, cada hora
se cremarían dos cadáveres con lo cual haciendo trabajar los
hornos ininterrumpidamente día y noche (algo bastante
improbable) solo podrían cremar a cuarenta y ocho de los 1500
diarios; presuponiendo que ambos hornos hubieran estado
funcionando durante las veinticuatro horas (día y noche; menos
los domingos) durante tres años, sin reparaciones, refacciones ni
colocación de repuestos (lo, que, tratándose de la tan alta
temperatura requerida es por completo imposible teniendo en
cuenta, además, la demanda necesaria de combustible pues en
tiempo de guerra, y más al nivel que se encontraba ya después del
año 1943, puede ser difícil la disposición de energía eléctrica para
tal consumo. Ya esta reflexión introduce un matemático error a las
probabilidades por un rango bastante alto. Asalta a la curiosidad
que: para tales incineraciones hubieran sido necesarios cerca de
veintisiete vagones de carga de veinte toneladas cada uno para
trasladar las casi quinientas treinta y cinco y media (535.5)
toneladas de ceniza producida, algo bastante difícil de ocultar;
pero que, además, todavía no han sido encontradas.
No parece ser materialmente factible, debido al deterioro
económico producido por la guerra durante el periodo en que se
atribuyen tales acciones; capacidad para producir la cantidad de
energía eléctrica necesaria como para quemar aunque fuera una
fracción de la suma de seres humanos que el holocausto toma en
cuenta, es además significativo que todavía está por ser
encontradas las montañas de cenizas que semejante combustión
produjera por medios tradicionales así como las gigantescas
instalaciones requeridas para esos efectos tampoco han aparecido.
Por otra parte el proceso de cremación de un cuerpo adulto pude
conllevar horas y no es un proceso continuo sino que va seguido
de minuciosos procedimientos de mantenimiento y limpieza a fin
de garantizar la permanencia y productividad de las instalaciones,
algo que conspiraría contra el tiempo, ya próximo al final de la
guerra, en que se supone el desarrollo del exterminio masivo.
Un volante de Einar Aberg de Norrviken (Suecia)
contrapuso las cifras oficiales de la población mundial judía antes
y después de la guerra donde afirma que los judíos debieron
haberse multiplicado en tal forma durante la guerra que toda mujer
en edad fecunda hubiese debido dar a luz cada año un niño si la
cifra de seis millones de judíos asesinados fuera exacta. En el año
1938 habría habido quince millones seiscientos ochenta y ocho mil
doscientos cincuenta y nueve (15.688.259) judíos en el mundo.
Esta cifra ha sido tomada del World Almanac (Almanaque
Mundial) por el American Jewish Committee (Comité Judeo-
Americano). En el año 1948, de acuerdo con un artículo publicado
en el rotativo New York Times firmado por W. Baldwin, dice que
hubo dieciocho millones setecientos mil (18.700.000) judíos en
todo el orbe. La afirmación de seis millones de judíos asesinados
no puede sustentarse con tales datos, porque es imposible que un
pueblo se multiplique en diez años en un cincuenta por ciento.
Christophersen Thies cita lo siguiente en su libro La
Mentira De Auschwitz:
En un libro aparecido en el Brasil se puede leer: “... Esta
documentación ha sido utilizada por el Canadian Anti Defamatíon
Committee of Christian Lawmen, comprobó que murieron 200.000
judíos en los doce años del gobierno de Hitler (1933-1945), por diversas
causas, o sea por asesinato, condena, fusilados como guerrilleros o
saboteadores, por bombas que cayeron sobre Campos, o por otros
efectos de la guerra; pero también por muerte natural, o sea
enfermedad y vejez."
El destacado socialdemócrata austríaco doctor Benedikt
Kautsky, judío prisionero desde el año 1933 a 1945 en el KZ, de
ellos tres años en Auschwitz, manifiesta:
"Yo estuve en los grandes KZ en Alemania. Pero conforme a
verdad debo constatar que en ningún Campo jamás he encontrado una
instalación como una cámara de gasificación. Richard Baer, último
comandante de Auschwitz (a partir de 1943) y por consiguiente el
testigo más importante, de quien el semanario parisiense Rivarol
informa que no pudo ser disuadido a que "durante, todo el tiempo que
él había estado al frente de Auschwitz nunca había visto cámaras de
gas ni había sabido que, cámaras, existieran”, lamentablemente -a
pesar de gozar de excelente salud- catorce días antes falleció del todo
repentinamente el 17 de junio de 1963 en la prisión preventiva. Yo
nunca he ocultado mi época de Auschwitz. Cuando se me preguntaba
por el aniquilamiento de judíos he respondido que no sabía nada de
ello Sólo me he extrañado de cuán rápidamente y sin contradicción los
cuentos de la gasificación en masa eran admitidos y creídos por la
población.
El autor y Premio Nobel de la Paz, Caballero comendador de
la Orden del Imperio británico y Medalla Presidencial de la
Libertad de los Estados Unidos, Eliezer Wiesel, ha ganado hasta
unos veinticinco mil (25.000) dólares por pronunciar conferencias
acerca del Holocausto. Lo que él dice acerca de este evento es,
muy para tener en cuenta. Según él, se trata de un misterio situado:

…no fuera, sino más allá de la Historia


…desafía el conocimiento y la descripción
…no puede ser explicado ni visualizado
…no puede ser comprendido ni transmitido
…marca una destrucción de la historia
…una mutación a escala cósmica
En resumen, no es comunicable: no podemos ni siquiera
hablar acerca de él. De este modo, tan ambiguo e indeterminado,
habla Elie Wiesel acerca del Holocausto.

Por ello no sorprende que el miembro de la Knesset israelí,


Michael Kleiner llamara, a la Conferencia de Reclamaciones:
…una organización deshonesta, que se conduce con secreto
profesional y manchada por la corrupción moral. Es un cuerpo de
oscuridad, Añadiendo: …que está maltratando a los supervivientes
del Holocausto judío y a sus herederos, mientras que se asienta
sobre una enorme cantidad de dinero que pertenece a individuos
privados. Sin embargo, está haciendo todo para heredar el dinero
aunque ellos están todavía vivos.

Hasta mediados de los años sesenta el holocausto judío


apenas era mencionado en los Estados Unidos, pero en la
actualidad más norteamericanos han oído hablar del holocausto que
de Pearl Harbor o el lanzamiento de las bombas atómicas sobre
Hiroshima o Nagasaki. Las universidades tienen cátedras para el
estudio del Holocausto y diecisiete estados requieren o
recomiendan que las escuelas desarrollen programas de estudio
sobre ese tema.

E l Yad Vashem (palabra del hebreo cuyo significado es


nombre perpetuo, tomada del versículo cinco del capítulo
cincuenta y seis del libro de Isaías, para nombrar al instituto israelí
que estudia, promueve y dirige actividades relacionadas con el
Holocausto a fin de eternizar la memoria de tales hechos), se vio
obligado a reconocer, ya en el año 1960, que no hubo campos de
exterminio o cámaras de gas en toda Europa Occidental o en todo
el territorio alemán, pues todas esas instalaciones habían sido
inspeccionadas por investigadores, técnicos, científicos, etcétera y
se llegó al consenso de que ¡todos! fueron campos de trabajo.

En el año 1988 cuando Frederick A. Jr., experto en sistemas


de ejecuciones, fue a Polonia a fin de inspeccionar las supuestas
cámaras de gas, determinó tal imposibilidad. El informe de su
veredicto fue solicitado para ser utilizado como recurso en la
defensa de Ernst Zündel quien fuera procesado en la década de los
ochenta del siglo XX por el delito de Negación del Holocausto.
Leuchter tomó veinte muestras de los revoques de las paredes en
todas las supuestas cámaras de gas en Auschwitz I, Auschwitz-
Birkenau y Majdanek y el laboratorio independiente del doctor
Roth en Massachusetts examinó esas muestras y confirmó su
dictamen pericial de que todas las presuntas cámaras de gas nunca
habían sido tales; pero su trabajo fue descartado por no tener
documentos acreditativos para atestiguar sus conocimientos sobre
tal especialidad aunque había trabajado en el diseño y construcción
de equipos para ejecución en las cárceles en los Estados Unidos
pero no en cámaras de gas.

Análisis como el realizado por Leuchter ya habían sido


realizados con anterioridad, primero, por el Instituto de medicina
forense de Cracovia, a solicitud del Museo Auschwitz; la segunda,
por el químico alemán Germar Rudolf quien llegó a resultados
similares a los del doctor Roth en Massachusetts. El Instituto de
medicina forense de Cracovia, halló en las muestras tomadas de las
sospechosas cámaras de exterminio, rastros de cianuro mucho
menores que los obtenidos por el doctor Roth.

Los profesionales a la defensa del holocaustismo Serge y


Beate Klarsfeld se indignaron y exigieron que el prestigioso
Instituto de Investigación Forense de Cracovia, en Polonia,
repitiera las mismas pruebas y demostrara que el señor Leuchter
estaba equivocado. El jefe del Instituto condujo el equipo de
científicos que tomar muestras de los mismos sitios que Leuchter, y
obtuvieron con exactitud iguales resultados.

El abogado Rudolf Israel Kasztner (1906-1957) quien fuera


uno de los líderes judío-húngaros que junto con Joel Bran ayudaron
a escapar a judíos de la Europa ocupada por los nazis hacia
Hungría, mientras ésta fue segura, más tarde fue acusado por el
gobierno israelí de servir a los nazis; en el proceso de Tel-Aviv en
el año 1954, este señor tuvo la desgracia de afirmar, entre otras
cosas, que Saly Mayer, presidente del American Joint Committee
(organización de los judíos de los Estados Unidos) había
gestionado con el gobierno suizo a fin de evitar abriese su frontera
a los judíos que el estado nazi quiso liberar durante la guerra. El
doctor Kasztner, como se sabe, fue asesinado antes de concluir el
juicio, el quince de marzo.

Se denomina argumento tu quoque (locución latina que


significa tú también) al argumento que consiste en rechazar un
razonamiento, o considerarlo falso, alegando la inconsistencia de
quien lo propone. Según el Derecho, la figura legal del tu quoque,
desprovee de la capacidad de juicio o autoridad moral para acusar
o legislar. Este sería un sólido recurso de la jurisprudencia o al
menos de la lógica retórica para considerar excesivos,
desproporcionados o por lo menos injustos, por parcialización
dolosa, todos o ¡al menos! la enorme mayoría de aquellos sumarios
comenzados en Nuremberg en el año 1945 y que culminaron en
Jerusalén, en el año 1961, con el de Eichmann.

Después de la guerra todos sabemos que Alemania fue


dividida, la del este ocupada por los soviéticos y la del oeste por
los norteamericanos, así quedaron respectivamente, la Alemania
Democrática, de unos veinte millones de habitantes y la República
Federal de Alemania, de cerca de cincuenta y dos, sin embargo,
ambas habían sido fascistas, nazistas y habían vitoreado a Hitler.
Lo que pocas personas saben es que al término de la segunda
guerra mundial la RFA comenzó a pagar una indemnización de
dieciséis mil millones de marcos (no sé por cuánto tiempo ni la
cuantía anual) a Israel como retribución por el holocausto y que
constituyeron la principal fuente de ingresos al país; el caso es que
tal impuesto, gracias a la interpretación soviética sobre el asunto:
de que esos dieciocho o veinte millones de alemanes, bajo la
doctrina comunista, como habían obrado sin discernimiento: eran
inocentes, con lo cual levantaban la carga de culpabilidad que
pesaba sobre ellos, no afectando a la Alemania Democrática el
gravante impuesto. Esto prueba cuan fácilmente bastaría haber
hecho, entonces, el mismo razonamiento para convertir en
inocentes a los cincuenta o cincuenta y dos millones de alemanes
de la República Federal. A lo que quiero ir es a la facilidad,
relatividad o lo que sea, conque podemos juzgar algo y a cómo una
serie de dirigentes políticos (como es el caso de los líderes
sionistas) quienes pasaron la guerra cómodamente en el exilio en
occidente, quedan en capacidad de distribuir anualmente una
enorme fortuna (de la que ¡por supuesto! disfrutan) proveniente de
los bolsillos de personas cuya real responsabilidad sobre los
hechos puede existir o no en función de un razonamiento no muy
complejo.

E l Detroit Free Press el veintitrés de mayo del año 1960


divulgó las palabras que dijo Ben Gurion (primer ministro de
Israel) luego de su entrevista con Adenauer (canciller de la RFA)
en Nueva York:
«La diferencia entre Adenauer y Hitler es la siguiente: Hitler
sabía que los judíos recibirían el dominio del mundo, por eso mató a seis
millones de ellos. Adenauer sabe que los judíos recibirán el dominio del
mundo, por eso desea unirse a nosotros».

El doctor Gilbert, llamado el p sicólogo de Nuremberg, pasó


un año estudiando a los prisioneros nazis y, por tanto, fue citado
para testimoniar en el juicio contra Eichmann. Allí expone que
considera a los nazis como personas que no se diferencias de la
masa de otras personas que pasan por normales en todas las calles
del mundo y en todos los estratos sociales. Afirma, además, que lo
acontecido en la Alemania hitleriana no es difícil que pueda volver
a suceder en cualquier lugar, solo basta que haya seres humanos
viviendo en similares contextos. Dicho de otra forma: un crimen
que puede realizar cualquier persona en cualquier parte del mundo
y que es inherente a la propia forma en que reacciona la conducta
humana dadas ciertas condiciones, no puede considerarse un
crimen. Visto así todos somos, en potencia, capaces de
convertirnos en asesinos y ningún otro humano, capaz de hacer lo
mismo, estaría capacitado moralmente para enjuiciarnos.

Para colmo hay que ver expresado por los mismos judíos
datos que pueden parecernos contradictorios:
«…en febrero de del año 1960, el rabino Goldstein acusó a las
organizaciones sionistas de fomentar el antisemitismo. Un mes antes, la
organización mundial hebrea Kna'anim denunció a los políticos y
organizaciones judías cuya peligrosa política puede llevar en el futuro a
nuevos pogroms antisemíticos. No es, pues, de extrañar que centenares
de alemanes expresasen su admiración al rabino Goldstein,
asegurándole que si todos los judíos hubieran sido como él nunca habría
habido antisemitismo en Alemania. »

La mentira de Ulises. P. Rassinier.

Por otra parte podemos apreciar cuan escuetamente recogió


James Forrestal, secretario de defensa de los Estados Unidos, en su
obra The Forrestal Diaries:
«Ni los franceses ni los ingleses hubieran considerado a Polonia
causa de una guerra, si no hubiese sido por la constante presión de
Washington. Bullit dijo que debía informar a Roosevelt de que los
alemanes no lucharían; Kennedy replicó que ellos lo harían y que
invadirían Europa. Chamberlain declaró que América y el mundo judío
habían forzado a Inglaterra a entrar en la guerra.»

No se debe perder de vista cómo terminó la vida de James


Vicent Forrestal, quien fuera el primer secretario de Defensa de los
Estados Unidos muy a pesar del alto cargo gubernamental o quizás
precisamente por eso. Para más datos sobre sobre este hombre
consulte la Wikipedia o quizás el libro El gobierno secreto de Bill
Cooper.

C OMERCIANDO CON EL ENEMIGO

En las décadas de los años veinte y treinta, la Fundación


Rockefeller financió el Instituto Kaiser Guillermo de Antropología,
Genética Humana y Eugenesia de Alemania, donde Fritz Lenz y Mugen
Fischer llevaron a cabo los primeros trabajos nazis sobre la eugenesia y
la «higiene racial». El grupo Standard Oil, junto con el Chase
Manhattan Bank de la familia Rockefeller, fue el colaborador principal
de Hitler y el gobierno de paja de Vichy en Francia.

En plena guerra, el senador Harry Truman, denunció a dos


gigantes de la maffia del gran dinero: a la Standard Oil de Nueva Jersey
y la Casa Dupont de Nemours. Era la Comisión senatorial para
investigar la Defensa Nacional. La denuncia era así: la Standard Oil de
Nueva Jersey tenía compromisos de exclusividad con los trusts
alemanes, controlados por Adolfo Hitler. El compromiso era que la
Standard Oil no podía entregar a ningún país beligerante con Alemania
nazi, las fórmulas del caucho sintético y otros implementos para la
fabricación de tanques pesados. Pues bien, el ocho de dioiembre de
1941, Estados Unidos entró a la guerra, y la Standard Oil de Nueva
Jersey se negó a entregar las fórmulas al gobierno de Estados Unidos.
Las fórmulas que servían a los nazis para matar a miles de soldados
aliados. Pero los ejecutivo de la Standard Oil (Rockefeller), no fueron
fusilados por traidores. Se les aplicó una multa... de quinientos mil
dólares (el ingreso anual de la casa Rockefeller era de cuatro mil
millones de dólares, en esa fecha).

La Casa Dupont de Nemours, la otra acusada por el iracundo


Harry Truman, tenía enlaces financieros con la Imperial Chemical
Industries, de Inglaterra; la I. G. Farbenindustries, de Alemania nazi, y
la Mitsui, del Japón. No pasó nada.

En el año 1942, la Anaconda de Montana, para salir de material


de segunda categoría, vendió cobre de mala calidad... al Departamento
de Guerra. Los implementos bélicos fabricados con este cobre,
causaron la muerte de miles de soldados noteamericanos, antes de
tomar contacto con el enemigo.

Sin embargo los culpables de este descuido, no fueron


encarcelados ni enjuiciados. Resultó que la Anaconda Copper Mining
es una de las cuatrocientas cuarenta y cinco empresas de Morgan. Y
Morgan es miembro de la élite bancaria internacional. John Pierpont
Morgan Segundo, falleció en el año 1943. En 1940, antes de entrar a la
guerra (y vender material de mala calidad para las tropas de su propio
país), las cuatrocientas cuarenta y cinco firmas de la Casa Morgan
confesaban un capital de treinta mil doscientos millones de dólares. En
en año 1946, el capital era de setenta y cuatro mil millones de dólares,

¿quién puede acusar de algo a un miembro tan hábil de la honorable
sociedad? Duplicado el capital con sólo una guerra mundial de por
medio.
E L GENERAL G EORGE S MITH P ATTON , J R .

Nacido en San Gabriel, California, el treinta de septiembre


del año 1856, en una familia de larga tradición militar y
económicamente próspera. En el año 1909 se gradua en la
Academia Militar de West Point. Participó en la Expedición
Punitiva, nombre con el cual se conoce la actividad militar
estadounidense contra el mexicano Pancho Villa, así como el las
primera y segunda guerras mundiales. Fue conocido por sus
soldados como El viejo sangre y agallas y/o tan solo El viejo.

En octubre del año 1940 es ascendido a general de brigada y


nombrado comandante de la II brigada blindada la cual llegó a
convertirse en II división y en abril del año 1941 es promovido a
general de división. En el año 1942 comanda el primer cuerpo
blindado del ejercito norteamericano y toma el mando de las
fuerzas estadounidenses en África del norte donde en colaboración
con el general Bernard Montgomery al mando del octavo ejército
británico logran expulsar al Afrika Korps alemán del territorio
norteafricano.

Luego del desembarco de Normandía fue puesto al mando


del tercer ejército de los Estados Unidos, con el cual desarrollo la
operación Cobra y desde el oeste europeo se desplazo al sureste
ayudando a atabar a cientos de miles de soldados nazis. Sus tropas
liberaron casi todo el sur de Francia.

A finales del año 1944, sin consultar con el general D.


Eisenhower al mando de las tropas aliadas ni con el Alto Mando
Aliado, Patton puso al tercer ejército rumbo norte lo cual dadas las
circunstancias fue considerado un éxito táctico y logístico como
maniobra de guerra y la más brillante estrategia de su carrera
militar. Es considerado uno de los genios militares de los Estados
Unidos.

El catorce de abril del año 1945 fue ascendido a general.

En su trayectoria histórica Patton dio muestras de carácter


irascible, es conocido que fue criticado por tratar a sus
subordinados con excesos, en una ocasión llamó cobardes a
soldados heridos y llegó a abofetear a uno, todo lo cual le creó
situaciones íncómodas con sus superiores. No obstante, los
soldados preferían estar bajo sus órdenes en lugar de ser
comandados por otros oficiales de mejor carácter, por saber que su
capacidad militar podía ser garantía para salvar la vida algo que no
creían de otros.

Sus discursos ante las tropas, opiniones ante sus superiores


en presencia de otros oficiales aliados, criterios anticomunistas
expresados en entrevistas, etcétera le costaron que fuera siendo una
persona que políticamente creaba momentos no deseados con
relación a los soviéticos quienes eran aliados en la guerra pero que
él los veía tomar demasiadas ventajas posicionales y otros tantos
excesos vandálicos como robos y violaciones.

También fue muy claro y directo en mostrar descontento con


el trato que se daba a los prisioneros. En principio se mostró
opuesto al Plan Mogenthau que no fue otra cosa que una de las
propuestas para ocupar Alemania una vez derrotada. Se trataba de
recias medidas de carácter revanchista, vengativo y poco
honorables.

Se han referido violentas discusiones entre Patton e


Eisenhower acerca del modo de tratar a la población civil alemana.
Patton había hecho pública su decisión de ir a los Estados Unidos y
denunciar lo que estaba sucediendo en Alemania y en toda Europa
con los prisioneros de guerra. Pero por su carácter había tenido
altercados con muchas personas de las cuales otras tantas eran
demasiado influyentes. Se especula que no le dieron tiempo… el
nueve de diciembre del año 1945 sufrió importantes lesiones en un
accidente de tránsito, ese día su auto detenido ante el paso un tren
fue embestido por un camión militar en lo que para muchos fue un
raro accidente. Fue trasladado en ambulancia a un hospital donde
se le diagnosticaron traumatismos de cuidado pero no de extrema
gravedad pero falleció, a los sesenta años de edad, el veintinuno de
ese mismo mes de un ataque al corazón en Heidelberh.

Visto así quizás pueda pensarse que resulte exagerado que


quisieran matarlo pero con aterioridad el veintiuno de abril de ese
año el avión en que se trasladaba al cuartel general del tercer
ejército (estando en Inglaterra) fue acribillado pudiendo aterrizar
de milagro, se creyó fuera víctima de un caza nazi, luego se supo
que había sido un Spitfire pilotado por un polaco bisoño.

Además él comunicó a familiares y amigos que estaba en


peligro y todas estas circunstancias hicieron pensar en una
conspiración para eliminarlo, algo que si tenemos en cuenta la
norma media de cómo se resolvieron la enorme mayoría de los
conflictos históricos de todos los países del mundo lo extraño
resultaría que no cayéramos en esa cuenta.


LOS JUICIOS

La cifra de seis millones de judíos exterminados resultó


definitivamente
consagrada en el proceso de Nüremberg gracias a la declaración del doctor
Wilhelm Hoettl. Había sido adjunto de Eichmann, pero era en realidad un
personaje más bien extraño quien trabajaba para el servicio de informaciones
norteamericana y que había escrito varios libros bajo el seudónimo de Walter
Hagen.
En su declaración bajo juramento del veintiséis de noviembre del año
1945 afirma, no que supiera, sino que Eichmann le había dicho en Budapest
en el mes de agosto de 1944, que se había exterminado a seis millones de
judíos
Eichmann, cuando los judíos lo procesaron en Israel, no confirmó
jamás esta información. Hoettl fue un espía norteamericano durante toda la
última parte de la guerra, y es pues verdaderamente muy extraño que
trabajando como lo hacía bajo las órdenes directas de Heydrich y de
Eichmann, no haya informado nada a los americanos sobre una política de
aniquilamiento de los judíos
Los alemanes tenían extraordinaria propensión a consignar todo por
escrito sin omitir detalle y sin embargo entre los millares de documentos
incautados después de la guerra -tanto los de la S.D y de la Gestapo cuanto
los expedientes de la Oficina Superior del Reich y del cuartel general de
Himmler y las directivas de Heydrich- no hay una sola orden de exterminar a
los judíos como tampoco la hay en ninguna otra parte. Veremos más adelante
que esto ha sido reconocido de hecho por el Centro Mundial de
Documentación Judía Contemporánea de Tel Aviv.
Los procesos de Nüremberg se basaron desde el principio en
estadísticas groseramente erróneas y en confesiones o declaraciones, en su
may juoría, de segunda mano de igual forma existen testimonios de judíos
sobrevivientes de Auschwitz y otros campos de concentración quienes niegan
el exterminio masivo y sistemático. En su requisitoria del veinte de
noviembre de 1945, Sidney Alderman declaró que en los países de Europa
ocupados por Alemania había nueve millones quinientos mil judíos. Hemos
demostrado antes que esto es un absurdo.
A ese total se llegó:
a) no teniendo en cuenta en absoluto toda la emigración judía entre los
años de 1933 y 1945; y
b) agregando todos los judíos de la Unión Soviética, incluidos
aquellos que jamás se
encontraron en las zonas ocupadas por los alemanes. El mismo total inflado
artificialmente; y aún algo acrecentado hasta los nueve millones quinientos
mil; fue de nuevo presentado en el proceso Eichmann en Israel por el profesor
Shalom Baron.
Los acusadores fueron simultáneamente acusadores, jueces y
verdugos, la culpabilidad se consideró como establecida a priori. Entre los
jueces encontramos, como de suponer, a los soviéticos, entre cuyos
innumerables crímenes se incluía la masacre de quince mil oficiales polacos,
cuyos cadáveres fueron encontrados por los alemanes en el bosque de Katyn,
cerca de Smolensk. En el proceso de Núremberg el fiscal soviético trató de
atribuir esta masacre a los alemanes.
Hasta ese momento hisórico el más fundamental de los principios
legales era que nadie puede ser declarado culpable de violar una ley, si esa
ley no estaba en vigor en el momento de la infracción: nulla poena sine lege.
En Nüremberg no se tuvieron en absoluto en cuenta las reglas sobre
las pruebas elaboradas en el curso de los siglos por la jurisprudencia
británica, tendientes a descubrir la verdad de una imputación con la mayor
certeza posible. Se declaró que el Tribunal no habría de verse trabado por las
regias técnicas de la prueba sino que podría admitir toda prueba testimonial
que estimara tener valor probatorio, es decir, que vinieran a sostener una
convicción. Esto significaba en la práctica que se admitía y se daba fe a
dichos de terceros, a simples conocimientos de oídas -no admisibles por
tribunales normales-, y a documentos que en un proceso judicial normal se
rechazaban siempre por recusables y sujetos a caución. Es sumamente
significativo que se haya admitido en Nüremberg este género de pruebas,
porque fue uno de los métodos principales de la fabricación de la leyenda del
exterminio mediante fraudulentas declaraciones por escrito bajo palabra de
honor y declaraciones formales por escrito que importan juramento. Mientras
que sólo doscientas cuarenta personas fueron hechas comparecer como
testigos, el tribunal de Nuremberg aceptó no menos que trescientas mil
declaraciones por escrito bajo palabra de honor o declaraciones formales por
escrito que equivalían a juramento. En esas condiciones cualquier deportado
judío o cualquier ex-internado de un campo de concentración podía alegar,
por espíritu de venganza, todo lo que se le pasaba por la cabeza. Quizás lo
más increíble de toda esta historia, es el hecho de que no se permitió a los
abogados defensores interrogar en forma contradictoria a los testigos de la
acusación. Algo parecido sucedió en el proceso Eichmann cuando se anunció
que en cualquier momento se podría retirar la defensa al abogado de
Eichmann sí llegara a presentarse una situación ¡intolerable! lo que hace
pensar se referiera a la eventualidad de que el abogado empezara a probar la
inocencia de Eichmann. El juez norteamericano Wennerstrum, presidente de
uno de los tribunales de Nüremberg, denunció la motivación real de los
procesos de Nüremberg. Quedó a tal punto desagradado por la forma en que
se condujeron, que presentó la renuncia y se volvió a los Estados Unidos,
después de haber entregado al diario Chicago Tribune una declaración en la
que enumeraba punto por punto sus objeciones (cf. Mark Lautern, Das Letzte
Wort ubre Nürnberg, p.56). He aquí el texto de los puntos tercero al octavo;
3º. Los miembros del Ministerio Público, en lugar de tratar de
formular un nuevo
principio legal que pudiera servir de guía, se movieron únicamente por
ambición personal o deseo de venganza.
4º. El ministerio público hizo lo imposible para impedir a los
abogados la preparación de la defensa de cada acusado y para que no
pudieran producir testimonios ni pruebas de descargo.
5º. El Ministerio Público, dirigido por el general Taylor, hizo lo
imposible para impedir que se solicitara a Washington, la remisión de otros
documentos poseídos por el gobierno americano.
6º. El noventa por ciento de las personas que componían el tribunal
estaba prevenido contra los acusados por razones políticas o raciales y
favorecía la acusación.
7º. El ministerio público hizo lo necesario para que todos los empleos
administrativos del tribunal militar fueran confiados a americanos
recientemente naturalizados, quienes se ingeniaban para crear, en las
traducciones, asuntos administrativos, etc., un ambiente hostil a los
acusados.
8º. El objetivo real de los procesos de Nüremberg fue mostrar a los
alemanes los crímenes de su führer y este objetivo constituía a su vez el
pretexto de los procesos... ¡Jamás habría ido a Nüremberg de haber sabido
siete meses antes lo que pasaba allí!

Aunque ya en páginas ant eriores escribí sobre Brand y su t ra t o
con Eichmann sobre la liberación de un millón de judíos quiero
abundar lo siguiente La Gestapo reconocía que la evacuación de este
millón de personas entorpecería muy sensiblemente el esfuerzo de
guerra alemán, pero estaba dispuesta a realizarla a cambio de diez mil
camiones que se emplearían exclusivamente en el frente del Este.
Desgraciadamente este plan no tuvo éxito: los ingleses pensaron que
Brand era un peligroso agente nazi y lo arrestaron en El Cairo en el
momento de su arribo allí, mientras que la prensa proclamaba que este
ofrecimiento era un truco de los nazis. Winston Churchill, al tiempo
que peroraba que la manera en que se trataba a los judíos de Hungría
constituía probablemente el crimen más grande y más horrible que se
hubiera cometido jamás en toda la historia del mundo; explicó a
Chaim Weizmann que era imposible aceptar la oferta de Brand porque
esto implicaría traicionar a los aliados rusos. Este plan, a pesar que no
tuvo resultados, muestra claramente que una organización
pretendidamente en tren de exterminar por entero a los judíos, no
habría permitido que se le escapara un millón de ellos, demuestra
también que los alemanes se preocupaban, ante todo, por el esfuerzo
de la guerra.
Por naturaleza el derecho sancionador no debe ser arbitrario y
mucho menos atrabiliario. En buena técnica no se pueden juzgar
comportamientos realizados de forma plenamente ajustada a derecho;
igual con inexistencia de normas que prohíban su comisión ni una vez
ejecutada la acción impune, se dicte una norma castigando un hecho
que, en el momento de su ejecución, era fuera lícito. Crear la tipifi -
cación del delito después de haberse cometido el hecho, como se hizo
en el proceso de Núremberg, es no solo un despropósito, sino una
aberración jurídica y moral.
Entre los delitos imputados, se debe acotar que el delito de
crímenes contra la humanidad era absolutamente desconocido hasta
ese instante en el mundo del Derecho y se juzgaría sobre una nueva e
inédita categoría jurídica por tanto, inaplicable por desconocida e
inédita, y impusieron castigos, penas y sanciones a conductas sin
tipificación legal previa, cuya figura delictiva fue incorporada a los
textos legales una vez finalizado incluso el juicio de Núremberg que
las aplicó, utilizando, de forma retroactiva, normas posteriores a los
aconteci m ientos acaecidos con anterioridad a su existencia legal,
profanando, con tal proceder ignominioso, la consagración del
principio de la irretroactividad de la norma penal.
Las anomalías e irregularidades procesales sobre los derechos
de los acusados fue una constan t e, que a cualquier mente no
contaminada o enferma le provoca bochorno. Se juzgaba y conde n aba
a personas responsables de las instituciones del estado alemán, como
ente de soberanía, con su propio ordenamiento jurídico legislado por
los órganos competentes, con la sanción de la jefatura del estado
elevada a la máxima responsabilidad de gobierno por el respaldo de la
voluntad popular expresada libremente en las urnas, a sabiendas, por
las fuerzas vencedoras, que ningún estado soberano puede ser juzgado
por otro estado por el principio clásico de paridad del acto de estado,
pues par in parem non habet juridictionem.
Ni un solo juez, jurista, fiscal, magistrado o verdugo de los que
intervinieron en Núremberg lo fue de un país neutral durante la
conflagración. No interesaba, desde una posición neutral, enjuiciar,
sino la eliminación atropellada, rápida y sin garantías de los
principales dirigentes del III Reich, a toda costa…
Los interrogatorios de los acusados tuvieron lugar sin la
preceptiva asistencia letrada, por la prohibición impuesta de que sus
abogados defensores estuvieran presentes en los interro g atorios donde
se les incriminaba, ni se les reconoció el elemental derecho a no
declararse culpables, a no efectuar declaraciones en su perjuicio o,
incluso, a presentar durante la fase preliminar pruebas en su descargo.
Ni siquiera se les permitió elegir a sus propios abogados defensores y,
algunos acusados, llegaron a tener dos fiscales y ningún defensor.
El senador norteamericano Mc Carthy quien, en declaraciones a
la prensa el veinte de mayo del año 1949, dijo: he escuchado a
testigos y he leído testimonios que prueban que los acusados fueron
golpeados, maltratados y torturados con métodos que no podían
haberse origi n ado sino en cerebros de enfermos. Otro senador
norteamericano, Robert A Taft, quien en el año 1959, el Senado de los
Estados Unidos lo designara uno de los cinco grandes senadores de la
historia del país, comentó, refiriéndose a los altos oficiales y
miembros del gobierno nazi: La muerte en la horca de estos diez
hombres, es para América una lacra que nos abrumará por mucho
tiempo.
El mariscal Göring resumió: No era menester tanta comedia
para matarnos..
A continuación un resumen del texto La perversa justicia del
vencedor, de Horacio Velmont.
Muchas pruebas se falsificaron, incluso, las traducciones de
innumerables documentos eran incorrectas, hubo documentos de
exoneración elimina d os o desaparecidos cuando no tergiversados.
Como piezas acusatorias fueron empleadas, en varios casos,
fotocopias de copias simples, no presentándose al tribunal los folios
origi n ales.
Mientras la acusación disponía de todos los documentos
confiscados para expurgarlos y manipularlos, la defensa tenía que
limitarse, a su memoria para contradecir y contra argumentar. En
Nüremberg, los juicios fueron acelerados, por tanto nada serios, no
existió ningún peritaje fiable, ni testigos expertos y mucho menos
pruebas contrastadas. Fue un auténtico montaje.
Como analiza Peter Kleist, en su obra El crimen jurídico de
Núremberg, que no debiera jamás haber existido castigo sin ley pues
no hubo principio de derecho que no fuese pisoteado y apunta, entre
otros, que fueron sustraídos a su juez natural y que se hizo
responsables a personas ajenas a cualquier hecho de los que allí se
invocaban en tono político.
Además, en este caso, se introdujo, para mayor redundancia, el
concepto antijurídico de culpabi l idad colectiva frente a la culpa y la
responsabilidad individual que hasta entonces había regido el derecho.
En el juicio no se escuchó ni un mínimo reproche al
humanitario sistema comunista, ni una sola reprimenda por los
excesos constantes cometidos por ingleses, franceses y americanos a
lo largo del conflicto mundial, hasta el final del mismo.
E n Núremberg se debutó con otro principio antijurídico al
admitir que el tribunal no habrá de verse trabado por reglas técnicas
de la prueba, sino que podrá admitir toda prueba testimonial que
estime pueda tener valor probatorio, lo que se tradujo en la práctica
en la admisión de escritos y anónimos de supuestos testigos que ni
siquiera se ratificaron, porque no lo consideraron necesario, ni fueron
oídos los mismos testimoniar bajo juramento, admitién d ose, además,
como prueba por este sistema, manifestaciones de meros
conocimientos de oídas o dichos de terceros no determinados.
El tribunal, por mentira que parezca, no estaba sujeto a reglas
de evidencia, ya que estaba autorizado a admitir cualquier tipo de
elemento probatorio sin la necesaria verificación de fiabilidad ni de
veracidad, o, por el contrario, tenía la permisión de rechazar cualquier
documento exculpatorio sin fundamentar su decisión. El mayor
sarcasmo, en este ámbito, fue que quedaban exentos de prueba
aquellos hechos que el tribunal a su arbitrio considerase
eufemísticamente hechos reconocidos universalmente, lo cual, en el
caso de los vencedores, era una torva paradoja.
Hay que tener en cuenta y aprobar que los documentos de
convicción, probatorios de la inocencia de los acusados, estaban
requisados como botín de guerra y en poder de los acusadores quienes,
con su incautación y ocultación, no dejaron a las defensas tener acceso
a los mismos, ni su utilización en el procedimiento, a quienes podrían
haber puesto de manifiesto la enorme equivocación que se pretendía
denodadamente cometer.
Existió en el proceso una doble vara de medir. Mientras que los
fiscales intervenían las pruebas que pretendían aportar, la defensa, los
abogados, no tenían derecho a examinar ni a verificar los documentos
que los acusadores pretendían esgrimir.
El carrusel esquizofrénico de los vencedores llegaba al
paroxismo si tenemos en cuenta que, mientras se elaboraba en las
Naciones Unidas el texto de la Declaración de los Derechos Humanos,
aquellos mismos eran pisoteados y aplastados en el Juicio de
Núremberg, en los que se aplicaba la pena de muerte frente al tan
cacareado derecho a la vida; se vulneraba el principio consagrado en
lo relativo al derecho de los acusados a ser oídos públicamente y con
justicia por un tribunal independiente e imparcial o por el derecho que
se recoge en la Declaración Universal de los Derechos Humanos que
nadie podrá ser condenado por actos u omisiones que, en el momento
de cometerse, no fueran delictivos según el derecho nacional e
internacional, como ocurrió en aquel siniestro proceso.
El fallo de la sentencia, de aquellos implacables verdugos, fue
inapelable. No se consideró, siquiera, la posibilidad de poder recurrir
la severa sentencia inapelable, dictada en los efluvios de la venganza,
a ninguna otra instancia superior para su posible casación por
infracción de ley y por quebrantamiento de forma. Se negó en rotundo
la revisión de un juicio tan anómalo como aquel.
Lo que resulta más chocante del juicio de Núremberg es que
todos los cargos aducidos en la acusación solo podían repercutir y ser
aplicables contra los alemanes, enrocándose los vencedores en la
omisión de un examen semejante a todos y cualquiera de sus actos por
idénticas conductas o inclusive mucho más peyorativos y perniciosos.
Los vencedores, autores de las mayores atrocidades, pero
proclamándose inimputables a pesar de sus crímenes manifiestos, se
erigían, sin ninguna credencial, en juzgadores de los vencidos. Los
hechos imputados a una sola de las partes contendientes y sancionados
con la máxima dureza estaban justificados y amparados cuando los
autores de los mismos eran del bando de los juzgadores. Su catadura
moral, al ver la paja en el ojo ajeno y no percibir la viga en el propio,
invalida de cualquier autoridad a los actores de la mascarada
escenificada en el proceso de Núremberg.
Ni una sola de las brutalidades y barbaridades perpetradas por
los aliados, quienes bombardearon y asolaron poblaciones civiles
indefensas, arrasando ciudades enteras sin valor estratégico, que
quedaron calcinadas con sus terribles incursiones aéreas donde los
objetivos indiscriminados eran las mujeres, los niños y los ancianos,
como fueron los casos, entre otros muchos, de Dusseldorf, Berlín,
Hamburgo, Bremen, Núremberg, Colonia, Francfort o Dresde (en esta
última ciudad, por poner un ejemplo, en una sola jornada los
bombardeos eliminaron a trescientas cincuenta mil personas
indefensas). Ninguna acción de los aliados ha tenido, hasta la fecha, el
merecido castigo. Nadie del bando aliado ha sido juzgado ni
condenado por el uso y abuso en la utilización de bombas incendiarias
con sus devastadoras consecuencias. Los crímenes perpetrados por la
resistencia francesa han quedado impunes. Tampoco se ha sentado en
el banquillo a ningún responsable por el holocausto y el genocidio del
lanzamiento de la bomba atómica contra las ciudades de Hiroshima y
Nagasaki, carentes de interés militar, y arrojadas en los finales de la
guerra. Nunca se contempló enjuiciar la agresión de la Unión
Soviética contra Polonia o contra Finlandia, ni se castigó a las
persistentes, reiteradas y continuas violaciones de las convenciones
Internacionales de la Haya y Ginebra por el trato dado a los
prisioneros de guerra por sus hordas. Hasta el día de hoy nadie ha
respondido por los crímenes de las fosas de Katyn, en Polonia, donde
se encontraron los cuerpos asesinados de más de quince mil soldados
y oficiales de ese país, crimen perpetrado, la Unión Soviética una de
las potencias vencedoras, y otra de las que se sentaban en la mesa del
tribunal para juzgar a los vencidos. Todas las vejaciones cometidas
por los vencedores, por repugnantes y aberrantes que hubiesen sido,
han sido sencillamene omitidas.
Lo que dejó claro este proceso es que los vencedores no estaban
sometidos a las mismas leyes que los vencidos. Fue la apoteosis de la
hipocresía y el fariseísmo.
Con la perspectiva que da la lejanía en el tiempo ha quedado en
evidencia que, el Juicio de Núremberg, fue el proceso vindicativo de
los auténticos vencedores de la guerra, en el momento en que Europa,
quedaba dividida y atenazada entre el yugo soviético y la usura
occidental. Como con acierto y tino ya apuntó, en el año 1949, el
norteamericano A. O. Tittmann, en The Núremberg Trial, al
manifestar:
No es sorprendente que el pensamiento de hacer
un proceso penal a los conductores de los pueblos
vencidos proviene de un judío, del juez Samuel I.
Rosenman, el consejero extra-oficial de Roosevelt y más
tarde de Truman, él mismo en estrecha relación con
Berhard Baruch… Rosenman y Jackson tuvieron como
colaborador para montar la parte americana del proceso
a otro judío, Sheldon Glück, que según el Times era
consejero oficial de Jackson…Al destruir los últimos
jirones del derecho de gentes Jackson y sus colegas han
generado sucesos que atribularán horriblemente a su
descendencia.
El fiscal británico sir Hartley Shawcross, declaraba en el año
1948:
El proceso de Núremberg se ha transformado en
una farsa, me avergüenzo de haber sido acusador de
Núremberg como colega de estos hombres, los rusos.
Otro testimonio, de forma excepcional, son las manifestaciones
del juez norteamericano Wennersturm, quien prefirió dimitir de su
cargo antes que participar en un acto tan ignominioso, pues consideró
que su presencia en aquel escándalo jurídico hubiera sido una causa de
deshonor personal y mácula para la Justicia de su país, porque no
pudo soportar la prepotencia y arrogancia de los juzgadores y sus
sentimientos de venganza y, tras una serie de puntos explicativos de su
decisión de abandonar aquel tropelaje jurídico, terminaba diciendo: si
hubiera sabido siete meses antes lo que pasaba en Núremberg,
entonces nunca hubiera ido allá.
Puede decirse que los enjuiciados en Núremberg fueron objeto
de la injusticia de un proceso sádico y contaminado. El crimen de los
vencidos, no fue el desencadenamiento de una guerra que no iniciaron;
Alemania jamás declaró la guerra a Inglaterra ni a Francia y mucho
menos a los Estados Unidos, porque históricamente sucedió todo lo
contrario; sino el haber perdido la partida, eso sí, con heroísmo,
combatiendo contra fuerzas más numerosas y tener que soportar el
fatídico ¡Vae victis!

E L HOLOCAUSTO

Las cosas no son tan simples, Rebbe. Algunos sucesos tienen


lugar a pesar de que no sean verdad; otros lo son a pesar de que jamás
ocurrieron.

Elie (o Eliezer) Wiesel, autor judío y Premio Nobel de la Paz en


1986, de su obra, Legends of Our Time.

La comunidad hebrea tanto en Alemania como en cualquier


otro país donde se asentaron constituyó un grupo social que se
auto-segregaba debido a sus tradiciones las cuales más bien les
hacían separarse del resto de la sociedad, era, por tanto, un grupo
desinteresado de los problemas de la nación, cuando no hostil a los
mismos, porque su sentimiento de nación les hacía sentirse como
un estado dentro de otro estado. En realidad, antes de tomar el
poder el partido nacional-socialista eran muchísimos quienes
habían sustentado ideas antijudías y, con exactitud, en las
generaciones de inmediato anteriores, desde Wagner (quien
escribió un libro antijudío titulado El Judaísmo en la Música) hasta
Frank Liszt, pasando por Bismarck, Fichte, Grillparzer, Hebbel,
Hegel, Enmanuel Kant, Arthur Schoppenhauer, Mommsen,
Nietzsche, Schiller, Spengler, Luddendorff, el rechazo a los judíos
fue indiscutible fuera con razón o no y con todo el oprobio que
pueda sentirse por personas que injurien a otras por cuestiones
tanto étnicas como de diferencias de ideas a pesar de todo lo
encumbradas que resulten como en los casos citados anteriormente.
Tal aversión no se puede decir que fuera algo exclusivo de los
alemanes ni queda inscrito solo en los siglos XIX y XX. En
concreto el asunto era consistente en que, los judíos, obtenían o
exigían todos los derechos de los ciudadanos de un país sin
participar en las obligaciones de los mismos, y ¡a tal conducta! se
han opuesto, sin dejar duda, personalidades de todos los tiempos y
todas las naciones: Jorge Washington, Benjamín Franklin,
Mahoma, Voltaire, Lope de Vega, Víctor Hugo. Gracián, Napoleón,
Ortega y Gasset, Cicerón, Pascal, Papini, Beethoven, Giordano
Bruno, Shakespeare, Cervantes, Quevedo, Lutero... En el
Evangelio de Juan se cita (8, 31.47) una diatriba de Jesucristo
contra los fariseos (los sionistas de su época) con una violencia
muy notable.

Holocausto, palabra de etimología griega que significa


completamente quemado en alusión a lo que se consume en las
llamas del altar como ofrenda sagrada, tal vocablo es el nombre
dispuesto para las, reales o supuestas, acciones criminales
impuestas con carácter genocida contra los judíos durante la
segunda guerra mundial por el estado alemán bajo la dirección de
Aldolf Hitler. Se le atribuye un carácter sistemático, programado,
estable e intencionalmente dirigido contra los judíos para su
exterminio masivo.

E l Yom Hashoah o Día del recuerdo del Holocausto; se


conmemora el día veintisiete de Nisán, en el calendario hebreo.
Este día es recordado anualmente como día en memoria de las
víctimas del Holocausto, siendo duelo nacional en Israel.

Originalmente, el día propuesto para esta conmemoración


fue el día quince de Nisán, aniversario de la revuelta del Guetto de
Varsovia (diecinueve de abril del año 1943), pero esta propuesta
fue rechazada por causa de coincidir con el primer día de Pésaj. El
día veintisiete fue escogido por ser ocho días antes de la
conmemoración de Yom Ha'atzmaut, Día de la Independencia de
Israel. El Yom HaShoah fue establecido en el año 1959 como ley en
Israel y aprobado por David Ben-Gurión, como primer ministro y
Yitzhak Ben-Zvi, como presidente de Israel.
Inicio de la historia: antes de la primera guerra mundial y de
la Revolución bolchevique, existen diversas menciones de esta
cifra, siempre provenientes de fuentes judías como propaganda de
atrocidad, primero contra los rusos y posteriormente contra los
alemanes:
En el año 1906 un publicista judío se dirigió a una audiencia
en Alemania afirmando que los rusos tenían una solución de la
cuestión judía, y que esta solución implica el exterminio de seis
millones de judíos.
En el año 1910, en el informe anual de la American Jewish
Committee se dijo que desde el año 1890, Rusia había tenido una
política de expulsar o exterminar a seis millones de judíos.
En el año 1911, Max Nordau, co-fundador de la
Organización Sionista Mundial, junto con Theodor Herzl, declaró
en el décimo congreso sionista en Basilea, Suiza, que seis millones
de judíos serían aniquilados.
Tal cifra parece ser de importancia para el misticismo judío
ya que está basado en fuentes cabalísticas, así como en profecías
de la Torá y el Talmud. Ellos creían que debían expiar sus pecados
mediante un holocausto (sacrificio de fuego) de seis millones de
almas para poner fin a la Diáspora y poder regresar a Israel. De
este modo, para simbolizar el pago de su deuda con Dios, las
primeras alegaciones de holocaustos de seis millones se intentaron
imponer desde inicios del siglo XX con el fin crear una
justificación teológica para establecer un estado judío soberano y
dar por cumplida la profecía, hecho que no sucedió sino hasta tres
años después de finalizada la segunda guerra mundial cuando la
cifra ya había quedado establecida durante los juicios en
Núremberg.
Las tropas soviéticas liberaron el campo de concentración
Auschwitz-Birkenau, en territorio polaco, el veintisiete de enero
del año 1945. Sin embargo, las primeras noticias sobre asesinatos
masivos de judíos por los nazis comenzaron a propagarse en la
primavera del año 1942 por agencias sionistas y publicadas en la
prensa judía. Se hablaba por primera vez de exterminio en
términos genocidas, pero mediante diversos métodos: cocidos al
vapor, asfixiados hasta la muerte, exprimidos, electrocutados,
gaseados...
Es en los informes de los soviéticos, luego de la liberación
de los campos de Majdanek y Auschwitz-Birkenau en los años
1944 y 1945, e incluso más tarde, que surge el gaseamiento como
método principal de ejecución; en la secuencia ducha-gas-
cremación, presente ahora en el núcleo del desarrollo narrativo del
holocausto, que hoy resulta familiar luego de tantos filmes donde
vemos, en este orden: desembarco de prisioneros desde trenes,
selección de víctimas, los escogidos para morir llevados a naves
diseñadas para parecer instalaciones de desinfección. Allí
separados por sexos y conducidos a piezas donde se desnudan.
Luego se les conduce, en grupos de seiscientos a setecientos por
vez, hacia las enormes salas de supuestas duchas. Cuando estos
salones están llenos, píldoras de Zyklon B se dejan caer desde
aberturas en el techo y, cuando aumenta la temperatura por
hacinamiento, el gas es liberado. Las víctimas entre cinco y quince
minutos mueren, observadas por el personal SS a través de
mirillas de cristal en las puertas. Mediante un sistema de
ventilación en más-menos media hora se considera despejado el
gas, y el Sonderkommando (un destacamento especial formado por
otros judíos reclusos) entra con máscaras antigás, botas de goma,
guantes, ganchos y mangueras para desenredar, regar y remover
los cuerpos que son llevados a otros departamentos, donde se les
despoja de dientes de oro y otros posibles accesorios menores
ocultos, y se les transporta a crematorios donde son quemados
hasta reducirlos a cenizas. Si el número de cadáveres hubiera
resultado ser demasiado grande para las instalaciones de
incineración, entonces los que hubiesen quedado serían quemados
en fosas abiertas al efecto en terrenos aledaños.
Hasta aquí sería la descripción técnica del procedimiento.
Pero si aceptáramos como hipótesis que tal narrativa fuera
falsa sería interesante considerar cuáles fueron las razones que
pudieran llevar a tal calumnia.
Durante este período histórico y con mucha razón hubo
grandes migraciones de personas en dirección al oeste europeo, en
su mayor cantidad de judíos y muchos de ellos emigrando
específicamente hacia Alemania o a través de ella como camino.
Por toda Europa central y occidental, pero sobre todo en
Alemania, debido al mayor hacinamiento de personas, entre estas
causas también las concentraciones de los campos de prisioneros
judíos, existía seria amenaza de epidemias y gran temor a ellas
debido a estar las condiciones propicias creadas, en particular el
tifus transmitido por los piojos; y muchos países de recepción y
vía de paso de estas migraciones (de armenios, judíos, rusos,
gitanos, etcétera) y en particular las autoridades alemanas, tenían
la intención de desarrollar e implementar procedimientos de
desinfección de masas.
Por otra parte en la entonces reciente primera guerra
mundial hubo empleo de gases homicidas por parte de los
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ejércitos. En marzo de del año 1916 el Daily Telegraph relató que
los austríacos y los búlgaros habían asesinado a cientos de miles
de serbios usando gas tóxico. También, el uso de la incineración
era relativamente nuevo para la eliminación de cadáveres, por
tanto, poco conocido, unido a las reticencias religiosas con
respecto a los desnudamientos y el estado de indefensión de los
prisioneros y el asombro de los invasores aliados pudieron hacer
posible la historia.
Así, cuando los ejércitos occidentales se encontraron con
los campos de concentración alemanes en Belsen, Dachau y
Buchenwald, sitios en los cuales ¡ya hoy está más que probado!
que no hubo ninguna instalación de exterminio masivo, y ver a
presidiarios esqueléticos y enfermos y pilas de cadáveres, y
descubrir cuartos sellados, duchas y crematorios que quizás solo
habían sido usados para desinfección pero encontraron
presidiarios dispuestos para contarles historias de exterminaciones
masivas, ellos fueron capaces y estuvieron listos para interpretar
todo esto en términos de lo que habían oído.
De cualquier forma los estadounidenses, los británicos y los
soviéticos estaban perfectamente preparados para continuar
acusando a los alemanes de cualquier cosa y no serían reacios a
falsificar evidencias si fuera necesario. Toda historia, verdadera o
falsa, se difundirá si existen suficientes fabricantes, vendedores y
creyentes, más aun si los tres se combinan y más aún todavía si
median amplios beneficios. El holocausto tiene mucho de esto.
P u d o ser cierto, existieron motivos y algunos datos que
pudieran argumentarlo, pero a pesar de todo eso podemos decir
también que, pudo ser una patraña a la que se le sacó, y se le
siguen sacando, lascas. Opino: si fue mentira de los más astutos
para conseguir ganancias, la sola idea de poder ser cierto debía
bastar para impedir las guerras.
Por simple convicción, uno quiere ponerse del lado de la
verdad, pero no es lo que sucede porque terminamos juzgando a
partir de lo que pensamos sobre la realidad y no sobre la realidad
misma, porque entre nosotros y ella siempre está el velo de los
demasiados intereses en juego.
El escritor judío británico, estudioso de la Historia y
resuelto negador del Holocausto, Paul Eisen plantea que no sería
cierta la existencia de un plan sistemático en la Alemania
nacionalsocialista para eliminar a los judíos europeos, ni la
existencia de cámaras de gas para tales efectos, ni la inflada cifra
de seis millones de víctimas judías, sino cantidad mucho menor,
además víctimas por conceptos de la misma guerra, hambre,
epidemias escases de recursos y de infraestructura, etcétera no de
un proyecto de exterminio premeditado.
Hay una diferencia notable en llamar a los campos de
concentración campos de exterminio pues cambia la naturaleza del
evento pues añade la intencionalidad, el propósito, la
premeditación del perjuicio, que el nombre de tales instalaciones
no tienen, aunque ¡por supuesto! estando en guerra todo es dañino
en grado superlativo, con todo y que las guerras se enmascaren
tras los supuestos de servir para la defensa, por patriotismo, por la
libertad, y todo lo demás que se quiera; las guerras siempre serán
horribles por cualquiera de los nobles motivos que se esgriman
para justificarlas.
Ahora bien los campos de concentración quisieron ser
probados como de exterminio con argumentos documentales
fotográficos y quienes, siendo muchos o pocos, con justicia o sin
ella, argumentaron a su vez que fueran falsas fotos. Cualquier
fotografía sin duda alguna puede ser objeto de manipulación
técnica. Pero resulta más simple agregarle una nota al pie a una
foto o a un recorte fotográfico sin manipular. Por ejemplo, una
pila real de cadáveres famélicos ¿es prueba de que se trata de
personas asesinadas en masa mediante inhalación de algún gas
mortífero o dejadas morir de hambre? o ¿acaso tales fotografías no
pueden ser víctimas de una intensa epidemia de tifus? Es
perfectamente creíble sin hacer grandes esfuerzos, que tales
personas murieron de hambre debido a la carencia de alimentos ya
que, a finales de la guerra, las vías de acceso (carreteras, vías
férreas, puentes) para lograr llevarles abastecimientos y/o
medicinas estaban destruidas, así como recursos tales como
combustible, vehículos y personal para tales actividades se
disponían para el aseguramiento de las tropas en guerra, algo que
aún a expensas de los refugiados o prisioneros, justificado o no,
haría cualquier estado en guerra. Por otra parte, fotografías reales
de montones de cadáveres de niños y mujeres alemanas,
masacradas por los bombardeos aliados sobre ciudades alemanas
sin objetivos militares se hicieron circular como fotografías de
víctimas judías según muchos autores; puede no ser cierto, pero
son conjeturas de sentido común.
Acerca del Holocausto no se han presentado pruebas
documentales, solo está el testimonio verbal de los testigos
muchos de los cuales ni siquiera dicen haberlas visto sino que se
lo contaron personas que ya no pueden atestiguarlo por haber
muerto.
La antropóloga francesa Germaine Tillion, ella misma
deportada en Ravensbrück, daba cuenta de este fenómeno:

Los mentirosos habituales son, a decir verdad, más


numerosos en el universo normal de lo que suponemos; y el
universo loco creado por los nazis estaba bien hecho para
estimular las imaginaciones sadomasoquistas: en los primeros
meses que siguieron a nuestra liberación conocimos a enfermos
mentales que explotaban una deportación imaginaria y a otros,
deportados auténticos, que se esforzaban por sobrepasar las
monstruosidades que habían visto o de las cuales les habían
hablado. Incluso hubo editores para imprimir estas
elucubraciones, que fueron inexcusables ya que la pesquisa más
elemental bastaba para discernir la impostura.

Herman Rosenblat, quien logró fama junto con su esposa


Roma por su fraudulento libro, Un ángel en la cerca, dijo: Mi
motivación era hacer mejor este mundo, al explicar el motivo de
falsificar su pasado, dijo que fue para dar fuerza a su mensaje en
favor del amor y la tolerancia. No obstante, su hijo, dice que su
padre siempre estuvo motivado por mejorar su economía.
En una entrevista emitida en febrero del año 2009 por el
programa de televisión estadounidense Buenos días América,
admitió lo que sigue:
Entrevistador: ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué contar una mentira así
a muchísima gente durante tanto tiempo?

Rosenblat: No fue una mentira, fue mi imaginación. Y en mi


imaginación, en mi mente, yo lo creí, incluso ahora lo creo...
Entrevistador: ¿Cómo puede, usted, decir que no fue una mentira?
No fue verdad y, usted, sabe que no fue verdad.
Rosenblat: Si, no es verdad... pero en mi imaginación fue verdad.

Otro presunto testigo ocular, Franz Blaha declaró lo


siguiente en enero del año 1946, ante el tribunal militar
internacional de Núremberg.
La cámara de gas de Dachau fue concluida en 1944; yo debí
presentarme ante el Dr Rascher para examinar a las primeras víctimas. De
las ocho o nueve personas que se encontraban en la cámara de gas,
quedaban vivas aun tres.

Sin embargo, en el año 1960, la historia oficial admite que


en Dachau no se gasearon prisioneros. El historiador Martin
Broszat quien fue comisionado por el gobierno para investigar el
campo, concluyó:
Ni en Dachau ni en Bergen Belsen, ni en Buchenwald fueron
gaseados judíos u otros prisioneros. La cámara de gas de Dachau no fue
nunca terminada ni puesta en funcionamiento.

Eliezer Wiesel fue un escritor de lengua yiddish y francesa


Premio Nobel de la Paz en 1986, de nacionalidad estadounidense,
superviviente de los campos de concentración nazis. Dedicó toda
su vida a escribir y hablar profesionalmente sobre los horrores del
Holocausto, según el New York Times del cuatro de enero del año
1987 dijo recordar el día en que los soviéticos llegaron a
Auschwitz. Pero en otro discurso dado en el club de la prensa
nacional en Washington D.C. años atrás había afirmado ser uno de
los supervivientes del campo de Dachau, liberado por el ejército
norteamericano el quince de abril del año 1945, siendo el único
superviviente del genocidio en haber sido liberado ¡dos veces en
dos campos distintos!
Rudolf Höss (no confundir con Rudolf Hess) fue el testigo
principal de los procesos de Núremberg pues venía a reafirmar lo
dicho por los judíos sobre los campos de exterminio y el
holocausto, pero no era un judío sino un oficial de las SS: mediante
tortura se le obligó a declarar una serie de incoherencias dignas de
un orate, por ejemplo; haber visitado el campo de prisioneros de
Treblinka en junio del año 1941, cuando ese campo aún no existía
(fue inaugurado un año después). Además, declaró que en
Auschwitz se incineraban tres cadáveres por cada crematorio cada
veinte minutos y que, apenas recién terminados de ser gaseados los
prisioneros, los funcionarios del campo entraban a recoger los
cadáveres fumando o comiendo, pues estaban tan acostumbrados a
sus labores que les parecía ocupación trivial. Sin embargo, el
Zyklon B resulta ser muy inflamable y venenoso, todo lo cual hace
poco creíble el relato ya que en las latas del producto se advertían
los riesgos y medidas de seguridad.

En el libro de la escritora Misha Defonseca, Sobreviviendo


con lobos, se relata a sí misma como una niña judía que escapa de
un campo de exterminio en el año 1943 y sobrevive gracias a una
manada de lobos que le adopta en el monte. Lo mejor: La historia
¡dice! está basada en hechos reales ¿No fue así como se fundó
Roma?

A estas alturas de la historia el hecho real e inconmovible es


que todo lo que se muestre como prueba contra el Holocausto será
refutado e incluso acallado pues existe la ley de antidifamación
judía para que no pueda ser cambiada la historia que se impuso.
La existencia de dicha ley para impedir que se pueda
investigar y opinar con libertad sobre aspectos sobre los que no
hay consenso es prueba, como dijera Shakespeare por boca de
Hamlet, de que hay algo podrido en Dinamarca. Muchos
escritores, investigadores, profesores, historiadores han sido
objeto de campañas anti-difamatorias, expulsiones de puestos
académicos, pérdida de pensiones y de su libertad, destrucción de
sus propiedades y violencia física, incluye amenazas de muertes y
atentados, como el ocurrido contra el I.H.R. (siglas en inglés del
Instituto para el Revisionismo Histórico) en fecha tan significativa
como el cuatro de julio del año 1984 (día de la independencia de
los Estados Unidos) cuando las oficinas y depósito del instituto
fueron totalmente destruidos en un atentado incendiario.
Con esto la mejor lección que podemos sacar de todo esto
es que las guerras deben ser evitadas porque no es lo que pasó en
aquella segunda guerra mundial sino todo lo que puede ser posible
¡y ,mucho más! sin que más tarde se conozca… hubo horror en
aquella guerra pero también un tanto más pudo ser inflado para
evitar que se olvidara sin que por ello deje de ser horrible la
intención noble.
Las tarjas que desde el fin de la guerra, señalaban en
Auschwitz, escritas en diecinueve idiomas, como lugar de
martirio de cuatro millones de víctimas asesinadas en el genocidio
nazi fue eliminada tras caer el sistema comunista y sustituida en el
año 1992 por otra que sitúa la cifra de víctimas en alrededor de un
millón y medio de hombres, mujeres y niños, principalmente
judíos.
Kurt Gerstein, un antinazi que pretendía haberse infiltrado
las filas de las SS, le contó a su interrogador, Raymond Cartier,
que sabía que los nazis habían matado a no menos de cuarenta
millones de detenidos en los campos de concentración. Gerstein
aseguró en sus declaraciones haber sido testigo en forma repetida
da ejecuciones en masa en Bélgica, doce mil en solo un día, y en el
segundo interrogatorio describió una visita de Hitler, el seis de
junio del año 1942, a un campo de concentración de Polonia, los
historiadores saben que esa visita no pudo realizarse porque existe
constancia de que estuviera en esa fecha en otro sitio.


E L EXPERIMENTO M ILGRAM

El Experimento Milgram que fue conocido solo por


especialistas y el posterior Experimento Zimbardo, realizado por la
Universidad de Stanford en la cárcel de ese condado, fueron
aterradores en sus implicaciones acerca del peligro que amenaza en
el lado oscuro de la naturaleza humana.

Diseñado por el psicólogo Stanley Milgram, el experimento


fue una comprobación psicológica sobre la conducta social bajo el
auspicio de la Universidad de Yale y publicado en el año 1963 en
la revista Journal of Abnormal and Social Psychology titulado
Behavioral Study of Obedience (Estudio del comportamiento de la
obediencia) en el año 1974 fue descrito en un libro suyo,
Obedience to authority. An experimental view (Obediencia a la
autoridad. La perspectiva experimental). El objetivo era establecer
la disposición de los participantes para obedecer las órdenes de una
autoridad aun cuando tales pudieran ser opuestas con sus opiniones
personales.

Comenzaron en julio del año 1961, tres meses después del


juicio Adolf Eichmann en Jerusalén donde fuera sentenciado a
muerte por crímenes contra la humanidad durante el régimen nazi
en Alemania.
Milgram ideó estos experimentos para responder a las
interrogantes: ¿Podría ser que Eichmann y su millón de cómplices
en el Holocausto sólo estuvieran siguiendo órdenes? ¿Todos
podrían ser llamados criminales?
Los aspectos legales y filosóficos de la obediencia son de enorme
importancia, pero dicen muy poco sobre cómo la mayoría de la gente se
comporta en situaciones concretas. Monté un simple experimento en la
Universidad de Yale para probar cuánto dolor infligiría un ciudadano
corriente a otra persona simplemente porque se lo pedían para un
experimento científico. La férrea autoridad se impuso a los fuertes
imperativos morales de los sujetos (participantes) de lastimar a otros y,
con los gritos de las víctimas sonando en los oídos de los sujetos
(participantes), la autoridad subyugaba con mayor frecuencia. La
extrema buena voluntad de los adultos de aceptar casi cualquier
requerimiento ordenado por la autoridad constituye el principal
descubrimiento del estudio.

Stanley Milgram. The Perils of Obedience (Los peligros de la


obediencia. 1974).

Se colocó un cartel en la parada del autobús en Florida


(Connecticut) solicitando voluntarios para participar en un test
relativo al estudio de la memoria y el aprendizaje en la universidad
de Yale. Se les pagaría, además de las dietas, cuatro dólares (unos
veintiocho dólares actuales). A los voluntarios presentados no se
les dijo que en iban a intervenir en una investigación acerca la
obediencia a la autoridad. Todos eran personas de entre veinte y
cincuenta años de edad, de educación heterogénea: o sea lo mismo
habían jóvenes que acababan de salir de la escuela secundaria
como otros participantes con títulos universitarios.
Para llevar a cabo la experiencia se necesitaban tres
personas: un experimentador (que sería el investigador de la
universidad), un maestro (quien sería el voluntario que leyó el
anuncio en el cartel de anuncio) y un alumno (quien sería un
cómplice del experimentador o una pala quien se haría pasar por
otro de los participantes reclutados para el experimento). El
experimentador le explicaba al que haría las veces de maestro, que
su actividad consistiría en castigar mediante la aplicación de
descargas eléctricas a quien hiciera de alumno cada vez que este
cometiera un error al contestar una pregunta de cuestionario.
A continuación, cada uno de los dos participantes escogería
una papeleta de una caja que determinaría su rol en el experimento.
El cómplice quien haría de pala toma su tarjetita y dice haber sido
designado como alumno. El participante voluntario real toma la
suya y viendo que se le asigna como maestro. En realidad en
ambos papeles estaba maestro pero de esta forma se garantiza que
el voluntario con quien se va a experimentar reciba sin ambigüedad
el papel de maestro.
Ubicados en dos cubículos diferentes el maestro y el alumno
quedan separados por una vidriera. Sin embargo el alumno se
sienta en una especie de s illa eléctrica siendo atado para impedir se
mueva demasiado. Se le colocan, además, unos electrodos en el
cuerpo con crema para evitar quemaduras y se señala que las
descargas pueden llegar a ser extremadamente dolorosas pero que
no provocarán daños irreversibles. Todo esto se realiza de forma
que el participante que hace el rol de maestro tenga conocimiento
de lo dicho y hecho.
Se les comunicaba que todo sería filmado, para que supieran
que no podrían negar lo que ocurriera.
Se comenzaba aplicándoles al maestro y al alumno un
corrientoso de cuarenta y cinco voltios con el fin de que el maestro
comprobara en carne propia el dolor del castigo y fuera consciente
de la sensación desagradable que recibiría su alumno. Acto
seguido, el investigador, sentado en el mismo módulo en que se
hallaba el maestro, proporciona a este una lista con pares de
palabras que debía enseñarle al supuesto alumno. El participante,
en el rol maestro, daba inicio a ensayo al leer la lista. Tras finalizar
le leerá solo la mitad de la parte inicial de pares de palabras
ofreciendo al alumno cuatro respuestas potenciales para cada una.
El alumno indicaría cuál de las palabras correspondería con las
leídas al presionar un botón (del uno al cuatro en función de cuál
considerara correcta). Si la respuesta no fuera buena, el alumno
recibiría del maestro un primer chispazo de quince voltios el cual se
iría incrementando en intensidad hasta unos treinta niveles, cuyo
límite serían cuatrocientos cincuenta voltios. En caso de responder
con acierto, pasarían a la palabra siguiente.
El maestro cree estar sometiendo a castigo doloroso al
alumno cuando en realidad todo es una simulación que él
desconoce. El alumno, como se dijo, es un miembro del equipo
oficial del experimento aleccionado por el investigador para actuar
como si sufriera los efectos de unas sucesivas descargas que en
realidad no recibe. Así, a medida que el voltaje aumenta, el
supuesto alumno golpea en el vidrio separador entre cubículos y
hasta se queja de su condición de tener el corazón débil, luego
gritará, pedirá el finalizar el experimento, y por último, al
alcanzarse los doscientos setenta voltios, gritará de agonía. Lo que
escuchan el maestro y el investigador, en realidad son de gemidos
y gritos de dolor grabados con anterioridad. Si el voltaje alcanzado
llegara a los trescientos voltios, el alumno dejará de responder a las
preguntas y fingiría estertores comatosos.
Por lo regular, cuando los maestros debían aplicar los setenta
y cinco voltios, se ponían nerviosos ante las quejas de dolor de sus
alumnos y solicitaban al investigador parar el experimento, pero la
imperturbable autoridad de quien dirigía el experimento les hacía
continuar. Al llegar a los ciento treinta y cinco voltios, muchos de
los maestros se detenían y preguntaban cuál era el propósito de
semejante estudio. Algunos continuaban bajo palabra de no hacerse
responsables de los resultados. Otros incluso reían nerviosos al oír
las expresiones de dolor de su a lumno.
Si el maestro comunicaba al investigador su deseo de no
continuar, éste le indicaba en forma progresiva y según el grado, de
la siguiente forma:
1-Continúe, por favor.

2-El experimento requiere que, usted, continúe.

3-Es absolutamente esencial que, usted, continúe.

4-Usted, no tiene opción alguna. Debe continuar.

Si después de la cuarta y última frase el maestro persistía en


su negativa para proseguir, el experimento era detenido. Si no,
entonces se detenía después de haber administrado el máximo de
cuatrocientos cincuenta voltios tres veces sucesivas.
Durante el experimento llevado a cabo, el sesenta y cinco
por ciento de los participantes (veintiséis personas de un total de
cuarenta) llegaron a aplicar la descarga de cuatrocientos cincuenta
voltios, aunque muchos dijeron sentirse incómodos al hacerlo.
Todos los maestros pararon en cierto punto y cuestionaron el
experimento, algunos incluso dijeron que devolverían el dinero que
les habían pagado. Así y todo ninguno se negó con firmeza a
continuar infligiendo castigo mediante descargas eléctricas antes
de alcanzar los trescientos voltios.
El análisis posterior de los resultados y el examen de las
múltiples pruebas con los participantes demostraron que los
maestros con un contexto social más parecido al de su alumno
paraban el experimento antes.
Milgram, diseñador del experimento, rodó un filme
documental como evidencia del experimento y sus resultados,
titulado Obediencia, pero hoy en día tales copias son difíciles de
conseguir.
Con anterioridad a la puesta en marcha del estudio, Milgram
y su equipo se adelantaron a vaticinar los posibles resultados en
función de encuestas previas realizadas entre estudiantes, adultos
de clase media y otros psicólogos. Supusieron que las descargas
promedio no sobrepasarían los ciento treinta voltios y la
obediencia al investigador sería del cero por ciento. Todos
creyeron por unanimidad que únicamente algún sádico llegaría a
extremo de aplicar el voltaje máximo.
Fue grande el asombro al comprobarse un sesenta y cinco por
ciento de sujetos participantes como maestros llegaron a administrar
el voltaje máximo de cuatrocientos cincuenta voltios a sus alumnos,
aunque muchos dijeran que, hacerlo, les produjo una sensación
desagradable. Ningún maestro paró antes de aplicar trescientos
voltios, aun cuando en tal nivel el alumno dejaba de dar muestras
de vida.
Otros psicólogos del mundo hicieron modificaciones y
variantes a la prueba creada por Milgran obteniendo resultados
muy parecidos.
El profesor Thomas Blass de la universidad de Maryland en
el año 1999 publicó un estudio comparativo de todos los
experimentos que recrearon estas premisas, llegando a la
conclusión que el porcentaje voltajes significativos por su altitud
mantenía un índice sospechosamente estable entre el sesenta y uno
y el sesenta y seis por ciento sin importar cuándo ni dónde se
realizaran.
El equipo de Milgram, bastante impresionado por aquellos
resultados tan imprevistos como alarmantes, lo primero que se
cuestionó fue cómo era posible que se llegara a tales hechos. De
inicio, la presencia de los participantes nunca denunció grados de
sadismo, hasta se mostraron molestos por lo que se les exigía como
conducta. Todos se vieron nerviosos y preocupados por el aumento
de rigor que la situación y, al enterarse que supuesto alumno era
más que un actor a quien en realidad nunca sufrió dolor mostraron
gran satisfacción. Es de notar que siempre fueron conscientes de la
cantidad de dolor que pudieron estar aplicando, pues se les
preguntó que de acuerdo a una escala de sufrimiento cuyo tope
fuera catorce ¿Cuánto pensaron que sufrió el alumno? y el
promedio obtenido fue trece.
El experimento formuló interrogantes éticas acerca de la
experimentación científica ya que puede hablarse de cierta
manipulación sobre las personas o de excesos sobre las emociones
de los participantes (aunque la cierta tensión fuera provocada por
sus propias y libres determinaciones). La mayoría de los científicos
modernos considerarían hoy el experimento un tanto inmoral, muy
a pesar de haber dado paso a valiosos descubrimientos acerca de
cómo funcionamos emocionalmente los seres humanos.
En atención al Experimento Milgram se debe señalar que el
ochenta y cuatro por ciento de participantes dijeron sentirse muy
contentos de haber participado en él y a un quince por ciento les
resultó indiferente (solo dieron respuesta el noventa y dos por
ciento del cien por ciento de los participantes). Otros manifestaron
gratitud con posterioridad y, Milgram, recibió en diversas
oportunidades promesas y solicitudes de ayuda de los antiguos
participantes.
Hay un colofón poco conocido del experimento Milgram,
reportado por Philip Zimbardo: Ninguno de aquellos participantes
que se negaron a administrar las descargas eléctricas de mayor
voltaje solicitaron que detener el experimento o sea, que se dejaran
de realizar ese tipo de sesiones, así como tampoco acudieron al otro
cuarto a revisar el estado de salud de la víctima o prestar ayuda sin
antes solicitar permiso.
Seis años después del experimento (durante la Guerra de
Vietnam) uno de los participantes en el experimento envió una
carta a Milgram explicándole por qué estaba agradecido de haber
participado a pesar del estrés:
Fui un participante en 1964, y aunque creía que estaba
lastimando a otra persona, no sabía en absoluto por qué lo estaba
haciendo. Pocas personas se percatan cuándo actúan de acuerdo con sus
propias creencias y cuándo están sometidos a la autoridad. [...] Permitir
sentirme con el entendimiento de que me sujetaba a las demandas de la
autoridad para hacer algo muy malo me habría asustado de mí mismo
[...] Estoy completamente preparado para ir a la cárcel si no me es
concedida la demanda de objetor de conciencia. De hecho, es la única
vía que podría tomar para ser coherente con lo que creo. Mi única
esperanza es que los miembros del jurado actúen igualmente de acuerdo
con su conciencia [...]

Pero no todos los partícipes experimentaron cambios


apreciables en sus vidas. De acuerdo con los estándares modernos,
ellos no fueron totalmente inocentes, aunque en algunas entrevistas
se advierte que otros nunca llegaron a comprender la magnitud del
experimento.
El Experimento Milgran dio más lugar a críticas sobre de la
integridad moral de su ejecución que acerca de los resultados
obtenidos. La publicación Jewish Currents (Actualidades judías),
difundió un texto de Joseph Dimow, quien fuera participante en el
experimento del año 1961 en la Universidad de Yale, acerca de sus
anticipadas dudas de que:
…todo el experimento estuviera diseñado para ver si los
estadounidenses comunes serían capaces de obedecer ordenanzas
inmorales, tal como los alemanes hicieron durante la segunda guerra
mundial.

En efecto, tal fue uno de los objetivos declarados. Citando


del prefacio del libro de Milgram, Obedience to Authority:
La cuestión surge para saber si hay conexión entre lo que hemos
estudiado en el laboratorio y las formas de obediencia que hemos
condenado de la época nazi.

En el año 1981 Tom Peters y Robert H. Waterman Jr.


escribieron que el Experimento Milgram y el posterior
Experimento Zimbardo en la Universidad de Stanford, el cual
muestro más abajo, eran aterradores por la amenaza de peligro que
se haya latente en la supuesta inocente normalidad de la naturaleza
humana.
El profesor Milgram elaboró dos teorías que explican sus
deducciones:
La primera es la teoría del conformismo, basada en el trabajo
de Solomon Asch, que describe la relación fundamental entre el grupo
de referencia y la persona individual. Un sujeto que no tiene la
habilidad ni el conocimiento para tomar decisiones, particularmente en
una crisis, a lo cual llevará la toma de decisiones al grupo y su
jerarquía. El grupo es el modelo de comportamiento de la persona.
La segunda es la teoría de la cosificación (agentic state), donde,
según Milgram, la esencia de la obediencia consiste en el hecho de que
una persona se mira a sí misma como un instrumento que realiza los
deseos de otra persona y por lo tanto no se considera a sí mismo
responsable de sus actos. Una vez que esta transformación de la
percepción personal ha ocurrido en el individuo, todas las
características esenciales de la obediencia ocurren. Este es el
fundamento del respeto militar a la autoridad: los soldados seguirán,
obedecerán y ejecutarán órdenes e instrucciones dictadas por los
superiores, con el entendimiento de que la responsabilidad de sus actos
recae en el mando de sus superiores jerárquicos.

En su obra Obedience to Authority: An Experimental View,


Milgram analiza diecinueve variaciones de su experimento. Cuando
se aumentaba la cercanía física de la víctima, la obediencia del
maestro era menor; pero cuando la distancia física de la autoridad
aumentaba, la obediencia del participante aumentaba (experimentos
uno al cuatro). Por ejemplo, en el experimento número dos, donde
los participantes recibían instrucciones telefónicas, la obediencia
bajó un veintiuno por ciento. Es de ver que algunos participantes
trataran de engañar a la autoridad (al experimentador) tratando de
hacerle creer que continuaban con el experimento. En la variante
en que la víctima tenía la mayor cercanía física con el participante,
o sea cuando los participantes tenían que mantener el brazo de la
víctima sobre la placa que generaba la descarga eléctrica, la
obediencia decreció. Bajo tal ocurrencia, sólo el treinta por ciento
completó la experiencia.
El experimento ocho fue realizado por mujeres: con
anterioridad, todos los participantes habían sido hombres. La
obediencia no varió gran cosa, aunque las damas manifestaron
experimentar mayor nivel de estrés.
El experimento diez se realizó en una oficinita en
Bridgeport, Connecticut, fingiendo que quien realizaba el
experimento era la entidad comercial Research Associates of
Bridgeport la cual no mantenía vínculos ni conexión con la
Universidad de Yale (a fin de eliminar el factor de reputación de la
Universidad y que influyera sobre el comportamiento de los
partícipes). Dadas tales premisas la obediencia decayó al cuarenta y
siete y medio por ciento.
También Milgram combinó el poder de la autoridad con la
conformidad. En esos experimentos los participantes que hacían de
maestros fueron acompañados por uno o dos maestros más (quienes
eran en este caso también actores o palas, como el aprendiz o
víctima). El comportamiento de los acompañantes afectó
fuertemente los resultados. En el experimento diecisiete, cuando
dos maestros palas o adicionales se negaron a cumplir las órdenes,
sólo cuatro de los cuarenta participantes continuaron el
experimento. En la variante dieciocho, los participantes realizaron
una tarea de acompañamiento (leyeron las preguntas por un
micrófono o registraron las respuestas del aprendiz) con otro
maestro, quien complementaba la prueba. En esa variación sólo
tres de cuarenta, desafiaron al experimentador.
Variaciones ulteriores del experimento Milgram sugieren que
la interpretación no supone obediencia ni autoridad, sino que los
participantes sufren una desolación aprendida, en la cual se sienten
incapaces de controlar el resultado, de manera que abdican a su
responsabilidad personal. En un experimento reciente donde se usó
una simulación de computadora en lugar de una persona para
recibir dolor, los participantes que administraban las descargas
eran conscientes de que el aprendiz era irreal, pero aun así los
resultados fueron los mismos.


E L E XPERIMENTO Z IMBARDO

También conocido como El experimento de la cárcel de


Stanford es un estudio psicológico relacionado con la influencia
de un ambiente agresivo como la vida en cautiverio, minorías
solitarias o comunidades en situaciones extremas de supervivencia,
etcétera en las conductas desarrolladas por el hombre dependiente
de los roles sociales que desarrollaban. Fue llevado a cabo en el
año 1971 por un equipo de investigadores liderado por el psicólogo
Philip George Zimbardo de la Universidad Stanford. Como en el
experimento Milgran fueron reclutados voluntarios quienes
desempeñarían los roles de guardias y prisioneros en una prisión
ficticia. Sin embargo, el experimento se les fue pronto de las
manos y fue cancelado al término de la semana de inicio.
Las inquietudes de comportamientos humanos que circundan
a los experimentos psicológico-sociales a menudo establecen
comparaciones con el experimento de Milgram, que fue llevado a
cabo en el año 1963 en la Universidad de Yale por Stanley
Milgram, un viejo amigo de Zimbardo.
El estudio fue patrocinado por la Armada de los Estados
Unidos, la cual buscaba definir y aislar las causas de conflictos en
su sistema penitenciario así como en el del Cuerpo de Marines.
Zimbardo y su grupo de asistentes se propusieron probar la
hipótesis de que los guardias de prisiones y los reclusos se
autoseleccionaban, a partir de una cierta disposición que explicaría
los excesos de todo tipo que son típicos en las cárceles.
Se reclutaron los participantes a través de avisos publicados
en los diarios y estimulados mediante la oferta de una paga de
quince dólares diarios (en el año 2006 esa cantidad vendría siendo
equivalente a unos cincuenta y siete euros al día) y la participación
correspondería simular la vida en prisión. Al anuncio respondieron
setenta personas, Zimbardo y su equipo De los cuales que
seleccionaron a los veinticuatro considerados físicamente más
saludables y, desde el punto de vista psicológico, estables. L os
participantes eran en su mayoría blancos, jóvenes y de clase media
y todos cursaban carreras universitarias.
Los veinticuatro jóvenes se dividieron aleatoriamente en dos
mitades: una formada por los que jugarían el rol de prisioneros y la
otra quienes harían las veces de guardias. Con posterioridad los
prisioneros comentaron que los guardias se eligieron de entre los
que parecían más fuertes, altos o de mayor definición muscular,
aunque en realidad se les asignó el rol al azar por medio del clásico
cara o cruz al lanzar de una moneda y no se apreciaban notables
diferencias de estatura o complexión física entre ambos conjuntos.
La prisión fue instalada en el sótano del departamento de
psicología de la universidad de Stanford, la cual se acondicionó
como cárcel ficticia. Uno de los asistentes del equipo investigador
sería el alcaide, siendo Zimbardo el superintendente.
Zimbardo estableció varias condiciones específicas que
supuso provocarían desorientación, despersonalización y des-
individualización.
Los guardias recibieron porras y uniformes color caqui, que
ellos mismos habían escogido en un almacén militar. Se les
proporcionaron, además, gafas de espejo para impedir el contacto
visual (Zimbardo dijo que tomó la idea de la película Cool hand
Luke - La leyenda del indomable). A diferencia de los prisioneros,
quienes hacían de guardias trabajarían en turnos y regresarían a sus
casas en los horarios francos, aunque mientras duró el ensayo
algunos de forma espontánea pidieron hacer horas extra sin
retribución.
Los prisioneros sólo vestirían batas de muselina (sin ropa
interior) y sandalias con tacones de goma, que Zimbardo eligió a
fin de crearles la necesidad para adoptar posturas corporales fuera
del repertorio habitual y producirles incomodidad para inducir
desorientación. Además no serían llamados por sus nombres sino
por los números cosidos a sus uniformes. Debían simular que
tenían las cabezas rapadas llevando medias de nylon en la cabeza.
También, llevarían alrededor de sus tobillos una pequeña cadena
c o m o recordatorio constante de su condición restringida a la
sumisión.
El día antes de comenzar experimento, los participantes en el
rol de guardias fueron convocados a una breve reunión para
establecer un mínimo de normativas: pero solo se les informó que
su participación y responsabilidad consistía en mantener el orden y
la disciplina de la prisión, mediante métodos que considerasen
mejor siempre que no se hiciera uso del ejercicio de violencia
física contra las personas.
Zimbardo dio personalmente las siguientes instrucciones:
Podéis producir en los prisioneros que sientan aburrimiento,
miedo hasta cierto punto, podéis crear una noción de arbitrariedad y de
que su vida está totalmente controlada por nosotros, por el sistema,
vosotros, yo, y de que no tendrán privacidad... Vamos a despojarlos de
su individualidad de varias formas. En general, todo esto conduce a un
sentimiento de impotencia. Es decir, en esta situación tendremos todo el
poder y ellos no tendrán ninguno. Transcripción de la traducción
del vídeo, The Stanford Prison Study, citado en Haslam & Reicher, 2003.

A los participantes que fueron designados para actuar el rol


de reos solo se les informó que esperasen aviso en sus hogares
hasta sobre el día de comienzo del experimento.
Sin advertencia previa el primer día del experimento fueron
arrestados en sus casas bajo cargo de robo a mano armada por
efectivos del departamento de policía de Palo Alto, quienes
cooperaron en esta parte del ensayo.
Los prisioneros pasaron por todo el procedimiento legal de
detención policial, el cual incluye lectura de la Advertencia
Miranda, reducción de movilidad mediante esposas, conducción,
toma de huellas dactilares, sesión de fotos para ser fichados. Tras
este protocolo fueron llevados a la prisión ficticia, donde fueron
inspeccionados desnudos, despiojados y se les dieron sus nuevas
identidades consistentes en una numeración.
El experimento se salió de las manos enseguida. Los
prisioneros sufrieron, y aceptaron, tratamiento sádico y humillante
por parte de los guardias. Al final muchos mostraron trastornos
emocionales graves.
Tras un primer día muy correlativo, el segundo se armó una
rebelión. Los guardias se prestaron como voluntarios para hacer
horas extras y controlar el motín, atacando con extintores a los
reclusos sin conocimiento del grupo investigador. Desde ese
momento, los guardas intentaron dividir a los reos y enfrentarlos,
diferenciándolos en bloques de celdas, como buenos y malos, y
haciéndoles creer que tenían infiltrados s oplones entre ellos. Esta
argucia dio fruto, porque detuvo los motines. Los asesores de
Zimbardo la aprobaron ya que tal treta fue exitosa con anterioridad
en prisiones reales de los Estados Unidos.
El proceso de recontar a menudo a cautivos; algo que, de
inicio, sirvió para ayudarlos a familiarizarse con sus números;
involucionó ya que los guardias se excedían con los prisioneros y
les aplicaban penitencias que contenían ejercicios forzados.
La higiene y la hospitalidad comenzaron a menguar. El
derecho de ir al baño se convirtió en una prerrogativa que podía
denegarse. Se obligó a prisioneros a limpiar tazas de baño sin
guantes. Se retiraron las colchonetas de las celdas de los malos así
como, también, forzó a algunos a dormir desnudos en el suelo. La
alimentación también fue restringida como forma de sanción por
alguna falta. También se los obligó a andar desnudos y se llevaron
a cabo actos homosexuales como humillación.
El mismo Zimbardo confesó su paulatina implicación en el
proyecto que guió, y en el cual participó en forma activa. Al cuarto
día, él y los guardias reaccionaron ante el rumor de un plan de
huida intentando trasladar el experimento a un bloque de celdas
reales en el departamento local de policía, porque podía ser más
seguro. La policía rechazó la solicitud, alegando inquietud por la
seguridad y Zimbardo recuerda haberse enfadado por la falta de
participación del servicio policial.
Según evolucionó el experimento, los guardias
incrementaron su sadismo, sobre todo de noche, pues creían que las
cámaras eran apagadas. Los investigadores observaron a casi un
tercio de los guardias mostrar índices de genuino sadismo. Muchos
de ellos se enfadaron cuando se canceló el experimento.
Un argumento que empleó Zimbardo para apoyar su tesis de
que los participantes habían internalizado sus papeles fue que,
cuando se les ofreció la libertad condicional a cambio de toda su
paga, la mayoría de los prisioneros aceptó el trato. Pero cuando fue
rechazada, ninguno abandonó el experimento. Zimbardo afirma que
no tenían ninguna razón para seguir participando si eran capaces de
rechazar su compensación material para abandonar la prisión.
Los prisioneros mostraron desarreglos emocionales agudos.
Uno tuvo un sarpullido psicosomático en todo el cuerpo al
enterarse de su libertad condicional había sido rechazada
(Zimbardo la rechazó pues pensaba que era un ardid para evadir la
cárcel). El llanto y la desorganización del pensamiento se volvieron
algo común entre los prisioneros. Dos sufrieron traumas tan severos
que debieron sustituidos del experimento.
Uno de los prisioneros de reemplazo, el número 416, quedó
horrorizado por cómo los guardias lo trataron e inició una huelga
de hambre. Lo recluyeron en solitario en un pequeño
compartimento durante tres horas obligado a sostener las
salchichas que había rechazado. El resto de los prisioneros lo vio
como un alborotador que buscaba protagonismo. Para explotar este
aspecto, los guardias les ofrecieron escoger: podían o bien entregar
sus mantas o dejar al prisionero 416 durante toda la noche en
solitario. Los prisioneros escogieron conservar sus mantas.
Posteriormente Zimbardo intervino para hacer que 416 volviera a
su celda.
Zimbardo determinó concluir el experimento antes de
tiempo, cuando Christina Maslach, una estudiante de posgrado no
familiarizada con el proyecto, expresó que la prisión mostraba
pésimas condiciones de vida, después de ser introducida para
realizar entrevistas. Zimbardo notó que más de cincuenta personas
externas al experimento las cuales habían visto el lugar, ella fue la
única que realizó comentarios sobre la moralidad. Tras apenas seis
días, ocho antes de lo previsto, el experimento se dio por
terminado.
Se ha concluido que el resultado del experimento muestra la
impresionabilidad y la obediencia de las personas cuando se les
brinda apoyo institucional y una ideología o sistema de ideas que
sirva de sustrato para legitimar las acciones que se lleven a cabo.
También ha sido empleado para ilustrar la teoría de la disonancia
cognitiva y el poder de la autoridad. Esto quiere decir que lo
aprendido mediante sedimentación cultural tal como lo son las
normativas morales, sociales y civilizadoras tienden a perder
primacía y a ir quedando desplazado tal conocimiento por la
inmediatez del instinto de conservación amenazado por el poder
autoritario.
La psicología académica suele decir que el resultado del
experimento apoya las teorías de la atribución situacional de la
conducta en detrimento de la atribución disposicional. En otras
palabras, se supone que fue la situación la que provocó la conducta
de los participantes y no sus personalidades individuales. De esta
forma sería compatible con los resultados del también famoso
experimento de Milgram (analizado en detalles en el artículo
anterior) en el cual, personas comunes jugando un rol de maestros,
cumplen órdenes de administrar lo que parecen shocks eléctricos
bastante severos a un compañero que participa en el rol de alumno
suyo pero que, en acuerdo al juego de roles impuesto por el
experimentador, debe ser castigado por cometer errores durante su
aprendizaje.
Por casualidad algo después de concluirse el estudio se
dieron lugar motines severos en las prisiones de San Quintín y
Attica, y Zimbardo comunicó sus descubrimientos al Comité
judicial de los Estados Unidos.
El experimento fue muy criticado por su falta de ética y
considerado en los límites del método científico. Entre críticos se
incluye Erich Fromm, quien cuestionó si se podrían generalizar los
resultados del experimento.
Como todo trabajo de campo, fue imposible llevar a cabo
controles científicos tradicionales. Zimbardo no fue un observador
neutral, sino que controló la dirección del experimento como
superintendente. Las conclusiones y observaciones de los
investigadores fueron subjetivas y basadas en anécdotas, y el
experimento resulta difícil de reproducir por otros investigadores.
Algunos críticos del experimento argumentan que los
participantes basaban su conducta en cómo se esperaba que se
comportasen o que la modelaron de acuerdo con estereotipos que
ya tenían sobre prisioneros y guardias vistos en series televisivas y
el cine. En otras palabras, los participantes realizaban un mero
juego de rol. Como respuesta, Zimbardo declaró que, incluso
aunque inicialmente pudiera haber sido un juego de rol, los
participantes interiorizaron o se metieron dentro de sus papeles a
medida que el experimento avanzó.
El experimento fue criticado respecto a su validez ecológica.
Muchas de las condiciones impuestas fueron arbitrarias y pueden
no estar alineadas con las condiciones de las prisiones reales, por
ejemplo: la llegada de los prisioneros con los ojos vendados,
hacerles vestir nada más que batas, no permitirles vestir ropa
interior, impedirles mirar a través de ventanas o la prohibición de
usar sus propios nombres. El líder del proyecto se defendió de
estas críticas declarando que la prisión es una experiencia confusa
y deshumanizante, y que era necesario impulsar estos
procedimientos para darles a los prisioneros las condiciones
mentales adecuadas; pero es difícil saber cuán similares son estos
efectos a los de una verdadera prisión, y las condiciones del
experimento son difíciles de reproducir con exactitud para que
otros investigadores puedan llegar a conclusiones comparativas al
respecto.
Algunos dicen que el estudio fue demasiado determinista.
Los informes describen diferencias significativas en la crueldad de
los guardias, el peor de ellos, llamado John Wayne por los
prisioneros, pero otros fueron más amables y a menudo
concedieron favores a los prisioneros. Zimbardo no realizó ningún
intento de explicar estas diferencias.
Por último, la muestra fue reducida, sólo veinticuatro
personas en un periodo de tiempo bastante corto. Y dado que los
veinticuatro interactuaban en un mismo grupo, tal vez sea más
correcto considerar la cantidad de la muestra como Uno.
Haslam y Reicher (en 2003), psicólogos de la Universidad
de Exeter y la Universidad de St. Andrews, llevaron a cabo una
versión parcial de este experimento con la asistencia de la BBC de
Londres, la cual televisó escenas del estudio en un reality show
llamado, El experimento. Los resultados y conclusiones fueron
muy diferentes a los de Zimbardo. Aunque el procedimiento no fue
una réplica del de Zimbardo, su estudio arroja nuevas dudas sobre
la generalidad de sus conclusiones.

E L EXPERIMENTO DE LA TERCERA OLA

La tercera ola, fue el nombre de un experimento iniciado el


lunes tres de abril del año 1967 en el Cubberley High School, un
colegio de Palo Alto, California, con el fin de demostrar que
incluso las sociedades libres y abiertas no son inmunes al atractivo
de ideologías autoritarias. Fue llevado a cabo por el profesor de
historia Ron Jones mientras desarrollaba un estudio sobre la
Alemania nazi con alumnos de secundaria al convencer a sus
estudiantes de que el movimiento eliminaría la democracia. El
hecho de que la democracia enfatiza el individualismo fue
considerado como un defecto, y Jones hizo hincapié en ello a
través de su lema: Fuerza mediante la disciplina, fuerza mediante
la comunidad, fuerza a través de la acción, fuerza a través del
orgullo.
Jones, al no poder explicar a sus alumnos cómo los alemanes
no judíos permitieron que el nazismo exterminara a millones de
judíos y otros llamados indeseables, creó un diseño experimental
para demostrarlo mediante una experiencia dramatizada por los
propios alumnos. Según Jones escribe en sus memorias sobre el
asunto todo comenzó con detalles, como tratar de mejorar la
disciplina en el aula, como sentarse sin hacer ruido con las sillas y
mantener la espalda recta, insistiendo hasta que fueran capaces de
entrar al aula y sentarse en silencio en menos de treinta segundos.
Luego aumentó el rigor, siendo más autoritario; debían ponerse de
pie para evacuar dudas siempre con la menor cantidad de palabras
y haciéndose llamar en todo momento Señor Jones, con lo cual
obtuvo una drástica mejora del rendimiento de los alumnos
logrando que su clase de historia en breve evolucionara hasta llegar
a ser un grupo con alto sentido de propósito.
Jones llamó al movimiento La tercera ola, basándose en la
generalizada creencia de que siempre en el mar la más fuerte es la
tercera de una serie de olas, además para darles a los alumnos un
sentido de pertenencia. Tal como ocurrió el experimento fue tan
popular que involucró espontáneamente a todo el alumnado de la
escuela. Creó un saludo con la mano semejando la ondulación de
una ola y les ordenó que se saludaran de esa forma incluso fuera de
la escuela. Luego creó una especie de carnet que los distinguía
como miembros, luego los involucró en la creación de un logotipo y
creo un ritual para iniciar nuevos miembros así como prohibición de
que los no miembros tuvieran acceso al aula o a las reuniones que
sostuvieran como grupo.
Al cuarto día, jueves, el profesor decidió terminar con el
experimento pues estaba perdiendo el control los chicos se estaban
tomando todo demasiado a pecho. Sin embargo, les dijo que al día
siguiente se anunciaría por televisión la Tercera Ola como un
movimiento a nivel nacional, y de esta forma los convocaba para el
viernes siguiente para presenciar juntos en una reunión a tal efecto
en la escuela la proclamación pública nacional.
Llegado el día convocado estaban todos ante un aparato de
TV sin imagen. Ante la expectativa creciente Jones les explicó que
todo había sido un experimento sobre el nazismo para ejemplificar
cómo las personas voluntariamente se creaban una noción de
superioridad tal como había sucedido en la Alemania entre los años
treinta y cuarenta del pasado siglo XX y concluyó con la
reproducción de un filme sobre el fascismo.
Es extraño que conociéndose las implicaciones trágicamente
peligrosas que ofrecen experiencias anteriores en este sentido
acerca de la plasticidad mental humana sobre todo en adolescentes
y pudiendo ser de interés profesional para los psicólogos,
pedagogos y sociólogos quienes pudieran prevenir situaciones
complejas donde puedan concentrarse grupos de mayor o menor
numerosidad, no se haya estudiado más sobre el esto.
En el año 2006, se intentó recrear el experimento en una
clase de historia de una escuela primaria de Florida con niños aún
más jóvenes.
Otros experimentos que han tratado esta temática o han
incursionado en los recovecos del alma humana fueron:

El experimento de Sherif, el experimento de Asch y el


experimento de Robber's Cave.

E L SEÑOR DE LAS MOSCAS

Es la primera novela de William Golding y la más célebre de


su producción. Publicada en el año 1954, es considerada un clásico
de la literatura inglesa de postguerra. Casi no tuvo difusión en los
primeros años de su lanzamiento, manteniendo escasas ventas.
Años más tarde, alcanzó fama en Inglaterra, y en la actualidad se le
considera lectura imprescindible en colegios e institutos.

En ella se recrea cómo un grupo de condiscípulos quienes


quedan varados en un islote desierto, luego de un accidente aéreo,
dadas a las condiciones extremas de supervivencia van perdiendo
las los principios básicos de la civilización transmitidos por la
cultura, las tradiciones y los convencionalismos sociales y cómo,
poco a poco comienzan las luchas de poder y se convierten en seres
crueles y despiadados los más fuertes, quienes llegan hasta el
crimen, mientras los más débiles sucumben ante ellos hasta que son
rescatados.

Esta novela, a pesar de ser anterior a los experimentos


psicológicos antes descritos de igual forma plantea la tesis de que el
ser humano bajo determinadas situaciones tiende a comportarse de
forma mezquina y desnaturalizada que pueden hacerlo llegar a
excesos criminales. La novela asimismo plantea que esto sea algo
innato en el individuo pues parte de presentar su argumento
desarrollado por niños.

JUDÍOS NOTABLES Y OTROS


POSIBLES JUDÍOS

Fueron judíos Moisés Mordechai Marx Levi, quien fuera Carlos


Marx, y su amigo Federico Engel, también filósofo, escritor y fiel
colaborador .

Vladimir Ilich Lenin, fue también de origen judío por vía


materna.

Grigori Yevséievich Zinóviev, nombre real Hirsch Apfelbaum,


también fue conocido como Ovsei-Gershon Aronovich Radomyslski, su
nombre revolucionario era Grigori, y sus amigos íntimos le llamaban
Grisha), Su fecha de nacimiento no es precisa pero se cree fue el once
de septiembre o el veintitrés de septiembre de del año 1883, fue un
revolucionario bolchevique y un político comunista de la Unión
Soviética. Nació en Elizavetgrad (hoy Kirovohrad) y murió en Moscú.
Fue amigo y colaborador de Lenin y condenado al destierro y a la
prisión. Después de la muerte de Lenin, formó el triunvirato directivo
del estado junto a José Stalin y Lev Kámenev. El veinticinco de agosto
del año 1936, fue ejecutado junto con Kámenev al ser encontrados
culpables de la acusación de conspirar contra Stalin.

Lev Borísovich Kámenev cuyo apellido de nacimiento era


Rosenfeld. Nacido en Moscú el seis de julio del año 1883. Fue un
revolucionario bolchevique y un destacado político soviético, además
fue un veterano miembro del poderoso Politburó. Se casó y tuvo dos
hijas con la hermana de Trosky. Fue el primer jefe de estado de la
Rusia bolchevique, precursor de la futura URSS, entre el nueve y el
veintiuno de noviembre del año 1917. El veinticinco de agosto del año
1936, murió fusilado acusado de conspirar contra Stalin,

El judío León Davidovich Bronstein conocido como León


Trosky, otro de los líderes de la revolución rusa, estaba casado con una
hija del financiero judío Giovotovsky asentado en New York.

Guénrij Grigórievich Yagoda o Gershónovich Ieguda nacido el


siete de noviembre de 1891, Nizhni Nóvgorod y fallecido el quince de
marzo de 1938, Moscú) fue el jefe de la policía secreta de la Unión
Soviética NKVD entre los años 1934 y 1936. Yagoda nació en el seno
de una familia judía.
Recientemente, Vladimir Putin detuvo a Mikhail
Khordordovsky, el jefe de la mayor compañía petrolera rusa Yukos y
reconocido como el hombre más rico de Rusia.
Putin anunció que Rusia podría apoderarse del veintiséis por
ciento de las acciones de la compañía petrolera con valor de doce mil
millones dólares, uno de los muchos bienes nacionales saqueados en la
reorganización del comunismo hace quince años.

. El imperio cinematográfico Metro-Goldwyn-Mayer fue


fundado por Louis Burt Mayer, nacido de descendencia judía en Minsk,
actual Bielorrusia, el doce de julio de 1884; muere el veintinueve de
octubre de 1957 en los Estados Unidos. Pasó a la posteridad como
Louis B. Mayer o solo L.B., cofundador fue también Irving Thalberg,
sobrino de Carl Laemmle quien llegara a ser fundador de los Estudios
Universal. Irving Thalberg nació, Nueva York, el treinta de mayo de
1899 y fallecido en Santa Mónica, California, el catorce de septiembre
de 1936) fue un galardonado productor cinematográfico
estadounidense de las primeras décadas del cine. Fue conocido como
The Wonder Boy (el chico maravilloso o chico de oro, por su juventud
y por su talento para financiar buenos guiones, seleccionar a los
actores adecuados, contratar al mejor equipo y, sobre todo, hacer
rentables todas las películas que produjo.

Carl Laemmle también judío nacido en Laupheim, de


Württemberg, en Alemania, el diecisiete de enero del año 1867 y muere
en Beverly Hills, de California, el veinticuatro de septiembre del año
1939, fue un pionero de la industria cinematográfica y fundador de los
muy conocidos Estudios Universal.
Emigró a los Estados Unidos en el año 1884 y trabajó en varios
empleos, comenzó en el negocio de la distribución de películas, y lo
convirtió en uno de los más importantes de los Estados Unidos. En
1909 produjo su primera película: Hiawatha, una versión de quince
minutos del poema de Henry Wadsworth Longfellow. Ya era
reconocido entre los productores independientes.
En el año 1915 construyó la Universal City. Realizó varias
producciones exitosas, como Blind Husbands (1919), Foolish Wives
(1922), The Phantom of the Opera (1925) y Frankenstein (1931).
Woody Allen, cuyo nombre original es Allan Stewart
Königsberg (nacido en New York el primero de diciembre de 1935), es
un guionista y director de cine, actor, músico, dramaturgo, humorista y
escritor estadounidense que proviene de una familia judía de origen
ruso-austriaco. Ha recibido en cuatro ocasiones el premio Óscar de la
Academia de Cine de Holywood.
Es uno de los directores más respetados, influyentes y prolíficos
de la era moderna. Desde el año 1969 hasta aproximadamente 2014, ha
producido un total de cuarenta y cinco películas, una por año. Escribió,
dirigió y protagonizó Annie Hall, película considerada por muchos
como una de las mejores comedias de la historia del cine, y por la que
recibió el premio Óscar al mejor director en 1977.
Joseph Pulitzer, fallece el veintinueve de octubre del año 1911,
a la edad de sesenta y cuatro años en Charleston, en los Estados Unidos
donde había emigrado en el año 1864 desde Hungría, su lugar de
nacimiento; llegando a ser un influyente editor y empresario de origen
judío. En el año 1883, siendo ya millonario compró el diario New York
World.
Creo el famoso Premio Pulitzer, el cual se confiere a los géneros
periodísticos incluyendo fotografía. Dicho premio, considerado por
muchos el Nobel de Periodismo, también se otorga a varios géneros
literarios como ensayo, crítica, historia, poesía, ficción y teatro,
además composición musical). Instituido a partir del año 1917, es
otorgado anualmente con una dotación de diez mil dólares para cada
distinción por la Universidad de Columbia en la ciudad de New York,
según lo dispuso Joseph Pulitzer en su testamento como parte de su
legado.
Levi Strauss; nacido en Baviera, Alemania, en una familia judía
asquenazí, en el año 1847 con su madre y dos hermanas, viajan a
Nueva York como emigrantes, allí les esperan familiares de su madre.
Siguen hacia San Francisco en el año 1853 para abrir una pequeña
tienda de vender telas, que crece hasta convertirse en un próspero
negocio. Se especializó en importar desde Europa fuertes lonas de
lienzo crudo para abastecer la alta demanda a fin de cubrir las carretas
usadas por los colonos durante la conquista del Lejano Oeste.
Poco después cuando ya la furia de los nuevos colonos decayó se
les quedaron grandes cantidades de lonas en los almacenes como
amenaza de pérdida por la fuerte inversión realizada pero, en eso
surgió la llamada fiebre del oro y la plata y además de una nueva
oleada de improvisados mineros de toda la unión americana con ansias
de hacerse ricos les salvo de la quiebra pero, además, ese fue el
momento en que Levi Strauss & Company aprovechó para convertirse
en la primera empresa en la historia en producir con lona fuerte
pantalones vaqueros llamados Jeans. En el año 1872, Jacob Davis, un
sastre nacido en el seno de una familia judía de Riga, quien le
compraba regularmente prendas a Levi, le comunicó a este el
inconveniente que presentaban sus pantalones: los bolsillos se
descosían fácilmente con el duro trabajo de las minas. Ambos
encontraron una posible solución: reforzar las esquinas de los bolsillos
con remaches. Le sugiere que juntos soliciten la patente del proceso y
el veinte de mayo de 1873 llega la concesión de esta y de la marca
registrada en los Estados Unidos. Así nacía oficialmente el primer
pantalón remachado de Levi´s y se inicia la producción de la prenda de
vestir más fabricada de todos los tiempos: el jean o vaqueros.
El judío alemán Adán Weishaupt, quien quizás no
sinceramente, se introdujo en el cristianismo ingresando en la orden de
los jesuitas; en el año 1776, creó la secta secreta de los Iluminados de
Baviera la cual ha tenido, según muchos historiadores, gran
participación y protagonismo en diversos hechos relacionados con
intrigas político-económicas a nivel mundial.

Henry Alfred Kissinger, nacido como Heinz Alfred


Kissinger en Fürth, Alemania, el veintisiete de mayo del año
1923, fue un político germano-estadounidense de origen judío que,
hacia la segunda mitad del siglo XX, tuvo una gran influencia
sobre la política internacional, no solo de los Estados Unidos con
respecto a los demás países sino, también, sobre otras naciones.
Ejerció como secretario de estado durante los mandatos
presidenciales de Richard Nixon y Gerald Ford, jugando este papel
preponderante en la política exterior de la gran nación
norteamericana entre los años 1969 y 1977 y fue consejero de
Seguridad Nacional durante todo el mandato inicial presidencial
del primero.

Miembro de la Comisión Trilateral, Academia


Estadounidense de las Artes y las Ciencias, de la Sociedad secreta
Phi Beta Kappa y obtuvo los siguientes premios, condecoraciones
y militancias: Beca Guggenheim, Orden al Mérito de Baviera,
Estrella de Bronce, Caballero Comendador de la Orden del
Imperio británico, Orden al mérito de Baden-Wurtemberg, Orden
de Tomáš Garrigue Masaryk, Medalla Presidencial de la Libertad,
Premio Nacional del Libro, Academy of Achievement's Golden
Plate Award, Medal of Liberty, Premio Nobel de la Paz (1973),
Premio Wateler de la Paz (1975), Caballero de Gran Cruz de la
Orden al Mérito de la República Italiana (1976). Premio
Carlomagno (1987), Ewald von Kleist award (2009) y Premio Eric
M. Warburg (1992) entre otras distinciones quizás menos
relevantes.

Los lectores podrían buscar con muy poco éxito un libro que
hace mucho tiempo desapareció de los estantes de las librerías, se trata
de una investigación poco común realizada por un judío alemán,
Dietrich Bronder, quien se desempeñaba como profesor de
preuniversitario. El título de su obra se tradujo al inglés como Before
Hitler Came, en español sería; Antes de llegar Hitler o Antes de que
Hitler viniera. Fue publicado en el año 1964 y se trataba sobre las
personas quiénes estando dentro de la cúpula de gobierno y que eran
próximos a Hitler eran: De descendiencia judia o estando
emparentados con familias judía ellos fueron: el propio líder y
canciller del Reich Adolf Hitler; En resumen hay alta probabilidad de
que Hitler fuera nieto por parte de padre del judío Frankenberger… el
medio judío Hans Frank quien ostentara grado de general y fuera
gobernador de Polonia durante la ocupación, fue abogado personal de
Hitler desde sus inicios y durante la guerra (y sentenciado a la horca en
los juicios de Núremberg) revelo brevemente antes de su ejecución
conocer el origen judío de Hitler, sobre eso.
Como principales partidarios eficientes para tareas de
importantes estaban Reinhard Heydrich, quien era medio judío y Adolf
Eichmann quien era judío completo. Como organizador de la
emigración judía anterior a la segunda guerra mundial Eichmann viajó
a los territorios de Palestina que hoy ocupa la Nación de Israel. La
única razón para cambiar su apellido a Eichmann fue para escapar del
apellido de sus ancestros y de la historia del pueblo judío. Escribió, en
el año 1935 G. Kessler, un investigador de nombres judíos en Leipzig.
Hans Frank, escribió en su libro In the Face of the Gallow
publicado en alemán en el año 1953: Im Angesichts des Galgens, en
Munich-Grafelfing.
Konrad Heiden, biógrafo de Hitler, en Suiza en el año 1936
reveló que uno de los ancestros del líder alemán por línea materna, era
un tal Johann Salomon y que había sido probado que algunos judíos de
apellido Hitler vivieron en la zona austriaca en esa época.
Hacia 1930, Hitler ya era conocido como político en Europa,
pero estaba muy lejos todavía de acceder al poder por ese tiempo uno
de sus hermanastros comenzó a chantajearlo amena z ándolo con hacer
público el origen judío de la familia. Hitler le confió el problema al
abogado Hans Frank, más tarde, go b ernador de Polonia y sentenciado a
muerte en Nüremberg. Mientras estuvo preso, le narró la historia a
Gustave Gilbert, encargado de atender a los acusados como psicólogo
de las tropas aliadas, quien tiempo después escribió una obra titulada
Nüremberg Diaries (El Diario de Nüremberg), don d e narra esos
hechos, reflejada por otros his t oriadores y biógrafos de Hitler como
Joachim Fest. Otra vía por la cual se revela el origen de Hitler fue la
CIA, dado que el servicio del que deriva, la OSS (Overseas Secret Ser -
vice), elaboró un informe al respecto, edi t ado como un libro bajo la
autoría de Walter Langer con el título, The Mind of Adolf Hider (La
Mente de Adolf Hitler), en esa obra se va mucho más allá de las
especulaciones sobre su procedencia judía, pues se lo emparenta con el
clan Rothschild, dado que su abuela pa t erna, Maria Schickelgruber,
trabajó como criada doméstica en la man s ión vienesa de la familia
donde habría quedado embarazada de alguno de sus miembros. Si el
libro acertó o no en su origen es algo que no se sabe pero resulta
coherente.
Resulta sospechoso que pocos años antes de la anexión de
Austria por parte de Alemania, el canciller austríaco Dollfuss quien
realizara una in v estigación sobre el tema y descubrió que, en efecto, el
abuelo paterno de Hitler no era otro que un miembro del clan
Rothschild, fuera asesinado por las tropas alema n as apenas después
entraron en Austria.
¿Cómo puede ser esta historia? Pues bien, el padre de Hitler, de
nombre Alois Hitler, pudo tener apellido cuando tenía treinta y nueve
años de edad debido a que su madre, María Schickelgruber, se casó con
un anciano de apellido Huttler cuando éste enviudó. Pero el viejo vino
a reconocer como hijo al padre de Adolfo Hitler años después de
casarse con María Schickelgruber. Ese reco n ocimiento tardío, junto al
hecho de que el regis t ro de nacimiento de Alois presenta señales de
haber sido adul t erado, indicarían que Huttler no era el padre biológico.
Que el anciano lo reconociera como hijo legítimo al darle su apellido
sirvió de ayuda a Alois, para dar im p ulso a su vida laboral y social
dado que podía mostrar no ser un bastardo de padre desco n ocido. La
historia descubierta por Dollfuss y por la antigua agencia que más
tarde se convirtiera a la CIA por medio de Langer era, si no cierta, al
menos estaba bien fundamentada.
Frank tambien dijo haber conocido durante la investigación que
el propio Hitler le encargó después de la anexión austriaca, que el
verdadero padre biológico de Alois, y real abue l o paterno del führer,
era un miembro del clan judío Frankenberger, dado que Alois
Schickelgruber—como se llamó hasta la edad de treinta y nueve años—
recibió sostén económico de esa familia hasta los cator c e años, y
existía documentación que demostraba la conexión entre Maria y los
Frankenberger, dado que se carteaban con frecuencia. Habría que ver si
la co n exión Hitler-Rothschild y/o la conexión Hitler-Frankenberger
son incompatibles o si, en realidad, lo resultan.
Este asunto, es p ecialmente delicado —no por la posible estirpe
judía de Hitler, sino por su parentesco con los Rothschild o los
Frankenberger— pues sería urticante para la élite globalista y sus
subordinados historia d ores porque bien podría ocurrir que, si se
investiga a fondo, la meteórica carrera al poder de Hitler y su posterior
gobierno con mano de hierro en Alemania y Europa, adquieren una
dimen s ión totalmente diabólica y sin visos de misticismo.
Una vez enterado Hitler de su ascendencia judía, una de sus
primeras acciones fue ordenar a sus tropas la completa destrucción del
cementerio cerca de la ciudad de Graz donde estaba ente r rada su
abuela paterna. En su afán de desaparecer la tumba de su abuela,
terminó profanando las tumbas del cementerio entero so pretexto de
que las tropas alemanas debían establecerse allí.
No se trata sólo de que Hitler había querido bo r rar lo más
posible su origen judío, sino también del hecho de que habría
profesado un odio —inconfesado y profundísimo— hacia su padre,
Alois Hitler, su padre, quien se había casado en segundas nupcias con
Klara Polzl, la madre del fü h rer, una mujer muchísimo más joven de la
cual había sido tutor de ella cuando niña, y de la cual tuvo cinco hijos.
Tres murieron antes de llegar Hi t ler al poder.
También el secretario de Hitler, Rudolf Hess quien, en el año
1987, murió en extrañas circunstancias cumpliendo cadena perpetua a
la edad de noventa y tres años en la prisión de Spandau, Berlín. El
veinte de julio del año 2011; se desmanteló su tumba en la localidad
bávara de Wunsiedel, pues la comunidad cristiana evangélica de la
localidad denegó a sus familiares la prolongación del arrendamiento de
su tumba. Sus restos mortuorios fueron incinerados y sus cenizas
esparcidas en alta mar a fin de evitar su tumba se convirtiera en lugar
de peregrinaje. Hermann Goering fue el jefe de la fuerza aérea nazi
conocida como la Luftwaffe. El doctor Josef Goebbels ocupó el cargo
de ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich
entre los años 1933 y 1945. Siendo uno de los colaboradores más
cercanos de Adolf Hitler, Alfred Rosenberg fue arquitecto e ideólogo
principal del nazismo y ministro del Reich para los territorios
ocupados del Este, H a n s Michael Frank, ya antes citado, fue un
abogado y miliar nazi nombrado Gobernador general de la Polonia
ocupada; mantuvo estrecha relación con Hitler, pues durante mucho
tiempo intervino legalmente en las transacciones de dinero que el
führer le remitía a su medio hermano a cambio de silencio por su
probable parentesco judío.
Heinrich Luitpold Himmler fue el Director de la Oficina
Central de Seguridad del Reich, siendo un oficial de alto rango llegó a
ser una de las personas de más poder en Alemania. Desarrolló el grupo
paramilitar Schutzstaffel (Escuadras de Defensa) conocido como las
S S , en su inicio en el año 1925 bajo el mando de Joseph Berchtold
hasta 1927, primero y bajo Erhard Heiden hasta el año 1929 las SS
fueron un grupo de guardia personal de Hitler que llegó a contar unos
mil hombres pero que en esta fecha solo llegaba a unos escasos
doscientos ochenta. Entonces, Himmler se hace cargo y llega a
convertirlo en un cuerpo especial de un millón de hombres jóvenes
cuidadosamente escogidos siguiendo patrones de presencia física y
social debidamente entrenados para del combate y unidos por una
ideología mística.

El anillo Totenkopf o Totenkopfring, conocido como el anillo de


honor de la SS o el Anillo de la Calavera fue confeccionado a pedido
de Himmler por el orfebre Karl Wiligut conocido también como
Weisthor (místico germano). Era semejante a los anillos de graduados,
era un símbolo icónico de membresía en una orden que exigía completa
obediencia y lealtad. El aro estaba muy relacionado con los rituales
del castillo de Wewelsburg (lugar de culto Iniciático de la SS). En su
interior estaban grabadas las letras: S Lb (abreviatura de: Seinem lieben
o A su apreciado), seguido del apellido del portador, un facsímil de la
firma de Himmler y la fecha en de la entrega. De ese modo, S Lb Meier
H. Himmler 1.11.43 significaría A su apreciado Fulano de tal de
Heinrich Himmler, 1º de noviembre de 1943.

Himmler declaró que todos los anillos de todos los soldados y


oficiales de los SS muertos o caídos en batalla debían ser devueltos
para ser conservados en un arca en el castillo, como expresión
simbólica de su comunidad y hermandad eterna.

Ulrich Friedrich Wilhelm Joachim von Ribbentrop, político,


diplomático, militar y Ministro de Asuntos Exteriores de la Alemania
nazi desde 1938 hasta 1945. quien cultivó una íntima y estrecha
amistad con el conocido sionista Jaim Azriel Weizmann, quien llegara
a ser el primer presidente del estado de Israel fallecido en el año 1952;
también, el general de las SS Odilo Lotario Globocnik así como el gran
líder de las SS Reinhard Heydrich, El próximo allegado fue el
banquero de Hitler quien, antes del año 1933, fue su principal apoyo
financiero: Ritter von Stauss Vice-presidente del Parlamento del
partido NS, etcétera, la lista sigue pero solo cito los nombres que me
parecieron más relevantes.


COMENTARIOS SOBRE LA BIBLIOGRAFÍA
Ernst Nolte (nacido en Witten, el once de enero del año 1923-
Berlín, fallece el dieciocho de agosto del 2016) fue un historiador y
filosófo alemán. Nacido en Witten en medio de una familia católica,
Nolte fue un estudiante bajo la dirección del connotado filósofo Martin
Heidegger (uno de los filósifos más imporantes del siglo XX y
reconocido fascista). Un tema recurrente en las obras de Nolte es el
estudio comparativo del fascismo y el comunismo, y por eso se han
convertido en objeto de controversia.
Nolte ganó fama con su libro Der Faschismus in seiner Epoche
(El fascismo en su época), publicado en el año 1963, en el cual
argumentaba que el fascismo surgió como una forma de resistencia y de
reacción contra la modernidad. Usando los métodos de la
fenomenología, Nolte sometió los movimientos del nazismo alemán, el
fascismo italiano y la Action Française a un análisis comparativo,
llegando a la conclusión de que el fascismo era el gran anti-
movimiento, pues era antiliberal, anticomunista y antisemita.
Según Nolte, el fascismo era el rechazo a todo lo que el mundo
moderno tenía que ofrecer y era esencialmente un fenómeno negativo.
El libro fue bien recibido en su época, y desde entonces es considerado
un precursor de la creación de la teoría del fascismo genérico. Roger
Griffin ha escrito que, aunque escrita en un lenguaje arcano y oscuro, la
teoría de Nolte del fascismo como una «forma de resistencia a la
trascendencia» (la palabra trascendencia puede ser traducida del
alemán como el «espíritu de la modernidad») significó un importante
paso en los estudios para entender el fascismo y contribuyó a estimular
a los eruditos a buscar nuevas vías para investigar ese fenómeno.
Sin embargo, en la década de los años setenta del siglo XX,
Nolte rechazó la teoría del fascismo genérico que había enunciado en
su libro, El fascismo en su época; en su lugar adoptó la teoría totalitaria
como un modo de explicar el comportamiento de la Alemania nazi y la
Unión Soviética. Según este autor, la Alemania nazi fue un reflejo de la
Unión Soviética, y con la excepción de las ejecuciones en masa por
medio de las cámaras de gas si realmente llegaron a ser ciertas, todo lo
hecho por los nazis, antes lo habían hecho los soviéticos en Rusia.
Nolte es mejor conocido por empezar la Historikerstreit (Disputa
de los historiadores) de 1986-1987. El seis de junio de 1986, Nolte
publicó un artículo llamado Vergangenheit, die nicht vergehen will (El
pasado que no quiere pasar) en el diario Frankfurter Allgemeine
Zeitung. Ese artículo era una síntesis de sus ideas ya mencionadas en
conferencias que había impartido entre los años 1976 y 1980. En ellas
concibió la idea de que los crímenes de los nazis fueron una reacción
defensiva ante los crímenes de los soviéticos.
Para Nolte, el nacionalsocialismo aparece como refutación al
genocidio de clase y al barbarismo asiático de los bolcheviques. Igual,
argumentaba que el holocausto, o genocidio racial, como lo llama
Nolte, fue una respuesta comprensible, pero excesiva, de Hitler frente a
la amenaza soviética. Nolte calificó al holocausto como una
überschießende Reaktion (reacción exagerada) frente a los crímenes de
los bolcheviques.
Shlomo Sand, a veces transliterado como Shlomo Zand ( nacido
en Linz, Austria, el diez de septiembre del año 1946), es un israelí
historiador y profesor en la Universidad de Tel Aviv, experto en
nacionalismo, historia y cinematografía e historia intelectual francesa.
Es el autor de un polémico libro, publicado en inglés con el título de
The Invention of the Jewish People (La invención del pueblo judío) en
el año 2009, el cual fue durante varias semanas el libro más vendido en
Israel.
Hijo de supervivientes polacos del Holocausto, emigró a Jaffa en
el año 1948. De familia izquierdista, fue expulsado del Instituto a los
dieciséis años, y combatió en la Guerra de los Seis Días. Tras escarceos
con el partido comunista y movimientos anti-sionistas, en el año 1975
se graduó en la Universidad de Tel Aviv. Ha enseñado en Tel Aviv,
Berkeley y París ciudad en la que hizo un doctorado sobre Jean Jaurès,
además de obtener diversos títulos y reconocimientos universitarios.
El libro La invención del pueblo judío, según el autor es una obra
de historiografía que recoge información conocida desde hace mucho
tiempo y revisa los fundamentos históricos e ideológicos del sionismo,
se basa en la idea de que existió un pueblo judío histórico, pero que los
de hoy descienden de aquéllos a los que se les suman los que adquieren
el status por conversión.
Desde tiempo se afirma que han sido una etnia única, pero en
realidad son un conjunto heterogéneo de pueblos unidos por la religión,
la cual incluiría desde bereberes como es el caso de los judíos sefardíes
pasando por yemeníes y jázaros, como ocurre con los judíos azkenazi
hasta diversos pueblos como itureos, idumeos, eslavos, etcétera. Es
decir, contra todo lo, hasta ahora, considerado: afirma que el judaísmo
sí fue una religión proselitista, al menos en el entorno del comienzo de
la era cristiana, y hasta la Edad Media. Por otro lado, Sand niega la
veracidad del exilio forzado por los romanos en el siglo I (destrucción
del segundo templo) y en el II d. C. (Rebelión de Bar Kojba),
afirmando que los romanos no exiliaron a ningún pueblo en el
Mediterráneo oriental. Con excepción de los judíos hechos esclavos,
los residentes de Judea siguieron viviendo en sus tierras.
Pero, sin duda, la tesis más controvertida afirma que los actuales
palestinos proceden de los judíos de la época neo-testamentaria, que
habrían sido cristianizados al principio e islamizados
generalizadamente tras la expansión musulmana de los siglos VII y
VIII. Esto lo afirma citando a Ben Gurion y a Ben Zvi en su obra
reeditada en hebreo en el año 1980: Eretz Israel en el pasado y en el
futuro. El mito del exilio sería de origen cristiano, buscando reclutar
nuevos adeptos entre los judíos para la fe. El sionismo sería en origen
una adaptación de ideas procedentes de la Alemania decimonónica,
nacionalista, con los intelectuales judíos centroeuropeos deseosos de
encontrar en lontananza un pueblo con su carácter ya establecido de
siglos ancestrales.
Otra tesis que se deriva del libro es si la Biblia pueda ser
considerada como un libro de historia. Los primeros historiadores
judíos modernos, como Isaac Markus Jost o Leopold Zunz, en la
primera mitad del siglo XIX, no la percibían así: con sus ojos, el
Antiguo Testamento se presentaba como un libro de teología
constitutivo de las comunidades religiosas judías después de la
destrucción del primer templo. Hubo que esperar a la segunda mitad del
mismo siglo para encontrar a historiadores, en primer lugar Heinrich
Graetz, portadores de una visión nacional de la Biblia: transformaron la
salida de Abraham hacia Canaán, la salida de Egipto, o incluso el reino
unificado por David y Salomón, en relatos de un pasado auténticamente
nacional. Los historiadores sionistas no dejaron, después, de reiterar
supuestas verdades bíblicas, que alimentaron la educación pública.
Pero ya en el curso de los años 1980 las cosas cambian, y se empieza a
negar la veracidad de los mitos fundadores. La nueva historia israelí
con los historiadores Simha Flapan, Benny Morris, Tom Segev, Ilan
Pappé y Avi Shlaïm y los descubrimientos de la nueva arqueología,
Israel Finkelstein, Neil Asher Silberman, contradicen la posibilidad de
un gran éxodo en el siglo XIII antes de nuestra era. Lo mismo, Moisés
no pudo hacer salir a los hebreos de Egipto y conducirlos hacia la
tierra prometida por la simple razón de que en esta época estaba en
manos de los egipcios. No encontramos por otra parte ningún rastro de
una rebelión de esclavos en el imperio de los faraones, ni de la
conquista rápida de la tierra de Canaán por un elemento extranjero.
Otro escritor judío, Arthur Koestler, refutó a mediados del siglo
XX la existencia de un pueblo judío originario de Palestina al descubrir
para el gran público el origen de los judíos askhenazis, que se
establecieron en el Este de Europa (Alemania, Polonia, repúblicas
bálticas, Rusia, Hungría, Ucrania, Georgia) y cuyo origen se remonta al
pueblo khazar o jázaros, original de la orilla del Mar Caspio, y que fue
expulsado por las huestes de Gengis Khan quienes controlaron buena
parte de lo que hoy es el sur de Rusia, Kazajistán occidental, este de
Ucrania, una parte importante del Cáucaso (Daguestán, Azerbaiyán,
Georgia...) y Crimea.

En el siglo IX, teniendo que elegir entre el imperio islámico y el


bizantino, su monarca decidió convertirse al judaísmo, arrastrando a su
pueblo a esa religión. Esa es la explicación de que una gran parte de los
actuales israelitas tengan ojos azules y tez blanca, pues son de raza
aria, como sus antecesores, los jázaros.

Otros trabajos sobre la tan controvertida temática revisionista de


las distintas facetas que dieron lugar a la segunda conflagración bélica
del mundo fueron; La obra rápidamente agotada del abogado Laternser:
Die andere Seite des Auschitzprozesses (La otra cara del proceso de
Auschwitz). El libro del yerno de presidente Roosevelt, el coronel Dall,
La Política de Guerra de Norteamérica, el cual ha revela, según
afirman muchos autores: por encima de toda duda, la responsabilidad
exclusiva de Roosevelt y Churchill de esta guerra y su deliberada
conspiración contra la paz. El libro del ministro de finanzas francés,
Klotz: De la guerra a la paz, en el cual describe cómo fue inventada la
historia de las manos de niños cortadas a hachazos y el provecho
obtenido de la mismo. Los escritos esclarecedores de la revista
Crapouillot que compara la propaganda de atrocidades del año 1870
con la de los años 1914 al 1918 y, finalmente, el libro clásico de
Ponsonby: La mentira en la guerra.

El libro del profesor doctor Friedrich Grimm: Politische Justiz


die Krankheit unserer Zeit (La justicia política, la enfermedad de
nuestra época) Verlag Bormer Universitäts Buchdruckerei Gebr. Scheur
GmbH, Bonn 1953.

Las obras de David Irving, El camino de la Guerra. Nuremberg,


the Last Battle, Pruebas contra el Holocausto, Apocalypse 1945 The
Destruction Of Dresde y Göering: A Biography. Irving escribió otros
libros además pero cito pero estos son los que he podido conseguir y
leer. David John Cawdell Irving, (nacido el veinticuatro de marzo del
año 1938) es un escritor negacionista británico. Según se aprecia por sus
propias declaraciones es un fan de Hitler pero sus libros me parecen
serios y aprecio que los datos que he podido corroborar al ser citados
por otros autores, algunos de ellos judíos, y hasta por publicaciones que
considero imparciales como por ejemplo Wikipedia en español, tengo
que conferirle credibilidad y justicia a cuanto he leído de su obra. Me
parece serio porque aprendió alemán y se fue a trabajar como obrero en
una fábrica de acero en Alemania para perfeccionar el idioma. Y
entrevistó y tuvo acceso a muchos documentos originales. No obstante,
tuvo sus fallos al considerar buenos otros datos que no lo eran o
personas que él entrevistó luego no asumieron la veracidad de lo que
dijeron o en todo caso Irving manipuló los datos recibidos, pero todas
estas cosas pasan cuando alguien se convierte en una figura pública.
Otra cosa que conspira contra Irving es que ¡en conjunto! lo niegue o
no, se aprecia el su discurso simpatía por Hitler, pero no me parece
razón para encarcelar a nadie, el alemán topo el mundo está de acuerdo
en que fue un líder nato y que las circunstancias le fueron favorables
durante bastante tiempo hasta que las cosas se le fueron de las manos.
Al fecha de hoy veinticinco de mayo del año 2018, Irving se haya preso
en Alemania por sus ideas.

Jan Van Helsig Las sociedades secretas y su poder en el siglo


XX, es el pseudónimo de un joven autor desconocido, según refiere el
editor quien escribe el prólogo. Esta evasión de la autoría, con todo y ser
lugar común en la literatura, en obras de esta índole introducen un matíz
que puede traducirse por miedo o por medida de seguridad para evitar
represalias de alguien que pueda sentirse ofendido por la difusión de
datos que considere debían permanecer ocultos y tal pues brinda una
atmosfera de estar de veras en un entorno de real truculencia pero igual
podría interpretarse como una forma de impunidad para decir cualquier
disparate. Ya dice un refrán que hay de todo en la viña del Señor, y
luego de los escándalos de Sokal, Bogdanov y otros, se puede esperar
cualquier cosa. De todas formas el libro me pareció interesante y ¡al
menos! muchos de lo que dice coincide con lo expuesto por otros
autores de temas afines, con datos de Wikipedia en español, etcétera.

Arthur Ponsonby, La falsedad en la guerra, La propaganda de


mentiras en la I GM, autor y libro ya citado en este trabajo. Esta obra,
muy interesante, a pesar de haber sido escrita por alguien que me
parece demasiado joven (unos veintitrés años según refiere en el
prólogo su editor) me parece muy buena. No significa que se requiera
una edad para hacer una obra seria pero están su tema obliga a leer
demasiado, incluso haber viajado o al menos conocido a muchas
personas influyentes por razones obvias personas que no son conocidas
o reconocidas ya que se trata de individuos cuya actividad se oculta.
Por otra parte publica con un pseudónimo y eso aunque puede dar la
idea de que trata de protegerse debido a lo que revela también da que
pensar que evita el chasco por tirar un farol. Después de los escándalos
Sokal y Bogdanov un tiene que dudar de cualquier cosa.

Las obras de Paul Rassinier (1906-1967) La Verdad Sobre El


Proceso Eichmann, La Operacion Vicario, La verdad sobre el proceso
Eichmann, La Mentira De Ulises, escribió muchos otros libros pero
estos son los que he podido consultar. Hay que destacar que este autor
francés miembro y combatiente de la Resistencia francesa y estuvo
confinado en campos de concentración nazis de Buchenwald y
Mittelbau-Dora. Fue escritor y redactor, activista del pacifismo,
militante comunista y posteriormente anarquista, se convirtió en un
investigador del revisionismo histórico. A su regreso a Francia en junio
del año 1945, y le fue concedida la medalla Vermilion del
reconocimiento francés y la Rosette de la Resistencia.

A pesar de que se le reconoce haber consultado poca


documentación y de haber incurrido en errores de datos o empleado
método de trabajos reprobables todo lo cual produce que sus obras
puedan sufrir de cierta ineficiencia según algunos críticos como su
biógrafo Jean Plantin, concluye colocándolo no como precursor sino
como padre del revisionismo del Holocausto.

Salvador Borrego Escalante, mexicano, falleció recientemente en


enero de este año 2018 a tres meses de cumplir ciento tres años de
edad. Publicó números libros sobre la segunda guerra mundial con
espíritu revisionista: Alemania pudo vencer, Derrota mundia...

Las obras de Joaquín Bochaca, Los crímenes de los buenos, El


enigma capitalista, La finanza y el poder, El mito de los seis millones,
etcétera.

Des Griffin es un escritor estadounidense de teorías


conspirativas contra el Nuevo Orden Mundial que resultaría de una
conspiración de banqueros judíos, masones y illuminati. Des Griffin
escribe de un punto de vista cristiano.

The Missing Dimension in World Affairs, South Pasadena,


CA, Emissary Publications, 1976.

Fourth Reich of the Rich, South Pasadena, CA, Emissary


Publications, 1976; 1979; 1981; 1992; 1994 Revised from
The Missing Dimension in World Affairs; Colton, OR,
Emissary Publications, 1995 Revised edition, 1998 and 2000.

Descent Into Slavery?, South Pasadena, CA, Emissary


Publications, 1980.

Martin Luther King: the Man Behind The Myth, Colton, OR,
Emissary Publications, 1987.

Anti-Semitism and the Babylonian Connection, Colton, OR,


Emissary Publications, 1988.

Storming the Gates of Hell, Colton, OR, Emissary


Publications, 1996.

Biblical Insights Into "God's Chosen People", Colton, OR,


Emissary Publications [n.d.].

David Hoggan, La mentira de Auschwitz.

Roger Garaudy, Los mitos fundacionales del estado de Israel.

Richard Harwood, ¿Murieron realmente 6 millones?

Norman Finkelstein, The Holocaust Industry.

Arthur. R. Butz, La fábula del holocausto

Ludwig Paulin, ¿Qué pasó en Dachau?

Edward Griffin, Secretos de la Reserva Federal

Allan R. Bosworth, America's Concentration Camps, Nueva York,


1967.

Japanese American Citizens League, The Japanese American


Incarceration: A case for Redress, San Francisco, 1978.

Dillon S.MYER, Uprooted Americans. (The Japanese Americans and


the War Relocation Authority during Worid War Two.),Tucson, 1971.

William,Petersen, The Incarceration of the Japanese-Americans, en


National Review, 8/12/1972.
Edward H. Spicer - A. T. Hansen, - K. Luomala, - M. K. Opler ,
Impounded People (Japanese Americans in the Relocation Centers), Tucson,
1969.

Jacobus Ten Broek, - E. H. Barnhart, - F. W.Matson , Prejudice, War


and the Constitution, Berkeley, 1968.

M. Weglyn, Years of Infamy (The Untold Story of America's


Concentration Camps), Nueva York, 1976.
John Fitzgerald Kennedy, El perfil del valor, del mismo ya hice
referencia en el texto.

Robinson Rojas ¡Estos mataron a Kennedy!

Carlos Whitlock Porter, norteamericano nacido en California en


una familia de oficiales navales y abogados, traductor profesional, ha
traducidos sus libros de corte revisionista de su lengua nativa el inglés
al, alemán, italiano, francés español y portugués, dos de sus títulos son,
Hecho en Rusia: El holocausto y No culpable en el proceso de
Núremberg.

Miguel Serrano, El cordón dorado . Hitlerismo esotérico.

Richard J. Evans, El Tercer Reich en el poder.

José Landowsky, Sinfonía en Rojo Mayor.

Ludwig Paulin, ¿Qué pasó en Dachau?

Llorens Borrás, Crímenes de guerra,

Walter Graziano, Hitler ganó la guerra y Nadie vio Mátrix

Harry Elmer Barnes, Blasting the Historical Blackout

Charles Callan Tansill, Back Door to War

Francis Neilson How, Diplomats Make War

Henry Ford, El Judío Internacional

Norman Gary Finkelstein (Nueva York, ocho de diciembre del


año 1953) es un autor estadounidense experto en ciencia política
especializado en asuntos relacionados con el judaísmo, Israel, el
sionismo, y el conflicto palestino israelí en particular. Graduado en la
Universidad de Binghamton, se doctoró en ciencia política por la
Universidad de Princeton. Ha escalado todas las posiciones académicas
en el Brooklyn College, Rutgers University, Hunter College, New York
University, y más recientemente, en DePaul University, en la que fue
profesor asistente desde el año 2001 hasta el 2007.
De padres judíos; su madre, Maryla Husyt Finkelstein, nació en
Polonia, y sobrevivió al guetto de Varsovia, al campo de concentración
de Majdanek y a dos campos de trabajo. El padre de Norman, Zacharias
Finkelstein, fue superviviente tanto del guetto de Varsovia como del
campo de concentración de Auschwitz. Autor del libro La industria del
Holocausto: la explotación del sufrimiento de los judíos, en el cual
denuncia que los fondos de indemnización (sesenta mil millones de
dólares entregados por el pueblo alemán hasta el año 2000) no han sido
utilizados en su mayor parte para ayudar a los supervivientes, que han
permanecido en el abandono y la indigencia, sino para fines espurios.
En una comparecencia parlamentaria de veintitrés de febrero del año
2000, el gobierno alemán expresó que alrededor del quince por ciento
del dinero entregado a la Conferencia de Solicitudes Materiales llegó
realmente a las víctimas supervivientes de los campos de concentración
o familiares de desaparecidos, torturados o asesinados durante los años
del nazismo.

Artículos de Horacio Velmont, entre otros tantos blogs que


publican temas con suficiente dignidad como para ser tenidos en cuenta
por sus agudos puntos de vista y la interpretación de ciertos hechos.

Otros autores de artículos en páginas de Internet ecnontradas en


la Biblioteca Pleyades o en Metapedia son, entre otros:

Mark Weber, Los campos de concentración norteamericanos.

Adrián Salbuchi, Auschwitz: Technique & Operation of the Gas


C h a m b e r s Or Improvised Gas Chambers & Casual Gassings at
Auschwitz & Birkenau, According to J.-C. Pressac/1989).

Robert Faurisson, La falsificación de la historia como


instrumento de dominio.

Paul Eisen, judío autor de artículos de opinión.

Horacio Velmont, entre otros artículos, La farsa del Juicio de


Nüremberg.

Ley de antidifamación En el año 1843 es fundada en Nueva York


la organización B´nai B´rith (del hebreo, Hijos del Pacto) esta
institución funda, a su vez, en el año 1913 la Liga Antidifamación,
conocida por sus siglas en ingles ADL en los Estados Unidos,
expandiéndose a diversos países llegando influir para que se legislen
leyes para sancionar cualquier forma de expresión, opinión o crítica ya
sea a la política del estado de Israel actual, a la investigación histórica
encaminada a buscar la verdad de problemas dudosos o deficientemente
explicados o en los cuales no existe suficiente consenso. Tal situación
limita la libertad de pesquisaje de datos, expresión y difusión de ideas y

muchas personas por concepto de exponer su pensamiento sobre temas
históricos están siendo condenados a privación de libertad o multados
con altas sumas de dinero.

CONCLUSIONES
En todas las épocas, y en la actualidad, numerosos países
aplican disposiciones discriminatorias, en teoría y práctica, contra
determinados sectores de su población en razón de su pertenencia a
ciertos grupos raciales, políticos o religiosos. En el año 1933 –
cuando el programa nacional-socialista empezó a ser puesto en
práctica en Alemania– en los Estados Unidos de América, donde
los judíos gozaban de la plenitud de los derechos civiles, la
población llamada de raza negra –cuyo porcentaje con respecto a la
población total, quintuplicaba el de los judíos de Alemania–
carecían de tales derechos; asimismo los indios norteamericanos,
supervivientes del mayor genocidio organizado que registra la
Historia, estaban ubicados en reservas para satisfacción de la
curiosidad turística. En Inglaterra, madre de las democracias, un
divorciado veía como una parte de sus derechos eran limitados,
hasta el extremo de que Eduardo VIII debía abdicar de la corona de
Inglaterra por haberse casado con la señora Simpson, una
divorciada. En el Dominio de la Unión Sudafricana se discriminaba
a los negros y en el Dominio de la Unión India existía una
complicada organización de castas que equiparaba a nivel los
animales, a treinta millones de personas pertenecientes a la casta
más baja llamada parias. Finalmente, un católico no podía, de
acuerdo con la constitución, ser rey ni primer ministro de tan
admirada democracia como la británica. Hoy en día podríamos
citar casos de discriminación, de hecho o de derecho, contra
sectores de población numéricamente mucho más importantes que
la comunidad judía en Alemania. El más aleccionador de todos nos
parece el caso del estado de Israel que engloba casi tres cuartos de
millón de árabes en Cisjordania y en la zona de Gaza; esos árabes
no son inmigrados recientes, como la mayor parte de los judíos
alemanes en el año 1933, sino que llevan generaciones viviendo en
Palestina, pero carecen de los más elementales derechos políticos.
Se argüirá que pueden ser elegidos e incluso miembros del
Parlamento, pero se omitirá que no pueden ostentar cargos
gubernamentales y que no tienen voz ni voto en la política del país:
un país cuya ciudadanía solo puede ser ostentada por personas cuya
madre sea judía.

No soy pro-palestino, ni tengo amigos árabes, nunca he


visitado una mezquita como tampoco una sinagoga, estoy en contra
del terrorismo aunque sea cosa que no está en mis manos evitar
pero me parece que algo no está funcionando bien en todas partes.
No condeno a los judíos por hacer lo que hacen como tampoco
condeno a los palestinos, pero tampoco los aplaudo. aquí cada cual
labra su destino.

En la actualidad, el estado de Israel, sólo otorga ciudadanía a


las personas quienes prueben ser hijos de madre judía; los
matrimonios de ciudadanos israelíes con no judíos están prohibidos
tanto por la ley civil como por la religiosa. Y los no judíos no son
autorizados a residir permanentemente en el país. Como se aprecia
la política del estado de Israel, desde el punto de vista racial, es
una reedición, corregida y aumentada de la del III Reich en sentido
contrario.

La revista Time de doce de febrero del año 1965, menciona


el caso de Rita Eitani, una judía que llegó a Palestina en el año
1947, vivió en un kibbutz, sirvió en el ejército israelí, educó a su
hijo y a su hija como judíos, y aunque no era creyente practicante,
celebró las principales fiestas del judaísmo en su casa... sin
embargo, no era lo suficiente judía para el Ministro del Interior de
Israel. A pesar de tener padre judío polaco, su madre era una
protestante alemana y, de acuerdo la Halacha (la Ley judía) sólo
aplica como judío quien tenga madre judía, o un convertido a la fe,
a condición de que su padre sea judío. De esta manera, la señora
Eitani no pudo permanecer en Israel.

Y este es el resumen: todos los estados del mundo convocan,


sugieren o exigen la democracia y la libertad, y se promulgan como
detractores de tiranías, pero todos los gobiernos del mundo limitan
derechos, violan sus propias leyes y en alguna medida maltratan a
sus pueblos o a minorías de él ya sea por temas raciales, religiosos,
económicos, políticos o por lo que sea.

Para concluir quiero hacerlo, como en el inicio, repitiendo la


idea de no estar apegado a los asuntos que pudiéramos llamar:
segunda guerra mundial como hecho histórico en sí mismo,
conducta antisemita, negacionista o pro neo-nacista o facistoide ya
dije que tomo todo esto como coyuntura para hablar de otra cosa.
Vale repetirlo porque estoy acostumbrado a que de vez en cuando
alguien me reclame: oye pero de qué vas cuando dices tal cosa en
tal o más cual texto, y tengo que decirles: vuelve a leerlo, revisa el
párrafo tal o mas cual y luego me dicen Wao verdad no me había
fijado. Lo que pasa es que uno, cuando lee, se queda como trabado
en las ideas que con las que no concuerda y sigue leyendo pero ya
no graba.

Ahora, habrá quien diga, bueno pero algún partido tiene que
tomar, debe tener alguna una preferencia y ¡claro! pero ninguna
con respecto a las señaladas la única guerra que me interesa ya la
proclamé al inicio, si la olvidó vuelva a la introducción de este
trabajo en prosa. Pero cabe preguntar por qué no toma partido por
alguna de estas: segunda guerra mundial como hecho histórico en
sí mismo, la conducta antisemita, negacionista o en apoyo y es
cuando tengo que argumentar que:

Cualquier discusión o intercambio de información con el que


se pueda llegar a tener cierto grado de simpatía con respecto a todo
lo sucedido antes durante y recientemente posterior a la segunda
guerra mundial está fuera de mis posibilidades reales de
experiencia. Las personas que pudieron revisar archivos nazis,
legajos olvidados, escondidos, diarios de la época o entrevistado
personas que vivieron tales hechos y lo hicieron escribieron libros
que les han ganado mala fama, acusaciones, procesos legales,
pérdidas de bienes y quién sabe si más, aunque esta no es la razón
de no seguirlos. La razón es que lo que dijeron no me consta, como
tampoco me consta lo que dijeron quienes ganaron la guerra; no me
consta lo que dijeron los nazis, ni los aliados como tampoco los
líderes judíos: al final todo el mundo dice lo que le conviene y
oculta lo que también le conviene. Pero digo más: si yo hubiera
estado allí tendría la impresión, información y hubiera hecho mi
propia interpretación según lo que (quienes tuvieron el poder)
manipularon. Así que, ni siquiera habiendo sido testigo presencial
de los hechos mi juicio estaría provisto de una verdad más cierta
que la que pueda tener hoy después de haber leído tantos o más
cuántos libros o visto otro tanto de películas y documentales. El
mundo exterior o sea la realidad de lo que sucede fuera de mí es
escurridiza y huidiza como un pez y creo que la mejor forma de
atraparla es simplificándola, reduciendo al mundo a tu entorno
porque la historia de la humanidad es la vida de cualquier hombre
y la verdad de todo lo que ocurrió durante la segunda guerra
mundial, como un ejemplo de cualquier otra guerra, está
ocurriendo, ahora mismo, en tu propia vida.

La causa de todas las guerras están dentro de ti y de mí, las


causas de las guerras son querer ser mejor, querer ganar, tener
razón, imponer tu criterio, ser famoso, tener más dinero que el
necesario, creer que tienes control sobre algo, creer que puedes
salvar a los otros, proponerte intentarlo, asociarte con ellos para
lograrlo. Pero no se trata de que me creas esto o cualquier otra
idea, se trata de que lo encuentres dentro de ti, de que lo veas, de
que te des cuenta. Solo puedes salvar a la persona más importante
del mundo: a ti mismo.

FIN

DATOS DEL AUTOR:

Eduardo N. Cordoví Hernández

Habana CUBA

Nacido en Ciudad de La Habana el veintinueve de octu b re del año 1950.


Graduado de constructor civil en el ITC José Martí, ceramista, pintor y escul t or
autodidacto. Ha realizado exposiciones perso n ales en instalaciones culturales del
munici p io 10 de Octubre. Ha publicado en dia r ios y revistas del país y en la revista
peruana de circulación continental Menú Journal. La Editorial Oriente publicó en el
año 1989 su libro BEBIDAS NOTABLES siendo un best-seller nacio n al según las estadísticas
de venta del Instituto Cubano del Libro publicadas en la revista BO H EMIA , obtuvo un
diploma honorífico por esa obra, de la Asociación de Reporteros y Escrito r es
Gastronómicos de América Latina y España (AREGALA) con sede en Perú. Ha
impartido conferencias de divulgación cultural en la Casa de los Escritores de la
Víbora, en el Video Club de Ave. Camilo Cienfuegos esq. a 21 en Lawton, así como en
diversas entidades religio s as y estatales. Ha escrito para programas de radio de
divulgación científico-técnica. Actual m ente (enero del año 2018) trabaja en la Editorial
Letras Cubanas del Instituto Cubano del Libro. Ha publicado dos obras en Internet por
AZUPress Digital de New York: BEBIDAS NOTABLES en una versión ampliada y su novela
CONSPIRACIÓN EN LA HABANA. Escribió algunos artículos en la sec c ión de opinión del

periódico digital El Impar c ial de N.Y. Ha publicado, con este, en Freeditorial doce de
sus libros:

l- Titule esta novela

2- Contra la persona que soy

3- Los cantares del III milenio

4- Apuntes sobre la vida de Jesús

5- Reflexiones de un filósofo de barrio

6- Enciclopedia de curiosidades

7- Conspiración en La Habana

8- Cuentos de otro mundo

9- Bebidas notables

10-La literatura como recurso para ser

11-Relato sobre una persona extraordinaria

12- LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

DISQUISICIONES SOBRE HECHOS NO DIFUNDIDOS , OCULTOS O PROHIBIDOS

(Lawton, La Habana, Cuba. Agos to del año 2018)


Notes
[←1]
Torá para el judaísmo es la ley. Ley de Moisés o mosaica; formada por el Pentateuco de Moisés,
es decir los cinco primeros libros del Antiguo Testamento de la Biblia que normalmente
conocemos, tales libros son Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
[←2]
Joven español conocido por su magnífico trabajo de divulgación científica en el canal de Yutube
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El tema es tratado exhaustivamente por los escritores norteamericanos Harry Elmer
Barnes, en Blasting the Historical Blackout y Charles Callan Tansill, en Back Door to
War y el inglés Francis Neilson, en How Diplomats Make War.
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Es de acotar que también el aviador soviético Alexei Meresiev piloteó sin piernas
durante la segunda guerra mundial, fue dado a conocer por la novela del periodista y
escritor Boris Palevoy, traducida al español como, Un hombre de verdad.
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Diario matutino de gran formato en idioma inglés británico, publicado en Londres por
Telegraph Media Group, distribuido en todo el Reino Unido e internacionalmente.

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