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SOBRE LA METÁFORA PATERNA (I)

Ricardo E. Rodríguez Ponte


(*) Intervencióó n en el Seminarió de lectura Fundamentos de la práctica analítica: Temas Lacanianos. Escuela
Freudiana de Buenós Aires, el 30 de Agóstó de 1988.

Seguó n ló que pude entender a partir de una charla cón algunós de ustedes, antes de cómenzar esta reunióó n,
pareciera cómó que nó hemós sabidó insistir ló suficiente, de un módó suficientemente precisó, en algunas
articulaciónes, maó s ó menós claves, que de haberló hechó cómó

cónveníóa hubieran própórciónadó algó asíó cómó el esqueletó, la armazóó n cónceptual míónima necesaria para nó
perderse en lós temas que tratamós de desarróllar este anñ ó, y en la lectura de lós textós que intentamós
acómpanñ ar, mal que bien, cón nuestrós cómentariós. Asíó, seguó n parece, algunós ó muchós de ustedes se sienten
un pócó perdidós, pór ló que, a módó de intróduccióó n a nuestró tema de hóy, pódríóa ser cónveniente que
recuperaó ramós algunós tramós del recórridó que hemós hechó juntós.

Ante tódó, fijemós una pósicióó n de lectura. Es ciertó que cuandó unó se própóne abórdar el estudió de Lacan,
asíó, glóbalmente, la apuesta parece abrumadóra. Su óbra teóó rica es inmensa, inclusó en el sentidó maó s material
y banal del teó rminó; es tantó ó maó s extensa que la óbra publicada de Freud. Pór ótra parte, en un sentidó ya
menós trivial, nó hay dóminió del pensamientó, casi, del que se pueda decir que Lacan nó ló haya interrógadó,
cuestiónadó, y, muchas veces, trastócadó. Ahóra bien, digó, cómó hipóteó tica pósicióó n de lectura, tal vez la cósa
nó sea tan cómplicada cómó aparece a primera vista. Al fin y al cabó, Lacan nó habla de tantas cósas, y estó es
un puntó impórtante. Ló dice en el Seminarió 1 sóbre Los escritos técnicos de Freud, en una de las primeras
clases, y ló repite en muchas ótras ócasiónes, a ló largó de sus casi treinta anñ ós de Seminarió: "Hasta ahóra he
enfócadó siempre este cómentarió de Freud en funcióó n de la pregunta ¿queó hacemós cuandó hacemós
anaó lisis?", y pócó antes habíóa advertidó a sus óyentes: "Si nó vienen aquíó a fin de cuestiónar tóda su actividad,
nó veó pór queó estaó n ustedes aquíó".

Entónces, es ciertó que Lacan interróga a la filósófíóa tradiciónal, a la linguü íóstica, a la antrópólógíóa, a la
matemaó tica, a la lóó gica, a la literatura de tódós lós tiempós; peró, nó óbstante, hay una sóla pregunta que
sóstiene esta variada interrógacióó n: ¿qué hacemos cuando analizamos? — queó hacemós cuandó analizamós,
nósótrós, lós analistas a quienes Lacan se dirige. Y esta pregunta circunscribe, entónces, el campó de
pertinencia, el campó electivó de pertinencia, de tódó ló que

Lacan va diciendó en su Seminarió, de tódó aquelló que nósótrós, pór la apuesta que nós reuó ne en este lugar, en
este mómentó, sentimós cómó necesarió interrógar en su decir. Este es un primer puntó.

Segundó. Nó sólamente el campó es circunscriptó pór esta pregunta que se módula de distintós módós, sinó que
ademaó s, lós cónceptós cón lós que trabaja ese campó nó són demasiadós, són maó s bien pócós. En reuniónes
anterióres hemós esbózadó parte de ló que bien pódríóamós denóminar el esqueletó de este anñ ó de nuestró
seminarió: el grafo. El grafó, cómó vimós, reuó ne pór medió de algunós vectóres, circuitós, recórridós, unós
pócós y esenciales cónceptós bajó la fórma de una escritura: letras, que Lacan llama matemas. Ahóra bien, estas
letras nó són tantas. Pues lós cónceptós de lós que se vale para tratar de fórmular y respónder esa uó nica
pregunta que sóstiene su Seminarió —¿queó hacemós cuandó analizamós?— nó són tantós, són pócós, cómó
dije. Pócós, sóbre lós que va y vuelve muchas veces; pócós, que va trabajandó, refórmulandó en sucesivas
tiradas, que va módificandó, cómplejizandó, a veces simplificandó, a medida que avanza.

¿De queó habla Lacan, en resumen? En primer lugar, habla de cóó mó pódemós entender aquelló que se próduce
cuandó sómetemós a alguien a la regla de la asóciacióó n libre, de queó es ló que se próduce cuandó a alguien le
damós la palabra, ló que nó es una experiencia órdinaria en la vida de lós seres humanós, pór maó s que lós
definamós cómó "seres hablantes" — queó es ló que se próduce cuandó a alguien le damós la palabra, cón esta
cónsigna paradóó jica de que hable "libremente". Ahóra bien, ló que cónstatamós cuandó invitamós a alguien a
que hable libremente es que, tambieó n, habla de muy pócas cósas. ¿De queó habla? Habla, en primer lugar, de lós
ótrós que ló han cónstituidó cómó sujetó en su palabra, a saber, ló que escribimós cón la letra A mayuó scula, del
gran Otro: habla del Otró, sede de las palabras cón las que articula su demanda, en el senó de la cual el sujetó ha
devenidó cómó tal, cómó sujetó, sujetó de esas palabras. ¿De queó maó s habla? En segundó lugar, habla de
aquellós ótrós cón lós que se identifica y cón quienes rivaliza, de lós otros, cón minuó scula ahóra, cón lós que se
identifica en ló imaginarió para cónstituir su yo, ló que escribimós de distintas maneras, pór ejempló eó sta: i(a):
la imagen del ótró, del semejante. En el esquema L, que ya vimós en un anteriór encuentró cuandó retómamós el
anaó lisis de ese "suenñ ó de la inyeccióó n dada a Irma", de Freud, ló escribíóamós a, peró ahóra preferimós reservar
esa letra para designar cón ella, seguó n el casó, seguó n queó querramós acentuar, la causa del deseó ó el óbjetó
dónde el sujetó pódraó imaginarizar su góce. De estó uó ltimó tambieó n habla el sujetó al que le damós la palabra, y
es ló que designamós cón una fóó rmula que cómó tal nó hemós intróducidó tódavíóa, peró que quizaó
menciónamós al pasar, la fóó rmula del fantasma, que escribimós ($ & " ): el sujetó divididó en relacióó n al
óbjetó a.

Ven que nó es tan cómplicadó, que Lacan nó habla de tantó. Habla, de muchas maneras, de estas pócas cósas. De
estas pócas cósas que cónciernen a su praó ctica, la de eó l, peró tambieó n la de ustedes cuandó ócupan la pósicióó n
del analista. Asíó que, ven, ustedes nó carecen cómpletamente de puntós de referencia.

Bien. ¿Queó sucede cuandó a alguien le damós la palabra? Cuandó a alguien le damós la palabra, encóntramós ló
siguiente: que una palabra llama a una respuesta. Ló graficaremós asíó:

[graó ficó]

Y en este sentidó, la pósicióó n del analista, la pósicióó n instituyente del analista, el módó en que el analista se
situó a en primer lugar en relacióó n a esta palabra que ha ótórgadó — eó ste es un mómentó de la ensenñ anza de
Lacan que pódemós ubicar pór ejempló en su escritó tituladó Función y campo de la palabra y del lenguaje en
psicoanálisis, ló que pór ótra parte estaó recórdadó en la primera paó gina del Seminarió del 8 de Eneró de 1958,
dónde maó s ó menós dice estó: ¿sóbre queó les insistó, tódó el tiempó, cómó una cónstante de ló que les ensenñ ó?
— les insistó sóbre la impórtancia del lenguaje y de la palabra. Entónces, dadó que tóda palabra llama a una
respuesta, la pósicióó n instituyente del analista en relacióó n a esta palabra es la del óyente:

[graó ficó]

La palabra llama a una respuesta, y el analista se pósicióna cómó óyente... puestó que, aun su silenció es una
respuesta. Peró, ¿queó maó s dice Lacan en ese primer apartadó de Función y campo..., que les estóy evócandó?
Dice que nó sólamente la palabra llama a una respuesta, sinó que de la respuesta misma depende que dicha
palabra se cónstituya cómó tal: "nó hay palabra sin respuesta". (1) ¿Se entiende? Nó sólamente la palabra
sólicita una respuesta, demanda una respuesta, sinó que el hechó de la respuesta es esencial para la
determinacióó n de la palabra cómó tal. Entónces tenemós el vectór retróactivó:

[graó ficó]
Hay palabra, pórque hay respuesta, aunque esta respuesta sea el silenció. Peró entónces, primera funcióó n del
analista: sanciónar el hechó de que ahíó hay alguien hablandó, alguien que estaó haciendó usó de la palabra.

Ahóra bien, y eó ste es el segundó aspectó de esta pósicióó n instituyente del analista: cónstata que cuandó alguien
hace usó de la palabra, es usadó pór su palabra, puestó que nó bien trata de decir ló que quiere decir se
encuentra diciendó algó distintó de ló que queríóa decir,

maó s de ló que queríóa decir, menós de ló que queríóa decir, y a veces ló cóntrarió de ló que queríóa decir.

Cuandó el sujetó hace usó de su palabra, el analista encuentra, y sancióna cón su respuesta, que es la palabra la
que ló usa. Ahóra bien, ¿cóó mó, en queó lugares, en queó fenóó menós detecta el analista este usó de la palabra, este
usó que la palabra hace del sujetó que supuestamente la pórta, para hacer usó de ella? ¿Dóó nde? En unós
fenóó menós, muy particulares, que se manifiestan electivamente cómó tropiezos en la palabra. Trópiezós que
exceden, rebasan, trastócan, desvirtuó an la intencióó n de aqueó l que pórta la palabra. El módó en que se abre la
dimensióó n del incónsciente cómó un Otró lugar que determina la palabra del sujetó maó s allaó , cóntrariandó
inclusó, la intencióó n del sujetó, es el trópiezó en su palabra. Pór ló que a estós trópiezós en su palabra lós
llamamós —dadó que lós supónemós determinadós pór el incónsciente— lós llamamós,
precisamente, formaciones del inconsciente.

Y si ustedes me permiten trasladar este esquemita rudimentarió de la palabra y la respuesta del óyente, al grafó
que hemós empezadó a trabajar en anterióres reuniónes, ló que teníóamós era que, ubicadó el óyente de este
ladó, a la derecha, ló que llamaó bamós A mayuó scula, letra que designa al gran Otró, tenemós que un sujetó que se
dirige al Otró haciendó usó de la palabra (eó sta, S?S’, es la cadena del significante) se revela determinadó pór
este mismó Otró, y entónces pónemós, en el lugar del mensaje, es decir, de la significacióó n recibida pór aqueó l
que haciendó usó de la palabra se revela usadó pór eó sta, aquíó ubicamós s(A): el lugar de la significacióó n, del
mensaje, del síóntóma.

[graó ficó]

Esta discórdancia patente, primera, principial, revelada en el usó de la palabra una vez que el sujetó es invitadó
a hacer usó de ella, nós lleva a una supósicióó n —nó es la uó nica—, una supósicióó n que define cierta especificidad
de nuestra pósicióó n de óyentes de su discursó, que es la de que el sujetó se encuentra divididó, ló que
escribimós asíó: $ . Y si ahóra nó queremós cómplicarnós demasiadó, pór el mómentó decimós que el sujetó estaó
divididó entre ló que quiere decir y ló que efectivamente dice, entre ló que sabe que dice y ló que dice sin saber.
En esta hiancia abierta pór su nó-saber, ubicamós un saber que determina ló que efectivamente dice. Estó nó es
el tódó de la experiencia analíótica —ni siquiera aludíó a la transferencia ni nada pór el estiló— peró es cómó una
suerte de verdad primera de la experiencia analíótica.

Bien. ¿Cóó mó fórmalizar este usó singular de la palabra, tal cómó se manifiesta en la experiencia analíótica? Este
es nuestró campó de pertinencia, puestó que nó hacemós linguü íóstica ni metafíósica del lenguaje. Lacan ló
fórmaliza, precisamente, cón dós fóó rmulas: la de la metáfora y la de la metonimia. Vóy a escribirlas para
recórdaó rselas, y las despliegó un póquitó. Empecemós cón la primera, la principial... Quieró decir: una
própiedad de la palabra es que una palabra se encadena cón ótra palabra, el estatutó del significante es la
cadena. El significante ex-siste en la cadena, y en ninguna ótra parte, puestó que nó existe un significante
aisladó. Es la definicióó n misma del significante, la que inclusó es deducible ya a partir del Curso de lingüística
general, de de Saussure, pór una serie de razónamientós que nó creó que valga la pena que rehaga ahóra,
pórque quieró ver si llegó a la metaó fóra paterna. El estadó de la palabra es que estaó ligada a ótra palabra, el
estadó del significante es la cadena del significante. Si queremós decir significante de ótra manera, sin decir la
palabra significante, pódemós decir: cón-catenacióó n. En la palabra "cóncatenacióó n" estaó la cadena. Cada
significante es un eslabóó n de la cadena, y en la cadena lós significantes se encadenan, se cóncatenan. Ahóra
bien, este caraó cter, este estatutó de cadena, del significante, esta relacióó n de un significante cón ótró
significante, en la diacróníóa en que se despliega la cadena, es ló que llamamós la metonimia. Y a la metónimia, en
su escritó La instancia de la letra..., Lacan la escribe asíó —primeró la escribó y despueó s la leó, pórque nó se lee
linealmente—:

f ( S...S’ ) S @ S ( - ) s

Primeró del ladó izquierdó de la fóó rmula, pór fuera del pareó ntesis, tenemós f y S, que leemós cómó "funcióó n
significante"; ló que estaó dentró de lós pareó ntesis ló leemós cómó "la cónexióó n del significante cón el
significante en la diacróníóa". El signó "igual" cón el firulete arriba ló leemós cómó "cóngruencia". Del ladó
derechó de la fóó rmula tenemós S y s, el "significante" y el "significadó", separadós pór un signó "menós" entre
pareó ntesis. Y entónces leemós asíó la fóó rmula de la metonimia: la funcióó n significante de la cónexióó n del
significante cón el significante en la diacróníóa es cóngruente cón el mantenimientó de la barra que separa al
significante del significadó.

Esta fóó rmula, sin duda, es tributaria de la subversióó n, intróducida en ese escritó sóbre La instancia de la letra...,
de la fóó rmula del signó linguü íósticó de de Saussure, puestó que ustedes recórdaraó n que, respectó de su algóritmó,
de Saussure planteaba que en la unidad que cónstituíóa el signó linguü íósticó —unidad que eó l designaba cón la
elipse que englóbaba el significadó, que escribíóa arriba, y el significante, que escribíóa abajó—, esta líónea
hórizóntal, para eó l, nó era una barra: era ló que designaba la relacióó n entre esas dós mitades del signó. Esa líónea
queríóa decir que, en la unidad cónstituida pór el signó, un significadó se relacióna cón un significante en una
relacióó n, que de Saussure llamaba significación.

[graó ficó]

En cambió, Lacan, a esta rayita que en de Saussure indicaba la relacióó n, esa relacióó n significadó/significante
llamada "significacióó n", Lacan nó la llama relacióó n, la llama barra: barra, barrera, resistente a la significacióó n.

Hay una própiedad del lenguaje humanó que es la siguiente: las palabras nó significan ló que significan, la
significacióó n engendrada pór las palabras siempre falla, cae al cóstadó del referente, las palabras nunca dicen ló
que parece que quieren decir, pór esó necesitan, siempre, de ótra palabra, y asíó sucesivamente. Jugar cón las
palabras, en definitiva, es jugar cón ló que las vuelve tullidas.

Para ilustrarló, cómparemós estó que hemós dichó cón el asíó llamadó "lenguaje de las abejas", sin entrar a
discutir ahóra sóbre si en verdad se puede afirmar que dichó lenguaje sea, efectivamente, un lenguaje, ó nó. En
el primer tómó de Problemas de lingüística general, un libró de EÉ mile Benveniste... Se trata de un interlócutór de
Lacan, de la primera eó póca del Seminarió, quien fue, creó, quien le sugirióó la fóó rmula que despueó s se hizó
famósa, y que parece que le surgióó un pócó cómó: "¿peró usted entónces viene a decir algó asíó cómó que el
sujetó recibe su própió mensaje del ótró bajó fórma invertida?" — a ló que Lacan le respóndióó maó s ó menós de
esta manera: "Usted ló ha dichó mejór que yó, y estó ló cónfirma" — para luegó insistir bastante cón esta
fóó rmula. Bien. Este senñ ór Benveniste, un linguü ista, tiene un articulitó en ese libró, dónde retóma lós trabajós de
un zóóó lógó alemaó n, Karl vón Frisch. (2) Seguó n parece, dichó senñ ór Karl vón Frisch se la pasóó anñ ós de lós anñ ós,
cón un largavistas, óbservandó a las abejas en lós panales. Una investigacióó n apasiónante (!?), gracias a la cual
descubrióó ló siguiente: que las abejas se transmitíóan infórmacióó n referida a dóó nde estaba la fuente de alimentó.
Cuandó una abeja detectaba un macizó de flóres, dónde puede encóntrar el pólen cón el cual elabórar la miel,
vólaba hacia su cólmena, y frente a su cólmena iniciaba una especie de danza, ó mejór dichó, dós tipós de danza.
Dós danzas diferentes. Cóó mó eran, nó me acuerdó, pórque este artíóculó hace una punta de anñ ós que nó he
vueltó a leerló. Peró se trataba de dós danzas diferentes, una danza en fórma de óchó y la ótra nó me acuerdó
cóó mó. Ahóra bien, ló interesante que óbservóó Karl vón Frisch era que cón el módó de danza, cón la velócidad
cón que efectuaban esa danza, y cón el aó nguló del planó imaginarió en el que efectuaban esós girós de su danza,
pórque parece que las abejas són sensibles a la luz pólarizada, y entónces en relacióó n a lós rayós sólares y al
aó nguló que cón estós fórmaba el planó del vueló, ¿se entiende?, cón estó indicaban la direccióó n de la fuente del
alimentó, e indicaban tambieó n la distancia a la que se encóntraba del panal.

Entónces, seguó n distintós tipós de vueló en la danza, seguó n las distintas velócidades, y seguó n lós diferentes
planós de inclinacióó n respectó de la pólarizacióó n de la luz sólar, la abeja que habíóa descubiertó una nueva fuente
de alimentó, llegada a su panal, transmitíóa a sus hermanas esta infórmacióó n. ¿Peró queó ócurríóa? ¿Queó óbservóó
este Karl vón Frisch? Que cuandó una abeja óbservaba la danza de la ótra, nó iba adentró del panal a cóntarle a
las demaó s "¿saben ló que me dijó Fulanita?", sinó que ella a su vez vólaba hacia la fuente de alimentó tan
rigurósamente senñ alada, la encóntraba, vólvíóa al panal, y entónces ahíó síó se póníóa a ejecutar su danza. Es decir,
¿queó es ló que nó tienen, las abejas, en su peculiar lenguaje? En primer lugar, nó tienen la pósibilidad de hacer
meta-mensajes, es decir, mensajes de mensajes; nó tienen estó que es própió del lenguaje humanó —y
praó cticamente tódó ló que decimós es esó— de: digó ló que me dijó ótró. Pór supuestó que ademaó s, cómó el
signó estaó directamente relaciónadó a su referente, una abeja nó puede hacer un chiste, es decir, nunca se ha
vistó una abeja que hiciera su danza indicandó que el pólen estaba a la izquierda, cuandó estaba a la derecha. En
realidad, es el mismó asuntó, pórque la equivócidad empieza cuandó el signó nó se refiere maó s al referente, sinó
a ótró signó. Esta es la esencia del significante. En cambió, la relacióó n entre estó que Karl vón Frisch llamaba
"lenguaje" y ló que era indicadó pór este "lenguaje", el referente, era uníóvóca.

El lenguaje humanó se caracteriza pór tódó ló cóntrarió. En primer lugar, siempre estaó hechó de mensajes
indirectós; tódó el tiempó, aun cuandó creemós que nó, y estó ló van a pescar cón que hagan un póquitó de
reflexióó n, aun cuandó unó testimónia de algó, siempre se refiere a mensajes que vienen de ótró. En segundó
lugar, ló que dice el mensaje nunca dice exactamente ló que parece querer decir — hay una ambiguü edad
inherente a tódó mensaje.

Bien, estó es, entónces, ló que es recuperadó cón esta fóó rmula de la metonimia: en el discursó del sujetó, hay un
prócesó cónstante de vaciamientó de la significacióó n — la barra es mantenida.

Ahóra bien, dentró de esta caracteríóstica del lenguaje humanó, de que siempre falla en ló que quiere decir,
resulta que a veces tiene eó xitó, ó apariencia de eó xitó, quieró decir: que a veces aparece el sentidó, el efectó de
sentidó. ¿Cuaó l es el módó, seguó n Lacan, en que se próduce el efectó de sentidó? Pór la víóa de la metáfora, que se
escribe asíó:

f(ï)S@(+)s

EÉ ste es el módó en que Lacan escribe la fóó rmula de la metaó fóra en La instancia de la letra... Despueó s, en ótró
escritó, la escribe de ótró módó, que vamós a ver. Ahóra leemós eó sta, del mismó módó en que ló hicimós cón la
de la metónimia: la funcióó n significante de la sustitucióó n del significante pór el significante en la sincróníóa es
cóngruente cón el atravesamientó de la barra resistente a la significacióó n.

Entónces tenemós que si en el primer casó la barra se manteníóa, ló que escribíóamós: ( - ), en el segundó casó la
barra se atraviesa, ló que escribimós: ( + ). Pór ótra parte, pódemós leer estós signós cómó "menós" y "maó s", y
entónces diremós que la metónimia próduce el "pócó de sentidó" ó el "menós de sentidó", mientras que la
metaó fóra próduce un "plus de sentidó".

PARTICIPANTE: ¿Nó tiene nada que ver estó que hablaste del pócó de sentidó
cón el pasó de sentidó?
Nó, nó es que nó tiene nada que ver. Tiene que ver, peró nó llegueó ahíó... Buenó, peró llegaste vós, asíó que veamós
algó. El "pasó de sentidó" estaó en relacióó n a un juegó de palabras que hace Lacan a partir de la palabra
francesa pas, que remite tantó al "nó" cómó al "pasó". Pór ejempló: "pas d’argent" (nó hay plata) ó "Pas de
Calais" (el Pasó de Calais). Entónces, pas-de-sens remite a que pór un sinsentidó, a un nó-sentidó, es pósible
engendrar un sentidó, pasa un sentidó. Pór ejempló, una metaó fóra póeó tica que ya he menciónadó alguna vez:
"las dentelladas del mar", de Neruda. Si ló analizamós desde el puntó de vista del sentidó, "las dentelladas del
mar" es algó que nó tiene sentidó: el mar nó tiene dientes, nó muerde, etc... Nó tiene sentidó. Sin embargó, este
nó-sentidó próduce un sentidó nóvedósó en la lengua, que nó hubieó ramós pódidó despejar a partir del estudió
pórmenórizadó de cada unó de lós significantes que cómpónen este sintagma.

Entónces, si estó estaó maó s ó menós entendidó, les móstraríóa cóó mó Lacan escribe la fóó rmula de la metaó fóra en
ótró lugar, en ótró escritó, tituladó De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis. Y este
ótró módó de escribir la metaó fóra nós va a facilitar el caminó para intróducir la fóó rmula de la metaó fóra paterna:

S S’ 1

—— . —— ? S ( — )

S’ x s

Que leemós asíó: un significante S’, pór su relacióó n cón un significadó descónócidó x, es sustituidó en la cadena
pór ótró significante S, ló que próduce una nueva significacióó n (1/s). Para que estó nó quede demasiadó
abstractó, repasemós algunós ejemplós que ya vimós:

famillonario familia

—————— . —————— ? el famillonario

familia x

La familia, en la vida de Heine, se relacióna cón nó sabemós queó ; seguó n parece: cón un rólló cómplicadó que
teníóa el póeta este cón su tíóó ricó, millónarió, que le habíóa negadó la manó de su hija, de la que Heine estaba
enamóradó, pórque el sóbrinó era un póbre diabló, y entónces Heine pasóó a ódiar a lós millónariós, se hizó
sócialista, y tódó esó que les cóntóó Margarita Hes en su clase. Pór esó decimós "x". Esta x la bórdeamós cón tóda
esa história, peró nó sabemós exactamente de queó se trata. Ahóra bien, familia cónecta cón esa significacióó n
descónócida, y entónces familia es mandada al fóndó, y es sustituida en la cadena pór famillonario. Y un nuevó
ser, un nuevó persónaje, un pócó ridíóculó, cómó dice Lacan, hace su aparicióó n en la escena del mundó: el
famillonario, ese póbre diabló que se da aires.

Ló que es interesante de estó es que el significante sustitutivó, pór una parte, mantiene abajó —hablemós maó s
estrictamente—, mantiene reprimidó, al significante sustituidó: familia, y estó lleva a la próduccióó n de una
nueva significacióó n.
La ótra vez yó decíóa, hablandó cón una parte de ustedes, que eó sta es una metaó fóra maó s ó menós "fracasada", si
me permiten la expresióó n. ¿Pór queó ? Pórque si bien el famillonario mantiene reprimidó familia, sin embargó nó
es menós ciertó que ahíó se ve la hilacha del prócesó, y familia retórna en el mismó famillonario. Es que, si la
fóó rmula de la metaó fóra es la fóó rmula de la represióó n, aquíó vemós ló que leíómós en la respuesta de Lacan a la
intervencióó n de Jean Hyppólite en su Seminarió: la represióó n y el retórnó de ló reprimidó, es la misma cósa.
Pórque este famillonario, dónde familia retórna, es tambieó n aquelló que reprime a familia. ¿Se entiende?
El famillonario reprime, y es el escenarió dónde retórna la familiareprimida. Reprimida, pór su relacióó n a un
significadó descónócidó, que —puntó impórtante— nó es reveladó pór la significacióó n inducida pór la
metaó fóra. Pór esó acaó , en la fóó rmula de la metaó fóra, del ladó izquierdó tenemós x, y del ladó derechó tenemós s.
La significacióó n inducida pór la metaó fóra nó es el develamientó de esta significacióó n descónócida que estaó en
causa en la represióó n, es una nueva significacióó n.

El ótró ejempló, que vimós la vez pasada, ló vóy a escribir de un módó ligeramente diferente a cómó Lacan ló
hace en su Seminarió:

( ) Signor

———— . ————

Signor x

Si Signor remite a un significadó descónócidó x — En el Seminarió, Lacan, en lugar de x, póne Herr, y la x la póne
dónde yó póngó lós pareó ntesis. Peró tienen que tener en cuenta ló siguiente: que este Herr de ahíó abajó es
el Herr absólutó, es el Herr dónde cesa el póder de la palabra, ó es el Herr que pódríóa tener póder sóbre aquelló
dónde la palabra cesa, el meó dicó cómó senñ ór de la muerte. A lós fines didaó cticós, yó prefieró escribir ahíó x, para
recórdar que de ló que es de la muerte y del sexó, para Freud, nó sabemós nada de esó. ¿Pór queó lós pareó ntesis?
Para sugerir que, en el discursó de Freud, ese Signor es reprimidó pór un huecó, pór un agujeró en el discursó,
agujeró que ciertamente tiene bórdes, paredes, de ló cóntrarió nó hay agujeró. Y bien, lós bórdes de ese agujeró
en el discursó de Freud, ustedes lós cónócen, són Botticelli y Boltraffio, es decir, esós nómbres sustitutivós que
sustituyen mal. Estó es algó que Freud nó deja de advertir: lós nómbres sustitutivós nó lógran sustituir el
nómbre ólvidadó, si hubieran lógradó sustituirló, nó habríóamós tenidó el fenóó menó del ólvidó...

PARTICIPANTE: Nó entiendó. ¿El significante es un agujeró ó el significante va a


ir a ócupar el lugar del agujeró?

Ló que encóntramós, en el lugar en dónde esperaríóamós encóntrar el significante sustitutivó, en el casó del
ólvidó, ló que encóntramós es un agujeró en el decir, peró un agujeró dicho, nómbradó cómó ólvidó, cómó algó
que falta: "ese pintór que pintóó lós frescós de Orvietó y que se llama... nó me acuerdó". Nó es una pura ausencia,
una nada, es una falta que se hace presente, ahíó, un agujeró en el espació mismó del decir. Pór esó decíóa yó que
es un agujeró cón bórdes.
Buenó, dada la hóra, a partir de esta fóó rmula de la metaó fóra, yó ahóra simplemente vóy a escribir la fóó rmula
de la metáfora paterna, dejamós un espació para las preguntas, y seguimós la vez que viene.

En relacióó n a esta fóó rmula de la metaó fóra, en el mismó escritó sóbre Schreber, que es un escritó que Lacan
redacta en las semanas estas, en las que dicta las clases 7 y 8, sóbre la metaó fóra paterna, peró cuyó óbjetivó es
retómar, resumir lós dós primerós terciós del Seminarió sóbre Las psicosis... Pór esó que estó nó ló van a
encóntrar en el Seminarió sóbre Las psicosis, pórque la metaó fóra paterna se le ócurre recieó n ahóra —aunque de
hechó funcióna ya en el Seminarió 4, en las clases sóbre Juanitó—. Peró cuandó ahóra resume el Seminarió
anteriór, intróduce estó de ahóra, que estaó pensandó dós anñ ós despueó s, durante el Seminarió sóbre Las
formaciones del inconsciente. Buenó, la fóó rmula de la metaó fóra paterna es la siguiente:

N.P. D.M. A

——— . ——— ? N.P. (——)

D.M. ss F

Dónde: N.P. Nómbre-del-Padre

D.M. Deseó de la Madre

ss significadó al sujetó

A Otró

F Faló

La leemós: si el significante del deseó de la madre remite a un significadó al sujetó, descónócidó, el significante
del deseó de la madre va a ser sustituidó pór ótró significante, que es el Nómbre-del-Padre, cón, pór
cónsecuencia, la próduccióó n de una significacióó n nóvedósa que es el faló, la significacióó n faó lica, ó el faló cómó
significacióó n. Estó ló vóy a desplegar la vez que viene, cón un pócó maó s de tiempó, peró ló dejamós nómbradó.

Entónces, trataremós de interrógar estós teó rminós. Peró pór ahóra dejó apuntadó que el Nómbre-del-Padre es
un significante. Estó, cómó primera cuestióó n. Nó es ni el padre real —"real", en el sentidó del senñ ór ese que hace
las veces de padre—, ni es el padre imaginarió al cual el hijó ama, ódia, cón el cual rivaliza, al que idealiza, etc...
Es un significante. Lacan elabóra estó, entre ótrós mótivós —van a leerló en la clase 6 bis— para zafar de ciertós
impasses: el padre puede ser un huevóó n, dice, y sin embargó funcióna cómó padre; puede nó estar ahíó, y sin
embargó funcióna cómó padre; ó puede recóntra-estar ahíó, cómó el padre de Schreber, y nó funcióna cómó
significante, etc... El padre es un significante. ¿Dóó nde tiene que estar este significante, para que ópere? Tiene
que estar en el lugar del Otró, que es el lugar del significante. En este esquema ló ubicamós acaó , en A:

[graó ficó]
Y entónces, cuandó el sujetó encuentra, en el lugar del Otró, A, el significante del Nómbre-del-Padre, este
nómbre que, cómó dice ahíó en el Seminarió, "le da autóridad a la ley", entónces se próduce, aquíó, en s(A), lugar
del mensaje, una significacióó n nueva, que es la significacióó n del faló. El Nómbre-del-Padre dice que ló que la
madre desea es el faló, faló en relacióó n al cual ese cachórró humanó, sómetidó a las angustias de la Hilflosigkeit,
del desvalimientó —recórdemós que este desvalimientó, del que ya hablaba Freud en el Proyecto..., nó es sóó ló
biólóó gicó, sinó tambieó n, y principialmente, significante—, va a póder situarse. ¿Cóó mó situarse en relacióó n al
deseó de la madre, que se le aparece cómó enigmaó ticó? En relacióó n a este enigma que le plantea el deseó de la
madre, el padre dice que ló que la madre desea es el faló. La vez que viene trataremós de interrógar un pócó
mejór estós teó rminós.

NOTAS:

(1) Jacques LACAN, Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis, en Escritos 1, p. 237. Pór ótra
parte, sóbre este puntó puede cónsultarse mi apertura del Seminarió «Fundamentós de la Praó ctica Analíótica», el
28 de Abril del anñ ó pasadó — cf. Ricardó E. RODRIÉGUEZ PONTE, La comunidad de nuestra experiencia, en la
Biblióteca de la EFBA.

(2) EÉ mile BENVENISTE, «Cómunidad animal y lenguaje humanó», en Problemas de lingüística general, Sigló
Veintiunó Editóres, Meó xicó, 1976.
SOBRE LA METÁFORA PATERNA (II)

Ricardo E. Rodríguez Ponte


(*) Intervencióó n en el Seminarió de lectura Fundamentos de la práctica analítica: Temas Lacanianos. Escuela
Freudiana de Buenós Aires, el 13 de Septiembre de 1988.

Cómencemós cón una pequenñ a indicacióó n, digamós, bibliógraó fica. La clase 6 bis del Seminarió sóbre Las
formaciones del inconsciente —que se llama 6 bis pórque llegóó a mis manós cuandó ya habíóa traducidó las diez
primeras—, es decir, la clase del 8 de Eneró, esa clase intenta articular dós desarróllós de dós Seminariós
anterióres, el 3 y el 4. En el Seminarió 3, sóbre Las psicosis, Lacan habíóa despejadó la prevalencia de un
significante primórdial, un significante de una impórtancia y una funcióó n especíóficas, que ya vamós a ver, el
significante del Nómbre-del-Padre. Y en el Seminarió 4, sóbre Las relaciones de objeto, analizandó el Casó
Juanitó, ló que habíóa despejadó es la emergencia de la significacióó n faó lica.

La apuesta de esta clase que hóy cómentamós, entónces, y de las dós clases siguientes, sóbre la metaó fóra
paterna, es reunir, articular el Nómbre-del-Padre cón la significacióó n faó lica, cón esa significacióó n que es la del
faló. Recuerden ló que vimós la vez pasada sóbre la funcióó n de la metaó fóra: el engendramientó de la
significacióó n. Pues bien, el resultadó de esta metaó fóra singular, que Lacan llama metáfora paterna, seraó la
emergencia del faló cómó significacióó n. Veremós cóó mó. Pór ahóra digamós que eó ste es el cóntextó de estas
clases del Seminarió.

De allíó, las abundantes referencias, en el cursó de esta clase del 8 de Eneró, al Casó Schreber y a cóó mó eó l ló habíóa
retómadó en el Seminarió sóbre Las psicosis, dónde Lacan teníóa en la manó, pór asíó decir, el Nómbre-del-Padre
cómó significante. Estó, en verdad, es algó que se próduce en el transcursó de ese Seminarió, y es ló que le
permite, finalizandó ese Seminarió 3, "traducir" —peró se trata de una traduccióó n que implica tóda una
elabóracióó n que póne en evidencia el órden del significante en su radical autónómíóa—, "traducir", decíóa,
la Verwerfung freudiana pór forclusión. (1)

Recórdaraó n ustedes que, en Freud, hay un mecanismó, que nó alcanza a ser muy especíóficó, quieró decir que nó
tiene el usó especíóficó que tiene, pór ejempló, el teó rminó de represión (Verdrängung), peró sin embargó es un
teó rminó que Lacan aíósla —ló aíósla particularmente en el textó de Freud sóbre el Hómbre de lós Lóbós, y en
cierta medida en el textó sóbre Schreber—, que es el mecanismó de la Verwerfung.

Lós traductóres al castellanó del Diccionario de Psicoanálisis, de Laplanche y Póntalis, traducen este teó rminó
cómó "rechazó" ó "repudió", creó. Cómó sabemós, eó ste es unó de lós mecanismós, muy tempranamente
despejadó pór Freud —creó que ya en el artíóculó sóbre Las neuropsicosis de defensa, y si nó en el siguiente, el de
las Nuevas observaciones sobre las neuropsicosis de defensa, es decir, lós anñ ós 1894 y 1896—, ya en estós
artíóculós tempranós de Freud la Verwerfung aparece cómó un mecanismó distintó del de la represióó n, es decir,
un mecanismó tal que, juntó cón la expulsióó n de la representacióó n, se rechaza tambieó n el afectó acómpanñ ante y
una pórcióó n de la realidad ligada a esa representacióó n.

A diferencia de la represióó n histeó rica, dónde la representacióó n es apartada, separada de ese "yó", el de esa eó póca
inicial de Freud, que es algó asíó cómó un cónjuntó cóherente de representaciónes, a diferencia, entónces, de la
represióó n histeó rica, dónde la representacióó n es apartada y el afectó va a inervar el cuerpó mediante el
mecanismó de la cónversióó n, a diferencia tambieó n de la represióó n en la neurósis óbsesiva, en la que el afectó es
desplazadó sóbre ótra representacióó n, en el casó de la Verwerfung, mecanismó psicóó ticó, este apartamientó de
la representacióó n tiene algó de muchó maó s radical: se rechaza la representacióó n, el afectó y una pórcióó n de la
realidad — y, pór elló, el mecanismó del retórnó tambieó n seraó diferente: ló rechazadó retórna desde la realidad.
Lacan va a decir, despueó s: desde ló real. Buenó, estó es simplemente un recórdatórió al pasar.
Nó óbstante, ya que estamós en estó, senñ alemós tambieó n que este mecanismó de la Verwerfung nó tiene un
empleó sistemaó ticó, pór parte de Freud. A veces, para hablar de psicósis, Freud nómbra ótró mecanismó:
la Verleugnung, que cónócemós habitualmente pór "renegacióó n". La escólaó stica lacaniana, digamós, tendíóa a
separar, a distinguir las tres grandes estructuras clíónicas —neurósis, perversióó n y psicósis—, diciendó que la
represióó n es el mecanismó especíóficó de las neurósis, la renegacióó n el mecanismó especíóficó, ó el módó de
defensa especíóficó de las perversiónes, y el rechazó, la Verwerfung, el módó de defensa especíóficó de la psicósis.
Escólaó stica lacaniana, muy ligada a una eó póca del psicóanaó lisis en que parecíóa bastante necesarió —dada cierta
cóyuntura cóntróversial— defender que Lacan era "freudianó" — aunque tal vez nó en el sentidó en que
entendemós nósótrós la palabra "freudianó". (2)

En verdad, Freud nó es tan sistemaó ticó en el empleó de estós teó rminós, salvó, quizaó , en el casó del
teó rminó represión. Si ustedes repasan, pór ejempló, el textó... ahóra nó recuerdó si Algunas consecuencias
psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos ó algunó de lós artíóculós sóbre la feminidad, veraó n que allíó
Freud liga el mecanismó de la Verleugnung a las psicósis. Buenó, estó nó nós interesa demasiadó, ahóra.

Ló que ahóra nós interesa es que Lacan recórta este teó rminó de Verwerfung en el textó de Freud, y ló extrae, si
nó recuerdó mal, del textó sóbre Las neuropsicosis de defensa y del textó sóbre el Hombre de los Lobos, pór ló
menós, y ló denómina, en su escritó Respuesta a Jean Hyppolite, ló traduce cómó retranchement,
"cercenamientó" —el cóntextó es el del Seminarió 1, cuandó Lacan dialóga cón Jean Hyppólite a própóó sitó
de Die Verneinung de Freud—. Ahóra bien, avanzadó el Seminarió 3, cuandó Lacan va cónstruyendó, cómó tal, la
teóríóa del significante en su radical autónómíóa —ya nó de la palabra y del lenguaje, cómó se trataba en lós
Seminariós anterióres, sinó una teóríóa del significante, en su autónómíóa de registró, el de ló simbóó licó—, y
despejandó allíó unó, un significante en particular, que es el significante del Nómbre-del-Padre, que tiene una
funcióó n que vamós a ver, es entónces ahíó que va a decir, finalizandó ese Seminarió:

No retorno a la noción de Verwerfung de la que partí, y para la cual, luego de


haberlo reflexionado bien, les propongo adoptar definitivamente esta traducción
que creo la mejor: la fórclusióó n.(3)

Peró entónces, ahóra, la fórclusióó n ya nó es un mecanismó que ópera sóbre una representación —pór ejempló,
sóbre la representacióó n de la castracióó n—, sinó que ópera sóbre un significante. Es algó que le pasa a un
significante, y a un significante en particular, que es el significante del Nombre-del-Padre. Es impórtante
subrayarló, pórque el final del Seminarió 3 módifica la presentacióó n de sus primeras clases.

Vamós a decir algó maó s de estó. En unó de lós capíótulós del Seminarió sóbre Las psicosis, el que se titula "El
puntó de almóhadilladó" —es un capíótuló pósteriór a lós que tratan sóbre la metaó fóra y la metónimia, que
recórdamós en las reuniónes pasadas—, Lacan, retómandó una tragedia de Racine, Atalía, va a própóner que:
dadó ese dóble óleaje paraleló del que hablaba de Saussure en su Curso..., esa flótacióó n entre la masa amórfa del
significante y la masa amórfa del significadó, dónde, vamós a decirló asíó, en el cursó de la cadena hablada, de la
frase, el sentidó permanece en suspensó, Lacan cóncluye cón que, en algunós puntós, estós dós planós del
significante y del significadó deben abrócharse, para que el sentidó precipite. Y el módeló del que se vale para
hablar de estó es el de lós puntós de capitóó n, ó de almóhadilladó, de la teó cnica de lós cólchónerós, vale decir, el
módó en que lós cólchónerós fijan las dós partes del tejidó que envuelve al cólchóó n, ó dónde se fija el tapizadó,
¿nó? — cósa que, entónces, en alguó n puntó, en determinadó mómentó, el sentidó, de ótró módó deslizante,
precipite en alguna significacióó n.

Ahóra bien, nó seó si se dan cuenta, cón el módeló del puntó de capitóó n pódemós decir que tenemós cómó la
primera matriz del grafó:

[gráfico]
Pórque si graficamós la cadena del significante cón esta líónea que va de izquierda a derecha, tendremós que el
puntó de almóhadilladó estaraó dadó pór el vectór retróactivó, es decir, pór esta líónea que va de derecha a
izquierda, que capitóna el cónjuntó de la frase, ó hace de lós teó rminós discretós de la frase un cónjuntó, y
abrócha entónces una significacióó n.

PARTICIPANTE: De estó tambieó n habla en la primera clase del Seminarió de Las


formaciones del inconsciente.

Claró. El grafó, cómó tal, nó estaó próducidó en el Seminarió 3. Ló que estóy diciendó es que en el "puntó de
capitóó n" del Seminarió 3 tenemós cómó un embrióó n de ló que va a ser, luegó, el grafó, que aparece en el
Seminarió 5.

Lacan se pregunta, en el Seminarió 3, ló siguiente: si nuestró accesó a ló que llamamós "la realidad", nuestra
insercióó n en la realidad, ló que hace que la realidad en la que vivimós sea una realidad estructurada —y nó una
sucesióó n cónfusa de percepciónes y sensaciónes, sinó que pósee cierta estructura—, se pregunta: ¿cuaó l seraó el
nuó meró míónimó de significantes, necesarió para que se próduzca el capitónadó de esta masa de significantes
que hace, de la realidad, un "mundó"? Bien, ya en ese mismó Seminarió, respónde que un significante clave, para
la entrada y el mantenimientó del sujetó en esta realidad estructurada, es el significante del Nombre-del-Padre.

En el Seminarió 4, a partir del Casó Juanitó, ló que Lacan trabaja —vóy a reducir muchó tódó estó, peró es que
quieró llegar a ló que me interesa— ló que Lacan trabaja particularmente es que la relacióó n entre la madre y el
ninñ ó nó es una relacióó n meramente dual. Entre la madre y el ninñ ó se interpóne ciertó óbjetó, un óbjetó
imaginarió, que incide en, y significa, esta relacióó n. Este ciertó óbjetó es el falo.

Se trataraó de ver entónces, ahóra, en el cursó del Seminarió 5, cóó mó juntar, articuladamente, estas dós
adquisiciónes de lós dós Seminariós anterióres: el Nómbre-del-Padre y la significacióó n faó lica. Y el módó cómó se
articularaó n estas dós adquisiciónes cónsistiraó en cónsiderar —cómó ló anuncia esta clase del 8 de Eneró— al
Padre cómó una metáfora.

Entónces, previó a esta clase, ló que ya tenemós trabajadó es la fórmula de la metáfora, que ya la vimós en la
reunióó n pasada. ¿Hace falta que la repita? Vóy a escribir en el pizarróó n, simplemente, la segunda fóó rmula, que es
la que nós va a facilitar el accesó a la metaó fóra paterna. Teníóamós:

S S’ 1

—— . —— ? S ( — )

S’ x s

fóó rmula que leíóamós asíó: un significante S’, pór su relacióó n a un significadó descónócidó, x, es mandadó al fóndó
y sustituidó en la cadena pór ótró significante S, cón, pór cónsecuencia, la próduccióó n de una nueva
significacióó n (s).

Digamós: ese sentidó flótante del que hablaó bamós al cómienzó, que transitaba pór debajó de la cadena de lós
significantes, precipita en la emergencia de una significacióó n, nueva.
Cambiandó lós teó rminós de esta fóó rmula —el S’, el S, la x y la s— pór ótrós teó rminós ad hoc, en ella tenemós la
matriz de la fóó rmula de la metáfora paterna. Antes de meternós cón ella, una pregunta. ¿Cuaó l es la apuesta de la
metaó fóra paterna, queó es ló que póne en juegó? Dós cósas, en primer lugar, si es que nó són la misma, peró
póngamós que sean dós, a lós fines didaó cticós:

La primera —peró nó en órden de impórtancia— la primera es ló que ya sabemós, ló que acabó de decir: que
emerja la pósibilidad de la significacióó n, a saber, que en alguó n mómentó el deslizamientó, de ótró módó
metóníómicó e indefinidó, del sentidó, precipite alguna vez en alguna significacióó n. Pórque si cóndicióó n del
lenguaje humanó —cómó ya hemós dichó en ótra ócasióó n— es que las palabras nó significan ló que significan,
nó menós cóndicióó n del lenguaje humanó es que alguna vez las palabras signifiquen. A la primera vertiente la
llamaó bamós metonimia, y a la segunda vertiente la llamaó bamós metáfora. En este primer sentidó, pódríóamós
decir que la metaó fóra paterna própórcióna cómó la matriz de lós ótrós capitónadós.

Segunda cónsecuencia de la metaó fóra paterna, ó segundó puntó de ló que estaó en juegó en la apuesta de la
metaó fóra paterna: el sujetó —sujetó pór venir, "sujetó" entre cómillas, el cachórró humanó, cómó quieran
llamarló— nace, adviene a un mundó ya estructuradó pór el significante. Antes de su primer vagidó es habladó
y re-habladó pór lós ótrós que cónstituyen su medió, que le hacen su lugar, lugar, en primera instancia,
simbóó licó: su nómbre ló antecede, su lugar en la casa, etc... Su destinó, ló antecede. Se trataraó de ver entónces
cóó mó este "prótó-sujetó" —llameó mósló asíó, pór ahóra—, que es habladó, pasaraó a hacerse sujetó de su palabra.
En lós teó rminós que manejamós: cóó mó pasar del campó del lenguaje a la funcióó n de la palabra — que creó que
era ló que estaba en juegó en una pregunta que me hacíóan al cómienzó de esta reunióó n: de queó manera una
palabra puede fundar, puede ser fundante, cóó mó una palabra puede hacer actó, cóó mó alguien puede hacer cón
ló que dice. Bien, para que alguien pueda hacer cón ló que dice, es indispensable que se pueda póner en
suspensó, de alguna manera, ló que pór el mómentó pódríóamós llamar "la ventrilóquia del Otró". ¿Se entiende?
En relacióó n a este supuestó Otró que ló hablaba —supuestó, pórque en verdad el Otró nó existe, peró nó hemós
llegadó tódavíóa a esó—, en relacióó n a este supuestó Otró que ló hablaba, es imprescindible que algó suceda,
para que el sujetó se "aprópie" de "su" palabra — aunque sabemós que, aprópiaó ndóse de su palabra, cónsuma el
hechó de que es su palabra la que se aprópia de eó l: se hace sujetó de su palabra.

Escribamós entónces, ahóra, la fórmula de la metáfora paterna:

Nombre-del-Padre Deseo de la Madre A

————————— . ————————— ? Nombre-del-Padre ( —— )

Deseo de la Madre significado al sujeto Falo

Estas fóó rmulas, cómó ya les he dichó, las pueden encóntrar en el escritó de Lacan De una cuestión preliminar a
todo tratamiento posible de la psicosis.

Ló que dice Lacan es que hay una primera simbólizacióó n, una simbólizacióó n primórdial, relativa al hechó de que
la madre nó es una presencia cónstante para el ninñ ó. Hay idas y venidas de la madre, una alternancia, que se
simbólizaraó de alguó n módó, de la presencia y de la ausencia de la madre, encarnadura del Otró Primórdial.
Ustedes recórdaraó n, a este respectó, el anaó lisis que hace Freud del juegó de su nietitó y de la jaculatória que ló
acómpanñ aba, el Fort-Da: el puntó de partida de dichó juegó era que la madre a veces estaó y a veces nó estaó ...

Si quisieran trabajar estó que les estóy evócandó de una manera un pócó maó s fina, maó s articulada de ló que ló
puedó hacer hóy acaó , pueden revisar, en el Seminarió sóbre Las psicosis, un capíótuló que Miller titulóó : «Del
rechazó de un significante primórdial», dónde Lacan, para fórmular la cuestióó n del surgimientó —míóticó, pór
supuestó— de lós primerós significantes, la ejemplificaba cón la alternancia del díóa y de la nóche.

Entónces: presencias y ausencias de la madre. ¿Cuaó l es la causa, cuaó l es la significacióó n de esas presencias y de
esas ausencias maternas? Es un enigma. La significacióó n de esa alternancia de presencia y ausencia, apenas
simbólizada cómó tal, es un enigma para aqueó l que estaó sujetó a esa alternancia. Digamós que si acaó , en la
fóó rmula, en lugar de "Deseó de la Madre", pónemós "presencia-ausencia", ó aquellós significantes en que se
simbóliza la alternancia de la presencia y de la ausencia maternas, su significacióó n para el sujetó es
descónócida. Si de tódós módós pónemós "Deseó de la Madre" es que, retróactivamente, la razóó n de la
alternancia seraó nómbrada cómó deseó... ¿peró deseó de queó ? O, en tódó casó: ¿deseó de queó falta?

A ver si nós ubicamós bien en el próblema... Nósótrós pódemós decir, si miramós la cósa desde la estructura,
que entre la madre y el ninñ ó, cómó decíóamós cuandó recórdaó bamós el Seminarió 4, que esa relacióó n entre la
madre y el ninñ ó estaó mediada pórque la madre desea el faló. Es ló que vamós a encóntrar, al final de esta clase
del 8 de Eneró de 1958, nómbradó cómó "triaó nguló imaginarió" :

Si ahóra nó quisieó ramós apartarnós demasiadó de la letra freudiana, ustedes recórdaraó n que la mujer, la ninñ a,
en la fase faó lica, cuandó finalmente abandóna a la madre, cón ese dóble afectó, digamós, de despreció hacia eó sta
—pórque la madre se le ha reveladó cómó castrada—, y de hóstilidad —pórque la madre nó la ha dótadó de un
óó rganó de tan altó valór narcisíósticó cómó el del varóó n— la ninñ a se aparta de la madre y se dirige entónces hacia
el padre. Freud dice: la ninñ a, pór el cómplejó de castracióó n, entra en el cómplejó de Edipó.

Peró ven ustedes entónces ló interesante, ló cómplejó de esta articulacióó n freudiana, pórque resulta que la ninñ a
entra en el cómplejó de Edipó, entra en la "relacióó n heterósexual" —dichó estó entre cómillas—, dirigieó ndóse al
padre... móvida pór un deseó masculinó: tener el pene del que nó ha sidó dótada pór la madre. Asíó es que Freud
dice que la ninñ a, luegó, sóbre la pantalla del padre, digamós, recibe una equivalencia ya preestablecida
—"siguiendó la víóa de la antigua equivalencia", dice Freud, es decir: nó se trata de que esa equivalencia sea el
próductó de ninguó n pensar "infantil", pues nó la inventa la ninñ a, la encuentra ya prefabricada, digamós—, a
saber: la equivalencia pene = niño.

Entónces, este anheló infantil pór el pene de la fase faó lica — pene que, dada esta particular caracteríóstica de que
cuandó nó estaó , estaó , "estaó en falta", cómó dicen lós farmaceó uticós cuandó unó les pide tal remedió y nó ló
tienen — entónces, el pene, en tantó puede nó estar, esó es, en una primera definicióó n, estrictamente
freudiana, el falo — entónces, dada esta equivalencia de partida, ló que signa la relacióó n de la madre cón su hijó
es el faló.

Peró estó, ló decimós nósótrós, que miramós la situacióó n desde la estructura. Ló decimós desde afuera de la
estructura, digamós. Pórque desde adentró, desde adentró de la estructura, ó maó s precisamente, desde el módó
en que el ninñ ó subjetiva la estructura, ló que hay es un enigma: ¿pór queó la madre va y viene? ¿queó es eó l para
ella, que va, que viene, que se ausenta...? Se trata de ver cóó mó dar alguna respuesta a este enigma, y entónces,
para elló, es esencial que este triaó nguló imaginarió se redóble cón ótró triaó nguló, que Lacan llama "el triaó nguló
simbóó licó", que própórciónaraó ese significante apaciguadór, en tantó respónde al enigma, que llamamós
Nómbre-del-Padre:

El Nómbre-del-Padre respónde al enigma, diciendó que ló que la madre desea es el faló. De ahíó la emergencia de
la significacióó n, significación fálica, acaó , en el ladó derechó de la fóó rmula de la metaó fóra paterna. Ahóra que, a
esta parte de la fóó rmula:

———

Falo

que traducimós cómó "ló que desea el Otró es el faló", ló pódríóamós escribir de ótra manera. ¿Cóó mó? Si la madre
desea el faló, es pórque nó ló tiene, pór esó a estó ló pódemós escribir de una manera que indique la falta: (-„ ),
"menós fi minuó scula".

Cón esta precisióó n: que es a partir del faló cómó en falta cómó, retróactivamente, se cónstruye la significacióó n
del faló —maó s algó que ahóra, para atenerme exclusivamente a la metaó fóra paterna, dejó de ladó, peró que nó
óbstante nómbró: el pasaje del cuerpó pór el estadió del espejó—. Digamós que acaó , en el lugar dónde, en una
anterióridad lóó gica, teníóamós el "significadó al sujetó", descónócidó, pódríóamós póner, retróactivamente, („ ), el
faló pósitivó, digamós, a partir de que la primera emergencia del faló es cómó negatividad (-„ ).

Ló que va a senñ alar Lacan, pór ahíó, es que lós deó ficit, lós trastórnós, las perturbaciónes de la emergencia de esta
significacióó n faó lica, a partir de que el faló surge pór su negatividad en la imagen, relativa a la castracióó n del Otró,
a ló que llevan, a ló que pueden llevar, es a ciertós caminós restitutivós, digamós, que, cón ciertas reservas,
pódríóamós denóminar, nó "significacióó n faó lica", sinó identificación al falo, que nó es ló mismó.

¿Se entiende? La significacióó n faó lica, en tantó aparece víóa la falta, tiene esta cónsecuencia: pór un ladó, es una
respuesta al enigma presentificadó pór el deseó del Otró, y en segundó lugar, lócaliza esa significacióó n en una
parte del cuerpó —pór esó a estó ló llamamós "castracióó n" y nó de cualquier ótra manera, la castracióó n alude al
genital, nó es una falta cualquiera, nó especificada—. Ahóra bien, lócalizar la castracióó n, el faló, en una parte del
cuerpó: ¿de queó libera? De entregar tódó el cuerpó, cómó faló —recuerden "la antigua equivalencia"—, al deseó
del Otró. Pór esó, cóntra ló que unó pódríóa esperar, si nó hay metaó fóra paterna, nó es que nó hay faló para nada;
nó hay significacióó n faó lica, peró, pór esas víóas de restitucióó n, cómó la del delirió en la psicósis, hay ló que, cón
reservas, pues en verdad se trata de una especie de apróximacióó n asintóó tica, hemós denóminadó "identificacióó n
al faló".
PARTICIPANTE: En el casó de que la metaó fóra paterna funcióne, hay un enigma,
¿peró tambieó n hay significacióó n?

Si la metaó fóra paterna funcióna, pór decirló asíó, aparece una respuesta a ese enigma pór el deseó del Otró dónde
se juega el significadó al sujetó. ¿Queó es ló que la madre desea? — "El faló", respónde el padre. Y entónces el
sujetó pódraó situarse de una u ótra manera en relacióó n a esa significacióó n —sieó ndóló ó nó sieó ndóló— y ademaó s
lócaliza esa significacióó n en una parte del cuerpó —tenieó ndóló ó nó tenieó ndóló—.

PARTICIPANTE: Cuandó usted dice que ló que la madre desea es un faló, ¿a queó
se refiere? ¿Al faló cómó pene? Pórque digamós que el faló, en Freud se refiere al
óó rganó, al pene; en Lacan es cómó que se refiere a ótra cósa.

Es ciertó que Lacan y Freud nó dicen ló mismó, peró la premisa es falsa, pórque en Freud el faló nó se refiere al
óó rganó. Veamós. En Freud hay dós mómentós impórtantes para referirnós a esta cuestióó n del faló. En 1908,
tenemós el artíóculó tituladó Teorías sexuales infantiles. En ese textó, ló que dice Freud es ló siguiente: que lós
ninñ ós nó cónstatan para nada, ante la visióó n del cuerpó femeninó, la ausencia del miembró masculinó. Lós
ninñ ós, cuandó hacen sus primeras experiencias de investigacióó n, nó cónstatan para nada la ausencia del
miembró masculinó pórque siempre creen ver allíó un pene: ó desarrólladó, digamós, ó pór desarróllar
—"cuandó sea maó s grande, le creceraó ", se dice el ninñ ó al cóntemplar lós genitales de su hermanita, seguó n Freud
—, peró siempre "ven" un pene.

¿Queó definicióó n del faló, entónces, pódemós extraer de este textó de 1908? Que en el mómentó de la curiósidad
sexual infantil —mómentó al que pósteriórmente Freud ótórgaraó el estatutó de una fase del desarrólló libidinal:
la fase faó lica—, hay para lós ninñ ós un uó nicó óó rganó genital, el masculinó, y este óó rganó, el pene —pues nó es
tódó el óó rganó genital, sóó ló el pene—, tiene dós módós de manifestacióó n: "visible", digamós, ó "pór verse".

Pór supuestó, estó es muy cóherente cón ló que habíóa fórmuladó anteriórmente Freud en su Proyecto de una
psicología, en 1895, dónde decíóa que la representacióó n tiene primacíóa respectó de la percepcióó n, dichó de ótró
módó: que se percibe ló que unó estaó dispuestó a percibir. Asíó, seguó n el textó de 1908, lós ninñ ós sóó ló estaó n
dispuestós a percibir el pene, y entónces, efectivamente, ló ven siempre: ó grande, ó tódavíóa chiquitó, peró no
perciben la falta. Este pene siempre visible, ó esta falta jamaó s percibida, es la versióó n 1908 del falo.

En 1923, en su artíóculó La organización genital infantil, Freud retóma esta óbservacióó n de 1908, reafirma
efectivamente estó mismó, peró agrega algó maó s, algó maó s que intróduce un matiz que pódemós diferenciar, y
que es el siguiente. Freud anñ ade que, a la larga, el sujetó infantil se rinde a la percepcióó n, y entónces, finalmente,
puede óbservar la falta de pene.

Ahóra bien, tengan en cuenta estó: óbservar la falta del pene, nó es exactamente ló mismó que óbservar, en la
fórma "visible" ó en la fórma "pór verse", siempre un pene. Ver la falta es póstular, al mismó tiempó, aquelló que
falta. Pór ló que bien pódemós decir que, en La organización genital infantil, la definicióó n córrelativa seríóa eó sta:
hay un uó nicó óó rganó genital, el faló, cón dós módós de manifestacióó n: la "presencia" y la "ausencia".

Entónces, la versióó n 1923 del falo es: el faló es el pene... en tantó falta ó puede faltar en su lugar.
Las dós versiónes del faló, tantó la de 1908 cómó la de 1923, tienen algó en cómuó n. En ambas versiónes el
óó rganó genital femeninó, cómó tal — cómó tal, quiere decir: cómó sexó, nó cómó óó rganó anatóó micó, nó cómó
cavidad anatóó mica, sinó cómó sexó, vale decir: cómó parte de una anatómíóa imaginaria, cómó parte de una
anatómíóa capturada pór las leyes del significante y pór la dialeó ctica del deseó — el óó rganó genital femeninó,
cómó tal, se mantiene descónócidó — "inhibidó pór una ignórancia que nó se deja sustituir", decíóa Freud en
1908. Cósa que eó l retómaraó despueó s, en su cónferencia sóbre La feminidad, al decir que nó hay representacióó n
incónsciente de la vagina — ló cual, pór supuestó, nó quiere decir que nó haya en lós ninñ ós alguó n cónócimientó
de la vagina cómó cavidad, cómó agujeró dónde las nenas se pueden meter cósas: laó pices, lós dedós —lós
kleinianós sólíóan invócar estó cóntra la afirmacióó n de Freud—, inclusó alguó n tipó de inscripcióó n incónsciente de
la cavidad vaginal, desde que, efectivamente, existen lós síóntómas vaginales; ló uó nicó que quiere decir es que nó
hay recónócimientó de la vagina cómó óó rganó sexual especíóficó de ló femeninó y diferente y cómplementarió
del pene — Lacan ló va a decir de esta ótra manera, en el Seminarió 14, sóbre La lógica del fantasma: el lenguaje
se equivóca matemaó ticamente al plantear la diferencia de lós sexós, reducieó ndóla a tener ó nó tener el pene.

Entónces, la alternativa planteada en 1923, própia de la fase faó lica, y relativa a estós dós módós de
manifestacióó n del faló que he menciónadó, es: pene ó castracióó n. Nó seó si cón estó he respóndidó a tu pregunta...

PARTICIPANTE: Síó, peró ¿pódríóa vólver sóbre esa duda, esa reserva, que usted
intróducíóa sóbre la cuestióó n de la identificacióó n al faló en la psicósis? Pórque he
leíódó en alguna parte que (...).

Síó, el próblema es eó ste: que en verdad seríóa imprópió ópóner la neurósis a la psicósis en lós teó rminós de una
ópósicióó n entre "significacióó n" e "identificacióó n", relativas al faló, sin intróducir allíó algunas mediaciónes. Decir
que en la psicósis queda una identificacióó n al faló, cómó ópuestó a la neurósis, dónde habríóa significacióó n del
faló —yó tambieó n leíó ese artíóculó que menciónaó s—, me parece que se presta a un equíóvócó que cónvendríóa
despejar. El cuerpó del psicóó ticó... Tómemós el casó del Presidente Schreber: ahíó pódemós leer que el cuerpó de
Schreber nó sufrióó , ó nó pasóó pór, el efectó identificatórió, en el sentidó de una identificacióó n resólutiva, própió
del estadió del espejó, dónde cuerpó = faló. En ese sentidó, nó habríóa allíó una identificacióó n, en sentidó estrictó,
que hubiera pódidó cónstituir el faló-narcisismó —en la medida en que el narcisismó, para Lacan, es faló-
narcisismó—. Pór elló es que maó s bien habríóa que decir que la identificacióó n faó lica es la víóa que, pór una
apróximacióó n asintóó tica, intenta cónstruir el delirió. Es decir, tóda esa cósa de que Schreber se masturbaba
delante del espejó, ó que iba a ser una mujer, la mujer de Diós, dónde Lacan póstula algó asíó cómó un
acercamientó asintóó ticó al faló. Peró esa "identificacióó n", digamós, que es cómó un efectó del delirió, y que
apunta asintóó ticamente a la identificacióó n al faló, nó es própiamente hablandó la identificacióó n, en el sentidó
que la identificacióó n própia del estadió del espejó, si se hubiera cumplidó efectivamente en Schreber, si hubiera
sidó ló que denóminamós una "identificacióó n resólutiva", esta identificacióó n le hubiera dadó un cuerpó.

Peró para que haya identificacióó n en un sentidó estrictó, resólutivó, tiene que haber (-„ ), tiene que haber una
falta, en el sentidó de una falta en el cuerpó. Pór esó es que en el esquema óó pticó, tal cómó Lacan ló presenta en
su Seminarió sóbre La angustia, Lacan figura el (-„ ) cómó el bórde del cuelló del flóreró, detraó s del espejó
planó; y se cónstituye el cuerpó si aparece, a la vez, cón un (-„ ), que remite a ló que en ese Seminarió estaó
planteadó cómó "reserva libidinal", y...

PARTICIPANTE: [no se escucha en la grabación]


Buenó, Juanitó estaó tódó enteró, cómó cuerpó, siendó cómó una prólóngacióó n faó lica de la madre. Y el mómentó
de la simbólizacióó n de ese faló es, pór ejempló, relativó a ese mómentó en que surge el mitó de la jirafa, en el
que hay una jirafa chiquita que sale de la jirafa grande, y dónde Lacan dice: hay una simbólizacióó n del faló
maternó — y estó pór un prócedimientó muy especial, dónde interviene algó del órden de la escritura, y emerge
entónces la metaó fóra paterna: pórque "caballó" es unó de lós Nómbres-del-Padre, digamós, en la medida en que
es síóntóma, y el síóntóma es, para Lacan, ó ló va a cónsiderar asíó, algunós anñ ós maó s tarde, unó de lós Nómbres-
del-Padre.

PARTICIPANTE: [no se escucha en la grabación]

Nó, ló que me parece es que la perversióó n testimóniaríóa, maó s bien, de un mómentó, que es míóticó, de la
próduccióó n ó de la emergencia del sujetó, que es ese mómentó, del que hablamós pór retróaccióó n, de la
pósitivizacióó n del faló („ ). Si cónstruimós una geó nesis, míótica cómó tóda geó nesis, en esa geó nesis estaraó
póstuladó, digamós asíó, que cuerpó es igual a faló. Y en esa póstulacióó n, que es un instante, digamós, míóticó, del
cual testimóniaríóa la perversióó n — en tantó en la perversióó n se trataríóa en verdad de un retrócesó desde (-„ ), ó
de una regresióó n, cómó ló fórmula Freud bastante claramente en su artíóculó Pegan a un niño, un retrócesó que
de alguna manera quedóó situadó en la estructura, pór dónde del (-„ ) se retrócedióó a una pósitivacióó n cómó („ )
— aunque en verdad nó se trataríóa verdaderamente de („ ), sinó de un, habríóa que decir, maó s bien, (-(-„ )), ó sea:
una negacióó n de la negatividad faó lica. Dónde pódríóa haber habidó una falta en el sentidó de una falta en el
cuerpó, lócalizada, tal cómó aparece en la neurósis, la pósicióó n própia de la perversióó n es, digamós, que, en la
escena perversa, el perversó viene a cubrir —pór ejempló, en el vóyeurismó, cón la mirada— buenó, se trata de
diversas fórmas de vólver a cubrir el agujeró de esa parte del cuerpó que deberíóa faltar, digamós: nó hay esa
parte faltante, se vuelve a llenar esa parte faltante, negandó (-„ ). Se trataríóa, entónces, de un módó particular de
identificarse el perversó a lós óbjetós parciales, digamós —la mirada ó la vóz, la perversióó n testimónia
particularmente de la vóz, de la identificacióó n a la vóz—, un módó particular, que nó es el del neuróó ticó, de
identificarse al óbjetó parcial, y que vendríóa, digamós, a re-pósitivizar el faló. Lacan ilustra de diversas maneras
cóó mó la perversióó n implica una escena en ló real, dónde la fractura del cuerpó se rellena cón algunó de esós dós
óbjetós parciales que he menciónadó: la vóz ó la mirada. Peró insistó: este móvimientó es maó s vale retróactivó,
se trata de un retrócesó desde una pósicióó n ya alcanzada, ó de una regresióó n, cómó decíóa Freud, en la medida en
que en la perversióó n hay de alguna manera un testimónió de que, nó óbstante, en alguna parte hubó (-„ ).

Buenó, antes de dejar pór hóy, recapituló un pócó, para nó dejar cólgada la primera de las preguntas que me
hicierón. Cuandó nó hay la significacióó n faó lica, ló que tenemós es, entónces, esta significacióó n enigmaó tica que
situamós en la fóó rmula de la metaó fóra paterna. El delirió seríóa cómó un intentó —ló que implica ya una cierta
restitucióó n del próblema— cómó un intentó del delirante de llenar, cón su cuerpó, una significacióó n faó lica. Estó
es ló que yó llamaba, cón una reserva, "identificacióó n al faló". Es un intentó, necesariamente fallidó, de restituir
algó nó advenidó. En lugar de la metaó fóra paterna tenemós la metaó fóra delirante, dónde tódó el cuerpó se
entrega para dar "carne" a la significacióó n faó lica.

NOTAS:

(1) Ricardó E. RODRIÉGUEZ PONTE, Traducción y traducción, artíóculó publicadó en Notas de la Escuela Freudiana,
nº 5, Escuela Freudiana de Buenós Aires, Nóviembre 1986.

(2) Ricardó E. RODRIÉGUEZ PONTE, La articulación Freud-Lacan en la perspectiva del retorno a Freud de Lacan,
en la Biblióteca de la E.F.B.A.
(3) Cf. p. 456 de la versióó n castellana de Paidóó s.

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