Вы находитесь на странице: 1из 5

Avitaminosis por vitaminas hidrosolubles y liposolubles.

Avitaminosis, por definición, es la total ausencia de vitaminas en una persona. El término


más correcto para emplear es hipovitaminosis, que expresa mejor la idea de que se produce
un déficit o carencia parcial en la cantidad de una vitamina o un grupo de ellas en el
organismo. Sin embargo, muchas veces, y de modo coloquial, el término avitaminosis se
emplea en el sentido de carencia parcial.

Las vitaminas son nutrientes necesarios para el organismo, habitualmente en cantidades muy
pequeñas. Sin embargo, si no se consume una dieta variada que contenga todos los grupos de
alimentos, es relativamente fácil no llegar a cubrir las recomendaciones mínimas diarias. De
hecho, excepto un par de casos, la inmensa mayoría de las vitaminas son esenciales, lo que
significa que, además de necesarias, el hombre debe tomarlas u obtenerlas obligatoriamente
del exterior, porque su organismo no es capaz de fabricarlas. Teniendo en cuenta este dato,
la importancia de la dieta en este desarreglo cobra todavía mayor relevancia.

Las vitaminas se dividen en dos grupos. Los liposolubles que son las vitaminas A, D, E,K y
las hidrosolubles que son el complejo B y vitamina C.
Avitaminosis de las vitaminas hidrosolubles ( complicaciones)
Ácido ascórbico o vitamina C: puede provocar alteraciones bucales, cambios
dermatológicos y del cabello, y aumento de fracturas. El escorbuto es el síndrome que
aparece tras un déficit de esta vitamina.
Tiamina o Vitamina B1: sus manifestaciones son variadas incluyen trastornos neurológicos,
cardiovasculares y psiquiátricos. El beriberi y el síndrome de Wernicke-Korsakoff son
cuadros clínicos que aparecen por la deficiencia de tiamina.
Riboflavina o vitamina B2: su bajo aporte desencadena alteraciones en las mucosas,
especialmente boca y ojos. Inflamación de la lengua, sequedad ocular o lagrimeo persistente.
Niacina o vitamina B3: conlleva síntomas como alteraciones gastrointestinales,
dermatológicas y demencia. Puede aparecer una enfermedad llamada pelagra.
Ácido pantoténico o vitamina B5: puede producir alteraciones dermatológicas, digestivas
y neurológicas.
Piridoxina o vitamina B6: su déficit puede provocar anemia, y problemas neurológicos,
nerviosos y digestivos.
Ácido fólico o vitamina B9: puede producir anemia megaloblástica y es fundamental para
la maduración del feto.
Biotina o vitamina B8: pueden aparecer crisis convulsivas, alopecia, dermatitis y retardo en
el desarrollo psicomotor.
Cobalamina o vitamina B12: puede provocar anemia perniciosa, problemas
neuromusculares o sanguíneos
avitaminosis de vitaminas liposolubles
Vitamina A: tiene un papel muy importante en la visión, lo que provoca la ceguera nocturna.
También daña el sistema inmunitario.
Vitamina D: es de las carencias más frecuentes. Importante para la salud ósea y reducir el
riesgo de fracturas.
Vitamina K: su deficiencia produce la enfermedad hemorrágica del recién nacido y
hemorragias en adultos.
Vitamina E: los principales síntomas son anemia hemolítica y déficits neurológicos.

Etiología
El déficit vitamínico puede deberse a falta de ingesta, mala absorción intestinal, mala
utilización metabólica o aumento de demandas. Solo unas pocas, liposolubles, pueden
provocar patología por exceso (hipervitaminosis).

 La falta de ingesta se origina por carencia de recursos (hambrunas del Tercer Mundo,
poca ingesta proteica por pobreza), dietas inadecuadas (adelgazamiento incontrolado,
vegetarianismo mal planteado, caprichos y errores alimentarios psicológicos o
psiquiátricos, anorexia nerviosa) o falta de alimentos frescos (escorbuto de los
navegantes).
 La mala absorción puede ser localizada (como ocurre en los casos en los que hay un
déficit selectivo en el íleon terminal) o generalizada (como en la colitis ulcerosa, la
enfermedad de Crohn, el alcoholismo, la malabsorción de los ancianos, la gastritis
crónica y las neoplasias intestinales).
 La mala utilización metabólica suele deberse a efectos secundarios de fármacos
(habitualmente los antineoplásicos antifólicos).
 El aumento de demanda es típico durante la gestación y la lactancia.
causas más comunes de avitaminosis o hipovitaminosis se encuentran:
 Una dieta desequilibrada y con severas restricciones, que impide el aporte de estos
micronutrientes en las cantidades recomendadas, es el origen de este trastorno. Puede
deberse a circunstancias externas, como la ausencia de oferta de alimentos en el caso
de hambrunas, sequías, conflictos bélicos o desplazamientos de refugiados. Pero
también se origina debido a limitaciones autoimpuestas: dietas muy estrictas sin
control profesional, eliminación de grupos de alimentos básicos para la salud, hábitos
dietéticos inadecuados y mantenidos en el tiempo, etcétera.
 Un aumento en las necesidades nutricionales debido, por ejemplo, a un embarazo, un
periodo de lactancia, una rápida etapa de desarrollo, o una temporada de actividad
física intensa, puede ocasionar que, a pesar de comer de manera más o menos similar,
se produzca alguna deficiencia, ya que ahora se necesita más contenido vitamínico.
 Un incremento en las pérdidas de la absorción de las vitaminas se puede convertir en
un problema si se mantiene en el tiempo. Es el caso de patologías que cursan
con diarreas crónicas, donde el contenido de la dieta tiene mucha dificultad para
atravesar la membrana del intestino y pasar a la sangre, ya que el torrente que supone
la descomposición hace que se pierdan muchos nutrientes en las heces. Ejemplos de
este problema son: la enfermedad celiaca sin diagnóstico ni tratamiento,
las enfermedades inflamatorias intestinales, resecciones gástricas o
intestinales, intolerancias alimentarias, etcétera.
 La toma a largo de plazo de algunos fármacos que pueden unirse a alguna vitamina y
que la inactivan. Interacciones entre fármacos y nutrientes que deben ser tenidas en
cuenta para suplementar las dietas cuando sea necesario.
 El hábito del tabaquismo destruye parte de la vitamina C ingerida por una persona
fumadora. De ahí que, si no aumenta la ingesta de vitamina C, puede tener un déficit
en la misma.
Tratamiento para la avitaminosis.
El primer paso para comenzar el tratamiento de la avitaminosis o la hipovitaminosis es el
estudio y evaluación de la dieta del paciente, con el objetivo de conocer las causas que están
provocando que sufra un déficit de vitaminas, y solventar los posibles errores que está
cometiendo mediante una educación nutricional seria y rigurosa.
Es muy importante inculcar en la población, desde la infancia, el hábito de incluir en su dieta
diaria alimentos de todos los grupos que figuran en la Pirámide de la Alimentación Saludable,
sin excepción, en las cantidades y frecuencias recomendadas, y combatir falsos mitos en
alimentación y peligrosas ideas que ponen en riesgo la salud de quien los sigue.
Asimismo, conviene evaluar y eliminar todas las posibles causas orgánicas que podrían estar
detrás de una incorrecta absorción de nutrientes, mediante un estudio digestivo y un análisis
de los medicamentos que toma esa persona, que podrían estar interaccionando con los
nutrientes, o dificultar que el organismo los absorba. Ciertas patologías, por ejemplo, las que
cursan con diarrea, pueden provocar la pérdida de vitaminas, y un tratamiento adecuado de
las mismas puede prevenir la avitaminosis.

La suplementación vitamínica puede ser un buen recurso para superar los momentos más
bajos de la carencia e intentar poner al día los niveles, pero contando siempre con el consejo
profesional, y siendo conscientes de que el exceso de la mayor parte de las vitaminas no se
acumula en el organismo, por lo que es inútil hacer un tratamiento con mega-dosis durante
un espacio de tiempo, si luego no se lleva una dieta equilibrada, saludable, completa y
variada.
Universidad del occidente
UDO-ESTELI.

Carrera de Química y farmacia.


Tutoría de prácticas comunitarias VII

Avitaminosis por vitaminas hidrosolubles y


liposolubles.

Docente: Lic. Masiel García.


Elaborado por: Tiffany Akleina Pozo Orozco.
Fecha: 08/010/2019

Вам также может понравиться