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PÁGINA UNO

«¿Quién es este?»
Jornada de apertura de curso de los adultos y los estudiantes universitarios de Comunión y Liberación
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Suplemento a la revista Huellas – Litterae Communionis, n. 9, octubre 2019


PÁGINA UNO octubre 2019

«¿Quién es este?»
Jornada de apertura de curso de los adultos y los estudiantes universitarios
de Comunión y Liberación
Mediolanum Forum, Assago (Milán), 28 de septiembre de 2019

Julián Carrón que cada uno hace de la vida. El mismo profesor Galim-
Pidamos al Espíritu Santo esa pobreza de corazón berti es consciente de ello, y por eso ante la pregunta:
que nos hace estar disponibles para dejarnos aferrar «¿Cuál es el sentido de la existencia?», responde: «Ten-
por Cristo. go que buscarlo en la ética del límite, lo que los griegos
µµ»’¼µ±ÜÒ×»š¯šǤĮšܼÁÌܝšåÎ¯õ“ÎÒ¯
Desciende, Santo Espíritu su respuesta es capaz de colmar el «vacío de sentido»
y de hacer frente al nihilismo que él mismo denuncia.
2 Ante la pregunta: «¿Cuál es la angustia más frecuente No sé si esta respuesta satisfaría a un autor como
­Á일šǞĵǤįµõµÂÒÁ¨ÁìÌÒ¯“Á¼µ¯Ò×f»’Î×Á+µ¯»- Houellebecq, que escribe en una carta pública a
berti respondía recientemente en una entrevista: «La Bernard-Henry Levy: «Tuve cada vez más a menu-
producida por el nihilismo». Los jóvenes no están bien, do –me es penoso confesarlo– el deseo de ser ama-
켯үÍܯÎ¼×¯¼š¼ÌÁÎÍܞĮ>Ò¨µ×µõ¼µ¯ššĮ šÁĮf¼ÌÁ“ÁšΝøµë¯Â¼»“Á¼å¼“Ǟ“šåñįÌÁÎ
Para ellos, el futuro ha pasado de ser una promesa a supuesto, de que este sueño era absurdo; la vida es
convertirse en una amenaza». Y añadía enseguida: «En µ¯»¯×šìµ̝Κ¼¯»ÌÁÒ¯’µĮVÎÁµΝøµë¯Â¼Î
1979, cuando empecé a trabajar como psicoanalista, los inútil, el deseo persistía; y debo confesar que persis-
problemas tenían un trasfondo emocional, sentimen- te hasta la fecha» (F. Sinisi, «Michel Houellebecq. “La
tal y sexual. Ahora tienen que ver con el vacío de sen- vida es rara”, Huellas, n. 6/2019, p. 47). Houellebecq,
ׯšÁǤŁfĮ+µ¯»’ÎׯįņžĂĉ¼¼¯å¯š“Òĭ“¯åÜÁµܼ al igual que Galimberti, percibe el límite de la vida,
servizio civile di 12 mesi», entrevista de S. Lorenzetto, pero esto no elimina en él –a pesar de que parezca
Corriere della Sera, 15 de septiembre de 2019). ’ÒÜΚÁ¼ÒÜΝøµë¯Â¼ńµšÒÁšҝλšÁĮ
ΝÁÍܝÒ×ΝÒÌܝÒׯš¼×¯õ“»Üì’¯¼µšÒ- «¡Qué importante es sentirnos interpelados por las
fío que todos tenemos delante. Lo vemos cada día a preguntas de los hombres y las mujeres de hoy!», ha
nivel personal o social, como hemos visto estos días dicho recientemente el papa Francisco a los partici-
“Á¼µם»šµõ¼µšµ寚Į>ÁÍܝÒ׀¼±Ü©Á ̼םҝ¼µ¼“ܝ¼×ÎÁÌÎÁ»Á寚ÁÌÁΝµVÁ¼×¯õ“¯Á
es de tal envergadura que es imposible minimizarlo. Consejo para la promoción de la Nueva Evangeliza-
Cualquier intento en este sentido no haría sino con- ción (21 de septiembre de 2019). Más allá de que, en
õλεÁš“¯Ò¯åÍܝÒµÌÎׯšĮ muchas ocasiones, se trate de las mismas preguntas
A este desafío no se puede responder con discursos so- que tenemos nosotros, ellas nos empujan a tener en
bre máximos sistemas, con un moralismo o con un sen- cuenta el contexto cultural en que vivimos. Para res-
ׯ»¼×µ¯Ò»ÁįÍܝΝÒܵ×¼“Á»Ìµ×»¼×¯¼õ““ÒĮ ponder a esta provocación, don Giussani nos ha pro-
Aquí se siente interpelada hasta la raíz la experiencia puesto un camino: la experiencia.
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1. La experiencia, la palabra «Quien no parte de la experien- la realidad, comprender cómo es-


clave de todo cia», enfatiza Giussani, «se enga- tán las cosas y qué nos libera de la
ña; quiere engañarse a sí mismo esclavitud de las imágenes, de los
«El camino a la verdad es una y a los demás». Y continúa: «El esquemas, de las reducciones a las
experiencia». Es el tema que nos hombre solo puede partir de la ex- que muchas veces sucumbimos
propusimos para este verano. periencia», porque ella «es el lugar ¯¼øµÜ¯šÁÒ ÌÁÎ µ ëםίÁÎį ÌÁÎ µ
Y ahora, después de lo que he- en el que la realidad emerge […] mentalidad de todos o por nues-
mos vivido, podemos responder con un rostro determinado, con tras conveniencias inmediatas. 3
a la pregunta: «¿Es verdad que un carácter determinado, según
el camino a la verdad es una ex- ܼ øµë¯Â¼ ÌÎׯ“ܵÎǤ Łibídem). Pero, ¿qué es la experiencia? «Es
periencia?». ¿Nos han sucedido Es impresionante constatar cómo verdad que la experiencia coinci-
estos meses hechos que lo do- un nihilista acérrimo como Houe- de con el “probar” algo, pero sobre
cumenten? Si no vemos suceder llebecq lo testimonia con toda su todo coincide con el juicio que se
en nuestra experiencia las cosas šÎ»ׯ“¯ššĭ ÒÜ Νøµë¯Â¼ µ ­- tiene sobre lo que se prueba. “La
de las que hablamos, nada podrá blaba de lo absurdo del deseo de persona es ante todo conocimien-
convencernos –ni a nosotros ni a ҝÎ »šÁį ̝ÎÁ µ Νøµë¯Â¼ ¼Á to. […] Por tanto la experiencia
los demás– de su verdad. podía hacer nada contra el juicio implica la inteligencia del sentido
Por eso es tan radical la insistencia que emergía en él de forma ro- de las cosas”» (El sentido religioso,
de don Giussani en la experien- tunda: «El deseo persistía; y debo Encuentro, Madrid 2008, p. 21).
cia: para él, «la realidad se vuelve confesar que persiste hasta la fe- Por ello, podemos decir que el
evidente en la experiencia», como cha». La experiencia consiste en camino a la verdad es una expe-
decía a los universitarios en 1996 este juicio. Y no hay nada capaz riencia únicamente si activamos
(In cammino. 1992-1999įfXįE¯µ€¼ de adormecer ese deseo, nada que la comparación consciente entre
2014, p. 311). Porque –subraya– «la consiga colmarlo. lo que probamos y las exigencias
experiencia es la palabra clave de Esto nos muestra nuevamente lo que nos constituyen. No es su-
todo» (La autoconciencia del cosmos, crucial que es la indicación de mé- õ“¯¼× “Á¼ Ν̝ׯÎ µ ¨Âλܵ
Encuentro, Madrid 2002, p. 275). todo que don Giussani nos ofrece como un mantra si después, en el
Por consiguiente, si no queremos desde el primer capítulo de El sen- fondo, reducimos constantemen-
perder el carisma por el camino, tido religioso: partir de la experien- te la experiencia a lo que proba-
Ò ÌΝ“¯ÒÁ Íܝ åÎ¯õÍܝ»ÁÒ Ò¯ cia es lo único que nos permite mos, a algo sentimental, a su as-
estamos haciendo experiencia. conocernos a nosotros mismos y pecto más evanescente. La misma
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experiencia cristiana, el mismo acontecimiento cris- 120). Por tres veces repite que aquello de lo que esta-
tiano sucumbe muchas veces a esto. Por eso le apre- mos hablando es una «experiencia verdadera y ob-
mia a don Giussani ayudarnos a entender bien a qué jetiva». «Verdadera», es decir, efectiva, que no tiene
ҝΝõÎ“Á¼µÌµ’Îņë̝ߝ¼“¯ǤĮ nada que envidiar a ninguna otra experiencia. Y «ob-
«La experiencia es el método fundamental me- jetiva», porque es toparme con algo que está fuera de
diante el que la naturaleza favorece el desarrollo mí, que no produzco yo.
de la conciencia y el crecimiento de la persona. Por
eso no hay experiencia si el hombre no se da cuen- Hace unos veinte días, un amigo contaba en Salva-
ta de que “crece” [¡no es mecánico darnos cuenta dor de Bahía: «Desde niño estuve siempre muy cer-
de lo que nos sucede!]. Mas, para crecer verdade- cano al ámbito protestante. Cuando crecí un poco
ramente, el hombre tiene necesidad de ser provo- fui bautizado, pero algún tiempo después ya no qui-
cado o ayudado por algo distinto a él, por algo obje- se vivir como ellos. Me marché y pasé alrededor de
tivo, algo que “encuentra”» (L. Giussani, El camino un año cuestionando la religión, incluso burlándo-
a la verdad es una experiencia, Encuentro, Madrid me de ella. Busqué lugares que predicaran la razón y
2007, p. 119). la ciencia contra la religión. Hacía todo esto, no me
Este método, que vale en cualquier ámbito del cono- satisfacía la vida que vivía. Quería algo distinto, pero
cimiento, se aplica también al conocimiento del Mis- no sabía lo que era. Empecé a investigar sobre otras
4 terio: «Los hombres se dieron cuenta de la presencia religiones, pero siempre dejando fuera a la Iglesia
de Dios en el mundo a través de una experiencia ver- católica, porque en mi opinión estaba equivocada.
dadera, objetiva». Continúa Giussani: «San Juan es- Hasta que un amigo de la infancia decidió invitarme
cribe impetuoso a los primeros cristianos: “Sí, la vida ܼõÒךš¯Ò¨Î“ÒÍܝÁΩ¼¯ñ’µ©ÎÜÌÁš
se manifestó y nosotros la hemos visto; somos testi- jóvenes de mi barrio. Fui a la misma, porque no se
gos y os anunciamos la vida eterna que estaba junto ×Î×’šµ©ÁΝµ¯©¯ÁÒÁĮVÎÁ“ܼšÁš±žµõÒ×
al Padre y que se manifestó a nosotros”. La presencia empecé a preguntarme por qué había leído de todo,
šίÒ×Á¼ÒÜ2©µÒ¯ҝ»¼¯õÒם¼µ­¯Ò×Áίšµ ignorando siempre a la Iglesia católica. Empecé a
hombre consciente a través de una experiencia ver- tomarme en serio mis preguntas. No solo empecé
dadera y objetiva [lo dice por segunda vez]. También a leer algo sobre la Iglesia católica, sino también a
µ¼“ܝ¼×ÎÁ“Á¼µ“Á»Ü¼¯šš“ίÒׯ¼ÁµåÎ¯õ- buscar verdaderamente una respuesta que corres-
cación de su mensaje […] es experiencia verdadera, pondiese a mi razón y a mi corazón. Y en mi búsque-
objetiva [¡insiste otra vez don Giussani!]» (ibídem, p. da empecé a percibir que lo que leía sobre la Iglesia

«Para crecer verdaderamente, el hombre


tiene necesidad de ser provocado o ayudado
por algo distinto a él, por algo objetivo,
algo que “encuentra”»
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«Para hacerse reconocer,


Dios entró en la vida
del hombre como un hombre,
en forma humana,
católica me correspondía. Tenía
un sentido para mí. Por ello deci- de tal modo que el pensamiento
dí convertirme, fui bautizado en
la Iglesia católica, hice la primera y la capacidad imaginativa
“Á»Ü¼¯Â¼įΝ“¯’Ǟµ“Á¼õλ“¯Â¼Į
Estaba feliz, pero quería encon-
y afectiva del hombre
trar algo más. Quería un lugar en
el que estar. Vi muchos ambientes
se vieron como “atrapados”,
que me dejaban bastante angus- imantados por Él»
tiado, porque me ofrecían la ima-
gen de una Iglesia muy cerrada,
continuamente en guardia contra
el riesgo de un antipapa, y cosas
por el estilo. Y me preguntaba: si
es así, ¿qué sentido tiene enton-
ces ser católico? Por eso continué
mi búsqueda, hasta que encontré visto y conocido a aquellas familias. Entonces pensé: esto es interesante
una entrevista en la que Carrón para mí, ¡esto es lo que estaba buscando! Entonces empecé a seguirlo. 5
decía: “Si no creemos que Fran- Quería saber quién es Carrón y quiénes son estas personas. Seguí, co-
cisco es el remedio es porque no nocí a la gente de CL aquí, en Salvador. Me he quedado porque he visto
comprendemos la enfermedad” algo distinto, algo que me corresponde. Quizá no habría permanecido
(J. Carrón, entrevista de John L. en la Iglesia si no hubiese sido por este lugar, porque he empezado a
Allen e Inés San Martín, Cruxnow. mirar la realidad de forma nueva y a tener una mirada nueva sobre mí
com, 2 de junio de 2017). Me pa- mismo, un amor más grande». Me llena de asombro que alguien que
recía interesante porque ofrecía busca tan apasionadamente una respuesta a las exigencias de su cora-
una mirada distinta, y aunque en zón, por lealtad con su experiencia, no haya cejado hasta encontrar una
los otros lugares siempre se acaba realidad –histórica, objetiva, un rostro concreto de la Iglesia– capaz de
diciendo: “Tenemos fe en Nuestro atraerle y de responder a la espera que le constituye.
Señor Jesucristo”, en la forma que
tenía Carrón de decirlo se veía Teniendo presente lo que hemos dicho hasta aquí, podemos entender por
que no eran solo palabras escri- qué don Giussani confesaba en un momento dado: «Lo más importante
×Òį Ò¯¼Á ܼ Ò̝μñ å¯åĮ X- que he dicho en toda mi vida es que Dios, el Misterio, se ha revelado, se
cuerdo un pasaje de la entrevista ha manifestado a los hombres hasta el punto de hacerse objeto de nuestra
que llamó mi atención. Hablaba experiencia. El Misterio se vuelve incluso objeto de nuestra experiencia; se
de algunas parejas que no estaban ­“Á’±×Áš¼ÜÒ×Νë̝ߝ¼“¯¯š¼×¯õ“€¼šÁҝ“Á¼ܼÒ¯©¼Á­“­Á
casadas y que habían empezado de tiempo y de espacio» (La autoconciencia del cosmos, op. cit., p. 165).
a ir con algunas familias de CL. Esto es crucial. «Para hacerse reconocer, Dios entró en la vida del hombre
Aunque esas familias no habían como un hombre, en forma humana, de tal modo que el pensamiento y la
dicho nada sobre su condición capacidad imaginativa y afectiva del hombre se vieron como “atrapados”,
frente a la Iglesia, aquellas parejas imantados por Él» (L. Giussani - S. Alberto - J. Prades, Crear huellas en la
decidieron casarse solo por haber historia del mundo, Encuentro, Madrid 1999, p. 31). Esta es la prueba que
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«Se trata de una cuestión seria


para nosotros y para el mundo,
porque si no nos vemos imantados por Él,
VRPRVFRPRXQDPLQDȜORWDQWHDPHUFHG
de nuestros pensamientos, de nuestras
reacciones, de nuestra forma de pensar,
de nuestro modo de afrontar las cosas.
(QGHȍQLWLYDDPHUFHGGHODQDGD}

documenta la presencia de Cristo algo que decirte”. Él contestó: “Dí- amado mucho, pero al que poco
6 en acción: que nos vemos «atrapa- »µÁį »Ò×ÎÁŌĮ Ŋf¼ ÌΝÒ×»¯Ò× se le perdona, ama poco”. Y a ella
dos», imantados por Él. tenía dos deudores: uno le debía le dijo: “Han quedado perdonados
El Evangelio es una documenta- quinientos denarios y el otro cin- tus pecados”. Los demás convi-
ción palmaria de esto. cuenta. Como no tenían con qué dados empezaron a decir entre
ņf¼¨ίҝÁµÎÁ©’Íܝ¨ÜÎ pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál ellos: “¿Quién es este, que hasta
comer con él y, entrando en casa de ellos le mostrará más amor?”. perdona pecados?”. Pero él dijo a
del fariseo, se recostó a la mesa. XÒÌÁ¼š¯Â\¯»Â¼ìš¯±ÁĭŊ\ÜÌÁ¼- la mujer: “Tu fe te ha salvado, vete
En esto, una mujer que había en go que aquel a quien le perdonó en paz”» (Lc 7,36-50). He aquí una
la ciudad, una pecadora, al ente- más”. Y él le dijo: “Has juzgado mujer aferrada completamente
rarse de que estaba comiendo en rectamente”. Y, volviéndose a la por Cristo.
casa del fariseo, vino trayendo un mujer, dijo a Simón: “¿Ves a esta Se trata de una cuestión seria para
frasco de alabastro lleno de per- mujer? He entrado en tu casa y no nosotros y para el mundo, porque
fume y, colocándose detrás jun- me has dado agua para los pies; si no nos vemos imantados por Él,
to a sus pies, llorando, se puso a ella, en cambio, me ha regado los ÒÁ»ÁÒ“Á»Áܼ»¯¼øµÁ׼ם
regarle los pies con las lágrimas, pies con sus lágrimas y me los ha merced de nuestros pensamien-
se los enjugaba con los cabellos enjugado con sus cabellos. Tú no tos, de nuestras reacciones, de
de su cabeza, los cubría de besos me diste el beso de paz; ella, en nuestra forma de pensar, de nues-
y se los ungía con el perfume. Al cambio, desde que entré, no ha tro modo de afrontar las cosas. En
ver esto, el fariseo que lo había dejado de besarme los pies. Tú no šõ¼¯×¯åį  »Î“š š µ ¼šĮ
invitado se dijo: “Si este fuera me ungiste la cabeza con ungüen- La diferencia salta a la vista cuan-
profeta, sabría quién y qué clase to; ella, en cambio, me ha ungido do nos topamos con una persona
de mujer es la que lo está tocan- los pies con perfume. Por eso te aferrada hasta las entrañas por Él.
do, pues es una pecadora”. Jesús digo: sus muchos pecados han Esto es la fe. Por eso dice Jesús a la
respondió y le dijo: “Simón, tengo quedado perdonados, porque ha mujer: «Tu fe te ha salvado».
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2. «Cuando venga el Hijo del hombre, en el capítulo X de El sentido religioso, en la frase ele-
¿encontrará fe en la tierra?» gida como título del Meeting 2020), es decir, queda-
mos sordos ante lo que sucede.
Pero entonces –segundo paso–, una vez que se ha VÁΝÒÁ¼ÁÒ¯¼å¯×šÁ¼+¯ÜÒÒ¼¯¯š¼×¯õ“μÁÒ“Á¼µ
producido este acontecimiento, que Dios ha entrado origen. «¿Qué hicieron para empezar a creer?». Él in-
en la historia como hombre para que podamos reco- siste al proponer nuevamente esta pregunta, porque
nocerle, la única cuestión es la que plantea don Gius- ÒÁµÁÒ¯¼ÁÒ¯š¼×¯õ“»ÁÒ“Á¼µ¯¼¯“¯ÁįÍܝÒµ“¼Á¼į
sani: «Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará el paradigma de lo que sucedió tal como ha quedado
fe en la tierra?» (Lc 18,8). Nuestro problema no es si documentado en la Sagrada Escritura, podrá llegar
nos encontrará hablando de Él, haciendo nuestros a ser el método para cada instante del camino. Así
encuentros o ciertos gestos, sino si habrá todavía responde don Giussani: «No creyeron porque Cristo
alguno de nosotros que esté aferrado por Él, que se hablara diciendo ciertas cosas, no creyeron porque
haya dejado aferrar por Él hasta las entrañas para no Cristo hiciera esos milagros, no creyeron porque Cris-
terminar en la nada. La condición para que pueda to citara a los profetas, no creyeron porque Cristo re-
suceder esto es que esa Presencia que ha entrado en sucitara a los muertos. Cuánta gente, la gran mayoría,
la historia siga estando presente, como dijimos en la le oyó hablar así, le escuchó decir esas palabras, le vio
segunda lección de los Ejercicios de la Fraternidad, hacer esos milagros, y el acontecimiento no sucedió
porque no puede ser un intento nuestro lo que haga para ellos [todos podemos suscribir esto]. El aconte-
que esté presente. Su permanencia en la historia nos cimiento […] fue algo distinto, algo más, algo tan dis-
la ha asegurado Él: «Yo estoy con vosotros todos los ׯ¼×ÁÍܝš¯ÁÒ¯©¼¯õ“šÁµš¯Ò“ÜÎÒÁìµ»¯µ©ÎÁǤŁ>Į
šǞÒį­Òםµõ¼µšµÁÒׯ»ÌÁÒǤŁE×ăĉįăāłĮFܝÒ- Giussani, «¡Vivo quiere decir presente!», cit., p. 8).
tro verdadero problema es si estamos abiertos a re-
conocerle en el presente, como el amigo de Salvador Pero entonces, ¿por qué creyeron? «Creyeron por lo
de Bahía, sin dejar que se nos escape lo que está suce- que Cristo era. […] Creyeron por una presencia. No una 7
diendo: es Él quien está sucediendo. No hay que dar ÌΝҝ¼“¯šÒš¯’ܱšÁÒÜ̝Îõ“¯µį¼ÁܼÌΝҝ¼“¯
por supuesto que percibamos Su presencia en lo que sin rostro: una presencia con una cara bien precisa,
sucede, en lo que nos contamos. una presencia cargada de palabra, es decir, cargada
Como decía Giussani en la Jornada de apertura del de propuesta». Pero, como vemos con frecuencia, «no
año pasado, lo que está en juego no es la pertenencia cualquier presencia con propuesta está cargada de sig-
a una asociación, porque podemos participar en una ¼¯õ“šÁǤŁibídem), porque propuestas escuchamos mu-
asociación y no captar Su presencia. No es una aso- chas, pero, ¿cuántas son capaces de aferrarnos?
ciación lo que resuelve el problema del nihilismo, de Ķ܀¼šÁ Ò å¯š¼× Íܝ ­»ÁÒ ¯š¼×¯õ“šÁ ܼ
la falta de sentido. Solo la fe puede resolverlo. Por eso ÌΝҝ¼“¯ “Ωš š Ò¯©¼¯õ“šÁĵ ܼšÁ ¼ÁÒ ÒÁÎ-
nos decía don Giussani: «La fe es lo que nosotros bus- prendemos atraídos, aferrados, como la mujer pe-
camos, la fe es aquello en lo que queremos penetrar, cadora, como al principio. Y esto solo sucede frente
[…] es lo que queremos vivir» («¡Vivo quiere decir pre- a «una novedad radical» que expresa Giussani «con
sente!», Huellas, n. 9/2018, p. 4), porque todo lo demás los términos “imprevisto” e “imprevisible”»: algo
no es capaz de aferrarnos, de sacarnos del nihilismo. «que no existía y que ahora existe, está ahí […], no
Pero hoy, ¿cómo sucede esto? Exactamente igual ÌÁšǞë¯ÒׯÎìÒ׀­ǞǤĮf¼ÌÎÁÌܝÒםÒ׀“Ω-
que al principio: sucede cuando nos topamos con ššÒ¯©¼¯õ“šÁ“ܼšÁņ¯»Ìµ¯“µ̝ÎÒÁ¼Íܝ
ܼ ÌΝҝ¼“¯ “Ωš š Ò¯©¼¯õ“šÁ Íܝ ΝÍܯÎ ÌÁÎםҝү©¼¯õ“šÁǤįÒš“¯Îį“ܼšÁ“Á¯¼“¯š“Á¼
de nosotros una pobreza, una disponibilidad para la presencia de una persona implicada con plenitud
dejarnos asombrar. Y es precisamente Él, cuando ¼µÒ¯©¼¯õ“šÁÍܝÌÁÎ×Į\×ÎךܼÌΝҝ¼“¯
acontece, quien nos hace pobres, quien provoca en «que no se puede reducir al pasado» (ibídem, cit., pp.
nosotros la disponibilidad para dejarnos asombrar y 8-10), una presencia en la que se expresa un plus, im-
aferrar. Porque «privados de la maravilla, quedamos prevista, imprevisible, no existía y existe. Si esto no
sordos ante lo sublime» (como dice Heschel, citado sucede ahora, si no nos asombra ahora, quiere decir
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«Si Cristo no estuviese presente


–a través de un signo
humano–, no existirían
ni el asombro ni la pregunta:
ese asombro que se expresa antes («¡Nunca hemos visto una
humanidad así!»). De otro modo
como pregunta solo puede no habría surgido la pregunta. Es
decir, esa pregunta documenta
generarse ante una presencia viva» una Presencia más grande que no-
sotros, que actúa en nosotros, en
gente como nosotros («Algo que
está dentro de algo», decía Gius-
sani en la frase que citamos en los
Ejercicios). La pregunta brota del
asombro frente a la «respuesta en
acto» a la sed del corazón que es
Cristo vivo, es decir, brota ante la
excepcionalidad de Cristo que su-
cede, aunque todavía no sea reco-
nocida como tal, por lo que ella es.
8 Si Cristo no estuviese presente –a
que el cristianismo se ha convertido para nosotros en algo del pasado. través de un signo humano–, no
En cambio, «¡vivo quiere decir presente!», está ahí, no podía existir y existirían ni el asombro ni la pre-
está ahí. Y el signo es que, al toparme con una presencia determinada gunta: ese asombro que se expre-
–una presencia que no he producido yo, real, objetiva, fuera de mí–, sur- sa como pregunta solo puede ge-
ge en mí, en nosotros, la pregunta: «¿Quién es este?» (Mt 8,27). nerarse ante una presencia viva.
Pero también nosotros debemos
Esa pregunta describe algo que sigue sucediendo hoy, también a través estar presentes con nuestra po-
de nosotros. Pienso en las personas que se topan con nuestra presencia, breza, con nuestra apertura y dis-
mientras estamos juntos o cuando estamos solos, en las circunstancias ponibilidad, como mendigos que
»€ÒåίšÒń»ΝõÎÁµÁһܓ­ÁÒΝµ×ÁÒš¼“ܝ¼×ÎÁÒÍܝҝ­¼ esperan que suceda una presencia
producido en las vacaciones de las comunidades, en los lugares de trabajo o a la altura del deseo humano. De
en la universidad–; personas que por lo diferente que es la vida que ven, por hecho, podemos estar frente al
la novedad humana que la gracia que se nos da genera en quien la acoge, mismo fenómeno de una huma-
se preguntan: «Pero, ¿quién eres tú? ¿Quiénes sois vosotros? ¿Por qué sois nidad diferente y seguir estan-
así?». Dos mil años después resuena en el mundo la misma pregunta. do ciegos: esa excepcionalidad
Pero, ¿cómo surge este interrogante? Esta pregunta es el efecto secunda- sucede pero no la vemos, no nos
rio, el indicio de algo distinto, de algo que no somos nosotros. Y la cues- asombramos ante ella y no nace
ׯ¼Ò“Ì×ÎÍܞÒ¯©¼¯õ“Íܝµ©Ü¯¼ҝ̵¼×Ò×ÌΝ©Ü¼×Įž坓Ò pregunta alguna en nosotros.
nos quedamos ahí, un poco pasmados, un poco obtusos, sin preguntar- Por eso, aunque estemos inmer-
nos: «¿Qué han visto esas personas para llegar a plantearse esa pregun- sos en esta presencia, en lugar de
ta?». Se han encontrado con una presencia que expresaba un «plus», crecer en el asombro que hace sur-
«algo» que iba más allá de las cualidades naturales, del compromiso o de gir la pregunta, muchas veces de-
la buena voluntad de quien tenían delante, algo que nunca habían visto cimos: «Bah, ya nos lo sabemos».
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Cuando lo escucho decir, ¡se me cada uno, pues de otro modo no es- a acabar con nosotros? [Hasta
cae el alma a los pies! ¡Ni siquiera taríamos aquí– no está custodiado los demonios Le reconocían]. Sé
una pizca de asombro! ¡Cómo van en un museo (nos lo decía el papa quién eres: el Santo de Dios”. Je-
a surgir así las preguntas! Con Francisco en la plaza de San Pe- sús lo increpó: “Cállate y sal de él”.
que nos llevemos a casa esta pre- dro, ¿lo recordáis?), no pertenece El espíritu inmundo lo retorció
gunta: «¿Quién es este?», no habrá a los recuerdos de un tiempo que violentamente y, dando un gri-
sido inútil venir aquí hoy. pasó: existe ahora, ¡existe ahora en to muy fuerte, salió de él. Todos
µ “μı f¼ ­“­Á šµ ÌÒšÁ ¼Á [por las palabras y los gestos de
VÁš»ÁÒŐ åÎ¯õ“ÎŐ cuántas veces sirve para hacer que la fe nos resul- Jesús] se preguntaron estupefac-
al día sucede esto, cuántas veces te interesante, como no servía al ×ÁÒĭŊĶWܞÒÒ×Áĵf¼¼ÒÀ¼ñ
nos vemos asombrados y atraí- principio. Era necesario que suce- nueva [no reducible al pasado, a lo
dos por una presencia y cuántas, diese algo en el presente. ya sabido] expuesta con autoridad
en cambio, hablamos de ella re- «Entran en Cafarnaún y, al sába- [de aquí nacía un pueblo nuevo].
pitiendo palabras o hechos –por do siguiente, entra en la sinagoga Incluso manda a los espíritus in-
muy espectaculares que sean–, a enseñar [estaban acostumbra- mundos y lo obedecen”. Su fama
pero sin que surja la pregunta y dos a ir a la sinagoga a escuchar se extendió enseguida por todas
sin asombrarnos ante esa presen- predicar a alguien, pero aquella partes, alcanzando la comarca en- 9
cia, ante ese plus que sucede de- vez se produjo el primer impac- tera de Galilea» (Mc 1,21-28). Es-
lante de nosotros. Esto nos llevará to]; estaban asombrados de su en- taban acostumbrados a escuchar
al escepticismo, porque ya no es señanza [había muchos que ense- comentarios sobre la Escritura
ÒÜõ“¯¼×“Á¼Ò’ÎµÒ“ÁÒÒš- ñaban, había muchos que hacían sin asombrarse lo más mínimo.
“ÜšÒ ńµ šÒ¨ǞÁ Íܝ ¯š¼×¯õ“ propuestas comentando la Escri- Lo que estableció la diferencia
Galimberti no nos lo permite–, ni tura pero], les enseñaba con auto- fue que se encontraron con una
con decir las palabras adecuadas. ridad y no como los escribas. Ha- autoridad que, por la novedad de
Y «cuando Él venga» no encontra- bía precisamente en su sinagoga lo que decía, suscitó la pregunta:
rá entre nosotros a nadie que se un hombre que tenía un espíritu «¿Quién es este?».
asombre todavía ante Su presen- inmundo y se puso a gritar: “¿Qué Lo decisivo de esta autoridad nos
cia, que Le reconozca realmente tenemos que ver nosotros conti- lo testimonia don Giussani en
presente en la carne de una hu- go, Jesús Nazareno? ¿Has venido persona. ¡Escuchémosle!
manidad cambiada, aunque si-
gamos perteneciendo a la asocia-
ción. Porque lo que está en juego
no es la asociación, sino la fe. Y la
fe es únicamente esto: el recono-
cimiento de Su presencia presen-
«Lo que está en juego no es
te, que sigue sucediendo ahora
como hace dos mil años.
la asociación, sino la fe.
Cristo no está recluido en el pasa- Y la fe es el reconocimiento
do, su acontecimiento –ese aconte-
cimiento que nos ha conquistado a de Su presencia presente»
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De una conversación de Luigi Giussani con un grupo lo que dice Cristo corresponde al co-
de Memores Domini (Milán, 29 de septiembre de 1991) razón. Esto es lo que guía al pueblo.
Entonces, segunda idea, el proble-
Transcripción de la grabación reproducida durante la Jornada de apertura de ma no es seguir… En realidad sí lo es,
curso del 28 de septiembre de 2019 y conservada en Archivo Histórico de la Aso- ̝ÎÁ Ò×Á ¼Á Íܝš Νøµ±šÁ ’¯¼į
ciación Eclesial Memores Domini. Cf. «La alegría, la leticia, la audacia. Na- del todo, en la palabra «seguir»; lo
die genera si no es generado», Huellas-Litterae communionis, n. 6/1997. que mejor lo indica es la palabra
ņõµ¯“¯Â¼ǤĮ  µ Ü×Áߚš ÒÁ»ÁÒ
­¯±ÁÒĮf¼­¯±Á×Á»µÒ寚ÒÜÌ-
Luigi Giussani dre, la hace suya, está conformado
¿Cuál es el factor más importante en una realidad de pueblo, en cuanto por la savia que viene de su padre,
que pueblo, en una realidad de compañía, en cuanto que compañía, tal está constituido por su padre. Eso le
como habéis meditado esta mañana; en esa realidad de pueblo, como aferra totalmente. La autoridad me
pueblo al que estamos llamados, en esa compañía en la que participa- aferra por completo, no es una pala-
mos, en ese lugar de la profecía y del grito de que Dios es todo, en el bra que me dé miedo, que me haga
lugar verdadero del sentido religioso? temer o alguien a quien «siga» sin
El factor más importante de un pueblo en cuanto pueblo, de la compa- más. Me implica. Por ello, la palabra
ñía, es lo que llamamos «autoridad». «autoridad»… la «autoridad» podría
Tenemos una profunda necesidad de destruir hasta la última piedra la tener como sinónimo la palabra
imagen de autoridad, o de guía «robótica», como si fuese un individuo «paternidad», por tanto capacidad
aislado, como si se tratase de individuos encerrados en una torre desde de generar, generación, comunica-
la que guían, lanzan señales, desde la que guían la marcha de las cosas. ción de genus, comunicación de un
La autoridad, la guía, es justamente lo contrario del poder; en ella no exis- brote de vida. La vida brota en mí
te ni pizca, ni sombra de la palabra «poder». Por ello, en el concepto de cuando mi yo es penetrado y trans-
10 autoridad propio del pueblo de Dios está completamente ausente, a cual- formado por esta relación.
ÍܯÎ¼¯åµį×ÁšÁΝøµ±Ášם»ÁÎįÌÁÎÍܝµÌÁšÎµ“ÁÎΝÒÌÁ¼šµם-
mor y, para librarse del temor, uno debe pasar olímpicamente del poder. La palabra «autoridad», que corres-
Ķ¼Íܞ“Á¼Ò¯ÒםÒ×Ü×ÁߚšĵÁìܼšõ¼¯“¯Â¼Į>Ü×ÁߚšÒµ ponde a la palabra «paternidad», va
lugar –porque tú también eres un lugar, ¿no?, cualquier persona es un seguida de la palabra «libertad», ge-
µÜ©ÎńšÁ¼šµµÜ“­ÌÁÎõλÎįµµÜ“­šµÌÎÁ¨“ǞìµåÎ¯õ““¯Â¼ nera libertad. La libertad consiste en
šÒÌÎÁ¨“ǞŝµµÜ©ÎšÁ¼šµµÜ“­ìµåÎ¯õ““¯Â¼šÍܝ¼ÜÒ×Î ser hijos. De hecho, el Evangelio dice
propuesta responde al corazón, de lo que la propuesta de Cristo supone en varios pasajes: «Dime –le dice Je-
para la percepción del corazón… la autoridad es el lugar donde la lucha sús a Pedro–, ¿le corresponde al hijo
ÌÁÎõλÎì“Á»ÌÎÁ’ÎÍܝµÌÎÁÌܝÒךίÒ×ÁÒåÎššÎįÒš- del rey pagar tributo al rey? No, les
cir, corresponde a la percepción, a las exigencias del corazón (al sentido toca a los siervos, porque lo que per-
religioso –constituido por las exigencias del corazón– que percibe la res- tenece al padre pertenece al hijo».
puesta que tiene ante sí), es más límpida y más sencilla –por eso no da Por ello, la autoridad es verdade-
»¯šÁńįÒ»€ÒÌ“Ǟõ“Į>Ü×ÁߚšÒµµÜ©ÎšÁ¼šµåÎ¯õ““¯Â¼ ra o se experimenta verdadera-
entre la percepción del corazón, sus exigencias, y la respuesta que proce- mente como tal cuando exalta mi
ššµ»¼Ò±šίÒ×ÁÒ»€ÒµǞ»Ì¯šìҝ¼“¯µµįìÌÁΝµµÁ»€ÒÌ“Ǟõ“Į libertad, cuando hace crecer mi
Pasolini, en un texto que he citado más veces en estos tiempos, dice que conciencia y mi responsabilidad
los hombres no tienen quien les eduque, que los jóvenes carecen de edu- personal, lo que es mi conciencia
cadores; si alguien les educa, lo hace con su ser, no con sus discursos. y mi responsabilidad.
La autoridad es el lugar donde el nexo entre las exigencias del corazón y la Entonces, como alguien me comen-
ΝÒÌܝÒ×ÍܝÁ¨Î“ίÒ×ÁÒ»€ÒµǞ»Ì¯šÁį»€Òҝ¼“¯µµÁį»€ÒÌ“Ǟõ“ÁĮÒ×Á taba acertadamente, cuando Jesús se
indica que la autoridad guía con su ser, no es una fuente de discurso. Tam- volvió y dijo: «Vosotros, ¿quién decís
bién el discurso forma parte de la consistencia del ser, pero solo como un re- que soy yo?», y Pedro respondió: «Tú
øµ±ÁĮ¼šõ¼¯×¯åįµÜ×ÁߚšÒܼ̝ÎÒÁ¼»¯Î¼šÁµ“ܼܵÁåÍܝ eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo», la
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«La autoridad es una persona mirando


a la cual uno ve que lo que dice Cristo
corresponde al corazón»

pregunta de Cristo hizo pasar a Pedro de una lógica de amigo –antes era un Carrón
amigo, un conocido– a la responsabilidad de una conciencia personal, a una Por eso la autoridad es el factor
actitud de responsabilidad personal. Y por esa responsabilidad dijo: «Tú eres más importante de la realidad de
el Cristo, el Hijo de Dios». La amistad que tenía con Cristo se convirtió en ese un pueblo, porque sin autoridad
momento, se iluminó repentinamente como conciencia personal y respon- no se genera un pueblo. Cada uno
sabilidad, una conciencia y responsabilidad que expresaban dicha amistad. de nosotros está llamado a recono-
No existe relación con un lugar de autoridad, con quien es autoridad, si cerla allí donde esté, porque –como
uno no comprueba que su libertad crece en cuanto conciencia y respon- acabamos de escuchar– «puede ser
sabilidad personal. más autoridad la mujer que echa
Tercero. Si la autoridad es fuente de libertad, se convierte entonces en lu- una moneda en el arca del templo
gar de consuelo y hace que toda la compañía y el pueblo entero se vuelvan que el jefe de los fariseos». ¿En qué
lugar de consuelo. ¿En qué sentido? Lugar de consuelo porque si veo a se demuestra? En que la autori-
alguien en quien Cristo ha vencido, vence, convence y cambia, mostran- dad «es una persona mirando a la
do lo correspondiente que es a las exigencias del corazón; si alguien me cual uno ve que lo que dice Cristo
lo muestra, me lo documenta, si viéndole me doy cuenta de que en él esto corresponde al corazón» y por eso
se da, empiezo a entender que también en la compañía sucede lo mismo. es consuelo para todos nosotros,
Entonces –independientemente de cómo soy, del estado de ánimo en que independientemente del punto del 11
me hallo, de si he dado muchos pasos o pocos– me siento reconfortado: camino en el que esté cada uno.
«Tus preceptos son fuente de alegría», de consuelo, porque Cristo vence. Durante una Escuela de comu-
La autoridad es el lugar donde resulta evidente que Cristo vence. ¿Qué nidad una amiga contaba lo si-
quiere decir que Cristo vence? Que Cristo demuestra incluso en la apa- guiente:
riencia, hasta en la orilla de la apariencia, que corresponde, que corres- «Por motivos personales, el año
ponde a las exigencias del corazón de modo persuasivo, de modo profé- pasado decidí dejar el movimien-
tico. Así sucederá también en mí. Parece imposible. También para ese de to y me desapunté de la Fraterni-
ahí que es autoridad era imposible y ahora es posible, es real. Cristo vence. dad. Os preguntaréis: “Entonces,
La autoridad es, pues, lugar de paternidad donde la vida nueva –que es ¿qué estás haciendo aquí?”. El
aquella en la que Cristo responde al corazón, a aquello para lo que el hom- pasado mes de mayo sucedió un
bre está hecho, donde experimentamos que Cristo responde al corazón– hecho en mi vida que puede pare-
es más límpida, más limpia y más clara. Esta es la verdadera autoridad. cer muy banal: tuve un accidente
Por eso puede ser más autoridad la mujer que echa una moneda en el arca mientras iba a un aperitivo con
del templo que el jefe de los fariseos. los compañeros de trabajo. Como
Esta autoridad paterna, generadora, se demuestra en la experiencia de una la colisión fue muy fuerte, me lle-
mayor libertad, conciencia personal y responsabilidad personal, de modo varon al hospital y viví una espera
que, aunque todos se marchasen, aunque todos saliesen corriendo, aun- maravillosa, porque allí sucedió lo
que todos traicionasen –como decía un texto precioso que cité la última que me ha traído aquí hoy. He se-
vez, a principio de curso–, aunque todos te traicionasen, yo te digo: «¡Sí!». ñalado los puntos que quería citar
Conciencia y responsabilidad personal. Y por eso la autoridad es el lugar del cuadernillo de los Ejercicios:
del consuelo donde se ve que Cristo vence. Y de este modo cumple la auto- “‘Pero, ¿de dónde me viene todo
ridad su verdadera misión, porque exalta al pueblo, permite comprender esto?’. Tenemos que entender
que todo el pueblo y toda la compañía son el lugar donde Cristo vence. bien de dónde viene, pues si no,
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¿por qué tendríamos que volver es totalizante, porque estoy tan nuevo, lleno de “mayor deseo”, que
aquí? Nos viene de Cristo vivo”. Y asombrado de que Cristo venza despierta en nosotros un “mayor
después la parte sobre el “lugar”. así en alguien –sea quien sea– que deseo”». Continúa don Giussani:
Hacia las dos de la noche vino a no puedo no desear darlo todo, no «Solo al encontrar la autoridad, em-
visitarme un médico. Estaba muy puedo evitar verme aferrado por ̯ñõµ×ÎÎҝÌÁμܝÒ×ÎÌܝÎ×į
asustada, temiendo que pudie- entero. La autoridad me aferra a cruzar el umbral de nuestra per-
ra tratarse de algo grave. Lo que por completo. Como me escribe sonalidad una alegría auténtica;
nunca olvidaré, aunque mañana uno de vosotros: «Mi vida es un al mirar ese rostro humano nuevo
se acabara el mundo, es la mirada continuo volver a partir del re- uno percibe una correspondencia
de ese médico, que me miró con conocimiento de esta Presencia, con lo que el corazón espera, por
tal humanidad que me pregunté: de una cierta Presencia. Solo de tanto descubre una alegría. Sin la
“Pero, ¿quién eres tú que me mi- aquí pueden nacer el entusiasmo, autoridad no existe alegría; habrá
ras así?”. Y en ese momento pen- µµ©ÎǞįµ©ÁñÁ¼µ寚Įf¼ “satisfacción” o, si se quiere, “pla-
sé: “En mí está viva esa forma de Presencia que es capaz de obtener cer”, pero no la alegría humana de
reconocer que no es la persona, de mí lo que nadie obtiene. Solo la libertad, del pensamiento y del
que delante de mí hay algo que me Cristo es capaz de obtener de mí corazón, de los ojos y de la palabra»
está indicando otra cosa distinta”. una adhesión, un afecto, un amor (L. Giussani, L’avvenimento cristiano,
Había entrado en urgencias por que no se puede comparar con fXįE¯µ€¼ăāāĄįÌÌĮĂćŅĂĈłĮ
un accidente, pero salí “atrave- ningún otro». ¿Comprendéis por Solo si Cristo nos aferra hasta ese
sada” por aquella mirada. En los qué esto es lo único que puede punto podremos arriesgar como la
días posteriores no se iban de mi vencer el nihilismo? pecadora, que testimonió la liber-
cabeza aquella mirada y aquella tad de ser ella misma delante de to-
pregunta. En un momento dado, Pero este aferrarme por entero, dos, sin dejarse determinar por los
empecé a acribillar a la secretaría paradójicamente, en vez de hacer- cotilleos, opiniones o reacciones de
12 del movimiento para retomar el » »€Ò Ò“µåÁį » ­“ ÌÁÎ õ¼ los que estaban a su alrededor. No
contacto, porque yo ya había visto libre. La autoridad es «fuente de li- la detiene ningún miedo, ningún
y reconocido ese tipo de mirada, y bertad», «exalta mi libertad». «“Este compromiso con la mentalidad de
la forma de reconocer aquella mi- hombre sí que habla con autori- todos. No tiene nada que perder.
rada solo la había aprendido en la dad”. Pero, ¿quién es la autoridad? Todos la consideran pecadora, en-
educación del movimiento. Lo que A propósito de esto hay una frase tonces, ¿qué puede perder? Por eso
me ha sucedido es un hecho obje- de Dante, en el canto tercero del Pa- puede tener la audacia de dejarse
tivo, algo real, porque después de raíso, que es deliciosamente perfec- aferrar totalmente por Cristo, has-
aquel accidente la gente me decía: ta: “Volviose al objeto de su mayor ta las entrañas. No en lo escondido
“Tienes una mirada distinta, eres deseo”: se volvió al signo, a ese ros- de su habitación, sino delante de
más tú. ¿Qué te ha pasado?”. Yo no tro que estaba más lleno de deseo todos. Suscitando la reacción de
podía explicarlo, y por eso empecé y que, por tanto, le suscitaba más todos. Incluida la de Jesús. Pero Él
a buscar de nuevo el movimiento. deseo. La autoridad es un rostro no se confunde, sabe quién es. Y a
¿Por qué? ¡Porque no quería per-
der lo que había encontrado! Que-
ría mantener el reconocimiento, y
el único lugar que me podía ayu-
dar era la Escuela de comunidad,
porque aquí se me ha educado
«Estoy tan asombrado de que
para reconocerlo, para vivirlo».
He aquí una persona en la que
Cristo venza así en alguien –
Cristo ha vencido. «La autoridad sea quien sea– que no puedo
me aferra por completo», hemos
escuchado decir a don Giussani, no desear darlo todo»
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través de su forma de mirarla, de reaccionar, se mani- como contenido de esa posición permanente es algo
õÒ×ÒÜš¯¨Î¼“¯ݼ¯“įšÒ“Á¼“Î׼םĮ que se da en el presente. Tener un padre es una posi-
Esa libertad resulta necesaria hoy en día para edu- ción permanente porque pertenece a la propia histo-
car, para arriesgar a la hora de amar sin poseer, con ria. Si en 1954 no hubiese entrado en el liceo Berchet
esa distancia que hace posible que se comunique Su y hubiese entrado en otro liceo habría sido otra his-
presencia, sin tener que meter nuestra humanidad toria completamente distinta. La disposición es per-
en el congelador. Para no reducir el cristianismo a manente, pero la generación –que es lo interesante
valores «demasiado puros, demasiado pálidos» –de- de la paternidad– es presencia, es algo presente. Por
cía De Lubac– para atraernos y despertar interés en eso no se puede ser generador si no se tiene un padre,
el centro de nuestro yo. (cf. El drama del humanismo solo se genera porque se tiene un padre, solo se genera
ateo, Encuentro, Madrid 2012). porque se es generado», porque «quien no tiene padre
Por eso uno quiere volverse hijo, participando de la está “afectivamente discapacitado”. Y uno que está
«savia de la vida» que le ha atravesado, aquella en la afectivamente discapacitado ha tenido padre, pero no
que ve a Cristo vencer. «La vida brota en mí cuando lo tiene en el presente. La paternidad personal, la pa-
mi yo es penetrado y transformado por esta relación». ternidad genera el yo; o mejor, […] no genera el yo sino
El hijo es libre para irradiar la diferencia que lleva la acción del yo» (L. Giussani, ibídem, p. IV).
consigo, que ha recibido de otro que le genera cons- Por eso concluye don Giussani: «Nadie genera si no es
tantemente. «Porque no nos predicamos a nosotros generado. No “si no ha sido generado” sino “si no es
mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros generado”. Este concepto de paternidad es el con-
como siervos vuestros por Jesús. Pues el Dios que dijo: cepto al que más se ha enfrentado toda la cultura
“Brille la luz del seno de las tinieblas” ha brillado en ilustrada» (ibídem), y también nosotros, que muchas
nuestros corazones, para que resplandezca el conoci- veces estamos imbuidos de esa mentalidad.
»¯¼×Á š µ ©µÁί š ¯ÁÒ Νøµ±š ¼ µ ÎÁÒ×ÎÁ š
Cristo. Pero llevamos este tesoro en vasijas de barro, Consecuentemente, para poder generar hoy –los pa-
para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es dres a los hijos, los profesores a sus estudiantes–, para 13
de Dios, y no proviene de nosotros» (2 Cor 4,5-7). poder volver a empezar como al principio, para poder
ofrecer una contribución en este momento dramático
de la historia, no basta el recuerdo de un pasado: se
3. Nadie genera si no es generado ahora necesita una paternidad presente. Para poder generar
hoy se necesita una presencia presente que no se pue-
La autoridad es una paternidad presente, como aca- de reducir al pasado, que expresa un «plus», un impre-
bamos de escuchar a don Giussani. visto, algo imprevisible, que no existía y que está ahí.
Esto es particularmente decisivo para cada uno de Lo ha dicho recientemente el papa Francisco a los mi-
¼ÁÒÁ×ÎÁÒĭņf¼Á¼ÁÌܝšҝÎ̚Νį¼ÁÌܝš©¼- sioneros del PIME: «Evangelización es testimonio de
rar si no tiene a nadie como padre. No [atención] si Jesucristo, muerto y resucitado. Es Él quien atrae. Y
“no ha tenido” [un padre], sino si “no tiene” [en el por eso la Iglesia crece por atracción y no por proseli-
presente] a nadie como padre. Porque si no tiene a tismo, como decía Benedicto XVI» (Discurso al Capítulo
nadie como padre, quiere decir que no se trata de un general del PIME, 20 de mayo de 2019).
acontecimiento, […] no es una generación. La genera- Pero, ¿dónde sucede esto? ¿Dónde nos atrae Él?
ción es un acto presente» (L. Giussani, «Nadie genera si ¿Dónde nos imanta Él? Atrae e imanta allí donde uno
no es generado», Huellas, n. 6/1997, pp. II, IV). Y esto se encuentra frente a «una presencia concreta como
se ve a la legua. ¿Quién tiene un padre? Quien es ge- la tuya que le lleva a preguntarte: «¿Por qué eres
nerado ahora. Cuando vamos a casa de una familia, así?». «¿Quién es este?». Se lo preguntan viéndote a
se ve perfectamente quién es hijo, quién es generado ti ahora, en el presente.
en ese momento y quién no; el que no es generado se Entonces tú, por lo que eres, anuncias a Jesucristo con
šõ¼šįÒ׀µµ¼Ášם»ÁμםµÌšÎĮ tu vida, muestras a Jesús. Como dice Pasolini (citado
Ahora bien, «la posición frente al otro es un aspec- ÌÁΚÁ¼+¯ÜÒÒ¼¯ł¼מλ¯¼ÁÒµ¯“ÁÒįΝõߞ¼šÁҝµ
to permanente, pero la realización de la paternidad fenómeno educativo: «Si alguien […] te educara, solo
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podría hacerlo con su ser, no con sus palabras» (Lettere luterane, Einaudi, bro. Vemos cosas asombrosas, las
Turín 1976, p. 44). Esto es la misión: que Cristo se deje ver a través de mi tenemos delante de los ojos, delan-
persona, de mi modo de estar en la realidad, es decir, que yo sea testigo de te de nuestras narices pero no nos
esta generación Suya que me ha hecho así, que ha hecho de mí lo que soy, percatamos, no nos damos cuen-
que me ha generado así, con esta forma de ver y de afrontar las cosas: un ta verdaderamente de lo que está
hijo del mismo tronco que el padre. sucediendo, mientras sucede. No
f¼ܼ¯åÎÒ¯×ίÁ»­“Á¼×šÁÍܝ­“µ©Ý¼ׯ»ÌÁµµ©Âµ̯ÒÁ¼ somos capaces de ver dónde está
el que vive un joven trabajador. No frecuentaba la Iglesia y, a causa de venciendo Cristo, justamente de-
su trabajo, llevaba una vida bastante distinta de la suya, se iba a dormir lante de nuestros ojos.
»Üì×ʝì¼Ü¼“Ò×’µ­Áʝ“¼ÎĮ¼šõ¼¯×¯åįµÌΝ“ǞÍܝ Ahora sucede también lo que su-
estaba como aparcado en el piso, nada más. Hasta que una noche fue a cedió al principio, como cuenta el
cenar un amigo que, asombrado por lo que estaba viendo, empezó a de- Evangelio: «Al entrar Jesús en Ca-
cir: «¡Qué ambiente tan bonito hay aquí!». Había percibido cosas que él, farnaún, un centurión se le acercó
que vivía allí, no había percibido. En un momento dado, salió de su habi- rogándole: “Señor, tengo en casa un
tación el joven trabajador –nadie sabía que estaba en casa–, se sentó a la criado que está en cama paralítico y
mesa y el amigo empezó a hablar con él. El universitario no hizo mucho sufre mucho”. Le contestó: “Voy yo
caso, pero a la mañana siguiente el amigo le llamó para decirle: «Ese chico a curarlo”. Pero el centurión le re-
está buscando de verdad, se ve que ha visto algo en vosotros». Y él: «¡Bah, plicó: “Señor, no soy digno de que
no creo…!». Aquella misma mañana el universitario decidió ir a bañarse entres bajo mi techo. Basta que lo
al río y con poca convicción le dijo al joven trabajador: «¿Quieres venir?», digas de palabra, y mi criado que-
y él: «Sí, sí, voy». Al llegar al río, empezó a contarle lo que había supuesto dará sano. Porque yo también vivo
para él llegar a ese piso: «Me di cuenta enseguida de que había algo distin- bajo disciplina y tengo soldados a
to entre vosotros». Nadie le había dicho que había varios del movimiento. mis órdenes; y le digo a uno: ‘Ve’, y
En la habitación del estudiante que estaba antes que él había encontrado va; al otro: ‘Ven’, y viene; a mi cria-
14 el librito La voz única del ideal (San Pablo, 2018): «Lo leí entero y después se do: ‘Haz esto’, y lo hace”. Al oírlo, Je-
lo regalé a mi hermano, que empieza su último año de liceo, porque nece- sús quedó admirado y dijo a los que
sita estas cosas». Y le dijo: «Me gustaría conoceros», y después: «¿Me en- lo seguían: “En verdad os digo que
señas a rezar?». El universitario me decía: «La noche anterior había pen- en Israel no he encontrado en nadie
sado preguntar a los demás si querían rezar alguna oración al terminar la tanta fe». ¡Lo ve en un pagano! En
cena, pero después pensé: está él, así que no lo intento, lo evito, porque, Israel no ha encontrado una fe tan
¿por qué debería interesarle rezar? Es decir, yo no veía algo que el amigo grande. Por eso añade Jesús: «Os
al que había invitado estaba viendo. Menos mal, porque la apertura de su digo que vendrán muchos de orien-
mirada me ha traspasado también a mí». te y occidente [los últimos, los pa-
ganos] y se sentarán con Abrahán,
¡Qué pobreza hace falta para dejarse generar por el último en llegar! De Isaac y Jacob en el reino de los cie-
hecho, ¿cuál es el riesgo que corremos, como hemos visto en este caso? La los; en cambio, a los hijos del reino
obviedad. ¿En qué se ve? En el hecho de que en nosotros ya no hay asom- [es decir, aquellos que habían sido
llamados primero] los echarán fue-
ra» (Mt 8,5-12). Y no porque los eche
Él, como un castigo, sino porque se
excluyen ellos mismos al no haberle
«Este es el drama. Podemos no reconocido. Los últimos pueden re-
conocer, como el centurión, lo que
captar lo que está sucediendo los hijos, los primeros a los que está
destinado el anuncio de Jesús, no
ahora como lo captan, reconocen.
Este es el drama. Nosotros, «los hi-
en cambio, los últimos» jos del reino», que incluso hemos
octubre 2019 PÁGINAŐUNO

«Solo si vivimos una experiencia


de paternidad podremos comunicar
a quien se encuentre con nosotros por
el camino la respuesta al vacío de sentido»

comido y bebido con Él al participar en la vida de la +¯ÜÒÒ¼¯¼ÁҚ寝Îםõ¼µ»¼×šܼ̝µ¯©ÎÁÍܝ¼ÁÒ


comunidad cristiana, podemos no captar lo que está acecha. ¿Qué peligro? El de pensar que podemos desa-
sucediendo ahora como lo captan, en cambio, los últi- rrollarnos siendo autónomos del padre. «Pero a medida
mos. Por eso nos perdemos la novedad que Cristo está que pasa el tiempo, el peligro es que nos desarrollamos
introduciendo en la historia –no en el pasado, sino aho- como se desarrolla el hijo con respecto al padre, que
ra–, esa novedad que reconocen precisamente los úl- hace su camino prescindiendo del padre», y de este
timos en llegar, mientras que nosotros nos quedamos modo «los hijos ya no son hijos del padre; momentá-
discutiendo de «nuestras cosas», y sucumbimos de este neamente son discípulos [mirad qué descripción más
modo a la mentalidad de todos, sucumbimos a las re- perfecta: muchas veces nosotros somos “momentánea-
glas. Al faltar el asombro, sucumbimos a las reglas, a las mente discípulos”] para poder actuar. Cuando pueden
estrategias, como dijo el papa Juan Pablo I en aquella actuar lo hacen por su cuenta [cuando podemos actuar
frase que citó tantas veces don Giussani: «El verdadero por nuestra cuenta, prescindimos gustosamente del
drama de la Iglesia a la que le gusta llamarse moderna padre]. […] En cambio, si uno es hijo, crece y aporta
[de los cristianos que, en el fondo, ceden a la mentali- toda la novedad a lo que el padre decía» (Apuntes del
dad de todos] es el intento de corregir el asombro del Consejo de presidencia de CL, 24 de julio de 1992, con- 15
evento de Cristo con reglas» (Juan Pablo I, Humilitas, servados en la Secretaría general de CL, Milán).
n. 3/2001, p. 10). Comenta don Giussani: «Cuando nos
sustraemos al asombro [cuando ya no nos asombramos Este es el desafío que tenemos ante nosotros al co-
por nada porque no reconocemos lo que sucede mien- mienzo de este año: vivir con el deseo de captar esa
tras sucede, es decir, el acontecimiento de Cristo que presencia que nos genera, esas autoridades que ven-
despierta y hace brotar tu rostro] […], no se puede evitar cen el nihilismo, una presencia tan excepcional que
someter la propia vida, segmentada, a la esclavitud de nos haga preguntarnos: «¿Quién es este?».
las reglas» (In cammino. 1992-1998, op. cit., pp. 107-108). «Dios nos ama», ha dicho recientemente el papa
Por el contrario, «el acontecimiento cristiano es el Francisco, «se hizo más cercano de lo que hubiéra-
encuentro con una realidad humana que vehicula mos podido imaginar, tomó nuestra carne para sal-
la evidencia de una correspondencia de lo divino – varnos. Este anuncio es el corazón de la fe; debe pre-
que se ha inclinado y ha entrado en nuestra vida– a ceder y animar todas nuestras iniciativas. Existimos
lo que somos. Este encuentro me abre los ojos a mí para hacer palpable esta cercanía. Pero no se puede
mismo, hace que se desvele mi persona, se demuestra comunicar la cercanía de Dios sin tener experiencia
correspondiente a lo que soy: me permite darme cuenta de ella, sin experimentarla cada día…» (Francisco,
de lo que soy, de lo que quiero, porque me permite Discurso a los Obispos participantes en el Curso de for-
comprender que lo que porta es justamente lo que mación promovido por la Congregación para los Obispos
quiero […]. Es como si dijese: “Mira [¡mira!] lo que y por la Congregación para las Iglesias Orientales, 12 de
eres, y dime después si no te correspondo. Solo si no septiembre de 2019). Solo si nos volvemos hijos, solo
te conoces puedes creer que yo no te correspondo y si vivimos una experiencia de paternidad podremos
ÌΝ¨Î¯ÎÁ×ΓÁÒ“Á»ÁÒ¯©¼¯õ“šÁš×ÜìÁŌĿÒš- testimoniarnos mutuamente y comunicar a quien se
cir, puedes perderme]» (In cammino. 1992-1998, op. encuentre con nosotros por el camino la respuesta al
cit., pp. 111-112). vacío de sentido que domina hoy.
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Foto de portada
Elliott Erwitt.
Suplemento a la revista Huellas – Litterae Communionis, n. 9, octubre 2019 f\žįpìÁ»¯¼©Ò×םĮĂĊĆąĮ
© 2019 Fraternità di Comunione e Liberazione © Magnum/Contrasto

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