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1 Pedro 5:6-11 (conclusión)'

(v) Por último, Pedro habla de la ley del sufrimiento cristiano. Dice que, después que el cristiano ha
pasado por el sufrimiento, Dios le restaura, establece, fortalece y afirma. Hay todo un cuadro detrás de
cada una de las palabras que usa Pedro aquí. Cada una nos dice algo acerca de lo que el sufrimiento está
diseñado que haga por la persona.

(a) Por medio del sufrimiento Dios restaura a una persona. La palabra para restaurar es difícil de traducir
en este caso. Es kartarizein, que se usa corrientemente para arreglar una 'fractura, la palabra que se usa
en Mr 1:19 para remendar las redes. Quiere decir suplir lo que falta, arreglar lo que está roto. Así es que
el sufrimiento, si se acepta con humildad, confianza y amor, puede reparar las debilidades de carácter de
una persona y suplir la grandeza que todavía no tiene. Se dice que Sir Edward Edgar estaba una vez
oyendo cantar a una joven un solo de una de sus composiciones. Tenía una voz con una pureza, claridad
y gama excepcionales, y una técnica casi perfecta. Cuando ella acabó, Sir Edward dijo suavemente: «Será
realmente grande cuando le suceda algo que le rompa el corazón.» Barrie cuenta cómo perdió su madre
a su hijo favorito, y entonces dice: «Así fue como obtuvo mi madre la ternura de sus ojos, que hacía que
otras madres acudieran a ella cuando perdían un hijo.» El sufrimiento había hecho algo por ella que no
podría haber producido una vida fácil. El sufrimiento está diseñado por Dios para añadir las notas de la
gracia a la vida.

(b) Por medio del sufrimiento Dios establece a una persona. La palabra es stérizein, que quiere decir
hacer tan sólido como el granito. El sufrimiento del cuerpo y el dolor del corazón hacen una de estas dos
cosas a la persona: o le hacen colapsarse o le dejan con una solidez de carácter tal que nunca habría
podido obtener de otra manera. Si se enfrenta con ellos con una constante confianza en Cristo, surge
como el acero que ha sido templado al fuego.

(c) Por medio del sufrimiento Dios fortalece a una persona. La palabra griega es sthenún, que quiere
decir llenar de fuerza. Aquí se usa con ese sentido. Una vida sin esfuerzo y sin disciplina inevitablemente
se vuelve blandengue. No sabemos realmente lo que nuestra fe representa para nosotros hasta que ha
sido templada en el horno de la aflicción. Hay algo doblemente precioso en una fe que ha salido
victoriosa del. dolor y de la aflicción y de la desilusión. El viento extingue una llamita débil, pero atiza
una llama fuerte haciéndola una hoguera mayor. Así sucede con la fe.

(d) Por medio del sufrimiento Dios afirma a una persona. La palabra griega es themeliim, que quiere
decir echar el ci= miento. Cuando tenemos que enfrentarnos con la aflicción y el sufrimiento,
ahondamos hasta el mismo lecho rocoso de la fe. Entonces descubrimos cuáles son las cosas
inconmovibles. Es en la hora de la prueba cuando descubrimos las grandes verdades en las que se funda
la vida verdadera.

El sufrimiento está lejos de hacer estas cosas preciosas por cualquier persona. Bien puede conducir a
una persona a la amargura y a la desesperación; bien puede arrebatarle la fe que tuviera. Pero si se
acepta con la confiada seguridad de que la mano de un Padre nunca le produce al hijo una lágrima
innecesaria, entonces salen cosas del sufrimiento que no puede sacar a _Irz nunca una vida fácil.

La verdadera victoria en la persecución es ver a Dios detrás de las escenas, obrando Sus maravillosos
propósitos. No importa cuáles sean nuestras pruebas, deberíamos recordar ante todo que Él es el Dios
de toda gracia. Este cautivador título de nuestro Dios nos recuerda que Sus tratos para con nosotros no
se basan en lo que merecemos, sino en Sus pensamientos de amor para con nosotros. No importa cuán
fieras sean nuestras pruebas: siempre podemos dar gracias de no estar en el infierno, que es donde
merecíamos.

Una segunda y poderosa consolación es que Él nos llamó a su gloria eterna. Esto nos capacita para mirar
más allá de los sufrimientos de esta vida al tiempo en que estaremos para siempre con el Salvador y
seremos como Él para siempre. ¡Pensemos en esto! ¡Él nos recogió del montón de los desperdicios, y nos
llamó a su gloria eterna!

Una tercera consolación es que el sufrimiento es sólo por un poco de tiempo. Cuando se contrasta con la
gloria eterna, las aflicciones de la vida son menos que momentáneas.

El aliento final es que Dios emplea el sufrimiento para educarnos y moldear nuestro carácter cristiano.
Nos está instruyendo para reinar. Y se relacionan cuatro aspectos de este proceso de instrucción:
Perfeccione -Las pruebas hacen idóneo al creyente. Le suplen los elementos necesarios en su carácter
para hacerlo espiritualmente maduro.

Afiance -El sufrimiento hace a los cristianos más estables, más capaces de mantener un buen testimonio
y de soportar bien bajo la presión. Ésta es la misma palabra que el Señor Jesús empleó con Pedro: «Y
tú ... fortalece [[o, afianza]] a tus hermanos» (Luc 22:32).

Fortalezca -Con la persecución Satanás tiene el designio de debilitar y desgastar a los creyentes, pero
tiene el efecto contrario. Los fortalece para persistir.

Establezca -En el original, el verbo está relacionado con la palabra «fundamento». Dios quiere que cada
creyente esté firmemente plantado en un puesto seguro en Su Hijo y Su palabra.

Dice Lacey:

El inevitable sufrimiento de la vida cristiana produce siempre el mismo bendito resultado en el carácter
de los creyentes; afinará la fe, ajustará el carácter, afianzará, fortalecerá y establecerá al pueblo de Dios.
[[(1Pe 5:10) Harry Lacey, God and the

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