Вы находитесь на странице: 1из 6

Las siete leyes fundamentales o principios universales fueron dados a conocer por el sabio

ENOC, quien fue conocido en Egipto como Hermes el grande, el padre de la sabiduría, el
fundador de la astrología, el descubridor de la alquimia. Los egipcios lo edificaron bajo el
nombre de Dios Tot. Años después los griegos le llamaron Hermes Trimegisto, o el tres
veces grande, y lo adoraron como el Dios de la sabiduría. Los detalles de su vida se pierden
en la gran inmensidad de las edades. Es por medio de estas leyes cósmicas fundamentales
como el adepto logra alcanzar estados de mayor evolución y desenvolvimiento; por ellas,
conoceremos toda la verdad del universo y lograremos igualmente elevarnos hacia el
mundo mental superior, para lo cual están dadas todas las condiciones, ya que la humanidad
en su gran mayoría se encuentra preparada para recibir estas enseñanzas, lo cuál es normal
dado que nos estamos adentrando en la era de acuario, era en la cual la mente se expresa
ampliamente. Los principios de la verdad son siete pero en esencia son uno sólo ya que
están íntimamente interrelacionados y dependiendo los unos de los otros en forma
armónica. Quien logre comprenderlos poseerá la clave mágica ante la cual todas las puertas
del templo se le abrirán totalmente. Estos principios universales son: el principio del
mentalismo que dice: “todo es mente”, el universo es mental. Luego sigue principio de
correspondencia que nos dice: “como es arriba esa bajo, como esa bajo es arriba”.
Posteriormente encontramos el principio de vibración que dice “todo vibra nada está
quieto” todos se mueve, hasta la pierda más tosca está en constante movimiento. Luego
viene principio de polaridad que nos dice: “todo tiene su parte opuesta”; igualmente
encontramos las dos leyes de causación que son el principio del ritmo que nos dice: “todo
fluye y refluye” todo tiene sus períodos de avance y retroceso, y el principio de causa y
efecto, el cual nos indica que “toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa” y por
último encontramos el principio de generación, el cual expresa que “todo tiene su principio
masculino y femenino”, todo tiene dos polos, el positivo y el negativo.

Ley del mentalismo


La ley del mentalismo se basa en un aforismo que dice “todo es mente, el universo es una
creación mental”. El universo en que vivimos es una creación mental del TODO en cuya
mente vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Todo lo que existe es producto de la
mente divina y toda manifestación captada o no por nuestros sentidos físicos es esencia
mental. Dicen los diferentes textos bíblicos que Dios creó al hombre a su imagen y
semejanza, esta semejanza o imagen divina proviene del fluido mental del cual formamos
parte; es por ello, que como hijos de Dios creamos con nuestra propia mente todo lo que nos
rodea en el mundo físico o en los planos de cuarta dimensión. Toda creación es traída por la
mente humana a este plano físico, pero como el hombre está dotado de libre albedrío, éste le
permite usar la mente para el bien y para el mal. Cada pensamiento tiene forma y color y
puede ser visto por nuestros propios ojos en el plano astral o plano psíquico; por ello se dice
que la mente es la matriz del cosmos y es el pilar de quien aspira a la maestría. El temor y la
duda son energías concentradas, por lo tanto se manifiestan instantáneamente en el
momento en que las creamos con la mente. El hombre con su mente vive creando temores:
temor a perder el trabajo, temor a que le roben, temor al engaño, así como pensamientos de
desgracia y preocupación. Debemos aprender a controlar nuestra mente, ya que por medio
de ella construimos nuestro mundo, el cual no puede ser diferente de nuestra forma de
pensar; es por ello que se dice que todo en el mundo es una apariencia, y la apariencia sólo
se vive de acuerdo al pensamiento que estamos emitiendo desde nuestra mente. Podemos
crear cosas buenas o malas, pero si vemos que estamos creando cosas malas podemos
utilizar el mismo principio del mentalismo para cambiar la situación. Lógicamente esto no
va hacer algo fácil puesto que llevamos casi toda una vida decretando “no puedo”, o “mi
mala memoria”, o “mi mal sueldo” y muchas otras afirmaciones negativas. Con ello lo que
estamos haciendo es crear y alimentar energéticamente esa condición a nivel de nuestro
subconsciente, el cual ópera de forma muy similar a una computadora o una grabadora, la
que, al ser activada en forma consciente o inconsciente se encarga de manifestar aquello que
hemos creado y si esto lo alimentamos constantemente, ya sea porque lo escuchamos, lo
hablamos, o lo pensamos, o por medio de terceros que lo piensen o manifiesten con respecto
a nosotros, va penetrando en nuestro subconsciente y sufre un proceso de inteligenciamiento
y puede quedar tan grabado que pasa a nuestras esferas mentales formando allí una auto
imagen o cristalización mental que nos puede acompañar en muchas vidas; sin embargo,
con una constante vigilancia de nuestra mente y el uso controlado de la misma, y por medio
de la afirmación constante y consciente de aquello que anule lo negativo, podemos ir
limpiando nuestro mundo mental. Lo que nunca recordamos es que en el mundo que
estamos viviendo fue creado usando casi siempre mal nuestra mente; pero ahora podemos
invertir en forma consciente la condición, puesto que quien comete un delito en forma
consciente o inconsciente, lo cual no tiene ninguna diferencia, se condena, por lo que el
delito fue cometido y el acto fue llevado a cabo. De igual manera, quien piensa algo, está
creando como acto eso que piensa, porque la mente precipita; la mente es creadora, la mente
lleva a cabo las cosas y además por vibración atrae hacia si lo semejante. Por lo tanto,
procuremos pensar positivamente ya que los pensamientos positivos siembran en nosotros y
en nuestro subconsciente un semillero maravilloso de vibraciones luminosas, que salen de
nuestros cuerpos mentales y van a tocar otras mentes estimulándolas en el sentido positivo,
trayendo el éxito a nuestro mundo y a nosotros mismos. El que tiene confianza en sí mismo
llegará adonde se lo propone, si busca el camino actuando inteligentemente con fe y
entusiasmo.

Ley de correspondencia
La ley de correspondencia se basa en el enunciado de: “como es arriba es abajo, como es
abajo es arriba”. Este principio encierra la verdad de que entre los diferentes planos en que
se manifiesta la vida y todo cuanto existe en el cosmos, hay una concordancia o
correspondencia que los unifica y nos permite entenderla y reconocer la clave para dar
respuesta a las grandes inquietudes e interrogantes que encontramos en el transcurso de
nuestra vida y en la naturaleza, ya que aplicando este principio veremos que las formas más
minúsculas son un perfecto reflejo de las mayores. Veremos que el macrocosmos es igual al
microcosmos y que al hombre mismo; al estudiar el átomo comprenderemos un sistema
planetario y viceversa. Para facilitar el estudio de esta ley la filosofía hermética considera
que la vida se manifiesta en los planos principales: primero, el plano físico; segundo, el
plano mental y tercero, el plano espiritual. En realidad son uno solo, únicamente están
separados uno del otro por su grado de vibración electromagnética de tal forma, que a
mayor vibración tanto más elevado es el respectivo plano. Por lo tanto no existe
exactamente una línea que los separe sino que se van esfumando el uno del otro hasta
construir un todo armónico, siendo su punto de manifestación más bajo o denso, la materia
y el más alto o sutil, el espíritu. Podemos pasar del plano físico espiritual en forma
ascendente, o bien, del plano espiritual al físico en forma descendente. Para pasar del plano
físico al mental es necesario aprender a catalizar la mente, y para pasar del plano mental al
espiritual es necesario catalizar los tres. Por medio de la ley de correspondencia podemos,
partiendo del átomo, conocer las moléculas, los tejidos y el microcosmos y a partir del
microcosmos analizar los sistemas solares, planetas y lunas, lo cual nos lleva conocer las
galaxias y de ahí al cosmos. Igualmente podremos conocer la correspondencia que existe en
el plano físico y astral y comprender, como un ser al desencadenar, por correspondencia va
al lugar que le corresponde, de acuerdo al manejo de energía realizado por él durante su
vida como encarnado. Este mismo principio nos permite entender que tal como es arriba un
Padre todopoderoso creador, abajo es un hijo que también tiene la capacidad de crear,
porque ha sido creado a su imagen y semejanza. Igualmente este principio nos permite
conocer estudiando la respiración, por ejemplo, la creación y transformación de los mundos
y sistemas. En igual forma conociendo la estructura misma del ser humano, veremos que
ésta tiene una similitud con los mundos; por eso se dice que las almas y los mundos se
parecen, porque hay una correspondencia o correlación.

Ley de vibración
El principio o ley de vibración nos dice: “nada está inmóvil, todo se mueve”. Todo en el
cosmos vibra desde el todo que es puro espíritu hasta la más tosca forma material, desde el
gran universo hasta el más pequeño de los átomos, la diferencia está dada por la rata
vibratoria: cuanto más alta es la vibración, más elevada es su posición en la escala. La vida
es vibración, desde lo más lejana pulsación de un quásar hasta la más leve pulsación del
minúsculo insecto que despliega sus alas al nacer el día, y muere cuando cae la noche.
Absolutamente todo lo que el ser humano percibe a través de sus cinco sentidos primarios
son diferentes grados de vibración que se hacen palpables y visibles en el suave color de
una rosa, en el rumor de la brisa, o en la apacible quietud de la piedra aparentemente
estática. La ciencia actual ha comprobado que todo lo que se conoce como materia y
energía, son diferentes modos de movimiento vibratorio. Que todo se manifiesta en mayor o
menor grado de vibración, lo cual produce los cambios de temperatura, de calor y sonido;
igualmente ha comprobado que toda partícula tiene movimiento circular al igual que los
planetas y los sistemas planetarios, los cuales a su vez giran en torno de otros más grandes y
así hasta el infinito. Este principio explica las diferencias existentes entre las diversas
manifestaciones de la materia, de la mente y el espíritu, y nos permite vislumbrar que es
posible pasar de plano material al espiritual o viceversa. Un ejemplo que nos puede ayudar
entender esta verdad sería el de una hélice, la cual al principio veríamos estática con sus
aspas palpables y densas que nos permiten tocarla y ubicarla. Si la hacemos girar
constantemente vamos aumentando su velocidad de giro hasta límites casi imaginarios,
podríamos observar, que al comienzo sus aspas son plenamente visibles y comienza
producir un sonido o ruido de tono grave. A medida que la vibración aumentando, el sonido
se va haciendo más sutil hasta que llega un momento en el que no escuchamos nada, ya que
gradualmente con el incremento de la velocidad o rata vibratoria vamos pasando por toda la
escala musical incluyendo los suprasonidos, los cuales no son captados por el oído humano.
Sin embargo, vemos algo que se mueve hasta el punto de desaparecer de nuestra vista
material y comienza surgir un color rojo oscuro. A medida que la velocidad aumenta se va
tornando en un rojo brillante que pasa posteriormente al naranja, de este al amarillo, del
amarillo al verde, luego al azul y posteriormente al violeta, hasta que de pronto se vuelve
blanco y entramos en la escala de los supracolores, el ultravioleta y todas las demás
tonalidades no captadas por nosotros físicamente. Con la física experimental se nos dice que
cuando un cuerpo llega a superar la velocidad de la luz, este se descompone, lo que pasa es
que entra en una dimensión de vibración mayor. Ahora bien. Por medio de la ley de
vibración podemos entender los diferentes grados a nivel dimensional; en la tercera
dimensión se manifiesta el plano físico; en la cuarta dimensión está la contraparte de ese
plano, allí la vibración es mayor, es por ello que los seres desencarnados no son percibidos
por nuestros ojos físicos, ya que ellos se encuentran aquí mismo, solo que vibrando más
alto. Si nos adentramos en el mundo de la quinta dimensión, las cosas serán mucho más
brillantes, su vibración será tan elevada que es imperceptible para nosotros y la luz de esos
planos es tan alta, tanto a nivel de calor y luminosidad, que nosotros con esta débil material
en la cual estamos sosteniendo nuestros espíritus, nos quemaríamos y no podríamos
soportar ni resistir su radiación. Es por ello que los seres que moran en las altas esferas no
descienden al plano físico en forma directa, ya que podrían ocasionar un caos. Por medio de
esta ley y con la aplicación consciente del mecanismo de la ley de correspondencia,
podremos nosotros elevar nuestra rata vibratoria, lo que nos permitirá dirigirnos junto con la
tierra a estratos de mayor vibración (un vez se den los cambios definitivos de la era de
piscis a acuario); para ello hemos de desdensificar nuestra materia, hemos de limpiar
nuestro cuerpo físico, limpiar nuestras células, eliminar toda serie de toxinas, limpiar
nuestros vehículos sutiles para ponernos a tono con la nueva vibración de acuerdo al estrato
dimensional en el cual el planeta se está adentrando en esta nueva era. De esta manera,
podremos manifestarnos como hombres luz o superhombres. Si nosotros polarizamos
nuestra mente en una alta vibración, las bajas vibraciones no nos afectarán. Esto demuestra
claramente que lo que yo siento no depende de lo que piensen los demás sino de lo que yo
mismo pienso. Entonces no podemos echarle la culpa a nadie si nos sentimos mal, si
tenemos preocupaciones o dolores, ya que todo esto lo hemos ocasionado nosotros mismos
a través de manejo inadecuado o adecuado de nuestro libre albedrio o voluntad.

Ley de polaridad
El principio o ley de polaridad nos dice que: “todo tiene su par de opuestos, todo es dual,
todo tiene dos polos, los semejantes y los antagónicos son lo mismo, los opuestos son
idénticos, pero diferentes en grado, los extremos se tocan”. La ley de polaridad explica que
lo que separa a cosas diametralmente opuestas es solamente cuestión de grados y afirma que
todo par de puestos pueden reconciliarse mediante la aplicación de este principio, el cual ha
servido de punto de partida para grandes avances de la ciencia y que nos ha llevado a
comprender como todo movimiento es un todo, o sea el resultado de dos fuerzas contrarias:
una centrifuga y otra centrípeta. Veamos cómo se manifiesta esta ley en los diferentes
planos: por ejemplo en el plano físico, podremos ver que el calor y el frío aunque parecen
ser dos cosas diferentes son realmente una misma temperatura expresada en diferentes
grados de una misma escala térmica. Lo que nos permite conocer el calor es la existencia
del frío y viceversa; lo mismo nos permite apreciar como existe lo negro y lo blanco, la luz
y las tinieblas, lo grande y lo pequeño. Cuando se dice que toda verdad es relativa, o que las
verdades son semiverdades es por la razón de que nada es definitivo; tenemos el caso de la
oscuridad y la claridad: si partimos de la oscuridad llegará un momento en el que poco a
poco irá penetrando la luz y tendremos un momento en que no sabemos si hay oscuridad o
claridad pues habrá penumbra y si seguimos ascendiendo en grados de luz llegara un
momento en que donde teníamos oscuridad terminará por haber claridad, de tal modo que lo
que estaba oscuro era susceptible de ser transformado; por lo tanto, esa oscuridad no era
verdad definitiva sino una verdad a medias. Jamás existe la oscuridad total, ya que siempre
dentro del átomo hay un centro que es luz, aunque no sea percibido por nuestros ojos, o sea
que dentro de la oscuridad habita la luz. Otro ejemplo podría ser el viajar con rumbo norte:
si avanzamos y avanzamos llegará un momento en el que estaremos viajando rumbo sur. En
el plano mental también podemos observar este principio: es así como encontramos que el
amor y el odio parecen dos sentimientos opuestos, totalmente irreconciliables, pero
aplicando el principio de polaridad, encontraremos que no existe un amor absoluto ni un
odio absoluto y que el amor mismo puede transmutarse en odio o bien suceder al contrario.
Un hombre temeroso puede pasar a lo largo de una línea de miedo, y con determinación
llegar a un estado de valentía-heroísmo. Un individuo perezoso puede por medio de grados
de voluntad llegar a ser muy activo o también puede darse lo contrario. El espíritu y la
materia son polos de la misma cosa, siendo los estados intermedios solamente diferentes
grados vibratorios. Todo es cuestión de grados y de acuerdo con ello se clasifican en
positivos y negativos; es así como el amor es positivo y el odio negativo; la fe es positiva y
el miedo negativo. La práctica de este principio nos facilita comprender mejor nuestros
estados mentales, así como los de los demás y nos prueba que estos son únicamente
diferencias de grados, los cuales podemos elevar por medio de nuestras vibraciones
interiores a voluntad y hacernos dueños de esos grados en lugar de ser sus servidores.
Igualmente, por medio del uso adecuado de la ley podremos ayudar a otros
inteligentemente, polarizando situaciones, pero antes debemos adquirir el arte y el poder de
polarizamos a nosotros mismos, ya que de otra manera no podremos polarizar otros
ambientes, personas o cosas, hay que comenzar por uno mismo.

Ley del ritmo


Esta ley o principio nos dice que: “todo fluye y refluye”, todo tiene sus periodos de avance
y retroceso, todo asciende y desciende, todo se mueve como un péndulo, la medida de su
movimiento hacia la derecha es la misma de su movimiento hacia la izquierda. El ritmo es
la ley de compensación, es el reflejo de la vida misma. En el universo todo se manifiesta en
un determinado movimiento de ida y vuelta. Todo asciende y desciende, todo tiene su
avance y retroceso porque todo obedece a periodos cíclicos en los cuales podremos observar
tres etapas o momentos: expansión, descenso y recuperación. En la tierra tenemos como
expresión de la ley del ritmo las mareas, la forma como suben y bajan; el ir y venir de las
olas del mar ilustran perfectamente estos tres pasos o etapas. Esta ley rige al igual que todas
las demás para el cosmos, los planetas, soles, animales, plantas, el hombre y su medio.
Igualmente se manifiesta en los gobiernos, la economía, los negocios, y la resultante de
todos ellos, nuestros estados anímicos y emocionales. Por medio de ella nos podremos
explicar la razón por la cual a una gran alegría desbordante, le sigue un periodo de tristeza;
a una risa descomunal, le sigue el llanto; a momentos de dolor y angustia le suceden y
superan momentos de placer y tranquilidad. Esto nos lleva al conocimiento de que si
aprendemos a afrontar los golpes de la vida podremos alcanzar los momentos felices de la
misma. Al lograr elevarnos al plano superior escapamos de la oscilación y por lo tanto
escapamos de la rueda kármica o rueda de encarnaciones, y nos ubicamos en un punto tal,
que lograremos alcanzar el amor, la perfección y la verdad. Esa verdad que es una sola y
que es todo lo bueno y perfecto, aquella verdad a la cual se refería el maestro Jesús cuando
decía “conoced la verdad y ella os hará libres”

Ley de causa y efecto


La ley de causa y efecto nos dice: “toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa”.
Todo sucede de acuerdo con la ley, la suerte no existe; hay muchos planos de causalidad,
pero nada escapa a la ley. Es por esta ley que todas las cosas son, han sido y serán. Es la
misma ley conocida en la filosofía como el principio de causalidad. En el materialismo
dialéctico se le conoce como la unidad de los contrarios; en la ciencia actual la encontramos
expresada en la tercera ley de Isaac Newton: la ley de acción y reacción; además se
encuentra expresada en casi todos los libros sagrados de las diferentes religiones, con muy
variados ejemplos como el pasaje bíblico que nos dice, que aquello que sembremos eso
mismo habremos de cosechar. En el universo, todo movimiento tiene su verdadera
resonancia, su propio efecto; todo cuanto sucede, las consecuencias de esos sucesos y todo
acontecimiento son causales y no casuales; es por ello que nada se da al azar, ni siquiera la
caída de una hoja; todo en el universo se concatena. La ley de causa y efecto se manifiesta
tanto el plano físico como en los planos de cuarta dimensión, ya que ni con la
desencarnación podemos apartar el efecto de la causa y es aquí donde encontramos la
explicación a la reencarnación o secuencia de vidas en las cuales tiene lugar la adquisición
de experiencias y la aplicación de la justicia retributiva. Sin embargo, el proceso evolutivo
del hombre y del universo no se limita simplemente a un ajuste de causas y efectos; si fuera
así, nos encerraría en un camino circular que nos llevaría a dar vueltas continuamente sin
llegar nunca a un fin; por lo tanto, todas las cosas y el hombre mismo se mueven en ciclos
progresivos ascendentes, de manera que puedan gozar de todas las ventajas y de todas las
oportunidades de desarrollo que el universo puede ofrecerles. Esto quiere decir que tal
como el anochecer trae como efecto el amanecer, el sol sale cada mañana, pero cada
mañana ha progresado o adelantado más en su jornada anual. Del mismo modo, el hombre
regresa mediante la reencarnación para adquirir nuevas experiencias, y por medio de la
aplicación de las leyes universales, va dominando sus costumbres negativas y aumentando
su nivel vibratorio, logrando progresar o avanzar más hacia la meta de la perfección hasta
lograr la unificación en los planos del mundo espiritual. El hombre, los grupos sociales, las
naciones del mundo, están sujetos a la ley universal. Todos los males y las enfermedades
obedecen a lo que realmente merecemos. Por lo tanto, dominando el hombre sus actitudes,
sus pensamientos y sus obras, podrá lograr su verdadero avance evolutivo y podrá
transformar su mundo un verdadero paraíso.

Ley de generación
Esta ley nos dice que: “la generación existe por doquier. Todo tiene sus principios
masculino y femenino, la generación se manifiesta en todos los planos”. La palabra
generación deriva de la raíz latina que significa “concebir, procrear, producir” y tiene un
significado mucho más amplio que la del sexo. Todo cuanto existe tiene sus principios
masculino y femenino es decir todo contiene los principios activo y positivo, en todo se
manifiesta la acción del ánodo y el cátodo. La polaridad y la generación se manifiestan en
todos los planos tanto en el físico como en el elemental y el espiritual. En el plano físico
este principio se reconoce por la diferencia de los sexos, pero de ninguna manera tiene que
ver algo con las degradantes teorías de varias escuelas o sectas enseñan a la humanidad,
llevándola a un mala utilización de esta energía; nada tiene que ver el principio de
generación con ese aspecto tan sublime para el hombre: hemos de saber, que para el ruin
todas las cosas son ruines y para el puro todas las cosas son puras. Este principio de
generación está igualmente presente en los reinos vegetal y animal, al igual que en el ser
humano donde el hombre es el elemento pasivo que imprime la energía para que la mujer o
principio activo lleve a cabo la maravillosa labor de la procreación; por otra parte cada uno
de los seres humanos independientemente de que sea una mujer tiene su complemento o
alma gemela; no existe ningún ser solitario, a menos que sea andrógino, dependiendo de la
evolución planetaria de la cual sea originario como es el caso de los seres de Urano; ellos
también tienen el principio masculino y femenino, sólo que integrados en un solo ser.

Вам также может понравиться