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Resumen: Curvas de Indiferencia

Rina Julissa Hernández 0801-2000-21833


Las curvas de indiferencia representan todas aquellas decisiones de consumo que
proporcionan al consumidor el mismo nivel de satisfacción.
Propiedades de las curvas de indiferencia
Tienen pendiente negativa: si disminuye la cantidad de un bien, para mantenerse en el
mismo nivel de satisfacción tendrá que compensarlo con mayor cantidad del otro bien.
Un consumidor debe tener mas unidades de un bien en la medida que tiene menos del
otro bien (supuesto de insaciabilidad)
Las curvas de indiferencia de un mismo individuo no se cortan: si se cortasen habría un
punto (punto de corte) en el que ambas curvas tendrían el mismo nivel de satisfacción),
pero como dentro de cada curva todos sus puntos tienen el mismo nivel de satisfacción,
esto implicaría que todos los puntos de las dos curvas tendrían el mismo nivel de
satisfacción. Esto no tendría sentido ya que a un lado del punto de cruce una de las curvas
estaría más alejada del origen (por lo que debería tener un nivel de satisfacción mayor)
mientras que al otro lado del punto de cruce se situaría más cerca del origen (nivel de
satisfacción menor).
Las curvas de indiferencia son convexas hacia el origen: Cuando menos se tiene de un
bien, menos dispuesto estará el individuo a entregar unidades de ese bien por otro
La curva de indiferencias se basa en los siguientes supuestos:
1. Suponemos que este análisis está restringido a aquellos bienes que brindan una utilidad
marginal positiva o, dicho de una manera más sencilla, “cuanto más del bien, mejor”. Una
forma de justificar esta suposición es afirmando que cuando una mayor cantidad de algo
ocasiona que uno se encuentre en una peor posición, uno simplemente puede deshacerse
de ello sin ningún costo. Este es el supuesto de eliminación gratuita.
2. La tasa marginal de sustitución se define como UMX/UMY, o la razón a la cual una
familia está dispuesta a sustituir Y por X. Cuando UMX /UMY es igual a 4, por ejemplo,
uno estaría dispuesto a negociar cuatro unidades de Y por obtener 1 unidad adicional de
X. Suponemos una tasa marginal decreciente de sustitución. Es decir, cuanto más se
consuma de X y cuanto menos se consuma de Y, UMX/UMY disminuye. A medida que
se consume más de X y menos de Y, X se vuelve menos valiosa en términos de las
unidades de Y, o Y se vuelve más valiosa en términos de X. Esto es casi equivalente,
aunque no en forma muy precisa, a suponer una utilidad marginal decreciente.
3. Suponemos que los consumidores tienen la capacidad de elegir entre las combinaciones
de bienes y servicios disponibles. Cuando tiene que elegir entre dos combinaciones
alternativas de bienes y servicios, A y B, un consumidor responde en una de tres formas:
1. prefiere A sobre B, 2. prefiere B sobre A, o 3. es indiferente entre A y B, es decir, A le
gusta tanto como B.
4. Suponemos que las elecciones del consumidor son congruentes con un principio básico
de racionalidad. Si un consumidor demuestra que prefiere A sobre B y, luego, demuestra
que prefiere B sobre una tercera alternativa, C, entonces debería preferir A sobre C
cuando tiene que elegir entre las dos opciones.
Obtención de las curvas de indiferencia
Si aceptamos estos cuatro supuestos, podemos elaborar un “mapa” de las preferencias de
un consumidor. Estos mapas de preferencias están formados de curvas de indiferencia.
Una curva de indiferencia es un conjunto de puntos, cada uno de los cuales representa
una combinación de bienes X y Y, y todos ellos producen la misma utilidad total.
Las formas de las curvas de indiferencia dependen de las preferencias del consumidor, y
el conjunto total de curvas de indiferencia se denomina mapa de preferencias. Cada
consumidor tiene un mapa de preferencias único.
Como se recordará, la demanda depende del ingreso, de los precios de los bienes y
servicios, y de los gustos y las preferencias. Estamos ahora en condiciones de ver la
manera en que las preferencias, al incorporarse en las curvas de indiferencia, interactúan
con las restricciones presupuestarias para determinar el modo en que se elegirán las
cantidades finales de X y Y.
Los consumidores elegirán, entre las combinaciones disponibles de X y Y, aquella que
maximice la utilidad. En términos gráficos, un consumidor se desplazará a lo largo de la
restricción presupuestaria hasta alcanzar la curva de indiferencia más alta posible. La
utilidad aumenta al desplazarse desde puntos como A o C (los cuales se encuentran sobre
i) hacia B (el cual se encuentra sobre i). Cualquier movimiento que se aleje del punto B
des-plaza al consumidor a una curva de indiferencia más baja (un nivel de menor utilidad).
En este caso, la utilidad se maximiza cuando nuestro consumidor compra X* unidades de
X y Y* unidades de Y. En el punto B, la restricción presupuestaria es tangente —es decir,
apenas toca— a la curva de indiferencia i. Siempre que las curvas de indiferencia sean
convexas hacia el origen, la maximización de la utilidad ocurrirá en aquel punto donde la
curva de indiferencia sea solo tangente a la restricción presupuestaria.

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