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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA SALESIANA

NOMBRE: Nicole Jácome GRUPO: 2


TEMA: Arte y percepción visual / Capítulos 2 y 3. La forma.
La visión es una exploración y una aprehensión activa; “ver” es más que solo eso, es también una experiencia
psicológica, cuando vemos un objeto somos nosotros los que vamos hacia él y no él hacia nosotros. Detrás de
esta acción “ver” podemos encontrar que la percepción de formas también es una ocupación activa; la
percepción en sí es una operación intelectual, depende de cada sujeto transmitir la información que está viendo
de acuerdo a factores tanto externos como internos, en donde, entran en juego los cómputos inconscientes;
percibir consiste en la formación de “conceptos perceptuales” que se refieren a lo abstracto; los rasgos
primarios de la percepción son los rasgos estructurales globales, pero también, los sobresalientes es así que
podemos identificar a un objeto por sus proporciones o movimientos más elementales; además, la percepción
realiza la comprensión a nivel sensorial. Por estas razones podemos decir que la “visión es una actividad
creadora de la mente humana (…) ver es comprender” (Arnheim, 1954). Es importante mencionar que “la
proyección solamente reproduce aquellas zonas del objeto cuya conexión rectilínea con los ojos no está
interceptada por ningún obstáculo” (Arnheim, 1954). La forma, según Ben Shahn, es la forma visible del
contenido que a través del aspecto exterior de las cosas nos informa sobre su naturaleza; siempre se la percibe
como forma de una clase de cosas y no de uno en concreto. Podemos encontrar diferentes clases, pero, en las
que quisiera centrarme son: La forma material de un objeto, que es la que viene determinada por sus límites,
y, la forma perceptual, que puede cambiar cuando se cambia su orientación espacial y su entorno. “Toda
experiencia visual se aloja dentro de un contexto espacio y tiempo (…) lo que una persona ve ahora no es más
que el resultado de lo que ha visto en el pasado” (Arnheim, 1954). El sentido de la vista aprehende la forma
de una manera inmediata, pues, capta un esquema global de ella. Una de las leyes básicas de la percepción
visual es “todo esquema estimulador tiende a ser visto de manera tal que la estructura resultante sea tan sencilla
como lo permitan las condiciones dadas” (Arnheim, 1954), de esta manera la “simplicidad” es un elemento
importante para la comprensión y el aprendizaje de lo que estamos observando; la ley de simplicidad menciona
que “las proyecciones dominantes son las que generan esquemas de forma más simple” (Arnheim, 1954),
entre más simetría y orden, la simplicidad es mayor y mejor entendida. Todo el campo visual se comporta
como una “Gestalt”, es decir, todo lo que vemos será una totalidad y de igual manera, lo que sucede en un
lugar o en una de sus partes (cualquier sección de un todo) va a tener un efecto sobre la totalidad, y, la relación
que llevan las partes van a depender de la estructura de su totalidad. Al identificar un objeto, además de sus
rasgos estructurales, también usamos nuestra orientación espacial como marco de referencia, los marcos de
orientación son: retiniano, ambiental y cinestésico; a veces también se pueden dar casos de “cambios
dinámicos” que se deben a la dirección del tirón gravitatorio, “La facultad de reconocer los objetos
independientemente de su posición espacial resulta, por supuesto, ventajosa” (Arnheim, 1954). A lo largo de
los años, los artistas, según su época, han utilizado diversos métodos para poder plasmar de una mejor manera
sus dibujos y que éstas transmitan un significado al observador; son: el método egipcio, el escorzo, el traslapo,
etc. En estos métodos se han utilizado: el juego recíproco de plano y profundidad, la competencia de aspectos
(en cualquier objeto tridimensional, un aspecto es visible solamente en un lugar y tiempo determinados),
realismo y realidad (se crea una situación paradójica) y niveles de abstracción (dimensión en la que el artista
tiene su total libertad en el grado de abstracción que decida para representar su tema, “los estadios tempranos
del desarrollo producen formas sumamente abstractas, porque el contacto íntimo con las complejidades del
mundo material no es, o no es todavía, pertinente a la tarea de producción de imágenes” (Arnheim, 1954)). En
conclusión, la forma está determinada por las propiedades físicas del material y también por el estilo de
representación de una cultura o de un artista en concreto; además, un objeto dicta solamente un mínimo de
rasgos estructurales requiriendo, de esta forma, a la imaginación, el convertir cosas en imágenes. El “ver” una
imagen adentra a cada sujeto en una experiencia individual, que se da porque en la percepción y el pensamiento
humanos la semejanza se basa en la correspondencia de rasgos estructurales, y, “una mente no viciada entiende
espontáneamente cualquier objeto dado conforme a las leyes de su contexto” (Arnheim, 1954).
BIBBLIOGRAFÍA: Arnheim, R. (1954). Arte y percepción visual. California: University of California Press.

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