TEMA: Arte y percepción visual / Capítulos 2 y 3. La forma. La visión es una exploración y una aprehensión activa; “ver” es más que solo eso, es también una experiencia psicológica, cuando vemos un objeto somos nosotros los que vamos hacia él y no él hacia nosotros. Detrás de esta acción “ver” podemos encontrar que la percepción de formas también es una ocupación activa; la percepción en sí es una operación intelectual, depende de cada sujeto transmitir la información que está viendo de acuerdo a factores tanto externos como internos, en donde, entran en juego los cómputos inconscientes; percibir consiste en la formación de “conceptos perceptuales” que se refieren a lo abstracto; los rasgos primarios de la percepción son los rasgos estructurales globales, pero también, los sobresalientes es así que podemos identificar a un objeto por sus proporciones o movimientos más elementales; además, la percepción realiza la comprensión a nivel sensorial. Por estas razones podemos decir que la “visión es una actividad creadora de la mente humana (…) ver es comprender” (Arnheim, 1954). Es importante mencionar que “la proyección solamente reproduce aquellas zonas del objeto cuya conexión rectilínea con los ojos no está interceptada por ningún obstáculo” (Arnheim, 1954). La forma, según Ben Shahn, es la forma visible del contenido que a través del aspecto exterior de las cosas nos informa sobre su naturaleza; siempre se la percibe como forma de una clase de cosas y no de uno en concreto. Podemos encontrar diferentes clases, pero, en las que quisiera centrarme son: La forma material de un objeto, que es la que viene determinada por sus límites, y, la forma perceptual, que puede cambiar cuando se cambia su orientación espacial y su entorno. “Toda experiencia visual se aloja dentro de un contexto espacio y tiempo (…) lo que una persona ve ahora no es más que el resultado de lo que ha visto en el pasado” (Arnheim, 1954). El sentido de la vista aprehende la forma de una manera inmediata, pues, capta un esquema global de ella. Una de las leyes básicas de la percepción visual es “todo esquema estimulador tiende a ser visto de manera tal que la estructura resultante sea tan sencilla como lo permitan las condiciones dadas” (Arnheim, 1954), de esta manera la “simplicidad” es un elemento importante para la comprensión y el aprendizaje de lo que estamos observando; la ley de simplicidad menciona que “las proyecciones dominantes son las que generan esquemas de forma más simple” (Arnheim, 1954), entre más simetría y orden, la simplicidad es mayor y mejor entendida. Todo el campo visual se comporta como una “Gestalt”, es decir, todo lo que vemos será una totalidad y de igual manera, lo que sucede en un lugar o en una de sus partes (cualquier sección de un todo) va a tener un efecto sobre la totalidad, y, la relación que llevan las partes van a depender de la estructura de su totalidad. Al identificar un objeto, además de sus rasgos estructurales, también usamos nuestra orientación espacial como marco de referencia, los marcos de orientación son: retiniano, ambiental y cinestésico; a veces también se pueden dar casos de “cambios dinámicos” que se deben a la dirección del tirón gravitatorio, “La facultad de reconocer los objetos independientemente de su posición espacial resulta, por supuesto, ventajosa” (Arnheim, 1954). A lo largo de los años, los artistas, según su época, han utilizado diversos métodos para poder plasmar de una mejor manera sus dibujos y que éstas transmitan un significado al observador; son: el método egipcio, el escorzo, el traslapo, etc. En estos métodos se han utilizado: el juego recíproco de plano y profundidad, la competencia de aspectos (en cualquier objeto tridimensional, un aspecto es visible solamente en un lugar y tiempo determinados), realismo y realidad (se crea una situación paradójica) y niveles de abstracción (dimensión en la que el artista tiene su total libertad en el grado de abstracción que decida para representar su tema, “los estadios tempranos del desarrollo producen formas sumamente abstractas, porque el contacto íntimo con las complejidades del mundo material no es, o no es todavía, pertinente a la tarea de producción de imágenes” (Arnheim, 1954)). En conclusión, la forma está determinada por las propiedades físicas del material y también por el estilo de representación de una cultura o de un artista en concreto; además, un objeto dicta solamente un mínimo de rasgos estructurales requiriendo, de esta forma, a la imaginación, el convertir cosas en imágenes. El “ver” una imagen adentra a cada sujeto en una experiencia individual, que se da porque en la percepción y el pensamiento humanos la semejanza se basa en la correspondencia de rasgos estructurales, y, “una mente no viciada entiende espontáneamente cualquier objeto dado conforme a las leyes de su contexto” (Arnheim, 1954). BIBBLIOGRAFÍA: Arnheim, R. (1954). Arte y percepción visual. California: University of California Press.