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Antecedentes del problema

Desde 2016, científicos de las universidades Eafit, de los Andes y de Cartagena


se dieron a la tarea de hacer el primer ‘diagnóstico clínico’ de las aguas y
sedimentos de la bahía. Encontraron una relación estrecha entre los altos niveles
de contaminación, el nivel toxicológico de los peces y la salud pública de las
comunidades vulnerables de la zona costera.

En el año 2017, se revelaron detalles sobre el estado de contaminación que


presenta la bahía donde fueron halladas altas concentraciones de mercurio desde
hace cerca de 60 años.

De 14 metales detectados, habían tres que se estaban acumulando en los peces:


mercurio, plomo y cromo. Además se encontraron níquel, cadmio y cobre, los
cuales han impactado la fauna local, sumado al bajo oxígeno en la bahía.

Sin embargo, los problemas de la bahía van mucho más allá del mercurio y la
turbidez de las aguas. Los resultados muestran que el 30 % de los sedimentos
que llegan a esta zona son generados por la deforestación en la cuenca del río
Magdalena, y que cerca de una tercera parte de la contaminación que le llega se
debe a los aportes de sedimentos y contaminantes producidos desde el interior del
país.

Se calcula que en promedio 52 millones de toneladas en sedimentaciones fueron


arrojados al fondo marino en los últimos 26 años. Lo que dejó sepultados de lodo y
desechos algunas zonas de arrecifes coralinos.

“Posiblemente, este resultado sea uno de los instrumentos futuros para ‘cobros
por responsabilidad ambiental’ que permitan a las autoridades de las zonas
costeras cobrar un cargo por la degradación ambiental originada desde otras
regiones en las cuencas hidrográficas”, explica Juan Darío Restrepo, profesor del
departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad Eafit y autor del estudio.

“Los estudios de toxicología de la pesca artesanal mostraron concentraciones de


cromo en los peces hasta dos veces más altas que las concentraciones
límite establecidas por organismos internacionales, de mercurio hasta tres veces y
de plomo hasta ocho veces más altas que la concentración límite definida por
la Unión Europea”, advierte el estudio.
Por cuenta de una acción popular impulsada por la Procuraduría, el magistrado
Roberto Chavarro Colpas, del Tribunal Administrativo de Bolívar, condenó a
diferentes entidades a quienes halló responsables de la vulneración de varios
derechos por cuenta del deterioro ambiental que hay en la bahía de Cartagena.

El recurso fue interpuesto en octubre de 2017 y en el escrito se argumentaba que


por cuenta de la expansión industrial y portuaria en la capital de Bolívar, los
cuerpos de agua de la bahía y sus ecosistemas “se han visto grave y
drásticamente afectados, especialmente por la baja calidad del agua en las zonas
costeras”.

Argumentando su recurso, la Procuraduría delegada para asuntos ambientales


presentó ante el tribunal sendos estudios en los que se ponía de manifiesto el
porqué era urgente tomar una serie de medidas para contrarrestar el avance y
deterioro de la bahía. Uno de ellos el de la institución científica Invemar que
entregó un balance poco alentador en materia ambiental.

Al analizar los conceptos académicos y científicos anexados a la acción popular, el


Tribunal tuvo en cuenta la documentación en la que se señala que las fuentes
directas de la contaminación provienen de la población cartagenera, el corredor
industrial de Mamonal, la zona franca La Candelaria, la actividad marítima, el
canal del Dique y el turismo.

El Tribunal consideró que hay varios derechos vulnerados por cuenta de la


contaminación en la bahía por lo que condenó al Ministerio de Ambiente, a Dimar,
a la Agencia Nacional de Licencias Ambientales y a la Corporación Autónoma
Regional del Canal del Dique a que en el término de un año hagan las acciones
necesarias para la vigilancia y control de vertimientos de aguas residuales.

Cotecmar, por su parte, fue condenada a pagar por los perjuicios ocasionados por
el daño ecológico, ha venido haciendo derramamientos perjudiciales a la bahía de
Cartagena y que hace apenas un año implementó una planta de tratamiento para
aguas residuales. De ese monto, que no se precisa en el providencia, el 90%
deberá ser destinado a la recuperación de la bahía.

En 2019, El vicealmirante Juan Manuel Soltau Ospina, director General Marítimo,


en conversación con El Universal, manifestó que las acciones de la Dimar se
iniciaron en febrero en algunos sectores de la ciudad, como el canal de
Bocagrande, donde se tomaron muestras de parámetros fisicoquímicos como
temperatura, conductividad, oxígeno disuelto (OD), pH, salinidad, clorofila, materia
orgánica disuelta cromofórica, nitritos y fosfatos, para medir la calidad del agua.
“Para nosotros también es importante verificar todo lo relacionado con la
contaminación. Las mediciones empezaron en febrero y se extenderán por un año,
en el que se harán cada 15 días (...) De acuerdo con los resultados de los análisis
realizados en los laboratorios de calidad de agua, se evidenció que los parámetros
analizados no excedieron los valores de umbral nacional establecidos en el
decreto 1594 de 1984, el cual reglamenta los usos del agua y criterios admisibles
para la preservación de la flora y la fauna en aguas”, dijo.

En febrero pasado, en Cartagena se volvieron tendencia fotos y videos de miles


de peces muertos en lagos, caños y demás cuerpos de agua, lo que generó
contaminación, daño al ecosistema y emanó un hedor que despertó la atención de
las autoridades.

La Dimar explicó que dicho fenómeno pudo ser consecuencia de una combinación
de factores biológicos por la alta producción de cardúmenes de peces y eventos
atmosféricos típicos de la época seca (vientos alisios e incremento en la altura del
oleaje), propiciando el arrastre de las especies hacia las playas. Es importante
tener en cuenta que los niveles de oxígeno observados corresponden con las
características de la época mencionada.

La Dirección General Marítima -Dimar- informó el dia 11 de mayo de 2019 que


expertos estudian la mancha aceitosa que se esparció por la Bahía de Cartagena,
en el sector de Castillogrande, causando alertas entre vecinos de ese barrio y
turistas.

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