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Hasta aquí se ha realizado una descripción de los fines del hombre, respecto
de los cuales se ordenan los actos humanos; y de la forma en que se despliegan los
actos humanos, con su estructura y principios, de acuerdo a los fundamentos
metafísicos analizados el primer semestre. Corresponde ahora analizar el criterio
por lo cual un acto se dice intrínsecamente bueno o malo, es decir, de la LEY
NATURAL. La bondad o maldad de un acto concreto de un sujeto particular, de este
modo, queda determinada en primer lugar por su concordancia con los fines
intrínsecos del hombre, considerado como un ser dotado de una esencia (o
naturaleza) permanente, que contiene ciertos fines específicos e irrenunciables de
la propia condición humana. A estudiar cuáles son estos fines, y qué características
tienen, está dedicado fundamentalmente este capítulo.
(a.3) Que el mundo se origina en Dios, pero Dios es distinto del mundo.
(a.4) Que los seres tendenciales tienen naturaleza, que el fin de los
actos de dichos entes está previsto en la propia naturaleza.
Curso de Derecho Natural, 2014.
Profesor: Raúl Madrid.
LEY NATURAL Y DERECHO NATURAL, p.2
1. La Ley Eterna
verdadero y contiene un cierto fin que es propio de su esencia, hacia el cual está
naturalmente ordenado.
Por ello, Dios gobierna el movimiento de los entes creados para dirigirse a su
fin, que no es otro que la bondad divina. Tal cosa se demuestra del siguiente modo1:
puede ser concebido como un acuerdo de voluntades, donde cada individuo busca
su propio bien.
Scoto, por su parte, es menos drástico. Sostiene que sólo constituye derecho
natural (es decir, obligación natural, que Dios no puede evitar) los tres primeros
preceptos del Decálogo –los mandamientos referidos a Dios mismo-; todos los otros
serían voluntarios, en el sentido de que Dios podría haber dispuesto lo contrario.
Serían, en consecuencia, prescripciones de Derecho Divino Positivo.
5 Ibidem, ad 1.
6 Ibidem, ad 2.
Curso de Derecho Natural, 2014.
Profesor: Raúl Madrid.
LEY NATURAL Y DERECHO NATURAL, p.6
orden hacia el último fin7. Y agrega: “la ley dice orden a un fin en un sentido activo,
o en cuanto ordena determinadas cosas a su fin; pero no en sentido pasivo, como si
la ley misma se ordenara a un fin. Esto sólo sucede accidentalmente en los
legisladores cuyo fin es exterior a ellos mismos y tienen que ordenar también sus
leyes a este fin. Pero el fin del gobierno divino es el mismo Dios y su ley también se
identifica con El. Por consiguiente, la ley eterna no se ordena a otro fin”8.
d.1. Pertenece al gobierno de los seres todo aquello por lo cual alcanzan su fin
(algo es regido o gobernado sólo en cuanto es dirigido a su fin).
d.2. Pero al fin último que se ordenan las cosas (la bondad divina) se llega no
sólo porque obran, sino primariamente porque son, pues en la medida en que
existen, llevan la semejanza de la bondad divina (recuérdese el trascendental
bonum).
d.3. Por lo tanto, pertenece a la Ley Eterna que las cosas se conserven en su
ser.
g. La Ley Eterna posee (y por lo tanto, toda otra ley, en la medida en que ella
es el patrón de medida, el analogado primario):
2. La ley natural.
a. La primera es la ley natural. Esta ley no es otra cosa que la luz del
entendimiento infundida en nosotros por Dios, por la cual sabemos qué
debemos hacer y qué debemos evitar.
c. La Ley de la Escritura. Como la ley natural había sido destruida por la ley
de la concupiscencia, era necesario que el hombre fuera nuevamente
dirigido a la práctica de la virtud. Hay dos motivos que le alejan del mal y le
llevan a obrar bien:
Se pueden mencionar tres diferencias entre la ley del temor y del amor o de la
caridad:
a. Causa la vida espiritual. Por la naturaleza del amor, (1) el amado está en el
amante; y el que ama a Dios tiene a Dios en sí mismo, y (2) el amante se
transforma en el amado. Así, si queremos cosas viles, nos hacemos viles. Así, el
alma obra perfectamente cuando obra por caridad, gracias a la cual Dios habita en
ella. En este sentido, el primer efecto de la caridad es dar vida.
que no está”. Por ello, es signo de la caridad la prontitud en cumplir los preceptos
divinos. QUIEN OBSERVA LA CARIDAD CUMPLE TODA LA LEY. Hay dos tipos de
mandamientos divinos: afirmativos y prohibitivos. La caridad cumple los primeros,
porque la plenitud de la ley en dichos mandamientos es el amor, por el que se los
observa. Y también cumple los segundos, porque la caridad no puede hacer mal.
argumentación que interesa para efectos del curso; no deja de ser relevante, sin
embargo, la contextualización de Santo Tomás.
2.1. Concepto.
¿Cómo se ejerce la dirección de las cosas creadas por parte de la Ley Eterna?
Desde luego, al modo en que los seres son. Es decir, el fin absoluto de todos los
seres es la bondad de Dios, pero esa bondad se alcanza de manera específica de
acuerdo a lo que cada ser es y puede llegar a ser. El fin esencial de cada ser está
determinado por su naturaleza, luego es a través de cada naturaleza que la Ley
Eterna se concreta y desarrolla.
Desde este punto de vista, la ley natural es la propia Ley Eterna en cuanto se
encuentra en la criatura, y es por lo tanto especificada para dirigir a cada esencia a
la perfección del modo en que ella puede y debe alcanzarla. Pero, ¿no basta acaso
con la sola Ley Eterna? Santo Tomás responde que no, porque no se trata en
realidad de dos leyes distintas: “pareciera que el gobierno del hombre está
suficientemente atendido con la ley eterna, pues dice San Agustín en I De lib. arb.
que la ley eterna es aquella en virtud de la cual es justo que todas las cosas se
hallen perfectamente ordenadas. Mas la naturaleza no abunda en lo superfluo,
como tampoco falta en lo necesario. Luego no se daría en el hombre una ley
natural. Sin embargo, ello es falso, porque la ley natural no es cosa diversa de la
Ley Eterna, sino su participación12.
No se trata, en consecuencia, de leyes diferentes, sino que es la misma norma
en cuanto situada en la criatura y haciéndose cargo de sus rasgos esenciales. Se
puede decir que la ley natural es la Ley Eterna en su dimensión inmanente a la
criatura.
Debe hacerse aquí una distinción. Los seres carentes de razón se adecuan a
la Ley Eterna de un modo necesario. Se especifica la ordenación universal en la
naturaleza de cada cosa y la cosa es dirigida a su fin acatando la propia naturaleza.
En este sentido, "ley" es la propia naturaleza en cuanto principio de subordinación a
un fin.
En los seres racionales, la presencia de la Ley Eterna no se da de modo
extrínseco a sus facultades espirituales, no viene predeterminada en lo que a ellas
se refiere; sino que, por conocer el hombre su fin bajo razón de fin, PARTICIPA de
la Ley Eterna al ser capaz de comprender su propia perfección y de optar
libremente por ella; la incorpora a sí mismo, se convierte en parte de ella porque
desempeña en ella un papel ACTIVO: comprende y toma decisiones; no un papel
meramente pasivo -como los entes brutos-, a quienes les viene dado todo o casi
todo en su estructura esencial (el animal tiende NECESARIAMENTE a los bienes
sensibles, que son los únicos que conoce). Por eso, Tomás de Aquino define la ley
natural como la PARTICIPACION DE LA LEY ETERNA EN LA CRIATURA
RACIONAL. Nótese que lo que se participa ES LA LEY en la criatura, no la criatura
en la Ley.Todo ser que posee naturaleza es dirigido, en consecuencia, por la Ley
Eterna (que, en cuanto entra en la naturaleza, es también ley natural), pero sólo el
hombre participa de ella, porque puede comprenderla y, al obrar libremente,
contribuye a la realización del plan divino no sólo como un paciente, sino al modo
de un agente. He aquí el texto –clave- de Santo Tomás: “siendo la ley regla y
medida, puede, como ya se ha dicho (q.90 ad 1), existir de dos maneras: tal como
se encuentra en el principio regulador y mensurante, y tal como está en lo regulado
y medido. Ahora bien, el que algo se halle medido y regulado se debe a que
participa de la medida y regla. Por tanto, como todas las cosas que se encuentran
sometidas a la divina providencia están reguladas y medidas por la ley eterna,
según consta por lo ya dicho (a.1), es manifiesto que participan en cierto modo de la
ley eterna, a saber, en la medida en que, bajo la impronta de esta ley, se ven
impulsados a sus actos y fines propios. Por otra parte, la criatura racional se
encuentra sometida a la divina providencia de una manera muy superior a las
demás, porque participa de la providencia como tal, y es providente para sí misma y
para las demás cosas. Por lo mismo, hay también en ella una participación de la
razón eterna en virtud de la cual se encuentra naturalmente inclinada a los actos y
fines debidos. Y esta participación de la ley eterna en la criatura racional es lo que
se llama ley natural. De aquí que el Salmista (Sal 4,6), tras haber cantado:
Sacrificad un sacrificio de justicia, como si pensara en los que preguntan cuáles son
las obras de justicia, añade: Muchos dicen: ¿quién nos mostrará el bien? Y
responde: La luz de tu rostro, Señor, ha quedado impresa en nuestras mentes,
como diciendo que la luz de la razón natural, por la que discernimos entre lo bueno
y lo malo —que tal es el cometido de la ley—, no es otra cosa que la impresión de la
luz divina en nosotros. Es, pues, patente que la ley natural no es otra cosa que la
participación de la ley eterna en la criatura racional”13.
13 Ibid, respuesta.
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Profesor: Raúl Madrid.
LEY NATURAL Y DERECHO NATURAL, p.13
Este primer principio contiene todos los preceptos de la ley natural; no es sólo
el primero porque se encuentre al comienzo: es absolutamente comprensivo de
todas las determinaciones de la ley, aunque éstas todavía no se hayan presentado
en el tiempo o en el espacio.
Son aquellos que versan sobre los fines (es decir, no medios) NECESARIOS,
primarios o fundamentales de la naturaleza del hombre, los cuales responden como
es obvio a sus varias partes potenciales (substancialidad, animalidad y
racionalidad). Se trata, como se ha dicho, de fines naturales, primarios y necesarios
para la perfección del hombre de acuerdo con su esencia y finalidad.
El hombre, como es lógico, se encuentra naturalmente dispuesto a estos fines,
POR EL ORDEN DE SUS PROPIAS INCLINACIONES. De acuerdo a la jerarquía
de estas mismas inclinaciones, Tomás de Aquino distingue tres series o grupos de
PRECEPTOS llamados primarios:
a. Unidad.
b. Universalidad.
14 José Joaquín Ugarte, “La ley natural”, en Revista Chilena de Derecho, vol. VI (1979),
p. 474.
Curso de Derecho Natural, 2014.
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LEY NATURAL Y DERECHO NATURAL, p.16
c. Cognoscibilidad.
La ley natural puede ser comprendida por todos los hombres en uso de sus
facultades intelectuales. Los preceptos primarios son evidentes a través de una
consideración absoluta, sin referencia a medio alguno, sino a la naturaleza humana
en sí misma.
Los preceptos secundarios suponen un razonamiento, en la medida en que
están orientados a medios que no se buscan por sí, sino por su orientación a los
fines de la naturaleza del hombre.
Sobre los secundarios, puede errarse con frecuencia sobre su conocimiento.
d. Indelebilidad.
e. Inmutabilidad.
b. Existe mutación material cuando lo que era objeto de la ley deja de serlo por
alguna causa. Por ejemplo, el robo deja de ser tal cuando el dueño la dona al
ladrón. Este tipo de mutación NO QUITA EL PRECEPTO, sino que sustrae a éste lo
que era objeto de él.
Ahora bien, no es mutable la materia de todo precepto de la ley natural: hay
algunos que no: no mentir, etc.
Para cambiar la materia de la ley natural es necesario tener poder sobre ella.
Este poder se encuentra, según el caso:
-En Dios. Por ejemplo, el precepto es "no matar", pero Dios le pidió a Abraham
que matase a su hijo.
2.4.2. El Derecho.
b. Cuando falta algún constitutivo esencial del acto (por ejemplo, un contrato
celebrado por un demente, porque no puede dar su consentimiento).
Después de una revisión general del vínculo que media entre los tres tipos de
normatividad más importante -Ley Eterna, ley natural y ley positiva- vamos a hablar
de la ley como concepto, para pasar a desarrollar sus tipos y las especiales
características de la ley positiva.
mundo natural (biología, física, etc); mientras que la palabra "norma" sería más
adecuada a las ciencias del espíritu o morales, entre las que se cuenta el Derecho.
Es necesario entender esta diferencia para poder acercarse a los autores
contemporáneos.
-San Isidoro la hace derivar del verbo legere (leer), puesto que se da a
conocer por escrito y todos puedan leerla20.
-Santo Tomás, por su parte, considera que proviene del verbo ligare (atar), en
la medida en que la ley posee la virtud de obligar21.
-Por último, Cicerón considera que proviene del verbo legere, mas tomado en
el sentido de elegir. Ello, como dice Soto, la ley, dirigiendo, enseña a elegir.
c.2. Toda ley es universal (es decir, toda ley es precepto común), es decir,
abarca a todos los hombres en general y a todas las virtudes. En
consecuencia, las leyes no se establecen para cada persona en particular,
sino en general para todas. Por ello, han de referirse al último fin, que es
común a todos los hombres.
c.3. El origen de toda ley es la Ley Eterna, por la cual Dios ordena toda la
creación hacia Sí mismo. Por lo tanto, toda ley debe conformarse con este fin,
y todas han de tener consecuentemente el mismo fin.
22 Et. Nic., X, 9
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LEY NATURAL Y DERECHO NATURAL, p.24
En contra de esta posición hay que decir que la perfecta razón de cada cosa
se obtiene, como ya hemos estudiado. por el conocimiento de sus causas. De
acuerdo con ello, y para conocer especulativamente la naturaleza de la ley positiva,
debemos referirnos a cuáles son las causas que inciden en su existencia.
-Una causa FINAL: Es el bien común, al cual son dirigidos todos los actos de
los ciudadanos.
-Una causa MATERIAL: Se entiende por causa material aquello sobre lo cual
recae la acción de la forma. En este sentido, parece ser que la causa material
de la ley son los propios súbditos de la comunidad, pues es en ellos donde
reside la ordenación racional al bien común. De una manera secundaria, se
puede decir que esa causa material consiste también en el conjunto de
disposiciones que la ley tiene, pero ese conjunto de reglas existen realmente
en los ciudadanos.
Una cosa es intentar averiguar la causa material de la ley, y otra el determinar
la causa material de la disposición escrita, en cuanto escrita. En este último
sentido, la causa material de la ley serían las propias palabras que ésta utiliza.
-Una causa FORMAL: Como sabemos, una causa formal es aquello que hace
que algo sea lo que es y no otra cosa diferente. En este sentido, la formalidad
de la ley positiva es la propia ordenación racional A ESE BIEN COMUN Y NO
A OTRO (lo que constituye la diferencia entre una sociedad y otra). Lo propio
de esta causa formal es su racionalidad, pero también la nota particular de
estar la ley ordenada al bien común de, por ejemplo, Chile, y no de Argentina o
Perú.
Lógicamente, cada bien común particular se ordena al bien común universal;
pero eso es otra cuestión.
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LEY NATURAL Y DERECHO NATURAL, p.26
Ahora bien, estas causas pueden enfocarse también desde el punto de vista
de la ley natural. De este modo, puede afirmarse que la ley natural es CAUSA de la
ley positiva o civil desde las siguientes perspectivas:
-Es causa EFICIENTE: La ley humana existe POR la ley natural. Es decir, es
ella quien la pone en el ser, constituye su razón suficiente. Recuérdese que
entre ambas leyes -natural y positiva- existe unidad, mas no confusión o
identidad. La ley humana participa de la ley natural, pero determinada a una
sociedad concreta. Hay, en definitiva, una analogía de atribución intrínseca: la
cualidad que se participa en los analogados es la misma, pero aquellos que
realizan con mayor plenitud dicha perfección, son causa eficiente de sus
inferiores.
-Es causa FINAL: La ley humana es PARA la ley natural. Su misión es hacerla
plenamente eficaz, dentro de las determinaciones de tiempo y espacio que
atañen a una sociedad concreta.
-Es causa FORMAL: La ley humana es SEGUN la ley natural. Lo que hace que
la ley positiva sea ley es su conformidad con los dictados de la ley natural (de
allí, la nulidad de las prescripciones positivas contrarias a ella).
Desde el punto de vista del legislador humano -y siempre en la línea de la
causalidad formal-, se puede afirmar que la ley natural es causa EJEMPLAR
de la ley positiva, porque es a ésta a la que se tiene en mente a la hora de
formular las disposiciones concretas.
De acuerdo con todo lo anterior, para que una ley positiva sea justa, se
requiere la concurrencia de TODOS los requisitos siguientes (requisitos que son
formas o perspectivas distintas de expresar la misma idea: su racionalidad):
4. La sociedad civil.
Tal nota indica que la sociedad civil es un ente PRODUCIDO por el hombre,
pero basado en una RAIZ natural, y por lo tanto, constituye plenamente una entidad
de derecho natural. Expliquemos esto un poco más. Cada sociedad concreta -por
transforme en una unión puramente mercantil, en la que cada uno busca su propio
bien, con total independencia del bien del otro.
Aquí es donde se introduce uno de los conceptos más fundamentales de la
filosofía política: la noción de TRADICION, o continuidad histórica de la sociedad
civil. Ninguna comunidad puede realmente prescindir de los valores por obra de los
cuales ha llegado a ser lo que es (entiéndase que estamos hablando de valores
CULTURALES. Los valores “naturales” no pueden ser eliminados de ninguna
sociedad). En este sentido, “tradición” es la CONSERVACION DE LO VIVO UTIL.
Debe conservarse lo que está vivo dentro de una comunidad: costumbres, modos
de ser, etc. Lógicamente, sólo en el caso de que tales costumbres o modos de ser
no vayan contra el derecho natural. Pero además, lo que se conserva debe ser útil.
De nada nos sirve, por ejemplo, labrar la tierra como se hacía en la Colonia, porque
ya no es productivo: la técnica ha creado muchos medios para realizar dicha acción
de un modo más eficiente, y sería una necedad insistir en lo tradicional para estos
efectos. Esto nos muestra que, fundamentalmente, lo que debe conservarse son las
estructuras mentales, psicológicas, de un pueblo. Es decir: su manera de concebir
el mundo que lo diferencia de otros países, y le otorga identidad.
a. Causa material.
análogo: se dice que son materiales en cuanto se hallan destinados a que los
determine y configure una causa formal.
b. Causa formal.
c. Causa eficiente.
d. Causa final.
Por último, la causa final de la sociedad civil es el bien en común de todos los
ciudadanos, cuestión que no es distinta de la propia naturaleza humana
dinámicamente concebida. Este bien, como ya se ha dicho, no forma material sino
formalmente parte de la sociedad, y por ello se le califica de causalidad “extrínseca”,
que es definido por Santo Tomás como “el bien de la persona humana en
sociedad”.
El bien común es, puesto que el ser humano no puede agotar su especie en
una sola comunidad, un ideal, en cuya consecución se puede adelantar más o
menos, pero que no puede agotarse por individuos particulares, porque tal cosa
supondría afirmar que un conjunto de individuos de la especie humana pueden
agotarla en sí y por sí mismos, lo cual carece de racionalidad.
5. El Derecho Natural.
El Derecho Natural se define como aquella parte de la ley natural que rige o se
refiere a las relaciones de justicia entre los hombres. Se trata, por lo tanto, de una
parte específica de la ley natural. Esto porque todos los actos humanos, en cuanto
realizados con discernimiento y voluntad, se encuentran sujetos al juicio moral (el
juicio sobre la bondad o maldad). El Derecho Natural es, en consecuencia, el
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LEY NATURAL Y DERECHO NATURAL, p.33
nombre que adquiere la ley natural cuando se refiere al segmento de los actos
humanos que se definen por un vínculo de justicia. La ley natural (o ley moral) dirige
a los hombres a su fin. Ahora bien, la dirección al fin puede ser considerando al
hombre en su individualidad, para lo cual existen virtudes como la prudencia, la
fortaleza y la templanza; o bien considerándolo en relación con los otros seres
humanos, para lo cual existe la virtud de la justicia.
No todas las relaciones humanas están regidas por la justicia. Los vínculos de
amor o amistad pueden tener una dimensión justa (como cuando se dice que los
hijos deben respeto a sus padres, o los cónyuges fidelidad entre sí), pero no se
definen por su justicia, sino por un bien superior¨el amor de benevlencia, que se
acerca a la caridad.
El objeto del derecho natural es la determinación de lo JUSTO NATURAL, es
decir, aquello que debe ser dado a otro por naturaleza.
a.1. Título natural. Designa aquél que se basa en la propia naturaleza del
hombre (el título, en consecuencia, procede del hecho mismo de ser
hombre; de existir al modo (esencia) humano. El fundamento último de ello
es que la substancia humana constituye una PERSONA. La nota o
característica esencial de este atributo es que designa una entidad que es
dueña de sí misma, cuya perfección entitativa le permite disponer,
fácticamente, de su propio ser, y por ello posee capacidad ontológica de
ser sujeto de derechos. Sólo lo que es dueño de sí puede ser capaz de
tener un verdadero y real dominio sobre algo, sea interior o exterior a él
a.2. Título positivo. Designa aquéllas cosas que están atribuidas por
decisión de los hombres.
Además del título, los derechos poseen una medida, que designa la extensión
de ese tal derecho. Las medidas también son de dos tipos:
Combinando estos elementos, puede afirmarse que existen derechos con título
y medida natural (derechos naturales); derechos con título y medida positiva
(derechos positivos); y derechos que son en parte naturales y en parte positivos,
que se denominan DERECHOS MIXTOS.
Dentro de estos últimos, cabe distinguir:
26 Carnelutti sostiene que las actividades de determinación del derecho son similares a la
tarea de un anatomista que disecciona un cuerpo al hacer la autopsia: así como no se puede
diseccionar sin preparar los bisturíes, tampoco se puede ejercer esta tarea de construcción de
las normas positivas sin conclusión. Cf. Francesco CARNELUTTI, Discorsi in torno al diritto,
Padua: Cedam, 1961, vol. 3, pp. 266 ss.
27 In Sententiarum, III, d. 37, q. 1, a. 3.
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LEY NATURAL Y DERECHO NATURAL, p.36
a. En su materia u objeto.
El objeto sobre el cual versa la ley natural son las acciones que
intrínsecamente se refieren al fin de las substancias racionales. Por ello mismo, a
estas acciones se las puede reputar DE SUYO buenas o malas. Estas acciones
están preceptuadas PORQUE son buenas.
El objeto de la ley positiva son aquellas acciones que carecen de esa conexión
necesaria con la esencia del hombre (y no están definidas de suyo como buenas o
malas); pero que, por razón de circunstancias concretas de una sociedad pueden
ser útiles o no para el bien común. Estas acciones son, en consecuencia, buenas
porque están legítimamente ordenadas.
Se dice también que la distinción entre un tipo de ley y el otro, por razón de su
objeto, se verifica afirmando que la ley natural es constituida por voluntad
NECESARIA, mientras que la positiva lo es por voluntad llamada ARBITRARIA. Es
preciso indicar que el adjetivo “arbitrario” se entiende aquí sólo en su sentido
filosófico estricto: aquello que puede o no existir; o que puede existir de una forma u
otra. Es decir, “arbitrario” como sinónimo de “contingente”, no como sinónimo de
“caprichoso”
La distinción anterior se funda en la naturaleza de las cosas sobre las que
versa cada ley: la natural se refiere a las acciones que son esencialmente buenas o
28 In Politicorum, I, proemium.
29 En este sentido, “el hombre tiene que adquirir el entendimiento de los principios prácticos
antes de que pueda colocar su entendimiento en uso práctico, y que su primer entendimiento de
esos principios ocurre en su experiencia natural de las cosas físicas sensibles y con respecto a
ella”. Stephen BROCK, “Ars imitatur naturam. Un aspecto descuidado de la doctrina de Santo
Tomás sobre la ley natural”, en Rafael ALVIRA (ed.), El hombre. Inmanencia y trascendencia,
Pamplona: EUNSA, 1991, vol. 1, p. 387.
30 Summa Theologiae, I-II, q. 100, a. 1.
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LEY NATURAL Y DERECHO NATURAL, p.37
malas, justas o injustas; mientras que la ley positiva está ordenada a aquellos actos
que por su naturaleza no están definidos como buenos o malos, y se determinan en
un sentido u otro por el mandato del legislador humano.
De acuerdo con lo dicho, existen leyes que son en parte naturales y en parte
positivas. Por ejemplo, la ley canónica; pero también la ley civil que ordena o
prohíbe lo que por naturaleza está mandado o prohibido. Estas leyes, en cuanto a
su objeto, son naturales, y sólo son positivas en cuanto a su promulgación y
sanción.
b. En la forma de su promulgación.
c. En sus propiedades.
Formalmente, no puede darse una contradicción real entre ley natural y ley
positiva. Decimos “real” y no “aparente”, como ocurriría en los siguientes casos:
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LEY NATURAL Y DERECHO NATURAL, p.38
“Si bien es cierto que la autoridad está llamada a impedir y reprimir los delitos, no lo es
menos el que hay circunstancias en que no conviene que lo haga por medio de la fuerza
material, y aun las hay en que no le es posible hacerlo sin poner en peligro la paz y el
orden público. En tales casos el bien común, que es el fin de la sociedad y de las
instituciones de ella, autoriza, no para aprobar, pero sí para tolerar, la ejecución de
actos opuestos a las prescripciones de la ley natural, y hasta para sancionar esa
tolerancia y hacerla respetar por todos los individuos...”.
e. Cuando limita derechos en razón del bien común, por estar subordinados en
razón de éste a la autoridad civil. Por ejemplo, expropiar un terreno, pagando
por ello una compensación adecuada.
Pero puede que de hecho tal cosa sí ocurra (una oposición real, y no aparente,
entre ambas leyes).
Deben considerarse en este punto tres cuestiones:
a. La ley positiva que contradice una ley natural no es válida, y por lo tanto es
nula. La causa de ello es la siguiente: la ley es un acto de autoridad. Pero ninguna
autoridad puede derogar o contradecir el orden de las cosas implícito en la esencia
de los seres. Luego carece de validez una ley positiva que contradiga una natural.
b. Si una ley es nula, no puede obligar, pues la obligación sólo es efecto propio
y adecuado. como ya se ha visto, de una ley. De suyo, por lo tanto, una ley inválida
no produce obligación alguna.
Puede ocurrir sin embargo que ciertas circunstancias externas impongan el
deber de cumplirla (por ejemplo, no alterar el orden público). En este caso, la
obligación no radica en la propia ley, sino en cuestiones puramente
circunstanciales.
c.3. Además, puede tratarse de una ley que no tienda al bien común.
c.4. Por último, puede consistir en una ley que falte a las reglas de la
justicia distributiva.