Según el Dr. Francisco Morales la psicología de la salud puede ser definida
como “una disciplina que se ocupa de los factores psíquicos y sociales que influyen en el mantenimiento de la salud o inciden en la aparición y evolución de una enfermedad en determinado sujeto”. Sin embargo y viéndolo desde un punto de vista más complejo, la psicología de la salud, es aquella rama de la psicología que se ocupa del análisis de los estilos de vida, su relación en cuanto a la aparición de diversas enfermedades o en su evolución, en la prevención y tratamiento de las mismas y que también contribuye a la potenciación de hábitos saludables (ejercicio, chequeos médicos, buenos hábitos alimenticios) utilizando principios de la psicología en áreas relacionadas con la salud física (descenso de la tensión arterial, control del colesterol, disminución del estrés, alivio del dolor, abandono del tabaco, moderación de comportamientos de riesgo) Por otro lado, esta rama de la psicología se encuentra estrechamente relacionada con el diagnóstico y tratamiento de enfermedades crónicas específicas y en la modificación de conductas implicadas en la rehabilitación, psicológica y fisiológica del paciente, pero para poseer un concepto mucho más amplio de lo que es la psicología de la salud, es necesario hacer una revisión de sus antecedes, para apreciar su evolución a través del tiempo y como llego a ser lo que es hoy en día. Históricamente hablando todo comienza con la gran interrogante ¿Por qué el hombre se enferma? De aquí en adelante surgen dos corrientes con diferentes explicaciones para dicha pregunta. La primera es la corriente platónica: coherente con la interpretación divina que los primitivos atribuían a la enfermedad, que establecía que tanto la salud como la enfermedad eran determinadas por un principio no material, el alma divina o pneuma, que afectaba los órganos. La enfermedad se originaba por un castigo de los dioses y no se curaba entonces con medicamentos, sino con cantos, himnos y otros rituales simbólicos. Y en contra parte existía la corriente Hipocrática: esta interpretación teúrgica, insistió en desacralizar las enfermedades y propuso una causa natural para ellas. Planteó Hipócrates que el medio externo tiene efectos en la producción de la enfermedad y reconoció también en ella la incidencia de las características personales; particularmente postuló la existencia de cuatro humores: sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra, cuyo equilibrio o desequilibrio influían en la salud o la enfermedad y definían el temperamento de cada individuo. Durante la edad media, y bajo el control de la iglesia católica, prevalecieron las interpretaciones místicas, las enfermedades surgían por la ira de Dios o por acción del diablo, a su vez en el mundo árabe se estaban logrando importantes avances en la sustentación materialista de la enfermedad y señaló seis principios que incidían en el mantenimiento de la salud o en la producción de la enfermedad, estos eran: el aire puro, la moderación en el comer y en el beber, el descanso y el trabajo, la vigilia y el sueño, la evacuación de lo superfluo y las reacciones emocionales. Ya para la época del renacimiento, con el auge capitalista y los avances culturales y científicos se revalorizaron las enseñanzas hipocráticas y los conocimientos de medicina árabes, se incentivó entonces a la investigación debido a la necesidad médica de respuestas prácticas ante las enfermedades que afectaban a la población de ese entonces. Debido al nacimiento de la microbiología, de la mano con invento del microscopio, se confirmó la interpretación materialista de la enfermedad pero produjo un esquema biologista unicausal para explicarla. “El vínculo entre la biología y la medicina se hizo más fuerte en el siglo XX, lo que permitió que se ampliaran y profundizaran los conocimientos acerca del sustrato material de las enfermedades”. (Morales, 1999). Durante el siglo XXI bajo el paradigma genético, se desarrollaron múltiples explicaciones y aplicaciones, de esta área a la interpretación y tratamiento de las enfermedades, sin embargo esto solo reforzó el esquema unicausal, pero con el paso de los años ese enfoque fue puesto en duda, surgiendo así el pensamiento de un esquema multicausal, en el cual, agente, huésped y ambiente determinan el mantenimiento de la salud y la génesis de las enfermedades. La relación de la psicología en referencia a los temas de la salud, se había limitado al tratamiento de las enfermedades mentales. Sin embargo en los años 60 la psicología comenzó a ocuparse del proceso salud-enfermedad de manera más profunda haciendo aportes y abriéndose camino en un campo tradicionalmente exclusivo del discurso médico. El área disciplinar que se dedicó a este estudio se consolidó bajo el nombre de Psicología de la salud y construyendo progresivamente un espacio propio como campo aplicado de la Psicología, orientando su evolución hacia dos enfoques: el clínico y social. Cada día más, los psicólogos de la salud son requeridos por los servicios sanitarios. Y de hecho en diversas especialidades como cardiología, pediatría, oncología, medicina familiar, odontología, se han vuelto muy frecuentes. Por supuesto dentro de lo que es la psicología de la salud existen diferentes modelos clínicos los cuales sirven para conocer las técnicas de como influir en la conducta de las personas y lograr un cambio. El primero es. El modelo cognitivo social: se asocia al trabajo de Bandura el cual tiene como concepto básico la “la expectativa de autoeficacia” que básicamente significa que mientras la persona crea que puede lograrlo, y tenga expectativa sobre ello, lo hará. El modelo de creencias en salud: el cual se basa en que los cambios hacia conductas más saludables, dependen completamente de las creencias del individuo, a esto se le denomina “expectativa valor” en otras palabras, aquellos individuos que creen que no son susceptibles a ciertas enfermedades, no harán absolutamente nada por prevenirlas, al mismo tiempo que aquellos que crean estar expuestos a enfermarse fácilmente, verán beneficioso hacer un cambio en su conducta. La teoría de acción planeada: este modelo habla de que la mejor forma de predecir una conducta es conocer las intenciones de la persona, o más bien su compromiso, por ejemplo una persona que sufre de obesidad sabe que debe cambiar sus hábitos alimenticios para revertir esa condición, y aunque diga que cambiara sino actúa de manera inmediata o de forma constante, según esta teoría dicha persona no efectuará ningún cambio real o de largo plazo en su conducta. Modelo de reducción de riesgo: este modelo refuerza la prevención de aquellas conductas consideradas peligrosas para la salud del individuo, así como teje una red de apoyo social que apoye estas conductas preventivas, un ejemplo de esto, serían los típicos talleres de anti-drogas y anti-tabaquismo dictados en los colegio, con la intención de prevenir la aparición de nuevos adictos. Modelo transteórico del cambio conductual: llamado también modelo de Prochaska (su principal impulsor) este es un modelo que trabaja por etapas, primero se evalúa la “intención hacia el cambio” luego se examinan las ventajas y desventajas del mismo, tras esto se mide la habilidad del sujeto para ejecutar el comportamiento necesario que lo lleve a un cambio duradero, ósea la conducta deseada y como última etapa se dan herramientas de prevención para evitar la reincidencia; cabe destacar que es necesario implementar estrategias adecuadas a las características del individuo. Modelo integrativo: está basado en las ideas de Bandura y en el conductismo skinneriano e intenta integrar la psicología de la salud con la salud pública, este modelo se enfoca en la comunidad y no en problemas individuales, lo importante según este modelo es comprender el estilo de vida y los factores conductuales dentro del entorno en el cual se dan. “su forma de aproximarse a los problemas es multidisciplinario y multinivel” Luzoro J. (1999) Modelo biopsicosocial: postula que son tres factores los que desempeñan un papel significativo en el contexto de una enfermedad o discapacidad humana, estos son: factor biológico, psicológico y social, este quizás sea el modelo clínico más importante, porque explica que no solo por causas biológicas surge una enfermedad, sino que el ambiente y el estado mental del paciente pueden influir en mayor o menor sobre el origen de la misma, llegando incluso a surgir las llamadas enfermedades psicosomáticas. La psicología de la salud se caracteriza principalmente por surgir de la psicología y ser una aplicación dentro de la misma, ocuparse prioritariamente, del comportamiento normal de la persona en el proceso de salud, estudiar primordialmente el comportamiento en su significado más ambivalente de la persona sana o enferma. Sin embargo, su eje vertebrador se trata desde un posicionamiento de salud positiva, es decir, desde la promoción de comportamientos saludables y de las conductas o control de riesgo y porque esta aplicación de la psicología o materia de estudio, se nutre de cualquier aspecto que afecte o sea de interés para el área de la salud en general. Referencias Bibliográficas
Luzoro J. (1999) Psicología de la salud. Chile: Bravo Allende
Julio Andía. (2019) Psicología de la salud. Monografías. Ort.