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Criterios Diagnósticos
La discapacidad intelectual (trastorno de desarrollo intelectual) es un trastorno que comienza durante el periodo
de desarrollo y que incluye limitaciones del funcionamiento intelectual como también del comportamiento
adaptativo en los dominios conceptual, social y práctico. Se deben cumplir los tres criterios siguientes:
8. Diagnóstico diferencial
El diagnóstico de discapacidad intelectual se debería hacer siempre que los criterios A, B y C se cumplan. No se
debería asumir un diagnóstico de discapacidad intelectual por el hecho de que haya una particular afección
genética o médica. Un síndrome genético vinculado a una discapacidad intelectual se debería registrar como un
diagnóstico concurrente con la discapacidad intelectual.
Los trastornos de la comunicación y el trastorno específico del aprendizaje. Estos trastornos del
neurodesarrollo son específicos de los dominios de la comunicación y del aprendizaje y no muestran
deficiencias del comportamiento intelectual y adaptativo. Pueden concurrir con la discapacidad intelectual. Se
realizan los dos diagnósticos si se cumplen todos los criterios para la discapacidad intelectual y para un
trastorno de la comunicación o un trastorno específico del aprendizaje.
Trastorno del espectro autista. La discapacidad intelectual es frecuente entre los individuos con el trastorno
del espectro autista. La evaluación de la capacidad intelectual se puede complicar por las deficiencias sociales,
comunicativas y conductuales inherentes al trastorno del espectro autista, que pueden inferir en la comprensión
y seguimiento de los procedimientos de las pruebas. Es esencial la evaluación apropiada del funcionamiento
intelectual en el trastorno del espectro autista, así como la reevaluación durante el periodo de desarrollo, ya que
las puntuaciones del CI en el trastorno del espectro autista pueden ser inestables, particularmente en la primera
infancia.
Trastornos motores
8. Diagnóstico diferencial:
Deterioros motores debidos a otra afección médica. Los problemas de la coordinación pueden asociarse a un
deterioro de la función visual y a trastornos neurológicos específicos (p.ej., parálisis cerebral. Lesiones
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progresivas del cerebelo, trastornos neuromusculares). En tales casos, se encuentran hallazgos adicionales en la
exploración neurológica.
Discapacidad intelectual (trastorno del desarrollo intelectual). Si está presente la discapacidad intelectual,
las competencias motoras pueden estar deterioradas según el nivel de discapacidad intelectual. Sin embargo, si
las dificultades motoras excedieran las que se podrían atribuir a la discapacidad intelectual, y se cumplen los
criterios del trastorno del desarrollo de la coordinación, se podría diagnosticar también dicho trastorno del
desarrollo de la coordinación.
Trastorno por déficit de atención/hiperactividad. Los individuos con TDAH pueden caerse, chocar con
objetos o tirar cosas. Se requiere una observación cuidadosa en los diferentes contextos para averiguar si la falta
de competencia motora se puede atribuir a una tendencia a la distraibilidad y la impulsividad y no a un trastorno
del desarrollo de la coordinación, si se cumplen los criterios del TDAH y del trastorno del desarrollo de la
coordinación, se pueden realizar los dos diagnósticos.
Trastorno del espectro autista. Los individuos con trastorno del espectro autista podrían no estar interesados
en participar en tareas que requieran habilidades de coordinación complejas, como los juegos de pelota, lo que
afectará a los resultados de los exámenes y al funcionamiento, pero sin ser reflejo de la competencia motora
central. La concurrencia del trastorno del desarrollo de la coordinación y del trastorno del espectro autista es
frecuente. Si se cumplen los criterios de los dos trastornos, se pueden hacer los dos diagnósticos.
Síndrome de hiperlaxitud articular. Los individuos con síndromes que cursan con articulaciones
hiperextensibles (hallado en la evaluación física, muchas veces con síntomas de dolor) pueden presentar
síntomas similares a los del trastorno del desarrollo de la coordinación.
Moderado: Los síntomas requieren medidas de protección explícitas y modificación del comportamiento.
Grave: Se necesita vigilancia continua y medidas de protección para prevenir lesiones graves.
8. Diagnóstico diferencial:
Desarrollo normal. Los movimientos simples estereotipados son comunes en la lactancia y en la primera
infancia. El acto de mecerse puede producirse en la transición entre el sueño y la vigilia y es un comportamiento
que normalmente se resuelve con la edad. Las estereotipias complejas son menos frecuentes en los niños con
desarrollo normal y desaparecen fácilmente con la distracción o la estimulación sensorial. La rutina cotidiana
del individuo rara vez se afecta y los movimientos generalmente no causan malestar. El diagnostico no sería
apropiado en estas circunstancias.
Trastorno del espectro autista. Los movimientos estereotipados pueden ser un síntoma de presentación del
trastorno del espectro autista, que se debería considerar cuando se evalúan movimientos y comportamientos
repetitivos. Las deficiencias de la comunicación social y la reciprocidad, que se manifiestan en el trastorno del
espectro autista, generalmente están ausentes en el trastorno de movimientos estereotipados y, por lo tanto, son
características distintivas la interacción social, la comunicación social y los comportamientos e intereses
repetitivos rígidos. En presencia de un trastorno del espectro autista, solamente se diagnosticaré el trastorno de
movimientos estereotipados cuando haya autolesiones o cuando los comportamientos estereotipados sean lo
suficientemente graves como para ser objeto de tratamiento.
Trastornos de tics. Típicamente, las estereotipias tienen una edad de comienzo más temprana (antes de los 3
años), que los tics que tienen una media de edad de comienzo de 5 a 7 años. Tienen un patrón consistente y fijo
Comparado con los tics, que tienen una presentación variable. Las estereotipias pueden comprometer los brazos,
las manos o el cuerpo entero, mientras que los tics normalmente afectan a los ojos, la cara, la cabeza y los
hombros. Las estereotipias son más fijas, rítmicas y prolongadas que los tics, que generalmente son breves,
rápidos, aleatorios y fluctuantes. Tanto los tics como los movimientos estereotipados se reducen con la
distracción
A. Los tics motores múltiples y uno más tics vocales han estado presentes en algún momento durante la
enfermedad, aunque no necesariamente de forma concurrente.
B. Los tics pueden aparecer intermitentemente en frecuencia, pero persisten durante más de un año desde la
aparición desde el primer tic.
C. Comienza antes de los 18 años.
D. El trastorno no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia Como por ejemplo cocaína o
a otra afección médica como la enfermedad de Huntington encefalitis posvírica.
8. Diagnóstico diferencial
Movimientos anormales que pueden acompañar a otras afecciones médicas y el trastorno de movimientos
estereotipados. Las estereotipias motoras se definen como movimientos involuntarios rítmicos, repetitivos y
predecibles que parecen ser a propósito pero que no tienen ninguna función adaptativa obvia ni finalidad y que
se detienen con la distracción. Entre los ejemplos cabe citar los movimientos repetitivos, como agitar/rotar la
mano, aletear los brazos y mover los dedos. Las estereotipias motoras pueden diferenciarse de los tics por la
edad de comienzo más temprana de las primeras (antes de los 3 años), por su duración prolongada (de segundos
a minutos), Por su forma y localización fija, repetitiva y constante, por su exacerbación cuando la persona está
absorta en actividades, por la falta de impulso premonitorio y por su cese con la distracción.
Discinesias paroxísticas inducidas por sustancias. Las discinesias paroxísticas normalmente se producen
como movimientos distónicos o coreoatetósicos que están precipitados por un movimiento voluntario o un
esfuerzo, y que se producen menos frecuentes durante la actividad normal.
Mioclonías. Las mioclonías Se caracterizan por un movimiento unidireccional súbito que muchas veces no es
rítmico. Pueden empeorar con el movimiento y producirse durante el sueño. Las mioclonías se diferencian de
los tics por su rapidez, por la incapacidad de suprimirlas y por la ausencia de impulso premonitorio.
Trastorno obsesivo-compulsivo compulsivo y trastornos relacionados. Puede ser difícil diferenciar los
comportamientos de obsesivo-compulsivos de los tics. Las pistas que sugieren un comportamiento obsesivo-
compulsivo son la base cognitiva del impulso y la necesidad de realizar la acción de un modo particular un
cierto número de veces, Igualmente en los dos lados del cuerpo, o hasta lograr una sensación de corrección.
Entre los problemas de control delos impulsos y otros comportamientos repetitivos están: arrancarse el pelo de
forma persistente, dañarse la piel y comerse las uñas, actos que parecen más intencionados y más complejos que
los tics.