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Roy

Galán
· 4 de noviembre de 2017 ·

El feminismo es una locura.

Una locura que tiene que ver con la extravagante y demente idea de que las mujeres no son
cosas sino personas.

El feminismo no es un capricho innecesario.

El feminismo nace porque existe el machismo y el machismo viola, agrede, aprisiona y mata.

Porque hay mujeres que día a día son golpeadas, maltratadas, vejadas y asesinadas por el
hecho de ser mujeres.

Porque hay una industria y un sistema y una cultura y una educación que siguen
contribuyendo día a día a que esto siga sucediendo.

Así que cuando tú dices que no eres feminista, lo que haces es sembrar una asquerosa duda,
aquella que tiene que ver con hacer ver que el feminismo es algo "malo".

Cuando tú dices que no eres feminista estás diciendo que eres racista y homófobo y especista.

Cuando tú dices que no eres feminista estás diciendo que eres un ignorante que no has viajado,
ni leído, ni escuchado nunca de verdad a nadie y menos a las mujeres y lo que les pasa por ser
mujeres.

Cuando tú dices que no eres feminista estás diciendo que eres lo contrario a una buena
persona.

Porque no te importa que otros seres humanos sean tratados de manera diferente, peor, por su
género.

Porque si nunca te has planteado si eres o no feminista es que vives en un planeta muy distinto
al planeta Tierra.

El feminismo supone la reconquista del amor propio por parte las mujeres.

Un amor que históricamente les ha sido expropiado.

La capacidad para amar desde las reconquista de sus cuerpos y ser amadas por lo que son.

Una celebración íntima del ejercicio de la propia libertad.

El comprender que unidas jamás volverán a ser vencidas.

Porque las mujeres no están aquí para ti.

Están aquí para ellas.

Por eso, feminismo.

Feminismo desde el principio.

Feminismo en cada una de las aulas de cada una de las escuelas.

Feminismo en cada una de las casas, en cada una de las madres y los padres que crían al futuro.

Feminismo en lo público y en lo privado.

Feminismo para que los hombres demos un paso hacia detrás, para cuestionar nuestras
masculinidad, para ceder nuestros privilegios, para empezar a comportarnos como
compañeros, como aliados, como personas que de verdad quieren cambiar las cosas.

Feminismo para que aquellas mujeres que no se llaman a sí mismas feministas pero que
ejercen como madres solteras, llevando las economías domésticas de sus hogares, trabajando
en casa sin reconocimiento ni salario, sepan todo lo que hacen por el feminismo.

Feminismo para derribar el mito del amor romántico.

Feminismo para las mujeres alienadas.

Feminismo hasta en la sopa.

Feminismo para el mundo.

Para que sirva de algo todo lo que hicieron las brujas que ya no están.

Para que las que están sigan pudiendo luchar.

Y para que dejen vivir en paz de una vez a todas las que un día estarán.
11 de junio de 2017
El feminismo contra los hombres
#NoEsContraLosHombres La lucha feminista quiere acabar con el patriarcado, no con los
hombres. No perdamos más tiempo en alimentar la guerra de los sexos discutiendo sobre
lo malas que son las mujeres o sobre si son peores los hombres. No es un pelea de un
grupo contra otro ni un concurso para ver quién tiene más puntos.

El feminismo es una revolución: queremos un cambio radical del mundo en el que vivimos.
Queremos analizar, desmontar y desaprender el patriarcado. Transformar nuestra manera
de relacionarnos y de organizarnos social, política, económica, sexual y emocionalmente.
Despatriarcalizar la cultura, el amor, las leyes, las religiones, la Ciencia, la salud, la
educación, los deportes, las instituciones, el erotismo y el deseo. Queremos liberar a las
emociones y sentimientos de toda la carga patriarcal, liberarnos de los roles y los
mandatos de género.

El patriarcado es una estructura basada en las jerarquías, la dominación y la explotación


de unos pocos sobre los demás. Es una ideología, una forma de ver y de vivir en el
mundo. Y lo impregna todo: nuestras creencias, nuestra sexualidad, nuestra forma de
pensar y relacionarnos. Muchas mujeres son machistas porque está dentro de todos
nosotros y también de todas nosotras.

Las feministas no odiamos a los hombres ni a las mujeres machistas: lo que queremos es
acabar con el machismo. El machismo que mata, que somete, el machismo que viola, el
machismo que nos jode la vida a todas: mujeres, niñas y niños, animales, plantas, tierra y
naturaleza. El feminismo trabaja para construir un mundo más pacífico, igualitario, y
amoroso para que todas las personas podamos tener las mismas libertades y los mismos
derechos. Un mundo diverso en el que las mujeres seamos libres y podamos vivir sin
miedo. La lucha feminista es puro sentido común: es por una vida mejor para todxs.

Los hombres también vivirían mejor sin machismo, y algunos lo saben, por eso hay
hombres feministas que también se despatriarcalizan individual y colectivamente. Son
pocos: los hombres tienen que ponerse a la tarea, es muy urgente despatriarcalizar las
masculinidades.

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