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Nombre: Mantuano Macías Diego Omar

Curso: Religiones comparadas


Profesora: Dorothea Ortmann
Resumen # 3
El mensaje del Buda: del terror del eterno retorno a la bienaventuranza de lo
inefable (Mircea Eliade)
El budismo es una de las grandes doctrinas contenidas de ideas filosóficas y espirituales
correspondientes a una antigua tradición hinduista que en la actualidad sigue llamando la
atención de propios y extraños. Pese a la riqueza del contenido, Buda (Siddharta
Gautama) no quiso resolver problemas filosóficos ni atender cuestiones referentes a la
doctrina. Es por esta razón, que muchos de sus discípulos interpretarán de forma diferente
sus enseñanzas. Sin embargo, existen textos que mantienen la organización de la
comunidad búdica (sangha) a través de reglas monásticas (vinaya). Los monjes
compartían técnicas de meditación, la transmigración y la retribución. Además, de varios
laicos que desde tiempos del Bienaventurado aceptaban la doctrina y mediante esto se les
aseguraba una existencia ultraterrena en uno de los diferentes paraísos, siendo esta
devoción correspondiente al budismo popular.

En cuanto a la cosmología Buda no pensaba que el mundo había sido creado ni por un
dios ni por un espíritu maligno, más bien para él existe continuamente y es creado por los
actos, buenos o malos, de los hombres. Esto contrariamente a la tradición brahmánica y
de los sramanas. Por otra parte, Buda se oponía a las técnicas del Samkhya y el Yoga
preclásico. Donde asume y desarrolla las técnicas contemplativas de los yoguis, pero
rechaza sus presupuestos teóricos como: la idea del yo (purusha) y el atman. Su negativa
a dejarse llevar por las especulaciones era tajante. Siendo así que, un monje llamado
Malunkyaputta intentó interrogarlo acerca de cuestiones filosóficas como el origen del
universo o si el alma es lo mismo que el cuerpo. No obstante, Buda le contó la historia
del hombre herido por la fecha envenenada. El cual en su afán por saber quién lo había
herido, la procedencia, el tamaño, la clase de arco y cuerda que se utilizaron, etc. En pocas
palabras, murió sin saber tales cosas.

Del mismo modo pasa con el que se niega a seguir el camino de la santidad hasta resolver
los problemas que se presentan. Buda consideraba sin utilidad discutir tales cosas porque
no estaba relacionado con la vida santa y espiritual. Más bien lo que lleva a una vida santa
son las cuatro nobles verdades. La primera verdad se refiere al dolor, todo el acontecer
humano es dolor, nacer o morir. En otras palabras, no poseer lo que se desea es doloroso,
por ejemplo, desear vivir antes que morir. Dukkha es traducido como dolor, pero también
significa las formas de felicidad o estados espirituales. La segunda verdad, identifica el
Nombre: Mantuano Macías Diego Omar
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Profesora: Dorothea Ortmann
deseo como origen del dolor. Este deseo es como la “sed” que busca constantemente
nuevos goces. Se condena el deseo de auto-aniquilación pues no constituye algo que
detenga el ciclo de transmigraciones. La tercera verdad, proclama que la liberación del
dolor consiste en la extinción de los apetitos (tanha). Esto equivale al nirvana. El cual
consiste en la “extinción de la sed”. Y la cuarta verdad revela los caminos que conducen
a la cesación del dolor. A este camino se le conoce como el “camino intermedio” pues
busca evitar la búsqueda de la felicidad y la búsqueda de beatitud. Este también es
llamado “camino de ocho miembros” y versa sobre: 1. Visión u opinión correcta, 2.
Pensamiento correcto, 3. Palabra correcta, 4. Actividad correcta, 5. Medios de vida
correctos, 6. Esfuerzo correcto, 7. Atención correcta y 8. Concentración correcta. Buda
vuelve sobre estas ocho reglas una y otra vez. Estas ocho reglas se clasifican a sus
objetivos. Es así, como la enseñanza budista se define como 1. Conducta ética, amor y
compasión a todos los seres, 2. Disciplina mental, esfuerzo, atención y concentración
correctos, 3. Sabiduría, es el fruto de la opinión correcta y pensamiento correcto.

En cuanto a la caducidad de las cosas y la doctrina de “anatta” se sabe que el monje


meditando las dos primeras verdades descubre la caducidad de las cosas, su
insustancialidad (anatta) y a la vez la del propio ser. Intuye que la totalidad cósmica y la
actividad psico-mental constituyen un universo único. Buda demostró que el mundo
puede ser clasificado en cinco categorías (conjuntos, agregados): 1.- conjunto de
apariencias (sensible), 2.- las sensaciones, 3.- las percepciones que de ahí resultan, 4.- las
construcciones psíquicas y 5.- el conocimiento producido por las facultades sensoriales.
Estos agregados describen, de manera sumaria, el mundo de las cosas y la condición
humana.

Por otra parte, Buda guardo silencio sobre la idea de un “yo” que puede liberarse y
alcanzar el nirvana. Y esto a pesar de las interrogantes que planteaba no pronunciarse al
respecto. Vasubandhu comentaría al entrevistarlo que “creer en un “yo” es caer en la
herejía de la permanencia; negar el “yo” es caer en la herejía de la aniquilación con la
muerte”. Además, esta paradoja demuestra que únicamente existe el dolor, pero no hay
manera de hallar un doliente (agente). Este silencio al respecto de cuestiones metafísicas
solo servía para estorbar la obtención del Despertar. A pesar de todo, Buda aceptaba una
cierta unidad y continuidad de la “persona” (pudgala).
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Las nobles verdades deben meditarse juntas para anular la sed o ansiedad que provoca el
deseo y alcanzar el nirvana. Buda no ofrece una definición del nirvana, solo unos cuantos
atributos como la beatitud, la inmortalidad, causa felicidad, visible, actual y se manifiesta
en este mundo. Esta visión trascendental se obtiene mediante ciertas técnicas
contemplativas. El monje se prepara ante todo para reflexionar sobre su vida fisiológica,
se ejercita par ser consciente de todas sus espiraciones. Todo esto constituye la
transmutación de la experiencia profana. La tradición budista clasifica estas técnicas en
tres categorías: las meditaciones (jhana), los recogimientos (samapatti) y las
concentraciones (samadhi). En la primera meditación el monje experimenta la alegría y
felicidad, conoce la serenidad interior y la unificación del pensamiento. En la segunda, se
purifica el pensamiento, este se concentra en captar la infinitud del espacio. Obteniendo
un estado de consciencia e inconsciencia donde se suspende toda percepción y toda idea.
En cuanto a las concentraciones, se trata de ejercicios yóquicas de duración más limitada.
Con estos ejercicios el bhikkhu avanza en el camino de la liberación, que constan de
cuatro etapas: 1.- la entrada en la corriente, 2.- el retorno único, 3.- el sin retorno y 4.- el
merecedor.

Sin duda para ejercitar mejor estas técnicas es indispensable la dirección de un maestro.
Puesto que los ejercicios yóguicos están guiados por la sabiduría, además al hacerse
inteligibles, las experiencias yóguicas terminan transmutando la conciencia normal. Por
último, al progresar en la práctica, el monje encuentra nuevas confirmaciones de la
doctrina, como la evidencia de un “absoluto”, de algo “no construido” que trasciende las
modalidades de una conciencia no iluminada, la realidad evidente de lo inmortal. Por otro
lado, la aportación de Buda fue la articulación de un método de meditación que logro
integrar las practicas ascéticas y las técnicas yóguicas en un proceso de conocimiento
profundo. No obstante, hubo entre los monjes criticas de unos hacia los otros, entre
quienes se consagraban a la meditación yóguica y los que preferían la doctrina.

Finalmente, algunos doctores afirman que la sabiduría es capaz de asegurar por sí sola el
nirvana, se sabe también que el camino hacia el nirvana lleva también a la posesión de
poderes milagrosos. Estos se dividen en cinco clases: 1.- siddhi 2.- el ojo divino, 3.- el
oído divino, 4.- el conocimiento del pensamiento ajeno y 5.- el recuerdo de las existencias
anteriores. En cierto pasaje el Buda afirma que el bhikkhu, mientras medita es capaza de
multiplicarse, caminar sobre el agua y conocer los pensamientos de los demás. Sin
embargo, puede ser confuso la propagación de estos acontecimientos puesto que se puede
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Profesora: Dorothea Ortmann
confundir con magia. Por otra parte, Buda comparó el estado del “nirvanado” con la
extinción de una llama, que es un regreso al estado virtual. El ser que ha penetrado en el
nirvana ya no existe, pero existe en el nirvana, en lo incondicionado, en un modo de ser
que no se puede imaginar.

Comentario crítico

En el budismo alcanzar el nirvana implica una trasmutación de la conciencia, una


transcendencia absoluta del cosmos. Esta condición el Buda la ilustra con un “huevo
roto”, es decir la ruptura de la seguridad que implica una casa. A diferencia del
pensamiento hinduista arcaico, para el budismo ya no existe una morada estable porque
se da una aniquilación de todo mundo condicionado. Es así que, lo importante no es
cuestionarse acerca de esto o aquello sino buscar mediante la práctica disciplinada, estar
fuera del umbral del dolor y por tanto de la “sed” del deseo. Aunque este sea el caso, aún
quedan muchas dudas e interrogantes sin resolver acerca de esta doctrina, que niega la
existencia de un “yo” a pesar de que para es indispensable en la práctica de las doctrinas
y técnicas yóguicas.

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