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Los traspiés de la democracia y el socialismo en Chile.

Entre 1946 y 1952 fue presidente Gabriel González Videla, radical que aceptó el apoyo del Partido
Comunista en su campaña, recompensándolo con tres carteras de su gabinete. En 1946 se realizaron
una serie de huelgas violentas que continuaron hasta el año siguiente. La convocatoria a una huelga
general dio la excusa para la represión policial y para que el gobierno declarara el estado de sitio y la
suspensión de las libertades civiles. Entre tanto González purgó su gabinete de comunistas. La
derecha había comenzado a organizar una ofensiva ya que el voto comunista estaba aumentando
considerablemente (de 12% en 1941 a 18% en 1947).
Desde el exterior EE.UU. apoyaba cualquier ataque hacia la izquierda, especialmente en A. L. El
gobierno llegó a su punto máximo en el ataque cuando en 1948 el Congreso proscribió al Partido
Comunista y prohibió a sus miembros presentar candidaturas y ocupar cargos públicos. Esto fue
seguido por una verdadera cacería de brujas donde los radicales se posicionaron claramente a la
derecha. Esto marcó el fin del Frente Popular.
A partir de aquí se abrió una etapa en que la política estuvo marcada por las organizaciones partidistas.
En términos generales se puede decir que existían muchos partidos y las elecciones fueron muy
peleadas, por lo que ningún partido conseguía más de un cuarto de la votación total. Por ello los
partidos debieron formar coaliciones a fin de contar con mayorías para gobernar, aunque estas
alianzas resultaban ser frágiles. A todo ello se sumó que existía una tendencia hacia la polarización
ideológica, aunque con un gran número de votantes de centro que terminaban siendo definitorios. El
sistema se caracterizaba por ser altamente democrático, y los resultados electorales eran aceptados.
En 1952 se celebraron elecciones presidenciales siendo electo por un muy estrecho margen el ex-
dictador Carlos Ibáñez. “Ibáñez había declarado ser el hombre apolítico capaz de resolver todos los
problemas políticos, pero, como era de esperar, no pudo cumplir sus promesas. Su principal problema
económico era la inflación, que había golpeado a Chile antes y de forma más dura que a la mayor
parte de América Latina. Como se enfrentaba a un importante déficit en la balanza de pagos, tuvo
que buscar ayuda exterior. La fuente lógica era el Fondo Monetario Internacional (FMI), creado
para asistir a los países miembros con problemas en la balanza de pagos. Desafortunadamente para
los chilenos, no se trataba sólo de concertar un préstamo externo. Sus estatutos obligaban a FMI a
requerir pruebas de que el país que obtenía ayuda contaba con un plan convincente para corregir
las causas que habían originado el déficit. Según se aplicaba a mediados de los años cincuenta, esta
medida significaba que el FMI debía supervisar la política económica del país solicitante. Como
resultado, la mayoría de los chilenos (y la mayor parte del resto de los latinoamericanos) acabaron
considerándolo una extensión del poder económico y político estadounidense.” 1
Ibáñez sabía que si acudía al FMI la izquierda no dejaría de acosarlo, pero dado que necesitaban
divisas para las importaciones debió hacerlo. Como era de esperar las primeras medidas fueron de
austeridad y recortes, aumento de las tarifas públicas (que se habían mantenido muy bajas en un
período de alta inflación) y aumento del boleto de transporte, lo que provocó movilizaciones en varias
ciudades.
En 1958 las elecciones fueron favorables a Jorge Alessandri (hijo de Arturo Alessandri) con el 31,6%
de votos, a quién se oponían Salvador Allende por la alianza socialista-comunista con el 28,9%, y
Eduardo Frei por el Partido Demócrata Cristiano con el 20,7%. Alessandri se presentaba como un
dirigente de derecha con un programa conservador y liberal combinado.
El gobierno de Alessandri atacó la inflación con una política de estabilización ortodoxa del FMI:
recortes, devaluación y solicitud de nuevas inversiones extranjeras. Se propuso además convencer a
las compañías mineras estadounidense para que aumentaran sus inversiones en el cobre y de esa forma
aumentar el rendimiento económico del único producto exportable de Chile. Pero esto no fue posible.
Las medidas económicas adoptadas no atacaron los problemas de fondo. A ello hay que agregar que

1
SKIDMORE, Thomas E. y SMITH Peter H. Historia contemporánea de América Latina… Pág. 142
el éxodo campo-ciudad continuaba, engrosando la ya importante cantidad de habitantes de las
ciudades que vivían allí sin acceder a una vivienda digna, comida adecuada y educación.
La realidad electoral era también un lugar de cambios. El electorado se había quintuplicado entre
1938 y 1963 (de 500.000 a 2.500.000). Además existirían cuatro fuerzas políticas en pugna con un
éxito electoral similar como lo demostraron las elecciones municipales de 1963: la derecha, que
incluía a liberales y conservadores; los radicales centristas; la izquierda marxista, que unía a
socialistas y comunistas (FRAP); y el Partido Demócrata Cristiano (PDC).
Para las elecciones de 1964, el temor a que la izquierda ganara las elecciones llevó a la derecha a
apoyar al candidato del PDC, Eduardo Frei. La campaña fue muy reñida y la elección fue seguida con
gran expectativa incluso desde el exterior. La postura del FRAP, cuyo candidato era Salvador Allende,
era de claro repudio al capitalismo y el imperialismo, proponiendo una transformación profunda para
conducir a Chile al Socialismo. Por otra parte el PDC se embanderaba bajo la consigna de
“Revolución en Libertad”, aunque en la realidad proponía reformas, no revolución, y aseguraba que
se respetarían las libertades tradicionales. EE.UU. apoyó económica esta candidatura (aportando el
50% de su costo). Frei ganó las elecciones con el 56% de los votos, contra un 39% de Allende.
Lo primero que atacó Frei fue la política económica, y dentro de ella el cobre. Las opciones parecían
ser en un extremo solicitar una mayor inversión extranjera y en el otro la nacionalización absoluta de
la producción pagando indemnizaciones, la primera implicaría un retroceso en el camino hacia el
control estatal y la segunda era imposible afrontarla con las reservas del país. Por lo tanto Frei, como
en otras ocasiones tomará una decisión de centro: el estado compraría parte de las compañías y los
ingresos serían reinvertidos por éstas en aumentar las instalaciones. El objetivo era duplicar la
producción para 1970, con lo que se conseguía aumentar el control estatal y los ingresos por
exportación. Se llegó a acuerdos con dos compañías importantes (25% de Anaconda y 51% de
Kennecott pasaron a ser propiedad del Estado); sin embargo, la producción sólo creció un 10%
durante los cinco años siguientes. Igualmente debido a una subida de los precios de exportación los
ingresos se duplicaron.
También se aprobó un proyecto de reforma agraria, se realizaron los estudios de las tierras a expropiar,
las indemnizaciones a pagar y los beneficiarios de los repartos (que se estimaban serían unos 100.000
campesinos antes de 1970). Pero la lentitud de la puesta en práctica hizo que al final del mandato de
Frei sólo se hubiesen entregado 28.000 nuevas propiedades granja.
Las elecciones municipales de 1967 y 1969 demostraros que el PDC estaba perdiendo terreno
electoral. Al llegar las elecciones presidenciales de 1970 la derecha que había apoyado antes a Frei
volvió a apoyar un candidato de derecha, Jorge Alessandri. La izquierda se organizaba para vencer
en las elecciones, socialistas y comunistas estaban nuevamente unidos ahora en la Unidad Popular,
que llevaba como candidato nuevamente a Allende. La Unidad Popular se dedicó a desacreditar el
gobierno de Frei acusándolo de venderse al imperialismo y las oligarquías locales.
Los resultados de las elecciones fueron: 36,3% para Allende, 34,9% para Alessandri y 27,8% para
Tomic (candidato del PDC). Si bien la izquierda festejaba se presentía que sería un gobierno difícil.
El primer problema fue la confirmación que debía realizar el Congreso, dada la división del mismo
esto pareció difícil por momentos, pero Allende fue finalmente confirmado. Sin embargo, en los días
que el Congreso demoró en expedirse se desbarató un complot militar contra el gobierno entrante.
Finalmente con votos del PDC se confirmó la presidencia de Allende.
El gobierno de Allende fue importante para A. L. porque fue un intento de búsqueda del cambio
radical por la vía democrática-electoral. Esto generaba temores y expectativas en toda la región y más
allá. Dentro de Chile la primera pregunta que todos se hacían era si un presidente minoritario
realmente podría gobernar el país.
Arturo Valenzuela propone que la elección presidencial de Allende en 1970 no demuestra un vuelco
radical del electorado hacia la izquierda. En realidad el gran aumento de la participación popular e
inscripción electoral realizada a fines de los sesenta no se vio reflejado proporcionalmente en la
izquierda, que sólo consiguió el 13% de los nuevos electores. “Si tomamos en cuenta el drástico
descenso de la Democracia Cristiana entre ambas elecciones, es muy probable que el candidato
conservador, Alessandri, haya sido el principal beneficiario de los nuevos electores. Más que
cualquier otra cifra estadística, esta parece ser la que mejor demuestra que un aumento de la
radicalización no fue la principal característica del electorado chileno en 1970. Al contrario, la
elección de Salvador Allende fue el resultado de la incapacidad del sistema político polarizado de
Chile para estructurar, antes de la elección, una coalición que triunfara en forma mayoritaria, y
constituyó una evidencia más de la erosión de los mecanismos tradicionales de acomodación
política”.2
“La estrategia económica inicial de Allende fue similar a la empleada por Perón en 1946 y por
Castro en 1959: congelación de precios y subida de salarios. El resultado fue el auge inmediato de
las compras de los consumidores, lo que causó a corto plazo una redistribución significativa de la
renta.”3A esto se agregó la nacionalización completa de las compañías dedicadas al cobre, cuya ley
fue votada por unanimidad en el Congreso, lo que marca el espíritu nacionalista de Chile. Luego
Allende informó que no se indemnizarían estas expropiaciones porque las compañías ya habían
percibido beneficios muy elevados que eran hasta ilegales. Esto generó la oposición del PDC y
demostraba a EE.UU. que el gobierno de la UP estaba contra la propiedad privada.
Se llevaron adelante otras nacionalizaciones: carbón, acero, el 60% de la banca privada, y muchas
firmas extranjeras, en algunos casos ante la presión de los trabajadores que ocupaban las instalaciones
negándose a salir hasta que el gobierno decretara la expropiación. El gobierno no contaba con fondos
suficientes para hacer frente a indemnizaciones ante las expropiaciones, por lo que se negó a ellas.
Esta negativa dio la excusa al presidente Nixon para organizar un “bloqueo invisible” contra Chile,
evitando que recibiere ningún tipo de financiación externa. En el último año de gobierno se abrieron
algunas líneas de crédito para Chile provenientes de Europa Occidental y los países socialistas.
En el medio rural la cosa se movía con mucha rapidez, las expropiaciones llegan incluso antes de que
las otras necesidades de los nuevos pequeños productores estuviesen satisfechas (crédito, acceso a
suministros y equipamiento). Los campesinos eran organizados, en muchos casos, por izquierdistas
radicales, que tomaban las tierras por su cuenta. Esto provocaba que los hacendados intentaran
defenderse legalmente (y en algunos casos por medios violentos) y luego huyeran de sus tierras.
“Inicialmente, las medidas económicas del gobierno de la Unidad Popular tuvieron efectos muy
positivos. En 1971, el producto nacional bruto aumentó en un 8,6%, el mejor año en décadas; todos
los sectores más importantes registraron un crecimiento que variaba de moderado a alto. El
desempleo disminuyó a medida que aumentaba el empleo en áreas como la construcción, obras
públicas, manufacturas y servicios (11,7%, 7,6%, 7,1% y 5,1%, respectivamente). Una mayor
producción produjo una mayor demanda, principalmente de productos básicos como los agrícolas.
La producción agrícola registró un aumento del 8,6% en los cultivos anuales y del 1,8% en la
producción ganadera. Este aumento, sin embargo, no fue suficiente para satisfacer la floreciente
demanda. Por esta razón, el gobierno se vio forzado a aumentar bruscamente la importación de
productos extranjeros. Esta medida era factible en el corto plazo porque se contaba con amplias
reservas externas, acumuladas a raíz del aumento del precio del cobre durante los últimos años del
gobierno de Frei. Por último, la capacidad de la economía para responder a la estimulación estatal,
se tradujo en una caída de la inflación del 34,9% en 1970 al 22,1% en 1971.”4
Allende sabía que tenía una amplia oposición en el Congreso, y por eso pretendió impulsar una
enmienda constitucional que crearía una asamblea popular en sustitución del Congreso. Esta
enmienda fue rechazada en 1972 por el Congreso. La U. P. planeo entonces someter la enmienda a
plebiscito popular, pero el tiempo adecuado nunca llegó. Además a medida que avanzaba el año 1972

2
VALENZUELA, Arturo. El quiebre de la democracia en Chile. Santiago. FLACSO. 1978. Págs. 117 y 119.
3
SKIDMORE, Thomas E. y SMITH Peter H. Historia contemporánea de América Latina… Pág. 149. 177
4
VALENZUELA, Arturo. El quiebre de la democracia en Chile... Págs. 148-149.
la situación económica empeoraba. Cada vez era más difícil hacer cumplir el control de precios ya
que muchos productos desaparecían del mercado legal para pasar a los mercados negros. A esto se
sumaba el sabotaje de productores, latifundistas y comerciantes que pensaban beneficiarse con el
fracaso de la UP. A esto hay que sumar, según Skidmore “…la ineficiencia de un gobierno sin
experiencia que trataba de controlar y gestionar sectores enormes de la economía. Los nuevos
burócratas, a menudo carentes de preparación y nombrados más por motivo políticos que técnicos,
a duras penas podían dominar tareas que seguían desesperando a sus homólogos de sociedades
socialistas con un control más estrecho.”5
El resultado de toda esta situación fue que a comienzos de 1973 Chile era víctima de una inflación
galopante (con una tasa anual superior al 150%). El tipo de cambio sobrevalorado fomentaba las
importaciones, al tiempo que el bajo precio internacional del cobre disminuía las ganancias por
importaciones. Los déficit de la balanza de pagos de 1971 y 1972 se cubrieron con las reservas dejadas
por el gobierno de Frei, pero ya no había reservas para 1973. Los nuevos préstamos de Europa
Occidental y el bloque socialista estaban por materializarse por lo que no llegaron a solucionar el
problema. El sector privado era reacio a la inversión por la extendida política de nacionalizaciones.
A diferencia de otras experiencias socialistas, Chile seguía siendo una democracia pluralista, en la
que la oposición tenía gran influencia y controlaba el Congreso. Una oposición que había mantenido
una posición intransigente desde el comienzo. “La UP se vio debilitada por escisiones dentro de sus
propias filas. La extrema izquierda, liderada por el MIR (Movimiento de la Izquierda
Revolucionaria), presionaba para que se emprendiera una acción más radical. Querían agilizar las
nacionalizaciones, endurecer la acción policial contra la oposición y gobernar mediante decreto. Los
moderados dentro de la UP, incluidos los comunistas, exhortaban a la precaución, pues sostenían
que la acción precipitada lo pondría en manos de la derecha, que podía manipular al ejército y a las
clases populares.”6
Ya para mediados de 1972 el clima político era caliente. Las movilizaciones callejeras, tanto a favor
como en contra del gobierno se hicieron comunes. En octubre los propietarios de camiones decretaron
la suspensión de mercancías. Pequeños propietarios, granjeros privados y pilotos se unieron a las
huelgas, la mayoría de las cuales eran orquestadas por políticos de la oposición. Sin embargo, eso no
elimina el hecho de que amplios sectores de la sociedad estaban en contra del gobierno de la UP. Se
trataba de los sectores que tenían algo que perder ante el avance del socialismo. A esto debe agregarse
que las huelgas de funcionarios públicos aumentaron de 132 en 1971 a 815 en 1972. Los apoyos más
grandes de la UP se concentraban en los centros urbanos más grandes.
“En agosto de 1972 se veía claramente que las políticas económicas del gobierno estaban afectando
seriamente a las clases alta y media. (…) una encuesta realizada en agosto de 1972. La encuesta
revela que el 99% de la clase alta sentía que era difícil adquirir los productos básicos – un
sentimiento compartido por el 77% de la clase media. Aunque el programa de gobierno era
claramente recibido como amenazante por un 60% de la población, el 75% de la clase baja sentía
que ahora era más fácil obtener artículos de consumo. Estas cifras reflejan un serio descontento en
el grupo de la pequeña burguesía, precisamente el grupo que el gobierno de la Unidad Popular había
considerado de suma importancia para el éxito de su programa.”7
Hacia 1972 Allende había realizado importantes cambios de gabinete, en respuesta al intento del
Congreso de acusar constitucionalmente a sus ministros. El Congreso utilizó además su poder de veto
para negar un aumento tributario que hubiese permitido aliviar la crisis fiscal.
En marzo de 1973 se llevaron a cabo elecciones al Congreso. La oposición esperaba obtener una
mayoría de 2/3 para poder inhabilitar a Allende. Sin embargo la UP votó mejor de lo esperado y la
oposición lejos de aumentar cayó algunos puntos. La UP utilizó esta situación para remarcar que

5
SKIDMORE, Thomas E. y SMITH Peter H. Historia contemporánea de América Latina… Pág. 151. 178
6
SKIDMORE, Thomas E. y SMITH Peter H. Historia contemporánea de América Latina… Pág. 152.
7
Latina… Pág. 152. 354 VALENZUELA, Arturo. El quiebre de la democracia en Chile... Pág. 162-163.
ningún presidente hasta entonces había logrado aumentar su votación en medio de su período de
gobierno.
Sin embargo, el ambiente seguía siendo complejo. En abril comenzó una huelga de trabajadores del
cobre, en julio los propietarios de camiones comenzaron una nueva ola de huelgas que fueron
seguidas por abogados, médicos y arquitectos. Las organizaciones de trabajadores pro-Allende
realizaron grandes manifestaciones a favor del gobierno. En ese clima nadie creía que pudiera
mantenerse la paz hasta las próximas elecciones que debían celebrarse en 1976.
Allende intentó entonces llegar a un acuerdo para contar con el respaldo del PDC, pero estos se
rehusaron. Otro camino era aumentar la participación militar en el gobierno, cosa que sería ventajosa
al corto plazo pero que podía traer problemas y oposiciones importantes, por entenderse como un
intento de Allende de politizar el ejército.
Ya a comienzos de septiembre de 1973 los rumores de conspiración contra el gobierno eran
permanentes. Un golpe esencial en este camino fue la dimisión del Gral. Carlos Prats, comandante en
jefe del ejército y ministro de Defensa, tras una manifestación frente a su casa de las esposas de los
oficiales que pedían su renuncia. Asumió en su lugar Augusto Pinochet.
El 11 de septiembre se llevó a cabo el golpe de Estado. Los carabineros siempre habían sido los
representantes del ideal chilenos de policía no política, pero al ser notificados de que su comandante
se unía al golpe se retiraron. A las 6 a.m. Allende fue notificado de que Valparaíso había sido tomada
por la Marina, por lo que decidió trasladarse a La Moneda. Durante el resto de la mañana el palacio
de gobierno vivió en medio de la agitación que preparaba la resistencia, mientras Allende recibía
ofertas para salir sano y salvo del país. Ofertas que rechazó. Al mediodía los cazas Hawker atacaron
el palacio con bombas incendiarias. Allende murió dentro de La Moneda, se discute todavía si se trató
de un suicidio al verse acorralado o fue acecinado.
Los militares esperaban resistencia de los partidarios del gobierno, pero estos contaban con pocas
armas y la resistencia fue dispersa. La represión, en cambio, fue rápida y brutal. Se estima que al
menos 2.000 murieron. Se trató, según Skidmor, del golpe más violento de todo el siglo XX en A. L.
Este mismo autor propone que si bien el apoyo de EE.UU. a la oposición fue claro y muy importante
sobre todo en materia económica, las oposiciones más fuertes se encontraban dentro del propio país.
Allende se encontró con una clase alta cohesionada (industrial y agraria unida por lazo familiares)
que logró apoyos en los sectores medios para hacerle frente.

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