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Abel, Caín, el sacrificio

Uno de los temas que más papel ha consumido, debates,


predicaciones e interpretaciones, es el del motivo por el cual el
sacrificio o la ofrenda de Caín no fueron agradables a los ojos
del Señor.
Pareciera difícil pensar que aún puede decirse algo más al
respecto, más allá de una explicación aprendida sobre los
eventos. Pues es obvio que habiendo tanto material, cualquier
persona puede preparar un estudio, realizar una predicación,
preparar un sermón, e incluso aventurarse a subir videos a
internet esgrimiendo su sabiduría.
Pero lo cierto es que quizás no esté todo dicho o todo bien
desarrollado. Pues el entendimiento dado por la Espíritu Santa
de las Escrituras, a quienes se preparan para el Sacerdocio
según el Orden de Melquisedec siempre arroja nueva Luz.
Por ello veamos qué buenas nuevas nos puede traer la
Escritura, buceando en sus misterios y revelando Su Palabra.
Conocida es la historia de los dos hermanos que protagonizan el
primer hecho de sangre registrado en la historia. Pero por
conocida, no significa que sea ni bien comprendida ni tan
siquiera que se tenga de ella alguna profundidad. Pues muchos
son los puntos que deberíamos detenernos a analizar para ver si
realmente conocemos sus distintos pormenores.
En primer lugar deberíamos poder trazar algunos datos que nos
hagan un mapa conceptual, que nos permitan tener presente
qué es lo que realmente sabemos de la historia.

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Para ello conviene siempre hacerse preguntas, las que por buen
camino nos indican lo que se sabe y lo que no.
Empecemos por una pregunta sencilla de tiempo y lugar.
¿Dónde transcurre? No lo sabemos con exactitud, pero sí
podemos pensar que en algún lugar del actual medio oriente,
posiblemente cerca de la llamada Tierra Prometida. Esto se
puede deducir de pensar que ocurre no mucho tiempo después
de que Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso y todavía no
se habían extendido por la tierra.
Pero esta observación nos conduce a otra pregunta ¿Cuándo
ocurren estos eventos?
Y ahora van a surgir algunas cuestiones que nunca han sido
observadas en forma suficiente. Pues la imagen que se tiene de
los hermanos en general es una imagen solitaria. Es la imagen
que proporciona la idea de tener sólo en nuestro pensamiento a
cuatro personas, Adán, Eva, Caín y Abel.
¿Pero necesariamente es esto así?
No, porque la Toráh nos indica cuestiones esenciales para
entender el Plan de Dios, pero no todos los eventos y
pormenores que acontecieron.
Parte de las cuestiones que no alcanzamos a ver si seguimos los
eventos sólo linealmente y solitarios, es que otras cosas han
ocurrido y pueden no ser tan evidentes.
Uno de los datos que el propio libro del Génesis nos otorga es
que Adán tuvo hijos e hijas, capítulo 5. La pregunta es
¿Necesariamente debemos pensar que las hijas nacieron
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después de la muerte de Abel? ¿Por qué? El único dato que
tenemos es que Eva recibe consuelo de haber tenido otro varón
para reemplazar a Abel, Génesis 4:25. Pero nada nos dice de
cuándo tuvo a sus hijas. Es más, ¿Por qué deberíamos pensar
que cuando nació Abel, su segundo hijo varón, Eva dejó de tener
hijos? Es una locura creer que si Adán y Eva debían poblar la
tierra y tomando en cuenta que necesariamente al principio
hubo matrimonio y unión sexual entre hermanos, no se habían
preocupado de seguir concibiendo. Recordemos que habían
tenido la orden de multiplicarse, y multiplicarse no es tener sólo
dos hijos, es como mínimo tener tres. ¿Cómo se nos ocurre
pensar que tuvieron sólo a dos hijos varones y cerraron la
factoría?
Si tan sólo meditamos en lo que la Escritura nos indica nos
damos cuenta que estando vivo Abel ya había más personas en
la tierra. En Génesis 4:14 Caín expresa su temor de ser víctima
de homicidio. ¿Quién lo mataría y por qué? No hay que ser muy
perspicaz para entender que quienes podrían llegar a matarlo
son los descendientes de Abel, quienes tendrían su derecho en
aquella época a ejercer la justicia sobre el asesino.
Es aquí cuando el lector salta de la silla y dice ¡Pero cómo! ¡Qué
descendientes si la Biblia no dice que haya tenido
descendientes! Es cierto en parte. Pues la Biblia no menciona a
los descendientes de Abel pero tampoco dice que murió sin
dejar descendencia. Como escribí más arriba, el hecho de que
establezca el nacimiento de Set no indica que Adán y Eva no
hayan tenido hijas mujeres con anterioridad. De hecho es lo que
gran parte de los comentaristas bíblicos han pensado desde
hace siglos.
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Para definirlo con sencillez, es más que probable que Caín y
Abel los dos primeros hombres, hijos de Adán y Eva, hayan
formado familias con dos hermanas también hijas de Adán y
Eva. Y que producto de estas uniones ambos tuvieran hijos. La
mujer mencionada como esposa de Caín en Génesis 4:17 no
aparece de la nada, es evidentemente una de sus hermanas.
Meditemos sobre Génesis 4:10 cuando dice “La voz de la sangre
de tu hermano clama a mí desde la tierra.” Muchas
interpretaciones se pueden dar y decir. En primer lugar
podemos pensar junto con algunos rabinos que se refiere a que
simbólicamente los posibles descendientes de Abel, las
generaciones frustradas, clamarían por justicia. Pero más
sencillamente podemos pensar que el clamor está dado por el
sufrimiento de los familiares de Abel, su esposa y los que ambos
hayan concebido, ante el desconocimiento de lo acontecido con
el padre de familia. Pero pasemos ahora a otra cuestión.
Otro de los elementos que debemos tomar en cuenta es el
hecho de que normalmente hemos asumido estos actos de
ofrenda de los hermanos como actos que ocurren por primera
vez. Y esto se relaciona con la poca imaginación que se emplea
para entender las Escrituras. ¿Por qué pensar que es la primera
vez que ellos hacen estos actos?
¿Acaso es la primera vez que sacrifican y Caín al hacer mal las
cosas recibe la mala predisposición de Dios sin siquiera darle la
oportunidad de rectificar?
¡Cómo se nos ocurre pensar que nunca antes habían hecho
esto!

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Adán es el Primer Sacerdote según el Orden de Melquisedec.
¿No es acaso una obviedad pensar que había instruido a sus
hijos sobre cómo hacer las cosas? Máxime pensando que,
conforme Adán sabía que iba a morir, algún día Caín lo
reemplazaría como el siguiente en el Orden Sacerdotal. Y por
supuesto muchas veces, durante años, habían presentado
sacrificios, oblaciones, ofrendas al Creador.
Entonces, ahora que nuestra mente ha comenzado a liberarse
de ataduras, malos entendidos y cosas supuestas, pensemos
¿Qué ocurrió en esta ocasión?
Veamos lo que en principio nos dice el capítulo cuatro, pero
analizando con profundidad la información contenida. Los
versículos 3 al 5 dicen que ambos hermanos presentaron
ofrendas a YHWH.
La palabra empleada en hebreo para ofrenda en este caso
es ‫ ִמנְ חָ ה‬lo que transliterado es minjá (Strong 4503). En el libro
donde se nos especifican las ofrendas, sacrificios, oblaciones,
etcétera, el cual es el Levítico, está la indicación de la minjá. Se
trata de una ofrenda realizada con productos de la tierra.
Establecido esto quiero mostrar al lector algo que seguramente
lo ha llevado a confusión y que seguramente ahora lo
sorprenderá.
Génesis 4:2 nos da la siguiente información “…Y Abel fue pastor
de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra.” Con esto usted ya
sabe el oficio principal de ambos.
Luego en los dos versículos siguientes usted recibe la siguiente
información:
5
“3Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la
tierra una ofrenda a YHWH.
4Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo

más gordo de ellas.”


Entonces, por la diferencia en la ocupación principal de ambos
usted cree entender que Abel trajo ovejas y Caín cereales. Y que
como se dice que Abel trajo lo más gordo o escogido, Caín debe
haber traído los peores cereales o los frutos de la tierra de
menor calidad. Y que por este motivo una ofrenda fue aceptada
y la otra no.
¿Qué ocurre ahora si le digo que está equivocado y que sólo
está interpretando las cosas como se le ocurre que fueron tras
décadas de mal entender las Escrituras? ¿Qué ocurre si le digo
que la interpretación errónea lo único que hace es ocultar el
mensaje de salvación contenido en la Escritura?
Para darle una pista le podría preguntar ¿Qué trajo Abel? Y
seguro me respondería oveja u ovejas. Pero se estaría
quedando corto, pues en el versículo 4 se nos dice que Abel
“trajo también” o sea si lo quiere en otras palabras “trajo
además”. Lo cual está expresado en hebreo por la palabra ‫גַּם‬
gam (Strong 1571).
¿Se entiende? Caín trajo una ofrenda de cereales, Abel trajo una
ofrenda de cereales y también trajo ovejas.
Mire cómo cambia la imagen que tenemos tradicionalmente de
Caín y Abel a esta que estamos componiendo.
Una tradicional errónea de 4 personas solas en el mundo,
padre, madre y dos hijos. Donde en una ocasión sin conexión
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con ninguna otra ocasión anterior los dos hermanos hacen
ofrendas. Uno ofrece el producto de su trabajo, los cereales y
otro ofrece ovejas. Los cereales son rechazados y las ovejas
aceptadas.
Y una nueva visión inspirada por el Sacerdocio según el Orden
de Melquisedec donde tenemos a nuestros padres Adán y Eva y
al menos otra familia consolidada, la de Abel con esposa y
descendencia. La cual formó evidentemente con su hermana.
Asimismo Caín con su esposa, también hermana, la cual
sabemos que concibió de él, pero que no se nos dice en qué
momento. Y por supuesto tenemos en Adán, Caín, Abel la
primera familia sacerdotal. Ofrendando y sirviendo a YHWH,
según el Orden de Melquisedec. No debemos perder de vista
que Génesis 4:3 nos dice “Y aconteció andando el tiempo…” lo
que nos dice que hubo un período de tiempo considerable en
que las cosas funcionaban para Caín, Abel, Adán, Eva, sus
hermanas e hijos.
Bien, volviendo atrás en lo que estamos escribiendo, tenemos a
Caín ofreciendo cereales y a Abel ofreciendo cereales y también
ovejas.
La forma en que un sacrificio fue aceptado y el otro desechado
no es importante, podemos pensar que descendió fuego del
cielo que consumió a uno y no al otro.
Lo importante es que cuando el de Caín es rechazado y su
semblante decae se produce un mensaje muy significativo de
parte de YHWH:

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Génesis 4:7 “Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no
hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será
su deseo, y tú te enseñorearás de él.”
Le aseguro al lector que este pasaje que en apariencia se
presenta oscuro o difícil de entender es en realidad una belleza,
una perla de la Escritura tan clara cuando se conoce la Toráh,
cuando se aprende la Instrucción, que al momento de leer las
siguientes líneas se maravillará.
Pero antes de desarrollar este pasaje de Génesis es preciso que
analicemos al menos dos más, uno de Levítico y otro escrito por
Pablo a los corintios.
Veamos el primero de Levítico 4:2-3
“2Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando alguna persona
pecare por yerro en alguno de los mandamientos de YHWH
sobre cosas que no se han de hacer, e hiciere alguna de ellas;
3 si el sacerdote ungido pecare según el pecado del pueblo,

ofrecerá a YHWH, por su pecado que habrá cometido, un


becerro sin defecto para expiación.”
Una de los sacrificios ofrecidos por el pecado es el llamado jatat
‫( חַּ טָָּ֔ את‬Strong 2403), el cual por ejemplo encontramos
mencionado en Levítico 4:14 o 7:37. La palabra jatat que
significaría algo así como una “ofrenda por el pecado”, fue
traducida del hebreo original al griego empleado en la
Septuaginta como amartía (ἁμαρτία Strong 266). O sea si yo
quiero hablar de “ofrenda de pecado” escribiendo en griego, en
muchas ocasiones pondré solamente la palabra “amartía”. Pero
asimismo la palabra amartía significa sencillamente pecado.

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Por lo cual “ofrenda de pecado” y “pecado” significan lo mismo
en ese caso. Si yo leyese en griego en algún caso “voy a dar
pecado”. En realidad lo que estaría deseando decir es “voy a dar
ofrenda de pecado”. ¿Por qué esto es importante? Porque de
esta forma es que podemos entender lo que Pablo nos quiso
decir en 2da de Corintios 5:21, cuando originalmente escribió en
griego este pasaje:
“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para
que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.”
Pero que por ignorancia del contexto hebreo de la escritura y
del pensamiento de Pablo no se terminó de entender
correctamente y se tradujo con pobreza. Pues como cualquier
erudito de las lenguas hebrea y griega les podrá traducir, debió
decir:
“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo ofrenda de
pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en
él.”
¿Verdad que el pasaje ahora es más sencillo de entender?
Por favor ahora necesito que esté muy atento. Repasemos esto:
En Levítico se habla de un sacrificio por el pecado llamado jatat.
En Levítico este jatat que es una ofrenda por el pecado se
tradujo al griego con la palabra amartía.
La palabra amartía se usa para hablar de “pecado” o de
“ofrenda de pecado”. Lo cual se entiende por el contexto.

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Por ello que en 2da de Corintios donde tradujeron solamente
“pecado” debieron en realidad escribir “ofrenda de pecado”.
Entonces, en el llamado antiguo testamento donde
encontremos en el original hebreo la palabra jatat, ello fue
traducido al griego como amartía y esto debe ser traducido al
castellano de acuerdo al contexto como ofrenda de pecado o
sencillamente pecado.
Ahora estamos en condiciones de volver al tema principal de
este trabajo.
Veamos Génesis 4:7 “Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si
no hicieres bien, el pecado está a la puerta;…”
Veamos las últimas palabras que en castellano se traducen
como “el pecado está a la puerta”. Lo escribiré sólo en hebreo y
griego transliterado para que sea más sencillo de ver.
“Lappetah jatat robés” (hebreo trasnliterado)
Emartes esíjason pros se (griego trasnliterado)
O sea jatat fue traducido como emartes (es la palabra amartía
que por cuestiones del idioma griego cambia al ser escrita en
esa parte de la oración).
¿Y como se tradujo en castellano?
“…el pecado está a la puerta…”
Pero ¿Cómo debió ser traducida?
“…la ofrenda por el pecado está a la puerta…”

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No es muy complicado entender ahora el texto que nos refiere
las palabras que YHWH le dijo a Caín. Veamos el versículo
completo:
4:6 “Entonces YHWH dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por
qué ha decaído tu semblante?
4:7 Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, la

ofrenda de pecado está a la puerta;…”


Ahora sí podemos ver las cosas como realmente entendemos
que ocurrieron.
Hubo una familia sacerdotal iniciada con Adán, el primero
según el Orden de Melquisedec, cuyos hijos fueron inicialmente
Caín y Abel, quienes obraban por derecho como sacerdotes del
Altísimo. Estos conforme a su derecho y obligaciones ofrecían
sacrificios, ofrendas y oblaciones a YHWH. Pero estos actos
tenían varias formas y facetas, uso podríamos decir. Algunos
tales como la minjá eran de acercamiento y agradecimiento al
Creador por la vida y los bienes recibidos, otros eran sacrificios
para el perdón de los pecados, tales como el jatat que se nos
prescribe con exactitud en Levítico y que era conocido por ellos.
Pero para que un sacrificio por el pecado tenga efecto requiere
de varios elementos. En primer lugar por supuesto el
reconocimiento del pecador de que ha transgredido la voluntad
de Dios, un corazón contrito, un alma sedienta de perdón.
Luego por supuesto requiere el sacrificio, el ser cuya sangre es
derramada. Y sin dudas que también requiere el aspecto de
teshuvá, de arrepentimiento, de volver los pasos atrás y
enderezar el camino.

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Es claro que esa era la visión de nuestro hermano Abel. Quien
reconociéndose como pecador trajo un jatat, con sus ovejas
para recibir perdón por sus transgresiones. Pero no era la
misma de Caín, quien evidentemente no reconoció su pecado,
no creyó quizás necesario arrepentirse y recibir perdón. Es
evidente que la dureza de su corazón ya era efectiva. Ya su
alma estaba inclinada al mal.
No obstante observemos que YHWH no le cierra la puerta a ese,
ni a ningún pecador, pues le dice “si haces lo que es correcto
¿Acaso no serás enaltecido? Pero si has pecado ¿Acaso no
tienes ahí una ofrenda para sacrificar y reconciliarte conmigo?”.
Observen que la posibilidad de que la historia fuese diferente
estaba ahí, frente a él, a la puerta. No podemos ver por ahora
como en un filme la situación real, pero podemos imaginar que
quizás este diálogo se dio al lado de un corderito que Caín pudo
usar para limpiar sus pecados.
Y lo grave de la situación, lo realmente tremendo, es que Caín
rechaza la posibilidad, la oportunidad de quedar a cuentas con
Dios en ese momento. Por la dureza de su corazón, por no
sentirse pecador, por haber cauterizado su conciencia y
mantenerse soberbio.
Imagino que quien está leyendo esto está recibiendo una
revelación que estuvo a la mano y que ahora ilumina su mente.
Pero las cosas no terminan aquí, hay más para discernir de las
Escrituras.

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Pues la sangre ofrecida por Abel como medio para conseguir la
cobertura de su pecado fue tan solo una sombra profética de la
sangre que sería derramada luego por el Mesías en la cruz.
La sangre de corderos y otros animales fue tan sólo una sombra
hasta que lo real se manifestase, hasta el sacrificio único e
imperecedero de Yeshúa.
Por ello lo grave de la actuación de Caín es el rechazo de la vía
de salvación, del conducto adecuado dado por el Creador para
reconciliar al hombre con Dios. Y por ello Caín no sólo está
rechazando la oportunidad de ser perdonado, sino que
fundamentalmente está rechazando proféticamente el sacrificio
del Mesías en quien todos los hombres pueden reconciliarse con
el Creador.
Y este espíritu de Caín sigue hasta nuestros días, en cada uno
que rechaza la posibilidad de acercarse a Dios con un corazón
humilde y contrito, reconociendo su pecado. La situación que no
es dada por la Instrucción está precisamente para eso, para
recibir instrucción, enseñanza del camino agradable a Dios. Por
ello junto con Nuestro Padre podemos nuevamente decir:
La ofrenda de pecado está a la puerta, ¿La tomará o seguirá a
Caín?

Pastor Ricardo Director del Seminario Ministerio Cerca del Cielo.


Derechos reservados. Se prohíbe la reproducción total o parcial
sin permiso del autor. Las nociones e ideas esbozadas en este
escrito son producto del Amor de Dios y de hombres y mujeres

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que desean servirlo, patrimonio del Padre y sus Hijos. No son
argumentos para la jactancia de nadie ni para que se
aprovechen de ellas personas inescrupulosas que toman lo
ajeno y no dan Gloria al Creador.

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