Вы находитесь на странице: 1из 2

IMPORTANCIA Y TÉCNICA DE BRAZOS EN EL BALLET:

El ballet clásico tiene como objetivo, entre otros: Transmitir una historia a través del movimiento. Para ello hablaremos de la
importancia del correcto uso de los brazos, ya que es una de las partes que más ve el público, por consiguiente deben ser muy
bonitos; y que cuando van correctamente acompañados de la parte superior del cuerpo, de la cabeza y de la mirada le da un
estilo único al movimiento, que se convierte en danza y se transforma en arte.
Si prestamos atención a los brazos nos daremos cuenta de la escuela a la que pertenece el bailarín. Cuando uno se preocupa de
los brazos y empieza a sentirlos, el salto y el giro empieza a mejorar; y sí estos brazos van acompañados de la cabeza y de la
mirada, se verá una ejecución etérea, fina y armoniosa.
Su correcta colocación y movimientos son fundamentales. Redondeados ampliamente y sostenidos por el brazo, lograremos una
mayor y suave movilidad del antebrazo y la mano. Cuidar que cuando estén alargadas no se vean duros y cuando estén
redondeados no se vean flojos. En ningún momento deben colocarse detrás de la espalda, salvo aquellas posiciones que así lo
requieren. Si se mueven con independencia utilizarlos correcta y coordinadamente a partir de la articulación que une brazo con
hombro pueden ayudar a una buena ejecución técnica, además de embellecer el baile sobre todo en giros.
Ahora explicaremos las diferentes posiciones de brazos (Escuela Cubana de Ballet):
Primera posición de brazos: redondeados debajo, casi tocándose los dedos de las manos, con una pequeña distancia entre las
manos y los muslos. Las palmas de las manos miran hacia arriba.
Preparatoria: igual a la primera posición, delante del cuerpo a la altura del abdomen, en línea descendente desde los hombros
hacia los dedos de la mano. Las palmas miran hacia el abdomen.
Quinta posición: igual a la primera posición y a la preparatoria, ligeramente encima de la cabeza. Las manos estarían en línea
con la frente de forma que en face, sólo mirando arriba sin mover la cabeza, es decir, levantando la mirada; veríamos las palmas
de la mano que se encuentran mirando hacia la cabeza. Hay unas excepciones de la quinta que se colocan encima de la cabeza,
como son en los giros.
Segunda Posición: ambos brazos a los lados del cuerpo colocando los horizontalmente en línea descendente desde los hombros
hasta los dedos de la mano. También ligeramente uno por delante del otro: partiendo del hombro, codo más adelantado y mano
más adelantada que codo.
Tercera posición: hay tres formas de hacer tercera, en todas ellas un brazo se colocaría en segunda y el otro: en primera,
llamándose tercera de primera; en preparatoria, llamándose tercera de preparatoria; y en quinta llamándose tercera de quinta.
Cuarta posición: siguiendo lo anteriormente expuesto un brazo se colocaría en preparatoria y el otro en quinta posición.
Todas las posiciones de los brazos serán redondeadas. También existen las posiciones allongué o alargadas que serían las
mismas posiciones: manteniendo la posición del brazo y alargando el antebrazo y la mano al nivel del codo girando las manos
con las palmas hacia el suelo o hacia fuera en quinta posición, a excepción de cuarta que se alarga delante el brazo de quinta.
La correcta utilización de los brazos en coordinación con piernas y cabeza, repercutirá en la belleza artística, proyección artística
y armonía en la danza. Además, la correcta posición de los brazos en sus correspondientes posiciones es necesario sostenerlos.

La danza clásica es un verdadero deporte además de un arte. Proporciona muchos beneficios para el cuerpo y la mente.

Ganar en elegancia

Cuando pensamos en una bailarina «étoile» (estrella), nos la imaginamos plena de elegancia, que efectúa «pas-de-deux»,
«entrechat» y pliés. El porte de su cabeza desprende elegancia, con los brazos extendidos. ¡Dan ganas de imitarla!

La danza clásica supone la mejor forma de mejorar la postura. Estar erguido, elevar la cabeza y alargar la columna vertebral
son las primeras cosas que aprendes en una clase de danza clásica.

De esta manera, también ganamos en elegancia en la vida cotidiana.

¿Sabías que…?
Se suele recomendar la danza clásica para aquellas personas que padecen dolor de espalda. Con el fortalecimiento muscular y
los estiramientos efectuados durante el calentamiento, podrás fortalecer los abdominales y la espalda.

Ganar en flexibilidad

Cuando piensas en un bailarín clásico, se te vienen a la mente todas las piruetas, los giros con las piernas perfectamente
estiradas, etc.

De hecho, desde la primera clase de danza clásica, la flexibilidad será parte del calentamiento, pues ayuda a evitar lesiones y a
detener el envejecimiento natural de las articulaciones y de los tendones. Asimismo, puede ser útil en otros tipos de bailes como
la danza contemporánea, la danza moderna o el hip hop.

La flexibilidad afecta a todo el cuerpo: desde los brazos hasta las piernas, pasando por la espalda hasta llegar a las dedos de
los pies.

Sin embargo, no te fuerces. Cada día, tu cuerpo se encontrará en un estado diferente de fatiga y serás capaz de estirarte más o
menos. No se trata de una competición y si no puedes avanzar con gran rapidez, no te preocupes, eso no impedirá en ningún
caso que adquieras la elegancia y que puedas ejecutar con éxito los ejercicios y las coreografías.

Poner en marcha el cerebro

Empezar con la danza clásica también supone aprender a cómo ejercitar la mente para memorizar las coreografías. Durante una
clase de baile o durante las clases grupales, tendrás que ir reteniendo las secuencias más o menos largas. Esto es válido para
la danza clásica, pero también para los bailes de salón, la salsa cubana, la danza deportiva o el claqué.

La danza es también un deporte intelectual. Dejamos los problemas a un lado y no les damos vueltas durante las clases de
danza. Sin embargo, no implica que pongamos el cerebro en «off», sino más bien todo lo contrario, debemos estar concentrados
en los pasos para asimilar y aplicar todo a la semana siguiente.

Вам также может понравиться