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Acompañamiento psicoterapéutico del M-D

El concepto de locura ha ido variando en el transcurso de la historia. Hoy, el enfermo


mental continúa preso en un estigma: etiquetado, ubicado en ese lugar por la sociedad,
la familia y las posturas psiquiatrizantes como un objeto de estudio, cosificado, anulado
y excluido.

En el entrecruzamiento de las diferentes teorías que abordan la enfermedad mental, la


psicosis ha quedado como problema a resolver.

El presente trabajo es un intento de encontrar, delinear y poner en práctica un posible


acompañamiento terapéutico orientado a la persona única e irrepetible que padece el
"estigma" de psicótico maníaco-depresivo.

La psicosis

Para el psicoanálisis la psicosis es una de las res estructuras subjetivas determinantes del
sujeto a partir del registro del complejo de castración como función normativa y
organizadora. No habiendo operado, el retorno es desarticulado y fragmentado, en
forma de alucinaciones y delirios, construcción interna que el sujeto percibe como cierta
y real. La escucha psicoanalítica trata de otorgarle un sentido y una lógica pero le
resulta inabordable, ya que el trabajo analítico en transferencia es muy dificultoso.

Ante esta limitación del psicoanálisis para abordar la psicosis, resulta imprescindible
incorporar el abordaje múltiple, el trabajo interdisciplinario y la búsqueda de
alternativas posibles para tratar a los sujetos que padecen esta patología en su
singularidad.

El psicoanálisis clasifica a la psicosis en esquizofrenia, paranoia y maníaco-


depresiva.
Para el psiquiatría, en la evolución de sus investigaciones, ha clasificado las patologías
de acuerdo a sus manifestaciones y síntomas, permitiendo contar con otras herramientas
para su abordaje. Cambia las denominaciones de los cuadros observables y los toma
como diferentes trastornos (DMS IV)). Así, la psicosis maníaco-depresiva la
considerará un trastorno bipolar, abriendo un abanico de características
complementarias a las definidas por el psicoanálisis. Desde su clínica, explica este
trastorno también como un desequilibrio químico, constituyendo la información para la
administración de psicofármacos.

Esta contradicción teórica plantea un dilema a resolver, no una imposibilidad: buscar y


encontrar alternativas para superar las diferencias e integrarlas en un abordaje posible y
constructivo.

El diagnóstico

Un diagnóstico es un procedimiento a través del cual se clasifican e identifican las


enfermedades en todas las ciencias médicas. Lograr identificar y clasificar
correctamente una enfermedad es un proceso arduo e indispensable para poder avanzar
en su control y tratamiento, que es único como cada paciente. Para el sujeto tener un
diagnóstico y conocerlo implica poder acceder a la información vinculada al mismo y
empezar a participar en el tratamiento y abordaje del problema.

Psicosis maníaco-depresiva o trastorno bipolar

"Se trata de un trastorno caracterizado por la presencia de episodios reiterados (es


decir al menos dos) en los que el estado de ánimo y los niveles de actividad del enfermo
están profundamente alterados, de forma que en ocasiones la alteración consiste en una
exaltación del estado de ánimo y un aumento de la vitalidad y del nivel de actividad
(manía o hipomanía) y en otras, en una disminución del estado de ánimo y un descenso
de la vitalidad y de la actividad (depresión).

El paciente oscila exageradamente de un polo (maníaco) a otro (depresivo) de modo


irregular que no le permite integrar ambos extremos.

Hombres y mujeres - a diferencia de otros trastornos afectivos - presentan


aproximadamente el mismo riesgo de padecer la enfermedad, la cual típicamente suele
emerger en la adolescencia o en la edad adulta temprana y continúa su progresión a lo
largo de la vida del sujeto destruyendo, en el mejor de los casos, si no recibe el
tratamiento adecuado, la vida escolar, laboral, familiar y social del sujeto y
conduciendo, en el peor de los casos, a la persona a poner fin a su propia existencia.

En cuanto a su forma de aparición, normalmente el episodio aparece de forma aguda:


los síntomas pueden manifestarse en cuestión de días o semanas. La duración de los
episodios es muy variable: desde unos pocos días hasta varios meses, incluso en el
mismo día. Previamente a la aparición de medicamentos efectivos, la duración media
oscilaba entre seis meses y un año, pero en la actualidad suelen ser notablemente más
cortos (semanas o pocos meses).

Las presentaciones típicas del trastorno bipolar (sin diferenciar los episodios
maníacos y depresivos se manifiestan bajo las siguientes características:

- Oscilación inestable del humor


Cada episodio forma parte de un vaivén incesante de cambios de humor y se repetirán a
lo largo de su vida. Puede estar separada por mesetas pero la posibilidad de caer en una
fase depresiva o maníaca está presente siempre como una amenaza constante.

- Comportamiento irregular
Sus conductas son irregulares: no siguen una línea directriz previsible. Esto provoca
resentimientos en distintas áreas de su vida. A veces son comportamientos explosivos.

- Actitud frente a la fatiga


Tienen un patrón de ir cansándose progresivamente debido al aburrimiento que le
provoca la rutina. No se trata de falta de disciplina, sino de una necesidad de
estimulación renovada y siempre creciente que, en caso de faltar, lo hunde en el tedio y
el desinterés.

- Vínculos y proyectos
Es un área conflictiva de importancia: cambia rápidamente de postura frente a sus
proyectos y afectos. Se debe a la búsqueda de diversidad de experiencias como un
alimento del alma, a la complejidad de su mundo personal y a la tendencia a construir
vínculos disfuncionales.

- Reacción frente a situaciones nuevas


Al inicio de las nuevas propuestas tienen una fuerte intensidad que decae a poco de
andar, como si en el transcurso del tiempo decayera la motivación. Con las personas
resulta algo similar: si el contacto les provoca mucha efervescencia, puede llegar a ser
explosivo y sin transiciones.

- Autodestructividad
Poseen una gran propensión a destruir con sus comportamientos todo lo que construyen
(vínculos, trabajos, etc.)

- Sentirse incomprendidos
Están convencidos de que nadie puede saber de sus males y que no hay quien pueda
ayudarlo: situación constante de desconsuelo los lleva a excluirse de una vida social
activa. Este panorama es vivenciado como una realidad evidente y certera. Sus sueños
no son ficciones para ellos y las imágenes mentales que los forman tienen existencia
concreta, muy difícil de poner en palabras.

- Atención flotante
Ensoñación creativa (soñar despierto), cambiar su foco de atención hacia otro centro de
interés y ponerse en movimiento.

Otras: dificultad para vivenciar matices, pensamiento concreto, creatividad, torpeza.

El episodio maníaco

Hace referencia a un elevado, excitado o irritable estado de ánimo, no relacionado con


el abuso de sustancias o atribuible a un trastorno médico, cuya duración mínima es de
una semana y que incluye una variedad de desajustes en el comportamiento y en los
patrones de pensamiento que provocan un significativo desbalance en los diversos
ámbitos de la vida del sujeto.

La propia descripción, alejada de cualquier tipo de jerga técnica, de un paciente que


sufre este trastorno permite obtener una idea aproximada de lo que sucede durante esta
fase:
"Las ideas rápidas se convierten en demasiado rápidas y hay demasiada, la confusión
reemplaza con rapidez a la claridad, el pensamiento se bloquea, la memoria se
desvanece, el humor desbordante deja de ser divertido, tus amigos comienzan a
asustarse, todo se vuelve en tu contra, te sentís irritable, enojado, asustado, incontrolable
y atrapado."

En un episodio maníaco típico, algunos de los siguientes síntomas suelen estar


presentes, hasta el punto de afectar de manera significativa el funcionamiento
normal del sujeto.

· Sentimientos desproporcionados e injustificados de bienestar y euforia


· Delirios de grandiosidad
· Dificultad de concentración
· Sentimiento de invencibilidad
· Creencias no realistas sobre las propias capacidades y posibilidades
· Incremento significativo en los niveles de energía y actividad
· Incapacidad para relajarse o permanecer inactivo
· Extrema irritabilidad
· Menor necesidad de descanso por las noches
· Patrones de pensamiento rápidos y acelerados
· Falta de buen juicio
· Abuso de drogas y alcohol
· Patrones de comportamiento significativamente diferentes a los habituales
· Habla rápida y ocasiones de difícil comprensión
· Incremento del deseo sexual
· Autoestima exagerada y grandiosidad
· Verborragia
· Fuga de ideas o experiencia subjetiva de la aceleración del pensamiento
· Distraibilidad extrema
· Agitación psicomotora manifiesta
· Implicación excesiva en actividades placenteras de riesgo
· Pensamientos recurrentes sobre la muerte y/o intentos de suicidio

"El grado de aumento de la estimación de sí mismo y las ideas de grandeza pueden


desembocar en ideas delirantes así como la irritabilidad y el recelo pueden dar paso a las
ideas delirantes de persecución.
En los casos graves pueden presentarse marcadas ideas delirantes de grandeza o
religiosas referidas a la propia identidad o a una misión especial. La fuga de ideas y la
logorrea pueden dar lugar a una falta de comprensibilidad del lenguaje. La excitación y
la actividad física intensa y mantenida pueden dar lugar a agresiones o violencias.

El descuido de la alimentación, de la ingesta de líquidos y de la higiene personal pueden


dar lugar a situaciones peligrosas de deshidratación y abandono."

En los episodios depresivos típicos,

Por lo general el paciente que los padece sufre un estado de ánimo entristecido y
desesperanzado, una sensación de inadecuación y aislamiento profundo junto a una
pérdida de la capacidad de interesarse y disfrutar de las cosas, una disminución de su
vitalidad y de la energía que provoca una reducción de su nivel de actividad y a un
cansancio exagerado, que aparece incluso tras un esfuerzo mínimo.

Síntomas más característicos de la fase depresiva:

· Intensos sentimientos de tristeza y abatimiento


· Autopercepción de inutilidad y poca valía
· Pérdida de interés por las actividades preferidas
· Incapacidad de experimentar sensaciones y emociones placenteras
· Sentimientos de pesimismo y desesperanza
· Pérdida de la reactividad emocional a los acontecimientos y circunstancias
ambientales placenteras
· -Cambios significativos en los patrones de sueño, bien por un descenso o un
aumento significativo, sin justificación aparente
· Irritabilidad mayor de la habitual
· Dolor y otras sensaciones corporales negativas no atribuibles a algún trastorno
físico
· Empeoramiento matutino del estado de ánimo depresivo
· Cambios en los hábitos de alimentación, bien por un aumento o un descenso de la
ingesta
· Dificultades manifiestas de concentración, memoria y en los procesos de toma de
decisiones
· Resentimiento y frustración injustificada
· Sensaciones de cansancio y agotamiento físico
· Perspectiva sombría del futuro
· Sentimientos de inferioridad e inadecuación
· Disminución de la libido/deseo sexual
· Pérdida de autoconfianza y autoestima
· Sentimiento de vacío interior y culpabilidad
· Ideación suicida recurrente y/o intentos de suicidio

Quizás los episodios más incapacitantes, desconcertantes e incómodos para el


individuo son aquellos que involucran síntomas característicos de la depresión y
del episodio maníaco y que se pueden presentar durante el mismo día. Son los
denominados episodios mixtos. El paciente se encuentra excitado y ansioso pero al
mismo tiempo también se siente irritable y deprimido en lugar de sentirse "en la
cima del mundo": síntomas de manía y depresión están presentes de forma
simultánea.

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